I'm still alive [Privado]

por **Nathaly Rilke** Dom Oct 12, 2014 10:45 pm

Si me quedo, si vivo, depende de mí
Gayle Forman

Tanto tiempo sin salir a las calles. ¿Era eso normal? Claro que no lo era, al menos no en ella. La vida había perdido parte de su color, las calles parte de su encanto y Nathaly parte de su vitalidad. ¿Qué era lo que le mantenía de esa manera? Vivir. La joven había optado desde hacía tanto formar parte de los inmortales que caminaban disfrazados como personas normales que había resultado una ofensa su cercanía con el Zar de Rusia. Se dejo llevar por la vida y sus promesas y opto por vivir, únicamente para terminar sintiéndose más muerta que nunca y más sola.

La vida era la cosa más complicada que alguna vez planeara enfrentar pero con todo y eso era indispensable que se mantuviese firme, que mirara al frente y tratara de que las cosas continuaran siendo como siempre. Esa noche salía de su hogar como cuando andaba al lado de Lara, pero en esa ocasión caminaría sola, como antes de haberse encontrado con la vampiresa que comenzó a darle sentido real a su existencia. Al igual que en esa ocasiones salió de manera oculta gracias a los sirvientes de la casa, quienes no tardaron en darle las indicaciones que escuchaba constantemente. Nath les dedico sonrisas a todos y prometido estar de vuelta antes de que sus padres se dieran cuenta de su ausencia, solo así fue que le dejaron salir a enfrentar una nueva noche.

Llevaba un sencillo vestido color oscuro, algo que le ayudara a pasar lo más desapercibida posible. Sus pasos la internaban lentamente entre las calles más concurridas, solo para después llevarla a aquellas donde existían muchas menos personas. De esa manera fue que se mantuvo andando por más tiempo del que planeara, sin encontrar nada que realmente llamara su atención, o así fue hasta que en una de las calles donde ya casi no había gente se encontró una fuente. Conocía a la perfección esa fuente, era en la que había terminado cayendo hacía algún tiempo junto con una pequeña niña capaz de cambiar su forma humana por una animal. Una sonrisa apareció en su rostro y camino con paso decidido hasta aquella fuente, se sentó en el borde y su mano recorrió el agua mientras que sus pensamientos pasaban por todo aquello que vivió y que ahora estaba completamente en el pasado. ¿Dónde estaba Lara? ¿Y Anker, seguiría por París?, ¿Le diría él la ubicación de Lara? ¿Qué había ocurrido con la pequeña niña cambiante? ¿Qué estaría haciendo Valentino? Existían tantas preguntas que rondaban su mente, todas preguntas que nunca encontrarían respuesta porque había decidió formar parte de los vivos, amar y sufrir como una humana más.

Se encontraba tan sumida en sus propias preguntas sin respuesta que no prestaba atención a su alrededor, a las escasas personas que pasaban y a los sobre naturales potenciales que pudieran estarle rodeando. Tenía unas inexplicables ganas de llorar y quedarse en esa fuente toda la noche, hasta que saliera el sol y se llevara sus penas porque no existiría otra forma de librarse del dolor y las confusiones. Estaba sola, completamente sola.

por **Mikhail S. Gorbachivelli** Jue Oct 23, 2014 5:37 pm

Mis pasos habían sido alargados desde que deje a mi hermana en la mansión ya que a sus desordenados horarios tenía que recogerla a las tantas horas de la noche, y ahí me encontraba yo, siguiendo la noche con copa en mano pero ya me resultaba algo rancia el licor que tragaba por mi garganta. El sabor del orujo no era ya de mi agrado. Sentía que todo iría bien en popa, pero me detuve a pensar frente a la Notre Dame. Me gustaba más la capilla Sixtina. Seguramente ningún habitante de este país no sabía que era la capilla Sixtina, seguramente se pensaban que era un orinal con alas angelicales pero no, era la obra más magnifica que había hecho el hombre. Pero ahora estaba en Paris.

Necesitaba ir a Italia donde seguramente me podría sentir más en calma. Alejaría a mi hermana de su trabajo y de quien resulta que está espiando. A este paso se meterá en el burdel y simplemente me dejara en ridículo…a no ser que se convierta en una justiciera. Me reí ante aquel pensamiento. Me reí tanto que no pude evitar el traspié que tuve cayéndome dentro de las aguas de la fuente seguramente molestando a una muchacha que podría haber estado concentrada.

