AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Anuar&Angeliqué
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Anuar&Angeliqué
Andaba sobre el empedrado con la mirada pegada al suelo como puesta por algun iman ajeno a el como si sus ojos no pudiesen ver mas alla del suelo pedregoso y gris, los zapatos de las personas justo a tiempo para bordearlas la monotonía con que estas andaban inmersos en sus propios problemas jamás cuestionándose si quien andaba a su lado necesitaba una cuestionamiento, unas palabras de aliento que le reconfortaran en el peor de los momentos, se pregunto entonces que ocurriría si en aquel preciso instante se frenara girara sobre sus tobillos y rodeara con sus escualitos brazos a la persona consiguiente a el ¿le alejarían de golpe? ¿le mandarían a un manicomio por miedo a delirios de demencia?¿le agradecerían el resto de su vida?
Alzo la mirada al cielo echando la nuca sobre la espalda con la herida en el cuello apenas y visible, ladeo los labios crispándolos en una sonrisa de medio lado que oscilaba entre la demencia y la alegría el cielo de teñia ya de rojos matices, naranjas pardos y amarillos intensos por poniente y en oriente el cielo se tensaba ya de negro y azules intensos, las estrellas aun no escarchaban como diamantes en un negro lienzo, la luna apenas y era visible como una figura difusa en la lejanía alla a donde su mano jamás podría llegar pero a donde su imaginación le hacia rozar, el que liberaba su ser entre las luces de las velas manchando con su alma un trozo de blanca tela, exponiendo en ella lo que con palabras no puede ser dicho.
Relamió sus labios observando nuevamente al frente golpeando contra el hombro de alguien girando para disculparse, pasando de largo, observando a las personas que le rodeaban viéndose asi rodeado por esa inmensidad de gente insensible, sintiéndose asfixiar por una mano monstruosa obstruyéndole todo sentido, respiro profundamente casi en un bufido mientras se habría paso alejándose, mesándose los cabellos y masajeándose las sienes, el no ver a Soren le afectaba lo hacia como no tenia una idea como nunca antes se hubiese imaginado extrañar y ansiar a alguien aunque sabia bien como era, en antaño habia ocurrido y en antaño le habían dejado no por voluntad sino por aberrante lujuria.
Una melena castaña le hizo desviar la mirada, la observo fijándola con los ojos color de miel, sintiendo una calidez inundarle el cuerpo, embriagarle el alma ¿Por qué le observaba con aquel anhelo? Porque le recordaban a alguien le recordaban a su mayor tesoro y el que habia perdido, el que se habia regado en la inmensidad del mundo, bufo nuevamente llevando una mano al cuello intentando palpar el collar de su hermana, no, no lo tenia ya el Soren lo tenia ahora, el se lo habia regalado.
Torcio los labios en un gesto de negación andando aun detrás de aquella melena de forma inconsciente, anhelando lo que no era o lo que era sin que el supiese.
{despues edito el titulo xD}
Alzo la mirada al cielo echando la nuca sobre la espalda con la herida en el cuello apenas y visible, ladeo los labios crispándolos en una sonrisa de medio lado que oscilaba entre la demencia y la alegría el cielo de teñia ya de rojos matices, naranjas pardos y amarillos intensos por poniente y en oriente el cielo se tensaba ya de negro y azules intensos, las estrellas aun no escarchaban como diamantes en un negro lienzo, la luna apenas y era visible como una figura difusa en la lejanía alla a donde su mano jamás podría llegar pero a donde su imaginación le hacia rozar, el que liberaba su ser entre las luces de las velas manchando con su alma un trozo de blanca tela, exponiendo en ella lo que con palabras no puede ser dicho.
Relamió sus labios observando nuevamente al frente golpeando contra el hombro de alguien girando para disculparse, pasando de largo, observando a las personas que le rodeaban viéndose asi rodeado por esa inmensidad de gente insensible, sintiéndose asfixiar por una mano monstruosa obstruyéndole todo sentido, respiro profundamente casi en un bufido mientras se habría paso alejándose, mesándose los cabellos y masajeándose las sienes, el no ver a Soren le afectaba lo hacia como no tenia una idea como nunca antes se hubiese imaginado extrañar y ansiar a alguien aunque sabia bien como era, en antaño habia ocurrido y en antaño le habían dejado no por voluntad sino por aberrante lujuria.
Una melena castaña le hizo desviar la mirada, la observo fijándola con los ojos color de miel, sintiendo una calidez inundarle el cuerpo, embriagarle el alma ¿Por qué le observaba con aquel anhelo? Porque le recordaban a alguien le recordaban a su mayor tesoro y el que habia perdido, el que se habia regado en la inmensidad del mundo, bufo nuevamente llevando una mano al cuello intentando palpar el collar de su hermana, no, no lo tenia ya el Soren lo tenia ahora, el se lo habia regalado.
Torcio los labios en un gesto de negación andando aun detrás de aquella melena de forma inconsciente, anhelando lo que no era o lo que era sin que el supiese.
{despues edito el titulo xD}
Anuar Dutuescu- Humano Clase Baja
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Fecha de inscripción : 25/06/2010
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Re: Anuar&Angeliqué
Dos días. Dos días llevaba en esa hermosa ciudad y aún no había salido a trabajar, no sabía muy bien qué hacer, ni dónde ir para conseguir buenos clientes, a la altura de los antiguos que había dejado en Rumania y eso por no mencionar que el idioma era un verdadero problema pues sabía un poco más de lo básico, asique desde su llegada había optado por vagar por las calles de Paris por unos días con el fin de poder apresar a un hombre, ojala de entrada edad, que estuviera bien vestido, la buena vestimenta era un claro indicio del tamaño de la billetera, necesitaba saber en que calles la ganancia era mejor y cómo aún le quedaban ahorros no se preocupaba mucho por comenzar a trabajar.
Con la mejor sonrisa que podía brindar paseó por aquellas calles fijándose siempre de que su vestimenta estuviera adecuadamente, lel pantalon que le habia regalado Pierre le quedaba ajustado como un guante mostrando por encima de la tela las hermosas piernas que podía lucir, el swetter negro ajustado a su figura mostraba la silueta perfecta de la joven, aquellas curvas que habían sido envidiadas por todos en Rumania, la cartera que acompañaba al conjunto a jego con sus tacones negros y el swetter eran de las que no muchas personas se dan el lujo de comprar, en pocas palabras vestía como una mujer de clase media-alta, sí, definitivamente cualquiera que la viera pensaría que de cortesana no tenía nada, además de que su caracter y su forma de relacionarse la ayudaban para pasar desapercibida, sin embargo nadie podía escapar de la realidad y mucho menos una pobretona como ella, acostumbrada a vender su cuerpo por placer.
Con su pelo castaño suelto flamenado al viento se detubo a media calle para poder buscar un cigarrillo en su bolso, desde que había sido secuestrada que el vicio no lo dejaba, al principio la obligaban a consumir drogas, pero cuando escapó la plata no era suficiente para poder comprarlas por lo que tuvo que conformarse con los cigarrillos volviéndose adicta al tabaco dejando de lado la droga, para algunos un logro, para otros la misma cosa.
Los cigarros los encontró de inmediato, sin embargo el encendedor le salió más difícil, sin encontrarlo, desesperada por prender el cigarrillo, comenzó a mirar a su alrededor en busca de alguien que pudiera tener uno y fue así como se encontró con la mirada de aquel muchacho... aquel muchacho que tanto le recordaba a alguien. "Debe ser tu imaginación" pensó la chica casi exteriorizando aquel pensamiento y a paso lento pero decidido se encaminó hacia el apuesto joven.
- Pedón, monsieur, ¿de casualidad tiene un "encendedor" que me facilite? - le preguntó mostrándole el cigarro para que le entendiera pues había pronunciado la palabra "encendedor" en su idioma natal ya que no sabía cómo se decía en francés.
