AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Derrière le masque [privado]
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Derrière le masque [privado]
Había caído la noche hace un par de horas y el distintivo tintineo de las copas se escuchaba al chocar el vidrio sobre las charolas de los uniformados de blanco y negro que se apresuraban a ofrecer su contenido burbujeante a todos los que se encontraban presentes en el salón de eventos del Hotel Des Arenes.
Adaline se había enterado de la fiesta gracias a un comentario que le hiciera uno de sus clientes de volada, cuando este se quejaba de que tendría que asistir en compañía de su esposa, justo antes de quedarse sin palabra y repasar lujuriosamente con la mirada la figura de la chica cuando esta lanzó al suelo las últimas piezas de ropa que la cubrían y sin mayor preámbulo la agárrase de un tirón para saciar ímpetus carnales más urgentes.
Desde aquel suceso había transcurrido ya un mes pero, entre idas y venidas, aciertos y desaciertos, escapadas y eludimientos usuales en su casa, y un alejamiento bastante grande de su hermano, la idea de acudir esa noche al evento persistía en la mente de la joven, de forma tal que una vez que se percató de que ese día se llevaría a cabo, decidió que se daría el gusto de acudir.
Así fue como Adaline se colocó un hermoso vestido de color rojo, el cual se ajustó tan perfectamente a su cuerpo como si se tratase de un guante hecho a su medida, logrando así resaltar exactamente tanto su busto como los atributos que más le favorecían y marcar igualmente sus curvas de forma sugerente. Encargóse además de complementar el atuendo con una pequeña máscara de color negro que mantenía cubriendo su rostro, porque ¿no lo hemos mencionado aún? Todo aquel que desease acudir al evento esa noche debía llevar una como requisito indispensable, o de lo contrario, le sería negada la entrada al mismo.
Entró entonces en el hotel, conociendo de antemano adonde encaminarse y poco después daba sus primeros pasos en el interior del salón de festejos, bastante interesada en entretenerse, y con la curiosidad a flor de piel, preguntándose con que o más bien, con quien se toparía; porque tenía ella una personalidad vibrante y sociable, y esa noche, mientras escuchaba los acordes de la orquesta que hacían sonar la música entre las amplias paredes, se dijo que se la pasaría bien.
Sus delicados dedos tomaron una copa que le era ofrecida por uno de los meseros mientras recorría todo con la mirada, sin reparar demasiado en adornos y mesas, pues no era lo inamovible lo que le interesaba, sino todo lo contrario, por lo que desde detrás del anonimato que le brindaba su máscara, se dedicó de lleno al oculto placer de ir estudiando a los presentes antes de decidir a quien se dirigiría.
Adaline se había enterado de la fiesta gracias a un comentario que le hiciera uno de sus clientes de volada, cuando este se quejaba de que tendría que asistir en compañía de su esposa, justo antes de quedarse sin palabra y repasar lujuriosamente con la mirada la figura de la chica cuando esta lanzó al suelo las últimas piezas de ropa que la cubrían y sin mayor preámbulo la agárrase de un tirón para saciar ímpetus carnales más urgentes.
Desde aquel suceso había transcurrido ya un mes pero, entre idas y venidas, aciertos y desaciertos, escapadas y eludimientos usuales en su casa, y un alejamiento bastante grande de su hermano, la idea de acudir esa noche al evento persistía en la mente de la joven, de forma tal que una vez que se percató de que ese día se llevaría a cabo, decidió que se daría el gusto de acudir.
Así fue como Adaline se colocó un hermoso vestido de color rojo, el cual se ajustó tan perfectamente a su cuerpo como si se tratase de un guante hecho a su medida, logrando así resaltar exactamente tanto su busto como los atributos que más le favorecían y marcar igualmente sus curvas de forma sugerente. Encargóse además de complementar el atuendo con una pequeña máscara de color negro que mantenía cubriendo su rostro, porque ¿no lo hemos mencionado aún? Todo aquel que desease acudir al evento esa noche debía llevar una como requisito indispensable, o de lo contrario, le sería negada la entrada al mismo.
Entró entonces en el hotel, conociendo de antemano adonde encaminarse y poco después daba sus primeros pasos en el interior del salón de festejos, bastante interesada en entretenerse, y con la curiosidad a flor de piel, preguntándose con que o más bien, con quien se toparía; porque tenía ella una personalidad vibrante y sociable, y esa noche, mientras escuchaba los acordes de la orquesta que hacían sonar la música entre las amplias paredes, se dijo que se la pasaría bien.
