En busca de carne fresca (Libre)

por **Molly Winslet** Lun Ago 18, 2014 3:59 am

Mis ojos escrutaban el cielo nocturno con cierto anhelo, la luna no se veía por ninguna parte, cediendo algo de protagonismo a las estrellas. Era una noche especialmente húmeda y fresca, nada que ver con el frío de las primaveras en los países del norte de Europa.
Ahh sí, por fin de vuelta en París. Sonreí ante el recuerdo de la última vez que estuve aquí, siendo tan solo una chiquilla incapaz de abarcar los "trámites" de mi conversión. Y aquí me encontraba yo ahora, con la sed atenazándome la garganta, sola y a la espera de que un pobre desgraciado pasara por aquella callejuela en la penumbra.
De solo pensarlo mis iris se tornaron de un brillante escarlata y la boca se me quedó seca. Sangre. Nunca hubiera imaginado que esa sería ahora la primera de mis prioridades. Y pensar que antes me asqueaba la idea de beber de un humano, cuando intentaba rechazar la naturaleza de aquello en lo que me había convertido.
Mi primera presa fue la mejor de todas, una jovencita de clase alta, en la cual me vi reflejada a mi misma, su miedo era equivalente al mío. Pero al final me ganó el instinto, y sentir aquella gloriosa sensación de placer cuando sus venas fueron brutalmente ultrajadas por mis colmillos... una experiencia de lo más agradable ante mi sorpresa.
Era cierto, beber sangre me dejó como nueva, y aquel minúsculo resquicio de compasión que aún parecía dominarme desapareció. Los humanos y los vampiros no eran lo mismo, no se podían considerar como iguales. Era el ciclo de la vida, depredadores y presas, así era como funcionaba el mundo. Incluso en las sociedades de hombres habían clasicismos, donde los de más alto rango pisoteaban a los pobres y bebían de su miseria.
Era triste, sí, pero a nadie le interesaba cambiarlo en modo alguno. Explotados y explotadores aceptaban su condición desde la cuna.
Entonces, como si mis pensamientos hubieran querido argumentarse con hechos por sí solos, apareció la presa que tanto deseaba. No olía muy bien, era un simple borracho con la piel mugrienta muy parecido a aquel que casi me violó una vez en mi vida humana. No supe si fue por el rencor que me trajo el recuerdo o la sed que venía arrastrando desde hace cuatro días, pero decidí lanzarme sin juguetear, como era típico de mí. Salí de las sombras, y el hombre pareció sorprendido de que una dama con tales galas caminara por allí.
Le miré a los ojos y le induje a tenerme miedo con mi poder de seducción. Funcionó a pesar de mi debilidad, y el borracho empezó a retroceder con los ojos desorbitados. Aquello me produjo un placer infinito, pero el juego debía acabar. Me lancé sin previo aviso y desgarré su garganta cegada por el ansia, el sabor no era muy bueno, pero aplacaba la quemazón, y con eso bastaba.
Entonces, escuché unos pasos bastante alejados que se dirigían hacia el callejón. Como aún nos separaban unos cuantos metros, decidí continuar a pesar del peligro. No tardé más de un par de minutos en concluir, y con una fuerza sobre humana lancé aquel cuerpo a uno de los tejados que flanqueaban la callejuela.
Sin embargo, no tuve tiempo para arreglar mi aspecto, pues los pasos estaban a la vuelta de la esquina y pronto me descubrirían con el rostro y la pechera llenas de sangre derramada. Decidí dar la espalda a quien fuera que fuese y esperar.

por **Zuleika Corona** Sáb Oct 04, 2014 1:10 am

Hacía mucho frío o sera que era solo mi imaginación.

Después de ver morir a toda mi familia corrí, corrí con tal fuerza que pensé que en cualquier momento caería de bruces y estaría a "Su" merced, podía sentir su presencia detrás de mi, no quería volver el rostro por que estaba segura que me toparía con sus horrendos ojos escarlata, penetrantes y hermosamente demoníacos. ¿Por cuanto tiempo corrí ?