Mientras esperaba que el muchacho procesara sus palabras bajo aquel escrutinio visual que le estaba haciendo, se dedicó a observarlo también... aquel pelo rojiso, aquellos ojos miel... aquel rostro... todo le era tan familiar, "¿será posible?" pensó desechando la esperanza con un leve movimento de cabeza. Era hora de seguir adelante.
Con la mejor sonrisa que podía brindar paseó por aquellas calles fijándose siempre de que su vestimenta estuviera adecuadamente, lel pantalon que le habia regalado Pierre le quedaba ajustado como un guante mostrando por encima de la tela las hermosas piernas que podía lucir, el swetter negro ajustado a su figura mostraba la silueta perfecta de la joven, aquellas curvas que habían sido envidiadas por todos en Rumania, la cartera que acompañaba al conjunto a jego con sus tacones negros y el swetter eran de las que no muchas personas se dan el lujo de comprar, en pocas palabras vestía como una mujer de clase media-alta, sí, definitivamente cualquiera que la viera pensaría que de cortesana no tenía nada, además de que su caracter y su forma de relacionarse la ayudaban para pasar desapercibida, sin embargo nadie podía escapar de la realidad y mucho menos una pobretona como ella, acostumbrada a vender su cuerpo por placer.
Con su pelo castaño suelto flamenado al viento se detubo a media calle para poder buscar un cigarrillo en su bolso, desde que había sido secuestrada que el vicio no lo dejaba, al principio la obligaban a consumir drogas, pero cuando escapó la plata no era suficiente para poder comprarlas por lo que tuvo que conformarse con los cigarrillos volviéndose adicta al tabaco dejando de lado la droga, para algunos un logro, para otros la misma cosa.
Los cigarros los encontró de inmediato, sin embargo el encendedor le salió más difícil, sin encontrarlo, desesperada por prender el cigarrillo, comenzó a mirar a su alrededor en busca de alguien que pudiera tener uno y fue así como se encontró con la mirada de aquel muchacho... aquel muchacho que tanto le recordaba a alguien. "Debe ser tu imaginación" pensó la chica casi exteriorizando aquel pensamiento y a paso lento pero decidido se encaminó hacia el apuesto joven.
- Pedón, monsieur, ¿de casualidad tiene un "encendedor" que me facilite? - le preguntó mostrándole el cigarro para que le entendiera pues había pronunciado la palabra "encendedor" en su idioma natal ya que no sabía cómo se decía en francés.
Mientras esperaba que el muchacho procesara sus palabras bajo aquel escrutinio visual que le estaba haciendo, se dedicó a observarlo también... aquel pelo rojiso, aquellos ojos miel... aquel rostro... todo le era tan familiar, "¿será posible?" pensó desechando la esperanza con un leve movimento de cabeza. Era hora de seguir adelante.
Angeliqué Dutuescu- Mensajes : 171
Fecha de inscripción : 28/09/2010
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Localización : ¿Dónde quieres tú?
Re: Anuar&Angeliqué
La observo mientras esta se acercaba con sus ojos color de miel fijos en su rostro bajando disimuladamente por su cuerpo no, debía estar confundido Angeliqué no podría vestir una ropa tan vulgar como aquella porque y pese a ser de telas exportadas y onerosas el como realzaban su figura no dejaba a la imaginación nada agradable, una mujer orgullosa de su cuerpo orgullosa de que lo observasen, no Angeliqué no era asi aunque la habia dejado de ver cuando cumplia apenas los catorce años de edad su cuerpo seguía siendo el de una niña o cambiando apenas no recordaba bien eran cosas en que no solia fijarse, su belleza la habia condenado.
Parpadeo cuando la joven le hablo azorado, atrapando las palabras del aire para comprenderlas, aquellas voz, aquella lengua natal, le observo frunciendo el ceño, cuarto años cuatro años y ahora se encontraba con alguien idéntico a ella debía anhelarla ya demasiado, la demencia seguramente tocaba ya a sus puertas como un invitado no deseado –doamna…-murmuro intentando decirle que no llevaba consigo aquel objeto que el no fumaba, que el no era adicto a esas substancias ni a ninguna otra, sonido alguno mano de sus labios sino que parecían ahogarse en su garganta.
Trago en seco como si la alegría y el dolor pudiese pasarse de aquella forma, trago en seco sintiendo que se ahogaba no era no podia ser, la vida no era asi de misericordiosa, la suerte jamás le habia acogido -¿Angeliqué?- le cuestiono en voz baja frunciendo el ceño bajo el flequillo rojizo, observándola con fijeza ¿en que se habia convertido su hermana? En una mujer de trajes costos y adicta a los cigarros, un arrebato le obligo a estrechar a la mujer entre sus brazos no importando si era o no era.
No siendo que quería fuese se alejaría de el negando quizá asustada y se marcharia mas aquello no alejaría la sensación, el sentimiento de haber tenido a su hermana unos segundos con el y aquello era lo que ocurriría por que no podia ser quizá la perdida de sangre cobraba ahora con visiones, pesadillas que se reflejaban en sus pupilas sin necesidad de dormir o quizá era solo un sueño, un sueño del cual ya no quería despertar.
Solto a la joven apenado, relamiéndose los labios y mordiéndolos –disculpe- murmuro observando el suelo esperando una bofetada seguido de un rápido andar que los alejaría de por vida, que la apartarían nuevamente de el. Porque fuese o no la habia vuelto a ver.
Parpadeo cuando la joven le hablo azorado, atrapando las palabras del aire para comprenderlas, aquellas voz, aquella lengua natal, le observo frunciendo el ceño, cuarto años cuatro años y ahora se encontraba con alguien idéntico a ella debía anhelarla ya demasiado, la demencia seguramente tocaba ya a sus puertas como un invitado no deseado –doamna…-murmuro intentando decirle que no llevaba consigo aquel objeto que el no fumaba, que el no era adicto a esas substancias ni a ninguna otra, sonido alguno mano de sus labios sino que parecían ahogarse en su garganta.
Trago en seco como si la alegría y el dolor pudiese pasarse de aquella forma, trago en seco sintiendo que se ahogaba no era no podia ser, la vida no era asi de misericordiosa, la suerte jamás le habia acogido -¿Angeliqué?- le cuestiono en voz baja frunciendo el ceño bajo el flequillo rojizo, observándola con fijeza ¿en que se habia convertido su hermana? En una mujer de trajes costos y adicta a los cigarros, un arrebato le obligo a estrechar a la mujer entre sus brazos no importando si era o no era.
No siendo que quería fuese se alejaría de el negando quizá asustada y se marcharia mas aquello no alejaría la sensación, el sentimiento de haber tenido a su hermana unos segundos con el y aquello era lo que ocurriría por que no podia ser quizá la perdida de sangre cobraba ahora con visiones, pesadillas que se reflejaban en sus pupilas sin necesidad de dormir o quizá era solo un sueño, un sueño del cual ya no quería despertar.
Solto a la joven apenado, relamiéndose los labios y mordiéndolos –disculpe- murmuro observando el suelo esperando una bofetada seguido de un rápido andar que los alejaría de por vida, que la apartarían nuevamente de el. Porque fuese o no la habia vuelto a ver.
Anuar Dutuescu- Humano Clase Baja
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Re: Anuar&Angeliqué
Escuchó la palabra de negación del apuesto joven y de inmediato su cuerpo se paralizó, su mente quedó en blanco y sus sentidos desaparecieron, ni siquiera la voz quería hacerle compañía... ahora no sólo se parecía a su hermano, sino que además hablaba su lengua natal, la muchacha estaba atónita, las posibilidades de que estubiera frente a su hermano eran de un porcentaje altísimo, la esperanza creció en su interior sin llegar a exteriorizarse en sus facciones pues su rostro estaba inexpresivo, ni siquiera sus ojos pestañaban, no sabía que hacer ni decir, desde que había sido brutalmente sacada de su hogar que tenía la esperanza de encontrar a su hermano, no le improtaba si volvía a ver o no a sus padres, pero ver a su hermano, su adoración, era todo lo que anhelaba, por todo lo que luchaba, su meta en la vida.