A veces me comporto como un patán con unas copas de más – Ah, discúlpeme…-Dije mientras salía empapado de los pies a la cabeza, mi oscura y lisa corbata se había estropeado, había perdido su tacto suave al igual que mi traje de gala. Y volví a reírme pero esta vez me estaba sentado al lado de la muchacha – Dios...como duele, no se meta dentro o se congelara, se lo aseguro…-Decía sin importar lo que pudiera estar pasando a mi alrededor, solo reía mirando alrededor y me centre en la muchacha que al parecer, como siempre soy un insensible, me di cuenta de que aquellos ojos a los que miré, estaban apagados y al parecer no parecía compartir mi empatía entusiasta – Wow, vaya, lo lamento….Suelo ser así de payaso cuando…-mostré un pequeño y ligero recipiente rectangular de la que había algo de bebida –o lo que quedaba de ella- Voy de más.. –Reí algo menos exagerado y me quede mirándola.

– Hey, No soy quien para decirle que hacer o apenas la conozco, pero si la vida le da patadas, devuélveselas….el doble de fuerte…-Alce el frasco a la salud de la joven - ¡Salud! –Sonriente y dando un trago mientras la miraba con la sonrisa aun puesta - ¿Gusta? Venga, dese un momento de placer –Termine por darme cuenta del escueto y fino vestido oscuro – O si no es la sociedad, debió ser la perdida de alguien….-Posiblemente estaba más ebrio que sobrio en lo que iba de noche, cuando iba con más de dos copas encima, mi boca se volvía viperina e inquieta, dispuesta a meterse en la vida ajena, pero no sé cómo lo hacía que siempre o algunas veces, me convertía en un sabio – Me llamo Mikhail y bueno, me disculpo por la estúpida presentación cayendo en la fuente….¿Y vos? ¿A quién tengo el placer de conocer?-Y volví a reírme como si fuera un crio con su juguete…nuevo.

por **Nathaly Rilke** Lun Nov 17, 2014 8:38 pm

La distrajo de su ensimismamiento el sonido de una risa algo torpe y escandalosa, así que apenas tuvo tiempo de levantar la mirada para observar a un joven que parecía ahogado en el alcohol. Su andar era irregular y la manera en que caminaba le hizo a Nathaly suspirar. Era el típico hombre que se embriagaba ante la primera de cambios y después iba por todo lado haciendo un terrible ridículo, pero eso no le interesaba a ella, tenía cosas más importantes y dolorosas en las cuales pensar.

Apartaba la mirada de regreso a la pequeña fuente cuando el sonido de alguien caer le hizo mirar y observar al hombre que antes anduviera con paso irregular. Un idiota completo era lo que tenía frente a ella y aún así, sonrío, sin que la alegría de las tonterías ajenas le alegraran de verdad. Los ojos de Nathaly estaban aún enfocados en aquel joven que tomo asiento a un lado de ella.
– Si, bueno suponía ya que estaba fría por eso es que estoy sentada aquí en lugar de lanzarme directamente a la fuente como usted – se encogió de hombros porque realmente no sabía que era lo que le ocurría; quizás estaba ocultando su dolor ante algo en la bebida, tal vez ella debiera hacer lo mismo aunque prefería andar en soledad por las calles antes de hacer algo como aquello – Descuide, cuando la gente esta en un estado como el suyo puedo perdonar cualquier cosa – observo el pequeño y deslumbrante contenedor donde el hombre cargaba el vino y rió.

Sus ojos se posaron entonces en la calle, algunas personas les observaban con curiosidad y ella no se sintió avergonzada de que le vieran junto a un hombre como él. Las palabras del desconocido le hicieron regresar la mirada a él y la sensación de que se echaría a llorar en cualquier momento le vino de improviso. La figura masculina se torno borrosa frente a sus ojos pero aún así se mantuvo firme.
– Estoy pensando como devolverselas para que le duelan más que a mi, gracias – aprovecho entonces que el hombre bebiera para retirar de su mejilla una pequeña lágrima que escapaba de su ojo derecho y después levanto la mano para rechazar el ofrecimiento – No, es muy amable pero no me gusta beber y mucho menos estando cerca de una fuente en la cual puedo terminar cayendo como cierta persona – hizo referencia a él con una sonrisa algo más animada – Y no es la sociedad o la perdida de alguien, soy solo yo quien se ha dejado envolver en algo que no debía – observo de nueva cuenta la fuente y se rió – Descuide, esa es la presentación más original que he tenido la dicha de ver. Mi nombre por cierto es Nathaly y le confesare que una vez me caí en esta misma fuente, pero era de día y yo no estaba ebria.

