Little things [ Akari Tanaka]

por **Liev Furtwängler** Mar Dic 23, 2014 6:28 pm

“Merecemos la vida, dándola”
Tagore

Se oía el viento susurrar sobre el agua aquellas canciones que solo la naturaleza puede interpretar, aquellas pequeñas ondas sobre el agua deformaban la forma de la luna perfectamente circular. Liev se encontraba allí, de pie a tan solo algunos pasos del agua. Su cara no expresaba absolutamente nada más que aquel vacío en su interior, la soledad. Habían pasado ya varios años desde aquel accidente que arrancaría su familia del paisaje, y, sin embargo seguía viviendo cada momento del ataque, cada día un poco más fuerte, un poco más dentro de su corazón que sentía el dolor y no podía detenerlo. Adentró su mano izquierda en el bolsillo del pantalón tan solo para estrujar con sus dedos aquel reloj de su padre, mientras con su mano derecha tomaba el collar de su cuello. Cerró los ojos con fuerza mientras se dejaba llevar durante unos segundos.

-Quizás sea tiempo de dejarlo ir…- Susurró por lo bajo mientras una pequeña lágrima recorrió su rostro hasta perderse entre su barba. Sus ojos brillosos resaltaban con la luz de la luna como si estuviese ayudando a limpiar el pasado. Inhaló profundo para dar un gran suspiro. No había nadie a su alrededor, o no parecía haberlo. Dio varios pasos al frente para acercarse al lago. Se detuvo solo para observar su reflejo y verse junto a sus padres, una mera imagen de lo que algún día fue su vida. –Los extrañaré- susurró al mismo tiempo que una de sus manos rozaba la superficie del agua y desvanecía el reflejo de su pasado. Una sonrisa se dibujó en su rostro mientras cambiaba de posición para poder sentarse frente al lago. Se quedaría por ahí un largo tiempo, admiraba la naturaleza y todo lo que significase paz, y, en aquel lugar la tenía en abundancia.

La noche parecía estar a su favor, la brisa enfriaba su cuerpo y su mente. El agua tranquilizaba sus pensamientos turbulentos. Sentía como aquella noche especial quería decirle algo, quizás lo preparaba para algún suceso inesperado. Liev sabía que la vida tiene muchos planes para cada uno, más sabio es aquel que conoce los caminos a escoger antes de realmente transitar uno. -¿Qué me tienes preparado?- Enunció mientras cerraba los ojos nuevamente.

por **Akari Tanaka** Miér Dic 24, 2014 2:52 pm

Me encontraba paseando cerca de un lago mientras me limpiaba mis labios manchados del rojo de la sangre humana. Ya me había asegurado de que nunca econtrasen el cadáver, y aunque lo hiciesen que nunca me descubriesen a mi como culpable.

Me acerqué un poco más al lago para limpiarme el rojo que aún poseían mis manos. Ese rojo tan lleno de vitalidad, el rojo que todos los vampiros quieren y necesitan como alimento. Yo no sabía el porqué era tan necesario, tan solo sabía que sin ella moriría y aún no quería morir, tenía muchas cosas a las que jugar y muchos amiguitos que hacerme.

Seguí paseando a orillas del lago hasta que a lo lejos pude visualizar una figura humana desde lejos. Me acerqué un poco más a aquella figura llevada por la curiosidad. Sabía que haciendo esto podría estar en problemas, ya que aquella no era una persona normal, mas no me importaba, podría resultar hasta divertido.

-Hola- Dije sonriendo una vez que estaba o suficientemente cerca esperando que no me atacase o se escapase -Antes de que hagas nada te digo que no vengo con intención de atacarte, solo quiero hablar porque me aburro- Y era la más pura verdad, no sabía que hacer en estos momentos, así que no me parecía mal ponerme a hablar. A demás no le veía nada malo a que una niña intente hacerse amiguitos, sea de la raza que sea ¿o estoy equivocada? a demás, si un humano puede hacerlo yo también, soy igual de niña que ellos.

