El Tigre Celta

A simple vista Lugh puede parecer una persona afable, un joven agradable el cual sonríe con facilidad, a veces un poco callado, otras veces un insufrible parlanchín el cual tiene una respuesta para todo, una persona jovial, alegre y vivaracho pero a fin de cuenta es un hombre que cuando lo ves no tiene nada del otro mundo, nada que resalte ante la mirada casual, solo un verdadero crítico con conocimiento que realice un escrutinio atento de sus simples ademanes perfectamente medidos podría deducir que detrás de toda aquella simplicidad hay algo que se esconde.

Y efectivamente, Lugh es un hombre sumamente inteligente capaz de aprender cualquier cosa en tiempo record, esto lo hace un hombre con un abanico de habilidades increíblemente amplio. Cualquiera pensaría que alguien tan listo y hábil sería un detestable ególatra, pero es todo lo contrario, es alguien que sabe lo inteligente que es pero que prefiere guardarse la satisfacción para sí mismo, esta decisión no es un despropósito sino más bien una estrategia que practica para mantener un perfil bajo, solo sus más allegados saben lo capaz que puede llegar a ser detrás de su humilde fachada.

La cierto es que Lugh es indescifrable, rara vez se muestra vulnerable y solo frente las personas más cercanas a su corazón, le gusta mantener ocupado y la inactividad o demasiada tranquilidad lo marchita, quizá porque demasiado tiempo sin hacer nada le da la oportunidad de pensar en el pasado lo cual lo afecta.

Se le da bien mentir por su facilidad con las palabras y sus dotes de actor, es culto, tranquilo, amable, pero es un hombre con una capacidad de crueldad que uno no esperaría, realmente tiene un fuerte apego por la familia y un gran sentido de lealtad hacia si mismo y hacia los que ama por lo que haría todo lo posible para protegerse el y a todos los que le importan. El actua bajo dos preceptos, lo justo y lo necesario, siendo lo justo lo que se merecen las personas y lo necesario es aquello que se debe hacer para lograr un objetivo olvidando el primer precepto, quizá aquel cazador era buen padre, un buen amigo y hasta un hombre noble y no es justo que le arrebataran la vida de un zarpazo, pero nadie se mete entre el y sus intereses y queda impune.

“Las mejores mentiras sobre mí son las que yo mismo he creado”

Me llamo Lugh y esta es mi historia:

No conocí a mis padres, creo que es un dato importante para empezar, ya que por esa razón pase la mayor parte de mi niñez solo, valiéndome por mi mismo para sobrevivir y se podría decir que es uno de los hechos que me convirtieron en el hombre que soy ahora. La vida no es fácil para aquellos que son abandonados por sus padres como yo, te encuentras con obstáculos a cada paso del camino y tienes que hacer todo lo posible para continuar adelante. Y este fue mi caso durante varios años mientras veía a todos envejecer mientras el tiempo parecía pasar por alto mi existencia sin entender muy bien el porqué, hurtando en algunos lados y engañando a algunas personas para así poder llevarme algo de comida a la boca.

A mis quince años yo aparentaba solo siete y a esa edad empecé a tener sueños recurrentes, una noche tras otra, en la que era atacado por un león y yo con garras y dientes defendía mi vida y antes de que uno de los dos asestara un golpe letal me levantaba empapado en sudor frio, con la respiración agitada y un temblor incontrolable que afectaba todo mi cuerpo, no lo entendía bien y aquello perturbaba mi concentración durante todo el día porque aquel acertijo de mi mente debía ser resuelto, mi curiosidad saciada, necesitaba una respuesta para aquellos sueños que me acosaban todas las noches mientras dormía y vaya que iban a tener respuesta.

