Fusil contra fusil {Privado, posible +18}

por **Lauren Von Krautzs** Mar Mayo 20, 2014 8:56 pm

"Because always the forbidden,
awakens some type of desire."

En pocas palabras se podría decir que ni ella misma conocía los motivos por los cuales había regresado a ese lugar. Uno que es considerado de "mala muerte" y miles de otros términos no muy agraciados, pero sin embargo, antiguamente gran parte de su diversión carnal gustaba de pasarla ahí; enredada con alguna cortesana, quien luego sería casi por voluntad propia su alimento. Una practica mal vista, tanto por su trabajo y al considerar el echo de que aún habían quienes se alborotaban al ver que fuera una mujer la que pagaba por los servicios.

Los pasos de la inquisidora se detuvieron frente a la puerta principal, siendo esta empujada por su mano, mientras se adentraba en el característico lugar.
Observó con superioridad a todos los presentes, y a las mismas señoritas que se encontraban muy concentradas en sus tareas, principalmente; Quedarse con el dinero de los hombres de buena fortuna, quienes sin ningún tipo de consideración llegaban ahí, buscando un cuerpo mas esbelto y atractivo que el de sus propias esposas.
Lauren caminó por entre las mesas, manteniendo siempre su vista altiva y sin desviarla hacía nadie especifico, llegando finalmente hasta la barra principal, en donde atendía una chica que ella conocía muy bien, y dedicándole la primera mirada esperó.
- ¿Lo mismo de siempre?.- le preguntó aquella joven, mientras se acercaba para observarle con mas cuidado, aguardando la confirmación. Pero para su sorpresa, la inmortal negó con la cabeza, y posó sus ojos en el cuerpo ajeno, inclinándose a su oído.
- Dame una copa del mejor vino que tengas.- susurró con clara provocación, y se alejó, permitiendo que la cortesana cumpliera con su pedido.

Intentando volver mas amena su estadía en el sitio, sus ojos comenzaron a viajar por entre los humanos, ya que siempre eran ellos los que más llegaban hasta ahí, aunque aún así era capaz de percibir auras diferentes; vampiros, lycans.
Realmente la Inquisidora no sentía la necesidad de atacarlos, no había llegado hasta ahí para iniciar un escándalo, si no mas bien, para intentar dejar atrás todo su macabro trabajo, al menos por un par de horas.

Su vida había dado un giro que realmente no esperaba, y el destino se había encargado de devolverle a alguien que llegaría para ocupar aquel puesto que, por más de un milenio, se había encargado de mantener vacío. Pero, ¿se encontraba lista para enfrentar lo que eso significaba?... Ni ella misma podría responderse.
En cuanto volvió en sí, luego de los pensamientos que le golpeaban, pudo sentir una presencia más familiar, y a la par que la copa que había pedido llegara finalmente a su mano; sus ojos encontraron al dueño de ese conocido aroma. Estaba consiente que él también se había percatado de su presencia, y justo cuando finalmente sus miradas colisionaron, Lauren alzó su copa, siendo esta como una clara invitación a quien aún se hallaba a una importante distancia.

por **Fletcher J. Maciel** Sáb Mayo 24, 2014 11:34 pm

Luna, luna azul, tú me has visto, solo,
sin sueños y sin amor.
Luna, luna azul y solo tú sabías
por qué estaba allí.

La puerta se abrió de golpe siendo receptor de los gritos femeninos, enarco una de sus cejas y pronto comenzaría a arrepentirse de entrar nuevamente a ese lugar; Tomó una bocanada de aire y se mantuvo allí uno segundos, observó el lugar. Se regocijaba por dentro al ver hombres de familia, casados, felices, comprometidos y falsamente enamorados correteando a simples cortesanas que robarían su dinero dejándoles como regalo un poco de placer junto a una que otra enfermedad; Pero si estaba allí era por algo, su búsqueda no cesaba y estaba dispuesto a buscar desde los lugares más atractivos, hasta el último nido de ratas de París, osea; El burdel.

Aunque no debería negar que pasó por exquisitos placeres dentro de los cuartos clandestinos de aquel lugar, era selecto entre las féminas, solía siempre estar con la misma, hasta que su cuerpo ya era terreno completamente desterrado por sus manos curiosas para pasar a una completamente nueva y desconocida para él ¿Nombres? No, aún no lograba reconocer algún nombre en especifico, ciertamente, ni sus rostros, por lo que regalar sonrisas de falsa modestia no se dedico a hacer; Camino directamente por los pasillos viendo de reojo cada rincón, hasta el lugar más recóndito de aquel basurero era inspeccionado por el inquisidor.
Y pensaba; ¿Siempre hubo ese olor tan repulsivo? Nauseabundo, entre alcohol y otras drogas que se mezclaban bajo los roces de fluidos humanos; Vicios corrompidos por perfumes baratos que lejos de ahuyentar el hedor, lo intensificaba en un mil por ciento, estaba asqueado buscaba de regreso la puerta de salida hasta que dio con la mirada conocida de una vieja... bueno, sólo se resumiría a una vieja conocida; Le dedicó una sonrisa entre dientes y emprendió paso hasta la barra, mismo nido de ratas sólo que en ese lugar te entregaban alcohol para hacer más amena la estadía.