Me acerqué un poco más a él sonriendo, más mi cara ahora no era la de una asesina, tan solo la de una pequeña niña con ganas de conocer a un nuevo amigo. Si una persona normal me viese ahora me confundiría por una niña normal si no fuese por mi pálida y fría piel.

por **Liev Furtwängler** Vie Dic 26, 2014 11:21 am

Lo sabía, sentía una presencia en aquel lugar. Una criatura de la noche rondaba por el paisaje. Liev sabía defenderse muy bien contra ellos, no se preocupó en buscarle, simplemente quería paz y la obtendría. No pudo evitar que su inconsciente calculase todo. El viento comenzó a azotar con fuerza y borró las siluetas sobre el lago. Era claro que la tranquilidad del lugar se había esfumado, sin embargo el aire no parecía tener tensión alguna, había una extraña sensación, un aura de juventud ¿era acaso eso posible en un inmortal?

Escuchó aquellas palabras, penetraron sus oídos con filo. ¿Era la voz de una niña?, ¿por qué una niña había sido transformada en vampiro?, ¿lo buscaba como presa y por inexperiencia se había atrevido a ir contra un hechicero? Varias preguntas recorrieron su mente en algo así como dos segundos. Volvió a escucharla hablar, sus palabras denotaban dos posibilidades, la primera: Una mentira, quizás hasta intentaría atacarle por la espalda…lo que llevaba a la segunda posibilidad: Realmente buscaba hablar, de otra forma hubiese intentado algo por su espalda sin delatar su presencia. Liev observó de reojo su reflejo, inhaló una gran bocanada de aire y suspiró antes de hablar con aquella tranquilidad que lo caracterizaba a la hora de ser diplomático.

-Creerte es difícil, pero haremos una excepción. ¿Quieres hablar? Hablemos, parece ser que tendremos una larga noche.- Dijo sin siquiera darse vuelta. Terminó de tragar saliva para girarse sobre sí mismo y mirar aquellos ojos. Y, sin darse cuenta, sus habilidades entran en juego nuevamente, siente la confusión, la curiosidad, la pureza de aquel ser, ver para creer. –Pero si es una niña- Retumbó en su mente. Sus ojos cobalto lograron enmascarar la sorpresa. Se puso de pie. No bajó la guardia en ningún momento, sin embargo tampoco trataría a la niña como si fuese una asesina serial consiente.

-Mi nombre es Liev Furtwängler, ¿cuál es el suyo señorita?- Dedicó una leve sonrisa, apenas visible mientras esperó la respuesta.

por **Akari Tanaka** Vie Dic 26, 2014 4:10 pm

El chico había aceptado hablar conmigo y eso me ponía muy feliz. Sonreí ampliamente cuando me miró ¡Por fin conseguiría no aburrirme esta noche! -No sé si será larga o corta ¿Tú cómo lo sabes? ¿Tienes un poder que te dice que tan largas son las noches?- Pregunté, curiosa ¿Cómo era posible que supiese eso? ni yo sabía cuando había noches cortas o noches largas y llevaba... ¡8 años viviendo en ella! Ahora que lo pienso... llevo más años viviendo como vampiro que como humana, 8 es más que 7, no mucho, pero un poquito sí.

Aquel hombre me dijo su nombre -¿Lief Futgangler?- Repetí lo que había entendido -¡Ese es un nombre muy raro! No lo puedo pronunciar, mira: Lief Fut... Fut... ya se me olvidó porque es súper raro- Me quejé -¿De donde es? ¡Seguro que viene de más allá de las estrellas!- Estaba exagerando y lo sabía, o puede que no. De todos modos no sabía que había más allá de la estrellas ¡Quizás había otros sitios con personas! o quizás solo nada. Bueno, lo acabaría descubriendo, tengo una eternidad por delante.