Sus delicados dedos tomaron una copa que le era ofrecida por uno de los meseros mientras recorría todo con la mirada, sin reparar demasiado en adornos y mesas, pues no era lo inamovible lo que le interesaba, sino todo lo contrario, por lo que desde detrás del anonimato que le brindaba su máscara, se dedicó de lleno al oculto placer de ir estudiando a los presentes antes de decidir a quien se dirigiría.
Última edición por Adaline Lutz el Mar Feb 02, 2016 9:06 pm, editado 1 vez
Adaline Cannif- Humano Clase Alta
- Mensajes : 215
Fecha de inscripción : 03/01/2016
Re: Derrière le masque [privado]
Mi existencia en el mundo detectivesco como la compañía de mi buen amigo Hyperion en mis fines profesionales se había vuelto popular a los alrededores de parís, la fama que comenzaba a ganar como un reconocido detective me atraía una increíble reputación lo cual era bueno para Hyperion pues le atraía buena fama como el gran medico que mi compañero es. Ambos profesionales trabajando juntos y completándose el uno al otro. Muchos podían llamarme un dependiente de Hyperion la verdad es que si, dependía de mi amigo desde la infancia y aun ahora con 24 años de edad seguía siendo un dependiente del buen Hyperion, después de todo su familia me había tomado como parte de ellos y sintiendo empatía por tan buen amigo, al poco tiempo ya me consideraba a mi , parte de la noble familia.
Mi trabajo me traía cansado durante las últimas semanas, tratando con casos de toda clase, algunos tan particulares como extraordinarios, pero no podía quejarme hace dos semanas me quejaba de no tener retos intelectuales, ahora que los tenía no podía tener remordimientos. Aunque no eran precisamente los retos intelectuales que mí persona tanto disfruta, si algo llegue a descubrir en el transcurso de esas dos semanas, era una sola cosa. París era la ciudad más extraordinaria en la que podía vivir, muchas personas interesantes, con mentalidades interesantes. Especialmente porque más de alguno según los caracteres “mentales” era tildado de “loco”. Y si bien sus desajustes mentales les llevaba a realizar los crimines mas maquiavélicos que pudiese contemplar, la diversión y reto intelectual que brindaban a mi mente por tratar con entes tan impredecibles era lo que más me fascinaba, pero claro eso no me hacia dejar de ser humano y sufrir el efecto del cansancio físico por recorrer tanto parís. Debía agradecerle a mi buena condición física que desde joven mantenía gracias a la compañía de mi buen Hyperion.
Las buenas y galantes ropajes que Hyperion cargaba hacían notorio el ser de clase alta y si bien mis ropas no eran las mejores y tampoco eran las de un detective, terminaba siendo Hyperion el buena gente que me prestaba ropas de galas para mi profesión. Eso podía hacer pensar a cualquiera que ambos pertenecíamos a la misma clase, también nos hacía parecer hermanos por los buenos vínculos que ambos poseemos. También el hecho de que Alaric (mi perro Border Collie) siempre nos acompañaba, tanto en mi despacho como en el trabajo. Siempre podrías ver a los tres juntos.
En aquel despacho dos días antes de que se presentara una gran ocasión el prefecto de la jefatura llego a mi oficina con una carta. Al parecer había sido invitado a una fiesta que sería celebrada en uno de esos hoteles de buen nombre. Deberíamos llevar nuestras mejores galas y una mascara cubriéndonos el rostro. Aquella carta al final describía “Y disfruten del juego que les tengo preparado, mis queridos”. Aquello me pareció una amenaza como una advertencia , así como la intuición de que esa noche podría desarrollarse un caso criminal, a lo que Hyperion no me dejaría negarme a asistir a tal evento.
Así pasaron aquellos dos días, dejamos a Alaric dentro de la casa por primera vez desde que adopte al buen Alaric estábamos separados del. Hyperion como mi personaje cargábamos los mejores trajes de gala que podían presenciar. Hyperion un traje de gala digno de un clase alta mientras yo portaba uno de sus trajes, para fortuna mía aquel traje me quedaba a la perfección aunque no era de mi agrado el vestir aquellos ropajes. Al llegar a la entrada de aquel lugar coloque la máscara roja con negro en mi rostro, aquella mascara cubría la parte conocida del esfenoides dejando en libertad la nariz, mi boca y los ojos. Hyperion por su parte cargaba una mascara del mismo diseño pero de un color dorado.
