Una talentosa artista (Catalina)

por **Soren Kaarkarogf** Dom Ago 23, 2015 10:20 am

La noche había caído más temprano gracias al invierno, a Soren le gustaba el invierno pues significaba que tenía más horas sin sol para disfrutar. Aquella noche en particular se sentía de buen humor, había estado bastante nostálgico y taciturno desde que había decidido desenterrarse, pasar tanto tiempo en la tierra con sólo los gusanos como compañeros, no le subía los ánimos a cualquiera, pero Soren tenía razones de peso para haber decidido dejar todo atrás por tres años para entregarse al abrazo de la madre tierra.

Queriendo dar un paso más en su adaptación a la vida en sociedad, decidió que era hora de ir a un sitio concurrido, tener contacto con la gente era parte primordial del proceso y el Museo Lourve le pareció el sitio más idóneo (siendo el arte su pasatiempo favorito). Se había vestido con lo mejor que tenía, que resultaba ser un viejo traje con saco y corbatín azul oscuro, también se llevó su sombrero, un caballero no podía olvidar nunca el sombrero por muy raido que estuviera.

Al cabo de una hora arribó al museo, la entrada eran tan deslumbrante como lo recordaba, la arquitectura era exquisita y de repente sintió renovadas ganas de vivir. En el momento había una exhibición de Marie-Guillemine Benoist y Soren se sorprendió gratamente al descubrir que se trataba de una mujer. Pocas veces se encontraba uno con mujeres artistas y mucho menos con exibiciones de estas. El mercado siempre había estado dominado por los hombres.

Emocionado como hacía mucho no se sentía, se apresuró a entrar en la sala y comenzó el recorrido por los cuadros, todos denotaban un exuberante talento y se detuvo frente al que más le llamó la atención, se titulaba "portrait d'une negresse". Se quedó absortó en la mirada de la mujer en el cuadro y por supuesto de su belleza exótica.

- Excelente técnica - Murmuró más para si mismo que para los demás.
Una talentosa artista (Catalina) Vy9j12

por **Catalina De Aragón** Dom Ago 23, 2015 10:41 am

Noche y frio, ha llegado el invierno a la ciudad. Aún cuando los rayos del Sol siguen despuntando por el horizonte, luchando contra la realidad de que se pierden más allá del este, el frio hace que las temperaturas sean muy bajas.

Aquella noche había llegado al Louvré de nuevo. Sólo que a diferencia de la primera, lo había hecho por un motivo: Al parecer alguien había visto alguna de mis obras y quería incluirlo en la siguiente exposición. Una de jóvenes promesas.

- Joven... - pienso mientras el majestuoso edificio se abre ante mi.

Era completamente gracioso pensar que me había convertido en un "artista en ciernes" cuando mis obras habían viajado a lo largo de los siglos por alguna que otra galería. Siempre con diferentes nombres, siempre con diferentes rostros, siempre intentando correr un velo de misterio sobre mi, intentando que nadie se percatara de la inmortalidad de mis obras, de las similitudes. Cada artista quiera o no, tiende a repetir cosas, una y otra vez. Es algo así como "su toque", "su huella", "su firma". Y por mucho que me esforzara en innovar, había cosas que una y otra vez se veían entre los colores. Sólo era cuestión de tiempo que alguien viera los patrones, las similitudes... ¿Qué iba a ser de mi vida entonces?¿A qué iba a dedicar las noches?¿Cómo apagaría la nostalgia que sentía dentro de mi pecho en las noches de soledad? La sangre calmaba mi cuerpo, la belleza era una caricia para mis sentidos, mi mente. Pero... ¿Cómo calmaría mi alma?

Entré en el museo y, para mi sorpresa, había una exposición en marcha. Pensé que no sería malo echar un vistazo a lo que ahora se pintaba, al arte moderno de 1800. Había alguna que otra escultura y muchos cuadros. Elegí una habitación y entré en ella. Había un hombre, parecía mirar un cuadro de una mujer de color con mucho interés. Tanto así que parecía como si no hubiera visto un cuadro en mucho tiempo. Escuché su opinión mientras aún permanecía en su espalda y intenté ver lo que el estaba viendo, a través de sus ojos y intentando encontrar el sentido a sus palabras.

- Es muy fácil dibujar algo que se ve - comencé a decir realmente sin ni tan siquiera pensarlo - Lo difícil es retratar aquello que no se ve.

por **Soren Kaarkarogf** Dom Ago 23, 2015 9:35 pm

Normalmente los vampiros tenían los sentidos agudizados al punto que les permitía sentir la presencia de las personas que se acercaban mucho antes de que entraran en un salón, pero en el caso de Soren, estaba tan concentrado que no prestaba atención a nada más. La voz de la mujer detrás de él lo tomó desprevenido y dio un respingo. Se giró para descubrir a una preciosa dama.

Su cabello era castaño oscuro y caía en amplias ondas por su espalda bordeando un rostro de porcelana casi blanca. Ojos oscuros y penetrantes como el alba. Se sintió inmediatamente intimidado ante su presencia pues algo en ella le daba la sensación de que no se trataba de una humana común sino que escondía algo más allá detrás de esa máscara.

- Es verdad... - Murmuró, desviando su mirada hacía el suelo - Pero aunque esta obra parezca un simple retrato... lo que yo veo es... un pequeño paso para el avance de la evolución de esta sociedad - Se giró de nuevo a la pintura y señaló el rostro de la mujer morena - Es la primera vez que una Africana es la protagonista de un cuadro, en este marco ella es lo más importante, es un objeto de arte - Giró el rostro hacía la recién llegada una vez más.

