AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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It´s so easy when you´re evil || Privado +18
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It´s so easy when you´re evil || Privado +18
Paris, una ciudad tan mágica llena de místicos romances, plagada de mujeres hermosas a las que complacer y por supuesto a las cuales estafar, una cuna de dinero y estúpidas que caen fácilmente en la treta del juego de la pasión, cuando dicen “si te enamoras pierdes” bien a este caso le adjudicaremos que “si te enamoras de un cuervo, pierdes la vida”, perder la cabeza es tan fácil, sencillo y hasta divertido claro si es que eres el que mueve a las mujeres y causa la guerra entre ellas por uno, aumenta el ego y el precio de los juegos.
En un paseo nocturno por las calles de la ciudad en especial por la zona residencial, analizando a las futuras víctimas de un nuevo golpe de muerte, los De Witt tienen algo que los caracteriza, mientras a uno le ven caminando como un hombre más de sociedad, la otra está viviendo con las victimas analizando y encontrando los más íntimos y oscuros secretos de cada una para que el otro lo pueda utilizar a su antojo.
El reloj de bolsillo marca las 21:30 la luna en lo alto iluminaba más que las lámparas de la calle, una ráfaga de viento cruza por la zurda de aquel hombre, él sonríe y camina hacia uno de los callejones –Y bien, quien será esta vez- susurra cuando de la nada un eco femenino dulce pero peligroso suena lento –A una beata a la cual sus padres la tienen encerrada, está enferma, así que será fácil matarla y de paso, una noche podrías hacer que tome el cuerpo de ella y tú y yo- una mujer aparece de la nada como un halo de vida, una mujer de cabellos dorados y ojos verdes con una piel blanca que poco a poco iba tornándose en un bronceado leve y natural, entre los dos las miradas se intensifican hasta cargarse el ambiente de una aura pesada, abyecta.
22:15
El joven sale arreglándose el cabello, y la mujer limpia sus labios, el sonido de pisadas desde un callejón son el eco de la noche, ambos hermanos sonríen saliendo de aquella oscuridad conversando cosas que nadie entendía, en un idioma que no podían comprender, su idioma natal, entre risas se acercaron a la casa admirándola desde afuera, hasta que una mujer del servicio doméstico mira a la mujer que sonreía –Disculpe, no pudimos mi hermano y yo evitar no apreciar la magnificencia de esta estructura, al parecer sus dueños han viajado por toda Europa, porque los toques tienen la características griegas pero mezcladas con el arte barroco en cuanto a los detalles, quizás más en un ambiente italiano, debe ser de allá verdad- la empleada le sonríe a Arth y esta entra a la mansión par hablar con los dueños, si ya los conocía y había hecho muchas de sus fechorías en aquella casa; mientras tanto Ares admiraba a su hermana, una amante de las artes y pasiones “prohibidas de la sociedad” con esa sonrisa hace una reverencia y deja ahí a su hermana, ella se encargaría de hacerle entrar poco a poco con paciencia y calma.
Ares se alejó de la casa hasta una tienda de ropa ahí se quedó parado contra la pared fumando, si no se divertía con su futura esposa, al menos con una para pasar el rato, unas horas, una noche o quizás solo unos minutos de su vida.
En un paseo nocturno por las calles de la ciudad en especial por la zona residencial, analizando a las futuras víctimas de un nuevo golpe de muerte, los De Witt tienen algo que los caracteriza, mientras a uno le ven caminando como un hombre más de sociedad, la otra está viviendo con las victimas analizando y encontrando los más íntimos y oscuros secretos de cada una para que el otro lo pueda utilizar a su antojo.
El reloj de bolsillo marca las 21:30 la luna en lo alto iluminaba más que las lámparas de la calle, una ráfaga de viento cruza por la zurda de aquel hombre, él sonríe y camina hacia uno de los callejones –Y bien, quien será esta vez- susurra cuando de la nada un eco femenino dulce pero peligroso suena lento –A una beata a la cual sus padres la tienen encerrada, está enferma, así que será fácil matarla y de paso, una noche podrías hacer que tome el cuerpo de ella y tú y yo- una mujer aparece de la nada como un halo de vida, una mujer de cabellos dorados y ojos verdes con una piel blanca que poco a poco iba tornándose en un bronceado leve y natural, entre los dos las miradas se intensifican hasta cargarse el ambiente de una aura pesada, abyecta.
22:15
El joven sale arreglándose el cabello, y la mujer limpia sus labios, el sonido de pisadas desde un callejón son el eco de la noche, ambos hermanos sonríen saliendo de aquella oscuridad conversando cosas que nadie entendía, en un idioma que no podían comprender, su idioma natal, entre risas se acercaron a la casa admirándola desde afuera, hasta que una mujer del servicio doméstico mira a la mujer que sonreía –Disculpe, no pudimos mi hermano y yo evitar no apreciar la magnificencia de esta estructura, al parecer sus dueños han viajado por toda Europa, porque los toques tienen la características griegas pero mezcladas con el arte barroco en cuanto a los detalles, quizás más en un ambiente italiano, debe ser de allá verdad- la empleada le sonríe a Arth y esta entra a la mansión par hablar con los dueños, si ya los conocía y había hecho muchas de sus fechorías en aquella casa; mientras tanto Ares admiraba a su hermana, una amante de las artes y pasiones “prohibidas de la sociedad” con esa sonrisa hace una reverencia y deja ahí a su hermana, ella se encargaría de hacerle entrar poco a poco con paciencia y calma.
Ares se alejó de la casa hasta una tienda de ropa ahí se quedó parado contra la pared fumando, si no se divertía con su futura esposa, al menos con una para pasar el rato, unas horas, una noche o quizás solo unos minutos de su vida.
Última edición por Ares/Arthemisa De Witt el Lun Abr 28, 2014 3:22 am, editado 1 vez
Neitsi & Nerishka- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 51
Fecha de inscripción : 14/11/2013
Re: It´s so easy when you´re evil || Privado +18
Esa noche la que camina por las calles es Éliane, en su forma plenamente humana. Por una vez decidía no andar por las calles en su forma de gato negro, esa forma que muchas personas detestaban y claro, era obvio el repudio que sufría en esa forma porque después de todo ¿No eran de mala suerte los gatos negros? Las creencias populares decían que efectivamente los gatos negros eran aliados del diablo. Le era divertido siempre ver como las personas le sacaban la vuelta o hacían un montón de cosas estúpidas a su paso para que la mala suerte no llegara a ellos.
“Ingenuos” solía pensar la figura felina al andar y ver aquellas reacciones. Pero en su forma humana las cosas son muy diferentes. Su andar es lento y seductor, todo gracias a la naturaleza felina que posee; su mirada siempre esta en alto y observa con descaro a aquellos que le miran también al andar.
Siempre le resultaba mucho más practico robar en su forma animal, solo que en su forma humana le era mucho más divertido.
Esa noche por ejemplo un hombre de cuna visiblemente privilegiada le miro por las calles del centro de París y tomo aquello como una oportunidad de oro. Éliane camino cerca de aquel hombre, sin apartar un solo segundo su mirada felina de él y solo basto un ligero roce de su mano con la del caballero para que él terminara siguiendole hasta calles más alejadas y oscuras en un juego del gato y el ratón.
Deja que el hombre se acerque más a ella, que parezca que conforme avanzan entre las calles le acorrala y en el momento en el que aquel individuo se encuentra lo suficientemente cerca como para tomarle de la muñeca es cuando le hace estrellarse contra la pared más cercana provocando que quedara inconsciente.
– Lo siento – dice la felina entre risas que son únicamente para ella y termina por inclinarse y tomar todo lo de valor que aquel hombre llevaba consigo, solo para después besar su mejilla y tomar camino de nuevo. Nuevamente ha salido victoriosa de sus retos personales y por lo tanto sigue siendo una criatura libre.
22:25
Las calles se vuelven más oscuuras y solitarias a medida que avanza y de hecho se encuentra en una calle bastante larga que termina por abrirse más adelante en varias calles dejan al descubierto casas de gente con mejor situación económica que ella. Seguramente el hombre que dejo inconsciente viviera entre aquellas calles. La idea le causa gracia y termina por girar entre otra calle, solo para admirar todas las construcciones e imaginar en cual podía vivir un hombre como aquel.
Sus pasos continúan, siendo los únicos que suenan en aquella calle vacía o al menos así lo ve la cambiaformas que un poco más adelante ve como una nube de hubo de cigarrillo se disipa y entonces su mirada se encuentra con un hombre que se mantiene tranquilamente contra una pared. Sonríe, pues para ella ha aparecido alguien interesante, quizás alguien con quien pueda jugar un rato así que no detiene sus pasos, por el contrario avanza de manera más lenta y seductora. Su felina interna hace gala de si misma a medida que se va acercando y su mirada permanece fija y acechando a aquel hombre.
Justo en el momento en el que esta pasando cerca de él es que se percata de que el hombre que creía haber dejado inconsciente al parecer, si vivía entre aquellas calles pues el aroma que despedía llega hasta ella como un destello que se va acercando a donde esta ella y en un acto de mera supervivencia felina sujeta a quien segundos antes acechaba, de manera abrupta tira de él y cubre su cuerpo con el de aquel individuo apenas unos segundos, lo que toma que el otro hombre pase maldiciendo por el robo cometido.
Éliane suelta una risa después de que aquel sujeto les pasara de largo, solo para entonces darse cuenta de que su impulsividad le había llevado a acercarse al otro hombre y lentamente levanta la mirada hasta el rostro de él.
– Perdone… no supe lo que hacía… estaba un tanto mareada – miente antes de soltarle de las ropas y esperar a que se alejara, después de todo seguramente solo le juzgaría como loca y una oportunidad de juego se le escaparía de las manos. Nada más tendría que pasar, ¿o si?.
“Ingenuos” solía pensar la figura felina al andar y ver aquellas reacciones. Pero en su forma humana las cosas son muy diferentes. Su andar es lento y seductor, todo gracias a la naturaleza felina que posee; su mirada siempre esta en alto y observa con descaro a aquellos que le miran también al andar.
Siempre le resultaba mucho más practico robar en su forma animal, solo que en su forma humana le era mucho más divertido.
Esa noche por ejemplo un hombre de cuna visiblemente privilegiada le miro por las calles del centro de París y tomo aquello como una oportunidad de oro. Éliane camino cerca de aquel hombre, sin apartar un solo segundo su mirada felina de él y solo basto un ligero roce de su mano con la del caballero para que él terminara siguiendole hasta calles más alejadas y oscuras en un juego del gato y el ratón.
Deja que el hombre se acerque más a ella, que parezca que conforme avanzan entre las calles le acorrala y en el momento en el que aquel individuo se encuentra lo suficientemente cerca como para tomarle de la muñeca es cuando le hace estrellarse contra la pared más cercana provocando que quedara inconsciente.
– Lo siento – dice la felina entre risas que son únicamente para ella y termina por inclinarse y tomar todo lo de valor que aquel hombre llevaba consigo, solo para después besar su mejilla y tomar camino de nuevo. Nuevamente ha salido victoriosa de sus retos personales y por lo tanto sigue siendo una criatura libre.
22:25
Las calles se vuelven más oscuuras y solitarias a medida que avanza y de hecho se encuentra en una calle bastante larga que termina por abrirse más adelante en varias calles dejan al descubierto casas de gente con mejor situación económica que ella. Seguramente el hombre que dejo inconsciente viviera entre aquellas calles. La idea le causa gracia y termina por girar entre otra calle, solo para admirar todas las construcciones e imaginar en cual podía vivir un hombre como aquel.
Sus pasos continúan, siendo los únicos que suenan en aquella calle vacía o al menos así lo ve la cambiaformas que un poco más adelante ve como una nube de hubo de cigarrillo se disipa y entonces su mirada se encuentra con un hombre que se mantiene tranquilamente contra una pared. Sonríe, pues para ella ha aparecido alguien interesante, quizás alguien con quien pueda jugar un rato así que no detiene sus pasos, por el contrario avanza de manera más lenta y seductora. Su felina interna hace gala de si misma a medida que se va acercando y su mirada permanece fija y acechando a aquel hombre.
Justo en el momento en el que esta pasando cerca de él es que se percata de que el hombre que creía haber dejado inconsciente al parecer, si vivía entre aquellas calles pues el aroma que despedía llega hasta ella como un destello que se va acercando a donde esta ella y en un acto de mera supervivencia felina sujeta a quien segundos antes acechaba, de manera abrupta tira de él y cubre su cuerpo con el de aquel individuo apenas unos segundos, lo que toma que el otro hombre pase maldiciendo por el robo cometido.
Éliane suelta una risa después de que aquel sujeto les pasara de largo, solo para entonces darse cuenta de que su impulsividad le había llevado a acercarse al otro hombre y lentamente levanta la mirada hasta el rostro de él.
– Perdone… no supe lo que hacía… estaba un tanto mareada – miente antes de soltarle de las ropas y esperar a que se alejara, después de todo seguramente solo le juzgaría como loca y una oportunidad de juego se le escaparía de las manos. Nada más tendría que pasar, ¿o si?.
Jane Brecht- Humano Clase Media
- Mensajes : 27
Fecha de inscripción : 23/12/2013
Re: It´s so easy when you´re evil || Privado +18
Paris siempre ha sido caracterizado por ser una ciudad de pecados para los años que llevan, situada en una vieja Europa con decadencias económicas y sociales, todo por tener en su jurisdicción una monarquía absolutista que lo único que hacen es sangrar a la sociedad como siervos de la gleba, caminando por donde el mismo imperio romano de antaño caminó, a su decadencia, final, muerte, destrucción.
Los cambios son buenos, eso es lo que los poetas y filósofos siempre han manifestado, la ruptura social para el cambio de las masas, si eso es verdad entonces el cambio que el ser humano realicé para mejor su estilo de vida también es bueno y no importa lo que tenga que hacer para lograrlo, porque al final lo que cuenta siempre es el bienestar de las masas, entendiéndose por masa el conjunto familiar, en este caso dos hermanos, donde una está más fría por muerta que por viva.
Un hombre contra una pared descansando después de caminar tanto por las calles, aguardando entre las sombras, acechando a su víctima para matarla, un cigarro en mano consumiéndose al calor del fuego dejando salir el humo mostrándose ante todos como un hombre más, un ser que solo está descansando sin molestar ni hacer nada más que eso. Viles mentiras que son como telarañas, se entretejen para atrapar a una incauta mosca y luego enredarla para devorarla lentamente, metido en sus ensoñaciones, en sus anhelos y deseos de vidas mejores, vidas opulentas, no se percata de su exterior, lo que ocurre o lo que puede ocurrir.
El golpe, una sonrisa arrebatan del ensimismamiento a aquel que terminó por soltar el cigarro, los ojos de una felina nocturna le hicieron sonreír apartándose un poco de aquella jovencita, agitó su chaqueta como si se tratar de quitar el polvo, con sus ojos cerrados y aquella sonrisa cínica en su labios –Mareada? Pensé que era porque algún noviecete suyo la estaba persiguiendo para robarle algún beso- miró al hombre que se alejaba de ellos maldiciendo su suerte con las mujeres y que siempre termina siendo “robado” por estas, Ares solo rio lo más que pudo pasando la mano por su cabello –Vaya vaya así que la gata no es tan inocente, el mareo es robado verdad- ¿cómo el sabía todas esas cosas? Porque el era un estafador innato, se sabía todos los trucos que se usaban en las calles y sobre todo en los matrimonios de conveniencia monetaria, su hermana se los había enseñado.
