Land of the Dead {Maika}

por **José Alfonso De Castilla** Sáb Nov 15, 2014 11:21 pm

España – Madrid

Oscuras Calles

La lluvia azota a toda la ciudad de Madrid, capital cuyo lugar guarda el castillo real que bajo las lágrimas del cielo nocturno cual sombra de muerte y poder se alza un ser que busca su alimento, no le importa que el santo padre en las alturas trate de impedírselo, al contrario le parece muy gracioso aquello, como cada insignificante ser buscar cubrirse de un poco de agua, pero ahí lejos de todas las miradas los ojos de bestia surgen hasta vislumbrar una mujer cuyas caderas se pavonean para encontrar cliente pero el único que acude es la locura de la muerte en manos de aquel monarca.

Hilos de sangre corren por el mentón de José Alfonso de Castilla que a sus pies yace un cuerpo sin vida de una infeliz meretriz que ahora en el infierno reside, pero no en el de aquel ser de tinieblas que la tomó sin medida ni reparo.

La lluvia va cesando poco a poco, logrando que los infieles aparezcan lentamente por las calles empedradas de las calles, una gitana encuentra con una pañoleta y pandereta en mano llamando a todos, invitándoles a acercarse para deleitarles con sus danzas y música vivaracha pero no saben que tras ellos unos pequeñines están robando a los tontos que se dejan engatusar por unas caderas candentes, la risa del león de España se ensancha macabramente acercándose a uno de ellos, sus zapatos no se escuchan pues da un paso como si fueran miles acortando las distancias.

El pequeño bribón salta al sentir las manos frías con largos dedos con uñas filosas sobre los hombros del infante de doce años, el pequeño voltea para pedir las disculpas correspondientes pero los ojos malignos de su rey le asustan enmudeciéndolo por completo, las uñas de la derecha, el índice, rasga la mejilla de aquel pequeño dejando una herida de la cual una gota de sangre emanó tomándola en su pulgar para probarla - Infernalmente pecador - profesa con esa sonrisa y un pequeño llamado de auxilio de la boca el niño que no deja de observar aquellos colmillos, rogando ahora que un alma caritativa se apiade de él y le brinde el socorro que desea.

por **Maika Morozkova** Dom Ene 11, 2015 9:15 pm

La Lluvia cae en la ciudad empapando su calles y su gente, como cada día por la tarde y por la noche. ¿Qué porque lo sabes Maika? Si, ese es tu nombre por si lo has olvidad. Pues lo sabes por varias cosas, tus ropas mojadas igual que los zapatos, las goteras en el cuarto en el que vives junto a esa chica de cabello castaño claro que siempre olvidamos su nombre y solemos cambiárselo aunque no los haya dicho hace un momento, ¡Oh sí! y porque lo has escrito en estas hojas que vas metiendo en tu diario.

Ahora, toma tu vestido menos húmedo, el chal grueso que sueles dejar en el catre y esas feas pero muy buenas botas que nos ha regalado el Sr. Gonzalo, si, ese señor muy amable de edad avanzada al que ayudamos de vez en cuando en el huerto de las manzanas.

Recuerda llevar suficientes hojas y más carbón para escribir, en estos días la tinta es un desastre.

Así bien la joven lee las últimas líneas de aquella libreta que lleva a todos lados. Hace cual instrucciones se ha dejado ella misma, pues cada día antes de ir a dormir y perder la memoria nuevamente repite aquel ritual. Dejando su ropa en un lugar accesible, y su bolsa en la que siembre esta su libreta, carbón, tienta y pluma para escribir o para bocetar algún nuevo diseño.

Se viste con lo que encuentra, un fondo grueso y feo pero abrigador para aquellos días lluviosos, el vestido de lana que pica y le llega al cuello en un feo escote ovalado, el chal opaco café y sin olvidar las botas que ella misma se ha dejado.

