Dando el primer paso {Amber Le Vaillant}

por **Gerard Montefeltro** Sáb Oct 02, 2010 6:09 pm

El viaje no duró tanto como recordaba, bueno quizá era porque la compañía no me desagradaba, intenté hacer el viaje más ameno, comentándola qué se encontraría:
-Es un hombre muy carismático, avanzado para su tiempo, aunque tiene sus manías…sí, eso sí es verdad.- me quedé reflexionando sobre sus andanzas. –Cuando yo le conocí tenía la manía de lavarse continuamente las manos y ¡ah!- exclamé riendo.-No le mires directamente a los ojos, le molesta muchísimo… No sé de dónde vendrá la razón, quizá será mejor no saberlo. – Saqueé un poco la cabeza por la pequeña ventana, hacía fresco, pero era agradable, la brisa acariciaba sutilmente cada poro de tu piel. –Imagino que estará en su casa…porque sino menuda faena.- reí un poco volviendo a clavar los ojos en la joven. -¿Estoy siendo muy alentador? ¡Yo me hago cargo!- exclamé volviendo a perder mi vista en el paisaje, se podía ver a los campesinos recogiendo después de haber concluido sus labores, eran paisajes rústicos que esperaban a ser pintados, a ser inmortalizados en un lienzo. Sí, debía volver por aquellos lares pronto, sí el Destino me lo permitía.

-¡Uy! Pero si ya estamos.- me sobresalté yo mismo ante mi inesperado comentario. -Bajaré yo primero para avisarlo y después vendré a por ti.- Salí del carro de un salto cuando este se detuvo y acorté las distancias a zancadas hasta la puerta, dí unos golpes en ella hasta que se abrió estrepitosamente.

-¿Gerard? ¿Qué demonios haces aquí?- preguntó extrañado el señor Bupper.
-¡Oh! Te acuerdas de mí como veo.- murmuré sonriendo.
-Sabes que sí… me debes dinero…- contestó al acto.
-Te lo devolveré…sabes que lo haré…- repliqué inocentemente.
-No sé yo, no sé yo… ¿Qué te trae por aquí?- preguntó dándose por vencido.
-Necesito que…me hagas un favor…
-¿Otro?
-No es para mí realmente…pero me lo tomaría como tal… quiero que eches un ojo a alguien que tengo esperando en el carro.- que mal había formulado aquella frase. Echarle un ojo…sí sobre todo el señor Bupper.
-¡Estamos igual! ¿Qué haré contigo?- suspiró y avanzó hacia el carro conmigo detrás. Él se asomó por la puerta del carro y volvió la vista a mí con rostro sereno. -¿Tu novia?
Abrí los ojos sorprendido y a la vez avergonzado porque seguro que Elizabeth había escuchado el comentario. Negué con la cabeza nervioso.
-Ayúdala a bajar.- murmuró. Yo no sabía cómo volver a meterme en el carro sin que notase la vergüenza que me había invadido “maldito Bupper” pensé para mí. Sin mirarla la tomé en brazos y la saqué del carro.

por **Amber Le Vaillant** Dom Oct 03, 2010 2:45 pm

Escuché atentamente todo lo que me decía acerca de ese amigo suyo al cual iríamos a ver, parecía ser un buen hombre además muy gracioso, me lo imagine de una forma tal que no pude evitar soltar unas risillas, lo de no mirarlo a los ojos me sorprendió, no había conocido a muchas personas que se enojaran por mirarles a los ojos, aparte de mi padre y algunos hombres de la alta sociedad que rehuian a menudo a las miradas, pero eso simplemente se debía a que tenian cosas que ocultar, mala suerte para el señor o para mí, porque lo primero que hacía al ver a una persona era ir directamente a los ojos, sabía ser discreta porsupuesto, había practicado muy bien con mi padre.

.-Tal vez sea interesante averiguarlo-. dije en voz baja para que no lo escuchara, ya veríamos si era cierto .-Lo estas siendo Gerard, pero me agrada, gracias por esto-. le comente algo mas animada, el viaje había estado bien exepto claro por el inminente dolor de mi pie.
Cuando Gerard menciono que habíamos llegado me intente asomar un poco por la ventana, no vi demasiado, solo una casa como cualquier otra, no sabía si esa era la residencia de su amigo. Espere dentro del carruaje mientras el se bajaba a encontrarse con el señor. Escuche cada palabra de su conversación, mi oido era bueno y la voz de aquellos hombres no era demasiado baja, aunque la de Gerard era obviamente mas sigilosa que la del otro caballero.
-¡Estamos igual! ¿Qué haré contigo?....¿Tu novia? menciono el señor, y yo inmediatamente abrí los ojos como platos pero contuve la risa de nuevo imaginando la cara del pobre de Gerard, me mordí el labio pero no pude evitarlo, una risa sigilosa salio de mis labios a tiempo para que nadie la escuchara. No supe que reaccion tuvo Gerard ya que solo hubo silencio despues de aquel comentario hasta que el caballero indico a Gerard que me sacara. Cuando lo hizo no me miro y su semblante era avergonzado, con un ligero color rojo, pobrecillo. No hice comentarios pero sonrei ampliamente sin que nadie lo notara, fue entonces cuando vi al tal caballero del que me había hablado Gerard.