- ¿Cuales eran sus sentimientos en el momento en el que fue retractada? ¿Estaba feliz por ser pintada por alguien? ¿Avergonzada de que sus pechos estuvieran siendo mostrados en una imagen? - Se detuvo unos segundos, su voz denotando emoción con cada palabra - Esta pintura nos hace cuestionar y reflexionar sobre ella como ser humano y no como objeto, los esclavos siempre han sido observados como objetos... esta pintura está rompiendo ese paradigma - Concluyó.

De repente cayó en cuenta de que había comenzado a sonar como un profesor de historia y a lo mejor a la mujer le parecería aburrido y pesado, se apresuró a hacer una profunda inclinación y a quitarse el sombrero raido que reveló una cabellera rubia ceniza muy desordenada.

- Mis disculpas Madame no me he presentado - Exclamó sin sonreír - Mi nombre es Soren Kaarkarogf - Se incorporó pero mantuvo el sombrero entre sus manos enguantadas - A veces me dejo llevar un poco, el arte es mi pasión -

por **Catalina De Aragón** Lun Ago 24, 2015 3:54 am

Al parecer aparte de tener un rostro agradable de ver, aquel varón también tenía gusto por el arte. Tampoco es que fuera algo extraño, aunque era pronto, la noche dominaba el cielo y, por regla general, nadie solía visitar un museo a esas horas. A menos que fuera gustoso del arte o más bien apasionado.

- Aunque... - pensé mientras miraba aquello que le rodeaba, aquello que era invisible a ojos de los hombres. Ya fuera su piel blanca o sus ojos, había algo en ese hombre que me llamaba la atención. Algo que finalmente mis ojos de vampira me revelaron.

- Es gracioso como cada uno saca sus propias conclusiones - comencé a decir en referencia a lo que me explicaba que veía retratado en el cuadro - Pero en el fondo sólo es un punto de vista. Una visión distorsionada por nuestra experiencia, por nuestra concepción del mundo - volví a mirar esos ojos vacíos remarcados sobre una piel oscura - Pero no olvide que a veces la respuesta más simple suele ser la que mejor se acerca a la realidad - di unos pasos hasta que estuve a su altura levantando ligeramente el rostro y buscando así mi punto de vista.

- ¿Desea saber que es lo que veo yo? - pregunté sin cambiar mi mirada - Veo los pecados del hombre - ahora si le miré a él - Todo lo contrario de vos.

Caminé unos pasos adelantandome, viéndolo todo más detenidamente, descubriendo los matices.

- No veo una mirada serena en un rostro tranquilo. Seguramente la obligaron a sentarse ahí y posar para el retrato. Demostrando así el poder que poseen sobre ella como esclava - dejé un segundo antes de continuar - También veo un cuadro vacío, sin nada que nos diga donde está o en que situación se encuentra. ¿Protagonismo? Quizás. Pero también podría ser una muestra de aquello que tienen los esclavos, que es más bien nada. Una muestra clara de racismo al ser lo único que hay en la foto - quizás sonaba dura o retorcida. Pero mi visión siempre estaba ligeramente enfocada a la maldad humana, a lo que se esconde -También veo su desnudez. Pero la veo como una muestra de lo hipócrita que a veces se puede llegar a ser. El sexo es tabú pero los esclavos no son lo suficientemente humanos para que su cuerpo sea una ofensa. Otra cosa sería ver el pecho a una doncella de bien o incluso una dama de clase alta - deje otros segundos.

- Por mi parte sólo recibo sensaciones. Imaginaciones de como será morder esa piel oscura, tostada por el sol y con un ligero sabor salado fruto del sudor del trabajo. A que sabrá su sangre ¿Será tan caliente como el lugar del que provienen? - finalicé.

Luego pensé que quizás me había dejado llevar demasiado por mis pensamientos y a veces, a la gente no le interesaba tanto. Así que añadí.

- Pero sólo es un punto de vista - concluí para salir del paso.

Luego, cuando se presentó me sentí mal en cierto modo al haber perdido un poco las forma en pro del arte.

- Disculpe mi mala educación. Catalina de Aragón - me presenté - Artista aficionada - realicé también un gesto sujetandome el vestido y flexionando ligeramente las piernas.

por **Soren Kaarkarogf** Lun Ago 24, 2015 7:41 am

Soren escuchó con atención a la mujer recién llegada, con cada palabra el vampiro descubría que aquella no era una mujer común, normalmente a la mujer no se le permitía estudiar o desarrollar un interés que no fuera los gustos estereotipados de una dama, Soren nunca había conocido una mujer que tuviera una opinión tan intelectual sobre el arte o sobre cualquier otra cosa.

Tampoco era que Soren conociera muchas mujeres, ser encantador y atraer a las féminas no era una de sus habilidades más destacadas. Lo que ella decía también tenía sentido, aunque era un tanto fatalista, una visión más pesimista sobre la humanidad contraria a el idealismo que él prefería ver en los corazones de la gente.

- ¿Aragón? - Exclamó cuando ella se presentó - Entonces ¿Es usted Española? - Le preguntó intuyendo la respuesta - Nunca he estado en España, pero me da curiosidad, he escuchado que tiene hermosos museos y muy destacados artistas...-

Volvió al vista al cuadro y lo que acababa de decir ella sembró nuevas dudas en su cabeza, ¿Habría sido obligada a posar? ¿Esa esclava era especial para la pintora?, meneó la cabeza suavemente y tragó saliva un tanto nervioso, la mención de la sangre dejaba clara que esa mujer compartía la misma maldición que él.