-No es cansado robar puchos para “sobrevivir” el día, acaso no te has visto y no sabes que puedes conseguir más cosas solo si usarás lo que tienes, aunque ¿será que sabes lo que tienes? ¿lo podrás usar como se debe?- la mira descaradamente de pies a cabeza deteniéndose en los lugares establecidos como pechos, caderas, piernas. Gira el dedo índice de su diestra para que la mujer gire observando su trasero, espalda y piernas, suelta una risita negando ligeramente –No diré que estas bien equipada pero diré que estas “compacta” solo falta saber si sabes usar la flexibilidad de tu cuerpo de gata- arrincona a la mujer contra la pared recargando su peso contra el de ella, acomodó su pierna derecha entra las piernas de la joven abriéndoselas un poco, en una posición inclinada.
Si alguien pasaba por aquel lugar y los veía seguro llamaba a un gendarme porque un espectáculo como ese en la vía pública a mirada de los niños y de Dios, al brujo no le importaba nada de eso, es más el buscaba que lo vieran, lo que más odiaba eran esas beatas que se golpean el pecho en las iglesias.
Tomó la muñeca zurda de la mujer con su diestra pegándola contra la pared, su pulga correspondiente rozaba la delicada piel de aquella zona sensible y un momento rasgo la piel con su uña riéndose –Ves, deja de jugar a la ladrona y búscate un buen maestro que te enseñe lo que es ganar no para un día si no para uno, dos, tres años o para toda tu maldita e insignificante vida- no le importó acercó sus labios a los de la mujer y le estampó sonoro beso, introduciendo su lengua en la boca de ella con vehemencia, sin siquiera percatarse o tomar partido si la mujer quería o no, si le gustaba o lo detestaba y aun peor, sin saber el nombre de la fémina.
Los cambios son buenos, eso es lo que los poetas y filósofos siempre han manifestado, la ruptura social para el cambio de las masas, si eso es verdad entonces el cambio que el ser humano realicé para mejor su estilo de vida también es bueno y no importa lo que tenga que hacer para lograrlo, porque al final lo que cuenta siempre es el bienestar de las masas, entendiéndose por masa el conjunto familiar, en este caso dos hermanos, donde una está más fría por muerta que por viva.
Un hombre contra una pared descansando después de caminar tanto por las calles, aguardando entre las sombras, acechando a su víctima para matarla, un cigarro en mano consumiéndose al calor del fuego dejando salir el humo mostrándose ante todos como un hombre más, un ser que solo está descansando sin molestar ni hacer nada más que eso. Viles mentiras que son como telarañas, se entretejen para atrapar a una incauta mosca y luego enredarla para devorarla lentamente, metido en sus ensoñaciones, en sus anhelos y deseos de vidas mejores, vidas opulentas, no se percata de su exterior, lo que ocurre o lo que puede ocurrir.
El golpe, una sonrisa arrebatan del ensimismamiento a aquel que terminó por soltar el cigarro, los ojos de una felina nocturna le hicieron sonreír apartándose un poco de aquella jovencita, agitó su chaqueta como si se tratar de quitar el polvo, con sus ojos cerrados y aquella sonrisa cínica en su labios –Mareada? Pensé que era porque algún noviecete suyo la estaba persiguiendo para robarle algún beso- miró al hombre que se alejaba de ellos maldiciendo su suerte con las mujeres y que siempre termina siendo “robado” por estas, Ares solo rio lo más que pudo pasando la mano por su cabello –Vaya vaya así que la gata no es tan inocente, el mareo es robado verdad- ¿cómo el sabía todas esas cosas? Porque el era un estafador innato, se sabía todos los trucos que se usaban en las calles y sobre todo en los matrimonios de conveniencia monetaria, su hermana se los había enseñado.
-No es cansado robar puchos para “sobrevivir” el día, acaso no te has visto y no sabes que puedes conseguir más cosas solo si usarás lo que tienes, aunque ¿será que sabes lo que tienes? ¿lo podrás usar como se debe?- la mira descaradamente de pies a cabeza deteniéndose en los lugares establecidos como pechos, caderas, piernas. Gira el dedo índice de su diestra para que la mujer gire observando su trasero, espalda y piernas, suelta una risita negando ligeramente –No diré que estas bien equipada pero diré que estas “compacta” solo falta saber si sabes usar la flexibilidad de tu cuerpo de gata- arrincona a la mujer contra la pared recargando su peso contra el de ella, acomodó su pierna derecha entra las piernas de la joven abriéndoselas un poco, en una posición inclinada.
Si alguien pasaba por aquel lugar y los veía seguro llamaba a un gendarme porque un espectáculo como ese en la vía pública a mirada de los niños y de Dios, al brujo no le importaba nada de eso, es más el buscaba que lo vieran, lo que más odiaba eran esas beatas que se golpean el pecho en las iglesias.
Tomó la muñeca zurda de la mujer con su diestra pegándola contra la pared, su pulga correspondiente rozaba la delicada piel de aquella zona sensible y un momento rasgo la piel con su uña riéndose –Ves, deja de jugar a la ladrona y búscate un buen maestro que te enseñe lo que es ganar no para un día si no para uno, dos, tres años o para toda tu maldita e insignificante vida- no le importó acercó sus labios a los de la mujer y le estampó sonoro beso, introduciendo su lengua en la boca de ella con vehemencia, sin siquiera percatarse o tomar partido si la mujer quería o no, si le gustaba o lo detestaba y aun peor, sin saber el nombre de la fémina.
Neitsi & Nerishka- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 14/11/2013
Re: It´s so easy when you´re evil || Privado +18
Su plan era perfecto, o eso era lo que creía pues no sabría más de aquel a quien robo y mucho menos de aquel que le sirvió de tapadera para sus oscuras intenciones. Ya se había resignado a perder la oportunidad de jugar con aquel hombre que le tomaría por loca para terminar alejando sus pasos de donde se encontraba la felina; al menos de esa manera no se preocuparía por nada más que por ir y ver que más podría robar pero aquel hombre no se alejo, sino que permaneció ahí cerca de ella, moviendo su cuerpo con aparente desinterés y en esos momentos fue que Éliane noto el aura que aquel sujeto poseía y frunció los labios.
No tenía desagrado alguno en toparse con brujos, pero no imagino que ese hombre lo sería. Las sorpresas aguardaban siempre en los lugares menos esperados. La sonrisa en los labios de la gata se desvanece, contrario a lo que había esperado parece que tendrá más diversión con aquel hombre y eso es alfa que por nada del mundo piensa desaprovechar.
– Nada de eso, a mi nadie me roba a menos que yo quiera ser robada. Pero si me persigue algún noviecete o no, es mi problema pero ya le he dicho me sentí mareada eso es todo – no debía dar explicaciones a nadie, pero aún así no le agradaba que creyeran que cualquiera era capaz de robarle. Una nueva sonrisa se extendió por su rostro y se encogió de hombros al ver como aquel hombre estaba cada vez más lejos, pero no menos molesto por haber sido robado – Él se lo ha buscado por si mismo yo solo le di un pequeño empujón y me encontré algunas cosas tiradas – aquel individuo era listo, demasiado para el gusto de la gata pues eso significaba que debería tener cuidado al jugar con él si deseaba seguir siendo libre.
Enarca la ceja al escuchar aquellas palabras que el hombre tiene por decir; listo, arrogante y demasiado confiado para su gusto pero con todo y eso no puede negar que es demasiado atractivo. Al ver aquel dedo girar, Éliane hace lo mismo dando una vuelta lenta para que tuviera oportunidad de verle bien, solo para detenerse de nuevo frente a él.
– Más que cansado es bastante divertido hacerlo, si robara todo lo que deseo entonces las cosas serian demasiado aburridas y con respecto a lo que preguntas; sé perfectamente lo que tengo y como usarlo, te lo mostraría de una mejor manera pero no tengo ganas de hacerlo – suspira ante las siguientes palabras, que terminan por hacerle molestar un poco pero ante las ultimas palabras se percata de que aquel hombre tiene planes contra ella y antes de poder escaparse es acorralada – ¿Qué es lo que quieres que te muestre? – le mira fijamente – Porque de esta manera no creo que pueda mostrarte la flexibilidad que esperas ver, así solo lograras atraer la atención de cuantos pasen por aquí pero si a ti no te importa… – acerca entonces su rostro al del brujo, pero solo para terminar rozando su nariz por el cuello ajeno – entonces a mi tampoco me importa.
No tenía oportunidad de movimiento y la verdad es que tampoco estaba buscando la forma de escapar pues se sentía interesada en lo que aquel brujo le decía. Antes de responder a sus ultimas palabras fue que sus labios fueron apresados en un beso que no se había esperado y mordió el labio de aquel individuo solo para que se alejara de ella y de esa manera buscar aire.
– Podrías besar mucho mejor, pero bueno ni que hacerle – mintió descaradamente de aquello, pues aquel beso era sin temor a equivocarse de los mejores que recibió en su vida y prueba de eso era que tuvo la imperiosa necesidad de relamerse los labios – pero dime ¿Dónde encontrare un maestro? – sonrió y puso su mano libre en el torso del brujo – porque no soy una gata que le guste estar demasiado tiempo con una sola persona, soy libre – sus ojos permanecían fijos en los ajenos – aunque ahora no lo parezca porque cierto hombre me tiene atrapada – y sin más que decir sonrió.
No tenía desagrado alguno en toparse con brujos, pero no imagino que ese hombre lo sería. Las sorpresas aguardaban siempre en los lugares menos esperados. La sonrisa en los labios de la gata se desvanece, contrario a lo que había esperado parece que tendrá más diversión con aquel hombre y eso es alfa que por nada del mundo piensa desaprovechar.
– Nada de eso, a mi nadie me roba a menos que yo quiera ser robada. Pero si me persigue algún noviecete o no, es mi problema pero ya le he dicho me sentí mareada eso es todo – no debía dar explicaciones a nadie, pero aún así no le agradaba que creyeran que cualquiera era capaz de robarle. Una nueva sonrisa se extendió por su rostro y se encogió de hombros al ver como aquel hombre estaba cada vez más lejos, pero no menos molesto por haber sido robado – Él se lo ha buscado por si mismo yo solo le di un pequeño empujón y me encontré algunas cosas tiradas – aquel individuo era listo, demasiado para el gusto de la gata pues eso significaba que debería tener cuidado al jugar con él si deseaba seguir siendo libre.
Enarca la ceja al escuchar aquellas palabras que el hombre tiene por decir; listo, arrogante y demasiado confiado para su gusto pero con todo y eso no puede negar que es demasiado atractivo. Al ver aquel dedo girar, Éliane hace lo mismo dando una vuelta lenta para que tuviera oportunidad de verle bien, solo para detenerse de nuevo frente a él.
– Más que cansado es bastante divertido hacerlo, si robara todo lo que deseo entonces las cosas serian demasiado aburridas y con respecto a lo que preguntas; sé perfectamente lo que tengo y como usarlo, te lo mostraría de una mejor manera pero no tengo ganas de hacerlo – suspira ante las siguientes palabras, que terminan por hacerle molestar un poco pero ante las ultimas palabras se percata de que aquel hombre tiene planes contra ella y antes de poder escaparse es acorralada – ¿Qué es lo que quieres que te muestre? – le mira fijamente – Porque de esta manera no creo que pueda mostrarte la flexibilidad que esperas ver, así solo lograras atraer la atención de cuantos pasen por aquí pero si a ti no te importa… – acerca entonces su rostro al del brujo, pero solo para terminar rozando su nariz por el cuello ajeno – entonces a mi tampoco me importa.
No tenía oportunidad de movimiento y la verdad es que tampoco estaba buscando la forma de escapar pues se sentía interesada en lo que aquel brujo le decía. Antes de responder a sus ultimas palabras fue que sus labios fueron apresados en un beso que no se había esperado y mordió el labio de aquel individuo solo para que se alejara de ella y de esa manera buscar aire.
– Podrías besar mucho mejor, pero bueno ni que hacerle – mintió descaradamente de aquello, pues aquel beso era sin temor a equivocarse de los mejores que recibió en su vida y prueba de eso era que tuvo la imperiosa necesidad de relamerse los labios – pero dime ¿Dónde encontrare un maestro? – sonrió y puso su mano libre en el torso del brujo – porque no soy una gata que le guste estar demasiado tiempo con una sola persona, soy libre – sus ojos permanecían fijos en los ajenos – aunque ahora no lo parezca porque cierto hombre me tiene atrapada – y sin más que decir sonrió.
Jane Brecht- Humano Clase Media
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Fecha de inscripción : 23/12/2013
Re: It´s so easy when you´re evil || Privado +18
I know you're no good but you're stuck in my brain
And I wanna know
Why does it feel so good but hurt so bad
My mind keeps saying
Run as fast as you can
I say I'm done but then pull me back
I swear you're giving me a heart attack
Troublemaker
And I wanna know
Why does it feel so good but hurt so bad
My mind keeps saying
Run as fast as you can
I say I'm done but then pull me back
I swear you're giving me a heart attack
Troublemaker
Los problemas siempre son malos y hay que evitarlos siendo buenos niños o niñas eso es lo que dicen las madres cuando somos unos críos y así evitamos avergonzarlas delante de la sociedad o de sus amigas, que era lo más probable, pero ¿se puede controlar a los críos? Quizás por unos cortos y fugaces momentos de la vida de aquellos niños, pero ¿Cuándo crecen? Es ahí donde se ve si han sido buenos los padres o no, pero claro los muchachos al crecer siempre quieren hacer lo que no hicieron de niño ¿por qué? Porque ahora nadie les pude prohibir hacerlo, solo la ley, si es que se es muy tonto para dejarse pillar, claro está.
Aun así es conocido y lógico que los seres humano re huyan de los problemas no los busquen para seguir con sus vidas tranquilas y monótonas, si supieran lo que se pierden al no vivir con problemas de todo tipo, sabrían entonces que es ahí donde se puede decir la palabra “he vivido” porque como hablar de cosas cuando no las hemos experimentado, imposible e imperdonable, y eso pocos lo saben de buena mano.
El brujo miró a aquella “gata” sus ojos se clavaron en los ojos femeninos dueña de una mirada café que hipnotiza, aquello le trajo recuerdos a Ares un recuerdo muy agradable algo que le provocó una sonrisa que magnetizó todo su cuerpo, dejó caer levemente el peso de su cuerpo contra la joven, no para intimidar al contrario era para respirar su aroma, surcó con su nariz por el fino cuello cincelado de la mujer aspirando aquel perfume de fragancia floral –Hmmm jazmín o me equivoco- sonríe lamiendo su labio con aquella imprenta de sangre y dolor de los dientes ajenos –Me gustaría saber que también manejas esa boca y esos dientes, pero no así, aunque justamente aquí me encantaría hacértelo- susurro sobre sus labios bajando por su mandíbula a duras penas rozando sus labios a la piel hasta llegar a donde quería el centro de su cuello alargado y delicado, suspiro ahí en todo el centro donde se une al pecho -Quiero hacértelo aquí, ahora, justo así como estas- alzo las vistas guiñándole el ojo con la mirada cómplice de “algo estoy ocultando que te va a gustar” separó su rostro de la piel ajena pero sin apartar el cuerpo, la quería mantener presa, con sus manos pegadas a la pared de cada lado de la cabeza de ella, así le gustaba tenerla.
