The bloodiest cursed an innocent soul [Priv]

por **Freyback Moriarty** Jue Mar 19, 2015 10:38 am

¿Cuántas veces se hubiera imaginado que su familia está desapareciendo?

¿Qué el legado de los Moriarty llegaría a su fin?

¿Por cuánto tiempo más tendría que esperar a que todo lo que ellos deseaban, pudiera salir a la luz? Estaba a la espera aun de que pudiera salir todo como ella planeaba. Como su hermana quería que saliera todo. Pero se había perdido en los brazos de un inquisidor. Resultaba irónico. Ellos querían llegar a hacer realidad el sueño de su padre que era crear la mayor de las Órdenes de inquisidores, pero ahora eran vampiros segregados a una vida de sangre e inmortalidad de la que también, de hecho, su amada Arianne sufrió solo para el provecho de su malvado tío.

Freyback se acicalaba como de costumbre, pero esta vez, no se adornaba tanto la imagen. Tras dormir adecuadamente en su cómoda cama, se levantó tal cual, se bañó solamente para quitarse los restos de sangre seca de la noche demente que celebró en su soledad junto con un par de hermosas morenas de cálidos ojos castaños. Ambas estaban frías y muertas. Cuando termino de quitarse los restos del ayer, se vistió con unos pantalones anchos de franela encima de unos pantalones de interior de algodón, una camisa suelta y una chaqueta gorda de lana que para aparentar ser el jefe de un campamento gitano desde hace bastante tiempo, había colado para todo el mundo bastante bien.

Cuando vio las trapecistas en su cama, muertas y sin vida, sonrió lamiéndose por dentro los dientes puntiagudos, aquellos con los que se deleitará con nuevas presas que cazar. En el campamento, lo trataban como un Dios. Tenía un cabello fuerte y oscuro como la noche, sus ojos eran grises como la muerte, media un metro ochenta pero si se añade la musculatura por lo que era en realidad, entonces ya Freyback los tenía a todos comiendo de la mano. La cicatriz que tenía en la ceja izquierda cruzando toda la sien, apenas se fijaban en ella por miedo a que él se molestara, en cambio, le hacía gracia cuando alguien pasaba por su lado y entraban en pánico por dentro. Aquellos mundanos gitanos que estaban bajo su cargo, le tenían respeto, honor y sobretodo miedo. Todos creían, que Freyback era uno de aquellos seres que vendieron su alma a la luna plateada y a sus maldiciones de una vez al mes de que se convertían en licántropos. Todo el mundo lo creía, pero en realidad, Freyback era una criatura que nacía desde hace miles y miles de años.

Cuando se encontró a dos sirvientes deshaciéndose de los cadáveres, Freyback planteo mejor su vestimenta. Las cambio por las oscuras ropas y gruesas de cuero que consiguió de su padre, un ex – inquisidor que murió por traición fraternal. Cuando acabó rápidamente, se dispuso de armas y protección, cogió la capa por la que le caracterizaban como el grande del campamento y envuelto por las oscuras sombras de la noche, monto a lomos de su negro corcel para dirigirse por fin al campamento, intercambiado roles noche tras noche.

Solo esperaba que no hubiera sorpresas desagradables por el momento, pero su intuición le avisaba de otra cosa. Le avisaba de que habría peligro y de los que él estaba cuidando, como cualquier cazador con sus presas, iba a sufrir algún percance durante la noche.

por **Arianne Vermelle** Dom Mar 22, 2015 8:11 pm

Un llamado fue todo lo que necesite para que aquella noche de luna nueva saliéramos todos de la mansión, el Señor montó en su corcel negro mientras que a mí me preparaban el único corcel blanco de la mansión. Salimos montando ambos por el lado este de la propiedad, una propiedad cuyos linderos están situados cerca a los bosques en las zonas más alejadas de la ciudad para así no levantar sospechas, una idea que nos mantiene vivos a todos los que le servimos y somos partes de su ejército o como él lo llama, familia, para eso me dio vida hace ya varias lunas atrás.

A paso lento vamos por la senda de los bosques del sur, hasta que mi padre optó por una pequeña cacería hacia otros vampiros que al parecer están invadiendo nuestros territorio y lugar de alimento, al menos el mío —Vaya, es hora de poner prueba a mi general, lo sabes verdad Arianne, eres mi mano derecha y es hora que me muestres tus habilidades— solo pude oírle pero un momento de descuido ya estaba cerca de mi junto a mi caballo y sus labios sobre los míos. “Un beso de muerte” quedo fría frente a él sin moverme algo que le dio la ventaja para tirarme del caballo, si no es porque lo evito con un giro en el aire para caer de pie.

