Gratos momentos de ingratitud — Devi

por **Børiska K. Hercžog** Miér Sep 23, 2015 7:33 pm

El viento de las calles amenazaba con enfriar a todo ser humano viviente en la tierra pero de todos esos grupos había uno que no sentía el más mínimo contacto gélido, incluso se paseaban con ligeras prendas en tonos negros lo que caminando por la ciudad a la vista de todos, sin importarle que los vean; pero eh ahí el detalle, nadie los miraba ellos pasaban como si no estuvieran ahí ¿cómo? Sus habilidades hacían en los mortales y no tan mortales que ellos no estaban cruzando que era una enorme ráfaga de viento que iba creciendo a medida que avanzaba por las empedradas calles.

El repique de las campanas anunciaba la hora pérdida, llevaba ese grupo horas merodeando la ciudad con ojos muy atentos y sus sentidos alerta, ¿qué hacían? Buscaban a una mujer, una que llevaba el brazo lastimado por lo que deseaban encontrarla a toda costa. La catedral fue la primera en ser revisada pero nada, solo encontraron un párroco dando la misa final y unos que otros fieles tomando la eucaristía, uno que otro de esos presentes los alcanzó a ver y no les despegaba la vista, al parecer un semejante creyente. Se burlaron de él saliendo de ahí con las manos vacías; mientras, por los callejones dando tumbos iba la silueta de una mujer que oculta entre las sombras buscaba refugio alguno.

Un grito y un cuerpo sin vida cayendo al suelo es lo que alarmó a los cazadores que iban tras de ella, con pasos agiles y por los techos iban tras la pista dejada pero no había nada en los callejones más que solo cuerpos cayendo en cenizas, la mujer que seguían estaba por los techos disparando balas de plata directo a los corazones de sus captores, solo le quedan cinco por acabar. Corriendo por las tejas de la ciudad iban dando saltos disparándose como si fuera una cacería, pero esta se desarrollaba en plena urbe aunque nadie oía ni veía solo los semejantes. Sabía la mujer que podían herir a alguien y entre su saltos decidió doblar una de las esquinas lanzándose al vació a uno de los comercios de la zona, ya estaba cerca de su objetivo, cerca al a zona comercial estaba el Sena y con ello su oportunidad de escapar por unas horas.

Lo dicho pudo llegar con tres de sus captores que le seguían, pero le pierden el rastro cuando ella se lanza al rio, sin salir a tomar aire, saben que la han perdido, re reagrupan dándole unos minutos de ventaja a la mujer que no espera si no que a unas millas de ahí sale toda mojada y lastimada, también le han herido nuevamente en la pierna y en el hombro otra vez. Corre por la zona este dirigiéndose a la zonas abandonas al menos por una noche más de descanso y tranquilidad. Sus armas están cargadas pero solo su “espíritu” es el que necesita aun un poco de calor y tranquilidad para curar sus heridas. Revisa el lugar antes de adentrarse y no le cuesta mucho hay uno que otro cadáver o vago rondando por ahí a lo que le sirve de alimento para curar en algo sus heridas. Otros son drogadictos y alcohólicos de los cuales prefiere no beber. Se adentra a una construcción que parece una vieja casa camina por los pasillos hasta estar en lo que sería la cocina buscando algo con que sacar las balas, el ruido sabe que no alertará a nadie, o quizás si.

por **Devi** Lun Nov 09, 2015 2:59 pm

Ladeaba la cabeza a un lado y a otro, comprobando la calidad de la vela. Satisfecha (y aunque no lo hubiera estado, se lo hubiera llevado igualmente) metió la vela en su petate y se ajusto la mochila a la espalda. Salió de la habitación y se dirigió al baño. Había un peine mohoso y escuchimizado que no se atrevió a tocar, ojeo en los cajones a ver si había por fortuna una pastilla de jabón.
Más quisiera.
Chasqueo la lengua y siguió revisando, había un trozo triangular de espejo en la pared, el desgaste del tiempo hizo que fuera fácilmente extraible ya que apenas estaba pegado en la pared. Soplo sobre este y restregó la manga para quitarle el polvo.

-Huy...esta fabricado con el grisáceo veneno de los oscuros. A lo mejor puedo hacerme un amuleto. Hmm...- Se mordía el labio inferior mientras pensaba que uso podría darle a medida que lo guardaba.

Estaba echo de plata, se dio cuenta dado la oscuridad que representaba y que a diferencia de los espejos hechos de vidrio estos no se vuelven opacos con el tiempo. Por lo que eran más baratos.
Había recogido otras cosas, una manta hecha jirones y desteñida de color verde caqui que mantenía colgada al hombro, un sombrero de paja que simplemente le hacia gracia llevarlo en la cabeza, unas cajitas vacías de adorno que estaban deterioradas y también encontró algo de algodón aún bien conservado junto a un candil de latón desgastado con el que usarían para prenderlo. Se llevo ambas cosas.

Tras haber registrado la parte superior de la casa bajo por las escaleras tarareando en bajo para si con aire despreocupado, al fin y al cabo, no había nadie cuando entro por primera vez. Se dirigió a la cocina con la esperanza de encontrar algún machete, eso la facilitaría mucho la vida.
Se paro en seco en el umbral de la cocina cuando vio a la chica que habitaba ahí.