Antes de que se diera cuenta el muchacho la llamó por su nombre abrazándola fuertemente, las ganas de devolverle el abrazo consumieron a Angeliqué por dentro, pero sus brazos no reaccionaron, su boca no se atrevió a pronunciar el nombre que su mente gritaba de alegría, sólo su lágrimal izquierdo hizo acto de presencia permitiendo que una solitaria lágrima acariciara su mejilla, aquello no podía estar pasando, de ser real tenía que ser un milagro... y los milagros no existían, Dios no existía. La solitaria lágrima rápidamente comenzó a tener compañía, la cortesana no emitía ningún sonido que indicara su estado emocional, sólo eran gotas de agua que caían y caían sin detenerse obligándola a calmarse, lentamente cerró sus ojos y dejó que el sentimiento de felicidad siguiera con ella por un momento más, eran demasiadas coincidencias, demasiados parecidos... él era su hermano.
Cuando Anuar la soltó ya había recrobado sus sentidos y su mente funcionaba a la perfección, por un momento no supo qué decir, pues no sabía si él realmente la había reconocido o pensaba que la había confundido, sin embargo la disculpa de su hermano hizo que su boca comenzara a moverse emitiendo diversos sonidos que comunmente se llamaban palabras.
- ¿Desde cuando te disculpas por abrazar a tu hermana? - le dijo en su lengua natal gastándole una broma pensando que tal vez, cabía la remota posibilidad, que en alguna parte muy lejana existiera un Dios que cuando se aburría ,y sólo a veces, se entretenía haciendo feliz a un miserable humano.
La sonrisa que le dedico a la única persona que amaba en el mundo fue memorable, la felicidad parecía no caber en su pecho, ya nada le importaba, ni siquiera había pensado en las miles de preguntas que su hermano le haría y mucho menos en que tendría que explicarle como había sobrevivido esos años a costa de su cuerpo ¿qué pensaría su hermano cuando le dijera que no era más que una vulgar prostituta? No importaba... ya vería como enfrentar ese problema, por ahora sólo quería disfrutar a su hermano.
- No te imaginas cuánto te extrañe, Anuar - lo abrazo con miedo a que todo aquello no fuera más que un sueño... un hermoso y milagroso sueño.
Antes de que se diera cuenta el muchacho la llamó por su nombre abrazándola fuertemente, las ganas de devolverle el abrazo consumieron a Angeliqué por dentro, pero sus brazos no reaccionaron, su boca no se atrevió a pronunciar el nombre que su mente gritaba de alegría, sólo su lágrimal izquierdo hizo acto de presencia permitiendo que una solitaria lágrima acariciara su mejilla, aquello no podía estar pasando, de ser real tenía que ser un milagro... y los milagros no existían, Dios no existía. La solitaria lágrima rápidamente comenzó a tener compañía, la cortesana no emitía ningún sonido que indicara su estado emocional, sólo eran gotas de agua que caían y caían sin detenerse obligándola a calmarse, lentamente cerró sus ojos y dejó que el sentimiento de felicidad siguiera con ella por un momento más, eran demasiadas coincidencias, demasiados parecidos... él era su hermano.
Cuando Anuar la soltó ya había recrobado sus sentidos y su mente funcionaba a la perfección, por un momento no supo qué decir, pues no sabía si él realmente la había reconocido o pensaba que la había confundido, sin embargo la disculpa de su hermano hizo que su boca comenzara a moverse emitiendo diversos sonidos que comunmente se llamaban palabras.
- ¿Desde cuando te disculpas por abrazar a tu hermana? - le dijo en su lengua natal gastándole una broma pensando que tal vez, cabía la remota posibilidad, que en alguna parte muy lejana existiera un Dios que cuando se aburría ,y sólo a veces, se entretenía haciendo feliz a un miserable humano.
La sonrisa que le dedico a la única persona que amaba en el mundo fue memorable, la felicidad parecía no caber en su pecho, ya nada le importaba, ni siquiera había pensado en las miles de preguntas que su hermano le haría y mucho menos en que tendría que explicarle como había sobrevivido esos años a costa de su cuerpo ¿qué pensaría su hermano cuando le dijera que no era más que una vulgar prostituta? No importaba... ya vería como enfrentar ese problema, por ahora sólo quería disfrutar a su hermano.
- No te imaginas cuánto te extrañe, Anuar - lo abrazo con miedo a que todo aquello no fuera más que un sueño... un hermoso y milagroso sueño.
Angeliqué Dutuescu- Mensajes : 171
Fecha de inscripción : 28/09/2010
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Localización : ¿Dónde quieres tú?
Re: Anuar&Angeliqué
Sentia que el pecho se le salía de lugar que el golpeteo de su acelerado corazón contra su cuerpo terminaría haciendo que saltase de su cuerpo sin asi poder hacer nada para evitarlo o no queriendo porque la felicidad que sentía no era considerable que ninguna que antes hubiese llegado a sentir, cuatro años sin su presencia y ahora por azares mas bien caprichosos del destino regresaba a sus brazos como por obra del buen espíritu santo, ser feliz o desdichado y todo parecía no poder controlarlo el sino que cada acción tomada los habia acercado sin asi pensarlo o quizá anhelándolo tanto que, habia terminado siendo real aunque la idea de que todo aquello estuviese arreglado de antemano por Dios y sus ángeles paso cual estrella fugaz por sus pensamientos negando, nadie marcaria su destino sino era solo el.
-entonces si eres tu- murmuro de forma inaudita como si no pudiese dar crédito a lo que estaba ocurriendo a lo que ya tenia lugar en su vida porque no era un sueño no podia ser un sueño ¡mal nacido fuese de ser asi! Ilusionarle de una forma tan rotundamente cruel para dejarle despertar entre sabanas y alegría la misma que al abrir los ojos se esfumaría como todo otro sentimientos que le embriagaban solo de forma efímera.
La estrecho contra el con suavidad sin cambiar aquel letárgico rostro de expresión porque eran cosas que le hacían ser quien era, negó sabia bien que mas habia sufrido ella el arrebato de su familia no podia ni imaginar la clase de atrocidades que le habían, si le habían robado la inocencia frente a sus ojos no podia pensar en algo peor y sin embargo seguramente habían encontrado la forma de hacerla sufrir, la abrazo con mas arraigo no queriendo preguntar no deseando que las palabras escapasen de sus labios mas como escupidas termino pronunciándolas -¿Dónde esta nuestra madre?- le cuestiono porque a ambas se las habían llevado, el y su padre quienes jamás se habían llevado bien habían quedado solos, aquel padre que atesoraba a Angeliqué de una forma aberrante, utilizando a su hijo como poco menos un bracero para ella.
Pero ahora eso no importaba ya habían tantas cosas que contar ¿Cómo habia llegado a Paris? ¿Cómo vestia con ropa tan cara? ¿Dónde habia pasado los últimos años? Y por otro lado debía el contarle tantas cosas, debía contarle de Soren claro estaba y era aquella su mayor preocupación ¿Qué diría su hermana menor de que saliese con un hombre? Un vampiro para mayor exactitud, se mordió con suavidad el labio era y podia asegurarlo la primera vez que temia decirle a alguien lo que el y Soren eran.
Le tomo la mano y comenzó a andar a una zona menos transitada, no pretendía estorbarle a nadie en su andar rutinario quizá apresurado. Pensando en cuanto habia cambiado su pequeña hermana.
-entonces si eres tu- murmuro de forma inaudita como si no pudiese dar crédito a lo que estaba ocurriendo a lo que ya tenia lugar en su vida porque no era un sueño no podia ser un sueño ¡mal nacido fuese de ser asi! Ilusionarle de una forma tan rotundamente cruel para dejarle despertar entre sabanas y alegría la misma que al abrir los ojos se esfumaría como todo otro sentimientos que le embriagaban solo de forma efímera.
