Noches sin días - Diario de Girolamo

por **Fergal MacCumail** Dom Mar 13, 2016 5:57 pm

La pluma se mueve febril sobre el blanco papel, la tinta, espesa, cual roja sangre, - como la que emana lentamente de la garganta de su nueva victima -, va dejando su firme rastro en la nívea superficie. Girolamo continua escribiendo, ensimismado en sus caóticos pensamientos, sin importarle que en el piso de su despacho, haya un cuerpo sin vida, aquel que fuera un simple hombre que perdió la batalla contra el vampiro . La pluma continúa veloz arrancando un continuo rasguido a la superficie del pergamino, mientras el no muerto escribe sus memorias, sus tristezas, su soledad absoluta y eterna.

"...Dicen que la soledad puede volverte loco, pero no existe peor soledad que aquella a la que un muerto está condenado. Los días pasan uno detrás del otro, iguales, rutinarios. El sol cruza el firmamento, desde el alba hasta que muere en eternas llamas anaranjadas, rojizas, borgoñas, como el océano de néctar que golpea en cada vena y arteria de los humanos que recorren ésta ciudad. Tras el muro de piedra que me mantiene a salvo de ese ente diurno, espero, con la paciencia de quien sabe que ya no tiene que perder.

Atrás quedó la vida de quien alguna ves fui, Marques de un reino que no me interesaba, esposo de una mujer a la que no amaba. En el pasado quedaron las innecesarias excusas, las mentiras, los eternos viajes que me alejaban de mis responsabilidades... no los extraño, como tampoco extraño aquella bella mujer que fuera mi esposa, en cierta forma le fui fiel, pues me mantuve apartado para no herirla con mi desdén, con mi falta de amor. Mas no lamentono haberla amado, decirlo sería mentir, negar el verdadero sentimiento que me unía a élla, mi único amor.

Mi corazón está muerto, mas no es por ser un hijo de la noche, un renacido al reino de la muerte... no, mi corazón se ha secado, por la ausencia de mi amada, por el sol que iluminaba mis días y la luna que guiaba mis noches... Maryeva... que eterno es tu recuerdo, que triste tu destino... mas no puedo simplemente dejar que la locura se apodere de ésto que llamo alma, aunque se encuentre condenada... es la venganza lo que mantiene mi mente activa y mis colmillos afilados... no me atrae la sangre, si bebo de ella, es solo por necesidad, debo seguir manteniéndome vivo, solo para vengar tu muerte, la de nuestra hija, nada más me une a ésta vida que mas que existencia es un infierno. Quiero apagar la sed de venganza que me provocó tu muerte. Tu ausencia es mi desolación, el manto de hielo que cada noche cubre mi cuerpo.

Me he convertido en una sombra que vaga por la noche de París, buscando un lugar en donde poder olvidar la desgracia de nuestro amor maldecido, aquel que ni la muerte, ha logrado borrar el recuerdo de tu historia, de tus días, de tu sonrisa, del simple aroma de almendras en tu piel de luna... ven a mi... deja que la locura logre lo que la muerte no ha podido..."

la pluma se detiene, el sonido de la pala en el lejano cementerio le recuerda que es tiempo de llevar aquel despojo a su definitivo descanso, en pocas horas el sol volverá a surgir en el firmamento y nuevamente el sueño invadirá su cuerpo, mas su mente seguirá repitiendo una y otra vez aquel nombre... Maryeva.