Las palabras de la mujer le causaban mucha risa, pero a la vez le recordaban el pasado con su familia y su hermana muerta, ahí se dibujó una línea dura en sus labios –Sabes aunque encuentro atractiva tu sonrisa, creo que deberás demostrar algo y no es los besos, porque aunque no creas soy mejor besando, pero no estos labios de aquí- otro beso le robo pero esta vez fue más posesivo y pasional, se diría que hasta animal fue aquel beso robado –demuéstrame tu resistencia por ser una gata- los nudillos de su zurda rozaron la mejilla de ella en una caricia intensa sin apartar la mirada de aquellos ojos, la quería atenta –No dejes de mirarme- susurra como un orden a ella, sus nudillos siguen bajando por su cuello lento, muy lento disfrutando de la textura de ella y en un momento inesperado la toma del cuello como si quisiera asfixiarla, presiona su cuello, pega su cadera contra la de la muchacha para inmovilizarla, las piernas las planta incrustándolas en las de la joven para evitar algún reacción inesperada y su boca la une a ella en un beso muy pasional y deseoso, poco le importaba la gente que pasaba y los veía y unas que otras viejas santificándose, claro que se santificaban deseando que sus maridos las abrazaran de esa forma, el brujo mordió la lengua de ella haciendo aquellos hilos en los labios de ambos de color rojo –Todo lo que recibimos es porque nos lo buscamos, incluso este beso que te di lo buscaste sola, y aclaro que no me gusta compartir lo que es mío, y tú ahora eres mía te guste o no, lo quieras o no lo quieras eres mía- sujeta más fuerte el cuello de ella pegándola contra aquel muro de ladrillos llamada pared de un local –Te mostraré lo que se gana y se divierte uno cuando no robas míseras de otros indigentes, es al primera regla de robar “pensar en grande y más” y ahora viene una lección mía para mi hermosa mascota “todo lo que tomes divierte como nunca antes”- una risa sardónica como demostrando "lo mío es mío hasta la muerte de ello" sale de la garganta del brujo tomando a la mujer de la cintura –Ven vámonos de aquí no quiero levantar sospechas, no aun- con el guiño invitó a la mujer. Pero acaso él le estaba preguntando si quería, claro que no, él la tomó para que camine con él y no estaría dispuesto a escuchar un NO como respuesta.
Neitsi & Nerishka- Vampiro Clase Alta
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Re: It´s so easy when you´re evil || Privado +18
Le gustaba es juego y creía ser completamente capaz de ganarle al brujo en cualquier cosa que hiciera, después de todo si le aburría solo debía escapar de su lado y eso no era algo realmente complicado para ella y mucho menos cuando se encontraba en alguna de sus formas animales. Éliane desconocía claro que aquel brujo poseía una hermana y que eso le dificultaría sus movimientos si es que terminaba atrapada por él, pero aquello no se encontraba en sus planes así que no lo tomo en cuenta.
La gata no se movió un ápice al sentir como el brujo deslizaba su nariz por su cuello, aquello eran como caricias para ella y se sentía realmente bien. No pensaba negar lo obvio o pensar en alejarlo cuando lo que hacía le interesaba y sobre todo le agradaba.
– Inteligente, es jazmín claro – mordió aquella lengua y el sabor metálico de la sangre ajena le hizo eco. Existían pocas personas que les gustara la sangre, quizás solo a los vampiros pero aquel brujo tenía algo que ella aún no podía explicarse que le volvía sencillamente irresistible. Esos eran la clase de hombres con los que toda mujer debía tener cuidado, incluso ella; solo que era demasiado confiada en si misma y en sus habilidades como para percatarse de que era necesario que se alejara antes de terminar atrapada por aquel brujo – Te encantaría, pero no lo harás porque no puedes… en el fondo quizás sea de los que si le importa lo que los demás piensen o es que tienes otra clase de planes para una gata que no ha hecho nada malo – río solo para que las palabras ajenas le callaran de sus propios razonamientos, aquel hombre quería dejar clara su posición y jugaba tan bien que la gata se sintió fascinada de poder saber en que lugar alguien que lucía tan buen porte había aprendido esos trucos. La manera en la que le guiño confirmo que se poseían otra clase de planes para ella y la curiosidad pico a Éliane. Ese era un terrible defecto de los felinos que le costaría como nunca.
Aquello de los labios le pareció una ofensa, la cual olvido rápidamente con un nuevo beso. Le parecía injusto estar de aquella manera contra la pared, completamente a merced de aquel hombre pero tampoco era capaz de no reconocer que eso le parecía excitante, más que cualquier otra aventurilla que hubiese tenido por ahí y mucho más que con cualquier otro sujeto que hubiese pasado por ella. Le miro fijamente después de aquel nuevo acercamiento y una sonrisa socarrona se dibujo en su rostro aguardando por ver cual seria el nuevo movimiento del brujo, ese con el que trataría de quitarle el aliento y la libertad.
– Tranquilo, no dejare de mirarte ni un solo segundo para ver de que eres capaz – habla de manera dulce, con un susurro que es enteramente dirigido a aquel individuo a manera de reto pues a pesar de que sabe que va perdiendo la batalla no se rendirá hasta que las cosas lleguen al final. Estaba por comenzar a reír cuando sus ojos se abrieron de par en par al ser tomada de aquella manera tan brusca. Sus manos van instintivamente a aquella que sujeta su cuello pero en lugar de buscar la manera de liberar su cuerpo de aquella cercanía y aquel agarre, se mantiene inmóvil. Un nuevo beso más salvaje y agresivo surge entre ellos y Éliane se deleita con él. No quiere escapar de hecho desea ronronear para él, que sus manos continuaran de aquella manera fans lavaje y posesiva sobre su cuello así como no quería que el cuerpo masculino se separara del suyo.
Jadea cuando el beso termina y observa atenta al brujo, tal y como se lo dijo antes, aun esta aguardando para ver que es lo que llevara a cabo, cual será su siguiente movimiento. En esta ocasión son sin embargo las palabras las que surgen entre ellos; solo eso importa. Las mujeres que rezan al pasar y les juzgan por su actitud tan depravada son una mera sombra a los ojos de la gata, el exterior perdió el interés desde hace mucho rato.
– Que posesivo… – susurra ante el aumento de la presión y la posesividad ajena que sigue dejándole con deseos de que le muestre más de ella. Sonríe pues ya no solo le parece divertido sino que le seguirá para descubrir que es lo que puede obtener de él y de esa manera de ser, se niega a verse atrapada aún pero en el fondo de su ser, allá donde aún no es capaz de escuchar saber que ahora ha encontrado un dueño – Esa no es una lección, es solo palabrería – sus labios se deslizan por el mentón del brujo – deberías mostrarme algo verdaderamente importante no solo parloteo y posesividad. Quiero ver que es pensar en grande para ti y como es que planeas divertirte ¿Me lo mostraras? Prometo… comportarme – sonríe y avanza a su lado, pues al parecer la curiosidad ha matado a la gata – ¿A dónde es que vamos, brujo?
La gata no se movió un ápice al sentir como el brujo deslizaba su nariz por su cuello, aquello eran como caricias para ella y se sentía realmente bien. No pensaba negar lo obvio o pensar en alejarlo cuando lo que hacía le interesaba y sobre todo le agradaba.
– Inteligente, es jazmín claro – mordió aquella lengua y el sabor metálico de la sangre ajena le hizo eco. Existían pocas personas que les gustara la sangre, quizás solo a los vampiros pero aquel brujo tenía algo que ella aún no podía explicarse que le volvía sencillamente irresistible. Esos eran la clase de hombres con los que toda mujer debía tener cuidado, incluso ella; solo que era demasiado confiada en si misma y en sus habilidades como para percatarse de que era necesario que se alejara antes de terminar atrapada por aquel brujo – Te encantaría, pero no lo harás porque no puedes… en el fondo quizás sea de los que si le importa lo que los demás piensen o es que tienes otra clase de planes para una gata que no ha hecho nada malo – río solo para que las palabras ajenas le callaran de sus propios razonamientos, aquel hombre quería dejar clara su posición y jugaba tan bien que la gata se sintió fascinada de poder saber en que lugar alguien que lucía tan buen porte había aprendido esos trucos. La manera en la que le guiño confirmo que se poseían otra clase de planes para ella y la curiosidad pico a Éliane. Ese era un terrible defecto de los felinos que le costaría como nunca.
Aquello de los labios le pareció una ofensa, la cual olvido rápidamente con un nuevo beso. Le parecía injusto estar de aquella manera contra la pared, completamente a merced de aquel hombre pero tampoco era capaz de no reconocer que eso le parecía excitante, más que cualquier otra aventurilla que hubiese tenido por ahí y mucho más que con cualquier otro sujeto que hubiese pasado por ella. Le miro fijamente después de aquel nuevo acercamiento y una sonrisa socarrona se dibujo en su rostro aguardando por ver cual seria el nuevo movimiento del brujo, ese con el que trataría de quitarle el aliento y la libertad.
– Tranquilo, no dejare de mirarte ni un solo segundo para ver de que eres capaz – habla de manera dulce, con un susurro que es enteramente dirigido a aquel individuo a manera de reto pues a pesar de que sabe que va perdiendo la batalla no se rendirá hasta que las cosas lleguen al final. Estaba por comenzar a reír cuando sus ojos se abrieron de par en par al ser tomada de aquella manera tan brusca. Sus manos van instintivamente a aquella que sujeta su cuello pero en lugar de buscar la manera de liberar su cuerpo de aquella cercanía y aquel agarre, se mantiene inmóvil. Un nuevo beso más salvaje y agresivo surge entre ellos y Éliane se deleita con él. No quiere escapar de hecho desea ronronear para él, que sus manos continuaran de aquella manera fans lavaje y posesiva sobre su cuello así como no quería que el cuerpo masculino se separara del suyo.
Jadea cuando el beso termina y observa atenta al brujo, tal y como se lo dijo antes, aun esta aguardando para ver que es lo que llevara a cabo, cual será su siguiente movimiento. En esta ocasión son sin embargo las palabras las que surgen entre ellos; solo eso importa. Las mujeres que rezan al pasar y les juzgan por su actitud tan depravada son una mera sombra a los ojos de la gata, el exterior perdió el interés desde hace mucho rato.
– Que posesivo… – susurra ante el aumento de la presión y la posesividad ajena que sigue dejándole con deseos de que le muestre más de ella. Sonríe pues ya no solo le parece divertido sino que le seguirá para descubrir que es lo que puede obtener de él y de esa manera de ser, se niega a verse atrapada aún pero en el fondo de su ser, allá donde aún no es capaz de escuchar saber que ahora ha encontrado un dueño – Esa no es una lección, es solo palabrería – sus labios se deslizan por el mentón del brujo – deberías mostrarme algo verdaderamente importante no solo parloteo y posesividad. Quiero ver que es pensar en grande para ti y como es que planeas divertirte ¿Me lo mostraras? Prometo… comportarme – sonríe y avanza a su lado, pues al parecer la curiosidad ha matado a la gata – ¿A dónde es que vamos, brujo?
Jane Brecht- Humano Clase Media
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Re: It´s so easy when you´re evil || Privado +18
Una palabra puede cambiar los matices de todo lo que se planee y se desee, con una palabra hasta el ánimo más oscuro puede cambiar por el más volátil, en este caso el “caballero” sintió esa palabra que tanto le excitaba en todas las palabras que lanzaba la boca de la mujer, una sola bastaba para hacer que en sus ojos el brillo de la perversidad se notara, “DESAFIO” es lo más refrescante que alguien puede decir a otra persona ¿por qué? Porque eso es lo que hace que la vida sea más refrescante, el saber que alguien puede arriesgarlo todo por ganar o perder, jugando con el ego y el orgullo de otros, no hay mejor plan que ese.
El brujo tomo la mano de la cambiante con fuerza sonriendo, algo en su mente se iba creando lentamente poco a poquito, y en vez de llamar la atención miró a todos lados percatándose que una que otras mujeres y hombres los observaban en eso aprovechó y su zurdo dio reverendo azote al trasero de la cambiante apretujándose, sopesándolo entre sus dedos, la carne trémula se deshacía y la vez estaba dura lo que le hizo sonreír de lado de forma sardónica –Vaya vaya lo tenías bien guardado aquello que tenías algo firme tras el vestido- la tomo de la cintura riéndose aún más –así que te gusta que todos te vean mientras alguien te roba algunas cosas verdad- se relame los labios con un felino albino la caza la atrapa de la cintura por completo besándole el cuello a la mirada de mujeres que están crucificando a la pareja con rezos para exorcizar ese demonio.
La dejó a un lado pero sin quitarle las manos de la cintura teniéndola bien cerca de él –Recuerda lo que te dije mi gata, espero que nadie más te toque o verás de lo que soy capaz de hacer cuando me enfurezco y te juro que no te gustará verme de esa manera- le apreta la mano con fuerza sonriendole con la maldad reflejada en sus ojos –Además no te sería muy fácil huir de mi, aunque huyas de este continente, te seguiré como tu sombra y sabré todo de ti, así que cuídate el querer burlarte de este brujo- le mira el cuello sopesando la piel fina y aterciopelada de la mujer, imaginándose un millón de imágenes con ella y su hermana, y luego él con la mujer, imágenes mu subidas de tono así que la soltó por un momento alejada de su agarre solo para mirar a las jovencitas que pasaban por las calles con sus doncellas, bien arregladas en eso unas palabras susurradas al viento en idioma celta deja correr por las finas uñas de la brisa nocturna hacia aun joven de cabellos rubios mirando de repente al brujo, quitándose el sombrero, guantes y rasgando el escote de ella acercándose al brujo, lanzándose contra él besan su cuello, sus doncellas al verle actuar así a su madame se alteraron corriendo a buscarle para alejarle pero la mujer estaba poseída en deseos por el brujo que solo reía y trataba de mantener una pose de sorprendido y serio, hasta que ella se arrodillo frente a él queriendo abrirle el pantalón, un gendarme llegó a toda prisa para evitar la censura de las mujeres que comenzaban a soltar una serie de gravemente contra la jovencita que no podía parar de besar y acariciar el cuerpo del brujo, el gendarme la separó y llamó al padre de la joven quien no tardo ni segundos en aparecer pues estaba en una tienda de joyas, al escuchar lo ocurrido decidió pagar al brujo una cantidad exorbitante junto con unos anillos de diamantes para su “hermana” el brujo sonrió asegurando que no presentaría cargos, cuando la jovencita se vio liberada del hechizo salió gritando asustada y sonrojada por semejante espectáculo.
El brujo se volvió hacia la cambiaformas sonriéndole con el anillo en mano guiñándole un ojo –esto es más fácil que robar solo unos cuantos puchos, ahora ¿Qué me darás a cambio por el anillo gata- la empuja contra la pared cerca apresándola con su cuerpo susurrándole sobre el cuello dejando el anillo caer entre el escote de ella, que se aloje entre los pechos de ella –Que torpe he sido creo que tendré que usar la lengua para sacar el anillo de ese lugar- baja sus labios rozando la tela de los hombros hasta el inicio del pecho pero alza la mirada viéndole con una sonrisa picarona. -no vuelvas a retarme o las mordida serás tu cariño, ademas no creo que lo hagas delante de todos lo mismo que hice, si consigues más que yo te daré algo que disfrutarás, pero si no te daré algo que te hará sonrojar mucho- ahora el desafío era para ella.
El brujo tomo la mano de la cambiante con fuerza sonriendo, algo en su mente se iba creando lentamente poco a poquito, y en vez de llamar la atención miró a todos lados percatándose que una que otras mujeres y hombres los observaban en eso aprovechó y su zurdo dio reverendo azote al trasero de la cambiante apretujándose, sopesándolo entre sus dedos, la carne trémula se deshacía y la vez estaba dura lo que le hizo sonreír de lado de forma sardónica –Vaya vaya lo tenías bien guardado aquello que tenías algo firme tras el vestido- la tomo de la cintura riéndose aún más –así que te gusta que todos te vean mientras alguien te roba algunas cosas verdad- se relame los labios con un felino albino la caza la atrapa de la cintura por completo besándole el cuello a la mirada de mujeres que están crucificando a la pareja con rezos para exorcizar ese demonio.
