Devendra Vārānasī

Nacido como Míhail (Aleksándrovich) Sénnikov. Hijo de gitana y miliar ruso, se crió aislado de su comunidad, aunque continuaron conviviendo con ellos en los diferentes campamentos porque su madre, como gitana que era, tenía derecho a seguir allí. Devendra, por entonces aún Míhail, fue un niño curioso y callado, observador; quizá debido, precisamente, a la marginación dentro de un pueblo marginado.

A los dieciséis años el campamento gitano pasaba por la capital, y Míhail conoció a una joven de buena familia con la que compartió una intensa historia y de la que se enamoró. Pero, sabiendo que aquello no tenía ningún tipo de futuro, aceptaron la derrota del destino y separaron.



Durante un frío invierno el campamento gitano vagó hacia el sur, atravesando China, periodo durante el que su madre murió de tuberculosis. Cerca de la frontera con India, conoció a un swami, maestro espiritual hindú que le iluminó. Míhail, no sintiéndose parte de la comunidad, y sin punto de anexión a ellos, abandonó la comitiva y marchó con el gurú, quien se hacía llamar Sai Baba de Shirdi.

Los británicos poseían los derechos adminsitrativos de prácticamente todo el país en aquella época, cuyo control se aseguraron mediando obras ferroviarias, construcciones donde trabajaría un tiempo para ganarse el sustento que le permitiera recorrer la India de mano de Sai Baba. Aprendió los misterios del mundo según la cultura hindú y su filosofía introspectiva,
Míhail tuvo su primer sueño: Sai Baba estaba enfermo, aunque no mostrase ningún síntoma, ni llegara a mostrarlos hasta su muerte. El mediogitano le confesó su visión, sin tener claro si aquella era una profecía propia de los de su raza materna o tan solo una sugestión onírica. Sai Baba le creyó, y partieron hacia Benarés (Vārāṇasī en hindi).

La India llevaba sufriendo una larga sequía que había dejado los campos áridos y sin frutos, llevando a la población a una hambruna extrema. Sai Baba falleció cerca del Ganges, pero antes de morir, la lluvia comenzó a moldear el agua, y el ambiente se volvió respirable. Sai Baba, agradecido por avisarle de su muerte y por permitirle morir en Vārāṇasī, y así terminar con su ciclo de reencarnaciones, le renombró, bautizándole al modo cristiano con aguas del río sagrado, como Devendra, "aquel que cabalga las nubes". Míhail, a partir de entonces Devendra, tomó el nombre como habitual y adoptó el nombre de la ciudad que le vio "renacer" como apellido, desligándose así, completamente, de su vergonzosa ascendencia.



Tras la cremación de Sai Baba, Devendra trabajó como granjero en los alrededores de Nueva Delhi algunos años, hasta que finalmente se fue como capataz a las colonias británicas africanas gracias a un enlace militar. Éste enlace era un explorador inglés llamado John Walker, hombre culto y de mundo que enseñó a Devendra los conocimientos de la cultura occidental.

Tras muchos recorridos y contactos con diferentes pueblos, Devendra se había convertido en un hombre cultivado, tanto en ciencias teoricas como en los trabajos prácticos de labor. Aprendió varias lenguas, perdiendo su acento ruso nativo.

A partir de la treintena, los sueños proféticos se hicieron recurrentes Y el día que cumplio cuarenta, tuvo un gran sueño, muy ambiguo, pero que para él señalaba algo claro: París.