-Ups.-

Estaba profundamente avergonzada y mantenía unos labios rectos y finos tras apretarlos en el interior de su boca. La casa estaba ocupada y ella era la dueña, por lo que se consideraba una ladrona, la habían pillado en la masa y...espera. ¿Eso es sangre?

-¡Santa sarna, estas sangrando!.-

Su rostro palideció, abrió los ojos y trago saliva. Las heridas eran recientes, eso estaba claro y, o estaba escapando de algo o acababa de tener un enfrentamiento del que habría salido victoriosa. Podría estar usando la casa para ocultarse o tratarse por lo que ahora...hubiera preferido seguir siendo una ladrona en vez de a lo que podría atenerse ahora. Hubiera deseado salir corriendo, de hecho lo hubiera hecho de no ser que...simplemente, se despreciaría a si misma por dejar a alguien así.

-¿Pu-puedo aliviarte?-

Empezaba a sentirse extraña y sintió un escalofrío que la recorrió la espalda, no era la idea de correr la que se le venía a la cabeza si no algo parecido a "huye, huye mientras puedas y no mires atrás". La chica desprendía una energía inquietante que la estremecía, se sintió insegura. Pero al fin y al cabo...

Su Yo interior seguía dormido,
Pese a siempre confiar en si misma,
Ella estaba herida y no podía ignorarla,
Pues hasta las peores bestias precisan de compañía.

por **Børiska K. Hercžog** Lun Nov 23, 2015 10:17 pm

Las aves nocturnas en pleno vuelo graznaban a su paso por el cielo nocturno, otras en cambio habían anidado cerca de las instalaciones abandonas que les servía de refugio o como un hogar aun cuando las condiciones eran las más precarias, las más sombrías rondaban como buitres a las almas perdidas y desvalidas que allí se reunían por algo de calor arrancándoles de tajo la poca vida que tenían. Triste sentencia.

Los pirales con vigas altas que aun conservaban la forma de una residencia acogedora cimbraron en segundos para dar paso a un tiempo que se congeló en el momento que una voz suave atravesaba por la oscuridad hacia aquella que toma su arma con dolor apuntándola directamente a la cabeza, más, tal como se ha levantado aquella arma desciende hasta caer al suelo junto al cuerpo que trata de recomponerse alejando a la joven que se acerca con preocupación.

Observa a la mujer sonriéndole al tomar de nuevo su arma y guardarla, con esfuerzo se pone de pie buscando nuevamente en los cajones y alacena de aquella cocina; sabe que no tardarán en llegar o quizás aún más, sabe que pueden estar otros tras su búsqueda, suspira negando a la joven platina a la que cubre la boca con la mona, en un pestaño ha quedado frente a ella y así mismo en esa misma velocidad se ha alejado dándole la espalda

—Shhh, no seas escandalosa, nos encontrarán más rápido así—

Contesta en un susurro encontrando en una de las gavetas un cuchillo, lo toma doblando con sus dedos la punta del mismo, camina golpeándose contra el lugar hasta una de las ventanas de aquella habitación, de esta colgaba unos pedazos de tela sucios y roídos por las alimañas, con resto de hollín pero al menos serviría; dejó el cuchillo sobre aquel mesón para rasgar algo de aquella tela que colocó entre sus dientes mostrando así sus grandes colmillos, alzó su la pierna herida que sin dejar de mirar la joven directo a los ojos para mostrarle que no era un ser humano, en ese preciso momento clavó el arma filosa en la herida que tenía removiéndola hasta que el sonido de una esfera cayera al suelo rodando hasta la joven.

El tiempo se detuvo cuando cae al suelo, con su espalda contra una de las puertas de las gavetas algo desvencijada, escupe el trapo observando a la muchacha, ladea la cabeza observándola mejor, que aunque la oscuridad se cernía en ella podía verla completamente cubierta de manera extraña con un sombrero que le era más grande que su cabeza. Sonrió ante ello.

—No digas cosas tan imprudentes niña o podrías morir en algún momento, ves que no soy un humano normal así ¿por qué no sales corriendo de aquí?—

El murmuro queda en el ambiente cuando un profundo suspiro la atenaza al igual que sus heridas que tardan en sanar, para olvidarse de ellas unos momentos carga sus armas en su puesto acomodándolas en su cinto y en tu tobillo; con cada movimiento de su brazo derecho el dolor de aquella bala incrustada se hace más evidente

—¿Puedes sacar una bala de mi herida y luego serías capaz de buscar a alguien a quien pueda morder para aliviar estas heridas?. Te has ofrecido a ayudarme ¿no es verdad? O es solo una mentira—

Sonríe, con ironía.

por **Devi** Lun Nov 30, 2015 2:31 pm

Se quedo completamente paralizada cuando sintió que la apuntaban con el arma, aunque al menos esta vez no dispararon. Su perplejidad llegó con el amago de un grito acallado por la palma de la mano que tapaba su boca. Le faltaba el aire, no se había percatado momentos después de que había dejado de respirar por miedo a ofender al ser que tiene delante de alguna forma. En sus ojos mostraba el temor creciente con el que empezaba a emanar un nerviosismo en su cuerpo provocando un ligero balbuceo en respuesta a su primera pregunta.
Una criatura de la noche, un danzante en las sombras, Devi sabía lo que representaba. Debería de haber puesto los pies en polvorosa al ofrecerla tan ingeniosa propuesta. ¿Por qué no había echado a correr? No tuvo tiempo de pensar la razón, al menos conscientemente. Simplemente no lo hizo.

