Sienna Sanguinetti // ID

 Con una Hermosa cascada de cabello pelirrojo que descansa sobre sus hombros, por las noches refulge entre las luces trémulas de la noche, su rostro ya es como el de una Hermosa muñeca de porcelana con pequeños puntos que hacen las veces de pecas pero que por el “abrazo” se han suavizado haciéndolas parecer diminutas pinceladas.
  Sus ojos son dos una combinación entre verde y miel que dependiendo de momento pueden observarte con la mayor de las ternuras o la frialdad más absoluta, cuando está cazando aprovecha sus encantos para atraer a los mortales a sus brazos pensando que es una jovencita indefensa por su cuerpo menudo que puede ser fácilmente reducida.

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Como la gran mayoria Siena no solo tiene una faceta en su vida, cuando aun era humana era una niña dulce e ingenua aunque el mundo que la rodeaba no era igual, amaba a sus padres y a sus hermanos pero el tiempo, las guerras y su futura inmortalidad dejaron ese tiempo atrás en su vida.
  Al transformarse sufrio varios cambios entre ellos su personalidad, podía ser tierna pero eso casi siempre resultaba ser una farsa para atraer a sus futuras cenas a sus brazos, prefirió comenzar a acumular bienes y oro para su futuro, tuvo poco contacto con otros mortales o inmortales.
  Sus amores han sido escasos pero como a la mayoría de los inmortales han dejado profunda huella en su alma, por ello ha tomado varias venganzas en su lista, algunas ha podido cumplirlas pero otras, desprecia a los cazadores que se creen con el derecho de eliminarlos ya sea por la religión o por ganar sus bastas fortunas.
  Los niños humanos siempre le han traído curiosidad, jamás ha herido a uno, cuando uno le parece especialmente interesante o con potencial lo toma como su aprendiz hasta que tiene una edad adecuada para valerse por si mismo, antes de que sospechen de ella.
  Las veces que tuvo algún compañero inmortal termino perdiéndolos por diversas circunstancias, algún cazador los mato, la inmortalidad termino siendo demasiado para ellos o simplemente eran demasiado diferentes, a pesar de que desearía otro compañero vampiro esta renuente a ello pues piensa que inevitablemente lo perderá.

Con los siglos sus memorias de cuando era mortal se han ido desdibujando un poco pero recuerda su pais de origen y lo que pasaba cuando aun era una niña mortal, era el apogeo del imperio romano, había luchas de poderes como siempre para apropiarse de lo mas altos puestos en el imperio y su padre deseaba uno de ellos, era un guardia pretoriano que si bien debía resguardar al emperador en el fondo deseaba su posición como muchos otros en el vasto imperio.
  Recuerda haber tenido hermanos una en particular que era mayor que ella, igual que a ella la prometieron con un senador para darle más “valor” al nombre de la familia, a ella por otra parte la prometieron con el hijo de un gobernador romano, lo cual por supuesto implicaba que tomaría un cargo parecido en el futuro, recordaba vagamente al chico, le llevaba algunos años, era amable, eso si lo recordaba, no era como muchos en esa época, tomaba en cuenta su opinión y le daba su lugar tanto en la casa como fuera de ella, cuando ahora lo recuerda piensa que tal vez fue su primer amor, pero aquello no estaba destinado a durar o al menos eso piensa ahora cuando recuerda esa etapa de su vida.
 Luego de algunos años la vida parecía ser buena de esa manera, su esposo no se involucraba mas de lo necesario en política, apreciaba ese rasgo de él, tuvieron tres hijos, dos varones y una niña, sin embargo esta felicidad no duro mucho o no tanto como le habría gustado, entro a sus vidas un misterioso hombre, sus rasgos delataban que no era romano, con el tiempo supieron que venia de Egipto, tenía un porte regio, como el de algunos de los grabados que contaban existían en aquel imperio, el hombre parecía genuinamente interesado en ella, que su flamante cabello rojo era como el de las ultimas luces que desprende el sol antes de morir todos los días.