- Es la primera vez que conozco... a una mujer... ya sabe... como yo - Comentó bajando la voz, colocó una mano enguantada para cubrirse la boca - Y además artista... si tiene una opinión tan interesante sobre las obras de otros autores, me encantaría ver las suyas propias - Concluyó esbozando una sonrisa tímida de inmediatamente cubrió con el dorso de su mano.

por **Catalina De Aragón** Lun Ago 24, 2015 12:30 pm

Se que era algo orgulloso por mi parte y que quizás, más adelante, ese mismo orgullo acabaría siendo mi verdugo y mi condena. Pero no podía evitar sonreír ante la mirada estupefacta de algunos varones al ver que las mujeres también teníamos cabeza, que teníamos opinión y que no era completamente desechable. Más aún si se trataba de una dama que databa de 300 años de experiencia, tres siglos enteros para aprender y conocer todo aquello que me interesaba.

Aún así, esperaba algo de feedback, una muestra de que lo expuesto por mi persona era también valido para la visión de aquel hombre que parecía ver la bondad allí donde otros veíamos oscuridad. Era un defecto o quizás una virtud, sólo el tiempo lo diría. No obstante hasta aquel momento, ver lo malo en aquellos que me rodeaban me ayudaba a estar protegida de ellos. También estaba el otro lado: no consideraba a nadie que conociera de fiar. Aún no.

No lo hubo. Al parecer lo que más le había sorprendido a aquel hombre había sido mi apellido que indicaba claramente el lugar del que yo procedía. Mi tierra, mi vida, mi historia... algo que ya quedaba en el pasado, algo que seguramente jamás pudiera volver a pisar.

- Ciertamente creo que mi apellido delata mi procedencia - contesté a su pregunta y añadí además - Además de mi acento marcado. Espero al menos haber pasado por una dama nativa durante la primera frase - intenté añadir algo de humor a esa frase ya que la conversación había cambiado rotundamente y se había centrado en mi durante un instante - Lo era y seguramente habrá crecido en ello. Aunque no se puede comparar con las maravillas que este museo oculta. España está aún muy por detrás. Somos más... primarios - mi rostro se tiño durante un instante de nostalgia, pérdida y recuerdos perdidos en la lejanía.

Cuando hablaba de nuestra raza con tanto reparo aún encontrándonos solos, no podía evitar verle como un niño al que han dejado suelto demasiado pronto, un alma joven que trata de buscar su lugar, de aferrarse a aquello que era en vida. Yo, una vez fui así... es una pesa que el tiempo te castigue tanto que se te olviden esas cosas.

- ¿Dónde ha estado encerrado? - respondo intentando restarle hierro al asunto de su desconocimiento - Hay muchas damas que portan el don de la oscuridad. Me atrevería a decir que casi tantas como varones. Sólo debe buscar en los lugares adecuados - algo que no había pasado precisamente aquella noche - O quizás la suerte le sonría y conozca a una en un museo ¿Quién sabe? - reí ampliamente mostrando mis colmillos más afilados del resto, sin miedo, sin vergüenza. No había tapujos entre dos iguales, no hay máscaras entre los demonios.

Cuando habló de mi obra mi rostro se tornó serio: Aquello eran palabras mayores. Nadie con vida había visitado mi colección de obras privadas. Aquellas que jamás verían la luz. Aquellas que por los días velaban mis sueños. Aquellas que hablaban de los únicos varones que habían llegado a mi vida. No obstante siempre había una alternativa para todo.

- Está de suerte pues, en un corto espacio de tiempo, algunas de mis obras se expondrán en este mismo museo - hablaba de nuevo llena de orgullo pues pensaba que quizás ese paso sería el predecesor de otros más grandes - Sólo tendrá que esperar a que llegue la siguiente remesa de obras y pasarse una noche - finalicé evitando hablar más de "mis colecciones".

por **Soren Kaarkarogf** Lun Ago 24, 2015 9:32 pm

Se encontró teniendo una agradable conversación con la dama, aquellos eran tiempos en los que el protocolo y los modales eran más importantes en una conversación que el contenido como tal, Soren a veces pensaba que en esa época era más importante la forma y no el fondo, algo similar pasaba con el arte y la música. Normalmente le parecía difícil llegar a romper el hielo inicial de todas las conversaciones, pero con Catalina descubrió que no era tan difícil, ¿Sería acaso porque ambos estaban muertos?

- Oh... no no, por supuesto que no - Se apresuró a decir algo avergonzado - Yo mismo tengo acento Nórdico - Agregó, no se había detenido a pensar en ello ni se había fijado si ella hablaba diferente el Francés - Como nunca he estado en España no estoy familiarizado con el idioma así que no hubiera podido detectar el acento si lo tuviese - Continuó haciendo un ademán con las manos.

- Eres la primera que conozco ¿Sabes? mi hogar no es tan colorido y cálido como Francia o España, vengo de Suecia, en mi país hay muy pocos como los nuestros, nunca tuve la oportunidad de conocer a una dama... con el don - Explicó, no estaba muy seguro si llamarlo don o maldición, se quedó otros momentos pensativo y agregó - Además... no soy una persona muy sociable... digamos que los pomposos eventos de la aristocracia no me llaman mucho la atención... nunca he sentido la necesidad de reunir una gran riqueza y asistir a bailes de salón - Comentó desviando la mirada hacía la ventana - Tampoco es que sepa bailar - Concluyó, sus mejillas se tornaron carmesí y contrastó claramente con la palidez de su piel.

Con la mención de las obras de Catalina, Soren volvió la mirada hacía ella, había fuego en sus pupilas, estaba claramente emocionado.

