AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Últimos temas
Vivienne Dawson [Ficha]
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Vivienne Dawson [Ficha]
▲NOMBRE DEL PERSONAJE▲
Vivienne Dawson▲EDAD▲
Murió a los 28 años y lleva muerta 20 años▲ESPECIE▲
Fantasma▲ORIENTACIÓN SEXUAL▲
Heterosexual.▲LUGAR DE ORIGEN▲
Francia▲HABILIDADES/PODERES▲
Aparición/Ilusión/Telequinesis/Teletransportación/Permanencia/Corporeirdad/Posesión.De carácter muy tranquilo, siempre fue callada y un poco sumisa, incluso con todo lo que paso siempre se mantuvo neutral. Fue una madre cariñosa y responsable. Muchos dirían que tuvo el carácter frío pero se comportaba como cualquier madre y esposa. Con su muerte en el último momento se vio un poco de su carácter, como si fuese una fiera, tuvo mucho valor para alguien que se sacrificó y hoy en día aunque un poco confundida sigue siendo así, incluso si en sus pensamientos hay una especie de duda y rencor por quien le arrebato la vida pero también amo a aquel ser por darle al menos tres pequeños de los cuales pudo cuidar. Siempre fue alguien de pocas palabras a la fecha pero sus expresiones incluso llegaban a reflejarlo todo. Fue algo débil también pero se moldeo con el paso del tiempo, se encasillo demasiado en el papel que le correspondía así que no socializo demasiado.
Y es que a veces llegaba esa pregunta a su cabeza, ese enigma sin resolver mientras veía los recuerdos pasar una y otra vez. Recapitulaba el pasado como si eso le fuera interesar a alguien, como si su voz fuese una balada triste en francés. Tantos hijos, un pueblo pequeño tan lejano, donde ni siquiera el sol quiere alumbrar, más de veinte hijos, más de diecinueve hermanos y ponerle un número a ella sería cruel. Tan solo recuerda las manos de su madre, siempre ocupadas y su padre, aquel sujeto viejo que solo trataba de sacar a su familia adelante endeudándose hasta el cuello, deuda que se repartía entre todos como herencia. Parecía que el viento se llevaba a cada miembro de la familia para nunca más verlo, mas ella creía que se trataba de una especie de reencarnación por cómo veía a su madre parir. Y entonces le tocaría, no es que lo esperara con felicidad, tal vez era la curiosidad, esa pregunta aun rondando sus pensamientos pero con el paso del tiempo llegaron más incógnitas. Conforme iba creciendo se daba cuenta de que a cada una de las mujeres en la familia en un determinado tiempo se le daba la tarea de ser mamá mientras esperaba que la siguiente tuviera la edad, lavar la ropa en el río más lejano de aquel pueblo cutre, darles de comer incluso si no había nada, vestirlos, calzarlos e incluso tratar de amantarlos aun si sus senos no eran lo suficientemente maduros para aquella ardua tarea. Y aquello terminaba hartándola, cansándola, como si no hubiese mas, es que no lo había. Esa pregunta entonces vino de nuevo a atormentarla y no solo eso, tenía que ceder el lugar y ella tenía que partir hacia donde los demás lo hacían o al menos eso creía, ‘¿Qué caso tiene vivir?', le observó, aun si todavía no era la hora, oscuro, elegante, alguien parecido a un demonio que le haría gritar desde sus entrañas. Catorce años, le había visto en pesadillas, le había soñado constantemente desde que cumplió aquella edad y una tarde de repente se presentó sin mas, azotando al único hombre que era su rival, pero incluso este se volvió sumiso, un perro arrodillado ante su amo y como tal obedeció, su padre le tomo de los hombros y la puso frente al demonio mismo, él la tomo y con esa sombra enorme se la llevó, sin mas.