La dejó a un lado pero sin quitarle las manos de la cintura teniéndola bien cerca de él –Recuerda lo que te dije mi gata, espero que nadie más te toque o verás de lo que soy capaz de hacer cuando me enfurezco y te juro que no te gustará verme de esa manera- le apreta la mano con fuerza sonriendole con la maldad reflejada en sus ojos –Además no te sería muy fácil huir de mi, aunque huyas de este continente, te seguiré como tu sombra y sabré todo de ti, así que cuídate el querer burlarte de este brujo- le mira el cuello sopesando la piel fina y aterciopelada de la mujer, imaginándose un millón de imágenes con ella y su hermana, y luego él con la mujer, imágenes mu subidas de tono así que la soltó por un momento alejada de su agarre solo para mirar a las jovencitas que pasaban por las calles con sus doncellas, bien arregladas en eso unas palabras susurradas al viento en idioma celta deja correr por las finas uñas de la brisa nocturna hacia aun joven de cabellos rubios mirando de repente al brujo, quitándose el sombrero, guantes y rasgando el escote de ella acercándose al brujo, lanzándose contra él besan su cuello, sus doncellas al verle actuar así a su madame se alteraron corriendo a buscarle para alejarle pero la mujer estaba poseída en deseos por el brujo que solo reía y trataba de mantener una pose de sorprendido y serio, hasta que ella se arrodillo frente a él queriendo abrirle el pantalón, un gendarme llegó a toda prisa para evitar la censura de las mujeres que comenzaban a soltar una serie de gravemente contra la jovencita que no podía parar de besar y acariciar el cuerpo del brujo, el gendarme la separó y llamó al padre de la joven quien no tardo ni segundos en aparecer pues estaba en una tienda de joyas, al escuchar lo ocurrido decidió pagar al brujo una cantidad exorbitante junto con unos anillos de diamantes para su “hermana” el brujo sonrió asegurando que no presentaría cargos, cuando la jovencita se vio liberada del hechizo salió gritando asustada y sonrojada por semejante espectáculo.
El brujo se volvió hacia la cambiaformas sonriéndole con el anillo en mano guiñándole un ojo –esto es más fácil que robar solo unos cuantos puchos, ahora ¿Qué me darás a cambio por el anillo gata- la empuja contra la pared cerca apresándola con su cuerpo susurrándole sobre el cuello dejando el anillo caer entre el escote de ella, que se aloje entre los pechos de ella –Que torpe he sido creo que tendré que usar la lengua para sacar el anillo de ese lugar- baja sus labios rozando la tela de los hombros hasta el inicio del pecho pero alza la mirada viéndole con una sonrisa picarona. -no vuelvas a retarme o las mordida serás tu cariño, ademas no creo que lo hagas delante de todos lo mismo que hice, si consigues más que yo te daré algo que disfrutarás, pero si no te daré algo que te hará sonrojar mucho- ahora el desafío era para ella.
Neitsi & Nerishka- Vampiro Clase Alta
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Re: It´s so easy when you´re evil || Privado +18
Un sonido parecido a un silbido se queda en su garganta, mientras que los ojos felinos se posan en el brujo que ha osado golpearle el trasero. No tiene ningún inconveniente en que lo haga y mucho menos en que aquellos que están avanzando por la calle se den cuenta de eso; si Éliane fuera una mujer de clase alta todo aquello de hecho sería mucho más divertido para ella, solo que lo único que no soporta es que duden de que tiene todo en su sitio. Es mayor que aquel brujo que va a su lado, pero con todo y eso la edad de los cambiaformas son más lentos y ella mantendrá esa figura mucho tiempo después de esa nalgada, mucho después de que el cuerpo masculino pierda algo de encanto.
– No me subestimes brujo y deja de hacer tus tonterías e imprudencias así que mejor será que muestres de que estas hecho o tendré que dejarte por lo patético que eres – No le dejara, ya no le es posible porque sabe que no es patético y menos cuando descubre lo mucho que a ella le agrada ver a las personas a su alrededor exaltarse por asuntos tan naturales entre dos jóvenes que dan la apariencia de ser una pareja. Todos son un montón de santurrones que fuera de la vista de los demás se comportan incluso peor que ellos dos, al menos tanto el brujo como la gata se muestran sinceros.
Esta vez el beso iba a parar a su cuello y de reojo observa a todas aquellas mujeres que les miran y hablan de ellos. La gata sabe que con él será muy complicado aburrirse y que eso es parte de lo que le mantendrá a ella a su lado tanto como él se lo pida o lo permita pero eso es algo que no le dita por el hecho de que Éliane no es de ese tipo.
– Pues para que nadie más me toque brujo debes saber exactamente donde es que le gusta que me toquen – le sonríe y sujeta su mano con la misma intensidad que él toma la suya – No he dicho que voy a burlarme además de que ya que a una le han dicho tanto como esto ¿Qué mas puede hacer? – suelta un suspiro fingido, como si realmente fuera una buena mujer que ha sido atrapada por el mismo demonio – Aunque ser perseguida por un brujo por todo el mundo no suena tan mal – uno de los dedos de la mano libre de la gata va a delinear aquellos labios mientras acerca su rostro mucho más a él, quedando cerca como para solo rozarle los labios y después separarse de manera normal con una enorme sonrisa en los labios.
En el momento que aquella mujer se abalanzo en dirección al brujo, ella puso cara de sorprendida al igual que él. Diciendo cosas al aire acerca de lo impropio que era que una mujer actuara de esa manera en la calle y más ante un desconocido. Realmente quería terminar echándose a reír del espectáculo que se estaba ofreciendo y el cual no tardo en llamar la atención de los que se encargaban de mantener la seguridad y cuando el asunto estuvo “arreglado” y la familia aquella se retiro avergonzada del lugar, Éliane se acerco de nuevo al brujo.
– Eres todo un demonio, esa pobre chiquilla se la pasara llorando toda la noche – enarco la ceja sin dejar de mirarle un solo segundo. De nueva cuenta se dejo apresar entre una pared y el frío del anillo fue a parar entre sus senos lo que la hizo reír – Vaya que eres torpe, mira que dejar que cayeran ahí – de manera deliberada movió los hombros, haciendo que aquel anillo se fuera más profundo en su escote solo para que el desafío ahora fuera para ella.
Su mano va a posarse en el pecho masculino que debajo de aquellas telas que le cubren se siente firme y le provoca ganas de ronronear. Con firmeza le separa de ella y mira de una dirección a otra hasta que ve a un grupo de hombres, todos con esa apariencia de ser extremadamente ricos y no poner atención a su alrededor.
– No tender magia, pero también tengo mis trucos – dice antes de apartarse del lado del brujo y caminar en dirección a aquel grupo. Conforme se acerca a ellos sus pasos se vuelven más irregulares y solo cuando esta cerca de ellos y el olor a que han estado bebiendo llega a ella es que se le abraza a aquel que luce más ostentoso y le planta un beso en los labios para después comenzar a reír y actuar como si fuera una joven que es incapaz de tolerar el alcohol – Perdona… pensé que eras mi prometido – hablo más en gritos que nada mientras que sus manos finas se deslizaban por aquella figura y los hombres comenzaban a reír al igual que ella. Por eso la gata elige siempre hombres, porque se dejan llevar por las faldas y debilidades de cualquier mujer. Hay un segundo en que los hombres se miran, pensando seguramente en que maldad hacerle a ella que esta perdida en la ebriedad y es en esos momentos cuando ella saca de la bolsa de aquel hombre un pesado reloj de bolsillo –¡Lo encontré! - termina por decir para soltarse del sujeto aquel e ir de nuevo hasta el brujo y dejarse caer contra aquel cuerpo, brindándole esta vez un beso profundo en lo que los hombres aquellos comienzan a maldecir porque sus planes no han salido como esperaban y lentamente se alejan.
Solo cuando los cuerpos masculinos se alejan es que ella deja de fingir que esta realmente con su prometido y se aleja para mostrar el reloj.
– Bueno, creo que es momento de ver quien consiguió aquello que es más valioso ¿no crees? – de manera descarada y no prestando atención a si alguien le mira, saca el anillo de su escote solo para darse rápidamente cuenta de que aunque el reloj es de oro, el anillo sigue siendo más caro. El brujo ha ganado.
– No me subestimes brujo y deja de hacer tus tonterías e imprudencias así que mejor será que muestres de que estas hecho o tendré que dejarte por lo patético que eres – No le dejara, ya no le es posible porque sabe que no es patético y menos cuando descubre lo mucho que a ella le agrada ver a las personas a su alrededor exaltarse por asuntos tan naturales entre dos jóvenes que dan la apariencia de ser una pareja. Todos son un montón de santurrones que fuera de la vista de los demás se comportan incluso peor que ellos dos, al menos tanto el brujo como la gata se muestran sinceros.
Esta vez el beso iba a parar a su cuello y de reojo observa a todas aquellas mujeres que les miran y hablan de ellos. La gata sabe que con él será muy complicado aburrirse y que eso es parte de lo que le mantendrá a ella a su lado tanto como él se lo pida o lo permita pero eso es algo que no le dita por el hecho de que Éliane no es de ese tipo.
– Pues para que nadie más me toque brujo debes saber exactamente donde es que le gusta que me toquen – le sonríe y sujeta su mano con la misma intensidad que él toma la suya – No he dicho que voy a burlarme además de que ya que a una le han dicho tanto como esto ¿Qué mas puede hacer? – suelta un suspiro fingido, como si realmente fuera una buena mujer que ha sido atrapada por el mismo demonio – Aunque ser perseguida por un brujo por todo el mundo no suena tan mal – uno de los dedos de la mano libre de la gata va a delinear aquellos labios mientras acerca su rostro mucho más a él, quedando cerca como para solo rozarle los labios y después separarse de manera normal con una enorme sonrisa en los labios.
En el momento que aquella mujer se abalanzo en dirección al brujo, ella puso cara de sorprendida al igual que él. Diciendo cosas al aire acerca de lo impropio que era que una mujer actuara de esa manera en la calle y más ante un desconocido. Realmente quería terminar echándose a reír del espectáculo que se estaba ofreciendo y el cual no tardo en llamar la atención de los que se encargaban de mantener la seguridad y cuando el asunto estuvo “arreglado” y la familia aquella se retiro avergonzada del lugar, Éliane se acerco de nuevo al brujo.
– Eres todo un demonio, esa pobre chiquilla se la pasara llorando toda la noche – enarco la ceja sin dejar de mirarle un solo segundo. De nueva cuenta se dejo apresar entre una pared y el frío del anillo fue a parar entre sus senos lo que la hizo reír – Vaya que eres torpe, mira que dejar que cayeran ahí – de manera deliberada movió los hombros, haciendo que aquel anillo se fuera más profundo en su escote solo para que el desafío ahora fuera para ella.
Su mano va a posarse en el pecho masculino que debajo de aquellas telas que le cubren se siente firme y le provoca ganas de ronronear. Con firmeza le separa de ella y mira de una dirección a otra hasta que ve a un grupo de hombres, todos con esa apariencia de ser extremadamente ricos y no poner atención a su alrededor.
– No tender magia, pero también tengo mis trucos – dice antes de apartarse del lado del brujo y caminar en dirección a aquel grupo. Conforme se acerca a ellos sus pasos se vuelven más irregulares y solo cuando esta cerca de ellos y el olor a que han estado bebiendo llega a ella es que se le abraza a aquel que luce más ostentoso y le planta un beso en los labios para después comenzar a reír y actuar como si fuera una joven que es incapaz de tolerar el alcohol – Perdona… pensé que eras mi prometido – hablo más en gritos que nada mientras que sus manos finas se deslizaban por aquella figura y los hombres comenzaban a reír al igual que ella. Por eso la gata elige siempre hombres, porque se dejan llevar por las faldas y debilidades de cualquier mujer. Hay un segundo en que los hombres se miran, pensando seguramente en que maldad hacerle a ella que esta perdida en la ebriedad y es en esos momentos cuando ella saca de la bolsa de aquel hombre un pesado reloj de bolsillo –¡Lo encontré! - termina por decir para soltarse del sujeto aquel e ir de nuevo hasta el brujo y dejarse caer contra aquel cuerpo, brindándole esta vez un beso profundo en lo que los hombres aquellos comienzan a maldecir porque sus planes no han salido como esperaban y lentamente se alejan.
Solo cuando los cuerpos masculinos se alejan es que ella deja de fingir que esta realmente con su prometido y se aleja para mostrar el reloj.
– Bueno, creo que es momento de ver quien consiguió aquello que es más valioso ¿no crees? – de manera descarada y no prestando atención a si alguien le mira, saca el anillo de su escote solo para darse rápidamente cuenta de que aunque el reloj es de oro, el anillo sigue siendo más caro. El brujo ha ganado.
Jane Brecht- Humano Clase Media
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Re: It´s so easy when you´re evil || Privado +18
Trucos, Trucos, aquella palabra ¿qué significa en sí? No significa nada sola pero tiene mucho contexto cuando va acompañada de las ideas en práctica al usarla en nuestros actos deliberados sin ser atrapados infraganti ahí es cuando se usa la palabra “truco” porque nos valemos de toda artimaña posible para hacer que la realidad sea irreal para los otros y así sustraer con éxito lo que queramos por debajo de la mesa, aunque también hay individuos que usan sus trucos a diestra y siniestra sin pensar en las consecuencias, quizás lo hacen porque saben que sus habilidades no son tan visibles como otras o por confiados, sea cual sea la opción que pase por la mente de los ilusionistas termina todo en lo mismo, una competencia.
Era obvio que la mujer no era cualquier mujer no solo por ser una cambiaformas si no por ser alguien que se apegaba mucho al tipo de mujeres que le gustan a aquel brujo, cosa que era extraño encontrar, ya que las mujeres a su lado siempre mueren pero esta no correría esa suerte, claro que no, para Ares aquella mujer comenzó a ser un capricho, como un trofeo el cual exhibir, y todo gracias a los comentarios de esa lengua viperina o felina en todo caso que la mujer tenía, oh si era eso lo que la mantendría con vida junto al brujo, el cual solo acallo las quejas de la mujer con besos y con sus labios abierto en asombro, era parte de su “ignorar lo que no tiene sentido” y era lo que estaba haciendo con ella, aun lado ya quedó la caballerosidad, si es que lo había sido claro que no era el caso, pero igual ahora era el momento de mostrar las palabras en realidad, una realidad que lamentaría la mujer pero que la final lo disfrutaría.
Alzo sus manos indicándole el camino –Adelante haz tu magia entonces, pero recuerda si no es más caro te tocará pagar, y será lo que yo quiera- con un guiño aquel brujo descansa sobre la pared recargando su cuerpo mirando a su “gata” trabajar, cuando ella le dio la espalda este se embebió de su figura, aquel trasero pavoneándose completamente para otros, lo que para el brujo le hace negar con la cabeza lento mirando a su mujer en sus “trucos”, cuando la vio finalizar no hizo ningún comentario de los que suele hacer a su hermana, cuando están “dialogando”, tomó el reloj entre sus manos analizándolo con una risa triunfante en aquellos labios masculinos –Eso fue todo…que truquito más barato- se burla enarcándole una ceja -Creo que sobra dictaminar el ganador verdad- se ríe tomando la mano de la joven tirándola hacia él –No serás una pésima perdedora verdad, aceptarás el trato y lo cumplirás a cabalidad- acerca su rostro sonriente y demoniaco hasta el escote de la mujer, con su otra mano toma el anillo para dejarlo en su sitio, justo entre los senos de la gata –Ooops otra vez que torpeza la mía tendré que tomarlo- y sin pedir permiso ni autorización ni esperar que la mujer dijera algo, este metió la mano en su escote rozando sus dedos entre aquellos orbes que se encontraban apresados contra la tela del vestido pero no se detuvo, cuando sus dedos tomaron el anillo lo dejó caer otra vez riéndose aun más –tercera torpeza creo que tendré que usar la boca para tomar el anillo- lleva su mano un poco de lado a lado rozando aquellos pechos hasta que toma el anillo retirándolo del escote –Bien este anillo no se si se verá bien en ti o no, tendremos que hacer una prueba-
Su sonrisa es muy fresca y confiada como si tramara algo, no, no es que como si tramara algo, es que está tramando algo, las manos del brujo se van a la cadera de la mujer pegando la suya propia contra la de ella meciéndola contra el viento lenta y delicadamente –Te dije que no me retaras y aun asi lo sigues asiento, es que acaso no tienes miedo en como terminarás- sus hábiles manos comienzan a subir lentamente las faldas del vestido mostrando aquellas medias finas y delicadas con su encaje en la parte superior; los hombres a los que les habían servido de cebo para la prueba de la gata regresaron un rato silbándoles a la pareja obscenidades por aquella muestra de “amor” de enamorados, el brujo rezó unas palabras en otro idioma y la voz se les fue a todos ellos con la risa y los asustados hombres que no podían hablar introdujo su diestra justo en aquellas bragas de encaje de la mujer rozando por encima de la tela lentamente su punto más cálido –Entonces vamos a tocar donde nadie tocara de ahora en adelante- y sin darle tiempo a la joven pellizca aquel botón sensible que poseen las mujeres.
