El solticio de la soledad || Privado.

por **Sabrina De la Vega** Sáb Mar 15, 2014 8:49 pm

Je ne sais pas si la douleur et l'amour sont nés ensemble ou d'apprendre dans la façon des larmes.
-Sabrina De la Vega-

La brisa de la playa alegra los corazones de las personas, de día se pueden escuchar las voces de los niños riendo y jugando en la arena, algunos de vacaciones de otros países manteniendo sus casas de verano muy cerca de la costa para así disfrutar más de las vacaciones, una pequeña mansión, modesta y humilde aparece alejada de todas, cerca de un risco donde las olas golpean con fuerza cada día , cada hora y cada noche, un lugar específico de donde poder admirar la playa desde arriba, admirando los juegos y la vida que se corre con el astro sol.
Dentro de esa vivienda una pequeña niña vive, como una muñeca vestida, las cortinas de la morada están cerradas, todas las ventanas atrancadas con sus puertecitas, la reja que conduce a la casa igual, parece que no estuviera ella ahí, pero lo está, está sentada en el pequeño salón mirando el fuego de la chimenea crepitar, saben de su existencia por el humo que sale de la mansión, asumen los que pasan por ahí que es una vieja que no puede salir de enferma. ¡Cuán equivocados están!

Las horas van pasando y la pequeña con su rostro oculto entre sus brazos que toman sus piernas llora en silencio, pero ni una lágrima rueda por sus mejillas, mira la ventana y luego el fuego, se deja caer en los brazos de Morfeo.

Al despertarse el silencio es evidente, la noche ha caído, abre todas las ventanas y ve fogatas en la playa, el sonido de violines de unos gitanos le llega, una suave melodía que le hace sonreír, otra grupo más alejado de los gitanos, son de humanos, hombres que están bebiendo, pescadores que esperan la hora para salir a alta mar. El sonido de las olas golpeándose es más fuerte, decide darse un baño, cambiar su vestidito por otro más dulce y salir a caminar por la playa, cuando salé peina sus cabellos mirando por el espejo recordando a la monja que la adopto por un tiempo y que gracias a ella tiene donde vivir, suspira trenzando un mechón y el resto suelto, sale del su refugio que llama hogar.

Al llegar a la playa retira sus zapatitos y medias, sintiendo el frio de la arena, rezando por sentir el cálido sol que alguna vez ella amaba, recordando como si fuera ayer no más cuando jugaba bajo el astro rey –oh Dios mío, por qué, por qué- se persigna como lo haría las religiosas del convento y su madrastra una ex monja que le enseño todo aquel mundo de una forma distinta que a la niña le atrajo más.

por **Bard Blase** Sáb Mar 15, 2014 9:51 pm

No era muy común salir de noche por la ciudad, la mayoría de personas tienen miedo a las verdades que se ocultan en la noche, la corrupción, el engaño y la falsedad que bajo la oscuridad todo el mundo deja libre y nadie siente miedo en demostrar, algunos también temen a las criaturas nocturnas, las oyen en historias y relatos, creen que si salen por las noches se los devoraran, esto no esta muy lejos de la realidad, pero en sus casas también pueden ser devorados, nunca se sabe donde podría estar uno de estos cazadores de sangre, como estará disfrazado o que clase de artimañas usa para conseguir su sustento, pero de que consiguen presas siempre lo hacen, claro que yo no soy un humano común por lo que, tengo algunas maneras de defenderme de ellos.

La noche estaba tranquila a pesar de todo, la media luna en el cielo alumbraba lo suficiente como para ver por donde vas con tranquilidad, no tenia muchas expectativas por lo que me dirijo a casa algo cansado pero cuando pasaba por una zona concurrida escuche que un grupo de personas estaban reunidas en la playa, una buena oportunidad para relajarse después de un día de trabajo, la música, mujeres, baile, buena comida y buena compañía, todo lo que necesitaba.

Me dirijo entonces a aquel lugar, claro no sabia la dirección exacta por lo que me fui por el camino equivocado, avanzo por la orilla de la playa escuchando como calmadas las olas se rompían, era agradable y tranquilo, como para estar acompañado con alguien especial, de pronto, me sorprendió saber que no estaba solo, una figura se veía caminar por la playa, unas huellas me lo indicaron, la seguí y justo al bordear una roja una pequeña niña se encontraba caminando, me asombre porque a estas horas tan tarde de la noche una niña por aquí, mire a los lados y nadie mas, al momento de escuchar sus palabras me percate de algo importante, no se trataba de una niña, era una vampiresa, el color pálido en su aura lo mostraba, podría tener mil años y verse igual, -¿Porque a ti? ¿Estas perdida pequeña?- dije rompiendo el silencio, sabia que se trataba de una vampiresa, actuare con precaución -¿Buscas algo? ¿Sucede algo?- la he abordado con varias preguntas para ver si con esto se intimida un poco y así yo podría tomar de una vez el mando de la conversación.

por **Sabrina De la Vega** Mar Mar 18, 2014 9:25 pm

En el silencio de la noche, el ruido de las olas contra la costa era lo único que se podía escuchar, además del crepitar del fuego, de la música, la danza, pero esos sonidos no eran audibles al oído humano por la lejanía a la que estaban siendo emitidos, pero para un inmortal o hijo de la luna sería fácil tomarlos con claridad, eso era más que obvio, una pequeña sentada en la arena, una niña vampira jugando con sus pies, enterrándolos en está sintiendo el calor acumulado, sus ojos fijos en agua que con fuerza se mece por la marea y la luna creciente, además del viento, su soledad y su silencio se hace evidente, busca las respuestas en ella y se pierde viendo que no encuentra nada, solo oscuridad.