Fue tal vez ala media noche que mis piernas me traicionaron a pesar de que no sentía dolor ( de echo ya ni las sentía ) se doblaron como su fueran de papel, el golpe contra la calle fue áspero, húmedo, asqueroso, mire al rededor temerosa de que mi depredador apareciera en cualquier momento, pero al mismo tiempo tenía la esperanza de que pudiera encontrar alguna especie de ayuda, la que fuera. Abrace mi malherido cuerpo con mis brazos endebles, la espalda comenzó a dolerme como nunca en mi vida y las piernas seguían sin responder, mis cabellos se habían soltado de su amarre y se adherían a mi rostro como una segunda piel a causa del sudor de la previa carrera, volví a mirar al rededor sin ver a nadie la calle estaba completamente vacía salvo por los ruidos espectrales que suponía provenían de la misma criatura que provoco aquella matanza.

Fue en ese momento que vi aquella silueta, mejor dicho la sombra de esta pues estaba ala vuelta de la calle donde me encontraba, en un callejón, comencé a llorar sin control y los gemidos que provenían de mi garganta comenzaron a hacerse demasiado fuertes pues ya había cedido ante el dolor

-¡Por favor¡ No se vaya ¡¡

Jadee mientras imploraba a quien fuera, si era un salvador o el mismo verdugo ya no me importaba pues me daba cuenta que ya no tenía a nadie ni nada en este mundo.

Trate de levantarme pero al hacerlo y volver a intentar quedar en pie, caí de bruces contra el suelo ya no estaba pensando de manera coherente y me estaba arrastrando hacía lo que imaginaba sería mi salvador , tenía la esperanza de que así fuera.

por **Molly Winslet** Sáb Oct 04, 2014 6:14 am

Oí un golpe, un tropiezo en la boca del callejón, acompañado de unos sollozos. Agudicé el oído y para mi gran alivio pude comprobar que un corazón frenético bombeaba la sangre de una simple humana. Su miedo y su angustia podían sentirse tangibles en el ambiente, ¿de qué estaría huyendo? El olor almizclado de un sudor reciente llegó a mis fosas nasales, un olor que ya me era muy familiar, el olor de mis presas cuando sabían que iban a morir.

-¡Por favor¡ No se vaya ¡¡

"Maldición"

Me había visto, y la muy ilusa creía que iba a ser quien le socorriera. Cogí los bajos de mi falda apresuradamente, agradeciendo la tela escarlata con la que podría limpiarme los labios de sangre. Sin embargo, no había nada que hacer con la parte superior del vestido que, para mi gran infortunio, era de un claro color crema.
Me solté los cabellos en un intento por tapar aquel estropicio.

"Debería haber tenido más cuidado" me reproché.

Suspiré con frustración, y por algún motivo que no supe reconocer, decidí atender a aquella muchacha asustada que se arrastraba penosamente hacia mí pidiéndome ayuda. Cogí una bocanada de aire y me di la vuelta, esperando que no saliera huyendo antes de caer en mis poderes.
Su rostro se encontró con el mío, sus ojos desorbitados por el terror e inundados en lágrimas me impactaron sin poder evitarlo. Aquella mirada era como abrir una ventana hacia el pasado, donde yo había estado en la misma situación. Quizás por la empatía que me embargó, o por el simple hecho de acabar con aquello de una vez, me acerqué con pasos medidos hacia su figura temblorosa.
Me agaché para poner nuestros rostros a la misma altura. No era la primera vez que sentía aquel dejavú, de todas formas aquello ya no importaba, pues ahora me había convertido en el monstruo que tanto detestaba cuando era una simple humana. Alargué una mano para coger su hombro de forma protectora y obligarle a que se enfrentera a mis pupilas.

-Tranquila -comencé a introducirme en su mente-. Estás asustada, pero todo va a salir bien, debes dejar de llorar.

Sus facciones se relajaron inmediatamente, y no pude evitar esbozar una sonrisa de autosuficiencia al ver lo fácil que era controlar las endebles emociones de la muchacha. Induje sus pensamientos a verme como su salvadora, y a que no prestara atención a la sangre que cubría mis ropas.
Su respiración se normalizó poco a poco, y sus lágrimas dejaron de brotar de aquellos ojos que lentamente se iban serenando. Una vez que sentí que sus músculos habían dejado de estar en tensión, le ordené que se levantara con mi ayuda. Sus piernas parecían muy débiles como para aguantar su propio peso, así que dejé que se apoyara en mi brazo para poder incorporarse y mantenerse erguida.