La estrecho contra el con suavidad sin cambiar aquel letárgico rostro de expresión porque eran cosas que le hacían ser quien era, negó sabia bien que mas habia sufrido ella el arrebato de su familia no podia ni imaginar la clase de atrocidades que le habían, si le habían robado la inocencia frente a sus ojos no podia pensar en algo peor y sin embargo seguramente habían encontrado la forma de hacerla sufrir, la abrazo con mas arraigo no queriendo preguntar no deseando que las palabras escapasen de sus labios mas como escupidas termino pronunciándolas -¿Dónde esta nuestra madre?- le cuestiono porque a ambas se las habían llevado, el y su padre quienes jamás se habían llevado bien habían quedado solos, aquel padre que atesoraba a Angeliqué de una forma aberrante, utilizando a su hijo como poco menos un bracero para ella.
Pero ahora eso no importaba ya habían tantas cosas que contar ¿Cómo habia llegado a Paris? ¿Cómo vestia con ropa tan cara? ¿Dónde habia pasado los últimos años? Y por otro lado debía el contarle tantas cosas, debía contarle de Soren claro estaba y era aquella su mayor preocupación ¿Qué diría su hermana menor de que saliese con un hombre? Un vampiro para mayor exactitud, se mordió con suavidad el labio era y podia asegurarlo la primera vez que temia decirle a alguien lo que el y Soren eran.
Le tomo la mano y comenzó a andar a una zona menos transitada, no pretendía estorbarle a nadie en su andar rutinario quizá apresurado. Pensando en cuanto habia cambiado su pequeña hermana.
Anuar Dutuescu- Humano Clase Baja
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Re: Anuar&Angeliqué
El abrazo de los hermanos no duró mucho, pues ambos eran concientes de que tenían mucho de que hablar y al cabo de unos segundo el interrogatorio comenzó, aunque con una pregunta que no se esperaba para nada, Angeliqué, resignada a que no podría fumar, guardó el cigarro en la cartera y se dispuso a recuperar el tiempo perdido.
- No lo sé - le respondió de inmediato sin pensar en el tono con el que sus palabras se exteriorizaron, la última vez que había visto a su madre había sido el día en el que le arrebataron su inocencia, su niñez, su vida. Aquella inolvidable tarde al salir de su hogar, presa de los brazos más fuerte que había tenido la desgracia de conocer, fue subida rápidamente a un carruaje junto con su madre, sin embargo juntas sólo duraron un día, ¿qué habría pasado con ella? No lo sabía con exactitud y para ser franca ya poco le importaba. Había estado meses buscándola, preguntando por ella, ideando planes para saber qué había podido pasarle, pero su madre parecía haber desaparecido del mapa, hasta que una mañana no soportó más la agonía de estar sola en aquel lugar, siendo obligada a algo que no quería hacer, a algo que por más que cerrara los ojos, se drogara y pensara en otras cosas, sólo le causaba repulsión, asco, dolor, agonía, por lo que se armó de valor y encaró al gorila que la había secuestrado y quitado su virginidad preguntándole por su madre, "jajaja, la pequeña esta preocupada por su madre... te abandono, asúmelo, prefirió la libertad y ¿sabes cómo la consiguió? Dejandote aquí de por vida", esa fue la fría y cruel respuesta que obtuvo ¿Sería verdad? ¿su madre realmente la había abandonado? Ese momento no lo supo con certeza, pero el dolor que sintió de sólo pensar que esas palabras fueran ciertas hizo que tratara de todas las formas posibles de escapar de ese lugar, volviendose en una de las mejores cortesanas del lugar por el simple hecho de ganarse la confianza del jefe, traía las mejores propinas y lo mejores clientes que lo único que querían era tener sexo con una niña menor de edad. Nadie desconfiaba de ella.
Una vez se hubo escapado, lo primero que hizo fue buscar a su madre, y lo consiguió en semanas, los contactos que se había hecho en Rumania eran sorprendentemente buenos, siempre pensó que vería a su madre mal, deteriorada, siendo prostituta, pero la sorpresa que se llevó hizo que se convirtiera en la mujer fría y sin sentimientos que ahora era, su madre no tenía ni un átomo de cortesana, era una mujer normal, feliz y con un futuro por delante... el maldito gorila había tenido razón. Dolida hasta más no poder, a dos metros de su madre separada por los cristales de aquel elegante café, prometió que nunca nadie volvería a hacerle daño, los sentimientos ya no existían para ella y lo único que la había mantenido viva era la esperanza de encontrar a su hermano, auqel muchacho que ahora estaba frente a ella y a quien no podía decirle la verdad... no podía arrebatarle la ilusión de pensar en su madre como una víctima como hasta ahora había hecho, no era justo, si a ella le hubiesen hablado mal de Anuar habría sido su fin cediendo al suicidio en un abrir y cerrar de ojos. - Fuimos separadas ese mismo día, Anuar... ni siquiera pude despedirme - le dijo sonando lo más apenada que podía, aunque la rabia quería hacerse ver en sus palabras, Angeliqué las pudo controlar sin mayor esfuerzo.
Dejando de lado aquellos pensamientos sintió como su hermano le tomaba la mano conduciéndola por las calles de Paris, una sonrisa inevitable se posó en el rostro de la muchacha al ver lo hermoso que se encontraba su hermano.
- Has cambiado mucho - le dijo de forma tierna señalando lo evidente - te has converdito en un guapo joven con edad para contraer matrimonio - le sonrió, aunque aquella idea le irritaba en demasía pues jamás había tenido que compartir a su hermano y no emepezaría ahora. - ¿qué ha sido de tu vida, Anu, algo bueno que contar? - le preguntó caminando a su paso, necesitaba escuchar algo alegre.
- No lo sé - le respondió de inmediato sin pensar en el tono con el que sus palabras se exteriorizaron, la última vez que había visto a su madre había sido el día en el que le arrebataron su inocencia, su niñez, su vida. Aquella inolvidable tarde al salir de su hogar, presa de los brazos más fuerte que había tenido la desgracia de conocer, fue subida rápidamente a un carruaje junto con su madre, sin embargo juntas sólo duraron un día, ¿qué habría pasado con ella? No lo sabía con exactitud y para ser franca ya poco le importaba. Había estado meses buscándola, preguntando por ella, ideando planes para saber qué había podido pasarle, pero su madre parecía haber desaparecido del mapa, hasta que una mañana no soportó más la agonía de estar sola en aquel lugar, siendo obligada a algo que no quería hacer, a algo que por más que cerrara los ojos, se drogara y pensara en otras cosas, sólo le causaba repulsión, asco, dolor, agonía, por lo que se armó de valor y encaró al gorila que la había secuestrado y quitado su virginidad preguntándole por su madre, "jajaja, la pequeña esta preocupada por su madre... te abandono, asúmelo, prefirió la libertad y ¿sabes cómo la consiguió? Dejandote aquí de por vida", esa fue la fría y cruel respuesta que obtuvo ¿Sería verdad? ¿su madre realmente la había abandonado? Ese momento no lo supo con certeza, pero el dolor que sintió de sólo pensar que esas palabras fueran ciertas hizo que tratara de todas las formas posibles de escapar de ese lugar, volviendose en una de las mejores cortesanas del lugar por el simple hecho de ganarse la confianza del jefe, traía las mejores propinas y lo mejores clientes que lo único que querían era tener sexo con una niña menor de edad. Nadie desconfiaba de ella.