-No soy de seguir a una mujer por el mundo entero, ni siquiera a sus almas para tener poder, son las mujeres las que me siguen encadenadas por la eternidad y tu estarás igual pero no será en el infierno sino en mi cama cada noche, cada día, cuando yo te lo diga y te lo ordene- muerde el labio inferior de la mujer con fuerza tirando de este, su mano libre la toma del cuello para que agache aquel rostro altivo –Oh como me gustará domarte y ponerte mi marca en tu cuerpo, será muy divertido para mí y doloroso para ti- la mano que tenía dentro de la intimidad de la mujer roza con más fervor e enjundia aquellos labios expuestos, ya no sobre la tela si no ahora piel a piel, la piel íntima con la piel de su mano abriendo más aquellos labios inferiores dejando que el dedo del corazón roce los labios internos usando sus uñas para hacer más intensos las caricias.
-Muéstrame todos tus trucos al usar tu boca para jadear, olvidarás a todos los hombres que pasaron antes de mí, y solo me tendrás ahora en tu mente, tendrás sed de mí y suplicaras que calme tu hambre, no pensarás en nada más que no sea en mi- reza como un hechizo pero no lo es, es solo una sentencia sobre los labios de la mujer moviendo su mano como si le estuviera haciendo el amor, lento y delicado, moviéndose entrando y saliendo pero sin penetrarla, solo en roces….hasta que…hasta que retira la mano riéndose –Bien es hora de mi premio y lo quiero ahora- la mira de pies a cabeza esperando que ella entendiera, quería verla sin ropa, o al menos que le muestre sus partes más íntimas o le mostrara algo muy arrebatado de su parte.
El brujo no es de seguir las reglas de la sociedad al contrario le gusta crearse sus propias normas y seguirlas y romperlas a su antojo, en si él jamás se aburre como los otros porque siempre esta pensando como fastidiar a los demás para su diversión.
Era obvio que la mujer no era cualquier mujer no solo por ser una cambiaformas si no por ser alguien que se apegaba mucho al tipo de mujeres que le gustan a aquel brujo, cosa que era extraño encontrar, ya que las mujeres a su lado siempre mueren pero esta no correría esa suerte, claro que no, para Ares aquella mujer comenzó a ser un capricho, como un trofeo el cual exhibir, y todo gracias a los comentarios de esa lengua viperina o felina en todo caso que la mujer tenía, oh si era eso lo que la mantendría con vida junto al brujo, el cual solo acallo las quejas de la mujer con besos y con sus labios abierto en asombro, era parte de su “ignorar lo que no tiene sentido” y era lo que estaba haciendo con ella, aun lado ya quedó la caballerosidad, si es que lo había sido claro que no era el caso, pero igual ahora era el momento de mostrar las palabras en realidad, una realidad que lamentaría la mujer pero que la final lo disfrutaría.
Alzo sus manos indicándole el camino –Adelante haz tu magia entonces, pero recuerda si no es más caro te tocará pagar, y será lo que yo quiera- con un guiño aquel brujo descansa sobre la pared recargando su cuerpo mirando a su “gata” trabajar, cuando ella le dio la espalda este se embebió de su figura, aquel trasero pavoneándose completamente para otros, lo que para el brujo le hace negar con la cabeza lento mirando a su mujer en sus “trucos”, cuando la vio finalizar no hizo ningún comentario de los que suele hacer a su hermana, cuando están “dialogando”, tomó el reloj entre sus manos analizándolo con una risa triunfante en aquellos labios masculinos –Eso fue todo…que truquito más barato- se burla enarcándole una ceja -Creo que sobra dictaminar el ganador verdad- se ríe tomando la mano de la joven tirándola hacia él –No serás una pésima perdedora verdad, aceptarás el trato y lo cumplirás a cabalidad- acerca su rostro sonriente y demoniaco hasta el escote de la mujer, con su otra mano toma el anillo para dejarlo en su sitio, justo entre los senos de la gata –Ooops otra vez que torpeza la mía tendré que tomarlo- y sin pedir permiso ni autorización ni esperar que la mujer dijera algo, este metió la mano en su escote rozando sus dedos entre aquellos orbes que se encontraban apresados contra la tela del vestido pero no se detuvo, cuando sus dedos tomaron el anillo lo dejó caer otra vez riéndose aun más –tercera torpeza creo que tendré que usar la boca para tomar el anillo- lleva su mano un poco de lado a lado rozando aquellos pechos hasta que toma el anillo retirándolo del escote –Bien este anillo no se si se verá bien en ti o no, tendremos que hacer una prueba-
Su sonrisa es muy fresca y confiada como si tramara algo, no, no es que como si tramara algo, es que está tramando algo, las manos del brujo se van a la cadera de la mujer pegando la suya propia contra la de ella meciéndola contra el viento lenta y delicadamente –Te dije que no me retaras y aun asi lo sigues asiento, es que acaso no tienes miedo en como terminarás- sus hábiles manos comienzan a subir lentamente las faldas del vestido mostrando aquellas medias finas y delicadas con su encaje en la parte superior; los hombres a los que les habían servido de cebo para la prueba de la gata regresaron un rato silbándoles a la pareja obscenidades por aquella muestra de “amor” de enamorados, el brujo rezó unas palabras en otro idioma y la voz se les fue a todos ellos con la risa y los asustados hombres que no podían hablar introdujo su diestra justo en aquellas bragas de encaje de la mujer rozando por encima de la tela lentamente su punto más cálido –Entonces vamos a tocar donde nadie tocara de ahora en adelante- y sin darle tiempo a la joven pellizca aquel botón sensible que poseen las mujeres.
-No soy de seguir a una mujer por el mundo entero, ni siquiera a sus almas para tener poder, son las mujeres las que me siguen encadenadas por la eternidad y tu estarás igual pero no será en el infierno sino en mi cama cada noche, cada día, cuando yo te lo diga y te lo ordene- muerde el labio inferior de la mujer con fuerza tirando de este, su mano libre la toma del cuello para que agache aquel rostro altivo –Oh como me gustará domarte y ponerte mi marca en tu cuerpo, será muy divertido para mí y doloroso para ti- la mano que tenía dentro de la intimidad de la mujer roza con más fervor e enjundia aquellos labios expuestos, ya no sobre la tela si no ahora piel a piel, la piel íntima con la piel de su mano abriendo más aquellos labios inferiores dejando que el dedo del corazón roce los labios internos usando sus uñas para hacer más intensos las caricias.
-Muéstrame todos tus trucos al usar tu boca para jadear, olvidarás a todos los hombres que pasaron antes de mí, y solo me tendrás ahora en tu mente, tendrás sed de mí y suplicaras que calme tu hambre, no pensarás en nada más que no sea en mi- reza como un hechizo pero no lo es, es solo una sentencia sobre los labios de la mujer moviendo su mano como si le estuviera haciendo el amor, lento y delicado, moviéndose entrando y saliendo pero sin penetrarla, solo en roces….hasta que…hasta que retira la mano riéndose –Bien es hora de mi premio y lo quiero ahora- la mira de pies a cabeza esperando que ella entendiera, quería verla sin ropa, o al menos que le muestre sus partes más íntimas o le mostrara algo muy arrebatado de su parte.
El brujo no es de seguir las reglas de la sociedad al contrario le gusta crearse sus propias normas y seguirlas y romperlas a su antojo, en si él jamás se aburre como los otros porque siempre esta pensando como fastidiar a los demás para su diversión.
Neitsi & Nerishka- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 14/11/2013
Re: It´s so easy when you´re evil || Privado +18
Un reto complicado algo que de verdad le gustara realizar a la gata de los cabellos castaños. Avanza sin temor, decidida sobre su presa masculina y efectúa el robo más sencillo de los que ha ejecutado, pero también con algo de espectáculo que es mucho menor que el del brujo. Su cuerpo se acoplaba a los masculinos como parte de ellos, como si fuera ella la misma ropa que a ellos les cubría el cuerpo, solo para de esa manera distraerlos de sus manos lo suficiente como para tomar su botín y regresar a los brazos de quien mediante besos y tratos burdos ya le había robado todo cuanto presumía tener.
Estaba orgullosa de su botín, pero apenas escuchar al brujo decir que su truco era el más barato le hace poner cara molesta.
– ¿Truco barato? No ha sido muy diferente al tuyo, en el que únicamente has hecho que la chica hiciera todo el trabajo sucio por ti. Me arriesgo mucho más que tu y eso merece su crédito, brujo – no permite que un hombre como ese le juzgue de hacer trucos baratos. Menos cuando esa clase de trucos son los que han mantenido con vida a la cambiaformas por tanto tiempo. Esa clase de trucos son lo que llevan la comida a la mesa de Éliane, los que le dan para comprar que vestir y aunque ella no lo sabe aún. Esos trucos baratos la han llevado hasta su dueño.
Podrá ser una ladrona, una mentirosa y estafadora pero cuando se trata de un trato con alguien de su propia calaña, nunca se ha arrepentido. Sé sabe lo suficientemente buena y resistente como para soportar que sea aquello que el descarado hombre que la acerca a su cuerpo pida. Con los cuerpos tan cerca y ya menos preocupada por los retos que estaban enfrentando, goza de la figura sobre la que se encuentra. Aún a pesar de la tela que cubre el cuerpo masculino, puede sentir la firmeza de los músculos del brujo y como su cuerpo se acopla sin dificultad alguna al de él, claro, normal para una gata.
– Seré una buena perdedora, aceptare lo que sea… si es que ganas brujo – ya conocía el resultado, pero no dice nada. Quiere sentirse la triunfadora de mentiras un poco más de tiempo e imaginar que sería lo que diría a aquel hombre que hiciera si es que ella resultara vencedora. El anillo que finalmente había salido de su escote va a parar justo al mismo lugar donde se encontraba segundos antes y la gata suelta una risa juguetona – Vaya que tienes dedos torpes, deberás entrenarlos debidamente ¿no crees? – la mano se aventura dentro del escote de la ladrona. Si la gente veía lo que pasaba o no, le daba lo mismo. Era una gata siendo mimada de formas poco usuales, pero eso le estaba gustando. La manera de actuar de Ares la tenía embelesada, tal y como un juguete que se mueve frente a los ojos del gato y del cual no puede quitar la mirada de encima. El anillo abandona una segunda vez su escote, dejando entre sus senos la ausencia de la mano que tan bien se sentía. Una nueva risa sale de sus labios – Demasiado torpe, me pregunto si tus manos torpes podrán coordinar para otras cosas – ante la nueva intromisión ronronea, aquella sensación de calor que Ares le provoca es tan inusual como peligrosa y placentera.
¿Miedo? Algo complicado de sentir por la gata que sabe que se expone diariamente pero que no le interesa lo que pueda pasarle. Mucho menos cuando se trata de lidiar con un hombre como aquel que le enloquece los sentidos apenas con unos ligeros roces, signo de que sabe como complacer a una mujer y tenerla a su disposición.
– Es interesante retarte, quiero saber de que eres capaz realmente y ver que no eres solo un engreído, aunque eso se confirma poco a poco – sonríe. No será la victoriosa aquel día, pero quizás termine ganando más que el propio brujo.
El grupo de hombres a quienes antes había robado, regresaban sobre sus pasos, quizás ya se habían dado cuenta de la ausencia del reloj, pero al verles olvidan completamente su labor probable de búsqueda para comenzar a silbar, tratando de avergonzar a la gata o al brujo. Idiotas, que tratan de hacer que quienes no tienen temor se apenen. Una risa divertida sale de los labios de Éliane cuando se da cuenta de que los hombres no pueden hablar o siquiera hacer sonido alguno – Pobres torpes, seguro irán a llorar donde nadie les vea – la voz de la gata ha cambiado, se escucha suave, mezclada con deseo, ese que despierta el brujo con cada roce de sus manos por dentro de su falda.
Entreabre los labios, aguantando para no producir ningún sonido que le indique al brujo que va ganando terreno a pasos agigantados. La amenaza que le da, más que asustarle o alertarle, le fascina. Parece que finalmente ha encontrado a alguien digno de seguir, alguien a quien brindar parte de sus servicios. Muerde de manera juguetona el mentón de Ares.
– No soy fácil de domar brujo, quizás quien termine domado seas tu – ríe – sería hermoso verte a mi merced, ¿no te parece? – busca más retos para él, retos que solo culminan en caricias más profundas e intimas. Finalmente, ante aquellas palabras y la manera en que el dedo del hombre juega con ella suelta un gemido y entonces, todo termina. La risa del brujo es lo único que ahora escucha y su mirada sobre el cuerpo de Éliane le enfurece, no le gustan las cosas a medias y ese brujo es alguien a quien quiere y nada fuera de eso le interesa – Dime el lugar y te daré lo que quieras – su mirada no se despega del brujo de hecho termina por tomarle de las ropas y acercarle nuevamente hasta ella – ¿Quieres aquí tu premio? Te lo daré donde lo pidas, solo porque yo siempre cumplo mis promesas – por eso y porque no puede soportar más el deseo de sentirle cerca. Los labios de la gata pasan desde el cuello hasta los labios del brujo en un movimiento suave – Anda, dime – No se separa ni un ápice, los labios de ambos están unidos pero la gata aguarda una respuesta o más que eso, una orden.
Estaba orgullosa de su botín, pero apenas escuchar al brujo decir que su truco era el más barato le hace poner cara molesta.
– ¿Truco barato? No ha sido muy diferente al tuyo, en el que únicamente has hecho que la chica hiciera todo el trabajo sucio por ti. Me arriesgo mucho más que tu y eso merece su crédito, brujo – no permite que un hombre como ese le juzgue de hacer trucos baratos. Menos cuando esa clase de trucos son los que han mantenido con vida a la cambiaformas por tanto tiempo. Esa clase de trucos son lo que llevan la comida a la mesa de Éliane, los que le dan para comprar que vestir y aunque ella no lo sabe aún. Esos trucos baratos la han llevado hasta su dueño.
Podrá ser una ladrona, una mentirosa y estafadora pero cuando se trata de un trato con alguien de su propia calaña, nunca se ha arrepentido. Sé sabe lo suficientemente buena y resistente como para soportar que sea aquello que el descarado hombre que la acerca a su cuerpo pida. Con los cuerpos tan cerca y ya menos preocupada por los retos que estaban enfrentando, goza de la figura sobre la que se encuentra. Aún a pesar de la tela que cubre el cuerpo masculino, puede sentir la firmeza de los músculos del brujo y como su cuerpo se acopla sin dificultad alguna al de él, claro, normal para una gata.
– Seré una buena perdedora, aceptare lo que sea… si es que ganas brujo – ya conocía el resultado, pero no dice nada. Quiere sentirse la triunfadora de mentiras un poco más de tiempo e imaginar que sería lo que diría a aquel hombre que hiciera si es que ella resultara vencedora. El anillo que finalmente había salido de su escote va a parar justo al mismo lugar donde se encontraba segundos antes y la gata suelta una risa juguetona – Vaya que tienes dedos torpes, deberás entrenarlos debidamente ¿no crees? – la mano se aventura dentro del escote de la ladrona. Si la gente veía lo que pasaba o no, le daba lo mismo. Era una gata siendo mimada de formas poco usuales, pero eso le estaba gustando. La manera de actuar de Ares la tenía embelesada, tal y como un juguete que se mueve frente a los ojos del gato y del cual no puede quitar la mirada de encima. El anillo abandona una segunda vez su escote, dejando entre sus senos la ausencia de la mano que tan bien se sentía. Una nueva risa sale de sus labios – Demasiado torpe, me pregunto si tus manos torpes podrán coordinar para otras cosas – ante la nueva intromisión ronronea, aquella sensación de calor que Ares le provoca es tan inusual como peligrosa y placentera.