-Mucho mejor -sonreí con fingida dulzura-. Cuéntame, ¿de qué estabas huyendo? ¿Qué te ha ocurrido?

por **Zuleika Corona** Dom Oct 05, 2014 10:16 pm

Trataba de calmarme, recordando que tenía que respirar para que dejara de berrear como un bebe pero parecía algo imposible, fue solo después de ver su hermoso rostro que me pude tranquilizar, había algo en aquella mirada de ángel que me confortaba, me aferre a ella abrazando a esa mujer con todas mis fuerzas aceptando la ayuda milagrosa que Dios me había enviado.

-Los-s m-ma-mato a todos, todos están muertos.

Jadee en un intento de explicar mi situación, lleve mis manos a mi cara para ocultar mi pena y me hundí por completo en el pecho de mi salvadora, mi cuerpo tembló por reflejo, por frió o que se yo.

-Me sigue, me esta siguiendo.

Recordé que mi verdugo se encontraba cerca o al menos eso creía , podría ser que lo aya perdido pero si pudo acabar con todos era de esperar que no fuera humano y que pudiera darme alcance tan rápido como el deseara.

-Tenemos que escapar, por favor

Le tome de los brazos aterrada como me sentía la apresure para que escapara conmigo no quería que a mi salvadora le ocurriera algo, mire por un momento mis manos manchadas de sangre y comenzaba a ceder ante el horror nuevamente.

por **Molly Winslet** Lun Oct 06, 2014 3:20 pm

Me abrazó como si de una chiquilla asustada de tratase, y lo cierto es que de aquello se trataba.

-Los-s m-ma-mato a todos, todos están muertos.

Su voz entrecortada y la forma en que se cubría desesperada el rostro con las manos intentando refugiarse en mi propio cuerpo me dio a entender que debía de tratarse de algo realmente aterrador. La cuestión era una para mí... ¿humano o vampiro?

-Me sigue, me esta siguiendo.

Suspiré algo irritada ante la incapacidad de aquella muchacha para explicarme lo sucedido con claridad.

-Tenemos que escapar, por favor

Su forma de agarrarme en su angustia con aquellos ojos vidriosos y desorbitados aumentaron todavía más mi creciente enfado. Aquella situación me estaba alterando, el desconocimiento de aquello a lo que me enfrentaba y la debilidad de aquella ilusa humana... intenté calmarme para no acabar convirtiéndome en la asesina de aquella chica. Suficientes muertes por hoy.
Aun así, decidí seguir su precipitado consejo por si me estaba enfrentando a algo que no podía superar, o por lo menos para poder verlo venir. Clavé mis iris en los suyos y le induje a relajarse de nuevo y tener un poco de autocontrol.

-Deja de temblar y escúchame - le solté irritada, utilizando mi poder mental- -. Lo que voy a hacer debe parecerte algo normal, y vas a olvidarlo en cuanto acabe todo esto. ¿Está claro?

Su mirada ausente y aquel leve asentimiento de cabeza en señal de obediencia fue todo lo que necesité. En un solo gesto, cubrí su cuerpecillo asustado con mis brazos y di un enorme salto para alcanzar el tejado del edificio más próximo. Lo hice con suavidad y sigilo, con tal de no despertar a un inoportuno habitante de alguna de las casas.
Cuando nuestros pies tocaron el cemento, cogí su brazo con cierta brusquedad y tiré de ella para que corriera al siguiente tejado. La debilidad y el temblor de aquellas piernas no ayudaba mucho, por lo que decidí cogerla en volandas, como si de un niño se tratase. Pronto cubrí cierta distancia entre aquel punto del que huía y nosotras, pasando junto al cadáver del vagabundo que acababa de matar. Ojalá no lo hubiera visto.
Me detuve y dejé a la muchacha de pie. Intenté escuchar algo o percibirlo, utilizando la clarividencia que me había dotado el vampirismo. Pero entonces la muy inoportuna humana comenzó a balbucear algo, volviendo a temblar de nuevo. Puse los ojos en blanco, sintiendo la ira subiendo por mi garganta.

-Cierra la boca de una vez, por favor -le ordené sintiendo cómo mis ojos se tornaban lentamente de un color escarlata a medida que mi irritación ascendía.