   En las sombras movió los hilos para que el marido de la chica fuera mandado a una de las áreas más hostiles del imperio para ejercer su labor de gobernador, Siena deseo irse con su esposo pero su familia y él también estuvieron de acuerdo en que no era buena idea que hiciera ese viaje y menos con hijos. Le aseguraron que lo alcanzaría cuando la situación fuera menos peligrosa, los meses pasaron y llego la fatídica noticia, un grupo de los “salvajes” de la zona había entregado a la villa y habían asesinado a todos incluyendo a su esposo, este fue solo el inicio del fin de su vida mortal, el caballero Egipcio fue mas persistente hasta que una noche se hartó de las largas que la pelirroja le daba, bebió de ella y la obligo a bebe de su sangre convirtiéndola en su esclava de sangre.
   La pelirroja noto los cambios además de un embelesamiento por el vampiro, confundió por varios meses esa sensación con un enamoramiento, pero todo esto paro cuando se decidió a convertirla para volverla su compañera inmortal.
  La noche de su nuevo nacimiento no lo olvidaría y a la vez es un recuerdo confuso, creyo a ver visto a su esposo, una mirada tan triste en sus ojos y luego las estrellas… tan brillantes que era casi doloroso, la sangre obrando los cambios en su cuerpo, llevándose lo poco mortal que quedaba en ella y reemplazandola por otra cosa, por otro ser diferente.

    Las noches siguientes fueron dolorosos, los cambios seguían y además tenia que dejar atrás lo que quedaba de su vida mortal, eso incluía a sus amados hijos, no quería hacerles daño y la sed era demasiado fuerte, además no deseaba que sospecharan sobre lo que era ahora - con el paso del tiempo les siguió la pista de lejos a través de algunos ayudantes mortales -.
 Aun sin desearlo tuvo que irse con su creador, se alejaron por tres siglos de su país natal, en ese tiempo aprendio sobre su nueva condición, lo que debía y no debía hacer, al menos eso debía darle como crédito a su creador, era un hombre paciente, soportaba sus arranques de furia cuando la nostalgia la golpeaba y jamás respondía con violencia sus embates, no sabía si se debía a que en el fondo se sentía culpable o simplemente le daba igual las cosas que hacía.
  Recorrió europa, llego hasta Rusia donde se estableció por algún tiempo, esporádicamente le llegaban noticias de lo que ahora era su familia, solo su hija había logrado formar una familia, si bien no eran numerosos, era lo que le quedaba, era la pequeña parte de su marido que le había quedado.
  Entonces lo había conocido, el primer mortal al que no veía solo como comida, se trataba de un músico bastante conocido en Rusia, por varios años lo rondo fingiendo ser parte de la nobleza del lugar, sin embargo su creador termino por matarlo cuando pensó que su “fijación” había ido demasiado lejos, cuando eso paso se alejo de su creador, se aventuro sola por el mundo por primera vez sola, vio como comenzaron a alzarse otros imperios e igualmente como caian.
   Alrededor del año 1000 regreso a europa notando los cambios que había sufrido el mundo mientras conocía otros países, realeza… sonaba interesante, pero los artistas sonaban aun mejor, recorrio los barrios bajos involucrándose con actores, cantantes y todo tipo de artistas, cuando alguno le parecía especialmente talentoso se convertia en su mesenas pero aquello jamas duraba mucho, tenia que irse o al fin alcanzaban cierto renombre y entonces los dejaba para que siguieran su vida.
  Fue consciente de que había otro inmortal una noche cuando estaba en una calle especialmente oscura esperando por algún mortal especialmente descuidado, pero lo que encontró fue otro vampiro observándola con lo que parecía genuina curiosidad, por alguna razón le parecía conocido, cuando pudo observarlo mejor lo supo, era uno de sus nietos, se parecía tanto a él… ¿Quién se habría atrevido? No pudo preguntar mucho, salio corriendo y no lo vio mas hasta décadas después, aun cuando pregunto él chico no supo decir quien lo había convertido, pero la pelirroja siempre pensó que había sido obra de su creador como algún tipo de retorcida venganza por que lo abandonara.