- ¿Ehhhh? ¿Aquí en el Louvre? ¿De verdad? - Exclamó subiendo la voz, un grupo de personas que habían entrado en la sala, le miraron con reproche, Soren se apresuró a bajar la voz - Es todo un honor tener una obra exhibida aquí, me encantaría venir a ver sus obras -

por **Catalina De Aragón** Mar Ago 25, 2015 1:12 am

La verdad es que, dado el nivel de hostilidades que a veces se vivía en nuestro mundo: ya fuera por diferencias entre especies, territorios, alimento... Encontrar una persona sensible, aparentemente no violenta y con gusto por el arte era como encontrar la aguja perdida en el pajar.

- Si le sirve de consuelo yo tampoco me había percatado de su acento - y menos aún de donde podría proceder. Cuando pasas tiempo escuchando francés, es tan peculiar que lo unico que sabes cuando alguien habla es que no es de allí.

A continuación me habla de su tierra al igual que había hecho yo. De las diferencia con el lugar en el que residiamos actualmente.

- No creo que el clima sea un impedimento para los nuestros y tampoco creo que haya menos damas que caballeros, simplemente creo que habrá sido casualidad o mala suerte como le comentaba - dije en un tono algo más cómico - Lo que si puedo entender es que, a causa del clima de su tierra, el alimento escasee más y eso lleve a una población más menuda - a veces hablaba demasiado pero era algo que me costaba evitar - ¿Su viaje es por placer o por obligación?

Cúando terminé la frase me di cuenta de que me estaba extralimitando y que realmente no conocía tanto a ese caballero como para preguntarle cosas tan personales. Procedí a disculparme.

- Perdoneme. No tiene porque contestar - le dije - A veces no mido mis palabras ni el nivel de confianza. Simplemente las dejo salir.

Seguí escuchándole hasta que pude ver el color en sus mejillas. ¿Rubor? Hacía demasiado tiempo que no veía esa expresión tan evidente en un vampiro. ¿Era tan introvertido como decía que, aún no siendo natural sonrojarse su mente aún lo llevaba acabo?

- Entiendo lo de la aristocracia y los eventos pomposos. He pasado demasiado tiempo entre la clase alta como para llegar a odiar tanto baile y sobre todo tantas apariencias - luego, por otro lado, añadí - Eso si, debo reprenderle por no saber bailar. Si se considera un amante del arte, debería considerar el baile parte de el - y le apunté - No obstante siempre está a tiempo de aprender. Siempre se puede cambiar eso cuando las horas sólo son una medida entre la puesta y la salida del sol.

Alzó la voz de sorpresa cuando le expliqué de mis obras y unos cuantos visitantes centraron su vista en nosotros. Por suerte, no eramos tan interesantes como para ser objeto de su atención mucho rato y pronto habían vuelto a su visita por el museo, ajenos a nosotros.

- Si, he conseguido aparecer en estás paredes - refiriéndome a aquellas que nos rodeaban - Quizás algún día sirvan para algo más que liberarme de la frustración - aunque a continuación añadí - Aunque viendo lo que hay aquí y el nivel que trabajan. Supongo que no destacaran en demasía - una sombra de decepción se cruzó por mi mirada - Aunque es todo un logro este aquí - terminé diciendo con una sonrisa triste.

- ¿Quiere continuar con la visita? - dije a modo de salida para poder quitarme los malos pensamientos que me recorrían la mente.

por **Soren Kaarkarogf** Mar Ago 25, 2015 2:28 am

Escucharle hablar sobre los humanos como fuente de alimento era completamente ajeno para él, a falta de su contacto con otros vampiros nunca había hablado de esos temas ni se había referido nunca a las personas de esa forma. Asintió al respecto pues ella tenía razón, la población era más escasa, el clima hacía más difícil la supervivencia de las personas, especialmente en invierno cuando el frío amenazaba con congelarte hasta los huesos.

- Al comienzo pensaba estar de paso - Le explicó encogiéndose de hombros - Pero conseguí un buen trabajo como profesor de historia del arte en la Universidad, pude abrir mi tienda de antigüedades y todo iba marchando viento en popa por unos años hasta que... - Se detuvo, sin pensarlo había llegado a ese tema que no había podido exteriorizar con nadie - Hasta que decidí... enterrarme por tres años - Entonces ella se disculpó así que él agrego - No se preocupe... está bien, es bueno hablar de estas cosas con alguien - Comentó mordiéndose el labio - A veces creo que hay cosas que están mejor afuera que dentro de uno -

Caminó un par de pasos hasta el siguiente cuadro al lado de que habían visto, un par de caballeros se hicieron a un lado para permitirles observar,

- No es que crea que las danzas no sean un arte - Continuó avergonzado con el tema - Es que realmente... me siento incómodo con el asunto, demasiado contacto con extraños... no se como puede ser algo natural para la gente - Además era torpe, muy torpe como para atreverse a bailar con una damisela, seguro terminaría pisándole los pies.

Notó el cambio del tono en su voz y como sus ojos lucían algo melancólicos conforme hablaba de sus pinturas.

- No se preocupe - Dijo al fin mirándola a los ojos por breves instantes - El arte no es algo que pueda ser apreciado por todo el mundo por igual, seguro que habrán personas para quienes sus obras van a destacar más que otras, pero eso no significa que sean peores que otras - Continuó y extendió el brazo señalando una gran escultura en la mitad de la sala - La verdadera razón del arte no es sólo agradar al público que lo admira, sino es una ventana de expresión para el artista - Concluyó indicándole con la mano que lo siguiera para continuar con la visita, la sala era bastante grande y habrían al menos unos 20 cuadros exhibidos - Si no es muy indiscreta mi pregunta... ¿De que frustración quiere ser liberada? -

por **Catalina De Aragón** Mar Ago 25, 2015 6:05 am

Dejé que el silencio nos envolviera durante un instante, mi pregunta quizás había sido directa o quizás era que también era bastante cortado con las personas. La verdad es que no me había mirado directamente en ningún momento.

