Negocios y placer no se mezclan... A veces [Hydra]

por **Burke Eichmann** Dom Oct 19, 2014 8:32 pm

La Inquisición insiste en que en algún momento su trabajo fue mal realizado, por más argumentos que él da, y tal vez tienen razón, pero no se los dirá, porque no le da la gana, seguirá insistiendo en lo mismo, aquella criatura no estaba en sus listas, no tenía por qué matarla, no era ninguna misión, fue la única vez en la que su rudeza se vio mermada, pero ya no más, no había de qué preocuparse, se sentía culpable y ahora lo pagaba.

Esos eran los pensamientos que iban y venían en su cabeza mientras terminaba de vestirse, apenas si el sol se había ocultado cuando él ya se había levantado de la cama, después de aquél baño ahora se encontraba frente al espejo abotonando la camisa, una pequeña marca se alcanza a ver en su abdomen aún no termina de sanar por completo, pero su necedad es más fuerte que cualquier otra cosa, además del orgullo que le llena la cabeza. Suspira largamente mientras su mandíbula se cierra con fuerza ante las imágenes que van y vienen de aquella estúpida noche, alguien tuvo que decirles donde encontrarle, se supone estaba en una misión, nadie sabía su paradero y se había encontrado herido, además no le habían robado nada, todo había sido exclusivamente para matarlo, tal vez cuentas pendientes, tal vez la Inquisición, esos estúpidos podían ser demasiado doble cara, si lo sabría él. Se colocó el saco finalmente y salió de aquella habitación mientras escuchaba como la servidumbre corría de un lado a otro sin poder detenerse.

-Ya ha llegado la señorita.- Menciona James y él asiente con la cabeza. -Tiene rato esperando.- Una mirada fulminante hace que el hombre de edad avanzada se vaya de aquél lugar. Burke, por su lado apenas si toma el tiempo necesario para coger un vaso y llenarlo de whisky, un trago, dos... Le termina finalmente y lo vuelve a llenar con el líquido ámbar. Camina hasta la estancia, observando la espalda de la mujer, una sonrisa se dibuja en sus labios. -¿Te hice esperar demasiado, preciosa?- Cuestiona sin dejar de mirarla y abre el botón de su saco para finalmente tomar asiento en uno de los sillones. El lugar apenas es iluminado y una de las muchachas entra con una charola que deja en el centro de la mesa. A pesar de que la noche ya está comenzando a reinar, en esa casa parece que está amaneciendo, así lo había ordenado él.

por **Hydra** Dom Oct 19, 2014 9:02 pm

Habían tenido un par de visitas en la casa aquella tarde. Su hermano había fingido ser el esposo más amoroso, menos mal no se le pasó la mano, no se atrevió a tocarla más de la cuenta, y mucho menos siquiera hizo seña de querer besarla. Eran de la misma sangre, y ambos tenían un atractivo inimaginable, sin embargo a la jovencita le resultaba repugnante pensar en ese que poseía sus genes. ¡Era un bruto! Nada inteligente, sólo servía de escudo, y nada más. Estaba cansada de compartir el día con ese muchacho, encima de todo se durmió en su cama. Ilta no hacía más que elaborar caras asquerosas al verlo, pero para su buena suerte tenía una misión; podía salir de casa.

Esa noche se colocó no un vestido, sino unos pantalones justos y una blusa manga larga de la misma manera. ¿vestimenta de hombre? Probablemente lo era sí. ¿Qué importaba? Mientras más cómoda mejor, además, a la hora de tener que escapar de un lugar dónde su vida se encontraba en riesgo, aquellas prendas eran más fáciles de mover. ¿Por qué se preocupaba tanto? De todas maneras a quien iría a visitar no tenía porque juzgarla. Él menos que nadie, por supuesto.

Su cubrió el cuerpo con una capa oscura, y su rostro lo protegía una capucha. No subió al carruaje cómo todas las noches. Imprudente o no caminó por los senderos colindantes de las casas aproximadas al bosque. Le gustaba el clima fresco, sentir las ligeras gotas de lluvia que estaban cayendo. La ventaja es que no se trataba de una mujer enfermiza. Así que podía darse el lujo de disfrutar esas cosas. No tardó demasiado en llegar a la mansión, y sonrió al notarse ya dentro de aquella mansión. Las empleadas ya la conocían, sólo un juego de miradas, un par de sonrisas y ya la habían dejado sola.