Tomó posición sobre un banco junto a ella, cargo sus codos sobre la barra y sin verle de frente aún, señaló a la mujer que servía los tragos una copa de coñac, espero a que fuera atendido y tan solo de reojo parpadeo un par de veces para estar seguro que se trataba de la misma Lauren Von Krautzs - ¿Recuerdas la última vez que reposábamos sobre esta misma barra? Vaya... parece haber sido ayer, creo que fue una de las pocas veces que disfrute tanto el estar aquí, claro, sin contar las veces que que esa pelirroja y yo, bueno, eso no viene al tema -Murmuró, no era necesario el alzar la voz junto a ella, bien claro estaba que podía oírle hasta a kilómetros de distancia; Estrecho la copa que se le era entregada y tan solo con un gesto de su rostro, la chica se alejo de ambos viejos conocidos - Me sorprende que estés aquí, mucho más con la escena de falsa compasión por esa vampiresa amiga tuya... - Sentenció sus dichos llevando esa copa a sus labios, chasqueo un par de veces su lengua para redistribuir bien el licor y así, tomar mayor prestancia quedando de frente a su vista, clavando su mirada sobre la fémina.

Resultaba tan placentero ahora el estar en ese lugar, que dejo de compadecerse por tener que sobrellevar la miseria humana que le rodeaba.

por **Lauren Von Krautzs** Dom Jun 08, 2014 6:24 pm

"You start the attractive game,
then you know have no output."

Arrogante, sumamente arrogante como siempre. La inquisidora no encontraba palabras más exactas para describir a su "nuevo" compañero, mucho podría rebuscar, pero siempre sus ideas llegaban a lo mismo. Ese carácter, esa nutrida personalidad llena de superioridad, le hacía autorecordarse a si misma, y ahí nacía una nueva pregunta; ¿cómo es posible mantener ese extraño y hostil lazo entre ambos?, irónico, realmente lo era.
Por alguna razón el pensar que su compañia sería quizás mas oportuna que la de cualquier otro del lugar, le daba una imaginaria tranquilidad, aunque sabía que eso podía durar solo unos cuantos minutos.

Y que acertada estaba, en cuanto el vampiro se ubicó a su lado, iniciando de esa forma su poco elaborada platica, Lauren chasqueó su lengua, fingiendo sentirse ofendida, sentimiento que no alcanzó a crearse realmente en su faz.
— Cállate Fletch, no deseo enterarme de tus aventuras con las putas... Eso déjalo para tus amigos, si es que los tienes claro está.— bromeo manteniendo esa firme mirada clavada en sus orbes, llevando con placidez el borde de la copa a sus labios, haciendo que el delicioso liquido se deslizara hasta su garganta.
— Veo que has estado averiguando, realmente supiste escoger tu facción. Meter las narices donde no te incumbe es tu especialidad.— rodó los ojos luego de aquel comentario, estando segura que él sabría como responder con una nueva pesadeces, o simplemente aceptaría que ella estaba en lo correcto. No, ciertamente se inclinaba por la primera opción, ¿y podía culparlo?... Pues no, ambos recaían en el mismo sarcástico sentido del humor.

Por unos minutos se dedicó a analizarlo, estaba claro que no notaría ningún cambio en él, incluso podía asegurarse de recordarlo de igual forma cuando llegó a formar parte de la inquisición; un joven inexperto, pero lleno de energía y ganas de abarcar posiciones. Su llegada no pasó desapercibida, inclusive para ella, quien al gozar con un poco de tiempo libre se encargaba de acompañar Fletcher a los lugares más poco comunes, aunque de por sí, siempre terminaban bebiendo en algún bar, o en donde más les aseguraba terminar la noche como es debido; en el burdel, cosa que no hacía muy diferente este encuentro, de muchos otros antes.

Una delgada sonrisa delineó sus labios cuando volvió en si luego de tan arrebatados y antiguos pensamientos. Sus grisáceos orbes, buscaron los ajenos, paseando así sobre su rostro con aquella calma que se aseguraba por mantener, más aún frente a él.
— ¿Debo preguntar como terminaste en este lugar... Otra vez? — inquirió, alzando su mano, en un sutil gesto de señalar el lugar con una mueca de desagrado. La verdad los años si pasaban para la "casa de muñecas", incluso las mismas muñecas residentes habían envejecido hasta encontrar su fatal destino.
Lauren pensaba que aquellas gustaban más de conservar su actual belleza, por lo que sí había deleitado su paladar con su candente sangre, hasta apagar algunos corazones, asegurándose así de que los cuerpos se conservaran joviales, pero carentes de latidos, un alto precio sin duda alguna.

Nuevamente debió concentrarse, se le volvía inevitable no navegar en sus pensamientos, el verse sentada nuevamente con el le llevaba a crear imágenes del pasado, y no podía negar que la mayoría de ella, eran algo cómicas.
— No sé si soy yo, o este lugar perdió su... Encanto. — acotó mientras sus labios se fruncían, denotando el sarcasmo usado para describir el lugar, ya que realmente de "encantador" no tenía nada en lo absoluto. Ahora lo único que conseguía llamar su atención en un nivel un tanto más elevado, era aquel ser de mirada profunda que se encontraba sentado a su lado.

por **Fletcher J. Maciel** Dom Jun 08, 2014 7:30 pm

Levantó su mirada, no precisamente la veía a ella, pero si escuchaba como con palabras de torpezas aquella fémina se refería a él en tonos sarcásticos "Oh, Lauren... tantos años y sigues buscando en mi una repuesta a ese tipo de confortamientos" pensó, más no lo diría, gustaba de oírla blasfemar a su persona.
Delineó el borde de su labio inferior con la punta de su lengua, seguía atento a sus palabras, dejando aflorar en momentos de diversión una que otra sonrisa. Hacia gracia en él, se encontraba ya a esas alturas en el valle de los recuerdos, viajando a lugares inhóspitos, dónde la figura compañera ahora, era una de las más sentenciadas a sus actos; Intentaba marcar mucho más esos recuerdos, recordar el inexperto rostro de Lauren en los inicios donde intentaba tratar con él, era gracioso, una comedia explicativa que haría bufar a cualquier artista o poeta que tuviera tiempo de oírlas por los labios del actor principal .