.-Pasen-. dijo simplemente y lo mire a los ojos un segundo, eran profundos misteriosos, algo ocultaba, definitivamente, pero no lo había podido evitar, aun asi, no creia que se hubiese dado cuenta ya que su estado anímico no cambio en nada.
Asi pues pasamos hacia la residencia del señor, y fui recostada en un cómodo diván y espere a que el caballero comenzara a hacer su trabajo, mientras le heche un vostazo al lugar y al semblante aún ausente de mi amigo.

por **Gerard Montefeltro** Lun Oct 04, 2010 3:32 am

Ya había dejado a la señorita en el diván que allí había, yo me quedé cerca de la ventana con los brazos cruzados y algo turbado, de vez en cuando miraba de reojo las nubes grises que se hacían cada vez más oscuras.

-¿Y qué tenemos por aquí?- preguntó Bupper sacándome de mi estatismo, Bupper era de comprensión fuerte pero más bien rellenito, la calvicie ya estaba pasándole estragos, eso era notable en sus entradas por eso siempre solía llevar un gorro, ya que una de las peores cosas que le pueden pasar a un hombre quedarse definitivamente sin un pelo de tonto.
Sus manos era grandes pero agiles a la hora de trabajar, un buen doctor debe tener cuidado de lo que hace, este era el caso también.
Cuando me giré para mirarle se estaba frotando las manos con un paño mojado.
–Se torció el tobillo…- murmuré.
-Eso habrá que verlo, Gerard.- se acercó hacia Elizabeth arrastrando una silla, en ésta se sentó y tomó la pierna de la joven. –Puede que te duela…o puede que no…- musitó Bupper con los ojos fijos en la hinchazón, la quitó el zapato que llevaba puesto.
–Objetos del Diablo.- gruñó para sí.

Palpó el empeine y todo lo que va siendo la extremidad hasta los dedos. –Mmmmh- debió apretar más fuerte porque retorció las manos alrededor del pie.

Yo me separé de la ventana y me acerqué preocupado llevándome una mano a la boca.
-Eh…
-Mmmmmh- continuó Bupper en su mundo.
-¿Cómo lo ve?- quise saber.
-Sin duda lo veo…- ¿Qué demonios? Pensé. –Ahora sentirá una ligera punzada…- presionó las manos más aún. “Ay Dios” me coloqué al lado de Elizabeth y la así de la mano, aunque esta me temblaba. “no ha sido una buena idea…no ha sido una buena idea…” me repetía una y otra vez.

-¿A qué no duele?- “bromeó” Bupper con una sonrisa torcida.

por **Amber Le Vaillant** Lun Oct 04, 2010 2:36 pm

Mire el procedimiento que el doctor estaba utilizando, aquel lugar tenía mas bien la pinta de un consultorio así que debí adivinar que se trataba definitivamente de un médico, con pequeños frascos por doquier, un boticario. con lo que odiaba a esos seres, no era un odio racional, pero simplemente odiaba tener que ser la paciente, me sentía tan inutil....
Mé tome fuertemente de los extremos del diván para no soltar un bellísimo grito que llegara hasta mi casa, y sí que lo podía hacer, mi voz era mas bien fuerte cuando me lo proponía... pero no era de mi agrado ponerme a gritar por esas cosas y menos enfrente de dos caballeros, me sentía aún mas torpe, entonces frente a cualquier personA y mas aún si se trataba de un hombre, me portaba lo ma valiente posible.

No le vi la gracia al chiste de quel ser, "Como no iba a doler! claro porque no era su pie!" pensé para mis adentros, de pronto caí en la cuenta de que Gerard apretaba una de mis manos y yo la apretaba también, no me había dado cuenta a la hora que me había tomado de la mano, pero esperaba no haberlo apretado tan fuerte.
Apreté los dientes pero no pude evitar soltar un gemido de protesta.

.-Hmmm bueno pues aquí tenemos definitivamente una luxación, de haber sido fractura con el procedimiento ya no dolería, pero ... le ha dolido y le sigue doliendo, hizo usted mal en traer esos artefactos del demonio puestos... tú Gerard debiste haberle quitado el zapato en el carruaje! bah, como sea, lo hecho hecho está, por un lado esta bien que no sea fractura, pero por otro no, la luxación es menos grave pero mas dolorosa, deberá descansar por lo menos dos días, trate de no apoyar el pie o empeorara y tendremos que inmovilizarla ¿lo entiende?-. dijo el doctor, maldición. cómo iba yo a estar dos días en casa tirada en la cama!? no creía que nadie se diera cuenta pero simplemente no podía!

[color=violet][.-Sí, claro milord-./color] dije desviando la mirada, no muy convencida de aquella orden.

.-Tome en cuenta que si no lo hace simplemente terminara peor y esos dos días se convertiran en dos meses-. replicó el hombre ese, de acuerdo, viendolo así..... no tenía opcion.
Mire a Gerard de reojo y luego volví mi vista al tal Bupper que traía consigo ahora un pequeño frasco, el peor momento de las consultas, el medicamento.