Trago saliva y tras un rato para tratar de calmarse tuvo el atrevimiento de dirigirse a ella.

- Y-yo jamás miento.- Y esa fue su respuesta. Oprimió los labios como si hubiera sentido haber dictaminado su sentencia pero no...ni mucho menos. Movía continuamente los dedos de los pies y aún luchaba por no salir corriendo.

- No se me da bien...pero puedo intenta'- Pausa, traga saliva.- intentarlo...-

Ella parecía humana y quizás esa era la razón por la que se sentía en el deber de ayudarla, o quizás por que quería comprender mejor como eran. O una mezcla de ambas. Aunque sabía que lo primero bien podría parecer una máscara.
Tras unos segundos se acerco a ella conforme iba palideciendo a medida que avanzaba.

- Con...con permiso. - Tomo el cuchillo y trato de ignorar lo que ella representaba. Toda la amenaza que se cernía sobre su sangre, "alguien a quien morder" eran las palabras que resonaban en su cabeza.
Cogió aire y en el momento en el que se puso manos a la obra el pulso dejo de temblarla.
Y no por ello fue tarea fácil, ni mucho menos. Tuvo que abrir parcialmente más la herida con la que hacer palanca para sacar la bala de ahí. Por suerte, no era humana y podría soportar el dolor mejor, aunque cabe decir que pese a su novicia tarea, no pudo darle un trato más humano. Guardo recelo conforme abría la herida en los extremos con cuidado con la que extraer dicha bala al hacer palanca, incluso empleo el algodón que había encontrado para parar la hemorragia atándolo a su brazo con el trozo de tela que βørișқa había cortado anteriormente.

Dejo el cuchillo en la mesa y se aparto varios pasos, cogió aire y se seco las manos de sudor en su cuerpo. Rehuía a mirarla mientras volvía a embargarla el temor asustadizo frente al ser que tenía delante con el incesante movimiento de los dedos de los pies. Trago saliva antes de volver a hablarla.

-Ya esta...supongo que así te recuperarás.- Podía haber aplicado como ungüento el áloe vera que guardaba en la mochila, pero aparte de que dudaba de su funcionalidad en ella, no creía conveniente aplicarla sobre una herida profunda como el de una bala donde posiblemente la perjudicaría.
Respecto a lo último, simplemente ignoro esa pregunta.

por **Børiska K. Hercžog** Miér Dic 23, 2015 11:33 pm

El silencio sepulcral que se había instalado en aquel momento sobre ambas mujeres había sido más que suficiente para cortar cual filoso cuchillo la intención de ambas. El graznido de las nocturnas aves que cruzaban o anidaban cerca era lo que más se podía escuchar por lo que parecía una eternidad, aunque no eran más que solo minutos que se pueden traducir a los más agónicos segundos de la existencia de cual ser, incluso, de aquellos cuya vida no era aceptada por tener que ser arrebatada de vidas inocentes.

Fieros ojos se posaron sobre la platina cabellera de aquella jovencita que hablaba con sigilo, desciende aquella pétrea mirada hasta los ojos escurridizos de la muchacha esbozando una sonrisa de incredulidad, más las palabras y los actos de la extraña le sorprenden de sobre manera.

Seguía los pasos de la joven bruja sin perderse detalle alguno, más el sonido de su corazón delataba los nervios que sentía por alguien como ella, cerró los ojos tratando desesperadamente no lanzarse contra aquellas venas que pulsaban rápidamente; aquello era una bomba de tiempo. Su cercanía obligó a la asesina a desviar la mirad dejándola hacer lo que más podía con la herida, aun cuando cortaba de más y el deseo reprimido de atacar aquello que estaba por reventar su cordura y cuerpo por el simple hecho de atacar a un ser que es considera como una bestia sin corazón.

Cubrió su boca para evitar mostrar los largos y fieros colmillos, mordía su propia lengua o labio controlando así su deseo primario, alejaba el sonido de los acelerados latidos por el de las carroñeras aves que por fuera se hallaban buscando con desesperación a un pobre ratón. Evitaba hablar o así perdería la concentración que años le llevo dominar.

Al termino de aquella ayuda prestada, observó su herida sanar, aun lentamente chasqueando la lengua, ante ello. Regresó la mirada a la joven sonriéndole y su voz algo seca se podía oír nuevamente.