Camina pos las calles y sin poder evitarle se topa con una gitana que encandila la mirada de la joven sin memoria, tal cual lo hace con los presentes. Entre música, el viperino torso de la mujer y velos, algo más poderoso llama la atención, un hombre con lo que parecen gotas escurridas de vino en el mentón. Maika alza una ceja en desaprobación por cómo le trata al infante, ¡Sí! es un ladronzuelo pero en esta ciudad en la que todos mueren de hambre ¿Cómo puede reprender a aquel que solo intenta tener algo para comer? -Oiga, Oiga- da un manotazo al hombre en la mano y suelta las únicas dos míseras monedas que lleva encima al pequeño diciéndole que se vaya con el ademan de su mano -Sé que está mal pero déjele en paz ¿Acaso no mira que solo intenta sobrevivir?- las palabras sale en defensa del indefenso niño, ahora aquellos que miraban a la gitana, la cual ha desaparecido llevándose a los pequeños bribones, la miran tanto a ella como a él. Aguanta la respiración –Que tenga buen día- suelta sin más yéndose para cualquier otra dirección que no sea frente a los adquiridos espectadores.

por **José Alfonso De Castilla** Vie Feb 06, 2015 11:51 am

España – Madrid

Oscuras Calles

Tan solo por la educación puede el hombre llegar a ser hombre. El hombre no es más que lo que la educación hace de él.
—Immanuel Kant—

Los colmillos mostrándose cerca de la yugular de aquel infame ladronzuelo, no le importa el lugar y menos que le vean o sepan de su existencia, lo único que le mueve es su hambre y deseo de sangre corrupta como la de aquel que se atreve a echar patadas y lamentos de inocencia. Cuanta mentira y eso lo percibe José Alfonso; el monarca aspira el aroma riéndose de forma bestial, la lengua cure los filosos colmillos, un gesto de su hambre. El mozuelo se zarande al agarre firme del hombre pero con cada lucha que el pequeño emplea solo crea en él un deseo aun más profundo por terminar con su vida.
La saliva con los colmillos de la muerte se acercan al pobre incauto que ha sido escogida como cena, casi siente la piel al ser perforada por esos largas dagas de muerte, pero antes de poder succionar la vida de ese insignificante ser, una voz, un golpe y luego sus ojos rojos en ira cuando el infame huye del lugar. Maldiciones por la cabeza del monarca surcan como rayos en contra de aquel que se atrevió a tocarle y más a quietarle la comida de la boca. Moriría a manos de él para ser la cena.

Al girar una falda moviéndose con el viento y la mano rauda detiene el avance de la mujer, con fuerza le toma del hombro evitando así que se aleje, su voz grave llena de furia contenida -Como te atreves tú, insecto, no eres más que una plebeya que debería servirme, estar a mis pies deseando una simple mirada de este ser y ahora te osas a tocarme, a quitarme el pan de la boca, castigos, si eso mereces, mereces que te ate a un tronco y envíe a que te azoten tantas veces que me pedirás la muerte- los dientes castañean al chocar entre sí, la ira va creciendo. Si ella pensó que solo se iría con palabra se equivocó.

Empujo el cuerpo frágil contra la pared sin prestar atención si aquella se lastimaba o no deseaba eso, la zurda aprisionó el cuello alzándola un poco solo para dejarle que las puntas de sus pies alcancen el suelo. Los colmillos mostrándose. Él no teme que las personas vean en lo que se ha convertido al contrario, él es un Dios entre los mortales y puede hacer y deshacer, es un rey. El Rey de España. Miró a los ojos de la mujer y un atisbo de su antigua humanidad volvió a él soltándola. -Tamina- murmura gruñendo en ira. No, no era ella, aunque se veía como tal no era ella. Su mente dividida en la locura y crueldad le reniega aquellos pensamientos humanos con los del deseo de tomar la vida de quien se atrevió a hablarle de esa forma. Pero era ella o no.

-Tú, quien eres, qué demonios eres. Contéstame con la verdad y seré algo indulgente con tu castigo, pero si me mientes te haré sufrir los mayores horrores- sentencia, con esa mirada siniestra y ceño fruncido.

por **Maika Morozkova** Jue Feb 12, 2015 12:49 pm

Vigésima noche, Onceavo mes, 1798

No importa de donde vengo o a donde voy, ni siquiera importa ya a donde me dirigía en este preciso momento.

Hay una chica, una hermosa chica junto a un hombre que la arrastra a las tinieblas de un callejón. Es hombre hermoso, pero extraño, sus dientes parecen largas dagas, su piel es blanca como la nieve en invierno y sus ojos brillan como luciérnagas en la noche, no es un hombre ... es como un demonio vestido de ángel. ¿Qué es él?