Una vez se hubo escapado, lo primero que hizo fue buscar a su madre, y lo consiguió en semanas, los contactos que se había hecho en Rumania eran sorprendentemente buenos, siempre pensó que vería a su madre mal, deteriorada, siendo prostituta, pero la sorpresa que se llevó hizo que se convirtiera en la mujer fría y sin sentimientos que ahora era, su madre no tenía ni un átomo de cortesana, era una mujer normal, feliz y con un futuro por delante... el maldito gorila había tenido razón. Dolida hasta más no poder, a dos metros de su madre separada por los cristales de aquel elegante café, prometió que nunca nadie volvería a hacerle daño, los sentimientos ya no existían para ella y lo único que la había mantenido viva era la esperanza de encontrar a su hermano, auqel muchacho que ahora estaba frente a ella y a quien no podía decirle la verdad... no podía arrebatarle la ilusión de pensar en su madre como una víctima como hasta ahora había hecho, no era justo, si a ella le hubiesen hablado mal de Anuar habría sido su fin cediendo al suicidio en un abrir y cerrar de ojos. - Fuimos separadas ese mismo día, Anuar... ni siquiera pude despedirme - le dijo sonando lo más apenada que podía, aunque la rabia quería hacerse ver en sus palabras, Angeliqué las pudo controlar sin mayor esfuerzo.
Dejando de lado aquellos pensamientos sintió como su hermano le tomaba la mano conduciéndola por las calles de Paris, una sonrisa inevitable se posó en el rostro de la muchacha al ver lo hermoso que se encontraba su hermano.
- Has cambiado mucho - le dijo de forma tierna señalando lo evidente - te has converdito en un guapo joven con edad para contraer matrimonio - le sonrió, aunque aquella idea le irritaba en demasía pues jamás había tenido que compartir a su hermano y no emepezaría ahora. - ¿qué ha sido de tu vida, Anu, algo bueno que contar? - le preguntó caminando a su paso, necesitaba escuchar algo alegre.
Angeliqué Dutuescu- Mensajes : 171
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Re: Anuar&Angeliqué
Se maldijo entonces por haber cuestionado aunque debía admitir que de no haberlo hecho la curiosidad y mal estar que sentía en su estomago jamás se hubiesen detenido mas eso no importaba podían estar todo en algun remoto lugar del planeta el estaba con su hermana, aquella por quien habia pasado noches en vela llorando porquien su mundo habia cambiado y no podia aun creer que fuese ella en verdad quien estaba frente a el hablándole, sujetando su mano –lamento escuchar eso…pero me alegra que estes aquí- aseguro rodeando la cintura de su hermana con su brazo, soltándola al sentir aquella silueta pronunciada no acostumbrado aun a cuanto habia cambiado.
Se pregunto entonces si dos hombres podrían contraer santo matrimonio, sus mejillas se ruborizaron al pensar en ello ¿Qué barbaries cruzaban su mente? –tu has cambiado mas que yo- aseguro percatándose de las miradillas indiscretas que algunos hombres y celosas mujeres les regalaban a ambos, no pudo evitar sentir como una vena en su sien se sentía reventar por la molestia de aquellos aberrantes gestos –pero el matrimonio no es algo en que piense…en verdad no lo he hecho- se confeso encogiéndose de hombros, hablar con ella era como nunca haberse separado.
Asintio pensándolo –han ocurrido muchas cosas ¿sabes?- le indico torciendo los labios –pero quiero saber de ti antes de contarte de mi ¿Cómo es que luces estas ropas?- le cuestiono no queriendo observarla -¿has conseguido un buen trabajo?- cuestiono seguidamente relamiéndose los labios ¿Cómo explicarle que era un pintor que no tenia donde caer muerto? Que no planeaba casarse porque no tenia a una mujer por pareja, que hacia varios días no lo veía, que conocía los seres que su tia les contaba en historias cuando niños, que no eran solo cuentos para asustarlos sino reales, tanto asi que tenia secuelas de sus enfrentamientos con ellos.
-quiero saber todo lo que a pasado Angel- le indico sonriendo cálidamente, no permitiría que nadie mas la apartase de su lado y de ser asi la buscaría hasta los confines del mundo no dispuesto a vivir nuevamente sabiendo que estaba viva en alguna otra parte.
Se pregunto entonces si dos hombres podrían contraer santo matrimonio, sus mejillas se ruborizaron al pensar en ello ¿Qué barbaries cruzaban su mente? –tu has cambiado mas que yo- aseguro percatándose de las miradillas indiscretas que algunos hombres y celosas mujeres les regalaban a ambos, no pudo evitar sentir como una vena en su sien se sentía reventar por la molestia de aquellos aberrantes gestos –pero el matrimonio no es algo en que piense…en verdad no lo he hecho- se confeso encogiéndose de hombros, hablar con ella era como nunca haberse separado.
Asintio pensándolo –han ocurrido muchas cosas ¿sabes?- le indico torciendo los labios –pero quiero saber de ti antes de contarte de mi ¿Cómo es que luces estas ropas?- le cuestiono no queriendo observarla -¿has conseguido un buen trabajo?- cuestiono seguidamente relamiéndose los labios ¿Cómo explicarle que era un pintor que no tenia donde caer muerto? Que no planeaba casarse porque no tenia a una mujer por pareja, que hacia varios días no lo veía, que conocía los seres que su tia les contaba en historias cuando niños, que no eran solo cuentos para asustarlos sino reales, tanto asi que tenia secuelas de sus enfrentamientos con ellos.
-quiero saber todo lo que a pasado Angel- le indico sonriendo cálidamente, no permitiría que nadie mas la apartase de su lado y de ser asi la buscaría hasta los confines del mundo no dispuesto a vivir nuevamente sabiendo que estaba viva en alguna otra parte.
Anuar Dutuescu- Humano Clase Baja
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Re: Anuar&Angeliqué
Siguieron caminando por las calles tomados de la manos como si nunca se hubiesen separado, la alegría que sentía Angeliqué de haber encontrado a su hermano no se podía compara ni igualar con nada, su pecho saltaba de alegría, su cuerpo reaccionaba a su tacto, su mente sólo podía pensar en su amado Anuar y su conciencia comenzaba a estar intranquila a medida escuchaba las palabras de su hermano. Él le había preguntado si había encontrado buen trabajo y claramente eso no era cierto, le pagan bien, sí, pero de buen trabajo nada.
A medida se fueron adentrando por las calles de París se fue sintiendo demasiado incómoda por su vestimenta, al parecer a París aún no habían llegado los pantalones, pues todas las jovencitas que pasaban por su lado iban con largos vestidos que no amoldaban para nada sus curvas, al parecer ella tendría que vestir de igual forma a partir de ahora ¡Qué aburrido!
- A mi también me alegra estar aquí, Anu ¡Apenas me creo que te haya encontrado al fin! - dijo abrazándolo por la cintura de lado sin dejar de caminar, riendo sin poder evitarlo - Lamento que note hayas casado - dijo algo apenada aunque por dentro se sentía completamente aliviada pues eso significaba que no tendría que compartir la atención de su hermano con ninguna novia celosa que tuviera el pensamiento estúpido de creer que ella era más importante para Anuar que su hermana, ¡Todo el mundo debía saber que para Anuar nadie era más importante que Angeliqué! Y ella se encargaría de hacerlo saber.
- En cuanto a mi trabajo... pues... - dejó de abrazarlo para mirarlo algo dudosa ¿qué diría si le contara toda la verdad? Tarde o temprano se enteraría, pero no sabía cómo decirle... ¿Por qué todo era tan complicado? - Pues, verás... cuando esos hombres me llevaron... me hicieron hacer cosas que yo no quería, Anu, fue horrible - dijo con unas pocas lágrimas victimisándose como siempre sin contarle que en realidad sólo al principio había sido horrible, pues después de haberse acostado con casi todos los hombres más prestigiosos de Rumania se había ganado la confianza del jefe y nadie tenía más derechos que ella en el burdel - me... me obligaron... me obligaron a vender mi cuerpo - las lágrimas corrían por sus mejillas en un completo silencio ya sin poder contenerlas - yo no quería, Anuar, pero ellos me maltrataban si no lo hacía y al cabo de un tiempo pude escapar, pero no tenía nada, no sabía nada, no tenía a nadie... necesitaba ganarme la vida, asique lo seguí haciendo... aún lo sigo haciendo. Por favor no me repudies ni me mires mal, Anu, no podría soportarlo - poco a poco las lágrimas cada vez fueron siendo menos, pero la verguenza que sentía por dentro crecía a pasos agigantados, no quería que su hermano se avergonzara de ella, pero ¿qué más podía hacer? Ella no había tenido la posibilidad de estudiar y ya era demasiado tarde para comenzar a hacerlo...
