Beware, you will be in danger under my dark soul (II) [Priv] +18

por **Dawn Nimmet** Sáb Oct 18, 2014 6:35 pm

…… Dispuesta a ser entretenida por Xaziel Moriel a saber hasta que llegara el otro, el vampiro, el demonio, el sin corazón sádico que la tenía presa entre sus garras de acero y sangre, con colmillos afilados cual demonio sacado de un cuento oscuro de terror……

Cilo estaba con la mirada ausente. Sintiéndose perdida en donde estaba en esos momentos, semi desnuda y con una toalla alrededor de su fino cuerpo tras haberse dado un baño de agua tibia. Temblaba, estaba nerviosa por lo que venía a continuación. La fiebre había cesado pero aún estaba algo débil. Siempre lo estaba. Estaba buscándose la muerte por si sola. Quizás moriría por pena, quien sabe. Nadie lo sabría y nadie la echaría de menos. ¡Agustín! ¿Por qué ahora tuvo un flashazo, una fugaz visión de aquellos ojos castaños y penetrantes que hicieron que su cuerpo reaccionase con un escalofrió por todo el cuerpo? Sintió algo diferente a lo que sentía con el otro, con el demonio que la tenía para su propio antojo. Santhiago. El demonio le llamaba ella con rabia, tanta que uno de sus jarrones de cerámica explotaron lejos de ella, pero estallo en piezas pequeñas.

Soltó la ira y ahora intentaba respirar de nuevo, jadeaba por la respiración contenida y solo estaba esperando recuperarse antes de que sus nuevas doncellas la ayudaran con el vestido que llevaría para la velada. Un vestido blanco dorado, los volantes por los que estaba formado el vestido le daban un hermoso volumen que realzaría sus pasos al caminar y el corpiño de cerdas de doradas y encaje de croché blanco crudo realzaba el tono tostado de su sedosa piel, mostrándose tentadora cuando llevaba un hermoso recogido y unas pocas plumas de cisne a un lado de su recogido. Joyería nada ostentosa y sencilla pero dando un aspecto cuidado y pura…aunque vistiera blanco en la noche, su cuerpo se sentiría siendo hereje al vestirlo en su boda…aunque ¿Por qué se preocupaba de tal fecha? Nunca llegaría la fecha y si, la máscara.

Tenía una perfecta para la ocasión.

Ya estaba todo listo. Su apariencia estaba lista para ser mostrada excepto su rostro por completo que iba ya cubierta de una hermosa mascara veneciana de encaje blanco y estampado similar a su vestido – Señorita…Esta lista – Y así, Ella misma se disponía para ver que podría disponerse la noche en la mansión Morel, a la que precisamente no tendría que ir pero sentía curiosidad si Agustín…o como se llamara la iba a seguir mintiendo, si iba a querer estar con ella como él la dijo que jugarían al juego de quien era quien. Era de locos. Mira que si la seguía engañando y seguía siendo una muestra para ceder más lealtad hacia aquellos a quien se la tenía y ella misma no.

conjunto de mascara y vestido:

por **Markus Rousseau M.** Lun Oct 20, 2014 11:28 pm

Ya no era el peón de los dueños de aquella enorme propiedad, en una habitación tan grande como las otras culla puerta posee tallada colmillos caninos tal cual una de la puerta contigua de la cual solo es oye el sonido de un par de tacones replicando contra las frías baldosas acompañado aquel eco del silbido apagado de una tela costosa y oscura.

—TOC TOC—

El ruido de una mano delicada pero engañosa toca la madera acabada de aquella habitación seguida de una voz silenciosa que solo murmura un. -Adelante-, la mujer entra en la habitación perfumada a la vista de sus rojos labios y melena de fuego un hombre de traje sastre muy lustro y elegante mirándose al espejo tratando de acomodarse cierto accesorio cual corbata pero no la puede anudar, su consanguínea con sonrisa en labios se acerca con la voz delicada -Permiteme Markus- le sujeto se voltea y son los mismos ojos caféses que en la tarde estaba con aquella bruja, tal cual su familiar la recibe con una sonrisa -Prima tan oportuna como siempre- la mujer toma entre sus finos dedos aquella tela formando un perfecto nudo.

