Roger Macgregor ID

por **Jong Bum Kim** Lun Dic 29, 2014 6:45 pm

DATOS BÁSICOS

▲NOMBRE DEL PERSONAJE▲

ROGER MACREGOR

▲EDAD▲

28 AÑOS

▲ESPECIE▲

HUMANA

▲FACCIÓN A LA QUE PERTENECE▲

NO CORRESPONDE

▲TIPO, CLASE SOCIAL O CARGO▲

CLASE REALEZA - BARÓN DE ESCOCIA

▲ORIENTACIÓN SEXUAL▲

HETEROSEXUAL

▲LUGAR DE ORIGEN▲

ARGIL, ANGUS, ESCOCIA

▲HABILIDADES/PODERES▲

GRUÑIR SI TE LE ACERCAS A MOLESTARLO.
SACARTE LA PIEL A TIRAS, SI TE ATREVES A OPINAR DE SU VIDA PRIVADA.

DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA

Hombre callado, que aprecia a las personas que no perturban su soledad, se ha vuelto placentero distanciarse de las reuniones sociales, de los compromisos aristocráticos, Aunque ni siquiera aquí en Paris, puede se un simple caballero, pues su título de Barón de Escocia siempre lo está poniendo al descubierto. Aun así a conseguido no llamar tanto la atención.

Amargado, ¿acaso un hombre que debe reconocer los despojos de su esposa, no tiene el derecho de reprocharle al destino la broma macabra a la que lo ha enfrentado? Si, le gusta ser amargado, porque de esa forma aleja a todas las señoritas que por piedad, por lástima, intentarían darle un consuelo que no quiere, o se les pondrían en sus cabezas la idea de lograr que él olvidara el único y verdadero amor que tuvo en su vida, no os confundáis, jamás a dicho que fuera su esposa el verdadero amor de su vida. Roger solo desea dejarse arrastrar, tal vez conseguir las fuerzas necesarias para acabar con su existencia, solo un ángel lo podía salvar, pero él, se encargó de cerrar las puertas al paraíso, por culpa, por miedo, por el que dirán, por intentar que su vida no se viera envuelta en una tragedia, que al final no pudo impedir. Por eso, por su terquedad en cerrarse al amor, descargar sus frustraciones en los burdeles o en el alcohol.

Por momentos iracundo, para terminar derramándose en lágrimas, arrepentido de tratar mal a las personas. Pero ese resquebrajarse, esos momentos en donde muestra su debilidad, su necesidad de ser cuidado y amado. Son escasas, casi nulas y la mayoría de las veces, se encuentra en total soledad.

Honesto, directo, de palabras duras y crítico. A pesar de ello, no descarta la posibilidad de pedir perdón si ve que ha malinterpretado las cosas, aunque pocas veces sucede.

HISTORIA

El tren se ponía en marcha. Roger, pensó que las millas que lo acercaban a su nuevo destino, eran las mismas que lo alejaban del dolor, de su pasado. Perdió su mirada en el paisaje que se extendía más allá del ventanal del vagón comedor. Allí sentado solo, agradeció a su sino el que en esos momentos el vagón se encontrara desierto. Desde hacía un tiempo a esa parte, odiaba tener que llevar una conversación, la gente era demasiado curiosa e inmediatamente se dedicaban a preguntar por cosas que él no estaba dispuesto en responder. Allí, en uno de los elegantes puestos, con su mesa de caoba con detalles en marquetería, los grandes ventanales, decorados con cortinillas elegantes y suntuosas, alumbrad por candelabros amurados a las paredes del vagón, y esperando con la mente distante el pedido realizado al camarero – un wisky seco en el que ahogaría las penas, la tragedia griega en que se había convertido su vida -, se embarcó en hacer una pequeña retrospectiva de los motivos que lo estaban dirigiendo a la ciudad de Paris, - ¿Huir? ¿Acaso alguien puede huir de su pasado? - sonrió con tristeza, nada podría hacer que borrara de su mente esa última mirada, aquella lánguida sonrisa, de la que fuera para él, la mujer mas bella en la faz del planeta. – si tan solo hubiera dicho las palabras adecuadas, si no la hubiera dejado partir, si hubiera viajado con ella, aquella mañana y permitido que todos se fueran al infierno... a un mi mujer... - existían tantos “ y si” que el corazón se le apretó en el cuello. Molestó, llevó su mano al nudo de su corbata, desajustó un poco y desprendió el botón que cerraba la impoluta camisa blanca. Cuantas veces había pensado que si no había hecho más, era porque en verdad había creído que la volvería a ver, que solo necesitaba las fuerzas necesarias para separarse de su mujer y correr a sus brazos. Pero entonces, la baronesa perdió su bebé y cayó en una depresión, culpándolos, a él y a su amada, de ser los responsables de la prematura muerte. Para tranquilizarla le juró, por lo mas sagrado que no volvería a verla, a buscarla, a intentar tener noticias de ella. Por unos días, pareció que la Baronesa había cambiado su actitud, aunque se mantenía distante y parca con él. Pero Roger pensó que con el tiempo, se le pasaría, pero no fue así. una mañana en la que el Barón tuvo que ausentarse del castillo por reuniones en el parlamento por apenas unas horas, su mujer se suicidaba tirándose del acantilado cercano a la mansión. Su macabro destino, había decidido, que aquella simple despedida, insulsa y fría, fuera el último recuerdo que tendría de ella,- porque no entendiste que a pesar de todo, a pesar de no amarte con toda mi alma... te quería y por protegerte dejé a quien amaba – pensó con tristeza.