—No voy a morderte a ti, no me agrada para nada tener que tomar sangre de personas que no se ofrecen por voluntad propia—

Carraspeó en un murmuro ligero, apretando la herida. Sus ojos se cierran buscando un ápice de descanso pero no lo encuentra por visualizar el miedo característico que presente su especie en los ojos de los ajenos. Esa mirada de terror por perder las vidas tan preciadas que cuentan en manos de asesinos que no preguntan, que no conocen, que ni siquiera les importa quién era aquella desdichada al final de su faena.

—Una rata es lo que necesito, al menos dos o cuatro o cinco para que estas heridas sanen. Por lo que veo te desagrada el hecho de saber que puedo matar a otro ser “inocente” así que no te pediré que busques a alguien en si—

Su mirada es seria y dura, más que fría es la misma mirada letal que suele tener.

—Si dices que no mientes entonces esta tarea te queda más que sencilla ¿Verdad?—

Un ligero dolor que siente que es amordazado antes de escapar en un grito, su cuerpo comienza a sentir los estragos de la falta de ingesta del vitae necesario y con la cercanía de una persona cuyo corazón no para de latir con la fuerza de un millar de caballos no era tarea fácil.

—Maldita sea, puedes por favor controlar tu corazón, tu pulso es endemoniadamente ensordecedor. Ya te dije que no voy a morderte ni a matarte, no soy de ese tipo—

Abre sus ojos y un miedo se refleja en la mirada cristalina de aquella mujer que mira a los ojos claros de la joven niña. Un miedo a perder la poca cordura y se deje llevar por el frenesí del hambre.

por **Devi** Mar Sep 06, 2016 12:50 am

La tarea estaba echa, ya no precisaba estar más cerca y mientras se retiraba al umbral de la cocina luchaba en su interior por apaciguarse a si misma. No podía negar su verdad, la cercanía y el latir de su corazón era como una plancha metálica en su cuello pues eso, esa era su percepción pues antes de desaparecer del lugar se atrevió a mirarla a la cara y pudo sentir parte del reflejo de su dolor.

Hubiera dicho algo pero no encontro palabras, o al menos, no las correctas, ya se había marchado de la casa. Caminaba atontada mientras se frotaba el vello de los brazos y su respiración se atenuaba. Las preguntas bombardeaban en su cabeza. ¿No tomaba las sangre de quienes no la ofrecían, de verdad había gente que hacía eso?...¿Sería algo grotesco, inhumano?..¿Y que razón les llevaría? Quizás la piedad y misericordia que habitaba en sus ojos, o el desprecio de llevar una vida que ella no había elegido, quizás.
Sentía con la necesidad de alejarse más del lugar, aun recorria por su espalda esa fría inquietud y trato de encerrarse en una parte de su mente, un lugar en el que aflorece la tranquilidad y evade las emociones y sentimientos, un escudo que...simplemente había olvidado como acceder y su acto fue un mero intento de algo perdido.

Parecía sencillo..¿No? Sencillo sería con algo con lo que poder atraparles o cazar, ya que solo un tarado acorralaría a una rata y en esos momentos es cuando la rata más teme por su vida y el roedor cual felino, saltaría a la cara de su opresor buscando librarse de él, o al menos, cegarle.
En un lugar como ese no era dificil encontrar ratas, los lugares derruidos con multitud de agujeros y papeleras con un bufetes de comida en estado de descomposición avanzada. Un perfecto paraíso.
Al menos tenía algo con lo que atender su mente, y eso la hacia no pensar y darle menos vueltas a la cabeza repercutía en mas paz interior para ella. Al menos en la teoría.

- ¡Auch! - Una papelera se desplomo golpeándola en el costado cuando torpemente se abalanzo hacia un roedor que salió disparado en cuanto la escucho. Alzo el puño con aliento vengativo. -¡Corre, corre tú que puedes!- Si es que eso pudiera tomarse como una venganza, tenía cierta ironía respecto a su situación.

Había transcurrido una hora, y solo había logrado cazar una rata, una rata la cual la mordio en la muñeca y logró escaparse de ella mientras miraba atrás con una sonrisa peculiar en el rostro. Se encontraba cansada y magullada, quizás esa "persona" ya se hubiera marchado, o quizás se la encontrara a la vuelta de la esquina buscando un festín que llevarse a la boca. Ambas ideas la parecieron horribles.
No es novedad que la suerte o desgracia suelan venir de la mano. ¿Tendría fortuna aquel felino herido en el suelo cuando devi la encontró? ¿O sería aun mas desgraciada su final, sirviendo de alimento a otro ser del que se defendió?

Estaba tullido, tenia un ojo ciego y una mordedura en el hombro, probablemente habría sido otro gato callejero y su estado de debilidad en el que se encontraba hizo que no pusiera resistencia cuando Devi se lo llevo entre brazos.
Había ido a socorrerle, con la creencía de poder curarle, quizás si estuviera cerca del hogar, aunque la herida ya estaba infectada y quizas hubiera perdido mucha sangre. Le acariciaba con cariño buscando consolarle. -Shh..la calma pronto llega, en un charco de oscuridad, la energía se consume para dar a otra vida su lugar- Se expreso con voz suave, pese a lo tétricas que podrian resultar sus palabras...quizás no se la diera bien consolar a los animales. Y mientras la inquietud y el remordimiento se iba haciendo con ella del por venir.
¿De verdad sería capaz de entregarle dicha criatura a un ser que no es de este mundo?