.-Esto le servira para calmar el dolor, tomelo con un té llegando a casa, y esto es un ungüento que tendra que untarse por la mañana y la noche estos días ¿de acuerdo?-. simplemente asentí con la cabeza tomando ambas cosas, el unguento no me fastidiaba, el jarabe sí, de seguro sabía a excremento de ratas como todas las cosas que con anterioridad había tomado.

.-Le agradezco milord, ahora dígame cuanto tengo que pagar por sus servicios, y no me de una negativa, tengo los recursos suficientes para darle su paga, y de ninguna manera dejare esto a cuenta de Gerard, asi que... ¿cuánto es?-. dije amablemente, aún tenía una de mis manos secuestrada pro la mano de Gerard, cosa que me causo gracia.

por **Gerard Montefeltro** Miér Oct 06, 2010 3:06 pm

Sentí como apretaba su mano entre mis dedos, “vaya” pensé mirando hacia otro lado. ¿Me estaría odiando por haberla traído aquí? Eso era lo que se me pasó por la cabeza, lo que me faltaba.
Bupper comenzó a hablar, yo asentí a cada cosa que decía, en parte era mi culpa, sí. Pero no me atreví a quitárselo en su momento ¡me habría desmayado de haber recibido represalias! Porque ¿a qué viene que cualquiera se ponga a quitar zapatos? ¡No vale! Y me había costado un esfuerzo sobre humano ponerle mi pañuelo sobre su pie cuando estábamos en el banco, así que imagínese.

Dos días tenía que descansar el pie, bueno no era tanto realmente, esperé que Elizabeth no fuera tan testaruda como para no hacerle caso, dos meses era algo más serio. Yo estaba mirando a las musarañas cuando vi como acercaba lo que supuse debía tomar, tragué saliva ¡aún no siendo yo el que tenía que tomarlo!

.-Le agradezco milord, ahora dígame cuanto tengo que pagar por sus servicios, y no me dé una negativa, tengo los recursos suficientes para darle su paga, y de ninguna manera dejare esto a cuenta de Gerard, así que... ¿cuánto es?-. Volví la vista hacia ella, “¿Cómo?” Ah otra vez, ¿no? Que quizá se pensó que no tenía dinero para pagar una simple consulta ¿era eso? ¡Oh! Como siempre a la defensiva, lo reconozco, pero muchos lo piensas ¿por qué ella tendría que ser distinta? Me di cuenta de que aún la tenía agarrada de la mano, y ya no era lo correcto, aunque sinceramente nunca lo fue. Así que la solté haciéndome el distraído.
-Bueno…Gerard me ha dicho que sería un favor.-juntó sus manos pensativo mirándome. –Pero como no quiero discutir.- prosiguió Bupper con una sonrisa.

-Pe-pero…- murmuré yo. ¿Desde cuándo está bien dejar pagar a una mujer? ¡No, no por Dios! Que falta de caballerosidad.
-¡Nada Gerard!-exclamó moviendo la mano a modo de negativa ante lo que sería una queja. –Serían veinte francos madame.- concluyó el médico.
-¡Ah!- gruñí casi para mí, dirigiéndome a la salida de la casa. Yo tampoco quería discutir. Y la verdad es que aquello me había ofendido. Podría haberle dicho que no era nada y luego pedirme el dinero, aunque sería aumentar mi deuda ¡me daba igual! ¡Joder!
Cerré la puerta tras de mí quedándome en el marco de la puerta, comencé a buscar algún cigarro, tendría que llevar alguno. Empezó a chispear de nuevo, pero estaba protegido bajo aquel pequeño tejado. ¿Y quién sacaría a Elizabeth de la casa si no podía apoyar el pie? ¡Uf! Seguramente ya vendría Bupper a gritarme.

por **Amber Le Vaillant** Miér Oct 06, 2010 8:47 pm

Sonreí al médico y saqué de una bolsita de terciopelo la cantidad que pedía Le agradezco haber sido tan directo, aqui tiene le dije pero enseguida mire a Gerard que salía a zancadas hasta la puerta, no se sentiría cómodo, pero yo menos me sentiría cómoda dejandolo pagar. Suspiré y dirigí una mirada al exterior, no era obligacion de nadie cargarme y bien me las arreglaría sola al menos hasta el carruaje para regresar a casa, llegando ahí podía pedir ayuda a mi sirviente de confianza.

Me sente para apoyarme y levantarme pero de inmediato el doctor me detuvo y salio a ver a mi compañero, ya me imeginaba lo que le diria y como se pondría Gerard, pobrecillo, pensé, ya le he causado bastantes molestias y encima ahora recibira un nuevo regaño por haberse ido sin mi, el no tiene la culpa.

Mire y espere a que ambos volvieran a entrar, sabia que así sería, y bastaron unos momentos para que eso sucediera, baje la mirada y luego mire la cara de Gerard tal vez estaba enojado aún o se sentía obligado, no quería que se sintiese así aunque tambien lo veía algo apenado.