Esperó a que su hermano se recuperara del shock, ¿qué podía decirle para que no la mirara como a una cualquiera? Lo era, sí, pero no le gustaba que su hermano tuviera un concepto así de ella ¡lo hacía por necesidad! ¿Qué pensaría Anuar si le contara que su madre prácticamente la había vendido a esos despreciables seres? Su vida había sido sin sentido por muchos años y ahora que estaba junto a su hermano quería hacer las cosas bien... pero lo más probable era que fuera demasiado tarde para ella... su camino ya estaba trazado y sólo esperaba que su hermano lo comprendiera.
- ¿Anu....?
A medida se fueron adentrando por las calles de París se fue sintiendo demasiado incómoda por su vestimenta, al parecer a París aún no habían llegado los pantalones, pues todas las jovencitas que pasaban por su lado iban con largos vestidos que no amoldaban para nada sus curvas, al parecer ella tendría que vestir de igual forma a partir de ahora ¡Qué aburrido!
- A mi también me alegra estar aquí, Anu ¡Apenas me creo que te haya encontrado al fin! - dijo abrazándolo por la cintura de lado sin dejar de caminar, riendo sin poder evitarlo - Lamento que note hayas casado - dijo algo apenada aunque por dentro se sentía completamente aliviada pues eso significaba que no tendría que compartir la atención de su hermano con ninguna novia celosa que tuviera el pensamiento estúpido de creer que ella era más importante para Anuar que su hermana, ¡Todo el mundo debía saber que para Anuar nadie era más importante que Angeliqué! Y ella se encargaría de hacerlo saber.
- En cuanto a mi trabajo... pues... - dejó de abrazarlo para mirarlo algo dudosa ¿qué diría si le contara toda la verdad? Tarde o temprano se enteraría, pero no sabía cómo decirle... ¿Por qué todo era tan complicado? - Pues, verás... cuando esos hombres me llevaron... me hicieron hacer cosas que yo no quería, Anu, fue horrible - dijo con unas pocas lágrimas victimisándose como siempre sin contarle que en realidad sólo al principio había sido horrible, pues después de haberse acostado con casi todos los hombres más prestigiosos de Rumania se había ganado la confianza del jefe y nadie tenía más derechos que ella en el burdel - me... me obligaron... me obligaron a vender mi cuerpo - las lágrimas corrían por sus mejillas en un completo silencio ya sin poder contenerlas - yo no quería, Anuar, pero ellos me maltrataban si no lo hacía y al cabo de un tiempo pude escapar, pero no tenía nada, no sabía nada, no tenía a nadie... necesitaba ganarme la vida, asique lo seguí haciendo... aún lo sigo haciendo. Por favor no me repudies ni me mires mal, Anu, no podría soportarlo - poco a poco las lágrimas cada vez fueron siendo menos, pero la verguenza que sentía por dentro crecía a pasos agigantados, no quería que su hermano se avergonzara de ella, pero ¿qué más podía hacer? Ella no había tenido la posibilidad de estudiar y ya era demasiado tarde para comenzar a hacerlo...
Esperó a que su hermano se recuperara del shock, ¿qué podía decirle para que no la mirara como a una cualquiera? Lo era, sí, pero no le gustaba que su hermano tuviera un concepto así de ella ¡lo hacía por necesidad! ¿Qué pensaría Anuar si le contara que su madre prácticamente la había vendido a esos despreciables seres? Su vida había sido sin sentido por muchos años y ahora que estaba junto a su hermano quería hacer las cosas bien... pero lo más probable era que fuera demasiado tarde para ella... su camino ya estaba trazado y sólo esperaba que su hermano lo comprendiera.
- ¿Anu....?
Angeliqué Dutuescu- Mensajes : 171
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Re: Anuar&Angeliqué
Andaba observando el suelo mientras escuchaba la melodía que de sus labios afloraba recordó entonces tantas cosas que en antaño habia olvidado presa de la soledad y la desesperación habia estado solo, cuatro años en completa soledad siendo el silencio su fiel compañera siempre recelosa y mezquina quien en una inusual danza y cantico inexistente incitaba a la demencia a entrar y alojarse en la casa que no era suya, habia estado al borde del desvarío mas la suerte misma le habia hecho toparse con personas que marcaban su dia a dia.
Las lagrimas aflojar de los ojos de aquel ángel sintió que el corazón se le achico y comprendió entonces las acciones de Eric, el también se vengaría si tuviese a aquellos cerdos frente a el el también les haría sufrir por que no podia no podia verla en aquel estado y lo habia hecho ya Dios la habia escuchado gritar…apretó los parpados abrazándola con firmeza no pretendía soltarla ni en aquel instante ni en ningun otro, beso sus cabellos sintiendo las fragancias de estos –shhh- murmuro meciéndola entre sus brazos ¿Qué podia decirle? ¿Qué toda su vida habia aberrado a esas personas? A esas personas quienes en primera estancia se la habían arrebatado y que ahora ahora vendia su cuerpo a esos cerdos, que aberrante sonaba todo.
-¿cambiaria en algo lo que yo piense?- le cuestiono con seriedad pensando que no seria asi quizá le costaría algunos días de amargo llantos y maldiciones en su contra quizá algun berrinche ocasional mas estaba seguro en su completa mayoría que no cambiaria su labor ni vocación establecida por algo que el pudiese hacer o decir o quizá con mirarla bastaría para ver en sus pupilas reflejada la desilusión que aclamaba salir de su interior ¿Qué le diría? ¿Qué le daba tanto asco como aquellos quienes le habían robado su inocencia? No podia, no era capaz porque seria una mentira, la compadecía y se aberraba a si mismo si tan solo hubiese hecho mas…
-no digas mas- le pidió porque no podia seguir escuchando le bastaba saber eso para conocer su vida, no tenia pareja no sabia que clase de hombre aceptaría estar con una mujer que se vendia por algo de capital ¿o estaba acaso con una mujer? No estaba seguro y prefirió no cuestionarle al respecto -si te digo que te mantendré…¿cambiarias por eso tu trabajo?- le cuestiono con seriedad esperando un si por respuesta conociendo ya el no y el el no podría negarle nada como no habia podido antes no lograría hacerlo ahora.
-miénteme…dime que lo dejaras y no hables mas al respecto- le pidió besando su frente para suspirar no deseando que llegase su turno de hablar siquiera pensando en ello sino en todo lo que su hermana podia decirle siempre ella, siempre por delante ella.
Las lagrimas aflojar de los ojos de aquel ángel sintió que el corazón se le achico y comprendió entonces las acciones de Eric, el también se vengaría si tuviese a aquellos cerdos frente a el el también les haría sufrir por que no podia no podia verla en aquel estado y lo habia hecho ya Dios la habia escuchado gritar…apretó los parpados abrazándola con firmeza no pretendía soltarla ni en aquel instante ni en ningun otro, beso sus cabellos sintiendo las fragancias de estos –shhh- murmuro meciéndola entre sus brazos ¿Qué podia decirle? ¿Qué toda su vida habia aberrado a esas personas? A esas personas quienes en primera estancia se la habían arrebatado y que ahora ahora vendia su cuerpo a esos cerdos, que aberrante sonaba todo.