Devi volvio a presentarse en el umbral de la cocina con el gato entre los brazos, sin saber realmente si deseaba que dicho "Ser" estuviera allí presente, el pésame la ahogaba por dentro. Lo hubiera intentado, hubiera intentado salvar al gato hasta su ultimo suspiro, en vez de lanzarlo a los dientes de otra criatura. ¿Qué era lo correcto?

por **Børiska K. Hercžog** Dom Nov 06, 2016 10:19 pm

La soledad se hacía notar en aquel lugar, en el que la calma había decidido gobernar dejando a quien estaba sobre aquel estado, pudiese oir el dolor de sus heridas y el ardor de su alma extinta. Los ojos claros observando como el cuerpo con vida se alejaba sin decir palabra alguna, era todo lo que podía hacer aun cuando por dentro su garganta se secaba por un bocado de aquello que le es prohibido. Un sonido proveniente de los alrededores le alerta, su brazo estaba casi inerte y aun estaba cicatrizando como para poder tomar el arma en alza; trató de ponerse en pie observando por aquella ventana pero solo era el viento que agitaba las ramas, al menos hasta que de la nada una voz muy conocida se hizo eco.

El rastro que había pensado no haber dejado no era del todo cierto, ahora estaban ahí y su sangra atraería a aquellos seres que revisaban una a una las ruinas de aquel lugar, uno de los novatos se acercó a donde estaba, tendría la oportunidad para probar algo de sangre, pero, sabía que era arriesgado, más si la joven aparecía, aquella muchacha estaba en peligro y sería por su culpa. Miró por el umbral justo para verla con un gato entre sus manos ¿un gato?, corrió a donde ella en un segundo tapándole la boca con la mano

—Shh no digas nada y relaja tu pulso, ellos ya llegaron por mi y si te encuentran te mataran, es mejor que cierres los ojos y pienses en algo agradable mientras se van—

Soltó a la joven bruja tomando el gato dejándolo en el lugar donde ella había estado antes, para despistarlos antes de que entren aquellos seres semejantes a ella

—Vete por arriba o busca algún lugar donde esconderte, cuenta hasta cien y luego podrás salir ¿lo prometes?—

Con el dolor que se reflejaba en su rostro levanta sus armas, caminando, realmente tambaleándose, hasta quedar tras la puerta de aquella cocina, aguardando en silencio mientras sonreía a aquella niña, una sonrisa que jamás pensó poder emitir.

por **Devi** Lun Dic 19, 2016 3:51 am

Si no fuera por la opresión de la mano de Børiska, habría soltado un grito ensordecedor. ¿Están aquí, quienes? ¿Cazadores, la inquisición? Por los dioses habidos y por haber. ¿Y quiere que mantenga la calma? ¿Qué piense algo agradable mientras merodean cerca? El rostro de Devi palidecía, aunque se negara a si misma cualquier control de la magia, inconscientemente habia tratado de huir sobre ellos, refugiandose en lugares lugubres y oscuros, donde la luz del sol no ilumina, un temor inconsciente que por ahora la mantenía con vida. Al igual que los niños no miran debajo de la cama por temor de que salga el "coco" así hizo ella. Su mente se ofuscaba, el nerviosismo y pánico iba haciendo mella en ella, y antes de gritar y dar vueltas corriendo en circulos cual loca, un simple gesto la volvió en si. Tan simple como una sonrisa, un ápice de esperanza, un gesto consolador, algo que decía que podría controlar la situación, la sonrisa sono en su cabeza como "todo esta bien, solo hazme caso".

Y asi fue, dió un fugaz beso al gato, murmurándole algo y marcho hacía las escaleras, subiéndolas sorprendentemente con cierto sigilo pese al estado que estaba sometida. Miro entre las habitaciones con rapidéz antes de meterse en una en la que podría ocultarse dentro y, a diferencia de lo que pudiera pensarse, no cerro la puerta. ¿Quien tendria una puerta cerrada en una casa abandonada? Alguien quien estuviera oculta, y no queria dar indicios de ellos. Pese al miedo en su cuerpo, se quedo trás la puerta. Cerro los ojos y...

No penso en los arcoiris, ni las estrellas fugaces que tiñen el cielo brevemente, ni en aquellas criaturas mitologicas que podrían tener un cuerno en la cabeza. ¿ O acaso eran los unicornios un invento de niños? Mantuvo la mente en blanco y simplemente trato de escuchar, apoyandose la mano en el pecho como si dicho gesto resultara reconciliador para si misma, y en parte asi lo era.

Devi solo podia pensar en esa sonrisa y que su portadora no fuera perjudicada, creía fervientemente que ese gesto era verdadero, y alguien maligno no podía evocar tal emoción. Podría enmascararlo, pero ella lo hubiera descubierto.

por **Børiska K. Hercžog** Vie Ene 06, 2017 10:20 pm

Las armas cargadas alzadas en dolor contra el rostro que marca las heridas que no han cicatrizado en su totalidad, toma aire, lo suelta con sus ojos mezclados en la oscuridad siguiendo el pulso calmado de la joven manteniendo así su seguridad de por medio priorizada. El pomo de la puerta chilla al abrirse por completo aquella madera, el intruso ingresa confiado en que ha encontrado a la mujer pero al ver al gato se tienta en alejarse pero su instinto y olfato no le engaña, la siente cerca tanto que no se percata.