Ambos se acercaron y lo vi dudar , lo mire directamente a los ojos posando los míos azules en los suyos. Bueno qué esperas? dijo dimplemente Bupper mirandolo con una ceja levantada, el dudó, probablemente yo era una carga bastante pesada con todo y el vestido. Me mordí el labio, quise reclamar y decir que yo iria sola, pero probablemente eso lo heriría en el orgullo y no plenaba hacerle daño.

Vamos Gerard, después de todo deberías estar acostumbrado a cargar con tu fastidiosa novia cierto? bromee animandole con el comentario que Bupper había hecho al inicio, yo no era su novia, pero eso me había causado gracia y por otro lado.... había sonado un tanto.... lindo?
Ja! ya lo sabía yo! si es tu novia! se burlo el caballero y el aspecto de Gerard se torno rojo, sonreí.

Tiene alguna objecion milord? mire con una ceja levantada a Bupper para que se callara de una buena vez, despues de todo yo estaba bromeando con mi amigo y no con él.
Me alegra que no, bueno querido, vamos, no me quedare aqui por siempre extendí los brazos hacia Gerard para que me levantara en brazos de nuevo y de una vez salieramos de ese lugar.

por **Gerard Montefeltro** Vie Oct 08, 2010 5:37 am

Como imaginé Bupper salió en mi busca, yo estaba fuera con el cigarro en los labios pero aún no lo había prendido porque no atinaba con la cerilla, estaba intranquilo.
-¿Estás loco? Venga para dentro.- “Joder…” a veces se ponía de lo más insoportable, eso se me había olvidado. Me pesaban los pies al caminar, no por nada, sentía demasiada presión, y si encima Bupper no para de molestar, la situación empeoraba. No estaba enfadado con ella, no, estaba enfadado con lo que había ocurrido y no había sido capaz de hacer ¡nada!

No estaba acostumbrado tampoco a pasar un día así, algunos lienzos pesan bastante, pero seguro que después de este día mañana tendría dolores en los brazos, y quizá no podría pintar.
Y como de costumbre Bupper metiendo el dedo en la herida ¡pero qué bien se le daba!
- Vamos Gerard, después de todo deberías estar acostumbrado a cargar con tu fastidiosa novia cierto? – moví la cabeza en su dirección con el semblante confuso, ¿estaba de broma? ¡Claro! ¿Cómo sino? No me dio tiempo a responder cuando… - Ja! ya lo sabía yo! si es tu novia! - ¡quería morirme! ¿Cómo se había vuelto la situación así? Y yo no tenía el valor de hacerle callar, era muy triste. - Tiene alguna objeción milord?- Y ahora me defendía Elizabeth, me iba a dar algo.
No miré a nadie en concreto, no me creí con la fuerza suficiente. ¿Y por qué me molestaba tanto? ¿Tenía algo malo el hecho de pensar que pudiésemos ser…novios? ¡Ah! Ya nadie se lo podría creer ¿era eso, no? “Gerard…no desvaríes…” ¡no, no!

Tras quedarme pensando en estas cosas pude ver unos brazos extendidos hacía mí, no dudé en girarme y tomarla en brazos delicadamente, y ayudándome del impulso.
-Sí, vámonos.- murmuré mirando hacia la puerta.
-De nada ¡eh!- escuché a Bupper gruñir a mi espalda, después de la de hoy no sabía si iba a volver a quedar con él, mi orgullo estaba por los suelos, ¿qué pensaría Elizabeth de mí? “Mierda…”
Reconozco que me importaba lo que la gente pensase, si yo tenía la oportunidad de cambiarles esa idea errónea sobre mí. En el exterior la llovizna se volvió más constante, eran finas gotas pero te calaban de igual manera. Esperé no resbalarme por el barro con ella encima ¡porque habría sido horrible para ambos!
–Vaya… menuda suerte.- murmuré mirando el carruaje que estaba a unos pasos. Tuve miedo, sí, yo no era como el profesor, yo era un jodido humano que no tiene lo del equilibrio muy allá. Entonces recordé que le había prometido dejarla sana y salva ¡todo era una vergüenza! –Vamos allá.- suspiré resignado dando el primer paso, el peso de Elizabeth ya me estaba causando estragos.

El cochero ya me había abierto la puerta, esperando con cara de “Este chico…” ¡Ah! Todo el mundo estaba en mi contra hoy ¿Qué pasaba? Seguí caminando agarrándola fuerte para que no cayese hasta que llegué al carruaje y me interné en él. Dejándola en el asiento.
–Madre mía…- exclamé dejándome caer en el asiento contiguo. Estaba muerto.
-¿Queréis iros ya a vuestra casa?- pregunté mientras frotaba mis brazos.

por **Amber Le Vaillant** Sáb Oct 09, 2010 12:06 pm

Después de que paso todo, hablo de TODO nos fuimos al fin de la casa de Bupper, era realmente mas ligero el ambiente externo, por alguna razón el estar dentro con ese hombre ya no me estaba gustando. En cuanto subimos al carruaje le sonreí a mi amigo....
.-No te sientas mal, no me gusta verte de ese modo, siento haber sido la causante de tus problemas, si lo deseas en cuanto estemos en la ciudad puedes bajar y yo ire a mi casa-. dije con cara de pena, creo que aquel pobre hombre terminaría odiandome a este paso y no planeaba que así fuese, pero yo no lo comprendía, no sabía como no herir sus sentimientos o su orgullo.

