Semper fidelis

por **Shannon Sinclair** Dom Ago 02, 2015 9:44 pm

Laomainn

Infancia ◥◣ Escocia ◥◣ Mi mejor amigo

◥◣ Shannon

Highlands, Escocia. Castillo de Leoch. Año 1781

Había pocas cosas en el mundo que la hacían feliz. Era una solitaria por naturaleza, a pesar de vivir rodeada de gente, de que todos los ojos estaban puestos sobre ella a lo largo del día, y hasta tenía quien velase su sueño. La pequeña Shannon era la joya de la familia, el mayor tesoro del maltrecho matrimonio MacKenzie, golpeado por la tragedia una y otra vez. Esa niña rubia y de mirada melancólica, representaba el último vestigio de esperanza para un clan, que había visto cómo todos y cada uno de los herederos partían al reino celestial. La mimaban de más, le regalaban cosas que no le gustaban –las cuales aceptaba con una sonrisa-, la llenaban de vestidos que no tendría la oportunidad de usar, y jamás le permitían alejarse demasiado del Castillo. Si salía a cabalgar o, simplemente, a tomar un poco de Sol, tenía una escolta permanente, altamente armada y que no permitía que los extraños se acercasen. Quizá porque se sentía muy sola, es que el día que encontró un cachorro herido se sintió la niña más plena del Universo. Acogió al pequeño can entre sus pliegues de ropa costosa, lo curó y cuidó durante días, hasta que estuvo completamente recuperado.

A pesar de la resistencia inicial de Janet, Dougal accedió a que su hija se quedase con el perrito. Fue una acalorada discusión. ¿Y si el animal la mordía? ¿Y si el día de mañana se rebelaba y la mataba? ¿Y si le contagiaba alguna enfermedad? Los cuestionamientos de la mujer se escucharon en la mitad del Castillo, pero la palabra del jefe de familia se hizo escuchar, y Shannon se quedó con Laomainn, como lo llamó en honor a un lago escocés que se encontraba al sur de las Highlands. Se volvieron inseparables, el animal resultó ser sumamente obediente y fiel a su pequeña ama, y juntos conformaban una postal tierna, que propios y extraños admiraban. Nadie podía negar que Shannon estaba más feliz que nunca, que su risa fresca era espontánea y que había adoptado una expresión de alegría nada usual.

Pero la tragedia y la maldad golpearan a Shannon y a Laomainn. Y ella no volvería a ser feliz hasta muchos años después…

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por **Shannon Sinclair** Lun Oct 10, 2016 11:07 pm

Flores en la tumba

Infancia ◥◣ Escocia ◥◣ Mi mejor amigo

◥◣ Shannon

Highlands, Escocia. Castillo de Leoch. Año 1781

El recuerdo de Laomainn la acompañaba a cada paso. Shannon adoraba a los animales, pero a nadie había querido como a su fiel compañero. Era más que una mascota, y su ausencia significaba el fin de horas demasiado felices como para volver a repetirse. Había pedido, expresamente, que tuviera una tumba muy bonita, y hasta había hecho plantar flores a su alrededor. No tardaron en crecer, porque la tierra era fértil y, además, porque el espíritu de un ser tan noble y leal, nutría las raíces, o era lo que a la niña le gustaba creer.

No pasaban más de dos días sin visitar el sitio donde el perro descansaba en paz. A su madre, la idea de una hija tan aferrada a un recuerdo estúpido, le parecía lamentable, y siempre reprimía la tristeza de Shannon. Dougal, un poco más paciente y amable, le permitía llorarlo y hasta la acompañaba. Entendía la sensibilidad del alma de su hija, que no entendía las maldades del mundo y que, incluso, era incapaz de percibirlas. A pesar de que era del concepto de que debía endurecerse, entre tanta envidia, muerte y traición, Shannon significaba para él, un respiro de aire puro, una figura etérea que él no se creía capaz de haber engendrado.

—Lo extraño, papi… —susurró, agarrada de la mano del líder del clan, mientras depositaba una flor en el montículo de tierra, del cual ya comenzaba a brotar césped.

—Es normal, cariño. Te acostumbrarás a extrañarlo —la consoló. Luego, la tomó entre sus brazos, y la meció como si fuese una bebé. Shannon lloriqueó en sus hombro y, finalmente, se durmió abrazada a su padre. Dougal cruzó la tierra con su pequeña a cuestas, y la depositó en la cama para que descansara.

Discutió con Janet luego de eso. Como siempre.

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por **Shannon Sinclair** Lun Ene 16, 2017 8:49 pm

Inevitable

Infancia ◥◣ Escocia ◥◣ Lágrimas de niña

◥◣ Shannon

Highlands, Escocia. Castillo de Leoch. Año 1782

No le gustaba que sus padres pelearan. Generalmente, eran indiferentes entre ellos, se dirigían alguna que otra mirada, pero nada más. Sin embargo, cuando peleaban, los techos del Castillo parecían explotar. Shannon tenía la mala suerte de escucharlos. Siempre lo hacía, no sabía cómo, pero cada pelea que ellos tenían, por más que fuera entre susurros, la niña la escuchaba. Ambos eran intensos, con esa sangre caliente que caracterizaba a los escoceses, orgullos como nadie más, tercos como sólo ellos sabían serlo. Y Shannon lloraba, se tapaba la boca para que no la escucharan, se hacía un ovillo en su escondite. Oía y lagrimeaba…

—¿Cuándo superarás la muerte de nuestros hijos? —se quejaba el líder del clan.

—Cuando… —notó un movimiento bajo la mesa y se detuvo. — ¿Shannon? ¿Eres tú?

La niña emergió, con el rostro colorado y los ojitos hinchados de tanto llorar. Se sintió en falta, muy culpable, y pegó el mentón al pecho, con la vista clavada en el suelo.

— ¿Qué te he dicho de escuchar las conversaciones ajenas? —su madre era una mujer severa, inconmovible.

—Janet, ¿no ves que la niña está angustiada? —Dougal se acercó a ella y la peinó. —Disculpa a tus papis, cariño. Entramos a hablar aquí y tú estabas jugando.

—Dougal, no la consientas tanto, ya te lo he dicho —Janet se cruzó de brazos y desvió la mirada. —Continuaremos nuestra conversación en otro momento —la mujer se fue, ante los ojos atentos de su familia.

—Tu mami está nerviosa. Discúlpanos… —el hombre estaba incómodo. No soportaba ver triste a su hija.

—Está bien, papi. Sólo que no me gusta que peleen —apoyó el rostro en su hombro y se quedaron en esa posición durante largos minutos.

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