No se cómo llegue a ese bosque, no recuerdo haber ido ahí jamás antes de esa noche, era una hermosa noche de luna llena, eso nunca lo olvidare y la potente luz plateada que se filtraba entre las ramas y hojas de los arboles le daba un toque mágico a todo lo que me rodeaba, claro en aquel momento no me importo mucho, estaba atrapado por la sensación de estar completamente perdido en un lugar desconocido y fue días más tardes, cuando rememore el acontecimiento que me di cuenta de la belleza del lugar que pasó inadvertida para mí. Pero aquello que no pasó desapercibido fueron las palabras de aquel extraño que vestía una capa de color vino tintó que le cubría desde el cuello hasta los pies, imagino que era para protegerse del frio y que estaba ahí desde hace un rato, era difícil saberlo, pero cuando lo encontré descansaba su cuerpo en un roble y cuando nuestras miradas se cruzaron, pude ver un brillo en sus ojos, definitivamente esperaba por mí.

-Vaya, pero si eres solo un niño- dijo el hombre con su voz de barítono resonando en el silencio del bosque –Sinceramente no me lo esperaba- su tono era despectivo, casi decepcionado.

Yo lo mire fijamente, clavando mi ojos  en aquellos ajenos –Soy mayor de lo que aparento- fue lo único que se me ocurrió decir en ese instante.

-Lo sé- dijo antes de sonreírme y ahogar una risita detrás de la manga de su camisa –Eres un cambiaformas… al igual que yo-  paso la diestra entre sus cabellos de fuego despejando su rostro de las mechos que bloqueaban su rostro –En un momento podemos ser un terrible depredador y en otros un amigable animalito de la calle, definitivamente no somos lo que aparentamos- decía mientras sonría con aire de superioridad.

-¿A qué te refieres con cambiaformas?- la duda me pudo y la posibilidad de al fin desvelar algunos secretos que rodeaban mi vida como el hecho de que no crecía como los demás me hicieron bajar la guardia.

El hombre sonrió una vez más, yo odie su gesto de condescendencia.

Me llevo junto con él y su compañía de teatro con la promesa de algunas respuestas, realmente aprendí mucho de mí y de lo que en realidad era, también aprendí de otras razas tales como vampiros y licántropos y también de los magos, cada respuesta creaban más preguntas que necesitaban ser respondidas con urgencia, pero el día no era muy largo y también tenía mis obligaciones en aquel pintoresco grupo formado por criaturas de todo tipo. Cuando creí saber todo lo que necesitaba pensé que podía irme y seguir mi camino pero no era tan fácil hacerlo como decirlo, termine encariñándome con Alan, con Eire y el resto, pase años con ellos, nunca había tenido una familia pero podía asegurar sin miedo a equivocarme que debía ser algo como lo que teníamos los que vivíamos en aquella compañía, me sentía en familia y por eso me era tan difícil decir adiós, así que no lo hice y lamento tanto no haberme despedido de mi amada familia cuando tuve oportunidad.

Yo vivía con Alan y Eire en su carromato, el escribía su obra y ella lo ayudaba cuando se atoraba en alguna parte… siempre se veían tan felices, se complementaban perfectamente, ellos tenían algo que no se veía muy a menudo, tenían verdadero amor… en fin, esa noche Alan me pidió que fuera a buscar algunas ramas para el fuego aunque claro, estaba seguro que no le importaba en lo más mínimo si encontraba ramas o no el solo quería tiempos a solas con ella ¿Y por qué no? Se lo merecían, así que me fui a andar por el bosque y me perdí en el por un par de horas.

Cuando regrese solo pude ver el horror.

El fuego se extendía por todo el campamento y yo caminaba por la caravana entre carromatos, fuego y cadáveres esparcidos con odio y sin cuidado, volteaba y veía un rostro familiar ahogado en un charque de su propia sangre, en ese momento tropecé con algo… era la cabeza de Alan.

Nunca supe que paso ahí pero supongo que habrían sido cazadores, ahora con más años a mis espaldas y siendo más inteligente ¿una caravana de artistas sobrenaturales? Tarde o temprano alguien se daría cuenta y eso llamaría la atención.