por **Mikhail S. Gorbachivelli** Sáb Nov 22, 2014 8:21 pm

Fortaleza era lo que veía en la mujer que tenía delante de mí, me mostro lo que una vez mi hermana desaparecida no tenia o pretendía esconder en su interior – A veces nos solemos ver metidos dentro de un problema sin ni siquiera nosotros notarlo…-Encogí los hombros, restándole importancia al asunto pero al parecer quien tenía a mi lado seguía con una sonrisa. Aquello me agradaba y hacia que la bebida fuera más sabrosa - ¿Sabe? Su sonrisa hace que beber me guste más, pero tampoco quiero acabar en el borde de la fuente durmiendo a la intemperie – Me reí con júbilo, observando a la multitud que conforme el progreso de las horas avanzaba, se iban yendo hacia sus hogares, pensé que yo también debería irme a mi hogar, pero ¿alguien me esperaba en el interior de un gran palacio? Todo me venía demasiado grande.

- ¿Sabes? Ya hablando de tú a tú, a mí también me viene todo grande – Bebí un trago de Ginebra – Hace unas semanas vivía con mi hermana, siempre estaba quejándose del desorden de mi despacho y –Volví a reír, pero sin beber esta vez – como me quitaba las sabanas del cuerpo para finalmente hacerme caer al suelo, sin ni siquiera molestarse en ver como estaba…-Mis manos estaban temblando por el recuerdo de la cálida sonrisa que mi hermana me mostraba y que ya no estaría, las regañinas que ya no me daría y todo porque desapareció no hace de una semana.

No pude remediar soltar algún que otro jadeo recordando al dolor del recuerdo, parpadee varias veces alzando la vista fuera de la de quien estaba a mi lado, solo para que no viera las lágrimas de un duque, para que no viera el anhelo de un duque echando de menos a su hermana, para que no viera el dolor de un animal herido sin tener a su semejante aunque fuera de otro sexo – La ausencia siempre está allá por donde vaya, no hay lugar en mi mansión que no me recuerde a ella….envuelve mi alma en una desesperación continua, que suena a gritos ahogados entre las sombras más oscuras, convirtiendo el amor que tengo a mi hermana en tan solo en algo efímero…..-Bebí, soportando aun mas soledad – Puede que sea mi cárcel esperar en la soledad de la noche, preguntándome y martirizándome en donde estará o que estará haciendo.

Me quede mirando a mi acompañante, tome su mano entre las mías tras guardar mi licorera en mi chaqueta y solo a ella puede que le dedicara una sonrisa que no era anhelante –Disculpa si te aburro con las penas de un borracho que solo añora tener una familia de nuevo, poder tener a alguien a quien ofrecer el amor que no me cabe más en el pecho…-Reí volviendo a soltarle las manos lentamente, dejándoselas sobre su regazo, apartando mi mirada de la suya y prácticamente estaba escondiéndome entre mis piernas – Ojala pudiera decir que tengo tanta fortaleza como tú la tienes para mirar hacia delante como si no pasara nada…-Y con aquello dicho, no pretendí ofender a mi acompañante, pero la envidiaba. Podría parecer un borracho sin salida que podría ver la muerte como la única manera de escapar del sufrimiento.

por **Nathaly Rilke** Dom Dic 07, 2014 8:43 pm

Precisamente el meterse en problemas sin darse cuenta de ello era como parte de Nathaly, no era que ella buscara evitarlos pero tampoco esperaba que llegaran de la manera en que lo hacían, hasta el punto de atarla a lo que le dolía y después dejarle como ahora, a la deriva. No sabía que era lo que debía hacer y sin embargo, estaba charlando tranquilamente con aquel ebrio desconocido. Le hablaba como si le conociera desde hacía mucho tiempo y bien si podía ser peligroso, a ella no le interesaba, ya no creía tener nada realmente a lo que aferrarse.
– Dígame a mi – suspiro negando y después se cubrió los labios, en una manera de ocultar la sonrisa que aparecía ahora en sus labios pues las palabras ajenas le hicieron sentir ligeramente mejor. Una vez que se hubo calmado y que pudo mantener una expresión más neutral, lo miro fijamente – No se que tenga que ver mi sonrisa con la bebida. Creo que lo dice porque es horrible y entonces necesita de la bebida para verla al menos ligeramente decente – en esa ocasión si le sonrío – no creo que sea buena idea que siga bebiendo más y espero no se ofenda porque se lo diga – la gente se dispersaba, ya se había terminado el espectáculo del ebrio que caía en la fuente y todos tenían cosas más interesantes que hacer, menos ellos dos al parecer.