20:13
Los carruajes van llegando uno a uno y quien los recibe son varios jóvenes contratados para la ocasión, los dos semejantes esperan con máscaras en rostro a los invitados, los atienden como si fueran los anfitriones, al cabo de unos minutos se une al festejo la menor de la familia y solo falta el dueño y la razón e aquella reunión de inmortales y humanos ¿la cena?, quizás.
Cada uno toma un papel, en este caso aquel que ahora se muestra alejado de todos hará el parel de sirviente de su propia familia, cual mano derecha de la mano derecha del demonio sin saber que es la misma mano izquierda del diablo.

por **Dawn Nimmet** Sáb Nov 01, 2014 6:20 am

La inocente bruja había llegado sin que se diera cuenta al baile de corderos en donde seguramente se escondían lobos sedientos de sangre o seres como lo era Santiago. Cilo consiguió entrar con sus dos damas de compañía al interior de la sala donde todos los invitados estaban. Vestida con un hermoso vestido blanco que no quería cruzarse con Santhiago, su objetivo era buscar a Agustin y comprobar que le mentía y si no lo hacía, bien por él, porque no iba a aguantar más mentiras. A lo mejor comportarse como se comportaba, le llevaba a límites que la llevaban a un riesgo en su vida, pero sinceramente, ella temía por su vida yendo a esa fiesta. Pero tenía que hacerlo. Estaba obligada tanto por Santhiago como por Agustin.

Podía notar como de nerviosa estaba. En una esquina y dijo a sus damas de compañía que la dejaran sola pues no le apetecía encontrarse con nadie esa noche. ¿Había tirado la toalla demasiado pronto? O ¿era la noche en que había hecho un pacto con los Morel sin ni siquiera ella saberlo? Desearía estar bajo las sabanas de su cama, frescas y limpias, suaves y calentitas para dormir plácidamente y no en una fiesta donde seguramente acabaría herida o físicamente o mentalmente. Lo intuía pues tenía esa mala suerte en su sino. Entonces se levantó de una silla que se sentó y se fue por los pasillos directamente por donde vino, pero se dio cuenta de que había cogido otro y otro pasillo hasta estar perdida en la inmensidad de la mansión Morel. Intento utilizar su poder de la ilusión pero de nada sirvió dado que sus poderes en esa casa, eran nulos. Esperaba que fueran también para otras razas además de la que era ella.

Sabia de vampiros y de licántropos por parte de los Morel, esperaba que Agustín al menos fuera un espécimen normal y corriente, sinceramente, no teniendo en cuenta lo mucho que comenzaba a hartarse de las demás razas. Si ella pudiera quitarse los poderes, se los quitaría para tener una vida normal – aunque no haya usado mucho sus poderes – y así poder tener hijos normales que hicieran una vida normal, con amigos normales y un futuro normal. Siguió andando por al menos un cuarto de hora y pudo escuchar música que podría venir de la fiesta – Espero que este por buen camino…-Siendo confiada, se fue con la máscara aun sobre su rostro hasta una sala en la que había una figura femenina. Cilo la reconoció llenándose de lágrimas, acercándose a quien creía ser su hermana, pero esta cayo en la trampa y la figura de su hermana se disipo como el polvo, la puerta de aquella sala se cerró abruptamente y en el siguiente momento, estaba inconsciente sobre el suelo de mármol tras un golpe en la nuca.

EN LA FIESTA. . . . .

Uno de los esbirros de Santhiago vestía de hermoso uniforme blanco y negro acorde con el protocolo de la servidumbre en un acto que requería ir de gala. Este se iba acercando a una de las habitaciones en las que el líder del Clan Morel estaba pendiente de hacer su entrada y solamente el sirviente, dijo – Esta hecho, mi señor…y ha sido llevada hacia donde me pedisteis…-Con aquello dicho en una voz clara, el sirviente se fue, pero vio al nuevo, al primo de los Morel que al parecer le había escuchado. El sirviente solo se fue en silencio temiendo por su vida.

por **Santhiago Morel** Miér Dic 03, 2014 7:27 pm

En las noches más oscuras las llamas alumbrarán la ciudad
En la penumbra el infierno las puertas se abrirán,
Los hijos de la luna sangrienta saldrán…
Cuantas almas se sacrificarán por Devastación inminente que llegará
de la mano que en el trono de sangre va a estar.