Entramos en aquel evento tan peculiar, quedándonos cerca de una pared mirando a todos lados y conversando entre si. –Bien Amaury que haremos?- Pregunto Hyperion mientras miraba mi rostro, a la duda de que realizaremos. –Esperar y disfrutar, querido amigo- comente e inmediatamente ambos nos separamos para disfrutar de aquella noche mientras esperábamos aquel famoso “juego”.
Al parecer me encontraba distraído por encontrarme separado del buen Hyperion, ni siquiera llegue a notar cuando mi figura choco con elegante figura masculina, sintiendo aquel breve golpe me quede en tal posición observando la elegante figura. –Disculpadme, he andado un poco distraído esta noche, no le he notado. Espero pueda perdonarme-
Mi trabajo me traía cansado durante las últimas semanas, tratando con casos de toda clase, algunos tan particulares como extraordinarios, pero no podía quejarme hace dos semanas me quejaba de no tener retos intelectuales, ahora que los tenía no podía tener remordimientos. Aunque no eran precisamente los retos intelectuales que mí persona tanto disfruta, si algo llegue a descubrir en el transcurso de esas dos semanas, era una sola cosa. París era la ciudad más extraordinaria en la que podía vivir, muchas personas interesantes, con mentalidades interesantes. Especialmente porque más de alguno según los caracteres “mentales” era tildado de “loco”. Y si bien sus desajustes mentales les llevaba a realizar los crimines mas maquiavélicos que pudiese contemplar, la diversión y reto intelectual que brindaban a mi mente por tratar con entes tan impredecibles era lo que más me fascinaba, pero claro eso no me hacia dejar de ser humano y sufrir el efecto del cansancio físico por recorrer tanto parís. Debía agradecerle a mi buena condición física que desde joven mantenía gracias a la compañía de mi buen Hyperion.
Las buenas y galantes ropajes que Hyperion cargaba hacían notorio el ser de clase alta y si bien mis ropas no eran las mejores y tampoco eran las de un detective, terminaba siendo Hyperion el buena gente que me prestaba ropas de galas para mi profesión. Eso podía hacer pensar a cualquiera que ambos pertenecíamos a la misma clase, también nos hacía parecer hermanos por los buenos vínculos que ambos poseemos. También el hecho de que Alaric (mi perro Border Collie) siempre nos acompañaba, tanto en mi despacho como en el trabajo. Siempre podrías ver a los tres juntos.
En aquel despacho dos días antes de que se presentara una gran ocasión el prefecto de la jefatura llego a mi oficina con una carta. Al parecer había sido invitado a una fiesta que sería celebrada en uno de esos hoteles de buen nombre. Deberíamos llevar nuestras mejores galas y una mascara cubriéndonos el rostro. Aquella carta al final describía “Y disfruten del juego que les tengo preparado, mis queridos”. Aquello me pareció una amenaza como una advertencia , así como la intuición de que esa noche podría desarrollarse un caso criminal, a lo que Hyperion no me dejaría negarme a asistir a tal evento.
Así pasaron aquellos dos días, dejamos a Alaric dentro de la casa por primera vez desde que adopte al buen Alaric estábamos separados del. Hyperion como mi personaje cargábamos los mejores trajes de gala que podían presenciar. Hyperion un traje de gala digno de un clase alta mientras yo portaba uno de sus trajes, para fortuna mía aquel traje me quedaba a la perfección aunque no era de mi agrado el vestir aquellos ropajes. Al llegar a la entrada de aquel lugar coloque la máscara roja con negro en mi rostro, aquella mascara cubría la parte conocida del esfenoides dejando en libertad la nariz, mi boca y los ojos. Hyperion por su parte cargaba una mascara del mismo diseño pero de un color dorado.
Entramos en aquel evento tan peculiar, quedándonos cerca de una pared mirando a todos lados y conversando entre si. –Bien Amaury que haremos?- Pregunto Hyperion mientras miraba mi rostro, a la duda de que realizaremos. –Esperar y disfrutar, querido amigo- comente e inmediatamente ambos nos separamos para disfrutar de aquella noche mientras esperábamos aquel famoso “juego”.
Al parecer me encontraba distraído por encontrarme separado del buen Hyperion, ni siquiera llegue a notar cuando mi figura choco con elegante figura masculina, sintiendo aquel breve golpe me quede en tal posición observando la elegante figura. –Disculpadme, he andado un poco distraído esta noche, no le he notado. Espero pueda perdonarme-
Amaury Porter- Hechicero Clase Media
- Mensajes : 41
Fecha de inscripción : 29/01/2016
Re: Derrière le masque [privado]
Adaline se tomó su tiempo para observar a los invitados, y con copa en mano caminó lentamente por un costado del salón hasta detenerse frente a una enorme ventana, a través de la cual los rayos lunares iluminaban esa parte de la estancia, un tanto alejada de la iluminación de los elegantes candelabros, que dedicaban todo su resplandor al área central adonde se aglomeraba una gran cantidad de personajes. La fiesta había atraído a muchos, y la joven no dudaba de que entre ellos no todos eran lo que parecían ser.