— Demasiado, cada día te vuelves más imprudente. ¿O será que los ataques que recibes te vuelven torpe? — Arqueó una ceja con notoriedad, en su rostro la sonrisa mordaz apareció. — Lo sé todo, ya lo sabes, estás en mis listas importantes, todo me lo dices — Se encogió de hombros —Que mala manera de saludarme, ¿ya no soy especial, Eichmann? — Se hizo la ofendida, aunque la sonrisa no se desvanecía de su rostro.

por **Burke Eichmann** Dom Oct 19, 2014 9:59 pm

Las palabras son tan mordaces como la dueña, no se esperaba que ella dijera cualquier otra cosa, después de todo así era la mujer, pero nunca le había terminado de molestar en realidad que hiciera aquello, era parte de ella y le agradaba que no se anduviera tras las ramas. Una mujer de edad avanzada entra a la estancia y termina de encender los candeleros que hacían falta y corre las cortinas, dejando que la vista sea el bosque nocturno, con su amplio follaje, no por algo había escogido aquél lugar para poder esconderse del mundo, sólo algunas personas sabían su ubicación exacta, otras cuantas iban a dar ahí por mala suerte.

La sonrisa se dibuja en sus labios y encoge los hombros cuando alcanza a ver finalmente el rostro de la fémina. -Imprudente, impuntual o tal vez sólo estoy jugando con mi buena suena suerte y con el aprecio que puedes tenerme, además de que al cerrar el trato que te tengo ambos vamos a tener ganancias, puede ser un poco de todo y un tanto de nada.- Le guiña el ojo finalmente y le observa con aquél cinismo que siempre le acompaña, tal vez es su única verdadera compañía en las noches en los que la soledad quiere ganar el terreno.

Termina de acomodarse en el sofá y extiende uno de sus brazos sobre el respaldo del mismo, mientras observa la silueta femenina. -Lo lamento, es que con tanta ropa encima es difícil saber si eres tú o alguien más, aunque podrías venir para que te salude.- Da una palmada sobre uno de sus muslos mientras deja el vaso de whisky de nuevo vacío sobre la mesa y extiende las piernas, ponerse lo más cómodo posible. -Tal vez mis ataques me han dejado atrofiado, pero tú no haces nada para cuidarme ¿Así como crees que me voy a recuperar?- No le sorprendía que ella supiera lo que había pasado, después de todo a eso se dedicaba así que simplemente sonrió de lado esperando a que la mujer se dignara en acercarse.

por **Hydra** Dom Oct 19, 2014 11:59 pm

Achicó la mirada con notoriedad. Aquello era un rasgo de reproche que ella tenía. No se necesitaba ser demasiado tonto o inteligente para saberlo. Aunque conocerla sin duda tenía sus ventajas. Le miró entonces de esa forma. Con su aire analítico, reprochando su cinismo y la forma en que la había tratado. ¡Cómo si fuera cualquiera a las que veía! Burke sabía casi todo de Ilta. Desde que se conocieron habían tenido una conexión especial, y más aún ese deseo que los tenía siempre dándose piques, o contactos sexuales. Se deseaban, eso era obvio. No existía duda al respecto, y encima de todo tenían una buena amistad.

¿Cómo era posible que confiara en un vampiro que apenas y había visto alguna vez en su vida? No lo sabía, simplemente confiaron en el otro. Se ayudaban, y se sacaban de apuros, incluso una vez la criatura la había rescatado de un encuentro no muy afortunado. Él mejor que nadie sabía que su fachada de prostituta era un simple juego, una careta para no ser descubierta. Con él no se necesitaban seguir normas de etiqueta, hacerle una reverencia. ¡Nada! Eran simplemente ellos y nada más. ¿Cómo habían llegado a eso? La chica no lo recordaba, y lo cierto es que no quería pensarlo. A veces recordar en entender, saber, arrepentirse y alejarse. No deseaba eso.

— No tientes demasiado a tú suerte, si me pones de mal humor me voy, recuerda eso — Su rostro se había endurecido, se mostraba la severidad. No le gustaba sentirse recibiendo el trato que seguramente le daba al resto; siempre buscó sentirse especial. — Las ganancias contigo no me funcionan. Me sirves vivo, de esa manera me proteges, y no confío ni siquiera mi vida a mi hermano como a ti, así que no me vengas con eso — Se retiró la capucha del rostro y el abrigo mismo para dejarse ver con más claridad — Por alguna razón creí que los vampiros tendían una mejor vista — Negó, incluso chasqueó la lengua — Vine para ayudarte, no deseo que te maten, y no necesito ganancias, repito — Su voz era clara, y existía gran sinceridad en lo que le decía. Lo apreciaba.