Ya era capaz de adoptar forma así que me sentía bastante confiado, era más inteligente, pero volvía a estar solo… viví en el bosque durante un tiempo, preferí alejarme de las ciudades todo lo posible desde lo que ocurrió, extrañamente no me sentía seguro en ellas, así que aproveche la oportunidad para mejorar mis capacidades como cambiaformas, durante ese tiempo conocí a un grupo de druidas, me vieron cambiando de forma y se sorprendieron mucha de mi habilidad innata, me preguntaron como lo había hecho y si era un druida como ellos, negué varias veces y decidieron llevarme con ellos para conocer a otro druida que era capaz de transformarse al igual que yo.

Mientras caminábamos por el bosque me contaban historias interesantes que yo memorizaba a la par que me sorprendía al escuchar lo que decían. Llegamos ante alguien que según ellos era un alto sacerdote o algo parecido, pidió que nos dejaran solos y me empezó a hablar de él, ahí descubrí que era un cambiaformas como yo y me conto acerca de los druidas, me dijo que era su grupo estaba conformado por cambiaformas, licántropos e incluso magos, me dijo que si quería quedarme era bienvenido el tiempo cuando quisiera, fue la experiencia más instructiva que había tenido y la aproveche todo lo que pude, aprendí de herbolaria, de la fauna y flora, incluso algo de alquimia de la mano de un mago que se hizo mi amigo.

Trate con todas mis fuerzas no crear lazos afectivos con nadie, no quería volver a tener que pasar la etapa de duelo nuevamente, ni nada remotamente parecido y menos mal fue así porque cuando el imperio romano empezó su propaganda anti-druidas adjudicándonos el título de barbaros por supuestamente practicar sacrificios humanos fue más pronto que tarde que empezaran una caza de brujas, así que debimos dispersarnos.

Más tarde que temprano entendí que podía usar mis habilidades innatas para sacarle algo de ventaja a la vida y ganarme la vida y así fue como me hice mercenario, al principio fue algo muy modesto en realidad, tomaba cualquier trabajo que me dieran, algunos eran más complejos que otros , iban desde proteger a una persona o cargamento hasta cierto lugar hasta venganza y cada vez que realizaba un trabajo mejoraba mis habilidades y me hacía mejor en todos los aspectos del trabajo, cuando me di cuenta de esto me esforcé más por perfeccionarme en todo lo relacionado hasta hacerlo uno más de mis artes.

En el transcurso me uní con otros con habilidades e intereses parecidos y formamos nuestro pequeño grupo de mercenarios, por Europa éramos conocidos como los Kingmakers, pero la fama trae problemas y la inquisición no tardo en perseguirnos, yo fui capturado y Alannah también, Drake escapo y Aya… bueno…

Decidimos unirnos a la inquisición para salvar nuestros pescuezos y el de Drake también, ahora Alannah y yo perseguimos “monstruos” y criaturas del diablo para los servidores del todo poderoso… o eso creen ellos…

→ Tiene una espada de acero y otra bañada en plata.
→ Aprendio aleman en un solo día.
→ Lleva siempre consigo al menos una daga oculta en su vestimenta.
→ De niño viajo en una caravana de artistas bastante famosa que hacia presentaciones en las cortes como para ciudades enteras, ahi aprendio el arte de la actuacion, la danza y la musica, sobre las tramas politicas, rudimentos del esgrima y otras habilidades, algunas mas utiles que otras.
→ Conoce muchas artes marciales pero su preferida es la Eskrima.
→ En su forma de guepardo puede alcanzar velocidades de hasta 180 Km/h durante unos pocos minutos.
→ Es muy inquieto por lo que no le gusta estar mucho tiempo sin hacer nada.
→ Tiene su propio codigo de conducta el cual al final del dia no es del todo claro, Alannah dice que el solo hace lo que le da la gana pero es demasiado dramatico para admitirlo.
→ Tiene varios negocios que mantiene fuera de la vista de la Inquisicion y con los cual ha hecho su enorme fortuna.
→ Es sumamente curioso y siempre que pueda aprender algo se tomara su tiempo para hacerlo.