Pero regresó a ella, acomodó parte de su costado contra esa barra que le ayudaba a guardar calma y mencionó entre miradas furtivas que le daba a una que otra cortesana que sin querer, robaban la atención completa de este inquisidor - ¿Enterarte? Por favor, eres gran parte de ellas y ahora niegas tus raíces conmigo... da lastima saber que los años te hicieron un tanto, más, cómo decirlo, mojigata. - Nuevamente esa jocosa sonrisa se marcaba entre los gestos de su rostro, dejando entre ver esa albina dentadura denotando de forma obvia, las intenciones de hacerla alterar bajo sus comentarios. - O puede que sea tu misma compañera la que recalca en ti ese nuevo comportamiento, a decir verdad nunca te concederé una persona que se influenciara por los demás, pero cómo dicen por ahí "El amor cambia a las personas" en este caso, hasta al más ruhín demonio lo convierte en un sumiso-.
Balanceo un par de veces la copa entre la yema de sus propios dedos; Gustaba de oírla, entre placer y disgusto, ese contradictorio malestar que le obligaba a mantenerse junto a ella, seguir a la espera de que algo sucediera, pues cómo bien sabía él, o cómo bien sabía quien se lograra encontrar con tal efigie, ella salía con cada cosa que exasperaba hasta el más ajeno espectador. - Suelo meter las narices en lugares muy extraños últimamente, pero ¿Sabes algo? No fue necesario buscar sobre ti... los rumores llegan solos, haces mal tu trabajo, deberías pasar desapercibida y eres todo lo contrarío - Sentenció arrastrando, disfrutando de cada palabra que era dirigida a su compañera.

Bebió de su copa, disfruto con suma tranquilidad hasta la última gota que se perdía entre su lengua para luego, regresar la mirada a los rasgos de su consorte; Se daba un ágape con tan sólo detallar cada una de sus facciones, para que iba a mentir si en el pasado siempre quedó más que mejor escrito, era hermosa; Siempre fiel admirador de la belleza femenina, más cuando una resultaba ser tan extravagante como la que Lauren llegaba a cuestas, ese rostro infante que engañaba acechadores y ese iris persuasivo embaucador connotado. Entre ellos llegó nuevamente a la realidad, carcajeando por el último de sus dichos - Estoy trabajando Lauren, algunos aún cumplen con sus cometidos ¿Estabas al tanto de aquello? - Bromeo, pro el seco tono de su voz y el serio semblante nunca dejaba entre ver si sus dichos eran sinceros o sólo le tomaba el cabello.

Irguió su espalda, buscó entre sus bolsillos y dejando un bajo de billetes contra la barra, se inclinó señalando a la muchacha que minutos antes lo había atendido - Aquí tienes, guapa - regresó la mirada a su compañera, se puso de pie y sonriendo ladeo la cabeza a ese conocido pasillo de persianas rojas - Aún hay encanto... ¿Quieres recordar viejos tiempos? - una clara invitación a esa conversación que tenían pendiente desde hace años.

por **Lauren Von Krautzs** Miér Jun 18, 2014 9:31 pm

"And dance out to the moon,
As we did in those golden days."

Bastante veloz puede fluir el tiempo entre los inmortales, el reloj avanza y va dejando en el camino a todos, sin excepciones. Por esta razón no era extraño que aveces - hasta los mismos hijos de la noche- perdieran contacto entre ellos, aunque ahora con aquel encuentro en un sitio tan vulgar como lo es un burdel, queda más que comprobado que para aquellos cuyos caminos deben cruzarse, ni el mismo tiempo sería demasiado relevante.

Años habían transcurrido de la última vez que Lauren cruzó palabras con el inquisidor, posiblemente hasta una década, pero aún con todo ese intervalo, los lazos que habían creado seguían vivos, solo esperando el momento de volver a tensar los hilos que los llevarían a juntarse, siendo todo muy consecuente con sus lugares privilegiados.
— No, no... ¿Mojigata? ¿Sumisa? Jamás. Aunque realmente no tengo ganas ni siquiera de darte explicaciones, en especial por que estoy segura que a ti no debería importante.— respondió con la máxima serenidad que le fue posible. Era lógico que no daria más información sobre su compañera, ni mucho menos confiarse en Fletcher, bien podía darle una puñalada por la espalda y esparcir todo lo que ella le confirmara, siendo como consecuencia de esto que la inquisición se fuera en picada contra ella. No sería tan ingenua.

En un delicado movimiento alzó con su diestra la copa hasta sus labios, bebiendo lo que quedaba de vino en la misma, para luego estirar su brazo para dejarla un tanto mas apartada de su lado, regresando su atención a quien no paraba de rebatir sus palabras. Aunque esto no era para nada una sorpresa, bien sabía Lauren cuanto gustaba él de llevarle la contra en todo lo que exponía.
— Existen dos opciones; O realmente mi trabajo deja mucho que desear o tu te entrometes con aquellos que se dedican a espiarme. No sería extraño, y no negaré que me encuentro algo desaparecida, es natural que comiencen a investigar.— resopló con leve molestia. Sabía que librarse de los espías era complicado, y siempre, sin importar donde ni con quien estuviera, ellos lo sabrían.