El sonido de las cuerdas de los violines junto al piano en bellas melodías que acompañaban la noche en una velada muy “satisfactoria” para ciertos invitados de aquella reunión, sus anfitriones van dando muestra de su posición social, del dominio que tienen entre las clases adineradas y poderosas de la región, no son mortales comunes, la mayoría, son seres que buscan la sangre, el lujo, el poder, las tinieblas en sí. Iguales a quien ata aquella corbata negra como la noche en una habitación cuyos cristales de los ventanales están teñidos del rojo sangre.

El hombre frente al espejo con traje oscuro como la noche en que las velas del salón alumbraban en sombras que nadie podía ver, donde los lacayos del demonio se mueven a su libre albedrío oculto tras las máscaras, aunque iguales ellos se diferencian de los que fueron invitados, igual que aquel que coloca la máscara en su rostro, todos los miembros de aquella familia serán reconocidos ahora, los tres o ¿los cuatro?, esa era la sorpresa de la noche.

Junto al ruido de las risas, brindis y conversaciones banales que se oían por todo le lugar, no era necesario estar en el salón para poder escucharlas, desde donde estaba podía perfectamente catar todo las palabras que se dejaban en las paredes de aquella mansión, saliendo de su habitación los pasos apagados por la alfombra que se devora su camino y él de alguien que se acerca a su amo tocando su hombro como una sola frase –Mi señor, está hecho, la joven está donde se nos pidió dejarla– la sonrisa se marcada en aquel rostro donde se mostraba unos colmillos largos de tantos años, continuó hasta estar en el inicio de las escaleras, junto en ese pequeño salido, atrás suyo el sonido de unos chinchines junto al rozar de unos zapatos bajos acompañaron al cuerpo de una mujer que llevaba un traje antiguo y poco vistoso pero que en su mundo era aceptado, era una semejante y hasta cierto punto era la hija de aquel que estaba por bajar, hija o hermana, era otra mujer que llevaba una máscara de color rojo como su vestido.

Al bajar dejó que las miradas de todos los presentes se comieran al entremés de la noche mientras el podía desaparecer directo al estudio donde estaba aquella a la que había ordenado que asistiera, pidió vino para ella y para él una copa de sangre la cual se mecía en sus manos catando el aroma fresca de aquel vitae, esperando al despertar de aquella bruja.

–Ya era hora, Cilo, Bienvenida a mi mansión ¿no hay algo que quieras contarme?– sonríe mostrándose completo ante los ojos de terror de la joven, al parecer para él no había nada oculto, ni un pensamiento menos una acto, no es necesario leer las mentes, simplemente lee a las personas en sus movimientos, desde los más pequeños hasta los más complejos.

por **Dawn Nimmet** Mar Dic 23, 2014 2:30 pm

Mascaras de escondites secretos se habían dejado atrás en la sala de baile o para Cilo, en aquella sala en donde fue engañada y al parecer había sido llevada al infierno de nuevo. Miraba alrededor tras haber visto la cara de Santhiago. Tenía miedo de nuevo. Le miró pero no dijo nada. La habitación estaba en silencio y todos parecían estar atentos a que dirá el otro – Me permitiré ser un poco brusca malvado hijo de la gran puta…-Su ceño se frunció considerablemente al ver que este sonreía sin más. A su lado, en una mesilla había una copa de vino y se permitió lanzarla contra la cara de Santhiago que aunque era muy evidente, vio como la agilidad ajena hacia aparición.

– Podrías no haberte movido, podría haber pintado un nuevo cuadro sin que te hubieras movido ni un ápice y hubiera hecho un buen negocio trayendo tu cabeza en una pica – Bufó – Como dije, estoy siendo brusca y he quedado con alguien en esta fiesta aunque no lo parezca….-Fue bajándose por el lado contrario de la cama, por aquel que aún no había restos de vino fluyendo por el suelo de la habitación, se fue yendo hacia la puerta, pero obviamente estaban cerradas por algún que otro poder antinatural. Solo se quedó mirando a Santhiago con odio en sus ojos, se cruzó de brazos y solamente le faltó escupirle en la cara para borrarle aquel gesto soberbio de su cara.