¿Miedo? Algo complicado de sentir por la gata que sabe que se expone diariamente pero que no le interesa lo que pueda pasarle. Mucho menos cuando se trata de lidiar con un hombre como aquel que le enloquece los sentidos apenas con unos ligeros roces, signo de que sabe como complacer a una mujer y tenerla a su disposición.
– Es interesante retarte, quiero saber de que eres capaz realmente y ver que no eres solo un engreído, aunque eso se confirma poco a poco – sonríe. No será la victoriosa aquel día, pero quizás termine ganando más que el propio brujo.
El grupo de hombres a quienes antes había robado, regresaban sobre sus pasos, quizás ya se habían dado cuenta de la ausencia del reloj, pero al verles olvidan completamente su labor probable de búsqueda para comenzar a silbar, tratando de avergonzar a la gata o al brujo. Idiotas, que tratan de hacer que quienes no tienen temor se apenen. Una risa divertida sale de los labios de Éliane cuando se da cuenta de que los hombres no pueden hablar o siquiera hacer sonido alguno – Pobres torpes, seguro irán a llorar donde nadie les vea – la voz de la gata ha cambiado, se escucha suave, mezclada con deseo, ese que despierta el brujo con cada roce de sus manos por dentro de su falda.
Entreabre los labios, aguantando para no producir ningún sonido que le indique al brujo que va ganando terreno a pasos agigantados. La amenaza que le da, más que asustarle o alertarle, le fascina. Parece que finalmente ha encontrado a alguien digno de seguir, alguien a quien brindar parte de sus servicios. Muerde de manera juguetona el mentón de Ares.
– No soy fácil de domar brujo, quizás quien termine domado seas tu – ríe – sería hermoso verte a mi merced, ¿no te parece? – busca más retos para él, retos que solo culminan en caricias más profundas e intimas. Finalmente, ante aquellas palabras y la manera en que el dedo del hombre juega con ella suelta un gemido y entonces, todo termina. La risa del brujo es lo único que ahora escucha y su mirada sobre el cuerpo de Éliane le enfurece, no le gustan las cosas a medias y ese brujo es alguien a quien quiere y nada fuera de eso le interesa – Dime el lugar y te daré lo que quieras – su mirada no se despega del brujo de hecho termina por tomarle de las ropas y acercarle nuevamente hasta ella – ¿Quieres aquí tu premio? Te lo daré donde lo pidas, solo porque yo siempre cumplo mis promesas – por eso y porque no puede soportar más el deseo de sentirle cerca. Los labios de la gata pasan desde el cuello hasta los labios del brujo en un movimiento suave – Anda, dime – No se separa ni un ápice, los labios de ambos están unidos pero la gata aguarda una respuesta o más que eso, una orden.
Jane Brecht- Humano Clase Media
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Fecha de inscripción : 23/12/2013
Re: It´s so easy when you´re evil || Privado +18
Palabras, muchas palabras pero pocas puestas en práctica, ¿Qué son estas si no son realizadas? Nada, absolutamente nada no pasan más que ser vuelos en el viento por que no se han realizado ni lo harán, las promesas de algo que no se podía cumplir volvían nuevamente a la cabeza del brujo que con el índice de una de sus manos sobre aquellos labios de engaños y el otro bazo cruzado abrazándose a sí mismo meditando en las palabra de aquella gata, pero solo pudo mostrar una sonrisa muy sardónica mostrando lo relajado que estaba ante la verborrea de aquella mujer que tenía en frente
Caminó unos pasos, cruzó la calle hasta estar cerca a de un callejón algo oscuro de poca monta que tenía en frente un farol roto y una banqueta negra, casi nadie pasaba por ahí por su oscuridad, al tomar asiento, cruzó sus piernas y extendió los brazos sobre la banqueta alzando la mirada al cielo, sus labios se movían poco a poco algunos espíritus estaban apareciéndose por ahí y antes de que pudieran estos oír aquel nigromante echó manos en ellos usándolos como energía para controlar a los transeúntes que quedaron paralizados unos minutos haciendo calle de honor desde la mujer hasta él, su sonrisita se volvió mucho más atrevida con la perversión en este
-Entonces, hazlo aquí frente a todos, págame quitándote la ropa frente a ellos, sin ninguna prenda camina por los pétalos que han formado el camino para ti, ven aquí tal cual te han creado pero antes de estar frente a mi quiero que toques tus pechos como si anhelaras mis manos en ellos- ordenó a la mujer con una seriedad en sus palabras, la lengua de Ares tocaba cada letra tan sensual y erótico que no parecía una orden si una condena a una muerte jugosa y placentera –las mujeres son fáciles de domar solo hay que saber qué es lo que les hace temblar las piernas, que es lo que hace que se humedezcan y corran a sus habitaciones a rezar para que pase todo eso, tu no eres la excepción también lo deseas y sabes a lo que me refiero- el pudor y la vergüenza no era digna de él al contrario siempre fue un hombre descarado con poder que se burlaba de las mujeres a su beneficio obteniendo lo que más anhelan todos, dinero y status.
-Siempre tan ladies que olvidan que en la cama debe ser una zorras total, pero no creo que sea tu caso o sí, gata del demonio, eso lo averiguaré luego nuevamente, pero hasta ahora el sabor que dejaste en mi mano me indica que gimes tan delicioso que tus piernas se contraen por completo con un orgasmo entonces tu si aplicas las palabras, no eres tan recatada y pudorosa- Comenzó a desabrochar la camisa, el primer botón, y luego tiró de su corbata aflojándola, otro botón más y relamió los labios al ver a la mujer suspirando, pegada contra aquella pared esperando, como si no pudiera creer que lo estaba a punto de pasar, pero no era nada para lo que tenía en mente, los ojos claro del brujo se volvieron oscuros, espesos como su propia alma infernal, esos ojos no se separaron de los claros pozos lunares de la gata que solo le retaba más y más a atreverse, la podía admirar con su respiración agitada y esa sonrisa de pícara que hacía su silueta más apetecible para hincar el diente.
-Engreído?, te parezco engreído- otra risotada soltó cuando terminó de abrir toda la camisa –Engreído sería un jovencillo que vive bajo las alas de su padre, que se cree el centro del mundo pero no tiene el cetro que lo corone como rey, eso es un engreído, yo en cambio tengo un cetro, tengo un poder que es capaz de hacer esto- señala a las personas cuyas lágrimas comenzaron a correr como pequeños riachuelos en sus sucias caras –yo puedo hacer otras cosas con mi poder, cosas que no podrías ni siquiera en años de práctica, solo con tu carita de niñita buena y cuerpo de gata, no eso no lo harías nunca, aquí la engreída eres tú que cree que puede domar al domador de bestias, al dueño de este circo y de todos, pero no es justo que te las muestre todas verdad, entonces mejor que te dé a lo que estas acostumbrada a las miserias que robas día a día- una risa evocada desde el fondo de su oscura alma deja salir
Antes de terminar cierra los ojos y los espíritus corren libre moviendo a la piezas de ajedrez de aquel tablero, los movimientos de los mortales volvieron lento uno a uno, como si no hubiera pasado nada, todo estaba como antes, pues con sus ojos cerrados el nigromante susurró palabras al viento para ser llevados s su títeres, a sus oídos donde no debían recordar nada, y solo les dolería la cabeza para darle algo de “privacidad” a la mujer. –Lo siento la calle de honor se acabó ahora sigue, avanti tal como te lo ordene, pero ahora quiero que hagas algo como si modelaras o bailaras quitándote las prendas… ¿qué? Te da miedo? Te importa mucho que te crean loca? O es que no quieres terminar lo que mis dedos comenzaron ahí entres tus piernas, justo en aquel punto tan trémulo, suave, carnoso…- de su garganta emitió un sonido de degustación cuando se relamía los labios muy lento tal cual si probara una jugosa fruta, un melocotón maduro y tentativo.
La risa fue todo lo que dejó entre sus palabras y su pose de despreocupado, no le importaba la misma sociedad ni nada, mucho menos sus reglas, al punto de romperlas por completo.
Caminó unos pasos, cruzó la calle hasta estar cerca a de un callejón algo oscuro de poca monta que tenía en frente un farol roto y una banqueta negra, casi nadie pasaba por ahí por su oscuridad, al tomar asiento, cruzó sus piernas y extendió los brazos sobre la banqueta alzando la mirada al cielo, sus labios se movían poco a poco algunos espíritus estaban apareciéndose por ahí y antes de que pudieran estos oír aquel nigromante echó manos en ellos usándolos como energía para controlar a los transeúntes que quedaron paralizados unos minutos haciendo calle de honor desde la mujer hasta él, su sonrisita se volvió mucho más atrevida con la perversión en este
-Entonces, hazlo aquí frente a todos, págame quitándote la ropa frente a ellos, sin ninguna prenda camina por los pétalos que han formado el camino para ti, ven aquí tal cual te han creado pero antes de estar frente a mi quiero que toques tus pechos como si anhelaras mis manos en ellos- ordenó a la mujer con una seriedad en sus palabras, la lengua de Ares tocaba cada letra tan sensual y erótico que no parecía una orden si una condena a una muerte jugosa y placentera –las mujeres son fáciles de domar solo hay que saber qué es lo que les hace temblar las piernas, que es lo que hace que se humedezcan y corran a sus habitaciones a rezar para que pase todo eso, tu no eres la excepción también lo deseas y sabes a lo que me refiero- el pudor y la vergüenza no era digna de él al contrario siempre fue un hombre descarado con poder que se burlaba de las mujeres a su beneficio obteniendo lo que más anhelan todos, dinero y status.
-Siempre tan ladies que olvidan que en la cama debe ser una zorras total, pero no creo que sea tu caso o sí, gata del demonio, eso lo averiguaré luego nuevamente, pero hasta ahora el sabor que dejaste en mi mano me indica que gimes tan delicioso que tus piernas se contraen por completo con un orgasmo entonces tu si aplicas las palabras, no eres tan recatada y pudorosa- Comenzó a desabrochar la camisa, el primer botón, y luego tiró de su corbata aflojándola, otro botón más y relamió los labios al ver a la mujer suspirando, pegada contra aquella pared esperando, como si no pudiera creer que lo estaba a punto de pasar, pero no era nada para lo que tenía en mente, los ojos claro del brujo se volvieron oscuros, espesos como su propia alma infernal, esos ojos no se separaron de los claros pozos lunares de la gata que solo le retaba más y más a atreverse, la podía admirar con su respiración agitada y esa sonrisa de pícara que hacía su silueta más apetecible para hincar el diente.
-Engreído?, te parezco engreído- otra risotada soltó cuando terminó de abrir toda la camisa –Engreído sería un jovencillo que vive bajo las alas de su padre, que se cree el centro del mundo pero no tiene el cetro que lo corone como rey, eso es un engreído, yo en cambio tengo un cetro, tengo un poder que es capaz de hacer esto- señala a las personas cuyas lágrimas comenzaron a correr como pequeños riachuelos en sus sucias caras –yo puedo hacer otras cosas con mi poder, cosas que no podrías ni siquiera en años de práctica, solo con tu carita de niñita buena y cuerpo de gata, no eso no lo harías nunca, aquí la engreída eres tú que cree que puede domar al domador de bestias, al dueño de este circo y de todos, pero no es justo que te las muestre todas verdad, entonces mejor que te dé a lo que estas acostumbrada a las miserias que robas día a día- una risa evocada desde el fondo de su oscura alma deja salir
Antes de terminar cierra los ojos y los espíritus corren libre moviendo a la piezas de ajedrez de aquel tablero, los movimientos de los mortales volvieron lento uno a uno, como si no hubiera pasado nada, todo estaba como antes, pues con sus ojos cerrados el nigromante susurró palabras al viento para ser llevados s su títeres, a sus oídos donde no debían recordar nada, y solo les dolería la cabeza para darle algo de “privacidad” a la mujer. –Lo siento la calle de honor se acabó ahora sigue, avanti tal como te lo ordene, pero ahora quiero que hagas algo como si modelaras o bailaras quitándote las prendas… ¿qué? Te da miedo? Te importa mucho que te crean loca? O es que no quieres terminar lo que mis dedos comenzaron ahí entres tus piernas, justo en aquel punto tan trémulo, suave, carnoso…- de su garganta emitió un sonido de degustación cuando se relamía los labios muy lento tal cual si probara una jugosa fruta, un melocotón maduro y tentativo.
La risa fue todo lo que dejó entre sus palabras y su pose de despreocupado, no le importaba la misma sociedad ni nada, mucho menos sus reglas, al punto de romperlas por completo.
Neitsi & Nerishka- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 14/11/2013
Re: It´s so easy when you´re evil || Privado +18
La calle fue decorada por las personas que se suponía que antes andaban tranquilamente, ingenuos y descuidados, que ahora eran manipulados por aquel hombre que Éliane estaba siguiendo con la curiosidad a flor de piel. Ya estaba en ese lugar, hablando probablemente de más y encadenandose a su misma a un destino que sería incierto al lado de ese brujo pero ¿Qué más daba? Él prometía diversiones y riquezas que nunca antes pensó encontrar con nadie y hasta ahora, por más molesto que le resultara lo superior que se sentía y esa cara de galante; la gata se estaba divirtiendo como nunca en la vida.
Ares le habla de lo que espera. La desnudez de un cuerpo que ha sido hecho precisamente para eso; todo cambiaformas debería andar libremente por las calles como lo que eran, animales enjaulados en los cuerpos de humanos que necesitaban ocultarse para no ser presas fáciles pero que al final de todo, eran animales, los instintos siempre estaban por encima de toda conciencia humana y la desnudez le parece algo tan natural a Éliane que sonríe para el brujo y asiente lentamente.
– Yo deseo muchas cosas brujo, así que enséñame que no me arrepiento al estar aquí, aceptando tus retos y escuchando tu palabrería, porque por mi parte, te daré lo que pides. Nada de eso es complicado – su mirada se mantiene firme sobre el hombre que se encuentra al otro lado de la calle, retandola – y mucho menos cuando algo que deseo esta en juego y tan cerca – ronronea mientras pasa las manos por su figura sin despegar su atención un segundo de aquel hombre que le incita a ser aquella gata que lleva dentro.
– Ya viste un poco de mi, pero mejor calla y espera a ver todo lo que puedo mostrarte brujo – se relame los labios cuando el primer botón de la camisa masculina se desabrocha y sabe que es su turno. Las manos hábiles de la gata no solo sirven para robar, sino también le son útiles al momento de eliminar las ropas de su cuerpo. Sus dedos diestros eliminan poco a poco un listón que impide que el vestido que lleva caiga al suelo y cuando logra terminar de liberarlo lo suficiente, mira en dirección a Ares e inicia a pasos lentos el recorrido por la calle. Suelta el vestido, haciendo que la prenda caiga y se deslice por el cuerpo de la gata mostrando las telas que cubren las partes más privadas de su ser. Se le escapa una sonrisa. Camina zigzagueante de un lado a otro, rozando casi con las personas que mantienen su posición.
Se detiene en su andar y le escucha, viendo como las personas parecen sufrir pero a ella no le interesan esas cosas, porque tanto ella como el brujo parecen divertidos con todo aquello.