Un grito se escucha, un grito de chica... mi corazón se agita, se encoge pero es momento de correr. Abrazo mi bolso y mis pies corren cuan rápido me lo permiten hasta llegar al cuartucho que comparto con las chicas.

¿Que era? No lo se, pero algo en mi interior me dice que no es el unico...

España, 1800

Grandes se abren los ojos de la joven al ver el enfado atroz del hombre que le toma del hombro enterrandole los dedos, al que han estado a punto de quitarle algunas monedas -¿Que son un par de monedas?- Se pregunta ella incrédula en silencio, ni ella que es pobre, que vive en un cuartucho junto a puras prostitutas, chicas que roban y que se dedican a cosas clandestinas, que tiene cuatro vestidos y dos pares de zapatos y vive al día, y bueno en ocasiones ni eso, ni así ella se pondría tan loca por unas cuantas monedas. Cree que en definitiva el hombre esta exagerando con creces, eso o simplemente puede pensar que se a vuelto loco -Oiga! Oiga! ¿Que le pasa? No es para tanto-mueve el hombro intentando zafarse del agarre antes de ser azotada contra la pared violentamente. Le mira atenta intentando con todas sus fuerzas recordar si le ha visto en alguna otra parte -Oiga, oiga, ya cálmese- pide reflejándose en su rostro el dolor por la fuerza aplicada -¡Suélteme! Me esta lastimando- intenta meter sus dedos entre el fuerte agarre y su cuello. La esta asfixiando, e intenta tragar sin lograrlo.

Es una bestia en el cuerpo de hombre que de no ser por tal semblante podría creerse que es incluso, bueno, bondoso y piadoso, tanto así que Maika puede reflejar miedo en sus ojos pero su sensatez no le da tregua a comprender la verdadera situación en la que realmente se encuentra, sin poder ver el verdadero monstruo que se impone a ella como un demonio enfurecido. Forcejea para que le suelte de una buena vez sin lograrlo-Maiiiigghh....ka... Ta.. Tamina no... -susurra sin entender que esta a punto de desmayarse- Me... me... llamo Mai... ... ka... -repite ahogada sin entender a que se refiere el que le llama con otro nombre que jamas a escuchado. Manotea pegándole en el pecho con la poca fuerza que le queda -¡¡Ya suélteme!!-grita al dubitativo afloje que los dedos del hombre le permiten por segundos, sin importarle que les miren o llamen la atención, todo lo contrario rogando ello.

por **José Alfonso De Castilla** Miér Mar 18, 2015 3:39 pm

España – Madrid

Oscuras Calles

Tan solo por la educación puede el hombre llegar a ser hombre. El hombre no es más que lo que la educación hace de él.
—Immanuel Kant—

Con ira contenida el agarre de aquellas garras sobre el cuello frágil de la humana sin importarle si ocasionaba la muerte de la misma, al contrario su irá crecía en segundos hasta desear azotarla más contra aquella fría y sucia pared para poder oír el crujir de los huesos tal como lo estaban haciendo cuando más presionaba; La sonrisa en él despertó con observar aquel semblante de lucha que presentaba la mujer cual guerrera pero no lo era, no había visto ese rostro antes, no, si lo había visto los mismos ojos, los mismos labios moviéndose por segundos de aire y deseo. No podía ella negarlo, era ella.

No lo era, José Alfonso negó enfureciéndose más empujando contra la fría pared a ese cuerpo, quería borrarle ese semblante -Cállate, cierra la boca, no luches no peles como ella, no eres ella- masculla lleno de rabia al punto que sus ojos destellaban la sangre y sus colmillos se mostraban más imponente, si ahí estaba el ligero miedo que en todas su víctimas tenían en los ojos, ese mismo semblante que aborrecía y odiaba pero lentamente comenzó a disipar ese sentimiento de devastación en el monarca.