Cuando comenzó a contar los porqués de estar allí no pude hacer otra cosa que sorprenderme del trabajo que ejercía. Me costaba entender como podría conseguirlo debido a su condición. Una curiosidad que intenté saciar con brevedad.

- Es digno de elogio el que haya podido compaginar su condición "especial" con un trabajo normal - había comenzado a usar metáforas, evitando cualquier cosa extraña que pudiera llamar la atención de la gente que estaba llegando - Sobre todo ser capaz de calmar su necesidad rodeado de tantos y tantos - obviamente me refería al hecho de trabajar rodeado de carne, de sangre.

Cuando habló de haber pasado ausente tres años, la curiosidad volvió a arañarme en las entrañas.

- Entiendo que tuvo que ser una decisión dura por una necesidad imperiosa - no pregunté aunque obviamente esperaba que me contara. Parecía con la necesidad de hacerlo o quizás sólo era mis ganas de escucharlo.

Cuando vives tanto, cualquier historia desconocida, nueva, es un buen aliciente, un cambio en una noche que esperaba ser como las demás.

- Yo no es que goce de la capacidad de unos movimientos gráciles y bonitos. Pero si creo que me defiendo - comencé a decir en respuesta - La gente lo hace porque necesita sentir el contacto de otros. Sentir que puede estar unido a otro cuerpo aparte del suyo - ya estaba de nuevo dando mi visión - El algo así como un ritual - el problema es que sólo quedaba un baile grabado en la memoria - Si quiere empezar, nunca lo haga con un extraño. Deje que alguien de confianza le guíe en sus primeros pasos - hice una pausa - Es como aprender a caminar.

Escuché su referencia a los artistas intentando subir mi animo. Modifiqué mi rostro mostrándolo más vivo y iluminado, aunque por dentro seguía igual. Dirigí la mirada a una escultura que estaba en el centro de la sala, la que me indicaba. Era un hombre desnudo que portaba un arpa en su derecha y con la otra mano en alto. Me acerque a verlo más de cerca.

- El problema de la expresión a través de los cuadros es que, rara vez alguien que lo mira, consigue sentir lo que tu querías contar - acaricié el muslo de la escultura y sentí el frío que transmitía - Sin embargo, la persona que creó esa escultura, cogió una piedra y plasmó lo que quiso. Nadie puede ver más allá de lo que hay. Sólo puede intentar ubicarlo dentro de un paisaje - dejé que mis manos siguieran el transcurso de su ruta acariciando las nalga de la escultura antes de pasar de nuevo a los cuadros.

- ¿Cuál es el objeto de mi frustración me pregunta? - le dije unos pasos por delante de él girando la cabeza y haciendo que mi cabello se moviera al compás.

Levanté la mirada pensativa y tomé todo mi pelo llevándolo a un lado y mostrando mi cuello pálido. Lo cepille lentamente mientras pensaba.

- Creo que una noche no sería suficiente para enumerarlos todos - volví a la tierra después de vagar por el mundo de los pensamientos y dirigí de nuevo mi mirada al varón - Si tuviera que decir una - suspire - Echo de menos sentir como cuando estaba viva... - liberé mi pelo de nuevo sobre mis hombros y di un par de pasos más mientras entrelazaba las manos a mis espaldas - Soy inmortal, si. Pero soy incapaz de sentir. Sólo pintar me evoca retazos de lo que una vez fui.

por **Soren Kaarkarogf** Mar Ago 25, 2015 7:31 am

- No fue para nada fácil al comienzo - Le explicó acercándose a la escultura con ella - Me costó muchos años aprender a mantener control sobre mis impulsos, pero con dedicación y tiempo suficiente se logra - Agregó sintiéndose orgulloso al respecto - Tengo 294 años, es bastante tiempo para aprender a controlarse si realmente uno desea hacerlo - Sabía que existían vampiros que no se preocupaban por tener auto control y simplemente se dejaban llevar por la sed de sangre, realmente no importaba que tan viejo eras si no tenías la intención de controlarte.

Escuchó el consejo de Catalina sobre como dar sus primeros pasos en el baile, para ser sincero no estaba muy interesado en aprender, pero igual le escuchó con atención, asintiendo a lo que decía, por ahora bailar no era su prioridad, especialmente cuando no tenía amigos que lo invitaran a eventos en donde tuviera que hacerlo. La vampiresa comenzó a acariciar la estatua y Soren miró a su alrededor alarmado, no quería que un vigilante del museo apareciera de repente y la regañara por tocar las obras, afortunadamente Catalina dejó de tocarla cuando terminó de opinar sobre ella.

- En mi opinión si el público no logra captar la verdadera esencia de la obra, el artista tiene que seguir igual plasmando sus ideas sin importar qué - Comentó caminando hacía la puerta que les separaba de la segunda sala - Hay muchos artistas que no han sido apreciados por su generación pero que son finalmente entendidos luego de su muerte -

Notó como tomaba el cabello y dejaba al descubierto su cuello, gesto que a Soren le pareció bastante sexy. A veces las mujeres modestas podían ser mucho más seductoras que las prostitutas en corsets. Dedicó unos segundos de observador a esa pálida piel antes de cambiar la mirada hacía otro lado, no quería que ella pensara que era una especie de pervertido.