– Muestrame entonces como es que se doma a una gata como yo – ríe – No me des miserias, dame lo que sea justo y entonces puedo hacer mucho por ti – sus manos van de sus caderas, por su vientre y hasta sus pechos. La gata cierra los ojos y se deja envolver por el momento, sus pasos se reanudan mientras que juega con sus pezones como si las manos que la tocaran fueran precisamente las masculinas, en su cuerpo aún se mantiene las ropas intimas pero igual se siente bien. Muerde sus labios y abre los ojos para mirar con deseo al brujo. Sus pasos vuelven a parar cuando la gente parece regresar en si, pero por algún motivo nadie parece observarla o si lo hacen, confía en que aquel brujo no es estúpido como para dejar que algo les pase ahí.
Un nuevo reto parece ser lanzado en su dirección y resopla molesta.
– No me importa que piensen, mucho menos cuando – una de sus manos se desliza entre sus piernas, por sobre la ropa que cubre su femineidad y aún así gime ante su propio tacto – existe algo que quiero al finalizar todo esto – retira la mano y sin esperar a que el insista o que le diga algo más, el cuerpo de la gata se mueve de un lado a otro. Las caderas de Éliane se mueven lento y sus manos recorren sin descanso su cuerpo, eliminando poco a poco las ultimas prendas. Desnuda, tal y como él le pedía desde un inicio que estuviera, la gata no para de moverse de, bailando para aquel brujo del cual no puede despegar la mirada aunque sus ojos se cierran a momentos, sintiendo como si sus manos fueran las ajenas y como si la misma mirada del brujo le quemara el cuerpo por donde le mira. Con cada paso esta mucho más cerca de él y para cuando vuelve a abrir los ojos, esta a un paso de tocarlo. Éliane le estira una mano – Vamos brujo, toca mi cuerpo – su voz transmite el deseo que contiene, apenas un roce de aquel hombre y sabe que se entregara completamente a él, sin importar que pase después.
Ares le habla de lo que espera. La desnudez de un cuerpo que ha sido hecho precisamente para eso; todo cambiaformas debería andar libremente por las calles como lo que eran, animales enjaulados en los cuerpos de humanos que necesitaban ocultarse para no ser presas fáciles pero que al final de todo, eran animales, los instintos siempre estaban por encima de toda conciencia humana y la desnudez le parece algo tan natural a Éliane que sonríe para el brujo y asiente lentamente.
– Yo deseo muchas cosas brujo, así que enséñame que no me arrepiento al estar aquí, aceptando tus retos y escuchando tu palabrería, porque por mi parte, te daré lo que pides. Nada de eso es complicado – su mirada se mantiene firme sobre el hombre que se encuentra al otro lado de la calle, retandola – y mucho menos cuando algo que deseo esta en juego y tan cerca – ronronea mientras pasa las manos por su figura sin despegar su atención un segundo de aquel hombre que le incita a ser aquella gata que lleva dentro.
– Ya viste un poco de mi, pero mejor calla y espera a ver todo lo que puedo mostrarte brujo – se relame los labios cuando el primer botón de la camisa masculina se desabrocha y sabe que es su turno. Las manos hábiles de la gata no solo sirven para robar, sino también le son útiles al momento de eliminar las ropas de su cuerpo. Sus dedos diestros eliminan poco a poco un listón que impide que el vestido que lleva caiga al suelo y cuando logra terminar de liberarlo lo suficiente, mira en dirección a Ares e inicia a pasos lentos el recorrido por la calle. Suelta el vestido, haciendo que la prenda caiga y se deslice por el cuerpo de la gata mostrando las telas que cubren las partes más privadas de su ser. Se le escapa una sonrisa. Camina zigzagueante de un lado a otro, rozando casi con las personas que mantienen su posición.
Se detiene en su andar y le escucha, viendo como las personas parecen sufrir pero a ella no le interesan esas cosas, porque tanto ella como el brujo parecen divertidos con todo aquello.
– Muestrame entonces como es que se doma a una gata como yo – ríe – No me des miserias, dame lo que sea justo y entonces puedo hacer mucho por ti – sus manos van de sus caderas, por su vientre y hasta sus pechos. La gata cierra los ojos y se deja envolver por el momento, sus pasos se reanudan mientras que juega con sus pezones como si las manos que la tocaran fueran precisamente las masculinas, en su cuerpo aún se mantiene las ropas intimas pero igual se siente bien. Muerde sus labios y abre los ojos para mirar con deseo al brujo. Sus pasos vuelven a parar cuando la gente parece regresar en si, pero por algún motivo nadie parece observarla o si lo hacen, confía en que aquel brujo no es estúpido como para dejar que algo les pase ahí.
Un nuevo reto parece ser lanzado en su dirección y resopla molesta.
– No me importa que piensen, mucho menos cuando – una de sus manos se desliza entre sus piernas, por sobre la ropa que cubre su femineidad y aún así gime ante su propio tacto – existe algo que quiero al finalizar todo esto – retira la mano y sin esperar a que el insista o que le diga algo más, el cuerpo de la gata se mueve de un lado a otro. Las caderas de Éliane se mueven lento y sus manos recorren sin descanso su cuerpo, eliminando poco a poco las ultimas prendas. Desnuda, tal y como él le pedía desde un inicio que estuviera, la gata no para de moverse de, bailando para aquel brujo del cual no puede despegar la mirada aunque sus ojos se cierran a momentos, sintiendo como si sus manos fueran las ajenas y como si la misma mirada del brujo le quemara el cuerpo por donde le mira. Con cada paso esta mucho más cerca de él y para cuando vuelve a abrir los ojos, esta a un paso de tocarlo. Éliane le estira una mano – Vamos brujo, toca mi cuerpo – su voz transmite el deseo que contiene, apenas un roce de aquel hombre y sabe que se entregara completamente a él, sin importar que pase después.
Jane Brecht- Humano Clase Media
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Fecha de inscripción : 23/12/2013
Re: It´s so easy when you´re evil || Privado +18
Dime, Dime si lo que ves es lo que tiene que ser
Mírame, mírame a los ojos una vez más
Siente el dolor que en tu alma quema
Y que tus manos quieren apagar
No, no guardes silencio, grita, grita con anhelo
La desesperación se clava como aves picoteando a su presa
Sí, eso sonríe, muestra la sonrisa muerta de tu alma encadenada.
Mírame, mírame a los ojos una vez más
Siente el dolor que en tu alma quema
Y que tus manos quieren apagar
No, no guardes silencio, grita, grita con anhelo
La desesperación se clava como aves picoteando a su presa
Sí, eso sonríe, muestra la sonrisa muerta de tu alma encadenada.
El brujo ladea su cabeza lento de lado a lado como si no entendiera bien lo que está pasando frente a sus ojos, los mismos que devoran cada movimiento sutil que la gata realiza, pero más observa con detenimiento el cuerpo de ella cada minúscula parte de su tersa y aceitunada piel, sus deseos despierta a un punto en donde su lengua relame los labios para calmar la sed de saborear aquel fruto jugoso que se mostraba de semejante manera hacia un hombre que su hambre se hacía notoria en su pantalón.
Ares no quiso que la mujer se percatara que hacía estragos en su masculinidad que comenzaba a tornarse algo dura para la fiesta que se estaba montando; en todo el recorrido de la mujer desde donde estaba ella hasta donde Ares se encontraba “descansando”, los ojos del brujo bailaban en aquellas piernas que se cruzaban al andar creando un eco en las caderas que rebotaban a cada paso, era todo un baile muy sensual y erótico, pero no para Ares, él aun quería más y lo iba a mostrar, cerró sus ojos al finalizar con la danza de los turgentes par de amigas de la mujer.
Extendió su figura sobre aquella banqueta, el silencio en su mente es abrumadora, no oye, no escucha ni una de las palabras de la mujer, sus ojos se abren pero solo hay un instinto un ser de maldad en él, clava aquellos ojos en los de la fémina sin dejar su concentración, es más a cada segundo se vuelve más oscura y pesada, siniestra. Al tenerla en frente realizó un deje de desprecio, enarcó una ceja como si la petición de la gata no la comprendiera y entonces mostró una carta de su juego atrevido -Quieres que te toque? Crees que te has ganado eso? Si ni siquiera me has mostrado lo bien que te tocas como esperas que yo lo haga si tú me das el placer más grande de todos, además mírame, estoy tan fresco que no has podido levantarme, acaso creíste que todo lo que hice fue para satisfacción tuya? No espera, creíste que es para mi satisfacción sexual verdad- una carcajada retumbo por aquellas calles –En verdad creíste eso? Que tonta, anda tócate quiero ver la piel perlada de tu sudor, quiero ver tus piernas temblando cuando llegues al orgasmo, quiero ver todo tu cuerpo sudando y rogando que aplaque esa sed de ser tocada de verdad, ahí podré excitarme un poco y quizás te toque- y antes de poder ver la furia de la cambiante y sobre todo antes de que siquiera ella pensara en alejarse y marcharse de las garras del brujo, este le tomo la cadera y dejó sus piernas entra las de ella, para así verla mejor cual lobo feroz, pego su cara al vientre de ella y fue su lengua la que probó aquella piel desde el vientre va pasando la punta de su mojada extremidad para luego subir por el ombligo y un poco más arriba, unos centímetros, dos veces hace ese chiste de pasar su lengua desde el vientre por encima del pubis femenino hasta el obligo –delicioso, pero aún le falta algo – susurro y a la tercera que iba a repetirlo se separa para recostarse, abre sus piernas y por ende las de la mujer un poco –Bien ahora en que íbamos? A si en qué te ibas a tocar y luego yo te tocaré, ya te dije que no diré más, te mostraré como te domaré y solita vendrás a mí, así que ahora es tu prueba de saber si vales la pena o no, si eres lo suficiente- se relame los labios sinuosamente y en su mirada hay un brillo un deje de maldad pura con lujuria –Ya que has mencionado que mostrarás lo que tienes, veamos entonces aquello, veamos lo que tienes y si aquello que jactas en tener es capaz de ponerme tan duro para hacerte gritar aquí mismo-
-Si quieres justicia búscate a un pobre tonto al que puedas chantajear con eso, pero te daré algo que si te mereces- un guiño sobresalta en sus facciones “calmadas” para luego tomar una postura de indiferencia pero no era totalmente pues lo que resguardaba su pantalón estaba algo inquieto solo que él sabía cómo controlar aquello, controlar el momento y solo parecía medio dormido y despierto, aunque en el fondo aquella bestia estaba completamente despierta y con la fuerza de derramar una gran destrucción que solo lo gritos de la mujer y los de él podrían ser el epíteto te tan colosal guerra, pero él sería el que la iniciaría y él la terminaría a su gusto.
Ares está jugando con ella sobre todo porque quiere verla tan molesta tan enojada y la vez tan encadenada a su placer, es parte de lo que hace incitar, enloquecer y luego, luego matar.
Neitsi & Nerishka- Vampiro Clase Alta
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Re: It´s so easy when you´re evil || Privado +18
La ira inunda el cuerpo de la cambiante ante las palabras de aquel engreído brujo. ¿Quién demonios pensaba ser? Éliane nunca permitía que nadie le hablara de esa manera o que se burlaran de ella y sin embargo estaba permitiendo todo eso de un solo hombre que acababa de conocer hacía tan poco tiempo que era increíble para ella misma. Se pensaba una idiota por estar haciendo semejante espectáculo para aquel despreciable ser que no hace más que reír de ella y probar su resistencia, así como su cuerpo, con todo y que no le toque ni un solo fragmento de su piel.
– Quien me pidió desnuda después de todo fuiste tu, no fue mi idea el hacer esto así que iba a dejarte tocarme como un regalo pero si no lo quieres entonces no lo tengas – Su dignidad de gata ofendida era demasiada y no pensaba por nada del mundo demostrarle la debilidad a aquel brujo, aunque la ira se le plantara en el rostro y las manos le temblaran. La idea de cambiar a una de sus formas animales e irse de ahí le resulto lo más sensato de hacer, pero no planeaba dejar que las ultimas palabras las dijera aquel hombre y eso la mantenía escuchando la sarta de tonterías que salían de aquellos labios que le robaran el aliento antes con sus besos – Pues entonces quédate fresco por siempre y como nada de esto es para tu satisfacción entonces no vale la pena que desgaste mi energía haciendo cada una de las estupideces que me pides – resopla con la molestia de quien es burlada y una carcajada sale de sus labios. El rostro de Éliane se acerca al del brujo y roza sus labios contra los ajenos, haciendo un ronroneo que se mantiene en su garganta – No seas tonto brujo, ver mi cuerpo de esa manera es algo que no te mereces y mucho menos te mostraría como me veo llegando al orgasmo, así que deja de soñar despierto y mejor ponte a hacer alguna otra cosa que sea útil – se aleja de golpe, planeando largarse de una buena vez de la presencia de ese patán.
Un minúsculo paso hacía atrás es el que alcanza a dar antes de que las manos masculinas se posen sobre sus caderas y la espalda de la cambiante sufriera de un escalofrío al sentirlas sobre su piel. Éliane enarca la ceja, mostrando cara de que realmente no le afecta lo que él haga, mientras todo su cuerpo grita en su mente que desea ver de que es capaz aquel hombre.
– Pensé que no ibas a tocarme para nada, que rápido cambias de opinión brujo – suspira aparentemente desinteresada, tratando de no prestar la mínima atención sobre la respiración que se encuentra tan cerca de la piel de su vientre. Los dedos de la gata se enredan en los cabellos ajenos y sonríe ante aquella manera de actuar del hombre. Era sin duda un idiota, un maldito engreído pero también demasiado atractivo y peligroso como para tenerla atontada, disfrutando de la manera en que su lengua le delineaba parte del cuerpo – ¿Qué es lo que me falta? – tira suavemente de los cabellos masculinos antes de soltarlos y permitir que se alejara de ella. Así era mejor, mantenerle lo suficientemente retirado.
Las palabras retadoras que salen de aquel par de labios son las que mantienen nuevamente a la cambiante estática en el lugar. La mirada de la gata esta fija en la del brujo mientras se continua llamando a si misma estúpida por seguir ahí y a él un astuto por saber de que manera llegar hasta ella. Los retos eran algo que simplemente no podía rechazar y de ganar ella se sentiría libre de aquel hombre, de ganar nuevamente él, sabe que se ha perdido completamente pero la mente de Éliane no se detiene en esa posibilidad,
– Que ingenuo, no es tan sencillo hacerme gritar brujo. Pero al menos te permitiré intentarlo, solo porque no creo que seas realmente capaz de poder domarme tampoco – la seguridad de antes comienza a regresar a ella y una sonrisa seductora se mantiene en sus labios – No iré a ningún lado, ya encontré al tonto que me dará lo que quiero – sin más le señala y ríe. Los pensamientos y el estado anímico de la cambiante daba un giro nuevamente, todo porque no sabía la manera en la que le hacía sentir aquel hombre. Molesta, deseosa, una idiota o la mujer más lista del mundo. Era incomprensible el poder de aquel hombre.
Gracias a que se había puesto cómodo el brujo, las piernas de Éliane habían terminado en una pose perfecta como para dejarle la vista que otros hombres hubieran esperado tener de ella. No habla más sino que sus ojos se mantienen fijos en aquel que se ve tan relajado frente a ella, mientras que las manos de Éliane comienzan a delinear su figura de manera lenta, acariciando cada fragmento de su piel. Se pasa las manos suavemente por el vientre, parte de las piernas, el cuello que ladea un poco y sus ojos no se apartan de los ajenos. De manera lenta es como la gata pasa a zonas más sensibles de su anatomía. Primero que nada acaricia sus senos, los explora como si esa fuera la primera vez que se toca a si misma y estuviese descubriendo un mundo completamente nuevo; todo hasta que en uno de ellos sus dedos pulgar e indice se encargan de erectar su pezón, dando tirones suficientemente intensos como sacarle un jadeo. Los ojos de la gata se cierran y con la mano contraria hace exactamente lo mismo sobre su cuerpo, jugando de esa manera consigo misma, notando como toda su piel se volvía más sensible y como su intimidad clamaba también por atenciones. Una sonrisa se escapa de sus labios y su mano derecha es llevada hasta su femineidad, hasta aquella zona más sensible de su cuerpo donde se desliza, provocando en ella un estremecimiento. Sus dedos lentamente notan la humedad característica de la excitación y eso le invita a manipular aquel botoncillo que le brindaba tanto placer. Lentamente abre los ojos y observa al brujo, cosa que solo ayuda a aumentar su deseo. Sus senos son tratados con más rudeza por si misma y la humedad de su sexo crece ante el aumento de la estimulación. Un gemido sale de sus labios y su mirada se clava más en la del hombre aquel, como implorando que finalmente le tocara, pero claro, de sus labios no salió una palabra.