Dicen que los ojos son el espejo del alma, que muestran aquellas cosas que más ocultamos pero en el caso de su majestad solo hay oscuridad y soledad mezclados con un desprecio hacia los humanos pero al ver fijo los ojos de aquella simple humana, esa simple mirada que se entrecerraba por la falta de oxígeno mezclado con el miedo a la muerte logró que el rey detuviera sus garras en el cuello. Soltó aquel debilitado cuerpo mirándola en aquel suelo lleno de lodo y lluvia, esos cabellos moviéndose junto a los dedos de la mano fue la señal que necesito para arrancarla de aquella suciedad y en un arrebato de su locura o mejor dicho de su insana cordura la tomó abrazándola con extrema fuerza, sin medirse -Tamina, has regresado sabía que no estabas muerte lo supe siempre aunque todos me habían comentado que tu padre te había prácticamente arrojado a la muerte sabía que no podía ser así, mírame ahora soy diferentes atrás quedó ese hombre que conociste ahora mando sobre los ejércitos de la muerte y mi reino se extiende más allá del inferno, nada nos separará ahora mi Tamina- toma el rostro de la mujer solo para obtener aquello que siempre tuvo, un beso.

El sabor de sus labios era diferente no tenían esa gloria, no poseían aquel deseo desenfrenado de su tigresa, era otra mujer. Aventó nuevamente a la mujer al lodo con la amenaza otra vez de la lluvia solo que ahora los cielos bramaban en truenos -Tu, maldita como te atreves a hacerte pasar por una mujer especial, como se te ocurre hacer esta clase de embrujo, dices que te lastimaba con mi agarra no sabes lo que es el dolor pero ahora lo conocerás maldita bruja te regresaré a los infiernos- nuevamente su bestia sale relamiéndose los labios por el deseo inacabado de la sangre fresca.

Las garras en uñas se clavan en la muñeca de la humana que sujetan con fuerza levantándola unos centímetros del suelo, obliga a que le mira directo a esos ojos enloquecidos llevándola nuevamente sobre aquella pared, su cuerpo presiona el de ella, soltó el agarre llevando la huella de la sangre a los labios de él lamiéndola -Dulce, como dices que te llamas esclava? Tamina no es tu nombre era como dijiste, Maika verdad?, Bien Maika alguna petición antes que te mate- ríe. Desde el fondo de su ser emana una risa malévola y fría.

por **Maika Morozkova** Miér Mayo 13, 2015 12:10 am

E tenido un sueño, no se que día es ni donde estoy y se que eso es lo que menos importa, no estoy segura pero creo que se quien soy, él ha pronunciado mi nombre mientras sus manos tocan las mías y sonríe entre gaitas, el sonido de las flautas y las demás personas que bailan a nuestro alrededor. Sus ojos, profundos, café, que me miran con adoración. La ropa que llevo puesta es elegante, un collar con esmeraldas, unos pendientes que caen con la misma gema y un extraño anillo en mi dedo con dos letras M's, no parece España pero me siento en casa.

La música deja de escucharse, aquellos dos que se parecen a mi arrastran, se lo están llevando. ¿Porqué? ¿A donde lo llevan? Él es inocente...

Todo se vuelve obscuro, hay gritos, hay dolor y sangre. Mucha sangre junto al cuerpo de él, sus ojos me miran vacíos. Su cuerpo sin vida... No, es imponible que esto haya sucedido.

Solo fue una pesadilla. Debió ser una pesadilla...

España, 1800

Furioso, un demonio se yergue ante ella arrancando un beso sabor a muerte y devastación, su mente se cuartea al contacto de los labios, se queda rígida, no hay recuerdos en su mente, puede que ni en su cuerpo de la violación que jamas sucedió, aun así su mente juega con ella dejando que crea todo es verdad, quebrando un poco mas mientras el hombre continua el monologo barato sádico de reproche y cinismo, pues ahora así lo cree. Un atizo de cordura le deja claro que no es la única que esta mal de la cabeza. Distintos motivos, destinos, decisiones pero un mismo camino, un mismo fin.

Arrojada al lodo como títere sin voluntad propia, el fuerte eco de un tambor da tono a su corazón en acelerado palpitar bombeando sangre, en su cabeza espasmos dolorosos de su vida olvidada llegan como rayos en una noche de tormenta y como sucede en ese preciso momento, las gruesas gotas de lluvia hacen acto de parecencia.