Aquello sólo consiguió asustarla más, así que respiré forzadamente en un intento por calmarme y así poder entrar en su mente.

-Tranquila... -entonces vi cierto reconocimiento en aquellos iris que poco a poco se iban calmando-. ¿Has visto unos ojos de color rojo anteriormente, verdad?

Bien, al menos ya sabía que se trataba de uno de mi especie. Entonces fue cuando percibí su aura, como si el hecho de haber descubierto su naturaleza le hubiera decidido a aparecer. Se encontraba en la azotea de en frente, de pie y con aquellos ojos iridiscentes puestos en mí.

por **Zuleika Corona** Lun Oct 06, 2014 11:22 pm

Me encontraba tan torpe y temblorosa que no podía ni siquiera pensar, solo podía ver una y otra vez como caían los cuerpos de mi familia delante mio, cerraba los ojos con tal de apartar esas imagenes de mi mente pero lo cierto es que no se iban.

Le mire a los ojos cuando me lo ordeno, había cierta cosa rara en su mirada y la ventisca de colores que irradiaba no me dejaba interpretarlos, apreté la mandíbula cuando note el rojo que indicaba ira, me mordí la lengua antes de asentir y tratar de concentrarme en recordar cada detalle del ser que había despedazado mi vida.

-Es un hombre muy alto, tiene..el cabello largo y muy rubio sus ojos son del color de la sangre...

Gire mi rostro para verla sin haberme dado cuenta en el momento en que subimos al tejado, sin embargo me deje arrastrar por ella tratando de correr pero mis piernas aun no se reponían de la carrera anterior, comencé a llorar nuevamente y sin querer jadee tratando de tomar aíre que llenara mis pulmones y reconfortara mi corazón, pero ella me callo con una orden fue cuando lo note, su aura roja, al igual que sus hermosos ojos carmín, trate de soltarme, y el labio inferior tembló mientras llamaba al todo poderoso estaba a punto de gritar de horror cuando gemí un "si" como contestación a su ultima pregunta, sin darme cuenta de que ya no estabamos solas.

El vampiro que había tomado las vidas de mi familia se encontraba en la siguiente casa sobre el tejado con su largo cabello suelto ondeando por el viento nocturno, sonreía lascivo y con esos sugerentes y carnosos labios cubiertos del rojo vivo, su traje de terciopelo azul celeste con brocados de oro se encontraba manchado de sangre por todo el pecho manchando así los volantes de su cuello.

---Esa presa es mía Madam, vos debeís entregarla solo que prefieraís compartir la cena conmigo le aseguro que sera un placer.

Había cierta agresividad en su invitación, y los ojos estaban desorbitados por la insaciable sed, yo caí de rodillas cuando él de un salto limpio y silencioso cruzo para quedar frente a nosotras en el mismo tejado, hizo una reverencia a mi salvadora y por sobre su hombro me echo una mirada hambrienta lo sentí de inmediato, no pude moverme mis músculos se congelaron por completo y ya no supe que hacer.

por **Molly Winslet** Mar Oct 07, 2014 4:00 am

---Esa presa es mía Madam, vos debeís entregarla solo que prefieraís compartir la cena conmigo le aseguro que sera un placer.

Un hombre apuesto, como todos los vampiros. Tenía una elegancia en sus gestos que ningún simple humano hubiera podido igualar, aún con los labios y la pechera embadurnados de un intenso carmesí tenía más clase que el caballero mejor vestido. Se acercó descaradamente a nosotras, dando un enorme salto para poder situarse justo ante nuestros ojos.
Su reverencia no me engañó, era una amenaza a todas claras de que le devolviera a la chiquilla, y yo estaría dispuesta a hacerlo sin problemas de no ser porque me encontraba en un estado muy irascible y lleno de orgullo. No, aquel maldito vampiro que no tenía ninguna sutileza a la hora de alimentarse no merecía mi indulgencia, sobre todo después de meterme en semejante barullo.

-Perdóneme la insolencia, caballero -esbocé una sonrisa burlona, con la ira aún plasmada en mi rostro-. Pero me temo que el banquete ya ha acabado por esta noche, ¿no cree? Ya ha atraído demasiado la atención, y no dudo en que el motivo que le mueve es más bien egoísta.