-No me agrada que haga eso, padre, y lo sabe bien- su risa es todo lo que puedo oír cuando su caballo marca el paso seguido por el mío, me ha dejado sola –Cual será el verdadero propósito de esto- miro que hay otros también que comienzan a buscar a los intrusos, y al ver ello ahora sé de qué se trataba todo eso. Subo a un árbol a esperar, los demás se han ido en busca de la comida, segundos y horas hasta que dos vampiros han llegado, su aroma los delata es un vampiro líder y una esclava, relamo mis colmillos al descender.

-Ah pero si es la perra de Vermelle, que haces aquí acaso tu padre te ha abandonado, ja entonces únete a mi zo___- no le deje terminar la palaba cuando su corazón es atravesado por mi mano -Maldi…- su cuello muerdo tomando aquel vitae, fresco vitae recién se ha alimentado y está fresca incluso puedo oír los llantos de aquellas mujeres a las que ha matado, más, más y más bebo hasta que el grito de aquella humana me arranca de la ensoñación. Ojos rojos se posan sobre ella donde el cuello palpita por probar mis colmillos, no me detengo y en segundos estoy sobre su pecho bebiendo, la tomo entre mis brazos sin dejar de succionar su alma y solo la risa de mi progenitor es la que me arrebata ese frenesí —Pero si eres digna hija mia, no que te daba repulsión la sangre humana, mírate Arianne has matado a una inocente esclava de sangre solo por el deseo de la sangre, te dejé lo mejor para ver si es cierto lo que me contaban mis generales de ti— ojos desorbitados al ver que había caído en la trampa de mi padre -Como te atreves- le grito abalanzándome sobre él pero sus aliados me detienen -Esto es lo que quieres verdad, ver lo que valgo para ti- comencé a forcejear con sus lacayos en un combate donde la cabeza de ellos volaba y su sangre devoraba, solo quedó la risa de mi padre con un mensaje para mi “si vales para lo que te cree, eres una bestia aunque lo niegues”, el resto solo eran gruñidos y golpes que asestaba a los soldados de mi padre eso y el sonido de mis colmillos clavándose en sus frías pieles succionándoles la vida, había caído en la perdición de la sangre.

por **Freyback Moriarty** Miér Abr 08, 2015 8:03 pm

La noche seguía siendo igual de ardua que siempre, el paisaje era oscuro y tenebroso. Cuando llego a las puertas del campamento vio a la gitana cotizada por su favoritismo con él mismo – Buenas Sirenia –Mostro respeto por ese nombre pero no por la mirada obscena que le echo en un momento, vio como la gitana ermitaña se iba a su tienda y lo mismo hizo él enseguida. Se sentó detrás de la mesa de su carpa, en su enorme trona de madera oscura y enseguida, cuando abría el libro de tareas para mandar que hacer en la noche, uno de los miembros de su partida de caza vino corriendo para notificarle malas noticias de que habían atrapado al recién llegado la semana pasada junto con la hermosa acompañante que iba siempre con él a todos lados.

Aquello le supuso algo que no esperaba.

Aquel hombre lo había traído a su campamento especialmente para poder comenzar la orden que su hermana y el querían alzar, pero sin ese hombre a su lado, se quedaba como al principio aparte de que era de confianza. Situó en línea los pensamientos y razonamientos que se descolocaron de repente por saber la noticia. Prefirió llamar a la sirena de su campamento, era buena en espiar y apenas se le escuchaba caminar, pero acabó por negar internamente y buscarse la vida de otro modo.

-Hagamos una búsqueda – Dijo con un tono oscuro en su voz, demostrando la autoridad y los pobres gitanos asintiendo asustados por –aparte de la apariencia que llevaba esa noche- porque también demostraba control sobre ellos. Prácticamente dos o tres campamentos ajenos estaban en alianzas con él, era invitado siempre y el gustoso iba, bebía de la sangre de dos o tres gitanas y listo, pero no las dejaba al borde de la muerte. Fue hasta su corcel de pelaje negro para poder acariciarle el lomo, vio como la gitana salió para recriminarle por los peligros de la noche acabando en discusión y ella volviendo a la tienda. Freyback se montó de un solo movimiento ágil en el caballo y con ello y cuatro hombres más fueron hacia el interior de los bosques para poder buscar respuestas o si es que encontraban un cuerpo putrefacto en alguna parte.

Cabalgo por más de una hora, cuando de repente, el sonido de la voz de su hombro resonó en un estruendo por su derecha. Guiándose por el sonido de aquel grito iba a lomos de su corcel, cabalgo una y otra vez por los caminos frondosos del bosque, hasta que se escondió y el ángulo de vista que vio le dejo en estado de shock que por más que quisiera irse, vio a Arianne siendo otra persona, no, no podía ser ella.

Freyback cabalgo lejos de aquella visión a lomos de su corcel y los demás le siguieron preguntándose el porqué de aquella ida. No solo había sido la monstruosa y destruida imagen de su amada viendo ser un monstruo, el monstruo que no pensó que sería, sino, que aparte también de haber sangre por todos lados, estaba aquel hombre que quería matar con todas sus fuerzas.