Muda ante los hechos, solo escuchó, ese francés tan elegante saliendo de sus labios, esos reclamos y los papeles siendo agitados en sus manos, le parecía lo bastante mayor, lo bastante hermoso y refinado, ¿Por qué entonces alguien como él querría a una simple campesina como esposa?, ella no lo sabía hasta que escuchó esas palabras saliendo roncas de su pecho, una voz masculina que imponía respeto y poder. No había vuelta atrás, la habían vendido, casado y dejado en manos de un extraño, alguien con quien no cruzaba palabras, esa vida que llevaba le parecía una exageración, desde que llegó día tras día limpiaban cada parte de su cuerpo hasta que él lo dijera, solo por ser una campesina, aquel demonio le repetía que no olía mas que a esa asquerosa naturaleza, a humo, a tierra y muchas cosas mas y vinieron los olores artificiales sobre su piel, cabello, hasta penetrar en los huesos. Y él la conservo, en casa, sin hacer nada, sin tocarla, sin hablarle o dejarle ver el exterior, aprendió a ser un mueble mas en aquella mansión. No fue hasta dos años después, la brutalidad con la que le tomo, las marcas en su piel eran similares a las de un animal hambriento y desesperado, estuvo días en cama y meses después volvió a estar postrada en ella para darle un heredero, débil y pequeño, cuando él lo vio no hubo expresiones, ella tan solo volvería de forma desesperada a una rutina que ya conocía. Ese pequeño ahora era suyo y era lo único que tenía, lo único que la entretenía y años mar tarde llegó otro ataque salvaje, de esos que a él le encantaban para dejarla nuevamente preñada y aquello no le interesaba los años pasaban, no eran ya dos sino tres, pequeños, juguetones y todos varones. Ella precia envejecer, ya habían pasado catorce años mas y tan solo de un infierno a otro. Y aquello no le parecía tan malo, había conseguido calma, ser alguien de sociedad, la mujer que aquel quiso siempre pero aquello tomo un tinte mas oscuro, la vida se apagó.
De pronto su carácter envolvió la mansión, el terror y la oscuridad se hicieron presentes físicamente. Las cortinas se habían cerrado, él no salía de la habitación y ella con los pequeños no existían en aquel mundo. Los días se volvieron noches y las noches días, cada uno de los sirvientes fue desapareciendo misteriosamente y todo se volvió gris, polvoriento, triste y el miedo comenzaba a rodearles hasta abrazarlos fuertemente. Ella dormía con ellos, ellos solo preguntaban por aquel ser al que acostumbraban llamar padre y ella sonreía, les leía, los acurrucaba y dormía. Pero una noche fue diferente, sin meses tras verlo, su piel era tan blanca como la nieve, sus ojos tenían un brillo especial al estar abrazando y acariciando a los pequeños, sus manos temblaban, su garganta parecía secarse como si tuviese sed, sus ojos se concentraban en ellos y entonces comprendió que el demonio había cobrado su verdadera forma, ella tomo a los pequeños alejándolos, encerrándolos lejos de él, protegiéndolos y hacerle frente, no había sido tarea fácil, el miedo en los ojos de los pequeños al ver la brutalidad con la que este la trataba mientras ella trataba de mantenerlos a salvo los dejaría marcados. Rogó, gritó e imploró que fuera ella víctima de sus antojos y lo que sintió fue la muerte, lenta y agonizante, en medio de gritos, le entrego la vida pudo incluso sentir el ultimo latido de su corazón.
