Wilderness of danger · Skar ·

por **Tala Misrahi** Sáb Ene 07, 2017 8:14 am

Tala tenía sitios mejores a los que ir, siempre acompañada de su inseparable hermana, pero sin embargo, había pequeños trabajos que no requería la fuerza bruta de dos mujeres. Simple espionaje. Tala prefería la acción, sacar a relucir toda su fuerza metida enaquel cuerpo tan esbelto y de piel morena, en lugar de jugar a ser quien no era. Pero en esas raras ocasiones, ambas hermanas jugaban al despiste, usando aquellos pequeños contratos como un mero "Hobbie" y así retarse mutuamente a ver quién lo hacía mejor y en menos tiempo. Pero fuera de aquello, hacían vida por separado. En el caso de Tala, hacía las veces de tabernera, ruda y tosca, metida en un traje que bien podría pertenecer a cualquier fulana que trabajase cercana al muelle. Si, tener ese cuerpo le hacía la vida mucho más fácil y por eso se aprovechaba todo lo que podía de las diferentes situaciones dadas a lo largo del día o de una vida entera.

Aquella noche, por ejemplo, hacía su ronda habitual en aquella taberna de mala muerte, cerca del puerto, dónde no había otra cosa que marineros ebrios de ron y mala música, pero que en realidad hacía la noche un tanto divertida y amena, ya que en su propio mundo, parecían ser felices, felices dentro de aquella pequeña locura. Y allí estaba ella, pasando entre las mesas, poniendo una jarra tras otra de cerveza y recibiendo todo el dinero que a saber por cuántas manos había pasado, o de qué bolsillos fueron robados. Qué más daba, si al fin y al cabo iba a parar a los suyos.

No iba a negarlo, prefería joyas y regalos caros, pero también era propensa a ensuciarse y prefería la brutalidad y brusquedad de un barrio bajo, antes que aquellos denominados "pitiminís", que levantaban el meñique en cuanto se llevaban una taza de te a los labios, como si tuviesen algún tipo de retraso mental.

- ¿Qué pide?- Dijo cuando llegó a una de las mesas, para recoger el anterior estropicio, para darle así quizás la primera copa de la noche a aquel.

por **Skar Grustovsk** Miér Ene 18, 2017 10:43 am

Skar andó por el bosque mas que nunca, debía ser ya la madrugada que el seguía por ese oscuro y pequeño sendero del medio del bosque, hasta que vió un par de luces tras el espeso bosque. Sus pasos no se aceleraban, pero su latir de corazón si, no sabia el porque, pero su instinto de cazador le advertía de algún ser especial dentro de esa taberna. Sus latidos se aceleraban conforme se acercaba a ese antro cercano al muelle, cuando llegó frente la puerta, oyó una voz, femenina, muy dulce pero potente, la cual dijo:
-¿Qué pide?-
Antes de oír una respuesta, abrió la puerta, de golpe pero suavemente, sin empujarla ni nada. Vió a una muchacha que estaba en una mesa cercana a la puerta, probablemente esa era la dueña de esa voz tan dulce y preciosa.

Se quedó un rato admirando esa muchacha, le gustaba, y cuando quiso darse cuenta, su corazón latía a mil. Todo el establecimiento estaba en silencio por la entrada de Skar a esas horas de la madrugada, parecía el único sobrio de dicha taberna. La muchacha le invitó a sentarse y el, disimulando sus nervios, le pidió una jarra de cerveza bien fria, seguido de un -Por favor-. La chica asintió, y el cazador solo añadió un -Gracias p...-, parecía que no le salían las palabras, parecía que no pudiera hablar, no lo entendía, algo le sucedía con esa muchacha, pero no sabía el que.

Se había quedado un rato pensando en eso cuando levantó la cabeza y vió a la chica acercarse con una bandeja, la cual tenía su jarra de cerveza fría, contra mas se acerba la muchacha, mas rápido le latía el corazón hasta el punto de sonrojarse delante de ella, sin poder evitar una gran sonrisa al verla mientras le entregaba la jarra. Él intentaba darle las gracias, pero su cara sonrojada y su dificultad por hablarle a esa chica no se lo permitía.

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