¿Existen caballeros en la noche? <Viktor>

por **Aylin de Boer** Lun Oct 06, 2014 8:48 pm

Los sueños que me dejaban con espasmos de temblores y sudores se hacían presentes de nuevo, podían tardar mucho tiempo, pero al final siempre regresaban, eran como el karma del cual no podía librarme, sentía aquella presión en el pecho que hacía mi respiración irregular, mientras el pulso corría como si no hubiera mañana, mis ojos se cerraban con fuerza evitando ver la oscuridad que en ese momento me envolvía pero no podía hacer nada más, simplemente callar, permanecer inmóvil hasta que estuviera ligeramente más calmada. Mis ojos se abrieron y observaron la negrura de la noche, y las cortinas blancas meciéndose apenas por el arrullo frío del viento libre que corría por las calles, no había nada más, sólo yo y aquellos recuerdos que atormentaban a mis sentimientos, que acongojoban mi ser y que se retorcían del placer que les causaba mi propio sufrimiento. A veces olvidaba qué era real y qué era mentira, no había algo que me indicara si había sido un sueño, mejor dicho una pesadilla, o verdaderamente un recuerdo que vivía muy profundo dentro de mí, pero el dolor era latente, tanto que las sienes me punzaban al grado de hacer que una perceptible jaqueca me aquejara en aquellos momentos.

Cuando estaba despierta todo parecía tan borroso, por el contrario, cuando dormía todo era tan real, tan vívido, tan nítido, nada se me olvidaba, hasta que abría los ojos y una cortina nebulosa se burlaba de mí y mis pocos recuerdos. Me levanté de la cama, dejando las sábanas destendidas, mientras buscaba un abrigo, había prisa en cada uno de mis movimientos, mientras me calzaba con unas zapatillas, salí de aquél cuarto que parecía comenzar a absorberme la vida. Mientras bajaba las escaleras sentía una presión en la nuca que me invitaba a voltear hacia el piso superior, pero me negaba a caer en aquél juego tortuoso que pasaba cada que él volvía a mis recuerdos, aquél hombre con el que me había casado sin lograr formar una familia, por aquella muerte tan repentina o tan desgastante... La realidad es que su mente ya no recordaba como había sido los hechos.

En la calle, mientras caminaba, una fuerza extraña intentaba que volviera la vista hacia la ventana del cuarto, pero negué con la cabeza, mientras mis brazos abrazaban mi propio cuerpo, haciendo caso omiso aquellos impulsos que no me dejaban nada bueno, a pesar de la soledad que se experimentaba en las calles parisinas, me parecían mucho más seguras que aquella casa que atormentaba mis recuerdos con sus risas mudas y miradas profundas, provenientes de todos lados y de ninguno.

por **Andriy Vlad Dracul** Lun Oct 13, 2014 12:23 am

Now and then i'm scared, when i seem to forget
how sounds become words or even sentances...
no, i don't speak anymore and what could i say,
since no-one is there and there is nothing to say...
So, i prefer to lie in darkest silence alone...
listening to the lack of light, or sound,
or someone to talk to, for something to share...
but there is no hope and no-one is there.
No, no, no... not one living soul
and there is nothing (left) to say,
in darkness i lie all alone by myself,
sleeping most of the time to endure the pain.[1]

No hace mucho tiempo que aquel hombre temperamental había descubierto que a lo largo de los siglos algunas cosas tienden a repetirse sin siquiera pedir permiso tomandole por sorpresa más de una ocasión, aunque para ser honesto consigo mismo, el tiempo le era totalmente irrelevante así como aquellas repeticiones que afortunada o infortunadamente siempre se darían, por lo que, con una idea un poco más madura de esos sucesos ciclicos, ha decidido que aquellos aconteserés son secundarios en su búsqueda y obsesión por el conocimiento, mismo que con sus viajes ha ido recolectando y que nuevamente lo han llevado hasta esa ciudad que conoce como la palma de su mano pese a que al correr de los años el cambio es inevitable sin embargo, la esencia de esa misteriosa entidad persiste y más cuando la oscuridad se adueña de sus muros, calles y callejones donde sin temor, e incluso con un amplio conocimiento sobre la actual geografía de la ciudad camina como cualquier transeunte aunque su facha lo delata - Seigneur... - Palabra que se repite una y otra vez cada vez que algún hombre se acerca o tropieza con él inclinandose ante su presencia mientras algunos otros tantos miserables le observan como presa perfecta para sacarle el mayor provecho y así calmar un poco la agonia que sienten día con día ante su miseria. Almas destruidas y perdidas, conformistas ante la proximidad de la muerte; esos son los humanos que llaman su atención y aquienes les dedica una mirada curiosa y llena de repulsión "Su vida tan efimera y la desperdician hundiensode cada vez más pensando que la muerte sería su mejor medicina... De pronto, los humanos tienen buenos remedios con los cuales curar lo que les queda de alma y esperar finalmente la muerte... Algunos no tenemos tan bella suerte aunque es increíble que no sepan de tan hermoso regalo... Seres tan inferiores serán siempre..." medita desdeñoso sin dejar de caminar.

Un hombre de amplia complexion y fina estampa llena de galanteria pero que al mismo tiempo esta dotada de profunda y absoluta sobriedad que se demuestra cuando ante los saludos nisiquiera voltea la mirada, incluso a los más miserables que se vuelven más comunes conforme se introduce aún más por el callejon cuyo nombre perdió importancia pues realmente no buscaba uno en especial, sólo desea caminar en la oscuridad a la luz de la luna por aquellos lugares que años atrás había caminado en la compañía de una bella mujer. Aun podía recordarla e incluso podía recordar su aroma y esa sonrisa que era lo más determinante en ella. Un mujer joven de cabello largo y castaño con ligeras ondulaciones y con muestras de descuido pues no gozaba de una posición que le permitiera arreglar y resaltar su belleza natural pero, ¿Porque estaba recordandola en ese momento? Quizá la nostalgía de las callezuelas le invadieron y penetraron la dureza de su coraza que para ser franco, por momentos no existía.

El recuerdo y la memoria dejaron de hacer mella en el bien parecido hombre que seguía su andanza cuando a la distancia logró no sólo observar la figura de una dama perturbada sino ese semblante sobrio y confundido que le parecía tan famliar que no podía evitar el mirarla con detenimiento por lo que avanzó en dirección a ella de modo que su caminos se cruzaran, obviamente ella no tenía comtemplada dicha acción pero Viktor sí y deseaba no solo mirarla de cerca sino inmiscuirse en sus entrañas y sentimientos humanos de desolación pues tenía un gusto enfermo por las bajas pasiones humanas con las cuales alimentaba el vacio de sus propias entrañas. Es como cuando la distancia es diminuta sin dudarlo extiende el brazo a modo que su mano logre detener esa caminata perdida al tomarla con algo de fuerza sin lastimarla... - Domnișoara - dice con la gravedad y asperidad de su voz bajo la sombra del sombrero que cubre su rostro anunciando en su lenguaje que se trata de un hombre extranjero...

I am not breathing a word, i haven't spoken for weeks
and yet the mistress inside me is (secretly) straining her ears.
but there is no-one, and it seems to me at times
that with every passing hour another word is leaving my mind...[1]

[1] No-One is there / Sopor Aeternus

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