Muda ante los hechos, solo escuchó, ese francés tan elegante saliendo de sus labios, esos reclamos y los papeles siendo agitados en sus manos, le parecía lo bastante mayor, lo bastante hermoso y refinado, ¿Por qué entonces alguien como él querría a una simple campesina como esposa?, ella no lo sabía hasta que escuchó esas palabras saliendo roncas de su pecho, una voz masculina que imponía respeto y poder. No había vuelta atrás, la habían vendido, casado y dejado en manos de un extraño, alguien con quien no cruzaba palabras, esa vida que llevaba le parecía una exageración, desde que llegó día tras día limpiaban cada parte de su cuerpo hasta que él lo dijera, solo por ser una campesina, aquel demonio le repetía que no olía mas que a esa asquerosa naturaleza, a humo, a tierra y muchas cosas mas y vinieron los olores artificiales sobre su piel, cabello, hasta penetrar en los huesos. Y él la conservo, en casa, sin hacer nada, sin tocarla, sin hablarle o dejarle ver el exterior, aprendió a ser un mueble mas en aquella mansión. No fue hasta dos años después, la brutalidad con la que le tomo, las marcas en su piel eran similares a las de un animal hambriento y desesperado, estuvo días en cama y meses después volvió a estar postrada en ella para darle un heredero, débil y pequeño, cuando él lo vio no hubo expresiones, ella tan solo volvería de forma desesperada a una rutina que ya conocía. Ese pequeño ahora era suyo y era lo único que tenía, lo único que la entretenía y años mar tarde llegó otro ataque salvaje, de esos que a él le encantaban para dejarla nuevamente preñada y aquello no le interesaba los años pasaban, no eran ya dos sino tres, pequeños, juguetones y todos varones. Ella precia envejecer, ya habían pasado catorce años mas y tan solo de un infierno a otro. Y aquello no le parecía tan malo, había conseguido calma, ser alguien de sociedad, la mujer que aquel quiso siempre pero aquello tomo un tinte mas oscuro, la vida se apagó.
De pronto su carácter envolvió la mansión, el terror y la oscuridad se hicieron presentes físicamente. Las cortinas se habían cerrado, él no salía de la habitación y ella con los pequeños no existían en aquel mundo. Los días se volvieron noches y las noches días, cada uno de los sirvientes fue desapareciendo misteriosamente y todo se volvió gris, polvoriento, triste y el miedo comenzaba a rodearles hasta abrazarlos fuertemente. Ella dormía con ellos, ellos solo preguntaban por aquel ser al que acostumbraban llamar padre y ella sonreía, les leía, los acurrucaba y dormía. Pero una noche fue diferente, sin meses tras verlo, su piel era tan blanca como la nieve, sus ojos tenían un brillo especial al estar abrazando y acariciando a los pequeños, sus manos temblaban, su garganta parecía secarse como si tuviese sed, sus ojos se concentraban en ellos y entonces comprendió que el demonio había cobrado su verdadera forma, ella tomo a los pequeños alejándolos, encerrándolos lejos de él, protegiéndolos y hacerle frente, no había sido tarea fácil, el miedo en los ojos de los pequeños al ver la brutalidad con la que este la trataba mientras ella trataba de mantenerlos a salvo los dejaría marcados. Rogó, gritó e imploró que fuera ella víctima de sus antojos y lo que sintió fue la muerte, lenta y agonizante, en medio de gritos, le entrego la vida pudo incluso sentir el ultimo latido de su corazón.
Invitado- Invitado
Re: Vivienne Dawson [Ficha]
FICHA APROBADA
BIENVENIDA A VICTORIAN VAMPIRES
TE INVITO A LEER LAS NORMAS QUE TENEMOS EN EL FORO PARA QUE ESTÉS BIEN ENTERADA DE CÓMO SE MANEJA TODO Y ASÍ EVITARTE FUTUROS MAL ENTENDIDOS, Y SI TIENES ALGUNA DUDA O ACLARACIÓN SOBRE CUALQUIER COSA, NO DUDES EN PREGUNTARME A MÍ O A OTRO ADMINISTRADOR, ESTAMOS PARA AYUDARTE.
QUE TE DIVIERTAS.
BIENVENIDA A VICTORIAN VAMPIRES
TE INVITO A LEER LAS NORMAS QUE TENEMOS EN EL FORO PARA QUE ESTÉS BIEN ENTERADA DE CÓMO SE MANEJA TODO Y ASÍ EVITARTE FUTUROS MAL ENTENDIDOS, Y SI TIENES ALGUNA DUDA O ACLARACIÓN SOBRE CUALQUIER COSA, NO DUDES EN PREGUNTARME A MÍ O A OTRO ADMINISTRADOR, ESTAMOS PARA AYUDARTE.
QUE TE DIVIERTAS.
Doreen Jussieu- Hechicero Clase Alta
- Mensajes : 5232
Fecha de inscripción : 01/03/2011
Edad : 34
Localización : Zona Residencia.
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
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