Deja Vu / Libre

por **Borys Króhl** Mar Ago 11, 2015 9:59 am

-¿Es eso todo lo que tiene?- Miró con desprecio aquellas cuatro o cinco monedas de oro que el regordete señor le había lanzado a los pies en un acto desesperado por salvar su vida. ¿Salvar su vida? Como si Borys tuviese el coraje para matar a alguien, su arma ni siquiera estaba cargada, únicamente la usaba para intimidar a quién se le acercase. Por eso la tenía allí, sujetada con firmeza, apuntándole el vientre amenazadoramente. –Estoy decepcionado.- Tomó nuevamente la palabra en vista de que su acompañante no paraba de balbucear cosas sin sentido. Estaba más que nervioso, al borde de un ataque de histeria; su frente sudaba y no paraba de arrastrarse hacia atrás con la esperanza de que en alguna de esos intentos de escape no se toparía con la pared a sus espaldas. Él se arrastraba y Borys daba un paso hacia delante, mirándolo con aquellos ojos tan poco humanos que hipnotizaban a cualquiera.

-Realmente esperé bastante por usted.- Sacudió la cabeza esperando que el viento se encargara de aquellos inoportunos cabellos que caían sobre su frente. -¿Acaso cree que es divertido esperar a las afueras de aquel teatro por más de dos horas?- Aplastó una de sus manos con su gastado zapato haciendo un poco de presión en los dedos simplemente para ponerle un poco de emoción al asunto. –Pues no.- Dejó de presionar y le permitió a Jean-Paul arrastrarse un poco más lejos. Era realmente una pena que un caballero respetable como él estuviera humillándose tanto ante un simple callejero como Borys. ¡Le encantaba eso! Toda la aristocracia parisina rendida a sus pies. ¡Poder! Sonrió recreando la escena en su mente.

-Pues no lo es, es bastante aburrido en realidad.- Unos pasos más al frente y la distancia entre ellos volvía a ser la misma. Miró hacia abajo, hacia el humano y sonrió, sonrió a pesar de saber que no podría verlo porque una pañoleta protegía su identidad. –Vamos Jean-Paul, yo sé que tienes más.- Asintió con la cabeza y se acuclilló a su lado. –Tu vida no vale cinco monedas de oro, ¿verdad?- El señor negó frenéticamente con la cabeza y metió la mano en su bolsillo. Un hermoso precioso de oro salió de él que hizo que los ojos del hechicero brillaran. -¿Ves?- Le arrebató el reloj antes de que se arrepintiera. -¡Esto es a lo que me refe…- Su frase quedó a medias. Alguien había entrado al callejón, ¡a su callejón! Maldijo por lo bajo en francés y dejó inconsciente al idiota con un buen golpe en la sien antes de que se le ocurriese gritar por ayuda.

Tomó el reloj y las monedas con la misma agilidad, guardó todo en su bolsillo, ajustó el pañuelo a su rostro y se preparaba para saltar el muro cuando un aroma no familiar le llegó. Alguien desconocido había entrado a su "zona de trabajo" y eso lo ponía de mal humor. Sólo esperaba que no fuera un maldito policía entrometido.

por **Kyla Stoica** Miér Ago 26, 2015 7:31 pm

When I discover who I am,
I’ll be free.
― Ralph Ellison, Invisible Man

Los pasos que sus pies marcaban no eran los mismo que su mente llevaba, allí lejana, absorta, ensimismada, de apoco se fue alejando del lugar seguro que había conseguido y de a poco se adentro en lugares que poco bien le hubieran hecho, si se tratase de alguien mas, de alguien común. No le dio mucha importancia a los ruidos que la noche traía consigo, al barullo de las voces ni a los pasos ajenos que resonaban a lo lejos, no, ella solo los siguió a ellos quienes se reían tan divertidos señalándole un nuevo camino.

Sus ojos curiosos veían asombrados las luces de los faroles, aquellas llamas que bailoteaban y sin duda la invitaban, estiró de apoco la mano y ellas solo huyeron de su toque, tan lejanas, tan furtivas, tan mimadas ellas; refunfuño por lo bajo cuando escuchó los reclamos que le hacían al desviarse del camino, se quitó del paso de piedra por donde aquellos extraños carruajes pasaban y se ocultó entre las sombras nuevamente.