Pasó por alto sus palabras acerca del trabajo que, según el inquisidor, el sí realizaba. Sencillamente llevó el indice sobre sus propios labios, regalándole así un gesto para que guardara silencio, siendo este acompañado por un leve "Shh".
Fueron las siguientes palabras, o más bien aquella insólita invitación, la que puso en marcha el cuerpo femenino, levantándose de la barra para comenzar a seguir un poco titubeante a su "guía" por el medio del extenso pasillo rodeado de puertas, cada una con una placentera escena de por medio.
— Creo que esta vez el recuerdo, será levemente alejado de la realidad... Hay demasiado en juego.— mencionó viendo todo desde su propia perspectiva, ignorando la ajena. Lauren sabía que no era prudente seguirlo, y que lo mejor sería retirarse y volver a su residencia, pero no, ahí estaba caminando junto a él con la máxima tranquilidad.
Los ojos marinos de la vampiresa, se enfocó en la puerta entreabierta de una de las habitaciones, desde la cual no se escuchaban los ahogados gemidos de las que colindaban con ella, por lo que indicó a su compañero el camino para que ingresaran ahí.
— Solo espero que sepas comportarte...— agregó con una sonrisa deliberadamente más amplia, y deteniéndose casi en el centro del cuarto, cruzó ambos brazos a la altura de su pecho, contemplando el cuerpo varonil.
— ¿A quién engaño?... Sé que no tienes idea de como hacerlo.— continuó refiriéndose a sus anteriores comentarios. Realmente la inmortal se encontraba en una difícil posición, en la cual debía estar muy atenta a las jugadas ajenas, puesto que una debilidad podía llevarle a cometer graves errores.

Exhaló con suavidad por la boca, intentando borrar la tensión que innegablemente se había esparcido a lo largo de la habitación. Sus ojos no paraban de examinar cada rincón, buscando hasta la más mínima aberración. Y aunque su postura era absolutamente serena, en su interior había nacido una minúscula interrogante que no paraba de dar vueltas en su mente...

¿Por qué aún permanezco aquí con él?

por **Fletcher J. Maciel** Miér Jul 02, 2014 7:58 pm

Toda la compostura era solo la punta de un comportamiento a seguir, sabía que frente a terceros, a ajenos a su dominio debía fingir como si la vida se le fuera en ello; Algo gracioso de pensar, cuidaba su vida, siendo que ya la había perdido hace muchos años atrás. Bueno, sólo eran ironías de la misma, dulces tachos de pintura a un lienzo en blanco que manchaba con sus actos.
Miraba a su compañera, tantos años habían pasado y aún seguía con ese mismo carácter, tan igual que no le sorprendían aquellas palabras que salían de sus labios, el como sentenciaba los dichos ajenos, en total, todo era bastante predecible para el castaño; Aunque la sensibilidad latente se reflejaba en sus ojos, ¿Temía de algo acaso? Ya estaba al tanto de su punto débil, era claro el hecho, pero sabía que podía jugar con eso al pasar los minutos, quizás las horas. Las mejores cartas se dejaban para el final ¿Que gracia tiene derrochar todo en una mano? Además, ella lo sabía, estaba consciente de que el forastero frente a su cuerpo contaba con información privilegiada de sus movimientos; No la seguía, pero daba real atención a los rumores sobre ella y la vampiresa, un suculento rumor que con certeza, daba como cierto.

No dijo más, acotar más palabras al asunto era un gasto innecesario de energías. Ella se levantó de su asiento y daba por obvio que seguiría la invitación antes propuesta, agradecía aquello, un lugar más intimo lo dejaría a luz viva de como deseaba comportarse. Fingía frente a humanos, debía hacerlo, ser invisible entre ellos lo hacía un buen inquisidor.
Continuó su camino por entre ese clandestino pasillo, puertas de color carmesí lo rodeaban en busca de la que ya había dejado encargada; Siempre tenía una encargada, aunque no fuese, aunque pasaran semanas de no volver, su habitación siempre solía estar lista para él ¿Cómo? Simple convencimiento de personas correctas a conocer. Sabía fingir, sabía agradar y sabía con mayor astucia como desagradar, era uno de esos que llamaba "Encantos".

La puerta se abrió frente a su cuerpo, vio como ella tomaba la iniciativa, claro, jamás esperaría una invitación ¿Cómo no lo recordaba? Se detuvo contra el marco de la misma, recorrió su cuerpo con los ojos, detallando cada aspecto de su anatomía con su mirada; Era diminuta, muy frágil a ojos extraños, de brazos delgados, vientre plano y suaves montes sobre su pecho, una belleza por donde se le viera, pero su rostro contraía a cualquiera; Ojos fieros que no dejaban paso a alguien para acercarse, labios fruncidos remarcando la ferocidad de sus ojos y cabello desenvuelto que ocultaba parte de su piel entre sombras desordenadas, y luego regresaba a insistir en su cabeza: Seguía igual, sólo un poco más expuesta a los sentimientos.
Entró, cerró la puerta con pestillo, guardó la llave en uno de los bolsillos trasero de su pantalón emprendiendo paso en silencio por la habitación de cuatro paredes que ahora los ocultaba; Su cuerpo se encontró inerte frente a un mini bar, sirvió tan solo un vaso de alcohol, jugó con este entre sus dedos y luego de beber un poco sentenció — ¿Demasiado en juego? Hmm, no poseo de mayores lujos, no encuentro aún a alguien que me ate de forma emocional, por lo que, no tengo mucho que poner en juego, no sé si tú lo tendrás, supongo que sí, ya que veo que lo planteas con tanta severidad — Comenzó a caminar en su dirección, estaba en medio del cuarto, con su espalda erguida y los sentidos alterados, lo presentía.