Miré con sorna sus ropajes manchados, dando a entender que debía de haberse dado un buen festín. Pero aquella sonrisa amable y agresiva a la vez no se relajó ante mi comentario, mirando con autosuficiencia a la muchacha temblorosa que se encontraba a mi espalda. Mi enfado crecía paulatinamente ante la incertidumbre de cómo debía actuar ante tal criatura.
Ignoraba si mis poderes surtirían efecto con los de mi propia especie, pero no perdía nada por intentarlo. Intenté relajarme y concentrarme en su bello rostro, induciendo aquellos fervientes pensamientos sobre la sangre a serenarse. No pude comprobar si funcionó, pero poco después apartó aquellas pupilas hambrientas de su presa y me miró juguetonamente.

-Es usted encantadora, señorita -la burla se apreciaba claramente en su voz-. Intentando protejer a una pobre e ilusa humana...

Soltó una carcajada que me hizo enfurecer todavía más. ¿Qué pretendía aquel creído?

-Conmovedor, de verdad -sus palabras eran traviesas, crueles-. Pero me temo que yo no soy de esa clase de vampiros, prefiero dejar la humanidad para los débiles. Así que, si me permite...

Extendió el brazo, esperando a que yo le entregara a la chica. En cambio, sonreí siguiéndole el juego y posé mis delicados dedos en su mano, como si de un saludo se tratase.

-Entonces no queda otro remedio que unirme a su propósito, ¿cierto? -pareció funcionar, porque sus pupilas me miraron de una manera cómplice, aceptando mi mano e inclinándose para besarla a modo de respuesta.

Sus perfectos labios no llegaron a rozar mi piel, porque en un rápido movimiento y con toda la fuerza de la que pude disponer le asesté un tremendo golpe en el rostro, clavando mis uñas en sus pómulos con violencia. Salió despedido hacia atrás, y observé con autosuficiencia su rostro sorprendido y magullado mientras caía hacia el vacío. No iba a salirse con la suya.
No había tiempo que perder, pues no tardaría en venir a por nosotras. Me di media vuelta y agarré a la joven por debajo de los brazos.

-¡Vamos! ¡Corre!

Avancé con toda la rapidez de la que fui capaz, sintiendo cómo el viento azotaba nuestros rostros y nuestros pies volaban sobre los tejados, convirtiendo el paisaje en una masa borrosa. Efectivamente, el aturdido caballero ya había comenzado a seguirnos, con el aura encendida en ira, pero no era lo suficientemente veloz.
Quizá se debía a mi reciente conversión, o al hecho de haber tenido unos pies ligeros en mi vida humana, pero parecía ser buena en aquello de correr. Pronto alcanzamos una zona menos marginal y algo más atestada, nuestra salvación. Aprovechando la oscuridad de una callejuela que daba a una avenida con varios transeúntes nocturnos, bajé con sigilo del tejado y le advertí a mi acompañante que aparentara normalidad.
Sonreí al ver algunos oficiales que vigilaban la carretera, aquí no se atrevería a atacarnos, sería demasiado peligroso. Un teatro pequeño donde se estaba operando una actuación fue mi blanco, entré por la puerta del personal, acallando a cualquier humano que intentara detenerme con mi poder mental.
Los vestuarios estaban a la vuelta de la esquina, y obligué a todos aquellos artistas que aún no entraban en escena a abandonar la habitación. Una vez solas, me giré hacia la muchacha.

-Cambiémonos, ¡deprisa! - cogí el primer vestido que vi y me lo puse en un santiamén, desgarrando el que estaba manchado.

La joven parecía tener problemas para ponerse el suyo, con los bracitos temblorosos. Me acerqué y le ayudé a vestirse con algo más de amabilidad.

-Oye- sus ojos me miraron suplicantes -. No voy a dejar que te atrape ese engreído, no temas. Conmigo puedes sentirte a salvo.

Mi sonrisa tenía algo de verdadero, quizá aquel vampiro tenía razón, me estaba volviendo sentimental con los humanos. Pero no tuvimos tiempo para charlar, porque nuestro perseguidor se acercaba y en menos de un minuto ya estabamos fuera entre la multitud. Sentí su presencia a pocos metros de nosotras, pero esta vez yo lucía la sonrisa triunfal y él se veía irritado y en tensión.

por **Zuleika Corona** Miér Oct 08, 2014 2:03 am

Me había estado estrujando las manos nerviosa y con el miedo haciendo nido en mi garganta, mientras los mire hablar y aparentar camaradería me di cuenta de que ambos, se parecían, el tono pálido de piel que se notaba incluso en la mortecina luz nocturna de las linternas, los espectrales ojos escarlata y aquel particular tono de voz, cerré los ojos dando cuenta de que estaba a su merced, ya no tenía escapatoria.