Un sonido, las risas se hacían mas fuertes, mas cercanas y vívidas y Kyla en su curiosidad no pudo dejar de seguirlos, sus pasos se volvieron mas rápidos hasta que fué demasiado tarde para dar vuelta atrás, allí en la obscuridad sintió un escalofrío recorrerle la espalda ―Ustedes me han engañado, yo confié y me han entregado - susurró solo para ella, apenas audible en cuanto sintió la presencia de otras almas, aquellas que revoloteaban incesantes.

Se ocultó como pudo escuchando los lamentos callados de quien se encontraba en el piso, y la voz quejumbrosa tan ronca y seca de quien amedrentaba al caído, lo sintió, lo vio, si ellos estaban allí rodeándolo era por que aquel ser era igual a ella, no, no igual, parecido quizás. Sus labios temblaron y sus manos cubrieron su rostro ¿por que la habían engañado de esa forma?.

De pronto la jalaron, la sacaron a jugar, ella no quería Kyla estaba bien detrás del muro, allí donde él no la notaba aún

―No, él ya te vio, te sintió y lo sabes

Se llevó las manos a la cabeza intentando apagar las voces ―Callen, si él sabe, lo siente y yo también pero ¿el otro quien es? aquel que llora y se queja - esta vez su voz resonó y eso la delató, sus ojos oliva se fijaron el el regordete hombre que temblaba aún y después se posaron en el que llevaba el paliacate ―Ellos te conocen, quisieron jugar también ¿tú los conoces? no mientas porque lo sabré - aquella inocente mirada que denotaba inquietud y curiosidad, los podía ver merodeándole y aquello se notaba en su postura suelta y sin queja.

por **Borys Króhl** Vie Sep 11, 2015 9:30 pm

-¿Qué estás haciendo aquí?- Preguntó, o más bien reclamó. Esa era su zona de trabajo, no la de ella, de aquella mujer que poseía los mismos dones que él, podía saberlo por su aura.

Escuchó pasos, gente corriendo, mucho movimiento. Provenía de los callejones aledaños y algo le decía que su amiguito que estaba tirado en el piso, o la misteriosa mujer habían sido los culpables. –Y traes compañía…- Aseguró divertido mientras admiraba su rostro de la chica. se refería a ciertas "cosas" que pululaban alrededor de la rubia–. Los trajiste directo a mi callejón.- Le dio la espalda cambiando el tono de voz: de divertido a molesto. –Eres una tonta.- Recorrió el lugar a grandes zancadas esperando que no le atrapasen con las manos en la masa. Aunque… que la atraparan allí sería perfecto, ¡así pensarían que fue ella quien asaltó a Jean-Paul! Se detuvo en seco. –Borys, eres un genio.-

Regresó sobre sus pasos y encaró a la hechicera:

-¿Sabes que por un momento pensé en sujetarte por la espalda y gritar algo como: “¡Aquí!” para llamar la atención de esos imbéciles policías e incriminarte en un “pequeñísimo” error mío? pero hoy me encuentro de buenas y no lo haré- Sonrió con cinismo en aquel oscuro callejón. –De ese error, antes de que preguntes, de ése gordo" hablo.- Señaló hacia el cuerpo de Jean-Paul. Giró su rostro para mirar por encima de su hombro a la chica y admiró su cara. –No está muerto, no te preocupes. Sólo está inconsciente y en parte es tu culpa.- Se encogió de hombros y se detuvo frente a una enorme pared de ladrillos. Era bastante alta pero Borys la conocía muy bien, sabía de memoria el lugar exacto en el que ciertos ladrillos estaban sobresalidos apenas unos centímetros sirviéndole de soporte para escalarla.

-Sujeta esto.- Prácticamente le aventó su pequeño saco en donde guardaba todas las cosas que conseguía en el día. –Mira como lo hago y haz lo mismo.- Estiró las manos y ladeó su cabeza de izquierda a derecha haciendo traquetear su cuello. Le concedió una última mirada, flexionó sus rodillas y saltó hasta agarrarse de los primeros ladrillos: ahora le faltaba encontrar los de más abajo. Comenzó a mover sus piernas con mucha lentitud hasta que sintió que algo se interponía en su camino. ¡Allí estaba! Apoyó las puntas de los pies allí y quedó pegado a la pared como si estuviera pintado.