- Quiere decir que... ¿No se ha vuelto a enamorar? - El tema le daba un poco de corte, pero al mismo tiempo la curiosidad le obligaba a seguir preguntando, como no tenía amigos que compartieran su misma situación, se preguntaba si ella podría entender lo que el había experimentado, a lo mejor algo similar le había pasado a ella también - Yo por mucho tiempo creí que no podría sentir nada por nadie, era como si esta maldición... quiero decir, "don" sólo me permitiera pensar en la sed y nada más... me costó bastante no ver a las personas sólo como objetos y fue aún más difícil acercarme a ellas pero... cuando abrí mi ser a alguien... descubrí que aún siendo inmortal... si podía llegar a enamorarme -

por **Catalina De Aragón** Miér Ago 26, 2015 1:33 am

Cuando habló de su edad me sorprendió el hecho de que casi teníamos los mismos años. Por lo que viviríamos en las misma épocas. Sería interesante saber como había sido 1500 en su tierra natal y como se diferenciaba de la que había vivido yo.

Era un hombre interesante, con mucho que contar y ganas de hacerlo, seguramente si no pasaba nada, volveríamos a vernos: una noche es demasiado poco tiempo para hablar acerca de tres siglos.

- Es peculiar. Yo tengo trescientos años ahora mismo, pocos más que usted. No obstante algo me dice que nuestras realidades han sido muy diferentes - luego retomé el tema del que estábamos hablando - Creo que se puede llegar a controlar el instinto, de echo parece un ejemplo claro de ello - en cierto modo lo decía en forma de halago - Pero también creo que, existen situaciones extremas en las que el instinto impera sobre la razón. Momentos concretos. Imagine que lleva tres días sin alimentarse y tiene que ir a clase - tres días era lo máximo que había conseguido pasar sin alimentarme - No digo que fuera a ceder aún, pero la lucha que tendría en su interior seguro que no le permitía realizar sus funciones normalmente.

Seguimos con nuestra ruta y escuché su exposición del arte, del entendimiento, de la expresión. La verdad es que era demasiado optimista. Quizás en exceso. O quizás era un humanista. ¿Pediría permiso a su alimento antes de morder? Al parecer había vampiros que aún sentían remordimientos al beber sangre. Yo hacía tiempo que había interiorizado el acto convirtiéndolo en algo natural, algo del día a día.

- Debe seguir intentándolo o asumir que siempre será incomprendido por otro - era gracioso como parecíamos la cara y la cruz de una moneda - Ya sea por no saber mostrarlo como se debe o no tener una capacidad plena de expresión - luego reí cuando habló del éxito una vez muerto. Esta vez si me tapé la boca para ocultar mis caninos, había demasiada gente por allí.

- ¿Son comprendidos demasiado tarde o, en ese momento, ya no pueden refutar lo que se dice de sus obras? Creame, mis pseudonimos han muerto mucha veces y aún así no gozo de gloria y reconocimiento. Supongo que quizás todavía no ha llegado mi momento.

Finalmente llegamos a un tema más profundo, más peliagudo: los sentimientos. La verdad es que, con la resurrección había ganado muchísimas cosas. Pero desde entonces, sólo había sentido dos cosas con fuerza: Dolor y hambre. Había escuchado que al morir se me acentuarían los sentimientos, las emociones. No obstante al morir sólo había conseguido sentirme muerta y, la verdad, es que escuchar aquello de mi acompañante quizás arrojaba un rayo de luz sobre toda aquella oscuridad.

- La verdad es que creo que nunca me he enamorado - admití aunque resultara triste - Y desde que abracé la noche, no he sentido nada parecido a lo que sentía en vida. Ni deseo, ni alegría, ni tristeza... sólo hambre. Un hambre que no se apaga, que te quema por dentro, que desgarra tus entrañas. Un hambre que, me atrevería a decir, engloba todas las emociones perdidas - luego quise opinar también de su postura frente a lo que eramos - Quizás sea un don o una maldición. Pero sea lo que sea, no estamos hechos para amar. Somos demonios, robamos vida para alargar la nuestra - era una realidad de la cual era consciente y no negaría. Una realidad que había interiorizado y que ya no me producía reparo exponer - Amar a un humano acabaría mal y a un inmortal... creo que también acabaría mal - hice una pausa y le miré de lado con la cabeza entornada - Somos demasiado viejos y tenemos demasiadas manías.

por **Soren Kaarkarogf** Jue Ago 27, 2015 8:14 am

Aquella noche que podía haber sido solitaria y aburrida se había convertido en una interesante velada gracias a Catalina, se sentía afortunado de haber podido conocer a una mujer que compartiera su misma situación ¡Inclusive tenían casi la misma edad! Soren esperaba que en algún momento pudieran verse de nuevo para compartir un poco más de sus vidas.

- Normalmente... puedo aguantar una semana - Explicó con modestia y agregó - Para poder ser profesor y tener un horario que me permita dar clases, es imperativo que pueda alimentarme los fines de semana para poder tener el resto de noches libres y así poder trabajar en la Universidad - No había sido fácil lograrlo y resultaba doloroso, pero su amor por la enseñanza era más grande.

Cuando ella reveló que sus seudónimos habían pasado desapercibidos a través del tiempo, Soren se preguntó si quizás el conocería alguno, habiendo estudiado historia del arte a lo mejor había escuchado de algún pintor de origen Español.

- No pierda la esperanza - Le dijo sintiéndose de buen humor - Al menos su tiempo es infinito, imagínese si fuera humana, si no triunfa en esta vida, no hay nada que pueda hacer al respecto - Soren continuó caminando a su lado hasta que llegaron al final de la sala, habían terminado de ver la exposición y no se había dado cuenta pues estaba enfrascado en la conversación - Yo ni siquiera me atrevo a mostrar lo que pinto - Le confesó un tanto avergonzado pero sintiéndose más a gusto para hablar de esas cosas - Al menos usted se atreve a exponer sus ideas y sentimientos -

Se detuvo casi frente a la entrada del museo pues habían dado toda la vuelta a la sala.