— Tienes demasiadas empleadas para que te atiendan ¿precisas de mi? — Arqueó una ceja y se puso de pie, pero no se sentó sobre su muslo, para nada. Caminó de un lado a otro por la estancia — ¿No me trajiste algo de beber? Estoy creyendo que no soy bienvenida — Reprochó y suspiró con profundidad. — En fin, con este recibimiento no m e darán ganas de quedarme contigo — Lo había hecho, un par de veces, incluso había dormido con él, y en otras ocasiones en su cama, sin necesidad de unirse gracias al deseo y la carne. — ¿Para que me necesitas? Pasemos al grano entonces? — Se encogió de hombros.

por **Burke Eichmann** Lun Nov 17, 2014 4:11 pm

La mujer podía llegar a ser tan terca como él, tal vez por eso era que chocaban tanto, pero de algún modo se llevaban bien, le fastidiaba que hubiera mujeres que se hicieran las inocentes cuando en verdad el pecado lo llevaban en la frente, sin necesidad de que alguien se pusiera a averiguar demasiado al respecto. Se le quedó viendo, la había logrado fastidiar como siempre, esa era parte de su rutina, además es que le encantaba fregar gente ¿Para qué negarlo? Y ella se lo ponía en bandeja de plata. -Sabes que para mí no hay especiales, todas al montón, preciosa, así que no vengas con que quieres un lugar, porque bien sabes que eso conmigo no va, no me parece y tampoco puedo hacerlo, si lo quieres busca a otro que te aguante tu genio y que te cuide, yo no tengo problema, ya habrá otra puta que también haga lo que tú.- Le guiñó el ojo mientras le miraba caminar de un lado a otro como si estuviera un poco ida, quizá hasta en verdad estaba molesta y eso hacía sonreír al inquisidor.

-Quiero que averigües quien quiere mi cabeza, el motivo ya lo sé, pero quiero saber quien está detrás, de quién es del que tengo que cuidarme, a quién tengo que matar antes que me maten a mí y sobre todo si están buscando otra cabeza a parte de la mía.- No es muy cierto que él se preocupe por alguien, pero si había una cabeza extra en esa lista, seguro que todo tendría más coherencia y sabrían que en algún momento no mató a todos los que tenía que matar, un error suyo que le podría estar costando, pero ya había hecho mucho por estar en ese imperio, no lo perdería ahora.

-¿Y crees que tú eres de mis empleadas?- Chasqueó la lengua y negó con la cabeza.- ¿Quién te entiende preciosa? Primero que no eres del montón, luego te comparas con ellas, si estuvieras enferma tal vez mandaría a alguien a cuidarte, así que deberías de ser recíproca, ahora que si quieres irte porque tienes algo más importante que hacer, sólo trae lo que necesito antes de que me maten.- Se levantó del asiento, abrochando de nuevo su saco y buscó la botella de whisky para servirse un poco y puso un poco más en un vaso extra. -Anda, deja de quejarte, que parece que no terminas de conocerme, sabes que odio el drama y la estupidez, así que no empieces o te sacaré de aquí antes de que tú decidas salirte.- Menciona acercándose de nuevo a la muchacha de cabellos rubios tendiéndole el vaso.

por **Hydra** Sáb Ene 03, 2015 5:50 pm

Su mirada se posaba en la figura masculina. Lejos de ofenderse por lo que él decía, lo cierto es que se sentía divertida, mas que nada eso; entretenida. Los hombres alardeaban demasiado de ser rudos, machos, y que no necesitaban de nadie más que de ellos mismos, Burke era un ejemplo claro de ese tipo de chico, y lejos de detestarlos, le causaban gracia.

— Es fácil encontrar una puta, de eso no hay duda, pero no sé te olvide que las piernas no las abro por francos, y que muchas veces ni siquiera lo hago, me necesitas por información, puedes decir que encontrarás con rapidez otra espía, pero debes ser honesto contigo mismo, no cualquier espía puede conseguir lo que yo, de la manera tan efectiva como yo, y sin que nadie sospeche — Movió una mano en señal de “adelante”, y luego la bajo — Anda, ve con tu orgullo a buscar otra, y veamos si te da la información necesaria, o la indicada para que terminen con tu inmortalidad — Sonrió con cinismo, con descaro, y luego se relamió los labios entretenida.

— ¿Dónde te acataron? ¿quién te atacó? ¿qué raza era? ¿cómo era su vestimenta? — No puedes encontrar información sin tener bases, sin tener una idea de las cosas. Las ideas no llegan de la nada, así que él debía decirle — Cuéntame a detalle lo que pasó, Burke — Comentó con claridad mientras buscaba por ahí cerca algo de beber que le gustara. Ignoró por completo sus comentarios sardónicos — Trátame bien, porque te conviene tenerme más de tú lado, que del contrario —Y hablaba con la verdad, en las manos de la prostituta tenía sangre de varias personas, ella no se tentaba el corazón, ella no jugaba, y podía o no ser un vampiro, pero eso no le intimidaba, había aprendido a jugar bien sus cartas tanto cómo su belleza y sus caderas para tener poder, y más que eso, aliados que también darían su vida por ella.

— Eres demasiado pesado — Dio la vuelta y tomó el vaso que la criatura había servido, se lo tomó de golpe — No me amenaces y mejor empieza a contarme todo, y también enséñame lo que te quedó de la herida, desnúdate para mi — Comentó con burla, sonriendo ampliamente, entretenida y curiosa.

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