-Casi se me olvida, mi nombre es Akari Tanaka ¿A que es fácil de pronunciar? Mira: A-ka-ri Ta-na-ka- Me salía acento Japonés al pronunciar mi nombre, pero se entendía bien -Y no vengo de más allá de las estrellas como tú, yo vengo de un sitio que se llama Japón y está atravesando todo eso- Señalé a un punto en el horizonte Tienes que seguir todo por allí hasta que veas un gran mar, luego lo tienes que atravesar y verás tierra y allí estará. Se tardan meses en llegar, yo llegué con mis papás y no nos perdimos ¿Sabes por qué? Porque mi papá llevaba un mapa enorme enorme que nos decía por donde había que ir. Y es que mi papá era muy listo, si hubiese venido solita me habría perdido porque no habría llevado un mapa para no perderme ¿Tú llevas mapa cuando vas a hacer viajes largos? Si no tienes te presto yo uno, el de mi papá no, pero tengo otro- Le conté y pregunté alegre.

Me senté en el suelo y metí mis piececitos en el lago -¿Sabes que? Me encanta estar cerquita de un lago con una persona mayor cerca, me recuerda a cuando venía aquí con mis papás y mi papá me intentaba tirar al lago mientras mi mamá reía ¡Pero yo nunca me rendía! y me vengaba de él ¿Sabes como? Pues me iba con mi mamá un poquito, y cuando mi papá estaba distraído lo tiraba al agua, era muy divertido- Dije entre risas a recordar esos momentos de mi vida.

No tenía ni idea si al chico le interesaba o no todo lo que le estaba contando, pero yo se lo contaba igual -¿Tú también tienes historias divertidas de tus papás? Yo tengo muchas porque mi papá era muy gracioso- Decía todo el rato "era" porque no sabía si estaba vivo o no, y al fin y al cabo hacía 8 años que nos los veía, seguro que ni se acordaban de mi.

por **Liev Furtwängler** Vie Dic 26, 2014 5:18 pm

No pudo evitar que se le escapara una sonrisa al oír tantas preguntas en tan poco tiempo, aquella inmortal poseía la mentalidad típica de una niña. Liev llevaba varios años sin hablar más de unas pocas palabras con todo el mundo y ahora de la nada aparecía una niña que parecía un libro abierto a lectura con ansias de conocimiento…pero mucha inocencia, lo cual podía ser un peligro para ella misma. Dejó salir una risa al oír como intentaba pronunciar su nombre, ciertamente ser alemán en aquella ciudad era algo complejo, siempre era necesaria una explicación del apellido/nombre.

-Intentaré responder de a una las preguntas, y, luego te cuento.- Hizo una pausa para acercarse a la orilla nuevamente, cerca de la inmortal más no tan cerca, una distancia normal. –Liev Furtwängler- Su típico acento alemán surgió con naturalidad. –Pero es más simple si me llamas por León, que es el significado de mi nombre- Marcó otra pausa, el viento se calmó poco a poco –Vengo de Alemania, que queda más allá del horizonte. No es necesario atravesar mucha agua para llegar, eso seguro.- Hizo una breve pausa, tuvo que calcular como pronunciar el nombre de la chica, la mezcla de acentos era peligrosa. –Akari, vaya lindo nombre- Enunció aun mirándola, no quería perder aquel contacto visual, ella, sin saberlo le decía más de lo que creía.

-Escuché hablar sobre Japón, nunca conocí a nadie de por allí. Así que eres la primera, un gusto señorita Japonesa. Tengo un mapa en mi cabeza, y, si llegase a perderme…la naturaleza es mi guía- Quizás demasiada información para una niña, no esperaba que entendiese los principios de la hechicería cuando parecía que no hace mucho era una humana.