.-Sere sincera Gerard, no no quiero irme aún a casa siendo que me encuentro con tan grata compañia tuya, y no te apenes por eso, es algo que me pasa a mí no a ti, tal vez tu ya hayas tenido suficiente conmigo, y te comprendo, no quiero que pienses que a menudo me pasan este tipo de cosas, simplemente hoy no fue un buen día supongo, pero aún así has venido hasta aca conmigo y has hecho el esfuerzo de cargarme y todo esto y te lo agradezco ya lo sabes, y no quiero que tu orgullo y tus sentimientos salgan heridos con mi actitud, hice lo que era correcto y no debes sentirte mal por mis actos, de verdad, no se lo que pienses de mí, pero yo si se lo que pienso de tí Gerard y yo pienso que eres un gran hombre y supongo que asimismo un gran artista, me agradas-. le hablé con toda sinceridad, esa era la unica forma que encontraba para que el supiera lo que sentía y para intentar mitigar su tristeza o enojo o lo que fuese que lo tuviera tan serio de pronto.

Las palabras a menudo hacían efecto cuando venían del corazón y así era esta vez, lo único que había hecho ... decirle lo que pensaba y sentía, si no cambiaba de actitud entonces al menos lo había intentado, y al menos yo ya le había expresado lo que quería. No me inmute y espere algún comentario de su parte, el carruajeiba demasiado lento, tal vez el cochero estaba dandonos "tiempo" y, como le había dicho, no tenia intenciones de reresar aún a casa, si eso era posible.

por **Gerard Montefeltro** Dom Oct 10, 2010 1:17 pm

La escuché con la cabeza ligeramente agachada, mi rostro iba cambiando a medida que iba hablando, parecía realmente sincera, las mujeres no solían serlo conmigo, así que me sentí extraño, levanté un poco la cabeza pero sin llegar a mirarla, y apoyé el brazo en el saliente del carro. Eran muchas las cosas que podría haberla dicho, pero seguramente si hubiese abierto la boca en ese preciso momento las palabras dejarían de tener el sentido que yo habría querido, y eso me había pasado más de una vez.

-Yo…- murmuré con clara inseguridad. –Agradezco que pienses eso de mí.- sonreí parcialmente con un ligero rubor en las mejillas. –Te aseguro que no pienso nada malo respecto a ti, Elizabeth… no podría.- la miré con cierta timidez.
- No podrías ser causa alguna de problemas, en serio, eso es imposible.- desvié la atención hacia la ventana, el carro se movía muy despacio, debía ser por la lluvia, y lo dificil que era conducir en esas condiciones.
- Mis…sentimientos… o mi orgullo no valen nada en comparación con lo que has pasado hoy, yo solo quise hacer algo bien, por una vez quise ser ‘el rescatador’.- solté un pequeño bufido seguido de una sonrisa irónica, sí, quizá hablé demasiado.
-Pero ese no es mi papel, ya me he dado cuenta. Y te entiendo, no sabes cuánto.- Volví a mirarla pasando mis ojos por su lastimado pie, hasta su rostro.
–Yo te agradezco el hecho de que confiases en mí, aunque después las cosas no salieran como se esperaba.- torcí el gesto recordando la actuación de Bupper.

-No sabes lo paciente que puedo ser.- Me incliné un poco para tomar entre mis manos su delicado pie. Sería mejor mantenerlo caliente, en el carro obviamente no había ningún tipo de estufa, así que mis manos harían como tal. Su pie se había mojado al pasar por debajo del tejado, no sería bueno dejar que cogiera frío, sería el colmo.
–Yo tampoco quiero que te vayas…- murmuré con los ojos fijos en el pie, por la vergüenza que me estaba invadiendo.
-Hoy podría haber sido un día aburrido… a parte no tenía clase, y tampoco me apetecía estar en la Biblioteca haciendo el trabajo, conocerte hoy ha sido lo mejor que me podría haber pasado, aún en estas condiciones, ha sido un golpe de suerte.- Sonreí ampliamente. “Un golpe de suerte” nunca mejor dicho. –Aunque habría preferido que…esto…me pasase a mí, o a nadie, pero imagínate esta escena a la inversa…- reí débilmente negando con la cabeza mientras la miraba de reojo. ¿Ella me habría ayudado en el caso de haber caído por aquellas escaleras?
–Y espero que después de esto…no olvides este pequeño ‘altercado’…pues yo no lo haré.- Bajé de nuevo la cabeza sosteniendo su pie entre mis piernas.

por **Amber Le Vaillant** Mar Oct 12, 2010 4:12 pm

.-No, en realidad no podría imaginarme la escena a la inversa-. reí junto con el mientras alzaba su menton para que me viera a los ojos .-No te apenes conmigo si?-. le pedí amablemente mientras recorría cada parte de sus pupilas oscuras. .-Soy como cualquier ser humano, y porsupuesto que has sido mi "rescatador" hoy, si no no hubiese llegado aquí y seguiría bajo la lluvia allí en la banca sin saber como llegar a un auto, lo hiciste bien, nunca menosprecies lo que haces Gerard, cada uno tiene cualidades diferentes y únicas-. tal parece que todos estos pensamientos salieron solos de mi boca, mis palabras eran sinceras, transparentes...