-¿cambiaria en algo lo que yo piense?- le cuestiono con seriedad pensando que no seria asi quizá le costaría algunos días de amargo llantos y maldiciones en su contra quizá algun berrinche ocasional mas estaba seguro en su completa mayoría que no cambiaria su labor ni vocación establecida por algo que el pudiese hacer o decir o quizá con mirarla bastaría para ver en sus pupilas reflejada la desilusión que aclamaba salir de su interior ¿Qué le diría? ¿Qué le daba tanto asco como aquellos quienes le habían robado su inocencia? No podia, no era capaz porque seria una mentira, la compadecía y se aberraba a si mismo si tan solo hubiese hecho mas…
-no digas mas- le pidió porque no podia seguir escuchando le bastaba saber eso para conocer su vida, no tenia pareja no sabia que clase de hombre aceptaría estar con una mujer que se vendia por algo de capital ¿o estaba acaso con una mujer? No estaba seguro y prefirió no cuestionarle al respecto -si te digo que te mantendré…¿cambiarias por eso tu trabajo?- le cuestiono con seriedad esperando un si por respuesta conociendo ya el no y el el no podría negarle nada como no habia podido antes no lograría hacerlo ahora.
-miénteme…dime que lo dejaras y no hables mas al respecto- le pidió besando su frente para suspirar no deseando que llegase su turno de hablar siquiera pensando en ello sino en todo lo que su hermana podia decirle siempre ella, siempre por delante ella.
Anuar Dutuescu- Humano Clase Baja
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Re: Anuar&Angeliqué
Esuchó atenta las palabras de su hermano, observó con tristeza la reacción que mantuvo y recibió agradecida aquel beso en la frente con sus labios formando la sonrisa más triste que se pueden imaginar... ¿qué podía hacer para dejar de sentirse de aquella forma? ¿Qué podía hacer para cambiar el pasado? ¿Qué sacaba con soñar con un mundo en el que no era cortesana y mantenía una vida normal si sabía que jamás podría tener una vida normal? Su vida y sus sueños se habían acabado hace cuatro años, la casa de en sueño había sido arrancada de su mente, su vida había sido manchada y para siempre.
Con una sonrisa triste pensó en todas las veces que se propuso dejar de ser cortesana sin lograrlo, hasta que ya la idea fue desechada de su mente, era mejor seguir la corriente que nadar contra ella, ya nada la motivaba lo suficiente como para nadar... ahora sólo quería flotar y tratar de disfrutar aunque le fuera imposible.
- Claro que dejaré de trabajar - le mintió con la sonrisa triste aun en los labios - ya no necesitó eso porque te tengo a tí - dijo tratando de parecer contenta sin lograrlo del todo - pero ya no hablemos de eso, ahora cuentame tú ¿qué haces? ¿estudias, trabajas? ¿dónde vives y con quién? Anda cuéntame tu vida que muero de curiosidad - le dijo agarrando su brazo para emprender la caminata nuevamente, quería ver a su hermano sonreír y olvidarse de los fantasmas del pasado que los rodeaban amenudo sin dejarlos tranquilos ni por un segundo, necesitaba escuchar algo alegre para saber que todo lo que había pasado en su corta vida no había sido en vano... necesitaba volver a creer... necesitaba recuperar la fe.
User: sorry por la tardanza y lo corto del post, no tengo computador T_T me lo entregan por el 30 de este mes y ahi ya me pasaré más seguido .
Con una sonrisa triste pensó en todas las veces que se propuso dejar de ser cortesana sin lograrlo, hasta que ya la idea fue desechada de su mente, era mejor seguir la corriente que nadar contra ella, ya nada la motivaba lo suficiente como para nadar... ahora sólo quería flotar y tratar de disfrutar aunque le fuera imposible.
- Claro que dejaré de trabajar - le mintió con la sonrisa triste aun en los labios - ya no necesitó eso porque te tengo a tí - dijo tratando de parecer contenta sin lograrlo del todo - pero ya no hablemos de eso, ahora cuentame tú ¿qué haces? ¿estudias, trabajas? ¿dónde vives y con quién? Anda cuéntame tu vida que muero de curiosidad - le dijo agarrando su brazo para emprender la caminata nuevamente, quería ver a su hermano sonreír y olvidarse de los fantasmas del pasado que los rodeaban amenudo sin dejarlos tranquilos ni por un segundo, necesitaba escuchar algo alegre para saber que todo lo que había pasado en su corta vida no había sido en vano... necesitaba volver a creer... necesitaba recuperar la fe.
User: sorry por la tardanza y lo corto del post, no tengo computador T_T me lo entregan por el 30 de este mes y ahi ya me pasaré más seguido .
Angeliqué Dutuescu- Mensajes : 171
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Re: Anuar&Angeliqué
Dejo que tomara su brazo suspirando suponiendo que si alguien conocía del trabajo de su hermana creerían que se trataba de un cliente mas por que cierto era que tienen un aire peculiar de familiaridad mas no eran idénticos no excesivamente parecidos solo un observador caería en cuenta de sus similitudes la genética no habia jugado a su favor si no al de su hermana, era bella y su belleza le habia costado caro.
-no estudie no lo hago, no lo hize y no lo hare- le indico con tranquilidad porque solo a el se necesitaba por maestro y aprendiz –e esta dedicándome a lo que quería y tu padre no me dejaba- ¿tuyo? ¿no era también de el? Claro estaba mas no se sentía en la posición de nombrarlo como propio el, un mal hijo que lo habia abandonado cuando mas se necesitaban –pinto…cuadros- le explico suspirando ampliamente, sonriendo de medio lado apenas y una imperceptible curvatura en sus labios.
-vivo en un piso que rento…junto con un gato, se llama Lit- le indico no seguro si debía mencionarle que era un cambiaformas o no, que era cierto pues su nombre era Sophia y se trataba de una mujer, quizá su hermana aun desconociera lo que en las sombras se escondía aquellos cuentos que su tia solia contarles y que el se habia negado a creer sino hasta meses atrás.
-creo que solo hay una cosa que debo decirte- le indico no queriendo pronunciar las palabras que en su mente rondaban porque temia una negativa y una falta de aceptación tal que le harian pensar no asi tomar una decisión pero quizá sentirse mal, ella la única otra persona que le importaba lo suficiente para poner en duda sus acciones, acerco sus labios a su oído dejando escapar su aliento antes de llenarse de valor y contarle –tengo pareja…se llama Soren- le indico mas fácil era decir su nombre y que ella dedujese que se trataba de un hombre.
Porque nunca antes le habia aterrado tanto aceptarlo el, a quien poco le importaba que pensaban las personas o que decían ahora temia por lo que su hermana pudiese creer de el. Pero ¿quiénes eran ellos para juzgar? Dos pecadores en potencia y poco les importaba ya.
-no estudie no lo hago, no lo hize y no lo hare- le indico con tranquilidad porque solo a el se necesitaba por maestro y aprendiz –e esta dedicándome a lo que quería y tu padre no me dejaba- ¿tuyo? ¿no era también de el? Claro estaba mas no se sentía en la posición de nombrarlo como propio el, un mal hijo que lo habia abandonado cuando mas se necesitaban –pinto…cuadros- le explico suspirando ampliamente, sonriendo de medio lado apenas y una imperceptible curvatura en sus labios.
-vivo en un piso que rento…junto con un gato, se llama Lit- le indico no seguro si debía mencionarle que era un cambiaformas o no, que era cierto pues su nombre era Sophia y se trataba de una mujer, quizá su hermana aun desconociera lo que en las sombras se escondía aquellos cuentos que su tia solia contarles y que el se habia negado a creer sino hasta meses atrás.
-creo que solo hay una cosa que debo decirte- le indico no queriendo pronunciar las palabras que en su mente rondaban porque temia una negativa y una falta de aceptación tal que le harian pensar no asi tomar una decisión pero quizá sentirse mal, ella la única otra persona que le importaba lo suficiente para poner en duda sus acciones, acerco sus labios a su oído dejando escapar su aliento antes de llenarse de valor y contarle –tengo pareja…se llama Soren- le indico mas fácil era decir su nombre y que ella dedujese que se trataba de un hombre.