Liev se mantuvo en silencio, aquellas últimas palabras habían dejado al hechicero en un trance mental, del que se liberó a los pocos segundos. –Es peligroso estar por aquí solo en la noche, no importa lo fuerte que uno pueda ser, siempre es bueno estar con alguien que pueda cubrir nuestras espaldas…- Paradójico cuando él mismo sabía que estaba solo, sin nadie más que él mismo.

-No recuerdo mucho a mi familia, recuerdo que mis padres nunca tenían mucho tiempo para divertirse conmigo, fue un poco aburrido ser un niño para mí.- Quizás, era la verdad más dura que jamás había confesado. –¿Era muy gracioso?, ¿Acaso le pasó algo?- Preguntó quizás con un dejo de preocupación. –Y no tengo poderes para saber qué tan larga será la noche, mis habilidades son para otras cosas más divertidas…simplemente presiento que será larga, ¿tú no tienes presentimientos de ese tipo? - Finalizó con una sonrisa.

por **Akari Tanaka** Sáb Dic 27, 2014 12:44 pm

Repitió su nombre, pero yo preferí llamarle León, era un nombre mucho más fácil de pronunciar que Liev -Entonces te llamaré León como al rey de la selva- Sonreí ¡Tendría un amiguito que es el rey de la selva! Y eso me hacía mucha mucha ilusión.

Luego empezó a responder cada una de mis preguntas. Dijo que venía de Alemania, yo no conocía Alemania, pero por lo que sabía era un sitio en el que hacía más frío que aquí y nevaba mucho ¡Algún día tenía que ir a visitar Alemania! Seguro que había muchos sitios divertidos para jugar ¡Y puede que hubiese un parque de atracciones que cerrase tarde y así podría ir yo! Nunca había ido a ninguno y me hace mucha ilusión el solo hecho de pensar que podría ir.

Ladeé la cabeza sin entender -¿La naturaleza es tu guía? ¿Puede guiar la naturaleza?- Me giré mirando al bosque -Naturaleza ¿Sabes cómo ir a un sitio divertido?- Como esperaba no hubo respuesta -¡No es verdad! La naturaleza no te dice nada- Fruncí el ceño disgustada ¡Me había intentado engañar! Pero se lo perdonaría porque León me estaba cayendo bien.

-No sé si les pasó algo o no... Hace 8 años que nos los veo, ni siquiera sé si se acuerdan de mi. Aunque a veces miro a las estrellitas y pienso que al menos, si siguen vivos estarán viendo ellos también las mismas estrellitas, y si están muertos pues ellos serán 2 estrellitas en el cielo que me están cuidando desde el cielo y que me dicen: "No dejes que te maten, nos da igual lo que seas ahora, te queremos, así que tienes que vivir"- Respondí a una de sus preguntas. Me quedé pensativa un rato para la siguiente -¿Te refieres a como cuando siento que una noche va a ser divertida como lo será esta o como cuando siento que estoy en peligro?- Pregunté -Bueno, de todas formas no importa, tuve ambos presentimientos- Añadí.

-Oye, dime una cosa ¿Tus papás siguen vivos?- Sabía que no debía preguntar eso, pero me daba curiosidad -Porque si murieron y te sientes solito no te preocupes, no estás solito, tus papás siempre te ven y te animan desde las estrellas y te dicen: "¡Venga, no te rindas!" aunque saben que no los escuchas- Alcé la vista al cielo -Como mis papás. Si una noche te quedas muy muy calladito seguro que los escuchas animándote- Sonreí y lo miré de nuevo -A demás tus amiguitos de la tierra siempre están a tu lado si te pones muy triste, y si no lo hacen es que no son buenos amiguitos- Le conté para explicarle que no estaba solito en la tierra -Ni tampoco estás solo hoy, yo estoy contigo y te considero mi amiguito- Era la verdad, para mi era mi amigo.