Cuando pensé que se habían aliado mi hermosa salvadora lo aparto de tal manera que mis ojos no pudieron notarlo, fue cuando su fría y dura mano me tomo de nuevo para seguirla a toda velocidad, debo decir que literalmente estaba siendo arrastrada ya que yo jamas podría correr a una velocidad como esa incluso había perdido la forma de las cosas cuando pasamos, puesto que todo se volvió una gran masa multicolor, el frió viento me heló los huesos y seco la capa de sangre que había manchado por completo mi vestido.

Al llegar a una zona mas transitada de gente que iba y venia con sus elegantes ropas, guantes y miradas llenas de felicidad pasamos inadvertidas, increiblemente nadie dijo nada, salvo alguno que otro que se quedaba lo suficiente como para poder echar una valoración de nuestro estado, ambas mujeres manchadas de lo que parecía ser sangre seca, aun con todo aquello nadie le pudo negar el paso así que la seguí pues si me salvaba le adoraría toda mi vida.

Al llegar aquel teatro tome lo primero que mis manos fueron capases de sacar de su lugar, aun lloraba solo que sin hacer ruido ya que las lagrimas salían solas sin que yo pudiera domarlas, mis dedos torpes por el constante temblor hacían que desvestirme fuera mas complicado de lo que debía, cuando ella me hablo solo pude mirarla a los ojos y ver lo hermosa que era dije un "gracias" que salio de mis labios sin hacer mucho ruido asentí y trate de moverme mas deprisa sacando el vestido sucio y metiendome en el nuevo, la tela se deslizo por mi piel como si estuviera echo ala medida, entallo ala perfección cada parte de mi cuerpo y resaltando las curvas que deberían de haber quedado ocultas.

por **Molly Winslet** Mar Oct 28, 2014 4:25 pm

Continuamos caminando por la avenida, con aquel vampiro acechando nuestras espaldas. Giré el rostro para disfrutar de la escena con mis propias pupilas. Aquel vampiro que hace poco se mostraba tan infalible y petulante ahora tenía un aspecto mas bien patético, intentando ocultar sus ropas ensangrentadas bajo la chaqueta azul claro, y con el odio plasmado en sus ojos al contemplarme.
Le sonreí con burla, mirándole de medio lado mientras avanzábamos de espaldas a él, y, con una risita, volvía dirigir los ojos al frente. Tras lo que parecieron unos pocos minutos, pareció decidirse y sentí sus labios muy cerca de mi oído de forma repentina. Su aliento me rozó la piel, pero aquello más que perturbarme me hizo sentir satisfacción, no conseguiría irritarme de nuevo.

-Me temo que la batalla ya está perdida, mademoiselle-sus palabras refinadas me sacaron una carcajada traviesa-. Usted gana por esta noche.

Me agarró el brazo con cierta violencia, y yo aparté a la muchacha por si se le ocurría hacerle algún daño. Entonces deslizó su mano con una dulzura inesperada hasta mis dedos, alzando mi muñeca para depositar un cortés beso en mi dorso. Me quedé allí, de pie en medio del tránsito y con una sonrisa pícara mientras me besaba la mano.

-Tenga por seguro que volveré a verla, señorita- se despidió con una sonrisa amenazadora y, tras erguirse y dejar mis dedos libres, nos dio la espalda y se perdió por los callejones circundantes.

Me dirigí de nuevo hacia mi acompañante, la cual parecía del todo confundida.

-No te preocupes, no volverá a molestarnos, yo me encargaré de eso- le guiñé un ojo, divertida, enlazando de nuevo nuestros brazos para continuar avanzando-. ¿Qué te parece si vamos a que comas algo y me cuentas qué te hizo aquel desgraciado?

Sí, quería descubrir el motivo de todo aquel asunto antes de borrarle la memoria a aquella joven, o quizá no, todo dependía de cómo reaccionara ante mi propuesta.

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