El cañón apunta la cabeza del novato que simplemente alza sus manos como rendición

—¿Piensas que saldrás bien librada de esto, Børiska?—

El hombre la nombra con desprecio escupiendo al suelo al terminar su nombre; ella sonríe retrayendo el gatillo de su arma enfundándolas, el peso le hace imposible poder moverse con facilidad por las heridas. Acerca sus labios al oído del novato que se pone nervioso aún más por su cercanía, las manos de la mujer suben por el torso del muchacho hasta el presionarlo con fuerza. De la nada los colmillos de la mujer se clavaron con fuerza en el cuello de su enemigo tomando la sangre con la que él se ha deleitado momentos antes; forcejean con fuerza chocando por todo el lugar, ella sabe que no tiene tiempo por el ruido que atrae a los curiosos que van acercándose; sus heridas se van cicatrizando aunque no del todo como ella esperaba, el cuerpo se va deslizando entre sus manos y no le queda de otra que acabar con él. El cuello se rompe así como los de los brazos y su mano arranca el corazón de la víctima arrojándolo por fuera.

Un enorme aullido se hace eco así como los pasos acelerados que dan por aquella infraestructura hasta llegar a donde estaba la pequeña; sus ojos están abiertos de par en par con el tono rojo por haberse alimentado, las heridas están a medio cerrar pero más que nada un peligro mayor deben enfrentar

—Debes salir, ahora de aquí, no te dejarán viva ellos—

Entre su arma a la joven cerrando la puerta tras de ellas.
—¿Sabes usarla? Solo tienes que retirar el seguro y disparar, eso es todo—

Siente el aullido más cerca hasta que una de las puertas de abajo es arrancada. Sonríe alzando su única arma que le queda, mira a la joven acariciándole la cabeza al abrir la puerta para enfrentarse a aquella bestia y a cuatro de sus captores que están ahí abajo mirándola con sonrisas siniestras.

—Corre, corre sin mirar atrás, corre hasta que llegues a un lugar seguro con personas que puedan ayudarte—

Mira por última vez a la joven, sale de la habitación la pasillo mirando a sus enemigos abajo; se lanza por este lugar con una última mirada a la bruja para entregarse de lleno a ellos. El silencio es único así como las miradas asesinas que se lanzan cada uno de los que están ahí, la bestia está salivando esperando la orden de atacarla y devorarla, saben que está en desventaja pero aun así mantienen el vilo y suspenso sin hacer movimiento alguno, ella sabe lo que buscan, no retrocede ni hace gesto alguno se mantiene de pie mirándolos retándolos con la mirada, al menos para ganar tiempo para la pequeña.

por **Devi** Jue Abr 13, 2017 2:33 pm

Trataba de controlar su respiración, relajar el musculo de la mandibula que mantenia apretada mientras luchaba por apaciguar su mente en la que chillaba en su interior para tratar de ensordecer los multiples ruidos que acontecían metros cercanos. Era un lugar calmado y silencioso donde escucharías facilmente el crujir de la madera o el chirriar las puertas oxidadas. El sonido de las multiples fracturas del cuerpo, probablemente inerte, eran garras que rasgaban en sus timpanos.

El frénesi y la adrenalina empezaba a arder en el cuerpo de Devi, su temperatura corporal aumetantaba mientras los latidos se pronunciaban con fogosidad. Por un momento, la incertidumbre de si sería o no ella no era clara hasta el momento que la vió entrar donde sus ojos se abrieron al contemplar el cuerpo de Børiska; sus labios y manos ensangrentadas en sangre y esa mirada carmesí y ardiente. Todo lo que ella evocaba y representaba es claro, un Monstruo, y por un momento casi siente como si todo su organismo se paralizara en un segundo.
Intuitivamente extendió las manos, más por miedo para complacer dicha criatura (aunque fuera con un gesto tan banal como ese) que otra cosa.
Tragó saliva cuando la criatura cerro la puerta y miro el objeto que sostenia en las manos. A pocos pasos que diera Børiska tras cerrar la puerta pudo escuchar el golpe seco del arma de fuego contra el suelo. Y quizás de quienes estuvieran abajo.
Y es que, aunque su vida estuviera en riesgo, jamás usaría un arma de fuego por lo que tras contemplar dicho instrumento de matar dejo que se resbalara hacia abajo cayendo delante de sus pies.