Volvió intentar salir por otra puerta pero esta también estaba atascada mágicamente y obviamente no era por ella misma. Solo tenía que mantener la calma, mantener la calma, mantener la calma, se decía a su misma, una y otra vez viendo que a lo mejor no le llevaría a ningún sitio o algún lado lleno de victoria. Volvió su cuerpo en el sitio para encarar a Santhiago - ¿Qué? ¿Por qué a mí? ¿Por qué tengo que soportarte? ¿Por qué tengo que sufrir? ¿Por qué tienes que ser tu mi propio infierno?! –Le pregunto con insistencia, viendo que solo en el rostro de Santhiago sus ruegos eran música para los oídos ajenos. Se mordió el labio inferior como muestra de impaciencia y solo pudo sollozar brevemente contra la puerta bloqueada.

por **Markus Rousseau M.** Jue Feb 12, 2015 6:22 pm

Una copa de alcohol, del mejor y más caro de todo el mundo, las risas y lujos desbordándose abiertamente a los ojos de todos olvidándose entre ellos mismos, pero habían un par de ojos que no se olvidaba de ningún invitado de aquel salón, hombres y mujeres unos eran inmortales y otros simples mortales que tenían negocios oscuros con su primo. El pensamiento lo llevo a la tarde cuando conoció a aquella bruja preguntándose ¿Qué pacto tendría con su primo?, buscando armar aquella parte que no le cuadraba, alcanzó a divisar un vestido moviéndose con gracia pero con un poco de timidez, era ella.

Tuvo un impulso de acercarse pero una mano muy delicada y casi imperceptible se posó sobre el hombro de él invitándole a centró de la velada para una muestra de baile. Los acordes iban y venían, los violines y el piano sonaban en armonía, los violonchelos apenas y se movían como una pequeña brisa. Todo era perfecto para ellos.

–No te metas Markus–

–Que debo entonces hacer–

–Si bailas con el diablo debes saber que puedes perder más que ganar, muchas cosas no te gustaran saber–

–Y tú me contarías la historia de terror–

–Con todo gusto–

Salieron de ahí ambos primos directo al estudio, la mujer tenía una sonrisa donde los fieros caninos se mostraban, toda una loba en acción.

Las horas pasan y solo se puede oír las risas y la música. El hombre sale del estudio subiendo las escaleras. Esperando tras la puerta de aquella habitación en silencio. La mujer regresa a la fiesta a cerrar tratos para su familia y para ella. Es como si no hubiera pasado nada pero si ocurrió y siempre ocurría en aquella mansión del terror.

Conversación.

–Había una vez una pequeña bruja perdida, casi drogada que se cruzó con el demonio e hizo un pacto eterno volviéndose su esclava pero no de sangre si no de diversión, de horror, de sexo, se ató al demonio por el temor, por el recuerdo que vivía noche tras noche, no hay nada que ella haga que él no sepa. Toma la sangre de ella y se entera en segundo aduciéndole horrores infernales por sus osadías, conoces al diablo y vives con él, tú sabes lo que él es capaz de hacer–

–Será siempre así–

–Recuerdas a esa chica–

–Si, como si fuera ayer–

–Es lo mismo terminará cuando él se canse–

Puerta abriéndose.

por **Santhiago Morel** Lun Mar 30, 2015 11:17 pm

Tal como la noche de oscura y misteriosa, aquel hombre, si es que se le puede llamar de tal manera, se burlaba de la bruja con la sonrisa de diversión en sus labios como en su actitud hacia la bruja. Las mangas de la camisa las dobló tres veces mostrando aquellas manos que tantas veces había utilizado en aquella mujer, su mirada se oscureció totalmente y la sonrisa desapareció dejando una línea en sus labios, una endurecida línea. Sus colmillos se iban mostrando lentamente y en segundos estuvo tras la mujer tomándola del cuello con su diestra.

Presionó un poco el cuello levantándola del suelo para que lo encare, unos centímetros más la elevó pero para su diversión dejó que las puntas de los pies tocaran el suelo. El sonido de las risas y la voz de su hermana llegó hasta la habitación, en el salón se anunciaba el banquete que siempre aquella familia ofrecía, lujos y gastos que era bien recibido para ellos porque lo veían como una inversión de la que ellos al final de la velada terminaban ganando y justo ahora estaba él pidiendo su trofeo.