  Sin embargo este encuentro había hecho meya en ella, necesitaba un compañero inmortal, necesitaba poder hablar con alguien sin mentirle en cada palabra que salía de sus labios, por ello comenzó a buscar un buen candidato o candidata, hubo varios que conseguían los requisitos que buscaban en el que podría ser su compañero pero al final no se atrevía a convertir a ninguno.
  Al final la búsqueda dio sus frutos, era un jovencito bastante apuesto y no solo eso sino que además estaba en el camino a convertirse en escritor, uso la experiencia adquirida durante los últimos siglos para engatusarlo, para que tuviera dudas de que ella era una joven al igual que él en busca de un nombre perdurable, al final logro enamorarlo y lo convirtió, las cosas entre ambos fueron bien por algunas décadas pero parecía que como todo en la vida de la pelirroja no estaba destinado a durar, se encontraron con un grupo de cazadores, el chico siendo tan joven no sobrevivió, ella apenas lo hizo con graves heridas que aun con el don tardaron en curarse.
  Decidió volver a vagar por el mundo, el mundo no se detenia en sus cambios, guerras y enfermedades, visito el nuevo mundo para ver con sus propios ojos las maravillas del mismo, además con ello ponía todo un mar entre su creador y ella, además intentaba alejarse de todos los recuerdos tristes que la acosaban, en verdad paso cuatro siglos en aquellas tierras, siendo testigo silenciosa de todos los cambios vertiginosos que aquellas tierras estaban experimentando, aquellos mortales tenían muchas agallas para rebelarse asi.
  Se atrevio por fin a regresar al viejo  mundo y mas específicamente a su país de origen, desde que se había transformado no había regresado, no se había atrevido, cuando puso los pies ahí, supo que estaba en casa, aunque hubiera cambiado tanto, aunque poco quedara de lo que ella había conocido, sabia la extensión de la familia mortal que le quedaba pero decidio no acercarse, seria como si un fantasma los visitara, en cambio pensó obtener un mejor puesto social ya que estaba ahí.
  Hizo los arreglos para arribar a un barrio elegante, como si fuera la hija de un matrimonio de nobles que siempre estaban de viaje, por supuesto elaboro una complicada mentira para cubrir el hecho de que no salía durante el día, asi de a poco su casa se lleno por las noches de muchas personas acaudaladas y nobles, eso era justo lo que quería, en unos meses tuvo a varios caballeros cortejándola encandilados por su belleza sobrenatural, de entre todos los candidatos había uno que se destacaba, se notaba que tenía ambiciones en la vida y ese brillo de deseo por conocer más.
   Se casó con él luego de que sus “padres” lo hubieran arreglado, ahora veía que algunas cosas seguían sin cambiar, aunque al menos en esta ocasión había podido elegir, su nombre era Benedict, servía a los reyes italianos con presteza, no solo de manera económica sino también con su espada si se le pedía, por todo esto le fue otorgado el titulo de Barón  y ella por supuesto se convirtió en Baronesa, no paso muchos años después para que Siena se atreviera a convertir a su flamante marido, con el tiempo había aprendido a quererlo, él era un excelente hombre y cuando se convirtió en vampiro fue aún mejor, era un eficiente cazador y siempre sabía como ocultar su condición mucho mejor que ella cuando apenas era una neonata.
  Decidieron viajar a Francia ya que se decía que estaban sucediendo muchas cosas interesantes en aquel país y sin duda pasaron cosas interesantes pero no de la manera que ellos esperaban, había muchos cazadores en aquel lugar y otro grupo que venían por parte del Vaticano, aquello fue solo el desenlace de otra tragedia, emboscaron a la pelirroja un buen puñado de ellos mientras perseguían a su esposo que aunque era hábil aun no tenía sus poderes bien controlados como para poder escapar, esta vez juro venganza cuando supo que habían matado a su esposo, por fortuna no habían logrado saber su nombre, solo que eran vampiros por lo que aun podía seguir moviéndose en ese país con su titulo de nobleza, hacía poco había averiguado el nombre del cazador a cargo, él que le había dado el tiro final a su querido barón y ella iba a encontrarlo para hacer de su vida un infierno, no iba a huir mas de esos cazadores… iba a destruirlos…