Es decir, allí estaba ella, una joven de clase media, que se dedicaba al oficio más antiguo del mundo por las noches y por el día era considerada como una joven de buenas costumbres, sin haberse descubierto su fachada en ningún momento, ni siquiera por su hermano, a quien tampoco pensaba revelárselo nunca aunque llegasen a meterla en un cadalso y la atasen al potro de las torturas.
Pero apartando esas imágenes más bien perturbadoras, lo que en ese momento le tenía bastante fascinada, era dedicarse a la observación de tanto damas como caballeros que entre hermosos atuendos y máscaras de fantasía podían ser quienes quisieran ser por esa noche, independientemente de donde proviniesen, a qué estrato social perteneciesen, o a qué se dedicasen.
Terminó entonces de beber el champagne que contenía su copa y depositándola sobre una bandeja que otro miembro del personal le acercó, fijó finalmente sus ojos en alguien que le pareció bastante interesante. Alzó las manos hasta su sedosa cabellera, pasando sus dedos por el lado derecho, para acomodar un mechón oscuro detrás de su oreja. Llevaba esa noche su cabello suelto, llegando este un par de centímetros por debajo de su espalda, lo cual aumentaba el atractivo de la joven de vestido rojo.
La música proveniente de la orquesta obsequiaba con sus sonoras y melódicas ondas los oídos de los presentes y fue en ese momento, en el cual ella abandonaba su inmovilidad para comenzar a caminar hacia el centro del salón cuando, sin que hubiese aún dado tres pasos, sintió un empellón proveniente de su costado izquierdo. Debido a lo inesperado del suceso perdió brevemente el equilibrio y rápidamente buscó apoyo en los hombros de quien acababa de tropezar con ella, dejando que sus manos descansasen sobre estos para así poder afirmar de vuelta su calzado sobre el suelo.
Una vez recuperado el equilibrio sus ojos se posaron en una máscara roja con negro, adonde resaltaban un par de ojos que le observaban de vuelta desde sus profundidades marrones. Por unos breves segundos la chica mantuvo la mirada en ellos mientras una sonrisa aparecía lentamente en sus labios. Observó por encima de su hombro, notando que el personaje al que tenía pensado acercarse ya había desaparecido de su posición anterior y regresó la mirada a quien tenía enfrente.
-Ha contrariado usted mis planes.- comentó, observándole con curiosidad sin aún moverse de posición, después de lo cual ladeó el rostro y movió muy lentamente sus pestañas. -¿Acababa de decirme que soy poco notable? Créame que no es precisamente lo que esperaba escuchar esta noche.- El caballero vestía elegantemente, tenía buen porte, y por el timbre de su voz podía notar que se trataba de alguien joven, pero poco reparó en eso ya que eran sus ojos los que de repente le cautivaron, por lo que continuó observándolos con interés mientras su sonrisa se ampliaba y sus oídos prestaban atención a cualquier palabra que él articulase.
Es decir, allí estaba ella, una joven de clase media, que se dedicaba al oficio más antiguo del mundo por las noches y por el día era considerada como una joven de buenas costumbres, sin haberse descubierto su fachada en ningún momento, ni siquiera por su hermano, a quien tampoco pensaba revelárselo nunca aunque llegasen a meterla en un cadalso y la atasen al potro de las torturas.
Pero apartando esas imágenes más bien perturbadoras, lo que en ese momento le tenía bastante fascinada, era dedicarse a la observación de tanto damas como caballeros que entre hermosos atuendos y máscaras de fantasía podían ser quienes quisieran ser por esa noche, independientemente de donde proviniesen, a qué estrato social perteneciesen, o a qué se dedicasen.
Terminó entonces de beber el champagne que contenía su copa y depositándola sobre una bandeja que otro miembro del personal le acercó, fijó finalmente sus ojos en alguien que le pareció bastante interesante. Alzó las manos hasta su sedosa cabellera, pasando sus dedos por el lado derecho, para acomodar un mechón oscuro detrás de su oreja. Llevaba esa noche su cabello suelto, llegando este un par de centímetros por debajo de su espalda, lo cual aumentaba el atractivo de la joven de vestido rojo.