- Espero que al menos se de la oportunidad de sentirlo - Dijo al fin luego de escuchar sus palabras - Inclusive si nunca ha sentido amor hacía un mortal o así crea que saldrá mal... creo que es una experiencia que vale la pena - Continuó y se sorprendió de estar diciendo aquello cuando el dolor que le causaba recordar a Anuar era casi tan grande como la propia sed de sangre - Creo que enamorarse... es algo que lo hace a uno sentir de nuevo 'vivo' aunque sea doloroso -

por **Catalina De Aragón** Jue Ago 27, 2015 4:13 pm

- ¿Una semana? - contesté incapaz de creer lo que me acababa de decir - Si pasara tanto tiempo sin alimentarme, parecería un lobo hambriento al salir a la calle. Puede estar por seguro que me tiraría al primer cuello que encontrara - reí ante la expresión, pero la verdad es que era lo que pensaba que pasaría - Es digno de elogio que haya sido capaz de dominar sus instintos hasta ese punto para poder llevar a cabo una pasión que viene arraigada desde que su corazón latía - me sentía incapaz de concebir que algo me importara tanto como para llegar a hacer semejante sacrificio.

- En eso tiene medianamente razón - refiriéndome al concepto de tiempo - Mi tiempo aquí es infinito a menos que me sea arrebatado - decreté - Pero cada noche las calles son más peligrosas y la soledad de los nuestros un indicativo de debilidad - la verdad es que llevaba tiempo pensando en la posibilidad de buscar algún grupo de vampiros y unificarnos en pro de nuestra supervivencia. Hacer algún tipo de comunidad, con nuestras propias directrices y reglas. Crear una pequeña familia aunque siempre lo llamen secta cuando lo he planteado. El problema es que llevaba poco tiempo allí para conocer las suficientes almas malditas para que saliera adelante.

- ¿Vos pintáis? - le pregunté con cara de sorpresa. Por regla general, la pasión por el estudio del arte no va ligada a la ejecución del mismo. Pero al parecer, aquella noche todo eran sorpresas - Siendo así no debería avergonzaros para nada - hice una pausa - ¿Qué os gusta pintar?

- ¿Valor decir? - me estaba refiriendo en este momento a la idea de ser lo suficientemente valiente para mostrar aquellas pinturas que llevaba acabo - Creo que es más bien orgullo, una necesidad de reconocimiento. Una necesidad frustrada - pero al menos no dejaba de intentarlo - De todoso modos, muchas de las obras no salen de las paredes de mi alcoba. Velan mi sueño y me levantan al ocaso.

La puerta de salida se colocaba frente a nosotros y cruzamos el umbral que daba paso a la noche. Había comenzado a refrescar y las personas que caminaban por la calle, se habían colocado abrigos más espesos para combatir el frio. Nosotros apenas sentíamos la diferencia.

Sus referencias al amor encendían en mi la curiosidad de saber que se sentiría. Esa necesidad de la que hablaban, esa dependencia, esa entrega... Era algo bonito de escuchar pero quizás demasiado idílico para alguien que no lo ha conocido de primera mano, en sus propias carnes.

- Siempre me han dicho que el amor es algo que sucede, que ocurre. Que un día, caminando por la calle, conoces a una persona que cambia tu mundo - estaba volviendo a la utopía escrita en los libros y contadas en gestas - Por lo que realmente no me preocupo demasiado por buscarlo. Espero a que pase... - confesé - El problema es que, después de 300 años, ya he perdido la idea de que ocurrirá. Tampoco es que me preocupe, simplemente me limito a sobrevivir.

Vi en su rostro un ligero halo de tristeza. Al parecer no había estado tan desencaminada cuando había dicho que, en cualquier caso, el amor para un inmortal siempre acaba mal. Estaba dándome la razón de un modo completamente inconsciente. No es que me satisfaciera el hecho de tener razón, pero al menos sentía la certeza de que no andaba tan desencaminada.

- Perdone si he forzado este tema sin querer - me disculpé - Veo que sufre por ello aunque quizás haya pasado mucho tiempo atrás - le dijo a modo de que viera que veía su gesto, que no pasaba desapercibido - Si desea hablar de ello, puedo acompañarle un rato por la orilla del rio. Me encanta escuchar el sonido del agua al correr en la oscuridad.

por **Soren Kaarkarogf** Jue Ago 27, 2015 8:46 pm

Para ella era difícil creer que él pudiera disfrutar tanto de su trabajo como profesor como para aguantarse una semana sin beber, para ser sincero no era sólo por su trabajo, sin en general porque Soren era el tipo de persona que deseaba tener control sobre todos los aspectos de su vida, odiaba el hecho de ser vulnerable a la sed y de convertirse en una bestia sólo por ese hecho.

- No tengo un tema específico que me guste pintar, a veces hago retratos de gente que me llama la atención, a veces son simplemente colores y formas que expresan mis sentimientos - Explicó bastante avergonzado, no consideraba sus obras buenas en absoluto, al ser un erudito en historia del arte, siempre comparaba sus cuadros con los de grandes pintores haciendo que perdiera confianza en lo que hacía.

- Si es cierto de que el amor llega cuando uno menos lo espera - Acepto dejando escapar un suspiro - A mi me cogió desprevenido y cuando me di cuenta de lo que sucedía ya no había marcha atrás -Intentó bromear, el vigilante en la entrada del museo se despidió de ellos cordialmente y procedió a anunciar que el museo cerraría en breve y los visitantes debían abandonar el lugar.