–Ahora flexionas los brazos.- Habló con esfuerzo mientras levantaba todo el peso de su cuerpo con la ayuda de sus bíceps. Casi llegaba a la cima de la pared, sólo tenía que alzarse un poco más y ayudarse con las piernas. –Y levantas las piernas para agarrarte al filo de la pared.- Finalmente lo consiguió y terminó sentado en el filo de la pared con una pierna a cada lado. Exhaló profundamente. –Lánzame eso y escala.- Se refería a su pequeño saco.

“¡Por aquí! ¡Por aquí se fue!”

Borys levantó la mirada y sus pupilas se dilataron en señal de alerta: alguien había entrado al callejón. –¡Muévete!- Habló bajo y desesperado y no supo por qué se abalanzó hacia delante estirando las manos, listo para ayudarla a subir si fuese necesario… al parecer en el fondo no era tan malo como aparentaba.

por **Kyla Stoica** Dom Sep 13, 2015 5:00 pm

Some people never go crazy
What truly horrible is
they must live.
― Charles Bukowski

Sus pies se quedaron clavados a la entrada de aquel callejón mientras sus ojos oliva bailoteaban alrededor de la figura masculina sonriendo triunfante al escucharle hablar sobre ellos ―¡Lo sabía! si los ves, por eso me trajeron hasta ti - dio dos pasos hacia el frente hasta que sintió como ellos le cerraban el paso, ladeó la cabeza dejando que la maraña de cabello cayera por el lado de sus hombros tapándole con algunas hebras parte del rostro ―Shhhh silencio, él hablará, el nos dirá - giró el rostro a su hombro derecho perdiendo de vista al brujo sin prestar atención a sus palabras hasta que sintió a su igual de nuevo frente a ella.

La reacción era la misma que con cualquier extraño que recortaba tanto el espacio entre ellos, se encorvó enseñando los dientes mientras daba hacia atrás, los mismos pasos que acababa de dar hacia adelante ―Que los veas no quiere decir que los escuches y obedezcas - siseó entre dientes captando de a poco las palabras de aquel hombre, su mirada lo traspasó, sus ojos dejaron de verlo a él para dirigirse al hombre gordo tirado en la calle sobre el cual ellos hacían de la suyas, movió la cabeza como si con eso decifrara a su interlocutor, la espalda se irguió lo mas que pudo mientras en sus labios se dibujaba una sonrisa torcida ―Lo pierdes, todo lo pierdes, no puedes mantener nada entre tus dedos porque se escurre como agua - las palabras enredadas de la bruja se referian al miedo, el miedo que sentía el brujo -debajo de todo el coraje contenido- a ser descubierto.

No se puede decir con seguridad que fué lo que la hizo quedarse, si fué el hecho de que las sombras parecían amigables con el contrario o fué el sentimiento de curiosidad que nacia en la bruja, uno que le recordaba -o intentaba recordarle- cuan viva estaba y que no todo era sombras y alaridos.

Atrapó aquel bolso frunciendo el ceño, reprimiendo las ganas de aventarlo y gritar, de reír como maniaca, de decirles a ellos que los llamaran, a todos, que los poseyeran, reprimió el instinto primario de hablar en la lengua conocida por los suyos, por los espíritus e invocar así mil demonios; simplemente alzó la mirada encontrándose con alguien parecido a ella y que no pretendía huír, o cambiar, o llorar. Sonrió, por primera vez en años, sonrió.

―No lo hará, no se irá, si lo intenta ustedes no lo dejarán - susurró alzando la vista mientras se acercaba al muro aquel sin soltar el bolso, apretándolo contra su pecho. Giró el rostro en dirección a las sombras al principio del callejón; lo bueno de ser considerada inestable mentalmente, lo bueno de no poder comunicarse apropiadamente con el mundo exterior, es que puedes hacerlo sin mayor problema con el otro lado.

Una sonrisa torcida apareció en sus labios, se alejó de aquel muro y abrió los brazos dejando caer de esa forma el bolso que llevaba pegado a su pecho, se quedó allí de pie mientras las sombras a su alrededor parecían crecer, al punto que para cuando las personas -algunos policías- entraron de lleno en el callejón, este se veía mas obscuro que de costumbre ―Shhhhh - pronunció Kyla mientras se llevaba el dedo índice a los labios y aquellos hombres bajaban las manos, quedándose de pie, mirando al infinito; no fué necesario mas, las voces que resonaban en la cabeza de aquellos hombres era producto del poder de Kyla, ella los hacía creer que veían otra cosa, olvidarse de a que iban y sin mas, dieron media vuelta dejando el lugar.