Una carcajada abandonó sus labios una vez después de beber un poco más de su trago y de oír como respondía a su propia pregunta planteada; Pero no respondió, sino hasta quedarse a unos centímetros de su cuerpo, tan cercano era el lazo, que lograba marcar un casto roce de su pecho al tronco femenino — Lauren... querida Lauren, especial y única Lauren, mejor que nadie sabes que la compostura no está en mis actos. Tanto como la falta de respeto al espacio personal ¿No? — Su rostro busco el roce de los labios propios a su mejilla, retirando sus cabellos rebeldes con la punta de su nariz, en una lívida caricia que se cortó tan rápido como se impuso — Si quieres algo de beber, allí está todo... deberías estar a gusto, pues la conversación es larga y estoy sintiéndome bastante cómodo con eso — Murmuró caminando por los alrededores de ese cuarto.

Se quitó el saco, lo cargó contra el respaldo de una silla que se hallaba en la esquina derecha de la habitación; Una cama la adornaba en el centro, misma dónde el castaño se sentó sin dejar de seguir con la mirada a su compañera que poco movimiento hacía aún — Puedes salir huyendo si deseas, estás en todo tu derecho... no te obligaría a estar aquí, no quisiera que te fueras lamentando a los brazos de tu mujer reprochando que te obligué a hacer algo que no querías... o quizás sí — Lo último era provocación, esperaba sus respuestas, esa bofetada de palabras con agujas incrustadas por sus labios.

por **Lauren Von Krautzs** Lun Jul 14, 2014 2:02 am

"I know I'm little superficial, and I live in promiscuity
Yes, I will speak the truth, not to lose more time."

Encarar de frente al pasado siempre sería la opción más sabia, fijar los ojos en tu "enemigo", ya que al perderlo de vista significaría un error para ti, y un nuevo paso para él.
Ésta era la única forma en que Lauren lo vería, siempre como si encontrara batallando con alguien más, nunca bajaba la guardia sin importar la situación, ni mucho menos lo haría con él, misma razón que no le permitía relajarse, aún sabiendo que se encontraban solos en aquella alcoba, y casi como si de algo cómico se tratara, la inquisidora se hallaba encerrada con el peligro dentro. Ambos mantenían su juego de filosas y sarcásticas palabras, que más allá de herirse mutuamente -cosa que era bastante improbable- sólo buscaban volver el encuentro más emocionante.

Se mantuvo extremadamente atenta, sin llegar a demostrarlo del todo, aunque cada paso ajeno le hacía voltear siguiendo la perezosa caminata que realizaba hasta el mini bar, para luego recibir su comentario el que claramente pasó a molestarle, sólo por la verdad que contenían sus frases. Ya parecía inútil el querer negar lo que era evidente para él, y aún más para ella misma.
— Por supuesto, tengo algo que perder... De lo contrario no habría gastado tiempo en mencionarlo, ¿no lo crees? — le dijo, retomando el lienzo de sus brazos en su pecho, acrecentando su posición tosca, y notablemente más seria al percibir su cercanía, aunque la misma no llegaba a incomodarle tanto como le gustaría, por lo que exhaló dando la no solicitada autorización a que el contacto entre sus cuerpos fuera inminente.
— Me sorprende que al menos conozcas la palabra; "Espacio personal"... Siempre tan atrevido, Maciel.— acotó luego del cosquilleo producido por la sutil caricia, teniendo que llevar su palma a restregar la misma para disipar la sensación.

Ahora fue ella quien avanzó a la pequeña barra, tomando uno de los vasos, para depositar el viscoso líquido borgoña en él.
Un suspiro que fue silenciado cuando el borde del cristal dio contra sus labios, haciendo que el vino pasara por su garganta, y aún bebiendo no apartaba sus ojos del inquisidor, por lo que antes de acomodarse junto a él, imitó su gesto, y retirando su capa expuso el color turquesa del vestido que traía, estirando su brazo izquierdo para dejar caer la prenda que se había quitado, al suelo.
Caminó con gracia hasta la cama, contrayendo los músculos de su rostro, formulando así la sonrisa que le acompañaría en sus siguientes palabras.
— No iré a ninguna parte, aunque si te estás sintiendo intimidado conmigo deberías decirlo en éste instante.— le aconsejó con clara incitación, tomando asiento a su lado de manera despreocupada, con su diestra sosteniendo el vaso, y su mano libre hacia atrás rozando sus dedos por sobre la seda de las obscuras sábanas.