Una respiración con el latido de un corazón llegó a los oídos de Morel lo que le obligó a soltarla arrojándola al suelo justo al pie de la cama, su mirada llameaba cual ira –Ya veo, así que te has andado de digna pero has estado ofreciéndote a mi familia y así evitas darme lo que es mío desde la vez primera que te hice mía, o lo olvidas Cilo, olvidas que en tu mansión tuviste sexo conmigo de la forma más descarada hasta que tomé tu sangre y te reclamé como esclava mía y de mi familia para mis antojos, olvidas como gemías atada y como rogabas por más, como ansiabas que te tocara y entrará en ti, acaso olvidas que se todo de ti, no puedes ocultarme nada así como no puedes ocultarme que estuviste hoy con un hombre– sus habilidades nuevamente hicieron eco en la mujer al crear la ilusión de los recuerdos vividos por recuerdos vívidos, le mostró aquella noche en la mansión de ella.

Pero no fue suficiente para él, mezclo al segundo su habilidad para lastimar creándole dolores de cabeza y en el corazón, como si una espada la atravesara, su risa volvió a su rostro cuando la veía, se acercó tomándole del mentón –Esto te pasará siempre que me desobedezcas Cilo, ya te dije que no hay nadie ni nada que te pueda ayudar, solo dejarás este tormento cuando me aburra de ti– suelta el rostro de la mujer dirigiéndose a la puerta para abrirla pero antes con una sonrisa malévola quitó aquel dolor para darle una orden con la persuasión –Desnúdate por completo, cuando cierre la puerta al salir ábrela y dirás “entra y tómame nuevamente mi amo” – dejó esa ordene n ella sabiendo que tenía que cumplirla y sobre todo porque sabía quién estaba tras la puerta esperándole o quizás estaba esperándola.

Con estos actos él quiso mostrar su poder a la bruja y su familiar que con ojos al suelo esperaba que no hiciera lo que en antaño había hecho con una de sus esclavas.

por **Dawn Nimmet** Sáb Mayo 02, 2015 7:53 pm

Imaginándose indefensa no pensó que fuera un momento como el que vivía en ese instante. Observaba y sentía la ira de Santhiago hacia ella por –posiblemente- haber estado ausente ante él cuando se lo pedía. Estaba o estaría escrito que su vida estuviera siempre dependiendo de un hilo invisible en el que pudiera estar en juego su vida. Ahí estaba, frente al demonio que la custodiaba y la hacía sentir impotente, sin posibilidades de poder defenderse, sin poder estar cerca de alguien quien pudiera ayudarla. Estaba dispuesta a dejarse matar pero descubrió bien dentro de su subconsciente la tarde que paso con Agustín y que a gusto se sintió con él.

-Agu…-Su voz quebrada no salía fuerte debido al agarre de su cuello en el que era mantenida por Santhiago, por aquel del cual quería deshacerse y jamás haber conocido – Ayuda…-Gimoteo en un murmuro apenas audible, sintiéndose aún más débil hasta que por fin pudo sentir el aire introducirse en el interior de sus pulmones, sintiendo su cuerpo en el suelo, para después ser tomada sumisa y hacer que mirara a Santhiago fijamente.

Con atención escucho aquellas palabras y el dolor en su cabeza comenzó a surgir, si, estaba continuando con la tortura y su cabeza explotaría de un momento a otro, impidiéndola razonar de buena manera, sintiéndose despellejada por dentro hasta que por fin, la tortura se detuvo hasta que otra se desató inquiriéndole el daño que añadirá un poco más de locura a su pacifica personalidad, la persuasión del vampiro era un poder grande sobre ella, por más que intento resistirse, escucho la puerta cerrarse y salió corriendo conforme se desnudaba, quedando solamente en unos escuetos pololos y un corsé blanco, abriendo la puerta, desesperada por llegar a Santhiago - ¡SANTHIAGO! –Gritó- ¡entra y tómame nuevamente mi amo! –Dijo con desesperación por la actuación de un mero hechizo o encantamiento, pero cuando se arrodillo escambrosamente en el suelo, quiso que la muerte se llevara su alma por ver a quien no esperaba ver.

