Who said it was easy? { Oliver }

por **Isobella A. Van Trousse** Dom Feb 13, 2011 4:30 pm

La vida es como un cuento relatado por un idiota. Lleno de palabrería y frenesí, que no tiene ningún sentido.

Miré con desdén el libro que sostenía entre mis manos, Romeo & Julieta de Shakespeare, una obra que tanto amaba, desde el incio hasta el fin, hasta la última página.
- ¡Benedicite! ¿Qué voz matinal me saluda tan dulcemente?, joven hijo mío, signo es de alguna mental inquietud el despedirte tan temprano del lecho. El cuidado establece su vigilancia en los ojos del anciano; y donde el cuidado se aloja, jamás viene a fijarse el sueño: por el contrario, allí, donde se extiende y reposa la juventud, exenta de físicos y morales padecimientos, el dorado sueño establece sus reales. Así, pues, tu madrugar me convence que alguna agitación de espíritu te ha puesto en pie; de no ser esto, doy ahora en lo veraz. - Nuestro Romeo no se ha acostado esta noche. -recité perdida en una de las páginas del libro.
Me recargué buscando apoyo en el tronco del árbol, la manta que yacía bajo mi cuerpo me servía de ayuda para no ensuciar de tierra el vestido.

- Voy a decírtelo antes que me lo preguntes de nuevo. En unión de mi enemiga, me la he pasado en un festejo, donde improvisamente me ha herido una a quien herí a mi vez. Nuestra común salud depende de tu socorro y de tu santa medicina. Viéndolo estás, pío varón, ningún odio alimento cuando al igual que por mí intercedo por mi contrario. -continué.
El día había sido tranquilo, salí de mi casa a tempranas horas de la mañana para huir a la laguna, para buscar algo de tranquilidad y paz.
¡Ja! Algo que jamás encontraría dentro de mi hogar... Solté un lastimero suspiro haciendo una pequeña pauta en mi incesante lectura.
Cerré el libro un momento mirando en dirección de la laguna que se abría paso frente a mis ojos, el agua yacía tranquila y cristalina.
Pensé un par de veces en meterme a bañarme, en fin, no había nadie a la vista... No podría pasar nada... Entrecerré los ojos mirando hacia todos los ángulos posibles.
Me levanté dejando a un lado el libro y el vestido a un lado, caminé unos cuantos pasos antes de sentarme en el borde y tocar con los pies el agua tibia. Dejé caer mi cuerpo con ligereza dejando hundir mi rostro, salí para jalar aire y comenzar a nadar un poco.

por **Oliver F. Archer** Dom Feb 13, 2011 5:09 pm

Hacía un día agradable, caminaba por la ahora seca y escasa hierba, a causa de la temporada, la laguna se posaba frente a mi, era un paisaje bastante agradable a la vista. Yo me encontraba ahí porque deseaba despejarme un poco, a pesar de que las investigaciones que tenía en marcha me apasionaban en un momento dado llegaban a darme dolores de cabeza y lo mejor era ir a que la naturaleza me rodeara y me distrayera dibujando, a pesar de que era difícil dejar de pensar en el trabajo que llevaba a cabo en casa y a pesar de que no era exactamente un maestro en el arte del pincel.

Mientras buscaba un lugar donde establecerme escuché una voz femenína recitando como si no hubiese un mañana un fragmento de la tercera escena del segundo acto de Romeo y Julieta, una obra de William Shakespeare. La curiosidad se apoderó por completo de mi y tuve que ir hacia el lugar de donde aquella lectura provenía.

Sonreí al ver a la jóven, alguien a quién ya había tenído el placer de conocer con anterioridad. Ella se encontraba en el agua, cuando sacó el rostro para tomar aire comencé a aplaudir con la intención de sorprenderla. - Sabe, pues, en dos palabras, que la encantadora hija del rico Capuleto es objeto de la profunda pasión de mi alma; que mi amor se ha fijado en ella como el suyo en mí y que, todo ajustado, resta sólo lo que debes ajustar por el santo matrimonio.- Continué la escena, que ella había pausado para poder refresarse dentro del manto cristalino de agua, usando solo mi memoria como herramienta para recitar aquellas palabras de tan ya conocída obra.

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