El vivir en la más absoluta promiscuidad, se había convertido en un sello propio de la vampiresa solo unos cuantos años luego del inicio de su inmortalidad, ¿qué tan difícil podía ser para ella dejarlo? ... Todo un desafío sin duda, y por mucho que le importara aquella arriesgada y hermosa vampiresa que ahora le acompañaba, sus instintos florecían sin que pudiera controlarlos, y peor aún, siquiera intentaba mantenerse a raya.
— Jamás imaginé verme nuevamente en ésta situación contigo, y no deja de parecerme cómico, más aún por el momento tan extraño que me toca pasar... Llegaste a inestabilizarme.— aquella última frase era honesta, casi rozando el regaño por su parte, y hubiera sido evidente, de no ser por la risa que dejó escapar luego de sus palabras.
De pronto sus ojos sombríos volvieron a él, y alzando con delicadeza su mano, acarició suavemente la quijada masculina, deslizando su indice hasta golpear contra sus labios.
— Basta de mirarme de esa forma, Fletch... Sé lo que intentas.— dijo, entrecerrando sus ojos en medio de la fina sonrisa plasmada en sus propios labios. Rápidamente la velada se volvía más y más interesante, sin que por la mente de la inquisidora se trazara aún el desenlace.

por **Fletcher J. Maciel** Lun Ago 04, 2014 9:17 pm

Cometía el mayor de lo errores, ella lo sabía y cómo fiel hombre, se guiaba por los instintos cavernicolas que llevaba en las hebras más recónditas de su interior; La provocación era uno de sus mejores juegos, las cartas mejor lanzadas a un trueque de azar donde daba igual si perdía o no, el jugar lo mantenía al hilo, atento a cada movimiento, expectante al desenlace, fuera favoritismo o no, siempre ganaba algo, esperaba que en esta barajada la rubia le diera algo más que firmeza palabras.
Siguió los movimientos de la fémina por toda la habitación, mientras en su actual posición continuaba bebiendo de su trago; Agua, parecía estar bebiendo agua, después de los años, el alcohol no marcaba mayo efecto en él, quizás en su momento lo hizo, pero se consideraba un alcohólico, por lo que un trago más a su lista de infinitos licores diarios, era solo una gota más al vaso que se rebalsaba hacer ya años atrás.

La vio servirse un trago, el dejó el vaso vació contra el suelo de la habitación, sobre esa alfombra oscura; Conchobino color que se asemejaba demasiado a las típicas manchas de sangre que solía dejar en aquella misma habitación años atrás, fieles amantes que encendían sus deseos y luego complacían sus instintos más primitivos, luego no lo recordarían, no era mayor problema; Se inclinó y con su dedo indico rozó la textura de aquella alfombra — Cómo lo pensé — Sangre seca, era un burdel de mala muerte, claro que no limpiarían las habitaciones para dejar entrar a nuevos amantes desenvolverse como animales y con el pensamiento en animales, vio una vez más a la fiera de ojos claros como se acercaba a en su dirección; Enarcó una de sus cejas, se deshacía de ese abrigo que para él, claramente estorbaba, como toda su ropa, mismo pensamiento que lo hizo marcar una jocosa sonrisa contra sus labios, chasqueando luego un par de veces su lengua para dar a luz tal comentario — Ignorando lo antes dichos, creo que como ese saco, el vestido también está de más, Lauren — Resonó contra las paredes de aquella clandestina habitación el nombre de la rubia, seguida de una carcajada camuflada del castaño.

Y una vez más, la diversión junto con las punzadas palabras de cristal lo agredían, no como ella lo esperaba, pero estaba lejos de hacerlo; A la perfección sabían que ni uno de los dos se podrían hacer daño con simples palabras, un juego infantil, pero divertido era el simple hecho de hablar — ¿Intimidar? — Fingió pensar un par de segundos para luego retomar su mirada — Tienes mejores hazañas para intimidarme, las recuerdo a la perfección, bien podrías usarlas, pues así, encantado me dejaría intimidar — Sentenció una vez más, viendo como su cuerpo se encontraba junto al propio, detallando ahora con mayor precisión su rostro, su cuerpo, aquella gélida piel blanquecina que aún cómo la primera vez, lo traían con esas ganas insaciable de sentir.

Incitó la cercanía, aquellos mínimos roces no los pasaría por alto, no desaprovecharía ni un momento para tenerla un poco más cerca de lo que esperaba llegar; El roce frío de su dedo contra los labios mismos no los sintió, hace años ya había dejado de sentir, ni la preciosa Lauren lo haría, pero sabía lo que hacía; Entreabrió sus labios, dejó un cálido suspiro contra el mismo y marcando un vigor la mirada femenina, se inclinó mucho más a ella — No intento nada... voy directo a lo que quiero — Silenció con ello sus dichos.

En un rápido movimiento ya la tenía de pie, contra la pared más cercana a ambos; Su rostro dócil daba contra la pared, las manos del hombre acariciaban sus muslos y cortando todo tipo de respeto al cuerpo femenino, la espalda de la fémina se hacía una con el dorso del hombre que la mantenía acorralada; El momento duraría segundos si ella lo deseaba, horas si lo dejaba llevar la linea de su mente, pero aprovechando el efecto sorpresa, comenzó a subir sus manos por las curvas de aquella bella Eva; Escondió su rostro en el hueco que se formaba entre su cuello y hombro, allí marcó un cálido beso seguido de un frío suspiro donde comenzaba a hablar sin detener movimiento alguno — ¿Te hace recordar algo esto? ¿Recuerdas la primera vez que te tuve en esta misma habitación? —El hombro suspiraba en lugar de hablar, acaricio de forma fugaz sus glúteos, desenlazando contra las tiras que mantenían ese fino vestido cubriendo su cuerpo, mismas que desató de un solo jale; Ahora solamente hacía falta que lo alejara, para que la presión se disminuyera y bajo los efectos de la gravedad, este cayera al suelo al igual que como ella había dejado caer su saco.

por **Lauren Von Krautzs** Lun Sep 15, 2014 5:43 pm

"I have to warn you, you have to know
... I will not be at dawn"

Cualquier tipo de frase que el inquisidor escupiera, sería un desafío y demostraría que estaba dispuesto a hablar sin pelos en la lengua, y bien que ella lo sabía, ya que eran capaces comunicarse en un mismo idioma.
Avanzaba el tiempo en aquella habitación y cada vez parecía volverse más reducida y escasa para ambos ahí, más cuando cada uno buscaba imponerse a su manera, sin tener éxito por la necedad contraria, que no les permitiría imponerse por un tiempo lo suficientemente prolongado y eso debían tenerlo claro. Finalmente eso era un juego, juego de seducciones y trampas muy bien elaboradas, sólo contando con la ventaja que les otorgaban los años en los cuales habían logrado conocerse.