A Agustín.

Su mirada celeste se clavó en él y con ello se llevaba su alma inocente, siendo destruida y sin poder dejar de estar sometida al poder de la sumisión de la persuasión vampírica. Su mente quería o mandaba a su alma desaparecer mientras que su otra parte de su alma, atada a su cuerpo y sus deseos actuaban bajo el mandato de aquella persuasión.

por **Markus Rousseau M.** Jue Mayo 21, 2015 8:13 pm

La pared dura y rígida como su estado de ánimo, por vez primera deseo poder decir algo, pero solo hubo silencio incluso entre sus ojos cerrados dejándose llevar para que el ambiente le trajera alguna nota de peligro o algo pero nada, solo hubo eso la NADA. Gruñó paras sus adentros por estar ahí esperando pero debía obedecer, aunque sus hilos estaban marcados más con la sangre.

Aun en su cabeza retumbaban las palabras de su adorada prima con esa sonrisa tan fría y sin emoción alguna, como deseara tener dicha habilidad pero no lo tenía su don era el silencio y la nada y justo ahora era lo que más deseaba, con una sonrisa recordaba cada momento desde que llegó hasta el baile, incluso los momentos amargos y los felices cuando tuvo el placer de danzar con su prima, la melena de fuego y su forma de conducirse le hacía recordar cuanto la extrañaba ¿y a su primo?, bueno de él sus recuerdos eran dolorosos en su mayoría pero eso era porque él tenía que representar eso frente a todos por el bien de la familia; pocos fueron los momentos felices con risa donde lo vio relajado y siendo él no como el monstruo que suele ser. Sus pensamientos cambiaron al presente cuando el pequeño sistema del pestillo de la puerta sonaba, rápidamente se presentó con un porte alto y gallardo digno de los de su familia y tras la puerta observó al vampiro acomodándose la ropa.

No fueron ni segundos hasta que, nuevamente la puerta se abre y solo la sonrisa de su familiar es lo que puede ver cuando sus ojos van directo a la mujer en ropas íntimas que se ha presentado ante los dos, rápidamente sus ojos van sobre ella pero los desvía al ver la imprudencia que ha cometido –Creo que está muy ocupado, señor Morel, volveré más tarde o quizás, mejor lo esperare en su estudio– con respeto lo trata pero sus dientes y puños están tensados, apretados, reverencia al vampiro y luego a la dama sin mirarla. Ahí él había comprendido que ella le pertenecía a su primo y lo que su prima le había conversado era verdad.

Al salir de ahí lanzó una mirada de furia e incredulidad por el juego de su primo, pero más a la mujer. Ella ya estaba perdida y él le había mentido, eliminó esos pensamientos de tristeza por mentirle, una mentira no haría tanto mal como lo que ella hacía. Al menos para él.

por **Santhiago Morel** Vie Mayo 22, 2015 9:25 pm

Había logrado lo que estaba buscando, de soslayo contemplo el cuerpo de una mujer marchándose de aquel espectáculo de horror, solo atisbó a ver unos mechones rojos pero sabía Morel de quien se trataba ¿Qué juego sucio va en esa familia?, la sonrisa de satisfacción al ver que la orden dada a su pequeña esclava había sido cumplida al pie de la letra y fue entonces que se acercó a ella tocándole el seno cuando su vio a su primo tensarse por aquella caricia, tan íntima. Tiro del pezón retorciéndolo entre sus dedos hasta ver a la bruja arrodillarse llorando, si eso quería, que ella y viera que solo sería liberada cuando él lo dispusiera.

Miró a su primo, cuando le ordenó a la mujer levantarse, ella mantenía el rostro gacho y lagrimoso, ordenó hablándole a la mente “no te cubras” para así mostrar su piel, volvió a su primo mirándole cerrando sus ojos –Markus, tranquilo dime, ¿es algo de urgencia? Igual ya acabe con ella por ahora, aunque es bien golosa y le gusta repetir varias veces en la noche no solo conmigo si no con otros vampiros, a saber si se vende por vida eterna– ríe ordenando que no emita ella ningún comentario al respecto, que mantenga su boca cerrada y solo mire al suelo.