Al paso de unos minutos a lo lejos escucha el eco de una voz.
-¿Porque a ti? ¿Estas perdida pequeña?-
Aquel eco se hacía cada vez más cerca, más, y más…
-¿Buscas algo? ¿Sucede algo?-
Ahora no era un eco, giró su cabeza consternada, como si fuera una alucinación pero al ver la figura completa y centrada de un joven…un hombre…un brujo, su aura y su aroma lo delataban, rodeo con sus brazos sus piernas juntándolas a su pequeño pecho.

-No, no estoy perdida señor- busca y muestra una sonrisa algo falsa pero que pasa por sincera –Creo que siempre buscamos algo, el camino a casa, las respuestas a las preguntas no realizadas, el amor, la familia, todo se trata de una búsqueda y para hallar lo que hemos perdido debemos pensar ¿qué perdimos? ¿Qué ganamos? ¿por qué queremos recuperarlo? ¿Vale la pena?- suspira girando su cabecita hacia la derecha mirando el fuego a lo lejos y a los humanos que están ahí divirtiéndose, les observa a la lejanía –Disculpe, quien es usted?- pregunta sin mirarle, solo viendo recuerdos de su vida pasada como un atisbo de algo que no volverá.

Solo han pasado pocos años, que parecen días, ya que no cuenta para ella cuando el astro rey aparece, se diría con solo verla que está recién convertida en una “mujer de la noche” y que a pesar de sus años, aún conserva la edad de una niña, una niña inocente que busca desesperadamente una cura para ser lo que no será. Jamás.

por **Bard Blase** Jue Mar 27, 2014 1:03 pm

La playa se encontraba en calma, la briza hacia que unas leves olas ondearan sobre la arena y se acercaran a mis pies, estaba cómodo, aunque claro la noche no es mi fuerte, sobre todo por el hecho de que no se donde estarán los demás. A lo lejos logro escuchar las risas y el sonido de la música pero por ahora tengo algo mas interesante, la joven vampiresa que me había encontrado en medio de la noche y por supuesto, sola en la playa, cosa que lo hacia mas sorprendente, tengo muchas cosas que averiguar.

Escucho la voz infantil que la vampiresa cuando me responde y me deja pensando por un momento en lo que estará haciendo, -Para ser una niña no pareces estar preocupada por estar tan tarde sola- comente en respuesta -¿Estas buscando a tus padres?- me acerco un poco a la damita aunque se que debería de actuar con precaución -Por lo que se ve estas buscando muchas cosas- sonrió acercándome a ella -Pero no siempre lo importante es la respuesta, a veces debemos detenernos a pensar en la pregunta- miro a la chica a los ojos -¿Cual es la verdadera pregunta de tras de todas las demás?-.

Espero paciente sus respuestas, se trata de una niña muy linda, creo que me confiare un poco, a ver si puedo conseguir algo de esta charla y nos llevamos bien, siempre es bueno tener a un inmortal de aliado, por ahora me portare bien con ella -Soy Bard Blasé- dije en un saludo dándole la mano inclinándome un poco para que ella pueda tomarla -¿Y tu quien eres pequeña dama?- le di una sonrisa -¿En que puedo ayudarte?- continué ansioso por saber que secretos ocultaba la vampiresa y esperando que fuera abierta conmigo también.

por **Sabrina De la Vega** Sáb Abr 19, 2014 5:00 pm

-Para ser una niña no pareces estar preocupada por estar tan tarde sola-

A que podría tener miedo una vampira, existe algo acaso a lo que se pueda temer, bueno al sol quizás y a los inquisidores pero se los puede evitar con alguno que otro truco, además si no das sospecha de lo que eres no te perseguirán como locos hasta darte muerte violenta, pero entonces eso nos vuelve desconfiados y sobre todo solitarios, nos vuelve unos seres distantes de todo aquello que nos lastime, aunque algunas veces, solo algunas pequeños momentos, aquello que nos lastima nos puede resultar muy satisfactorio.

Las preguntas iban y venían sin cesar pero no tenía respuestas para darle a aquel buen hombre que quería ayudarme sin nada a cambio, le miré por unos instantes para ver si podía confiar en él, es verdad que desde niños nos dicen nuestros padres “no hables con extraños” pero que podría hacerme? Yo era muerta que camina sin el latir de su corazón, suspiré sonriendo ampliamente mostrando los pequeños colmillitos que tenía –La verdad no tengo a nadie ya, todos se han alejado porque me temen o porque sienten repulsión de mi, así que por ponerlo más fácil mis padres y todo lo que me rodea se muere rápido- reí como nunca antes, mi humor había cambiado hace unos años cuando conocí a aquella monja que me enseñó algo de vida, me había vuelto oscura en humor.

Me levanté sacudiendo la arena del pequeño vestido que portaba, tomé los zapatos entre las manos e hice una reverencia al brujo, su aura era color verde magnético pero con un matiz oscuro o gris por ahí –Mucho gusto Señor Bard Blase, me llamo Sabrina, Sabrina De la Vega- incliné la cabeza tomando la falda del vestido para hacer una reverencia digna de la corte sin marco de error.

Giré dándole la espalda caminando, esperando que el caballero me acompañe a caminar –Quizás no sé las verdaderas preguntas y eso es lo que estoy buscando al final, porque no tengo respuestas a preguntas sencillas menos a las difíciles, entonces al final no sé nada y lo que sé estaría errado, quizás en eso me pueda ayudar, a ver qué es lo que sé y que es lo que realmente quiero saber o encontrar al final- suspiré alzando los hombros a modo de disculpas negando con la cabeza –Oh pero que maleducada señor Bard, le gustaría ir a mi casa para tomar algo?- extendí la diestra apuntando a la casa que quedaba sobre el risco, donde las olas golpean sin piedad.

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