.-Y no te preocupes que sería incapaz de olvidar todo esto, fue divertido e interesante, estabas ahí en el momento correcto-. sonreí de lado pasando mi mano por su rostro y acomodandome después bien en mi asiento para seguir el camino hasta la finca, ahora que lo recordaba el cochero no tenía rumbo aún, así que simplemente le ordene que se detuvciera un momento, mi casa no estaba a mas de unos minutos de donde estabamos en aquel momento a buena velocidad, así que podía perder un poco de tiempo en lo que mi pie se desinflamaa otro poco, de seguro tardaría esos famosos dos días en quedar bien por completo, pero al menos esperaba que el dolor se calmase un poco en estos minutos.

por **Gerard Montefeltro** Dom Oct 17, 2010 6:27 am

Alzó mi rostro para mirarme, cosa que me dio mucha vergüenza, -No te apenes conmigo ¿sí?- Asentí levemente notando mi rostro cada vez más cálido.
La escuché con atención. Sonreí parcialmente cuando comenzó a agradecerme lo de hoy, me sentí extraño cuando me acarició, una muestra de cariño que no me esperaba ¿a mí? No me lo pude creer.

Me quedé totalmente en mi mundo mientras ella ordenaba al cochero que se detuviese. Dejé con cuidado su pie a un lado, y como si me hubiesen pinchado en el trasero me senté a su lado mirándola a los ojos con una sonrisa, levanté la mano dudoso hasta pasarla por sus radiantes cabellos, era una de las cosas que desde que la había visto quise hacer.
Me gusta, he de reconocerlo. Y esperaba que me perdonase por lo que iba a hacer a continuación. Acerqué lentamente mis labios a los suyos, estaba inseguro (como nunca), de fondo se escuchaba como caía un diluvio otoñal, pero no me importaba.
La miré a los ojos antes de besarla con ternura, jamás pensé que fuera capaz de hacerlo. Pero me separé de pronto ruborizado.
–Lo siento…- realmente no lo sentía, pero ya me estaba preparando para recibir una buena bofetada. Quizá estaba confundido y por eso lo hice, me llevé las manos a la cara muerto de vergüenza.
–Debería irme.- murmuré entrecortadamente, tenía que respetarla por encima de todo. Ella había confiado en mí ¿y yo qué había hecho? Ahora pensaría que era un aprovechado.

[Off: Perdón por el retraso...He estado muy liado con la Uni u.u]

por **Amber Le Vaillant** Dom Oct 17, 2010 5:06 pm

De pronto y sin pensarlo él se sento a mi lado, parpadee un par de veces antes de adivinar lo que seguía, no tuve tiempo de reaccionar absolutamente, de pronto sus labios se encontraban rozando los míos en un cálido beso, uno como el que nunca había sentido antes, si bien había besado a algun chico con anterioridad eso había sido simple interés, sin nada que tuviera que ver con sentimientos, una necesidad física, eso era todo, pero en el beso de Gerard pude apreciar una apacible ternura, cariño, suavidad.. gentileza, tal vez por eso no actue de la mejor manera y me deje llevar.....

Instantes después nos separamos, él se había puesto rojo de nuevo y yo sentía mis mejillas calientes, pero no me atreví a decir nada, simplemente lo mire perpleja.
Gerard yo... dudé, en realidad no tenía nada que argumentar, sabía que probablemente no había sido lo correcto aquello, pero simplemente no podía reaccionar, no me había disgustado, aquello había sido... agradable pero ¿qué pensaría si le dijese que me había sido agradable? tal vez pensaría que era una promiscua o aprovechada o algo parecido.
No lo hagas... no por esto por favor Gerard... sólo quedate, y finjamos que no... que no paso nada... sin pensarlo de nuevo nuestros rostros estaban tan cerca que nuestros labios se rozaron de nuevo en un nuevo beso, maldición. No sabía si eso estaba bien, tenía que poner mis pensamientos en claro, pero físicamente era agradable, psicológicamente también, solo que aún no estaba segura de mis sentimientos, ¿ahora qué?

por **Gerard Montefeltro** Lun Oct 18, 2010 4:48 pm

-Gerard yo... – No quería oírlo, no quería, había sido mi culpa y ahora me tocaba apechugar con lo que había hecho, tampoco es que hubiera matado a nadie, pero me sentí mal.
-No lo hagas... no por esto por favor Gerard... sólo quédate,-¿Qué me quede?- y finjamos que no... que no paso nada...- “sí, mejor será, como si nada hubiese pasado…” Y ya estaba asumiéndolo cuando irracionalmente me volvía acercar a ella, es más los dos lo hicimos, como si hubiese un imán que así lo quisiese. No supe qué pensar. Volvimos a besarnos en algo más dulce de lo que las palabras podrían describir.