Miró que su primo se quedó con la boca abierta estoico y enmudecido mirando con asco a la bruja, ya estaba lo había logrado y entonces decidió jugar aun más fuerte Santhiago. Ordenó a la muchacha en su mente “Acércate y tócame la entrepierna, suplica que te folle nuevamente, suplica lastimeramente, arrodíllate y abrace la pierna frotándote contra mi” –Primo podemos hablar ahora que baje, si tanto gustas– su orden había sido dada con la misma contundencia para que no sea desobedecida. Observó que su primo asentía y que estaba a punto de marcharse pero antes de irse le dio a saber de su castigo a su familiar.

–Supe que te habías hecho pasar por un empleado, primo no lo eres, sabes que aquí eres un miembro de mi familia y como tal serás tratado, es más. Por esta vez será suficiente, ya me cansé de ella la dejaré contigo por esta noche al menos, trato?– Markus sabía de qué se trataba y asintió haciendo una reverencia viendo a Santhiago como se retiraba y dejaba a la mujer ahí en el suelo, sin ropa alguna.

Santhiago se retiró hasta el final del pasillo donde una sonrisa blanquecina con cabellos de fuego le recibió y bajaron juntos tomados del brazo, ambos anfitriones con sus respectivas máscaras, conversando como si nada pasara o hubiese ocurrido. .

por **Dawn Nimmet** Mar Jun 02, 2015 12:55 pm

Cilo estaba en el momento y lugar del que quería desaparecer. Finalmente, cuando Santhiago se fue su cuerpo estaba liberado de las ataduras del vampiro, tendida en el suelo y desnuda por completo. Observo a Markus aun mirándola. No le dijo nada cuando se levantó en lágrimas hacia el interior de la habitación, yendo hacia su ropa interior que gracias a dios estaba de una pieza, se lo puso, se puso el vestido que al final arregló con su magia, pero no podía atarse de lo que le temblaban las manos, de cómo el cuerpo le temblaba como un maldito flan de vainilla.

Situándose en que ahora ella estaba desfavorecida y seguramente repudiada por Markus quien en la tarde había sido muy amable con ella, ahora pensaba diferente, segura estaba de ese concepto que lo primero que hizo fue ir al lavabo, envolverse la mano en una de las toallas y golpeo el espejo del lavabo, con rabia y cuando los cristales resonaron cayendo al suelo y al lavabo, ella cogió un fragmento bien grande y en su mano estuvo, sentándose contra las puertas de roble oscuro que habían debajo del lavabo de mármol, sentada en el suelo esperando a que el valor venga hacia ella para darse el momento de lo que siempre tuvo que haber hecho.

Perdió a su hermana y ahora esto.

Estaba con un hermoso vestido el cual hubiera gustado que Markus la hubiera elogiado al verla o al reconocerla, haber bailado con él y despreocuparse de los viejos trucos de tortura del vampiro Santhiago, estar sobre una nube de encantamientos que pudieran al menos durar una sola noche, pero estúpida ella por aceptar la invitación, mas no pudo evitarlo pues el vampiro, la obligó a ir. Ya no hay vuelta atrás. Solo caminar hacia delante y el trozo de cristal le indicaba alguna pista, probablemente del que no tendría que hacerse de rogar.

Pero no lo hacía. Estaba recordando cual felices eran los días en que gozaba junto a su hermana antes de que la separasen y tuviera que vivir con sus padres, aunque ambos murieron uno detrás de otro. Aun en su mansión vivía su nana, su niñera o su segunda madre por así decirlo. Quien la cuidaba después de que los señores dejaran el mundo de los vivos.

El puñal de los reflejos aún estaba sosteniéndose en su mano derecha, pudo escuchar como la puerta de la misma habitación chirriaba por el paso del tiempo, podía ver una sombra que era la de un hombre, pero que esta se paró al girar su cabeza hacia dicha sombra. No decía ni sentía nada al respecto – Muerte, si estas tras los muros de este baño, finaliza tu dicha –Murmuro apenas audible en el aire, desanimada y desalmada porque no tenía a nadie que le importaba si la dulce e inocente Cilo moría en un charco de sangre con un vestido de plata o si salía como la mujer más feliz del mundo en los periódicos de Paris.

Finalmente el valor llego a su mano que se levantó finalmente encima de su cabeza, situándose justamente a la altura después de su corazón.