La música proveniente de la orquesta obsequiaba con sus sonoras y melódicas ondas los oídos de los presentes y fue en ese momento, en el cual ella abandonaba su inmovilidad para comenzar a caminar hacia el centro del salón cuando, sin que hubiese aún dado tres pasos, sintió un empellón proveniente de su costado izquierdo. Debido a lo inesperado del suceso perdió brevemente el equilibrio y rápidamente buscó apoyo en los hombros de quien acababa de tropezar con ella, dejando que sus manos descansasen sobre estos para así poder afirmar de vuelta su calzado sobre el suelo.
Una vez recuperado el equilibrio sus ojos se posaron en una máscara roja con negro, adonde resaltaban un par de ojos que le observaban de vuelta desde sus profundidades marrones. Por unos breves segundos la chica mantuvo la mirada en ellos mientras una sonrisa aparecía lentamente en sus labios. Observó por encima de su hombro, notando que el personaje al que tenía pensado acercarse ya había desaparecido de su posición anterior y regresó la mirada a quien tenía enfrente.
-Ha contrariado usted mis planes.- comentó, observándole con curiosidad sin aún moverse de posición, después de lo cual ladeó el rostro y movió muy lentamente sus pestañas. -¿Acababa de decirme que soy poco notable? Créame que no es precisamente lo que esperaba escuchar esta noche.- El caballero vestía elegantemente, tenía buen porte, y por el timbre de su voz podía notar que se trataba de alguien joven, pero poco reparó en eso ya que eran sus ojos los que de repente le cautivaron, por lo que continuó observándolos con interés mientras su sonrisa se ampliaba y sus oídos prestaban atención a cualquier palabra que él articulase.
Adaline Cannif- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 03/01/2016
Re: Derrière le masque [privado]
Era tan complejo llegar a conjeturar la ocurrencia tanto propia como del benévolo Hyperion, mi siempre fiel y buen amigo Hyperion. Ese día tal vez para desgracia o fortuna, se tomaba la decisión de separarnos, estar cada quien por su lado en evento de tanta importancia como la que empleaba un prestigioso, esporadico baile con tanta "fama". Dicho de otra forma, la suficiente atención para convocarnos al mismo.
No es necesario el confirmar que de los eventos sociales es Hyperion quien es fácilmente aceptado en convenciones sociales mientras su servidor es hechado a un lado analizando las situaciones, si bien no soy un antisocial tampoco llego a afirmarme de forma tan social para incluirme con facilidad a importantes eventos o simplemente a cualquier convención social lo suficientemente amplia reslectiva a personas.
Mi apego al benévolo Hyperion es exagerado al punto que de tanto buscarlo había perdido la noción de mi alrededor, el buen Hyperion se pierde ligeramente rápido entre convenciones sociales. Mientras vuestro servidor analiza el entorno, siendo esta una excepción pues me encontraba concentrado tratando de localizar a Hyperion, fue esa absoluta desorientación que provocaría una leve colisión con una hermosa figura femenina. La peculiar voz femenina llego a ubicarme por completo pues apesar de haberme disculpado aun no asimilaba por completo mí situación. -Lo lamento hermosa dama, debería de fijarme más en mi entorno, me pierdo de tanta belleza- comenté de forma divertida hacia la contraría esperando la misma no fuese a tomar en mal mis comentarios. Y aunque no suelo ser de los formales, vivir entre endes de clase alta te obliga a aprender de modales basicos o dormir con el perro.
Me sentí avergonzado esa noche cuando la misma comentó referente a su presencia, sin duda alguna teniendo tantas formas de expresarse había optado por esas palabras?. Mal usó de vocabulario debía admitirlo. -En ningún momento fue mi intención expresar esas palabras señorita, simplemente comentaba que los gajes del oficio distraen de tal forma que no llegue a notar tanta belleza, me disculpó por tanta imprudencia de mi parte- dije un tanto separado y extendiendole mi mano -Soy Amaury Porter, hijo de un viejo y ya difunto detective, el sr. Porter , y dudo que seoas de mi existencia hasta el día de hoy, pero yo también ansío conocer de la existencia de tanta belleza- comente divertido esa noche a sabiendas que aquella máscara ocultaba mi rostro y a las mismas de que los ojos protegidos entre la mascara contraría eran llamativos.