Tan pronto estuvieron nuevamente los tres -el brujo, el gordo y Kyla- solos en el callejón, la bruja giró el rostro hacia la pared alzando la mirada para clavarla en el extraño sin decir ni hacer nada mas.

por **Borys Króhl** Dom Oct 25, 2015 9:42 am

Por estar demasiado entretenido con el viejo regordete, no había reparado concretamente en la chica con la que me había topado. Ahí arriba en la barda donde estaba guardando el equilibrio, pude darme cuenta de algo importante: Ella era como yo, pero de manera distinta. Parecia estar ida, fuera de la realidad, ya que a mi parecer hablaba incoherencias o cosas que por el momento no me interesaba saber. Yo necesitaba mi botín, y observando que toda emoción del momento se había ido por la borda, no tuve más remedio que saltar y poner los pies nuevamente sobre el callejón para recuperar mi tan preciado tesoro. Lo levanté del piso terregoso e inmediatamente me acerqué a ella para observarla a detalle: No era muy alta - o al menos a mí no me lo parecía- llevaba el cabello largo y castaño y... Era extraña definitivamente. Entrecerré los ojos y gruñí un poco. Estaba molesto, no por ella, sino porque en su afán de deshacerse de los policías, había utilizado alguno de sus poderes y con ello desorientarlos. En el fondo quería jaleo y persecución, posteriormente la burla, claro está, sin embargo nada había resultado como lo había planeado en un principio.

-¿Y tú quién eres? -Pregunté secamente, mientras observaba como mi reciente víctima parecia ir recobrando el conocimiento poco a poco. Ya me ocuparía de él más tarde si tenía suerte. Le dí un buen puntapié para volverlo a dormir mientra tanto.-¿Cómo es que llegaste a [i]mi callejón? -porque era mío, lo había adoptado como tal y creía tener derechos de exclusividad sobre el territorio. -Haz de saber que no eres bienvenida. Mi rostro se convirtió en un témpano de hielo. Quería hacerla sentir mal.

por **Kyla Stoica** Miér Nov 11, 2015 7:13 pm

“First sign of madness, talking to your own head.”
― J.K. Rowling, Harry Potter and the Order of the Phoenix

La hechicera se agazapó nuevamente y enseñó sus dientes en advertencia al escuchar el sutil gruñido del igual, lo miró de arriba a abajo retrocediendo un poco, ladeando la cabeza en cuanto éste hubo acertado el puntapié en el humano regordete que apenas recuperaba la consciencia ―Shhhhh - siseó entre dientes traspasando con la mirada ―Si, lo sé, pero ustedes me trajeron hasta acá - en realidad no hablaba con él, probablemente ni siquiera había escuchado lo que le dijo y solo clavó aquellos ojos oliva en el cuando hubo formulado la oración de desagrado ante su presencia.

Una media sonrisa apareció en el rostro de Kyla, movía la cabeza de un lado a otro sin quitarle la mirada de encima, como animal al acecho, de apoco se fue incorporando nuevamente, irguiéndose por completo, no que eso la hiciera intimidar, pero si demostraba su falta de miedo, cuando se vive tanto tiempo como ella, el miedo es un sentimiento obsoleto.

―Se cree con derechos, de tierra y legado, mas no es capaz si quiera de controlar su propio estado - mientras hablaba, los ojos de la bruja refulgieron en un verde brillante, un segundo solamente, lo mismo que duró su lucidez; dio un paso al frente encarando al brujo que intentaba intimidarla, sonriendo burlona y descarada ―El nombre del hechicero no veo por ningún lado, ni una sola inicial que indique propiedad - giró la cabeza mirando el callejón, iluminado solo por el reflejo de la luminaria mas cercana, las sombras parecían moverse intentando acariciarlos a ambos, por el rabillo del ojo miró al brujo antes de reír como niño que recuerda su travesura frente a sus padres.