Volvio a tragar saliva y miro a su alrededor. Al menos la orden era clara; salir de ahí. Por lo que se dirigió rapidamente a la ventana, la abrio y miro hacia fuera aprovechando para dar una bocanada de aire menos polvoriento que en el interior de la habitación para apaciguarse itneriormente. Colo una pierna por la ventana y se apoyo en esta mientras miraba abajo.
La altura era considerable, y teniendo en cuenta su recién pasada lesión en la planta del pie a costa de unos cristales no era una idea agradable. Pese a las circustancias, había vivido otras previamente en la ciudad, no eran pocos los años que llevaba viviendo sola y las heridas eran algo muy a tener en cuenta y más aún las fracturas. Quizás y solo quizás, podría salir con vida de ahi y al menos, de ahí. Quién sabe si luego podría valerse por si misma. Aunque buscaba justificarse por dentro, de un modo u otro el Monstruo la estaba defendiendo, incluso la había entregado un arma en su defensa que puede que necesitara. Aunque no era su lucha, y no la buscaban a ella. ¿Entonces por qué?

Desconocía la razón por la que se aparto de la ventana y aunque tratara de buscar alguna no la encontraría, al menos no en ese momento, y se dirigió a la puerta, abriéndola con toda la delicadeza y cuidado que pudo, para arrastrarse a gachas buscando ojear la situación allá abajo.

Algunas noches caminaba bajo la luna
Con la mirada en el cielo persiguiéndola
Sin más razón que la necesidad de hacerlo

por **Børiska K. Hercžog** Dom Ago 06, 2017 8:27 pm

En el silencio de aquel momento las miradas iban y venían de una y otra, todos estaban tensos esperando el más ligero movimiento para comenzar la masacre y estaban a punto de dar inicio a la sangrienta batalla cuando la puerta y varios cristales que una de las ventanas explotaron, todos retrocedieron tres pasos de sus puestos, menos la vampira, ella se mantuvo plantada en su posición con su arma en mano viendo hacia la polvorienta figura que se adentraba en ese lugar. El hombre aplaudía con ironía el actuar de todos, los que la rodeaban bajaron sus armas y hasta el lobo agachó la cabeza ante aquel que entraba triunfante.

—Baja el arma Boriska, nadie saldrá herido esta noche, además no te queremos muerta ni herida o de lo contrario mi padre me castigaría por tratar de matar a su amada creación, su hija pródiga, su mejor arma—

La mandíbula la tensó y apretó con fuerza sus nudillos contra su arma apuntando directo a la cabeza del nuevo integrante

—Crees que te creeré que no me harán nada, no soy una neófita, Alexey, llevo años siendo lo que soy y los conozco, tu no dejarás que salga con vida o no habrías enviado a estos perros tras de mi—

Apuntó al lobo con el cañón de su revólver. El ambiente se tensó entre todos mirándose, el hombre tomó asiento en una desgastada silla cruzando la pierna.

—No sería justo si te matan todos a la vez—

Con un gesto de su cabeza el lobo se lanzó contra la vampira que de un salto hacia atrás lo esquivó quedando a espalda del lobo, uno de los vampiros le golpeó en el rostro y al tratar de dar otro salto para evitar el golpe, el que estaba a un costado con un látigo la toma del cuello obligándola a quedar con los pies en el suelo, aunque terminó de espalda contra este. Aprovechó el lobo para saltar sobre ella tratando de morderla pero sus mano se lo impidieron y con la sangre que le producía los colmillos del lobo le partió de la mandíbula, separó los maxilares, agarrándose con sus piernas del brazo del lobo que la agitaba contra el suelo golpeándole, con la otra zarpa trató de arrancarle el cuello pero solo le terminó rasgando parte de la espalda cuando ella separó por completo los huesos quedando el lobo destrozado y sangrando en el suelo.

El hombre se levantó aplaudiendo y los vampiros tomaron sus posiciones, uno tenía el látigo, otro una espada y el ultimo tenía en sus manos las mismas armas que la vampira quien solo tenía un arma en su mano y seis municiones.

Miró a cada uno de ellos y Alexey alzó la vista hacia la parte alta sonriendo

—No se te ha quitado el ser un caballero de brillante armadura—

Con un chiflido llamó a cinco vampiros que llegaron, eran de la misma edad que la vampira, indicándoles que vayan a la parte de arriba que había otra persona. Ella se interpuso entre todos ellos riéndose

—Antes de ir por ahí deberán derrotarme y no les dejaré fácil, eso va para ti Alexey o tienes demasiado miedo como para enfrentar a la favorita de tu padre—

El vampiro cayó en la trampa y con su velocidad le propinó un golpe en el vientre a la vampira que le obligó a escupir sangre y terminar de rodillas justo para disparar a dos de los nuevos vampiros integrantes. El vampiro se dió cuenta rápido del plan de la vampira que se levantó riendose y tronando los huesos.

por **Devi** Vie Ago 25, 2017 12:00 pm

Aún tumbada, pego un brinco en el sitio soltando un quejido al escuchar la explosión, colocando la mano en la boca buscando no pronunciar más sonido con un fuerte nudo en la garganta que la impedía incluso tragar saliva a medida que respiraba fuertemente por la nariz, hasta el punto de estar hiperventilandose. Las lagrimas se deslizaban por su rostro mientras su visión iba nublándose.
El miedo y la impotencia estaba haciendo mella en ella empezando a ver la escena borrosamente. Las figuras se movían a velocidad vertiginosa y a lo que era capaz de percibir era el sonido de un disparo, la escena se esclarecía.