Ni una gota de paciencia o piedad posee el hombre, solo fría e ira liberada a cada ademan y palabra, cada expresión mientras ella se mantiene callada, solitaria dejando que su cabeza termine de girar los engrandes necesarios -Esclava pero no de usted- rechina los dientes enterrando aun mas las garras por uñas. En su rostro no hay ni pizca del miedo, ni de la confusión que expresaba hace unos minutos.-Juega un juego peligroso Señor- la voz de ella es fría, con el fuerte y notorio acento del norte europeo, distinta a la voz y suave voz española que a usado en todo momento. Moviendo el brazo dejando en un L gira dándole la espalda dirigiendo un golpe con el codo de lleno al cuello. Una vez libre se toca la cadera y piernas busca las armas que no porta. -¡Esta esclava Esta a punto de matarle!- Es notable que no teme al hombre, pone una posición en guardia preparada para la lucha cuerpo a cuerpo.

El rebote de aquella bolsa vieja le des concentra. Se pregunta porque lleva tal cosa y ese simple atisbo de duda le provoca una fuerte punzada en la cabeza, llevándose la mano a la cara, tonando la cien y la cicatriz. El fuerte dolor regresa como una bala y ella aguarda regresando a su posición de batalla soportando.

por **José Alfonso De Castilla** Lun Mayo 18, 2015 10:02 pm

España – Madrid

Oscuras Calles

Un golpe, eso fue todo lo que logró hacer la mujer propinarle golpes a alguien qeu no sentía, no, para José Alfonso aquello fue la mayor ofensa, tocar así a un monarca, pues él no era cualquier joven de la corte, no, él era un Rey, el REY de España y haría su voluntad sobre aquella mujer quisiera ella o no, y era mejor para él si ella no quería porque así le gustan más las cosas a su manera. Dejó que ella hiciera todo su teatro, incluso fingió caerse lo que el provocó una risa, como le gustaba la sangre cuando estaba en su punto de adrenalina y miedo ella lo tendría todo a la vez. ¿Todo?. No solo lo que él quería tomar.

Era hora de hacer gala de su condición, antes de que ella se le ocurra asestar otro golpe, se puso de pie con gran agilidad y su mano se cerró sobre el puño de ella apretándolo con fuerza, casi sentía y oía el crujir de los huesos, la otra mano la colocó alrededor del cuello de la mujer alzándola del suelo y lanzándola a lo largo del callejón, corrió y la atrapo entre sus brazos mostrando sus colmillos y ahí la dejó caer al suelo justo sobre un charco de agua y lodo —Dices que eres esclava pero no de mí, eso cambiará ahora, tú serás mi esclava, si yo digo salta tú dirás “que tan algo mi señor”, si yo digo ladra tu solo lo harás, no responderás ni te quejarás ni nada saldrá de esa boquita o te entregaré a la policía diciendo que me has robado y que he sufrido un intento de asesinado de tu parte, nadie va a creerte, más que a mi— comenzó una risa subida en varios tonos que rayaba en macabra y sombría, una risa gutural que solo era opacado con el brameo de los cielos.

Se acercó a la muchacha con ese brillo de maldad en sus ojos, en su cabeza flasehaban un sinfín de situaciones en donde en cada una ella tendría que bajar la cabeza y seguir sus órdenes para así olvidar que era aquella mujer que lo sedujo y luego lo dejó; sus dedos rozaron la piel de la mejilla humana, aquella mancha la borró con sus dedos, acercó su rostro al de él a escasos centímetros viendo al furia en su ser, iguales pero diferentes, y entonces, entonces. La besó, primero fue lento la unión de los labios, suave exploración en la carnosidad de los mismos y poco a poco se fue convirtiendo en algo más apasionado, sus manos se acunaron en las mejillas de ella evitando que apartara el rostro haciendo más profundo el beso tanto que sintió la lengua de ella mezclarse a la suya, entrando completamente a su boca para recorrerle con la punta de su lengua todo su cavidad, succiona la lengua y es ahí cuando sus colmillos se clavan en la extremidad que emana un sabor metálico.

Clava nuevamente los colmillos esta vez en el labio inferior de la muchacha solo para ver su vida, aquello que oculta que y que anhela saber, ¿verdad o mentira? —Estás lejos de casa Maika ¿qué te trae por España? Será por tu familia, que linda niña has resultado, una gran hija y sobre todo una gran persona como lo son en tu familia ¿verdad?— va a atormentar su mente discordante lo que le causa mucha gracia. “Yo también se jugar este juego y puede ser de dos, esta partida, el ángel y el demonio”. Frota sus manos contra si mirándola con ese desdén y desprecio, solo por tener la figura de ella lo desquicia y lo vuelve loco, lo exaspera y lo seduce nuevamente. Ella es una tormenta mezclada con truenos y fuego —Ven vamos, dame tu mano Maika— extiende la mano amiga sin dejar el semblante de su ceño fruncido por verla sucia y maloliente pero le causa gracia igual ello.