Con lentitud, caminó rodeando al brujo, quedando a su costado y retomando nuevamente aquella posición con espalda encorvada, agachando un poco la cabeza pero sin bajar la mirada, permitiendo que la maraña de cabello castaño cubriera parte de su rostro, la figura animal que siempre portaba y que entre las sombras andaba.

por **Borys Króhl** Miér Nov 25, 2015 9:47 pm

La observó caminar a su alrededor, agazapada, como si quisiera echársele encima en cualquier momento. Por supuesto que él también tomó una actitud a la defensiva, porque no iba a dejar que la mujer hechicera pensara que,por ser una mujer, no iba a meter las manos. Pero eso sí, evitaría la pelea a toda cosa; la único que deseaba era largarse junto con su botín y comprar algo de comida con ello. ¿Por qué no podía tener una noche tranquila? siempre de los siempre su vida estaba en riego. No es que le tuviera miedo al peligro, pero como buen"corredor" - y es que corría demasiado rápido cuando cometía alguna fechoría - deseaba solamente perderse por uno de los múltiples callejones que circundaba "el propio" porque aunque no tuviera su nombre tatuado, como hacía alusión la chica, era suyo y como tal lo reclamaría. Era una plaza muy buena demasiado buena como para dejarla ir por una recién llegada, una completa desconocida.

-Vamos a poner los puntos en claro madame - a pesar de todo tenía que mostrar respeto - Debo aclarar que si, que tu presencia me molesta, porque me has agarrado con las manos en la masa y no me es muy grato dejar "testigos atrás", ya sabes, a los que vulgarmente se les conoce como soplones. - ahora tomo una actitud más relajada aunque no bajó la guardia. La mitad del cabello de la chica cubriéndole el rostro y la forma tan extraña en la que hablaba, no le daba muy buena espina. -¿Por qué no simplemente cada quién se va por su lado? -en un principio hubiera compartido la mitad del botín que tantas horas de espera le costó obtener, pero ahora, las cosas eran distintas-. Nadie se mancha las manos y... No sé, quizás puedas ir o "puedan" ir a asustar a alguien menos habilidoso en otra callejuela poco iluminada -. Ella hablaba en plural así que lo más lógico sería pensar o que estaba loca, o que se encontraba poseída por varios espíritus a la vez. Tuvo alguna oportunidad de conocer a otra hechicera que llevaba cargando el alma de siete personas y no resultó nada agradable. -¿Qué me dices? ¿aceptas el trato? - alzó una ceja esperando fervientemente una respuesta afirmativa porque de lo contrario...

por **Kyla Stoica** Miér Ene 13, 2016 12:10 pm

“I suppose I have found it easier to identify
with the characters who verge upon hysteria,
who were frightened of life,
who were desperate to reach out to another person.
But these seemingly fragile people are the strong people really.”
― Tennessee Williams

Ladeó la cabeza, tal como lo haría un animal que observa atenta algo que llama su atención, abrió los ojos lo suficiente como para hacer brillar sus pupilas por el reflejo de la tenue luz de la luminaria cercana, sus labios se curvaron ligeramente y su rostro pareció el de la mas dulce niña ―¿Por que te sientes amenazado? - la voz de la hechicera era parsimoniosa, tranquila, inclusive... dulce; pero aquello no era mas que una pausa, una advertencia.

Los ojos verdes de la bruja parecieron cambiar de color, un remolino en ellos, sus labios se movieron rapidamente pero de su boca no salió sonido alguno, aquel lugar se iluminó por una tenue luz y Kyla retrocedió.

―Nos tiene miedo... no, precaución dirá él, nunca lo admitirá realmente - habló por sobre su hombro, como si se dirigiera a alguien diminuto posado sobre esa parte de su cuerpo, o como si alguien estuviera cercano a ella ―Siempre has temido de los demás, por eso te defiendes y haces creer que eres todo poderoso, que nada te detiene- ahora se dirigía al hechicero; se sentó en el piso y comenzó a jugar con la tierra, dibujando símbolos en ella, runas de hechicería que jugueteaban en su mente de vez en cuando.

―Si llegue fue porque ellos me trajeron, me dijeron que eras como yo, que tú no estabas vacío - no alzó la mirada, sus ojos ya estaban del color natural ―No te seguiremos, quizás tu no eras el que ellos buscaban, no eres tan poderoso ni tan habilidoso - aquello no podía tomarse como chantaje, ni podía tomarse como palabras al aire, de vez en cuando, ella si sabía de lo que hablaba.

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