A lo largo de mi vida artística he sabido ignorar las señales que mi propio cuerpo me pedía, por pensar que era lo más importante, y por lo que había nacido, pero tan solo con un beso de sus labios ese pensamiento, esa religión que yo había creado y en lo que yo había creído a raya tabla comenzó a temblar.
Quería protegerla, sí ¡yo! Quería darle muchas cosas, quería que esos ojos tristes que había visto en la biblioteca brillasen con vigor, no era un pensamiento egoísta, solo quería…lo mejor para ella. ¿Y era esto lo que tenía que hacer? ¿Confundirla y confundirme? No tenía ni idea de lo que estaba haciendo, simplemente me dejaba llevar, porque así lo deseaba.
No quería hacerla daño, solo quería que me sonriera, que fuera feliz. Al terminar aquel apasionado beso, besé repetidas veces su rostro con cariño mientras la abrazaba.
-Elizabeth…- murmuré pegándola más a mí, hasta rodear sus hombros y así besar su cabeza. – yo cuidaré de ti.- ¿por qué estaba tan seguro? – No quiero… que mi atrevimiento te aleje de mí. – suspiré angustiado ¿era lógico lo que estaba diciendo? ¡Si apenas la conocía!.

por **Amber Le Vaillant** Jue Oct 21, 2010 9:56 am

Me gire hacia el otro lado, ahora yo era la que estaba indecisa, quería .... no sabía que quería simplemente no quería que el saliese lastimado, ni yo tampoco. estaba confundida, lo quería, sí, pero ¿lo amaba? o simplemente había sido un pensamiento pasajero, o era agradecimiento lo que en realidad sentía, no lo sabía, no sabía ! y tenía que poner en orden mis pensamientos porque no podía ir a la ligera y herirlo y arruinar todo.

.-Te lo agradezco, no me habían ofrecido nunca cuidar de mi, y no pienses de ninguna manera que es un atrevimiento, son tus palabras sinceras y es algo muy bello, no me gusta que la gente se guarde sus cosas ante mí, porque sus acciones los delatan, así que prefiero que me sean sinceros como tu lo has hecho, y esto que paso.... yo no se.... tengo que ordenarmi mente ¿entiendes? simplemente necesito tiempo, pero quiero que sepas que me agradas mucho, que ya eres alguien en mi vida-. le expliqué, de no ser porque con un movimiento mi pie se movio habría olvidado por completo por qué estaba aquí, di un pequeño respingo, con todo lo que acababa de pasar incluso se me había pasado que tenía la maldita luxacion. Suspire y mire de nuevo a Gerard.

.-Y lamento no poder aún decirte todo lo que soy, esa es otra razón, a la persona que ves ahora.. tal vez no sea la que todos conocen, no me conoces completamente y no me gustaría tener secretos contigo, pero aún no puedes saber todo y no quiero que pienses mal de ello, es solo que hay cosas complicadas que no se... no se pueden decir así sin más-. pensé entonces en la otra razón pro la cual tenía que ordenar mis pensamientos, tenía aún mi pequeño "secreto" él había conocido a Eliza , Lady Elizabeth Le Vaillant, pero no conocía a Amber, esa otra parte mía, la que me gustaba más, la libertina y despreocupada... pero no podía llegar y decirle aquello, tenía que esperar a conocerle, conocerle bien, y no sabía po otro lado como tomaría esa situación.....

por **Gerard Montefeltro** Miér Oct 27, 2010 4:24 am

Mal Gerard ¡mal! Osado, eso es lo que eres. La escuché intentando mirarla, pero se había girado hacia otro lado y me era imposible. -…simplemente necesito tiempo, pero quiero que sepas que me agradas mucho, que ya eres alguien en mi vida- Volvió la cabeza para mirarme, yo sonreí levemente, dándole a entender que estaba bien.-Y lamento no poder aún decirte todo lo que soy,-¿Qué quería decir con eso?- …tal vez no sea la que todos conocen, no me conoces completamente y no me gustaría tener secretos contigo,- Estaba confuso, no sabía a qué se refería exactamente, ¿había algo misterioso rodeándola?- pero aún no puedes saber todo y no quiero que pienses mal de ello, es solo que hay cosas complicadas que no se... no se pueden decir así sin más

Me quedé en silencio observándola, sin saber qué decir, no sabía cómo tomarme aquello, no sabía ni que sentir ¡ni que cara poner! No me había pasado antes. Los secretismos nunca me habían gustado, pero ¿no era bueno tener siempre algo oculto? No lo sé.

Nos acabábamos de conocer, tampoco es que fuera a pedirla matrimonio ya mismo, cierto es que era muy enamoradizo, pero con el tiempo había conseguido ser más prudente.

–No te preocupes Elizabeth, yo no te voy a forzar a hacer nada que no quieras ¡jamás lo haría! Y lo que tenga que salir de todo esto saldrá…en el momento oportuno.- Murmuré con convencimiento, intentando no desconcentrarme con sus brillantes ojos.

