Lo que a ti te da vida, a mi me mata. (Sashenka)

por **Zirano Xanaddo** Jue Mar 06, 2014 7:54 am

Hoy estoy en una aldea a sesenta kilómetros de París, el viaje ha sido largo, mas de cuatro horas de viaje. Menos mal que salí recién anocheció, son las dos de la madrugada y la minúscula aldea, con tan solo cinco casas de barro y arcilla, permanece en total silencio. Todos duermen, al menos eso es lo que parece.

Ato a Blade en un poste en la entrada y camino hacía el centro en silencio, todo esta oscuro, tan solo iluminado por la luna en cuarto menguante. Llego al centro, es una pequeña plaza, delimitada por unas piedras lisas, redondas y de color negro. Cuando miro a mi alrededor recuerdo los informes de dos agentes que perdieron la pista por aquí a dos tipos que decían fabricar whisky casero. Y por otro lado los informes de varias personas que han muerto tras beber whisky ilegal. Su grado de alcohol es muy superior a lo que una persona normal aguanta, y aparte los lugares y las formas en que los hacen, se contamina con mil cosas. No se si tendrán relación ambos casos, pero comisario debo investigarlo y acabar lo mas rápido posible.

Permanezco en silencio, caminando rodeando por completo todas las casas, cuando voy por la cuarta, observo que en su tejado tiene dos chimeneas, una se ve mas nueva que la otra, de una puerta lateral sale un chaval joven, de unos dieciséis años con una caja con un montón de botellas, cuando me ve, mi indumentaria de policía es reconocida al instante, y se gira asustado, entrando de nuevo en la casa. De su caja se cae una botella, uso mi agilidad para cogerla antes de que caiga al suelo y mientras el chico cierra la puerta, pongo mi pie.

El chaval empieza a empujar con fuerza, pero no consigue nada, yo me mantengo en silencio, mirando la botella con una etiqueta "Alcohol 90º". Con esto hacen el whisky? No me extraña que muera gente, pienso para mi.
-¡EH! ¡¡La policía!!- Gita el que empuja la puerta. Dejo caer la botella, que se rompe en mil añicos, y con una mano doy un empujón a la puerta abriéndola de golpe, haciendo que el chico se estampe contra la pared y caiga desmayado.
Me dispongo a entrar en la casa, donde la única luz que ilumina el lugar se apaga de golpe.