—Has bailado con el diablo alguna vez ¿Quieres hacerlo Maika?— pregunta, una que está cargada de sugestión y retórica solo para confundir a la mujer aún más.

por **Maika Morozkova** Sáb Jun 20, 2015 10:33 pm

… No se que día es, no se que año, no se ni como es que escribo, mi mente navega entre aguas pantanosas, recursos o sueños, en verdad no tengo idea. No se si lo que vivo es real o solo es una ilusión una vaga y extraña realidad que desaparecerá en cualquier momento.

Mientras escribo sentada en una de las esquina miro a una pareja pelear, ella abofetea al chico y él le toma de la cintura sosteniendo con fuerza sus manos evitando otro golpe, ella forcejea, se mueve molesta, los cabellos le vuelan pero él la besa, apasionado, deseoso, callando sus reclamos demostrando que puede doblegarla con un poco de … … …

… … … a vuelto a pasar, no se que tanto tiempo perdí la conciencia, mis notas me permiten saber que hacia aquí pero los amantes ya no están y yo solo logro acurrucarme mas en el piso tapándome con la manta intentando dormir hasta que el sr. Sol me despierte y deje de saber quien son una vez mas.

España, 1800

Dedos rosan la pálida piel manchada de lodo, creando con esa “sutil” caricia que la mente de la joven toma mal, muy mal dando otro giro inesperado a su conciencia y percepción recordando unos cálidos labios ansiosos que se abren paso en busca de la lengua fémina -¿Por qué me mira con tanto odio mi señor?- le cuestiona en tono de voz bajo, condescendiente y aristocrático ante de ser besada. No comprende ni una minima parte de lo sucedido, lo que sucede y lo que sucederá, esta tan acostumbrada a perderse en los hilos del tiempo, en los segundo y días que no hace mas que responder el beso de aquel demonio encarnado con avidez, locura apresurada al suspirar en busca de oxigeno cuando le es posible sin separarse de esos labios que la arrojan a pedir y exigir mas… al ser mordida rasgando la palida piel de la joven, esta siente el éxtasis recorrer su voluptuoso cuerpo escondido debajo de los pocos metros de tela que cubren su cuerpo.

Se pierde en humo que cubre sus ojos dejándola perdida entre el mundo que pisan sus pies y aquel que el hombre frente a ella le muestra.

¿Verdad o mentira?, acaso su palabras son verdaderas -¿De qué me habla?- no comprende con los ojos empañados en deseo sin recordar que tan solo unos minutos antes se ha abalanzado atacándolo -Estoy en cada, España es mi casa, mi hogar, la tierra que me vio nacer, crecer y… … o es mentira- Lame los restos de sangre de su boca con la punta de la lengua, callada, intentando que su mente coopere y le de paz y serenidad permitiéndole recordar. Toma su mano cual esclava buscando algo en la mirada masculina que ni ella comprender sabe qur que es -¿Acaso eres el diablo?- Mira cada facción, cada furioso esto, eso es, es un demonio, el mismísimo diablo… y desea saber mas o al menos por lo que le queda antes de que no sepa una vez mas ni siquiera cual es su nombre -No seré especia, simplemente seré una mas… ¿Que es lo que desea de mi y porque? Teniendo a tantas mujeres en este reino que agoniza me mira y ve a alguien que ya no está aquí… No juegue con aquello que no podrá controlar - Toma el rostro del hombre desesperada en busca de aquel contacto intimo entre ambas cavidades pegándose al helado cuerpo del hombre -Si, quiero bailar pues en esta vida hay que vivir antes de perderse en la de otra persona… entre recuerdos… baila conmigo demonio antes de que el tiempo sea mi mal benefactor y arrebate mi antencion hacia ti mi príncipe obscuro - Llama al hombre pues eso ve en él, alguien extraño, pero señoria… sin saber que trata con un rey obscuro, amargado y carcomido por el veneno de muchos malos días.