El cochero comenzó a moverse, pues en un momento dado la lluvia impediría que saliésemos de allí, yo tenía uno de mis brazos rodeando la espalda de Elizabeth.

–Si tu quieres nos conoceremos, pero solo hasta dónde quieras mostrarme. Tenemos tiempo, todo el del mundo Elizabeth.- La confesé con una sonrisa. –Hoy han pasado demasiadas cosas.- y tanto que sí. –Y ahora lo que necesitas es descansar y no agobiarte con esto, quiero que estés bien ¿vale?- Me dieron ganas de besarla en la mejilla, pero no lo hice, me contuve. No quería estropearlo más, así que no la besaría.
-¿Dónde quieres que te deje el carruaje?- pregunté mirando por la ventana.

por **Amber Le Vaillant** Miér Oct 27, 2010 3:49 pm

Tenemos tiempo, todo el del mundo Elizabeth esas palabras resonaron en mi mente unos sengundos mas después de que el las hubiese pronunciado... si tan solo supiera que no era "Todo el tiempo del mundo" por los planes de mi padre. Desvie la vista algo triste por ello, pero de inmediato volví a mirarlo no podiendo contener las lágrimas, me abrace a él y llore en silencio un momento, sintiendo en su pecho los latidos de su corazón. Tan tranquilos, y a la vez tan fuertes...

.-Eres muy bueno Gerard, no se si en verdad merezcas que te oculte cosas, no lo mereces, y el tiempo está en contra... antes solía tener "todo el tiempo del mundo" ahora no, porque una desicion de mi padre ha alterado mis planes, y quiero explicarte esto, pero no es el momento correcto, tal vez puedas venir mañana, si es así sera mejor que vengas a mediodía, entonces el ama de llaves se va al mercado-. comenté, le toque la ventana al cochero y le indique el camino no muy lejos de allí.

.-entra por la primera puerta que veas, hay un pasillo que lleva directo a un chalet donde se hospeda un mayordomo con su esposa, ellos son los únicos en los que confío, o al menos en os que mas confío, te van a indicar donde está mi habitación, cuando entres no mires a ningun lado y no te detengas, mi padre no está pero no quiero complicaciones-. parecía tan absurdo todo aquello, y me sentía tan mal por hacerlo pasar a escondidas, pero justo ahora la situación en casa era crítica, no tenía muchas opciones.
Le tome de la mano y lo mire dandole un beso en la mejilla .- Bien creo que es tiempo de que me vaya, llovera pronto-. me asome al carruaje, estabamos cerca de la puerta principal y gracias a Dios Alfred estaba afuera, no era muy tarde para mi suerte. Lo llame con un gesto de la mano y el acudió al carruaje. No olvides lo que te he dicho, hasta entonces Gerard-. dije con ternura antes de que el carruaje parara y Alfred me ayudara a bajar.

por **Gerard Montefeltro** Miér Oct 27, 2010 4:27 pm

¿Qué era lo que estaba viendo ante mis ojos? Estaba a punto de llorar, Dios ¿por qué? Se abrazó a mí y al acto la rodeé entre mis brazos, con los ojos ausentes.
¿Había dicho algo malo de nuevo? Verla llorar era una de las cosas que hoy no deseaba ver, ni hoy ni nunca. Comenzó a hablar, la atendí como mejor supe, no quería sacar vagas conclusiones. ¿Qué no tiene todo el tiempo del mundo? ¿Su padre? ¿A caso la había amenazado con alejarla de París? Solo se me ocurría eso. ¿Ir mañana? ¿A su casa?
Parpadeé repetidas veces mientras me daba las señas de cómo llegar a su cuarto, era todo tan intrigante ¿me iba a meter en la boca del lobo? ¿Estaba haciendo algo mal? Mientras me preguntaba estas cosas me tomó de la mano y me besó en la mejilla dejándome completamente parado.
.- Bien creo que es tiempo de que me vaya, lloverá pronto-. Giré la cabeza para ver cómo se asomaba, pasamos cerca de una gran casa, pero no miré demasiado todavía estaba recolocando la información que en tan poco tiempo me había dado. Escuché como alguien se acercaba al carro, yo miré a Elizabeth con intensidad. ¡No quería que se fuera! La quería tener como antes ¿pero qué importaba lo que yo quisiese? -. No olvides lo que te he dicho, hasta entonces Gerard-.Antes de que saliese del carro tomé su mano con rapidez y dejé uno de mis besos sobre su reverso. ¿Por qué ahora yo era el que estaba triste?

-No me olvidaré Elizabeth, tenlo por seguro. Mañana estaré allí.- Miré a todos lados soltando su mano con desgana. No sabía qué decir ¡por Dios! –Ya sabes que no me gusta ver esos ojitos tristes.- Sonreí débilmente cuando la señorita bajó del carro completamente. “¿Gerard qué estás haciendo?” pensaba llevándome las manos a la cara cuando la puerta se cerró.
Di un toqué a la madera para que el carro se pusiese en marcha, me asomé sutilmente por la ventana viendo como la figura de Elizabeth se iba alejando. ¿De quién nos debíamos esconder? ¿A quién debíamos temer?

Terminado

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