Empecé a buscar en mi bolsito y saqué un peluche marrón con forma de osito y se lo di al chico -Toma, así no estarás solito más. El peluche se llama Kuma y es mi segundo peluche más favorito, me lo dio mi mamá, así que cuídalo bien- Sonreí -Ya sabes, Kuma, tienes que hacer que León no esté solito nunca más- Le advertí al peluche.

Kuma:

por **Liev Furtwängler** Dom Dic 28, 2014 2:00 pm

-León está bien- No pudo evitar dejar salir una risa cuando Akari pidió a la naturaleza por un lugar divertido, se dibujó en su rostro una sonrisa inconsciente, aquellas que uno no ve venir y le hacen poner esa cara de “tonto” tan característica. –En realidad no funciona de esa manera Akari, si quieres te explico, pero tendrás que prometer que guardarás un secreto- Dijo mientras caminaba para acercarse a una de las plantas que habían en la periferia del lago. Susurró unas palabras en latín y de ella emergió un pimpollo de varios colores.

Liev había escuchado mientras se concentraba, y, por primera vez en dos años había quedado sin palabras. En su interior aquella batalla que había casi que destruido lo que era se había silenciado. Aquella niña había dicho lo que justamente él creía. Sin embargo contribuía a su shock la respuesta a su pregunta, los niños siempre eran inocentes y parecía ser que una transformación de ese tipo tampoco creaba grandes cambios en la forma de pensar. Desvió su mirada, sus ojos se llenaron de lágrimas más ninguna logró recorrer su rostro, debía ser fuerte. El cielo comenzó a oscurecerse, algunas nubes comenzaron a ocultar la belleza de la luna y a los pocos minutos algunas chispas de agua de verano comenzaron a golpear el suelo y la superficie del lago.

Liev se giró al ver que se acercó a darle un regalo, sus ojos ya no estaban rojos, solo un poco brillantes, quizás sería suficiente como para delatarlo, quizás no. Ya no importaba porque quizás lo que esa niña le había hecho comprender era más que suficiente para no estar tan a la defensiva. Tomó el muñeco con sus manos, nuevamente esa sonrisa se dibujó en su rostro y lo único que quedó fue una mirada, la forma más pura de comunicarse.

Suspiró, sabía que tenía que responder. –Akari, ocho años son mucho tiempo, sin embargo no creo que te hayan olvidado, de cualquier forma, vivos o no. Nuestros afectos siempre nos acompañan, siempre están ahí de una forma u otra.- Pausó para mirar hacia arriba, las nubes seguían ahí, chispeando. – Mis padres no, no están más conmigo aquí. Fueron asesinados hace dos años, y, desde entonces estuve solo, bueno, hasta ahora.- Sonrió al mirar aquel peluche. –Muchas gracias por Kuma, yo tengo algo para darte, tengo que confiar en alguien y creo que eres la persona indicada.- Liev buscó en su cuello el collar, lo sacó y lo observó con cierto brillo en sus ojos. –Éste collar tiene cierta magia única, era de mi madre y ahora quiero que lo tengas Akari, ¿Puedo confiar contigo para cuidarlo? –

Sin esperar respuesta se acercó y se arrodilló frente a la niña para pasar el colgante por su cuello, el mismo debía de seguir caliente por su cuerpo, siempre le habían dicho que era una persona muy calurosa. –Es un relicario, todavía desconozco la forma de abrirlo, dicen que solo un corazón puro podía abrirlo al momento adecuado, si crees en las historias, entonces creo que en algún momento podrás saber qué es lo que se oculta en su interior-. Se puso de pie solo para acercarse nuevamente a la planta de la cual había brotado un pequeño pimpollo de colores. –La diversión de la naturaleza, está justo debajo de nuestras narices Akari.- Tomó el pequeño retoño en sus manos y el mismo se abrió en una flor hermosa. -¿Ves?- Extendió su mano esperando a que tomara la flor. Aquella noche había resultado mucho mejor de lo que jamás podría haber esperado. Sentía algo raro en su interior, sentía un alivio enorme.