Respira entrecortada, callada descifrando al hombre, no, al diablo frente a ella.

por **José Alfonso De Castilla** Sáb Jul 18, 2015 8:10 pm

España – Madrid

Oscuras Calles

La reacción de la muchacha fue lo menos esperado por el Rey, aquel ser oscuro que estaba acostumbrado a doblegar a los otros por la fuerza y ella parecía el simple cordero del sacrificio, pobre alma que se entrega a las llamas del sufrimiento por cuenta propia. Las manos frías de la muerte temblaban por atrapar aquella alma que confiada se entregaba ¿por qué? Ojos incompresibles la observan, con una mezcla de, ¿confusión? ¿Deseo?, claro que era deseo porque aquel ser oscuro deseaba el cuerpo de la mujer, pero, por una sola razón. El pasado.

La voz de la mujer era otro, no era ella aunque tenía su apariencia. Para José Alfonso, el Rey de España aquella impostora solo era un cuervo imitador de recuerdos, aún estaba unido a su piel mortal, como la odiaba por ello. Su cercanía le provocaba una enorme repulsión, su aroma era nauseabundo pero sus ojos parecían el claro cielo junto al sol. El pequeño toque lo enfureció tomando del cuello a la mujer pero sin apretar demasiado el agarre, solo dejó que sus dedos tocaran la piel junto a la tráquea, tan fina, tan delicada, tan volátil —No me toques otra vez, que no ves que eres indigna de tocarme?, que no sabes quién soy niña, soy Tu Rey al que debes respetar y besar el suelo que pisa, no cualquiera puede tocarme, apestas a deseo, eres asquerosa mujer— la besó con tanto deseo por el sabor de su sangre que tomó las manos de ella llevándola contra la pared donde sus manos tomaron la de ella, sus pulgares rasgaron las palmas femeninas, un ligero rayón para en segundos tomarla de la cintura con su diestra para dejar a la homónima tomar la diestra de la joven.

El Vals había comenzado, uno donde el bien y el mal se encuentra pero sin haberlo deseado —¿Cómo es tu nombre?, oh cierto es Maika. Maika estas segura que España es tu hogar, estas tan segura de que esa pequeña mente que tienes no te ha engañado— los pasos torpes con los que se encontraba José lo irritaban pero a la vez le hacían reír, su risa era de burla de imcompresión —Acaso nunca en tu asquerosa vida has bailado— la sujeta más fuerte de la cintura mirándola a los ojos, obligando a la mujer que lo mire, llevándola en la danza más siniestra de la noche, gira con ella en brazos, dos pasos hacia atrás y adelante, otro giro y termina por soltarla, prácticamente empujándola de sus brazos —¿Y por qué no tú? Claro, ya veo, sabes tu lugar en este mundo mujer, pero no sabes que debes estar bajo los pies de tu Rey. No te sientas especial que no lo eres, simplemente quise hoy algo diferente de esta tierra, algo menos contaminado con muerte. Humana tonta creyéndote especial, una escogida, no lo eres y nunca lo serás, no eres ella recuérdalo bien estúpida— con desdén y superioridad la observa

Se limpia la ropa como si de alguna especie de suciedad se le hubiera pegado. Alza la mirada con una sonrisa macabra en los labios, en segundos desaparece de la visión de le mujer para aparecer tras de ella tomándola de la nuca tirando sus cabellos con fuerza hacia atrás, sus diestra se posa sobre el cuello tensado saboreando el correr de la sangre, de aquella vena principal —Si, soy el mismísimo demonio, el ángel caído, el señor del infierno, si es así, entonces ¿Por qué no me vendes tu alma, Maika? Regresa a ser lo que eras, porque no eres Tamina y no eres ésta sucia mujer— sus colmillos rozan la piel quebradiza del cuello, desea lastimarla, romperla hasta hacerla polvo en el tiempo, hasta que se olvide de él, hasta que lo recuerde o mejor dicho hasta que él se olvide de todo.

La toma del brazo tirándola fuerte de este, sus uñas en garras se clavan en la piel al punto de rasgarla.

por **Maika Morozkova** Lun Sep 21, 2015 12:01 am

Frio… he tenido un suvenir extraño, había nieve cayendo por todo mi alrededor, el frio viento que sopla calaba por todo mi ser adentrándose por debajo de mi ropa, acariciando mi piel desnuda, sonrojando mis mejillas y coloreando un poco mis labios de un ligero tono violáceo, el cruel clima impregna de una forma en la que mi cuerpo parecía estar acostumbrado, es realmente extraño, ya que en ninguna parte de España el blanco manto del invierno azotan con tal ferocidad. La flora estaba cubierta de un blanco espectral, el lago frente a mi está completamente congelado… solo hay frio… un frio blanco, pálido y mortal… me recuerda algo, algo importante, algo que se aferra en el fondo de mi mente.