La joven miro a su acompañante nocturno y la manera en que él comenzaba a hablar, con el dolor escrito en el rostro y la soledad siendo ahoga a grandes tragos de la botella que cargaba. Ambos estaban sufriendo pero existía diferencias que eran notorias no solo en la historia de cada uno, sino también en la manera en la que estaban expresando el dolor y la angustia. Un suspiro cargado de pesar por aquel hombre sabio de los labios de Nathaly que no sabía como consolarle y sin embargo deseaba hacerlo a pesar de que ella misma estaba deshecha por dentro.
– Seguramente ella regresara en el momento que menos lo sospeche, no debería preocuparse por eso. Las mujeres solemos hacer cosas que no deberíamos pero de seguro que le ama y que regresa a usted – sus palabras eran un intento de consolar a aquel hombre que le miro unos segundos y le tomo las manos para hablarle con toda la sinceridad que era posible. Ella lo sentía así que no hizo más que negar a sus palabras – No me aburre, de hecho me ha liberado del aburrimiento en que me encontraba yo.

Sus manos volvieron a ser libres y rió ante las palabras masculinas.
– Es que no tengo más a que aferrarme, sino miro hacia adelante temo desmoronarme y sé que eso no me ayudara para nada – le sonrió con tristeza – no nos sirve de nada compadecernos a nosotros mismos por lo que nos ha sucedido – tomo aire entonces, cerro los ojos un segundo y termino por levantarse – así que vamos, debe haber algo mejor que hacer que estar aquí ¿No lo crees, Mikhail? – y sin más ofreció su mano a aquel hombre, no les haría mal acompañarse un rato y ver si de esa manera ambos podían dejar sus miserias detrás.

por **Mikhail S. Gorbachivelli** Mar Dic 23, 2014 1:28 pm

La buena relación que comenzaba a tener con aquella muchacha le parecía extraña y sinceramente pensó en que estaba equivocado en lo que haría pero ¡qué demonios! Siguió hacia delante y tomo la mano de Nathaly para hacer que ella le rodeara el brazo, así, que ella se sujetara de él – Si…Bueno a ver que encontramos por aquí, esto parece estar muerto tan de noche ¿Quieres ir al hotel a tomar un café? Seguro que anda abierto a estas horas de la noche…-Y no quería pensar en que estaba haciendo lo correcto pues no hace ni dos horas que le habían echado de ahí por haberse sobrepasado con una de las concertistas que tocaban esta noche en el hotel.

Ahora que pensaba en ello tuvo que reírse un poco para sí mismo recordando la anécdota – Y la verdad su sonrisa es preciosa –Termino halagándola simplemente por mera educación, pero la verdad también era verdad. Parecía joven y él podría aparentar poco de la edad que tenía en realidad pero le gustaba observar la belleza joven de la chica. Y apartó la mirada para así tener en cuenta de que no podía seguir mirándola, seria de muy mala educación seguir haciéndolo en verdad ¿Qué era? ¿Un pervertido deprimido que perdió a su hermana por un mero descuido? No, no era un pervertido pero si un deprimido pues siempre culpaba a los demás y se daba a la bebida cuando cosas de este calibre ocurrían.

Siempre él se culpaba de todo. Siempre pensó que era su culpa. Estaba de acuerdo en que todo tendría que acabar de algún modo, pero se dio cuenta de que no estaría por mucho más tiempo deprimido. Que no estaría siempre dado a la bebida como un poseso alcohólico. Escuchaba las palabras de Nathaly. Bien, su hermana. Otro caso pendiente que tenía que cuidar bien, ella era un culo inquieto pese a la introvertida personalidad de ella. En realidad desconocida a su hermana realmente y no sabía bien como era en realidad. Era todo un misterio. Un día la ves encerrada en una biblioteca y al otro la ves correteando libremente por los bosques, o a galope en su blanco corcel. Mikhail Chisto.

En realidad, estaba realmente confuso – y ¿estás sola aquí? O ¿Vives sola ..o con tus padres? –Pregunto aferrando el brazo de ella aún más hacia él pues se alertó de que alguien estaban siguiéndoles desde unos callejones bien atrás – Mantente cerca de mi…-Susurro hacia Nathaly sin que se notara demasiado que movía su cabeza para hablarla – y allí hay una taberna…quizás puedan servirnos café – Aunque lo dudaba realmente, si estaban al menos seguros dentro y al fondo de la taberna, de momento Mikhail podría protegerla de sus errores.
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