Los orbes femeninos se desviaron al obscuro cielo de la habitación y trazó sus labios con una sonrisa burlesca mientras recordaba sus anécdotas, y el por que se atrevía a mencionarle todo de aquella forma.
— Lamentablemente para ti, no planeo hacer nada que te encante. No me motivo a complacerte de esa forma.— masculló, mordiendo su labio inferior para acallar la risa que liberó luego de su real confesión. Aguardó en silencio, mientras realizaban sin ponerse de acuerdo, la misma tarea; Detallarse. Poco importaba la veces que se volvieran a encontrar, los años no dejaban cicatrices sobre sus níveas pieles, seguían siendo perfectamente como estatuas tapizadas con nieve.
El movimiento que entrecerró su mirada fue notorio, y mucho más cuando las palabras ajenas resonaron con tanta seguridad. El verdadero Maciel estaba haciendo presencia.

Fue necesario apoyar sus palmas contra la maltratada pared, para no presionar su rostro con la misma, ya que el siguiente movimiento del inmortal le tomó ligeramente de sorpresa, aunque bien podría haberlo imaginado.
Sintió el escarchado beso contra su piel, así como el lento y marcado recorrido por su cuerpo con las grandes manos masculinas, las cuales se apresuró a sujetar mientras se volteaba y como era de esperarse, su vestido terminó de alfombra en el piso.
— Lo recuerdo, Fletch... Y dudo que tú llegues a olvidarlo.— bromeó, y alzando su diestra la azotó sin la fuerza necesaria para lastimar, y sólo por gusto, contra la mejilla ajena y le observó con reproche.
— Eso es por mi vestido.— se excusó y empuñando su mano contra la camisa de él, terminó por arrancarla de un sólo tirón y lanzarlo contra la pared de enfrente, asegurándose de llegar a él antes de que pudiera moverse.

Misma escena, diferentes posiciones y por un par de segundos todo fue silencio. Los dedos de la inquisidora delinearon el perfecto pecho del varón de manera ascendiente, hasta terminar de instalarse contra su cuello, el cual palpó en su zona más delicada, y levantando la mirada a los ojos de él, terminó dedicándole una juguetona sonrisa.
— Veamos si realmente has conservado todo tal y como recuerdo.— susurró, y en un certero movimiento desvió sus labios al cuello que había estado preparando, e incrustó sus colmillos en él, recibiendo el acuoso líquido que emanó por la herida. Era agridulce, muy diferente al que tenía grabado en su memoria. Y precisamente no era el del castaño el que estaba imaginando, y nuevamente la imagen femenina se apoderaba de su mente, por lo que tuvo que pestañear repetidas veces. Un par de segundos y liberó al que podría considerar su presa.
— Sí, no has cambiado en lo más mínimo.— acotó con visible seriedad, sintiéndose extrañamente molesta, pero no con él, si no con si misma.
Sus ojos rodaron hasta dar con su capa, y la sensación que vino luego fue lo suficientemente poderosa para hacerla retroceder unos pasos, y observar con un altiva sonrisa a su acompañante.
— Creo que esta noche será un tanto más corta que las anteriores.— con eso le estaba diciendo todo, no se quedaría más tiempo con él.

por **Fletcher J. Maciel** Mar Oct 21, 2014 11:39 pm

En dos cortas inhaladas logró verse atestado de de ella, sintiendo como se embragaba bajo las oleadas de perfume que afloraba desde su cabello y esa ira incomparable que su cuerpo emanaba con la dificultad necesaria como para que el castaño lo notara; Actuaría, sí, lo haría, pero estaba atento a cada uno de sus movimientos, mientras tanto no se detenía en lo que comenzaba, sintiendo su fría piel se acoplaba a la propia baja temperatura del condenado.

Mientras aprovechaba el delicioso momento de tenerla contra la pared comenzó a detallar en cosa de segundo cada una de sus curvas, siguiendo desde la más notoria a la más poco perceptible hendidura de su anatomía; Tenía el cuerpo de una niña, pero lo maneja a tal perfección que hasta la poca opción visual lo hacía recordar anécdotas pasadas donde el tamaño y falta de voluptuosidad no hicieron falta.
Notó como sus manos detenían el golpe y sólo se quedó a contemplarla, casi haciendo cuenta regresiva en su cabeza para ver que se defendiera como ben sabía hacerlo, no lo dejaría sólo actuar, vamos, era de Lauren de quien se hablaba, tres, dos... uno.
Sus manos lo detuvieron. Sonrió. Se vio contra la pared y una vez esa sonrisa se poso en sus labios, había lanzado sus cartas, se venían las jugabas finales para terminar con todo ese encuentro clandestino. Chasqueó un par de veces su lengua y cuando el vestido la dejó tan sólo en prendas interiores, bajó la guardia (Como claro estaba) murmurando antes de que la preciosa lo hiciera pagar — Bravo —