-Me dirá su nombre, dama?- realicé una breve pausa para acomodarme lo más formal posible aquello no se me daba pero estaba seguro que Hyperion estaría enojado de enterarse si fui incivilizado esa noche -Para demostrar que estoy arrepentido de nuestra colisión, le pido una pieza, aunque sea concededme una pieza, que opina dama?-
No es necesario el confirmar que de los eventos sociales es Hyperion quien es fácilmente aceptado en convenciones sociales mientras su servidor es hechado a un lado analizando las situaciones, si bien no soy un antisocial tampoco llego a afirmarme de forma tan social para incluirme con facilidad a importantes eventos o simplemente a cualquier convención social lo suficientemente amplia reslectiva a personas.
Mi apego al benévolo Hyperion es exagerado al punto que de tanto buscarlo había perdido la noción de mi alrededor, el buen Hyperion se pierde ligeramente rápido entre convenciones sociales. Mientras vuestro servidor analiza el entorno, siendo esta una excepción pues me encontraba concentrado tratando de localizar a Hyperion, fue esa absoluta desorientación que provocaría una leve colisión con una hermosa figura femenina. La peculiar voz femenina llego a ubicarme por completo pues apesar de haberme disculpado aun no asimilaba por completo mí situación. -Lo lamento hermosa dama, debería de fijarme más en mi entorno, me pierdo de tanta belleza- comenté de forma divertida hacia la contraría esperando la misma no fuese a tomar en mal mis comentarios. Y aunque no suelo ser de los formales, vivir entre endes de clase alta te obliga a aprender de modales basicos o dormir con el perro.
Me sentí avergonzado esa noche cuando la misma comentó referente a su presencia, sin duda alguna teniendo tantas formas de expresarse había optado por esas palabras?. Mal usó de vocabulario debía admitirlo. -En ningún momento fue mi intención expresar esas palabras señorita, simplemente comentaba que los gajes del oficio distraen de tal forma que no llegue a notar tanta belleza, me disculpó por tanta imprudencia de mi parte- dije un tanto separado y extendiendole mi mano -Soy Amaury Porter, hijo de un viejo y ya difunto detective, el sr. Porter , y dudo que seoas de mi existencia hasta el día de hoy, pero yo también ansío conocer de la existencia de tanta belleza- comente divertido esa noche a sabiendas que aquella máscara ocultaba mi rostro y a las mismas de que los ojos protegidos entre la mascara contraría eran llamativos.
-Me dirá su nombre, dama?- realicé una breve pausa para acomodarme lo más formal posible aquello no se me daba pero estaba seguro que Hyperion estaría enojado de enterarse si fui incivilizado esa noche -Para demostrar que estoy arrepentido de nuestra colisión, le pido una pieza, aunque sea concededme una pieza, que opina dama?-
- Spoiler:
- me disculpo estoy desde la tablet porque la computadora se me averió y no creo que este lista pronto, así que posteare desde aquí, espero no te enoje que no pueda colocar el color al post pues desde aquí es difícil. Y perdón enserio
Amaury Porter- Hechicero Clase Media
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Fecha de inscripción : 29/01/2016
Re: Derrière le masque [privado]
La sonrisa aún no abandonaba sus labios mientras escuchaba las palabras del caballero que tenía frente a ella. Podría decirse que incluso la armoniosa música que animaba la velada se tornó silenciosa para los oídos femeninos. Al parecer el hombre estaba realmente apenado por el repentino choque que había provocado ya que nuevamente se disculpaba pero fue su manera de hacerlo lo que provocó que la joven riese un poco al oirlo. -Le agradezco las palabras y el halago que expresa en ellas monsieur.-
Retiró entonces lentamente las manos ya que estás se habían permitido permanecer sobre los hombros ajenos un poco más del tiempo debido. ¿Aunque cuál era el tiempo debido para observar a alguien que repentinamente despertaba tu curiosidad por el simple hecho de propinarte un descuidado empellón?
-Comprenderá que no estoy acostumbrada a iniciar mis encuentros de esta manera, pero si es su oficio el que le mantenía distraído no puedo más que aceptar sus disculpas de buen grado ya que quién no se ha distraído alguna vez y en los momentos más inapropiados, especialmente en una ocasión como esta, en la que la armoniosa música o la diversidad de la compañía acaparan los sentidos.-
Alargó la mano que el caballero le extendía a manera de presentación e hizo una pequeña reverencia a forma de saludo. -Es un placer conocerle monsieur Porter. Soy...- al llegar allí realizó una brevísima pausa. Cuando ejercía su oficio nunca daba su verdadero nombre, pero esa noche era diferente. No había salido en búsqueda de clientes, sino deseando un tiempo para si sola, pero el mero hecho de que llevar puesta una máscara le permitía creer que durante las horas previas al alba, y aunque fuera solo por un breve lapso, podía ser quien quisiera. -Camille. Soy Camille Larousse.- dijo en un impulso.