¿Alguien diría “Para? ¿o el destino seguiría su camino hacia el infinito desconocido?

por **Markus Rousseau M.** Dom Jun 21, 2015 8:55 pm

Las palabras de su primo y las acciones de la que la parecer era la esclava de su familiar crearon en él un ceño fruncido, su porte volvió al de aquel que juró ser fiel a la familia hasta la muerte, sobre todo a su congénere de sangre y familiaridad, aquella que mujer que estaba abajo en la recepción disfrutando del espectáculo que brindaban los dos parientes. Asintió ante las palabras de su primo mayor con una sonrisa apenas audible y visible junto a una reverencia. No bajo la mirada a cada acto que hacia la mujer hasta que vió a su primo partir siguiéndole unos momentos.

Durante ese transcurso no dijo palabra alguno, incluso estando frente a la mujer donde se había revelado la mentira que él había dicho y que ahora quedaba al descubierto como un miembro más de aquella familia a la que ella odiaba y temía. Se acercó a Santhiago con un carraspeo que aquel entendió para darse vuelta con la ceja enarcada –Primo, no creo que sea conveniente que la joven, digo tu esclava baje a la recepción en el estado en la dejaste daría mucho que decir de ti sobre todo si te ven bajar en ese estado, permíteme encargarme– la reverencia a la cual su primo acepto con un movimiento de mano lo que le permitió regresar por sus pasos pero antes de alejarse vio que su primo le irrumpió –Ya he acabo con ella, es libre para hacer lo que quiera, puedes usarla si guastas Markus no es de mi interés ya esa mujer– la risa de maldad que esbozó junto a sus pasos alejándose, adentrándose a ese mundo oscuro que conocía.

Markus regresó por sus pasos hasta la habitación a la cual tocó la puerta tres veces pero no hubo respuestas, pensando que había la mujer cometido alguna locura entró sin esperar respuesta, al no verla miró al tocador y empujó la puerta viéndola con aquellos pedazos –¿Qué haces?– preguntó muy serio sin moverse –¿crees que esa es la solución? No acabará con tu sufrimiento solo con tu vida porque muerta sufrirás más viendo a todos vivir y tú no, tu seguirás sufriendo por todo lo que fue tu vida– se acerca con las manos extendidas para que le entregue aquello.

por **Dawn Nimmet** Jue Jul 02, 2015 7:22 pm

Cilo angustiada por lo que pasaba ahora quien se llamaba como Markus le decía que dejara el puñal de miles maldiciones. Lo dejo a un lado con pocas ganas de hacer algún esfuerzo – Un Morel –murmuro en llanto inaudible – Solo abrázame por favor….no permitas que cometa alguna estupidez….-murmuro, miro a Markus – Es solo un apellido maldito que tienes como sangre, pero que dicho apellido me es indiferente si con ello puedo obtener de ti un abrazo –murmura lentamente, sintiéndose dolida por todo el cuerpo y simplemente de toda la vergüenza acumulada.

Termino tumbada en el frio suelo de mármol.

Situándose de lado mirando a la pared le daba la espalda a Markus, pero después se arrastró hacia él, como si su vida dependiera de ello y se abrazó, se acurruco en el ancho torso de Markus – Déjame acurrucarme en ti Markus –Murmuro intranquila, queriendo sentirse especial aunque Santhiago le haya hecho pasar un infierno con tantos trucos ilusorios.

No supo cuánto tiempo paso por encima de que dejo de llorar, pero al despertar se encontró en una habitación diferente a la que se encontró con Markus y Santhiago. La habitación era de tonos verdes y marrones cobre, su cuerpo estaba cubierto por una camisa de hombre y masculina, su cuerpo había sido limpiado de todo rastro de sangre, se sentía en cierto modo algo ida, sin ni siquiera saber que paso con el resto del tiempo perdido - ¿Qué demonios hago aquí? –Había una muchacha que estaba a su espera de despertarse, cuando la vio se asustó al verla con la boca cosida –Pero…¿Dónde estoy? ¿Markus? –murmuro mirando a los lados y enseguida vio la silueta de un hombre estando en el baño.

¿Dónde estaba?

¿Dónde estaba Markus?

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