Skår Sørensen - ID

Psicología

Es un hombre viril que emana una impresión de fuerza, de autoridad, y a quien no le falta un cierto magnetismo. Práctico y realista, ante todo, tiene los pies sobre la tierra y posee una gran energía que le permite concretar sus sueños. Poco influenciable, sigue su camino tranquilamente, siempre buscando progresar, y para ello se apoya sobre una gran voluntad y una potencia de acción importante, aunque irregular. Es un ser sensible; su talón de Aquiles es, sin dudas, la vida afectiva, a pesar de su apariencia severa. Con respecto a la etimología, Skar significa “fuerte como un oso”: parece firme, intransigente, incluso, a veces, brusco o tajante, aunque en realidad lo único que hace es disimular su sensibilidad y su ternura. Es un hombre de deber, de una sola palabra y sobre quien se puede contar. Directo, franco, tiene tendencia a ser demasiado escrupuloso y riguroso, y por ende, no siempre tiene un trato fácil. Autoritario, exige de los demás lo que se impone a sí mismo, ¡y no es para nada tolerante! Por otro lado, impaciente y colérico, no soporta perder el tiempo inútilmente. Con un número maestro 11, a menudo tiene una gran inspiración, lo que lo lleva a vivir con intensidad y a entregarse a una pasión que lo colme. Pero esto hace que viva en un clima de tensión, lo que provoca en él “explosiones”, asperezas y accesos de cólera. La injusticia lo pone fuera de sí y puede volverlo agresivo. En su infancia, es un niño muy apegado a su familia, que lo marca mucho, y a la que desea complacer. Por otro lado, es responsable desde muy pequeño y sus padres saben que pueden contar con él. Escrupuloso y perfeccionista, a menudo tiende a analizar demasiado los acontecimientos. Su espíritu es analítico y posee una gran intuición. En general tiene muy buena memoria, lo que le será útil en el caso de  sus estudios.  

Historia

Skår  nació en el seno de una familia de clase media, con ambos padres médicos y a la vez, hechiceros. Más que médicos eran sanadores, pero se dedicaban a ejercer su profesión en la clandestinidad debido a que eran cuanto menos, paganos. Sacerdotes de las antiguas religiones germano-celtas. Su estilo de vida se basaba en la Magia del Caos,  también conocida como caoísmo es una escuela heterodoxa de la magia post-moderna, basada en el uso libre y pragmático de cualquier sistema de creencias de los practicantes. En Dinamarca se enfrentaban los grupos paganos y los cristianos, tanto protestantes y calvinistas como católicos por la supremacía religiosa en el país escandinavo. Helga y Jorgvir siempre intentaban ser discretos en sus actividades, y resultó correcto...a medias, ya que se protegieron mucho de quien no debían y poco de los que sí. Cuando Skar tenía trece años, sus padres fueron atacados por un grupo de vampiros que odiaban a los hechiceros. La pelea fue larga y tediosa, ya que los padres se atrincheraron en una cueva en las costas de Jutlandia, en ella había un sistema de cavernas y escondieron ahí a su hijo hasta que pasara el peligro, pero esto nunca sucedió. El niño al cabo de un día o dos, decidió abandonar su escondite presa del hambre y la sed. En la entrada de las cavernas estaban los cuerpos muertos de sus padres, con evidentes marcas de mordiscos y contusiones provocadas por una fuerza sobrehumana. Skar en aquel momento supo que quería vengarse, viviría única y exclusivamente para ver arder y morir a cada vampiro que viese. Einherjer era un hechicero, amigo de la familia, de sus padres, ya mayor, pero muy sabio y con una energía envidiable. Fué el quien se encargó de continuar la educación mágica del niño, que al paso de los años, no solo desarrolló sus habilidades mágicas, sino también las físicas, aprendiendo a luchar cuerpo a cuerpo con efectividad. De todas las armas con las que practicó lo que mejor se le dieron fueron las hachas. Einherjer acabó muriendo cuando Skar cumplió los veinte años, acabando su formación y su entrenamiento. Aquel hombre había pasado a ser un segundo padre, y le ofreció el funeral vikingo que se merecía, con la barca de madera surcando el río y una flecha de fuego inciando la pira funeraria en el propio navío. Después de aquello, se alistó como soldado de la Inquisición y ahí conoció a Síomha, otra inquisidora, no condenada, con la que estrechó una profunda amistad, como de hermanos. Ella, sin embargo, acabó cayendo en la oscuridad, aliándose con nada menos que un vampiro. Aquello para Skar fue como una daga en el costillar, y ahí decidió que no volvería a confiar en nadie tan fácilmente, que la única manera de no ser herido en este mundo era no tener lazos con nadie. No volvieron a hablarse, puesto que Skar tiene intención de enfrentarse a ella a pesar de que fuera quien forjó sus preciadas hachas. Ahora está en París, ya que las últimas noticias que ha tenido sobre ella y sobre clanes de Vampiros antiguos proviene de esa ciudad.