Presionó suavemente la mano masculina al decirlo y sonrió divertida al escuchar sus siguientes palabras. -Qué puedo decir monsieur Porter. ¿No le echarán en falta si acepto su invitación?- Aún continuaba distraída en la contemplación de sus ojos, los cuales lograban que de vez en cuando se olvidara un poco de lo que estaba diciendo. -No quisiera alejarlo de quien tenga el beneficio de gozar de su compañía esta noche, aunque ya que lo solicita en aras de enmendar la colisión repentina no me quedará de otra que aceptarle esa pieza. Puede tomarlo como mi aceptación de sus disculpas o mi manera de darme un pequeño gusto.-
Sonriendo, desvió la mirada desde él hacia el centro del salón, adonde se encontraban ya muchos otros presentes que habiendo sucumbido al encanto de la música se dejaban guiar por sus ondas sonoras. Esperó a que él avanzara unos pasos en esa dirección a la vez que lo hacía ella. -Me intriga escuchar que su padre era un detective, lamento no reconocer el nombre de familia. ¿Puedo inducir por sus palabras que usted también ejerce esa profesión? Ahora estaba genuinamente intrigada.
-Qué mejor escenario que una noche en la que todos ocultan sus rostros para que una mente intuitiva y alerta acuda a desvelar un misterio oculto a todos los demás.- Se detuvo al decirlo, tras alcanzar el centro del salón y mientras la actual pieza de baile languidecía otorgando un descanso a los músicos antes de iniciar la siguiente.
Retiró entonces lentamente las manos ya que estás se habían permitido permanecer sobre los hombros ajenos un poco más del tiempo debido. ¿Aunque cuál era el tiempo debido para observar a alguien que repentinamente despertaba tu curiosidad por el simple hecho de propinarte un descuidado empellón?
-Comprenderá que no estoy acostumbrada a iniciar mis encuentros de esta manera, pero si es su oficio el que le mantenía distraído no puedo más que aceptar sus disculpas de buen grado ya que quién no se ha distraído alguna vez y en los momentos más inapropiados, especialmente en una ocasión como esta, en la que la armoniosa música o la diversidad de la compañía acaparan los sentidos.-
Alargó la mano que el caballero le extendía a manera de presentación e hizo una pequeña reverencia a forma de saludo. -Es un placer conocerle monsieur Porter. Soy...- al llegar allí realizó una brevísima pausa. Cuando ejercía su oficio nunca daba su verdadero nombre, pero esa noche era diferente. No había salido en búsqueda de clientes, sino deseando un tiempo para si sola, pero el mero hecho de que llevar puesta una máscara le permitía creer que durante las horas previas al alba, y aunque fuera solo por un breve lapso, podía ser quien quisiera. -Camille. Soy Camille Larousse.- dijo en un impulso.
Presionó suavemente la mano masculina al decirlo y sonrió divertida al escuchar sus siguientes palabras. -Qué puedo decir monsieur Porter. ¿No le echarán en falta si acepto su invitación?- Aún continuaba distraída en la contemplación de sus ojos, los cuales lograban que de vez en cuando se olvidara un poco de lo que estaba diciendo. -No quisiera alejarlo de quien tenga el beneficio de gozar de su compañía esta noche, aunque ya que lo solicita en aras de enmendar la colisión repentina no me quedará de otra que aceptarle esa pieza. Puede tomarlo como mi aceptación de sus disculpas o mi manera de darme un pequeño gusto.-
Sonriendo, desvió la mirada desde él hacia el centro del salón, adonde se encontraban ya muchos otros presentes que habiendo sucumbido al encanto de la música se dejaban guiar por sus ondas sonoras. Esperó a que él avanzara unos pasos en esa dirección a la vez que lo hacía ella. -Me intriga escuchar que su padre era un detective, lamento no reconocer el nombre de familia. ¿Puedo inducir por sus palabras que usted también ejerce esa profesión? Ahora estaba genuinamente intrigada.
-Qué mejor escenario que una noche en la que todos ocultan sus rostros para que una mente intuitiva y alerta acuda a desvelar un misterio oculto a todos los demás.- Se detuvo al decirlo, tras alcanzar el centro del salón y mientras la actual pieza de baile languidecía otorgando un descanso a los músicos antes de iniciar la siguiente.
- Spoiler:
- No hay problema.