Porque nunca antes le habia aterrado tanto aceptarlo el, a quien poco le importaba que pensaban las personas o que decían ahora temia por lo que su hermana pudiese creer de el. Pero ¿quiénes eran ellos para juzgar? Dos pecadores en potencia y poco les importaba ya.
Anuar Dutuescu- Humano Clase Baja
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Re: Anuar&Angeliqué
Escuchó sus explicaciones acerca de la vida que había llevado últimamente y se le hizo un nudo en la garganta cuando su hermano mencionó a su padre, hacía mucho tiempo que no lo veía y no sabía que había pasado con él, por último saber si es que aún vivía, la vida le había arrebatado muchas cosas y era hora de arrebatárselas a la vida.
Quería pregutar más, indagar, saber por qué de ese tono y esa forma de llamar al padre de ambos, pero no quería interrumpirlo, había extrañado tanto su voz que ahora podía estar horas sólo escuchándolo. La cortesa sonrió cuando escuchó lo del gato deshaciendo el nudo que se le había formado en la garganta anteriormente, le encantaban los animales, en especial si eran domésticados, y ya tenía ganas de conocer a Lit.
Siguió a esperas de las confesiones de su hermano algo más animada por la aparición del animal, sin embargo al sentir el aliento de Anuar muy cerca de su oído escuchando aquellas palabras, la sonrisa desapareció de su rostro... su hermano ya no sería sólo de ella y eso no era todo, sino que tendría que compartirlo ¡CON UN HOMBRE!
- ¿So-so-soren? Ese no es hombre de chico... - dijo no queriendo aceptar lo que estaba más claro que el agua - tú nunca fuiste... - la chica seguía perpleja, no podía creer que su hermano fuera homosexual, le resultaba imposible de aceptar, ella debía hacer algo al respecto, su hermano no sería un renegado social como lo era ella, al menos ser cortesana no había sido su opción sino que la habían forzado a ello... pero ser homosexual, era algo completamente distinto. Simuló una sonrisa y beesó la mejilla de su hermano - Hablame de eso, cuentame de Soren, quiero saber si te hace feliz - le dijo simulando ser comprensiva, cuando lo que realmente quería era tener la mayor información de él para poder alejarlo de suu hermano lo antes posible. - ¿Cuál me dijsite que era su apellido?
Quería pregutar más, indagar, saber por qué de ese tono y esa forma de llamar al padre de ambos, pero no quería interrumpirlo, había extrañado tanto su voz que ahora podía estar horas sólo escuchándolo. La cortesa sonrió cuando escuchó lo del gato deshaciendo el nudo que se le había formado en la garganta anteriormente, le encantaban los animales, en especial si eran domésticados, y ya tenía ganas de conocer a Lit.
Siguió a esperas de las confesiones de su hermano algo más animada por la aparición del animal, sin embargo al sentir el aliento de Anuar muy cerca de su oído escuchando aquellas palabras, la sonrisa desapareció de su rostro... su hermano ya no sería sólo de ella y eso no era todo, sino que tendría que compartirlo ¡CON UN HOMBRE!
- ¿So-so-soren? Ese no es hombre de chico... - dijo no queriendo aceptar lo que estaba más claro que el agua - tú nunca fuiste... - la chica seguía perpleja, no podía creer que su hermano fuera homosexual, le resultaba imposible de aceptar, ella debía hacer algo al respecto, su hermano no sería un renegado social como lo era ella, al menos ser cortesana no había sido su opción sino que la habían forzado a ello... pero ser homosexual, era algo completamente distinto. Simuló una sonrisa y beesó la mejilla de su hermano - Hablame de eso, cuentame de Soren, quiero saber si te hace feliz - le dijo simulando ser comprensiva, cuando lo que realmente quería era tener la mayor información de él para poder alejarlo de suu hermano lo antes posible. - ¿Cuál me dijsite que era su apellido?
Angeliqué Dutuescu- Mensajes : 171
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Re: Anuar&Angeliqué
Sonrio amargamente cuando su hermana repitió el nombre de Soren asegurando que aquel no era uno digno de mujer y en efecto tenia toda la razón del mundo, desconocía si en algun otro país alguna mujer portase aquel nombre y cierto era que no le importaba en lo mas minimo a el solo un Soren le interesaba y lo acababa de confesar frente a la única persona de la cual temia ser juzgado.
-¿homosexual?- le cuestiono encogiéndose de hombros –creo que no se trata de eso- asevero con tranquilidad una que no se mostraba en su interior si fuese un lago estaría turbio, con un fuerte oleaje en su fondo tan lejano que en la superficie no repercutían tales movimientos –vale vas la persona que el genero- beso de regreso la mejilla de su hermana porque no quería que le mirase con desprecio o terminara insultándolo y exhibiéndolo sabia las burlas y castigos a los cuales seria sometido si alguien no debido llegaba a enterarse de aquello, conocía todo aquello.
-si no me hiciera feliz no estaría con el, no soy asi de torpe- aseguro negando con tranquilidad porque bien sabia que le habia lastimado como mas nadie lo habia conseguido pero, las alegrías que le daban no eran comparables con el dolor, le superaban con creces –no te lo he dicho- murmuro observándole con curiosidad mostraba un interés extraño en el tema, aunque le resto importancia - Kaarkarogf- pronuncio entonces con aquel acento que ambos poseían, el cual denotaba sus raíces con obviedad. Anuar habia conseguido con los años y la practica hacer de su acento algo nulo en la mayoría de las palabras.
-¿Cuánto tiempo llevas aquí Angel?...- se pregunto si el suficiente como para conocer a mas gente del lugar el mismo no era demasiado sociable aunque jamás lo habia sido conocía a una mujer con una tienda de perfumes, un pintor ebrio, un doctor medio loco si no era que mas, una mujer al igual que de clases bajas, una cambia formas de nombre Sophia, un joven de alta sociedad y seguramente olvidaba a mucha mas gente tales eran los casos de Eric y Soren, quizás dos de las personas mas importantes en su actual vivir.
-¿homosexual?- le cuestiono encogiéndose de hombros –creo que no se trata de eso- asevero con tranquilidad una que no se mostraba en su interior si fuese un lago estaría turbio, con un fuerte oleaje en su fondo tan lejano que en la superficie no repercutían tales movimientos –vale vas la persona que el genero- beso de regreso la mejilla de su hermana porque no quería que le mirase con desprecio o terminara insultándolo y exhibiéndolo sabia las burlas y castigos a los cuales seria sometido si alguien no debido llegaba a enterarse de aquello, conocía todo aquello.
-si no me hiciera feliz no estaría con el, no soy asi de torpe- aseguro negando con tranquilidad porque bien sabia que le habia lastimado como mas nadie lo habia conseguido pero, las alegrías que le daban no eran comparables con el dolor, le superaban con creces –no te lo he dicho- murmuro observándole con curiosidad mostraba un interés extraño en el tema, aunque le resto importancia - Kaarkarogf- pronuncio entonces con aquel acento que ambos poseían, el cual denotaba sus raíces con obviedad. Anuar habia conseguido con los años y la practica hacer de su acento algo nulo en la mayoría de las palabras.
-¿Cuánto tiempo llevas aquí Angel?...- se pregunto si el suficiente como para conocer a mas gente del lugar el mismo no era demasiado sociable aunque jamás lo habia sido conocía a una mujer con una tienda de perfumes, un pintor ebrio, un doctor medio loco si no era que mas, una mujer al igual que de clases bajas, una cambia formas de nombre Sophia, un joven de alta sociedad y seguramente olvidaba a mucha mas gente tales eran los casos de Eric y Soren, quizás dos de las personas mas importantes en su actual vivir.
Anuar Dutuescu- Humano Clase Baja
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