Pálido, mortal y frio… las blancas cuchillas desgarrando la carne perforando con una facilidad increíble. Decimado simple, demasiado fácil ¿Quién eres? ¿Qué eres? ¿Qué le aras a ella? ¿Su destino…? Completamente certero. Adiós pequeña “Maika”…

… mi rostro es su rostro y el rostro de él es el mismo del demonio que atormenta mi vida.

España, 1800

Se pierde en humo que cubre sus ojos dejándola perdida entre el mundo que pisan sus pies y aquel que el hombre frente a ella le muestra. ¿Pasado? ¿Presente? ¿Fututo? Un destino, acaso ella lo sabe, acaso comprende el alcance de esa palabra que las garras de aquel demonio - ¿Indigna mi señor? Tan indigna que me esta tomando, me esta besando y me esta tocando…- no puede lees los movimientos del hombre, sus expresiones ni sus sentimientos, solo hay muerte y destrucción. [/color] [b]-

por **José Alfonso De Castilla** Dom Oct 18, 2015 10:59 pm

España – Madrid

Oscuras Calles

Ojos atónitos fue todo lo que la mujer consiguió, eso, seguido de una fuerte risa. La diestra del monarca agitó los cabellos mientras reía, su rostro se deformó macabramente al acto seguido, se estaba burlando de la mujer de la misma manera que ella lo hacía con SU señor.

Se acercó a ella con sus filosas garras elevando con estas el rostro de ella, clavó esa filosa uña en el mentón de la mujer para ver aquellos ojos de mentiras y engaños. Su sonría la quería dejar grabada en el rostro de ella, por ello cuando la tuvo enfocada tomó de sus mefillas con los dedos al punto de sentir como crujían los huesos del rostro. Ese sonido, aquel sonido era todo lo que el necesitaba para llenar su castillo oscuro. Lamió el cuello de ella rozando los colmillos nuevamente, el sonido de su voz es un eco muerto, rasposo como si fuera de las entrañas del abismo —Y crees que eso te hace especial niña— la toma del brazo nuevamente para dejar su huella en la piel de la frágil humana.

La arroja al suelo con toda su fuerza sentándose a horcajdas sobre ella, le toma las muécas por encima de la cabeza de la chiquilla riéndosele de frente —Acaso olvidas tu posición frente a un monarca, estúpida. Solo eres un alimento más para mi, un insecto insignificante al que puedo aplastar si me da la gana, al que puedo comer si deseo y lo mejor de todo es que no tengo que darte explicaciones de ello— las manos liberan las de la dama acercándose peligrosamente al cuello de ella donde se toman con fuerza de la vida —No eres nada, deja de creerte especial. Di que soy tu amo, di que soy tu señor y arrodíllate ante mí, pídeme clemencia por tu vida, Anda déjame ver ese rostro asustado suplicando por tu patética vida mortal—

Los ojos con que aquella mujer lo mira no son los de ella, no son los de su dueña si no de la sombra del pasado, la sombra de un muerto que jamás volverá.

Ello lo impacientó al punto de levantarse antes de arrancarle la vida a la mujer, se limpio con asco el haberla tocado, con repugnancia la observaba —Me has ensuciado inmunda mujer, y pagarás por ello, pero recuerda algo insecto; tú no eres ella y nunca lo serás ahora mismo no olvidarás esto estaré en tus pesadillas como el monstruo de cuento de niños, ese será tu maldición— “pero aún sigo aquí hablándote” —Vagarás por las calles sin sacarte mi imagen de la cabeza, suplicarás en sueños y siempre tendrás la misma respuesta una risa de mi parte—.

Utiliza una de sus habilidades, la persuasión para dejar aquella orden clara en la mente de la humana, se clava en los huesos de ella, en su subconsciente hasta quedarse ahí en lo más oscuro de su ser, aguardando sigilosamente.

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Land of the Dead {Maika}

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