Adaline Cannif- Humano Clase Alta
- Mensajes : 215
Fecha de inscripción : 03/01/2016
Re: Derrière le masque [privado]
Si algo me habían enseñado mis adoptivos padres de la alta estirpe era que toda mujer es bella, aunque algunas más bellas que otras, de forma extraña no soy el tipo de hombre que aprecia la belleza en toda mujer, supongo que mi forma de apreciar lo increíble de cada persona se encuentra de la forma que logré entablar charla, lo demás puede ser por obligacion o cortesía pero en este caso, no estaba seguro, supongo que simplemente era belleza pura y de la natural, podía ser también esa forma que lograba sacar curiosidad en mi y buscaba descubrir cosas de ella, como el detective que soy, es decir siempre tratando de decifrar a todos, claro yo nunca fallaba el objetivo.
-Es usted muy amable y comprensiva hermosa dama- comentaba mientras estaba pendiente tanto del alrededor como la compañia, ambas siempre bien recibidas por mi parte. Al escuchar la presentación contraria pudo sentir esa intuición de que le metían, sin embargo no estaba seguro después de todo la máscara le impedía ver al cien las expresiones faciales, solo le quedaba una cosa -Hermoso nombre , conoces el cubito mariposa?, es un hermoso hueso en forma de mariposa me recuerda al tuyo- si pensaron que me creí aquello... estaban equivocados, solamente había usado mi "magia" que ahora usaba para navegar en cuerdos recuerdos. Notaba cada movimiento contrario, exploraba aquellos recuerdos y cuando di con lo que quería detuve aquel hechizo tan útil como molesto podía ser. -Quien podría hecharme en falta en esta ocasión, a usted tampoco se le hechara en falta verdad hermosa dama?, C-Camille, si así se le puede llamar claro- comenté de forma un tanto retadora, si sabía su nombre pero no lo revelaría, ser tachado de brujo publicamente no era nada lindo, así que o insistía persistía y consistía para ver como conseguir que ella misma dijera el nombre, o abandonaba esa idea.
Junto con la contraria, tomado de la mano avanzaba al centro del salón donde se realizaría la siguiente pieza de baile, mejor dicho el baile que tendría con la dama, que claramente al igual que muchos ocultaban algo, por fortuna o desgracia no era el motivo por el cual me encontraba en dicho evento, la mujer no acarreaba problema alguno, no para mi -Puede, ser muchos esconden muchas cosas hermosa dama, desde un nombre... hasta una profesión, no solo descubro, delincuentes, resuelvo casos, atrapo criminales y también soy capaz de descubrir secretos, Claro bella dama, ni siquiera yo soy tan puro como para no guardar secretos- comenté mientras escuchaba como los músicos volvían a tocar -empezamos?-
-Es usted muy amable y comprensiva hermosa dama- comentaba mientras estaba pendiente tanto del alrededor como la compañia, ambas siempre bien recibidas por mi parte. Al escuchar la presentación contraria pudo sentir esa intuición de que le metían, sin embargo no estaba seguro después de todo la máscara le impedía ver al cien las expresiones faciales, solo le quedaba una cosa -Hermoso nombre , conoces el cubito mariposa?, es un hermoso hueso en forma de mariposa me recuerda al tuyo- si pensaron que me creí aquello... estaban equivocados, solamente había usado mi "magia" que ahora usaba para navegar en cuerdos recuerdos. Notaba cada movimiento contrario, exploraba aquellos recuerdos y cuando di con lo que quería detuve aquel hechizo tan útil como molesto podía ser. -Quien podría hecharme en falta en esta ocasión, a usted tampoco se le hechara en falta verdad hermosa dama?, C-Camille, si así se le puede llamar claro- comenté de forma un tanto retadora, si sabía su nombre pero no lo revelaría, ser tachado de brujo publicamente no era nada lindo, así que o insistía persistía y consistía para ver como conseguir que ella misma dijera el nombre, o abandonaba esa idea.
Junto con la contraria, tomado de la mano avanzaba al centro del salón donde se realizaría la siguiente pieza de baile, mejor dicho el baile que tendría con la dama, que claramente al igual que muchos ocultaban algo, por fortuna o desgracia no era el motivo por el cual me encontraba en dicho evento, la mujer no acarreaba problema alguno, no para mi -Puede, ser muchos esconden muchas cosas hermosa dama, desde un nombre... hasta una profesión, no solo descubro, delincuentes, resuelvo casos, atrapo criminales y también soy capaz de descubrir secretos, Claro bella dama, ni siquiera yo soy tan puro como para no guardar secretos- comenté mientras escuchaba como los músicos volvían a tocar -empezamos?-
Amaury Porter- Hechicero Clase Media
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Fecha de inscripción : 29/01/2016
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