- Esta bien... creo que si puedo hablar de ello, es un paso para comenzar a superarlo - Aceptó encogiéndose de hombros, una suave ventisca helada golpeó su rostro y jugueteó con el cabello de Catalina por unos instantes - Por eso me enterré por 3 años, necesitaba dejar todo atrás, necesitaba tiempo para pensar en silencio - Concluyó pensativo y luego agregó - Muchas gracias por la invitación, pero para ser honesto, esta noche necesito hacer mil cosas, vine al museo para despejarme un poco, pero en realidad estoy muy ocupado, cuando uno se entierra por tanto tiempo y regresa al mundo de los vivos todo cambia - Continuó y extrañamente se sintió de buen humor - Tengo que buscar al dueño del terreno donde tenía mi casa, resulta que alguien la ha tomado mientras yo estaba dormido, así que debo hablar con él para ver la posibilidad de recuperarla, también tenía una tienda ¿Sabe? Vendía un montón de reliquias y cosas curiosas, pero me temo que el local quedó abandonado y debo revisar lo que queda de la mercancía en las bodegas - Se llevó una mano a la cabeza para acomodarse el sombrero.

- Pero definitivamente me encantaría volver a disfrutar de una velada en tan agradable compañía - Finalizó con expresión amable - Ha sido un placer Catalina ¿Le parece bien si nos vemos en otra noche? -

por **Catalina De Aragón** Jue Ago 27, 2015 9:59 pm

- Yo también prefiero pintar un poco a gusto de lo que me pide la situación, el estado de ánimo o la inspiración - contesté a su respuesta - Además de que pintas más a menudo, ayuda a que no te sientas encasillado en un modo o en una categoría de arte - luego intenté hacerme a la idea de porque sentía aquel caballero recelo de mostrar su obra - También entiendo que, al ser una expresión física de sus sentimientos, le de reparo mostrarlo. Sería algo así como abrirle su corazón a los demás - algo que ni siquiera yo hacía. Ya que, mis verdaderas obras nunca llegaban a ver la luz.

- Viendo el poder y las consecuencias que tuvo con vos, no se si realmente quiero sentirlo - intenté también bromear un poco viendo que se esforzaba en que resultara menos duro de lo que realmente era - A veces, lo más importante es lo que se vive en el momento, en el día a día. Pues es lo que queda en nuestra memoria, lo que podemos recordar y en lo que nos podemos apoyar - yo aún guardaba recuerdos bonitos y bastante vívidos en mi cabeza. Tanto así que, a veces los sueños diurnos, me hacían creer que aún estaba viva.

- Sólo espero que el final no fuera el adiós definitivo para la otra persona - obviamente para el no lo fue, aún estaba allí - Quizás, algún día, tenga la posibilidad de retomarlo. ¿Quién sabe? - intenté darle un rayo de esperanza aunque realmente no conociera bien la situación y sin tener realmente claro que era lo que él quería después de todo.

- ¿Una tienda de antigüedades? ¡Vaya, si que es usted una persona ocupada y activa! - elogié de nuevo a aquel hombre que parecía una caja de sorpresas cada vez que hablaba de algo nuevo - Espero que sea capaz de recuperar su terrenos. Y que no le den demasiados quebraderos de cabeza con la burocracia.

Luego, ante su inminente adiós, me apresuré a corresponderle del mismo modo.

- El placer ha sido mio - le dije - Ha sido usted una agradable compañía y un perfecto orador - no me quedaba ya mucho más que decir después de que declinara mi oferta de continuar con nuestra charla un poco más. Aún así dejó abierto un camino a otra noche más adelante - Me parece perfecto que coincidamos otra noche si es su deseo - pensé en que día podría ser factible - ¿Le parece que sea el día de la inauguración de la siguiente muestra de arte? - me refería a cuando expusieran mis obras - Tengo entendido que harán una fiesta y demás.

- Que pase una buena noche - dije a modo de despedida mientras seguía mi camino hacia la orilla del rio.

por **Soren Kaarkarogf** Vie Ago 28, 2015 8:10 am

Soren no había hablado de su relación a nadie por dos importantes razones, la primera no tenía muchos amigos a quien contarle y la segunda, tenía un poco de miedo de ser juzgado puesto que su pareja por varios años había sido un hombre. Las personas de ese tiempo encontraban difícil de aceptar que alguien pudiera sentirse atraído por personas del mismo sexo y seguía siendo un tabú gracias a la iglesia.

- Si que ha sido definitivo - Le respondió y decidió que iba a tomar el riesgo de decirle a Catalina - Él era un pintor que intentaba sobrevivir con su arte, aunque no conseguía ganar mucho con sus cuadros - Desvió la mirada de nuevo al suelo un tanto avergonzado - Pasaron muchas cosas y vivimos buenos momentos... pero ahora se ha enamorado de otra persona, así que... - Se encogió de hombros, ya no había nada que el pudiera hacer.

- Durante lo largo de mi no-vida he podido viajar por muchos sitios y fui recolectando diferentes curiosidades, por eso encontré que abrir una tienda de antigüedades era la forma perfecta de valorar esos objetos - Le explicó acomodándose el sombrero - Espero poder recuperar una buena parte - Concluyó.

- Oh... ¿Una fiesta? - Exclamó interesado - Suena divertido, me parece una excelente idea, ahí estaré - Ahora tenía un par de semanas para conseguirse un traje más decente para asistir - Sólo espero que no me toque bailar mucho o seguramente terminaré pisando a alguna dama - Agregó bromeando - Hasta entonces Madame Catalina, encantado - Se inclinó cortésmente en una venia y luego se dirigió hacía la calle en dirección opuesta para regresar a los suburbios de la ciudad, aquella sería una larga noche sin duda.

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Una talentosa artista (Catalina)

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