Jane Brecht- Humano Clase Media
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Re: It´s so easy when you´re evil || Privado +18
Embrujos y cadenas que atan almas eternas
Siente el calor de mis manos sin tocarte, llevarte a la gloria…
Siente el calor de mis manos sin tocarte, llevarte a la gloria…
La pose de la gata no le sorprendió en lo absoluto al brujo al contrario solo arrancaron en el más y más risas incluso una de esas risas fue en tono jocoso por verla tan herida a la mujer, era normal para él ver esas actitudes cuando las propias palabras de él fueron lo que lograron ese manjar exquisito para su vista, no había duda no había perdido el toque con las mujeres en algo valía todas las veces que se casó y tuvo que soportar a sus esposas hasta la muerte y ahora en cambio se estaba dando otro tipo de muerte, una que a Ares le estaba gustando en demasía el planearlo, tanto que en su cabeza una batalla campal estaba suscitándose.
Ares no te lies con ella, no te lies Ares
Pero es perfecta, su cuerpo, su lengua rápida y filosa
No, no debes liarte, mantén tu mente en el objetivo
Meterme en la cama con ella haciéndole gritar desde el amanecer hasta el ocaso sin descanso
Sus pensamientos iban y venían sin orden pero no los demostraba a la causante de ello, puesto en el exterior no borro esa mirada de cínico y lujurioso hombre que devoraba en todo su esplendo aquel cuerpo desnudo con una sonrisita picara y endemoniada, simplemente le dedicó la mejor de sus miradas con aquel brillo de “sé lo que más te gusta”, se dejó caer a la banca mirando aquel acto, no le contestaría nada a la cambiaformas al contrario la dejaría ahí sumida por el cálido deseo de escuchar su voz que acaricie sus deseos pero eso sería más adelante, mucho más.
Cruzo los brazos esperando a que la mujer terminara y cuando lo hizo y la vio darse placer ella mismo, el brujo cierra sus ojos unos segundos para luego abrirlos –y ahí está mi gata haciendo lo que su dueño le pide, sobre todo porque lo que más ansia esta gata es sentir como le hago lo que ningún hombre le hará más, sentirse mujer completa- se relame los labios sediento, deseoso, no lo oculta su cuerpo que lentamente comienza a despetar en deseo por la mujer, la entrepierna comienza a abultarse molestándole el pantalón, se estira buscando relajarse ante la situación pero es imposible cuando escucha ese gemidito de los labios femeninos –lo quieres no lo dices pero lo quieres entonces vamos a llevarte a la locura para que lo pidas- acerco sus diestra al vientre de la mujer, sus uñas bajaron acariciando la piel como si una bestia la quisiera rasgar –lo haces bien, pero no lo haces como se debe- acerco sus dedos a sus labios chupando el dedo del corazón, sin despegar la vista de su gata, introdujo su mano entre las piernas de la mujer justo en su intimidad, sintió la calidez entre sus dedos pero no lo tocaba solo estaba por encima y así rozó con la yema de su dedo aquel botón que la mujer se acariciaba con deseo, paso de abajo hacia arriba lentamente rozándola de forma recta, circular, seseante; el brujo podía sentir el calor de la mujer hasta que presionó su dedo contra aquel delicado capullo rosáceo, lo presionó al punto de luego tomarlo entre sus dedos tirando de él volviendo a tentarlo entre roces.
Miro las caderas de la mujer que se movían al ritmo que su dedo estimulaba su punto más sensible, pero él quería más, quería que gritara a que él se la follara, y lo lograría, su zurda la subió hasta los senos maduros y turgentes que se mostraba, tomo entre sus dedos uno de los pezones retorciéndolo entre ellos, tirando y girándolos, jugando con ellos como si quisiera tenerlos duros –Ingenuo yo? No lo creo, creo que tú eres la ingenua que no ha conocido a un hombre de verdad, muchos se jactan de serlo pero no lo son de verdad, pues bien se sabe que cuanto más difíciles de gritar más deliciosas son en sus orgasmos, porque se ponen al final tan calientes que siempre piden más- la sonrisa descarada que sin tapujo o vergüenza alguna mostraba, con aquella de dientes listos a devorar lo que a su paso se encontrase.
Retiró los dedos, en que se encontraba en el sexo de la mujer mostraba un manjar producto de la excitación femenina, algo que al ver Ares sonrió con suma gracia llevando su dedo a su boca probando ese delicioso néctar, la lengua fue la que tomó aquel elixir preciado por muchos y conseguido por pocos, con los ojos cerrados degustando su salino sabor –Enloquecedor para cualquier vulgar ser, aunque podemos hacer que se ponga mejor- se jacta en responder mordiendo su dedo al ver las piernas temblorosas de Éliane sonriéndole –Al tonto que te pondrá correa verdad? Pero no hay tonto aquí solo un brujo que te dará muchas noches placenteras en una habitación bajo mil llaves solo ansiando el toque de mis manos cuando el sol se oculte, ansiando mis besos, mis caricias y sobre todo, mi cuerpo poseyendo al tuyo de mil formas y todas ellas más placentera- toma las caderas de ella empujándola hacia su regazo, en una posición digna de poder, ella encima a horcajadas sobre el brujo –Veamos qué haces tú con un poco de poder, ya que ya te tengo sometida- las manos de él a las caderas de la mujer moviéndola contra su pantalón mojándola en su entrepierna –No te tocaré Éliane, no, y sé que lo deseas, tu cuerpo estremeciéndose lo anhela, sentir mis dedos en tu interior, mis labios en tu fino cuello atendiendo tu cuerpo como se lo merece, pero no mi gata, aun te quiero más loca y- la tomó de la nuca acercándola a su rostro lamiéndole la punta de la nariz –y húmeda como me gustan las mujeres- y con una sonrisa se deja caer por segundos en la tentación femenina de quien tiene sobre sus piernas.
Neitsi & Nerishka- Vampiro Clase Alta
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Re: It´s so easy when you´re evil || Privado +18
¿Con cuántos hombres ha jugado la gata antes? Ahora llegaba el tiempo de que fuera ella el juguete de alguien. Ares no perdía la mínima oportunidad de hacer con ella lo que le placiera y lo extraño no era que él lo hiciera, sino que Éliane se lo permitiera. Las cosas típicas le tenia ya tan aburrida que se estaba entregando a ciegas y sin pensar en las consecuencias a aquel ser oscuro. Tal vez no era que las consecuencias no las pensara, sino que creía que no eran capaces de alcanzarle. El tiempo que vivió saliendo siempre con la suya le malcriaba y le dejaba en un estado de superioridad que estaba terminando con cada palabra de los labios masculinos. La altivez subía y bajaba en la gata, pero no lograba desaparecer de todo.
Ahí estaba al final de todo la gata cumpliendo las peticiones de quien ya se hacía llamar su dueño. Cuanto le hubiese gustado refutar esas palabras, pero la realidad era que estaba desnuda, haciendo justamente lo que le pedía. ¿Qué maldito chiste sería decirle que no era su gata? Su cuerpo, sus movimientos y sus miradas estaban haciendo todo lo contrario a lo que decía. Élaine se estaba transformando en esos momentos en una gata que imploraba por la atención de su dueño y para obtener lo que deseaba, hacia cualquier cosa. Reaccionaba, claro que si. Ares lo notaba y se lo restregaba en el rostro con las sonrisas y las palabras que hacían más obvio lo que ya era evidente. La gata le deseaba, lo necesitaba en esos momentos porque la excitación estaba aumentando en ella y con su propia estimulación no le sería suficiente para acallar a sus deseos. Tal cual lo decía el brujo, por más que lo deseara no planeaba decirle aunque los planes de quien se autoproclamara su dueño eran diferentes.
Como no queriendo darle más de lo necesario, Ares comienzo a incursionar en el cuerpo de la gata. La temperatura en el cuerpo de la gata aumentaba ante la expectativa de lo que fuera a hacer aquel hombre, que sin embargo, no hacía nada más que frustrarle con su manera de tenerla ahí, expectante, excitada ante la idea de algo que obviamente no iba a pasar.
– ¿Cómo es que se debe? – la frustración cargaba su voz con molestia pero al mismo tiempo con el deseo que mantenía contenido y aún no era capaz de mostrarle del todo a ese hombre. Un gemido salió de sus labios, echo la cabeza hacía atrás y miro a la oscuridad del cielo nocturno de París. Ante aquella visión podía perderse, con las sensaciones que no le eran suficientes aún inundando su cuerpo. Parecía estar ronroneando y como la gata que era su cuerpo buscaba más de aquellas atenciones que le brindaba el brujo, su ahora dueño. ¿Qué importaba la libertad cuando podía tener todo lo que buscaba si decidía servirle a aquel sujeto? Se mordió el labio antes de volver a bajar la cabeza y mirarlo. La mano que permanecía en los pechos de Éliane aún realizaba su trabajo, aunque ahora tenía ganas de explorar el cuerpo masculino; pero no podía hacerlo. Ella debía obedecer como una buena gata que su dueño pidiera afecto también.
Se quejo de manera audible no porque no le gustara, sino porque era demasiado tentador para ella que la tocara y aún así no hiciera más que tentar a su cuerpo. Su interior palpitaba de deseo, sus pezones se encontraban erectos esperando que se dignara a hacerle algo más que simplemente tirar de ellos.
– Pues entonces – le miro y le dedico una sonrisa juguetona – tienes mucho que enseñarme ¿no es así, brujo? – si pensaba terminar de domarla que lo hiciera, ella estaba lista para dejarse llevar por él y sus jugarretas que no hacían más que dejarla deseosa.
Las piernas las notaba débiles cuando aquella mano abandono su sexo y se estremeció ante el acto que aquel brujo demostraba. Ares era un hombre como pocos, el hombre que precisamente ella necesitaba. Hizo una mueca a manera de reproche cuando hablo de la correa.
– Así que una correa, bueno, aún falta que la pongas así que no cantes victoria tan pronto – Las piernas le temblaban y el cuerpo entero le exigía que se de una vez por todas admitiera al brujo que deseaba que le tocara, que le hiciera gritar tal cual él decía y que le pusiera las correas que él quisiera. Su cuerpo se mueve con facilidad, guiado por los movimientos del brujo que le llevan a terminar de horcajadas sobre él. De esa manera finalmente es que ella podía notar como es que si afectaba a Ares, la excitación masculina era notoria y la manera en que él le hacía moverse solo hizo que deseara más ser tomada por él. Un ronroneo salió de sus labios y pego su cuerpo al masculino en busca de aquel calor que estaba necesitando tan urgentemente. Con las manos le tomo el rostro; volvía a burlarse de ella.
– Claro que quiero que me toques, deseo sentirte – susurro aquello sobre sus labios y le mordió, tironeando de su labio inferior – ¿Qué tengo que hacer para que me muestres como es un hombre de verdad? – Ahí estaba el final, estaba entregándose de manera completa a él. Lo que le pidiera, lo haría, porque ahora y por el tiempo venidero sería su gata.
Ahí estaba al final de todo la gata cumpliendo las peticiones de quien ya se hacía llamar su dueño. Cuanto le hubiese gustado refutar esas palabras, pero la realidad era que estaba desnuda, haciendo justamente lo que le pedía. ¿Qué maldito chiste sería decirle que no era su gata? Su cuerpo, sus movimientos y sus miradas estaban haciendo todo lo contrario a lo que decía. Élaine se estaba transformando en esos momentos en una gata que imploraba por la atención de su dueño y para obtener lo que deseaba, hacia cualquier cosa. Reaccionaba, claro que si. Ares lo notaba y se lo restregaba en el rostro con las sonrisas y las palabras que hacían más obvio lo que ya era evidente. La gata le deseaba, lo necesitaba en esos momentos porque la excitación estaba aumentando en ella y con su propia estimulación no le sería suficiente para acallar a sus deseos. Tal cual lo decía el brujo, por más que lo deseara no planeaba decirle aunque los planes de quien se autoproclamara su dueño eran diferentes.
Como no queriendo darle más de lo necesario, Ares comienzo a incursionar en el cuerpo de la gata. La temperatura en el cuerpo de la gata aumentaba ante la expectativa de lo que fuera a hacer aquel hombre, que sin embargo, no hacía nada más que frustrarle con su manera de tenerla ahí, expectante, excitada ante la idea de algo que obviamente no iba a pasar.
– ¿Cómo es que se debe? – la frustración cargaba su voz con molestia pero al mismo tiempo con el deseo que mantenía contenido y aún no era capaz de mostrarle del todo a ese hombre. Un gemido salió de sus labios, echo la cabeza hacía atrás y miro a la oscuridad del cielo nocturno de París. Ante aquella visión podía perderse, con las sensaciones que no le eran suficientes aún inundando su cuerpo. Parecía estar ronroneando y como la gata que era su cuerpo buscaba más de aquellas atenciones que le brindaba el brujo, su ahora dueño. ¿Qué importaba la libertad cuando podía tener todo lo que buscaba si decidía servirle a aquel sujeto? Se mordió el labio antes de volver a bajar la cabeza y mirarlo. La mano que permanecía en los pechos de Éliane aún realizaba su trabajo, aunque ahora tenía ganas de explorar el cuerpo masculino; pero no podía hacerlo. Ella debía obedecer como una buena gata que su dueño pidiera afecto también.
Se quejo de manera audible no porque no le gustara, sino porque era demasiado tentador para ella que la tocara y aún así no hiciera más que tentar a su cuerpo. Su interior palpitaba de deseo, sus pezones se encontraban erectos esperando que se dignara a hacerle algo más que simplemente tirar de ellos.
– Pues entonces – le miro y le dedico una sonrisa juguetona – tienes mucho que enseñarme ¿no es así, brujo? – si pensaba terminar de domarla que lo hiciera, ella estaba lista para dejarse llevar por él y sus jugarretas que no hacían más que dejarla deseosa.
Las piernas las notaba débiles cuando aquella mano abandono su sexo y se estremeció ante el acto que aquel brujo demostraba. Ares era un hombre como pocos, el hombre que precisamente ella necesitaba. Hizo una mueca a manera de reproche cuando hablo de la correa.
– Así que una correa, bueno, aún falta que la pongas así que no cantes victoria tan pronto – Las piernas le temblaban y el cuerpo entero le exigía que se de una vez por todas admitiera al brujo que deseaba que le tocara, que le hiciera gritar tal cual él decía y que le pusiera las correas que él quisiera. Su cuerpo se mueve con facilidad, guiado por los movimientos del brujo que le llevan a terminar de horcajadas sobre él. De esa manera finalmente es que ella podía notar como es que si afectaba a Ares, la excitación masculina era notoria y la manera en que él le hacía moverse solo hizo que deseara más ser tomada por él. Un ronroneo salió de sus labios y pego su cuerpo al masculino en busca de aquel calor que estaba necesitando tan urgentemente. Con las manos le tomo el rostro; volvía a burlarse de ella.
– Claro que quiero que me toques, deseo sentirte – susurro aquello sobre sus labios y le mordió, tironeando de su labio inferior – ¿Qué tengo que hacer para que me muestres como es un hombre de verdad? – Ahí estaba el final, estaba entregándose de manera completa a él. Lo que le pidiera, lo haría, porque ahora y por el tiempo venidero sería su gata.
Jane Brecht- Humano Clase Media
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