Relicario:

por **Akari Tanaka** Miér Dic 31, 2014 11:02 am

Asentí -¡Claro que sí! Mis labios están sellados, soy una tumba- Lo segundo era bastante gracioso teniendo en cuenta que en realidad no estaba lo que se dice "viva" -Quiero saber como se habla con las plantitas, a mi siempre me ignoran cuando hablo- Por desgracia era cierto, siempre que les decía algo me ignoraban -No sé si será porque no soy humana- Encogí los hombros.

Aquel hombre me dio un collar, dijo que era el collar de su mamá. Lo mantuve en la mano mientras la cadena colgaba de mi cuello para poder verlo. -Claro que puedes confiar en mi, cuidaré muy bien el collar, ya verás, estarás orgulloso de lo bien que lo voy a cuidar- Respondí su pregunta sonriendo. El collar aún estaba calentito y era muy agradable, me daba pena pensar que pronto se enfriaría al estar en contacto con mi cuerpo.

-Entonces, si algún día lo descubro te lo diré para que tú también lo sepas- Le dije al escuchar su explicación sobre lo que era el collar y que en su interior se ocultaba algo, me daban ganas de abrirlo ahora, pero prefería esperar un poco hasta saber como hacerlo.

Me explicó como era la naturaleza y me dio una flor, yo la agarré feliz y abracé a Liev -Muchas gracias por los regalos, fueron muy bonitos- Dije mientras buscaba en mi mochila y sacaba un peluche con forma de gatito -Toma, mi peluche más favorito, es el último regalo que me hizo mi familia antes de separarme de ella- Dije, sonriendo -Se llama Neko y es un gatito de la suerte- Expliqué -Seguro que fue por él por quien pude vivir 8 años sin problemas, pero ahora es tuyo- Sonreí.

-León, esta noche es muy divertida ¿verdad?- Dije sonriendo -Pero lo sería más si conocieses algún lugar para jugar ¿Conoces alguno?- Había sido muy directa, pero era una niña y quería jugar, no lo veía como algo malo.

por **Liev Furtwängler** Dom Ene 18, 2015 5:48 pm

Liev se limitó a tomar aquel peluche en sus brazos y sonreír, ciertamente no esperaba que aquella noche le entregase tantas sorpresas. Hacía unas horas jamás hubiese bajado tanto la guardia, y, quizás aquella inmortal hubiese representado un peligro y, como todo peligro hubiese sido eliminado. Pero no, habían terminado siendo lo más parecido a amigos que jamás hubiese esperado. ¿Sería una señal de sus padres? Tarde o temprano lo descubriría, él sospechaba que la clave para poder abrir aquel relicario estaba en la esencia de aquella niña.

-Espero estar ahí cuando descubras como abrirlo, sino me contarás, lo sé.- Enunció mientras dibujaba una sonrisa en su rostro y se alejaba un poco para poder hacerse de fuerza para dejarlos ir por fin.

-¿Algún lugar divertido? Akari, eso depende de una sola cosa…¿A qué quieres jugar? Porque básicamente un hechicero y una niña así de especial como tú no pueden hacer nada sin llamar mucho la atención de otros seres de la noche...- Liev conocía muy bien los movimientos nocturnos, y si bien podría defenderlos en caso de cualquier ataque, no era un motivo muy válido para ir por ahí chorreando magia y hechizos. ¿O ese tipo de limitaciones eran los que lo habían aprisionado en esa soledad aquellos años? –Pensándolo bien, dime qué quieres hacer y podremos hacerlo en donde sea…buscaremos la forma. –

Sonrió mientras se levantaba las mangas de la camisa dejando expuestas las marcas en sus brazos. –Confía en tus instintos Akari, vamos a donde te lleven y veamos lo que podemos hacer…De los problemas nos encargamos cuando aparezcan, si se atreven a hacerlo-.

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