Sonreía a menudo, hasta que dos segundos luego una bofetada diera azote contra su mejilla obligandolo que exhalar todo el aroma que antes había mantenido preso entre sus instintos; No le dolió, pero sí lo hizo remover sus centros para clavar la vista por completo en ella, en sus actos, en como la cara de satisfacción por tal acto no la abandonaba, una infante divertida, con ese rostro que se perdía entre la agilidad — Lo merezco... lo sé — Mordió su propio labio inferior detallando como el vestido aún se encontraba tendido contra el suelo, sin dejar ni por un instante de disfrutar la maravilla que deslumbraba frente a sus ojos; Blanquecino cuerpo expuesto.
Sin embargo, no quedando satisfecha con el golpe, no lograron pasar siquiera, un par de segundos antes de verse completamente acorralado contra la pared opuesta a la cual él la tenía; El cambio de estatura era el necesario, por lo que, jugando a la presa se inclino levemente un poco con sus rodillas para quedar a su altura, ella no lo sabría, pero dejar que creyera llevar el control, era una de las jugarretas más antiguas del condenado.

"Tal y como recuerdo" antes de llegar cuadrar sus palabras, la mujer ya estaba clavando sus dientes en la parte más delicada de su cuerpo; No perdió tiempo en posar sus manos contra las caderas femeninas, presionando estas hasta que sus dedos se unieron a la piel desnuda de sus costados, reprendiendo allí las fuerzas necesarias que incorporo para no chistar ni la más mínima palabra mientras sus sangre fluía a los labios color carmesí de la rubia.
Rápidamente lo dejó, pero no permitió que se alejara de su lado, enarcando una de sus cejas a ver la expresión que había cambiado en sus facciones; Se sentía culpable, sus ojos lo decían, jamás los había visto de esa forma, jugó con ello, debía aprovechar el momento.

La aferró con mucha más firmeza a su cuerpo, no dejó que tomara la distancia que ella quería tomar, misma acción que la obligo a aferrarse a su cuerpo con tal fuerza que la fría piel desnuda de la mujer dejaba aflorar esa tétrica sensación que pasaba sus prendas; Y tal cual a como ella lo había hecho, en un rápido movimiento tomó su mentón entre sus dedos, rosando sus labios con prestancia, mordiendo el grosor de su labio inferior, girando de forma fugaz su cuerpo, dejando que su glúteos dieran preciso roce contra su centro, su pecho pegado a su espalda, entre tanto su mano libre acariciaba el plano vientre de la rubia — Seguramente sí será corta, sé que huirás — Murmuro ahora contra su oído, rodeando su cuello con parte de su antebrazo, mordiendo el lóbulo de su oreja descendiendo esa mano que estaba sobre su abdomen hasta colarse en la prenda femenina.

Su mano jugo sobre la piel expuesta duraría poco, tal cual lo dijo, mordió su cuello sin querer dañarla para así, sin más, alejarse de ella, dejándola de pie en el mismo sitio tomando posesión contra la litera mientras la veía — Oferta... escucha — Murmuró enarcando una de sus cejas — Te quedas o vas con ella —

por **Lauren Von Krautzs** Miér Nov 12, 2014 10:30 am

"Sick and weak from my condition... This lust, this vampiric addiction
To her alone in full submission"

El inesperado cambio de roles entre ambos era inconsecuente. El control que había por parte del varón cobraba fuerza, alzándose por sobre la culpabilidad que la inquisidora comenzaba a sentir. Ahora con más razón se aprovecharía de jugar con eso, y de la manera más baja posible, y esto obviamente no la sorprendería.

La distancia que buscó tomar fue un intento en vano cuando le rodearon los gruesos brazos ajenos. Lauren no buscaría tensarse por eso, no dejaría que él la viera de esa forma casi intimidada por su accionar.
La palma de la rubia se posó en la curva de su cuello, manteniéndose firme a su mirada, buscando recuperar parte de la decencia que había echo a un lado. Sus ojos rodaron ante la mordida de su labio, pero en un acto reflejo hizo retroceder su cabeza para alejarse de su agarre.

Su lengua chasqueó, estaba hastiada de la situación, harta de sentir el cuerpo masculino contra el suyo. El contacto de su mano la mantenía más que alerta a reaccionar. Se estaba irritando, y finalmente la intromisión en su intimidad la hizo removerse de sus brazos, sin antes llevarse una mordida por los colmillos ajenos.
- Está de más que te de a conocer mi respuesta.— bufó con desgano y dándole la espalda fue por su vestido para arreglarse como debía. No tenía más que hacer ahí.
— Esa vampiresa fue la que me enseñó a sentir algo que tú jamás conocerás...— dejó las palabras al viento, en paralelo con una sonrisa casi burlona en sus labios, una que seguramente él buscaría imitar. Estaba claro que no entendería por completo el trasfondo que tenían las palabras de la inquisidora.

Se acomodó sus prendas exactamente igual a como había entrado ahí hace un par de horas atrás.
Su sonrisa inevitablemente se ensanchó. Había rechazado una oportunidad que seguramente no volvería a repetirse extrañamente se alegraba de que así fuera. Lauren daba por cerrado el ciclo y la lujuriosa historia con el vampiro frente a ella. De ahora en adelante se concentraría en otras cosas... O mejor dicho en la nueva vida que había escogido para ella.
— Olvídame, Fletcher.— le dijo y dando una última mirada a sus espaldas le guiñó. Y aunque el rostro ajeno se mostraba sereno, podía percibir el desconcierto en él, casi tanto como en el suyo propio.

Así sin más abandonó el burdel, sin tener la más mínima intención de volver ahí. Ahora sólo tenía una intención en mente; Volver a ella.

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