Cerró los ojos, al recordar el momento en que hombres extraños, manipulaban sin piedad y como si se tratase de un pedazo de animal muerto, el cuerpo desfigurado de su mujer. Aun recordaba como las gotas de agua se mezclaban con la sangre que escurrían las heridas, los raspones, de ese modo tuvo que identificar a su esposa. Por su ropaje, sus joyas, y aquellos dorados risos que se pegaban a la cabeza, húmedos y rojizos por la sangre. Estoico, afrontó aquel trance, el entierro, las palabras de consuelo y la maldita misericordia, odiaba que se condolieran de él, que pensaran que sus falsas lágrimas, de algún modo, atenuaban su dolor, su culpa, su tragedia. Pero él, jamás permitiría que lo vieran débil, herido y asustado. La soledad era abrumadora, en especial al saberse que no debía buscar a su ángel, porque ¿como podrían ser felices, cargando en la conciencia el destino truncado de una buena mujer?

Cansado de buscar una salida que le permitiera justificar la necesidad de comenzar una nueva vida, reconstruirse poco a poco, aunque jamás volvería a ser quien fuera, porque le faltaría siempre el único ser a quien en verdad había amado. Una mañana de principios de abril, despidió a los sirvientes, dejando solo a sus fieles servidores, una pareja que viviendo en una de las bucólicas casitas que servían de vivienda para sus sirvientes y arrendatarios, se harían cargo de custodiar el lugar hasta su retorno, - ese que jamás sucederá – susurró con amargura.

Recordó, como había ido cerrando una a una las cortinas de las diferentes estancias que comprendían el hermoso castillo de los Macgregor. Aquel lugar, a orillas de los acantilados rojizos de arenisca. Cubrió con sábanas blancas todos los muebles, convirtiéndolos en cierta forma en el ejército de fantasmas que custodiarían el alma errante que en algún momento de su vida, pensó, había sido su faro, su compañera, su amiga. Caviló por un segundo, en el interior de aquel tren, que en realidad huía de un pasado que lentamente se convertiría en su infierno personal, de seguir viviendo allí.

Despertó de sus cavilaciones, al escuchar la voz del metre que traía su pedido, sonrió de lado, mas por compromiso que por desearlo, así estaba su vida, sobrevivía, era él también un fantasma, un muerto que se negaba a descansar, un hombre que no encontraba las fuerzas para acabar con su vida. Apresuró en vaso de Wisky que ardió en su garganta, - de ésta manera, jamás volveré a pronunciar tu nombre y exorcizaré tu recuerdo de mi alma – .

DATOS EXTRA

Es alérgico a los gatos y perros, no los tolera, aunque nunca les haría daño, pero se disgusta si alguno de esos animales se acerca intentando darle cariño o pidiéndole comida, la que les da con premura para que se vayan pronto.

Escribe en sus momentos de soledad, ha escrito la tragedia de su vida, como una manera de exorcizar sus pesares, pero se niega a releerla. Nadie ha leído el escrito, o por lo menos eso cree Roger.

Muy bueno en el uso de armas, de fuego y blancas, pero no le gusta hacer daño a los animales.
No cree en supercherías, - ¿vampiros? Ja! Cosas de niños o miedosos; ¿Licantropos? Gente muy velluda y que no se lava los dientes o perros enormes y salvajes; ¿brujas? Pues ahí sí creo que existan, no sé cómo son, pero me imagino que serán horrendas con un grano en la nariz y las cejas unidas – es lo que siempre responde cuando le preguntan sobre el tema y está de buenas y con ganas de hablar.

por **Doreen Jussieu** Mar Dic 30, 2014 12:44 am

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