Tras los pasos de Úrsula [Erion]

TRAS LOS PASOS DE URSULA

El único sonido que se escuchaba era el del galopar de los caballos, el viaje se había hecho eterno por no decir infinito, pero así lo había preferido Karim ya que no confiaba en otro medio de transporte que no fuera su propio corcel, mientras cabalgaba podía sentir la naturaleza en su máximo esplendor, algo que no lo cambiaría por nada sabía que Erion la seguiría a todos lados y aun cuando estaba en desacuerdo de viajar de ese modo él había aceptado, a ella la movía la venganza, los años pasaban y siempre estaban un paso atrás de la hechicera maldita Úrsula, odia ese nombre más que nada en el mundo, se habían detenido varias veces a descansar, acamparon en los bosques, llegaron a ciudades por provisiones pasaron por algunos pueblos cazando brujas llevándose oro que necesitaban para tener la vida que querían… ahora el fin era Paris… hermosa y maldita parís… 
  
Mientras el corcel galopaba Karim seria miraba su camino, guiando por las riendas a su caballo color negro como la noche, tenían que llegar antes del amanecer para recoger sus cosas en la embarcación y tomar una habitación en el Hotel, por ahora los planes eran esos su caballo Zaino parecía cansado, disminuyo la velocidad y espero que se acercara Erion su hermano… su mellizo – Creo que deberíamos descansar – dijo mientras desmontaba el corcel y le hacía cariño en su cabeza – Zaino necesita un gran descanso y llevamos gran parte de la noche cabalgando unas horas  de descanso nos vendría bien, además sabes que llegaremos a hora para recoger nuestras cosas al puerto, los barcos siempre se retrasan – dijo bromeando mientras con las riendas sujetas comenzó a caminar por el bosque en busca de algún lugar donde poder acampar, no sería la primera y tampoco la última de las noches que pasaría bajo el cielo oscuro - ¿Qué dices? – puso cara de niña buena, pero tenía la certeza que su mellizo le daría la razón.
  
Dejo suelto a su caballo mientras se sacaba la alforja que traía en anca del corcel con lo necesario para un viaje – Tú ve por ramas para hacer una fogata yo preparare algo para comer y acomodare nuestras cosas – siempre Karim había sido bien estratega y cuidadosa, no se le pasaba nada por alto aun cuando no conocía París sabía que no estaban salvo ahí, pero presentía que era su día de suerte.  De su alforja sacó unos panes y queso, de la alforja de su hermano sacó unos trozos de carne, lo dejo todo a la espera del fuego. Acomodo sus pertenencias apegadas a un viejo roble que tenía una cavidad al borde del suelo, estiro unas frazadas de cuero y otras encima de lana hacía frío y necesitaban mantenerse abrigados, con un silbido que mando su corcel se acercó junto con el de su hermano e hicieron una especie de límite para salvaguardarlos, tomó el reloj de bolsillo que le pertenecía a su padre fallecido – Son las una de la mañana que descansemos unas cuatro horas, creo que llegaríamos al amanecer a París – dijo en voz alta al sentir que su hermano se acercaba. 
  
Saco una botella de cuero y bebió agua mientras estiraba las piernas tirada sobre su improvisada cama – Vamos que si no te apuras nos congelaremos – bromeo mientras se ponía de pie para hacer un espacio donde iría la fogata – Menos mal no hay luna llena, sino no estaríamos vivos – dijo con seriedad suspirando, el silencio del bosque era inmaculado y casi tenebroso cosa que no le daba miedo al contrario amaba aquel silencio en donde podía estar alerta de lo que sucedía a su alrededor… 

TRAS LOS PASOS DE URSULA

Sabia de buena fe que mi hermano me consentiría en todo lo que yo deseara, si bien siempre conseguía salirme con la mía, a veces me gustaba que se pusiera en mi contra, a demás entre ambos nos protegíamos éramos lo único que teníamos, sin contar la sed de venganza que nos movía por diferentes tierras. Mientras las llamas comenzaban aflorar de nuestra fogata estire mi cuerpo haciendo sonar cada hueso de mi espalda, era una forma de relajarme, mis ojos permanecieron pegados en el fuego… aquel color anaranjado de las llamas poseía un poder singular que me hacia querer tener el mismo poder letal que las llamaradas, me senté donde mi hermano había dicho abrace mis piernas para conservar el calor – A veces… deberías llevarme la contra Erion – dije mientras tiraba pequeñas ramitas a la fogata – Se que soy un fastidio de persona, muy mandona y que me gusta que las cosas se hagan como yo las quiero… creo que tengo un problema… aquí – golpee su cabeza y me largue a reír – tu siempre has necesitado más horas para dormir que yo, pero como estamos tan cerca deberíamos ambos dormir…  tenemos el sueño muy ligero así que escucharíamos si se acerca una amenaza- dije moviendo el dedo en todas direcciones, mientras el ruido de nuestros caballos se hacía notar, estos se recostaban a nuestro alrededor dejándonos  acorralados pero seguros.

Tenemos que dormir al menos un par de horas… te vez cansado y no me digas que es mentira por qué se nota en las ojeras que te salieron, además podríamos aprovechar el fuego y calentar los panecillos con queso que traigo y comer un poco – tome de mi morral dos panes gigantes rellenos de queso y los acerque al fuego, sabía que a mi hermano le gustaba ese tipo de pan… pero no estaba segura de que quisiera comérselo - ¿Qué haremos cuando lleguemos a Paris? Digo… normalmente yo todo las decisiones de lugares donde hospedar… pero ahora podríamos cambiar eso y tu comienzas hacer esas cosas… ¿no crees? – le dije empujándolo con suavidad, mientras poco a poco salía el aroma a pan amasado.

Por ahora yo tomo la decisión de comer pan y llenarme tanto para que pueda dormir como un puerco – se me salió una carcajada, me acerque al pan y le tendí uno a Erion, que había estado mas callado de lo normal -  Hermano algún día acabaremos con Úrsula… de eso estoy segura – di una mascada gigante al pan... haciendo la mueca de que si yo fuera una fiera salvaje – somos lo bastante astutos como para matarla aquí en Paris – dije con la boca llena mientras continuaba masticando y bebiendo un poco de agua de la cantimplora…  aguarde silencio mientras tragaba – una hora de sueño y estaremos listos para Paris – levante un dedo haciendo énfasis que solo podíamos dormir una hora, tome el reloj y visualice la hora… me acurruque a un lado de Erion… - Prometo dejarte dormir todas las horas que quieras cuando estemos en Paris… y hasta te presentare alguna prostituta si quieres – bromee mientras mis ojos se cerraban de a poco – una hora – repetí mientras el sueño me vencía poco a poco.
Caí en sueño perdiendo todo sentido del tiempo y el espacio, la fogata proporcionaba el calor suficiente para mantenernos abrigados aquella fría madrugada…