La sangre goteaba de su boca mientras su mano libre la apoyaba en su pecho, con la cabeza cabizbaja el cuerpo estaba apunto de desplomarse. La habían disparado a traición, el tal Alexey se volvió hacia el vampiro que oso arrebatarle la gloria de su muerte y atacarla sin permiso. Devi soltó un grito agónico cuando vio a Børiska de tal forma y su ser colapso en el momento que vio al vampiro que sostenía la espada saltar sobre ella, a punto de atravesarla.

Tomo una bocanada de aire y parpadeó varias volviendo en si tras los dos disparos de Børiska hacia los vampiros antes de que la golpearan en el vientre. Se froto la mano por los ojos, apartandose las lagrimas de esta y desvió la vista hacia el vampiro con el arma de fuego, percibiendo su nerviosismo ante la situación a más duraba.

-¡Te dispara al corazón!-

Se pronunció con fuerza, sabia interiormente que la habían percibido asi que esconderse no servía mas que para engañarse a si misma de que podría estar a salvo. En ese momento pensó en la pistola que la había entregado la vampiresa. Quizás podía haberla ayudado...quizás.
Y aún asi, no la habría cogido, llevo la mano a su bolsillo del pantalón cogiendo el algodón del que se había apropiado y la apretó con fuerza en su mano.

El futuro es tan incierto
como tantas variables existan
pues hasta el batir de una mariposa
desencadenaría el más terrible huracán.

por **Børiska K. Hercžog** Lun Nov 06, 2017 10:21 pm

Insultos, golpes, movimientos a una velocidad que es tan imperceptible pero que solo deja eco en cada golpe que se dan. El sonido de las armas disparando y las espadas desenvainadas buscando encontrarse con el objetivo, el cuerpo de la vampira quien buscaba arrancar las cabezas de todos ellos con sus propias manos.

Boriska, se levantó con sus armas apuntando a los otros, limpio con su muñeca sus labios que aún tenían algo de la sangre que le hicieron arrojar al suelo. Todos se quedaron quietos al ver la precisión de la puntería de la vampira al haber disparado directo a los corazones y cabezas de los dos vampiros que ahora yacían en el suelo como simples calaveras haciéndose polvos y cenizas. Los dos vampiros se miraron, ella no se movió ni un centímetro estaban tan calmados como tensos en dar un movimiento, todos sabían que quien se mueva terminaría en desatar tal guerra que sería imposible parar.

Alexey comenzó a reírse con fuerza alzando su arma y apuntando su espada a Boriska. Él estaba muy seguro en lograr llevar a la vampira. Dio un paso hacia atrás y detrás de él ingresó un lobo que babeaba de hambre por la vampira, pero antes con una señal de él, los tres vampiros la atacaron, pero ella era tan rápida como ellos que solo lograban golpearse entre los puños o cortar las balas y amortiguar las otras y el choque de espadas.

Ella sentía que tenía las de perder, sus balas no eran eternas y para el plan que tenía el otro era precisamente eso. Se guardo el arma en la parte de atrás en su espalda, enfrentándose a puños con uno de los vampiros y usando como escudo para repeles las balas de los otros. Ante la muerte de sus otros vampiros y el cansancio de la vampira usó al lobo como distracción; aquel animal con un manotazo de bestia la arrojo hacia el techo impactándose con fuerza como para triturarle los huesos, al tocar el suelo de nuevo por la caída, tronó sus huesos quitándose el polvo, Alexey alzó la mirada para darle al lobo su nueva victima

—Boriska, sabes que lo que padre quiere realmente y solo desea que vuelvas a ser la pequeña princesa, la cazadora de muerte que eras, acepta y tu y esa rata que estas protegiendo estarán a salvo—

Mantuvo al lobo a raya poniéndose la vampira entre el lobo y el camino, solo quedaban los tres, pero ya no podía luchar contra aquella bestia y quedar intacta para pelear con Alexey y solo tuvo que escoger uno de los dos caminos.

Tomó una de las espadas de los vampiros asesinados, apuntándola directo a la yugular del lobo. La pelea que se llevó entre los dos duró más que con los vampiros, este no dudaba en arrojarla con las paredes o el techo, incluso contra el suelo arremeterla con tata fuerza. Lo último que hizo fue intentar morderla pero las manos de la vampira tomaron la mandíbula del lobo y con sus piernas que se ajustaron como candado, se tomó del cuello con fuerza tronando los huesos y con sus manos abrió con fuerza la mandíbula del lobo partiéndole la cabeza.

Ahora si estaba cansada y Alexey sacó su espada apuntándola contra ella, pero ella sacó su arma apuntándole a él, con su falta de energía y sangre solo podía mantenerse consciente, aunque sabía que no sería por mucho.

—CORRE AHORAe—

Gritó al disparar contra su ex compañero y este abalanzarse hacia ella y tomar ventaja golpeándole en el rostro arrojándola con fuerza por entre las paredes destruidas de aquella mansión.

Ya no podía ponerse de pie y eso estaba por aprovechar el otro.

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Gratos momentos de ingratitud — Devi

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