Su tío estaba vivo.

por **Arianne Vermelle** Dom Abr 12, 2015 5:48 pm

La ira fue el llamado que mi corazón muerto comenzó a sentir y por ende a seguir, mi razón se ha nublado y con ella aquella mujer que reniega de la sangre de inocentes, ahora mis ojos presentan un matiz rojo producto del vitae que consumía y la excitación de aquella batalla con los esbirros de mi padre, el cual solo sonreía al ver en la mujer que había convertido ¿será que siempre fui así? Negué en mis adentros, no, yo sé quién y soy y lo que soy, y no aquello que mi padre quiere. Inútilmente traté de dejar de pelear pero la sangre es más espesa en mí llevándome instintivamente a protegerme atacando a los soldados de mi creador. Y solo esa palabra quedaba en medio de la batalla donde hasta las heridas más cortas dolían, “Mi propósito”.

La mano de mi padre se alza por sobre todas dando las orden de parar aquella matanza, si se seguía se quedaría sin sirvientes, los hombres y mujeres se detienen en atacarme pero yo no y es ahí que compruebo el poder de mi creador —Basta Arienne Vermelle— no hice caso y continué atacándolos hasta que un dolor punzante me ataca por toda la espalda subiendo hasta mi cabeza, las piernas me fallaron cayendo abruptamente sobre mis rodillas en aquella tierra, mis manos las lleve a la cabeza a sostenerla porque sentí que se estaba partiendo del dolor, la sangre emanó de mis oídos y ojos cual lágrimas y la risa estridente de aquel hombre que me dio la segunda oportunidad —He dicho basta, y cuando doy una orden se cumple Arienne tenlo muy presente desde ahora, eres mi hija, mi creación, una extensión de mí y por ende debes obedecerme en todo, y para probártelo, te daré una misión solo para ti, un invitado que nos hizo mucho daño en el pasado y que fue el causante de tu muerte está merodeando por este bosque, encuéntralo y mátalo a sangre fría, ¿cómo? No me interesa solo mátalo, ah pero no caigas en sus palabras él te dirá mentiras pero no le creas porque fue por su culpa que tu terminaste en mis manos al borde la muerte—

Fruncí el ceño porque pensé que sería aquel hombre cuya voz se hace un poco borrasa y cuya risa es todo lo que queda en mí, siento el frío correr por vez primera y la nuca hincandome como si fuera una advertencia ¿acaso sería aquel sujeto o sería Freyback? -Si padre como digas- es todo lo que digo cuando parto internándome más en el bosque, el aroma a humanos inunda mi sistema y los colmillos crecen como dagas lastimándome la lengua al percatarme de ellos me cubro con las manos la boca negando “no, no puedes permitir eso” pero el deseo y el frenesí de la sangre me consume llevándome a perder esa humanidad corriendo tras los humanos. Uno a uno los fue cazando

Los gritos de uno de los jinetes alertó a otros y llamaban a un tal “Mi señor, ayuda” pero nadie venía, pensé que se trataba de su “Dios” y reí como burlándome de ellos, los colmillos desgarrando sus cuellos, perforando sus hombros incluso sus corazones con mis manos y el reguero de sangre y cuerpos, al sangre en la tierra como en mi vestido y piel que mostraba aquella bestia que siempre contenía, hasta ahora -No, tu señor no te vendrá a ayudar deja de rezarle a ese ser y más bien cuenta con tus pecados para el infierno- la última a la que le clavo mis colmillos resultó ser una mujer, su tráquea tan fina y el sonido de su sangre pasar por mi garganta fue tan refrescante que solo quería más, sin importar que. Hasta que aquella voz retumbo entre los árboles junto al cadáver que tocaba la tierra húmeda.

por **Freyback Moriarty** Lun Jun 08, 2015 10:02 pm

Y en un instante aquel que cuidaba a su pueblo salto en ayuda de su pueblo, sorprendiéndose a sí mismo de quien detuvo para que no bebiera más de su “otra” familia –Arianne…-Murmuro para sí mismo, observando la imagen sanguinaria de su amada. No hizo otra cosa que ser rápido y cogerla del cuello, poniéndola contra un escondrijo de árboles y musgos, enseguida la cogió de la boca, apretándola contra su cuerpo e introduciendo una sensación en ella para que su mente y cuerpo se adormilasen completamente, terminando por completo llevándola un poco lejos del campamento, llevándola a unas mazmorras subterráneas que había entre su mansión y su campamento de gitanos y súbditos. Cuando el resto de su compañía acabó por tranquilizar y echar a la gente que invadió su campamento, entonces su pudo concentrar en mirar con decepción a quien ahora era una destripadora.

La observaba detenidamente en lo que pensaba hacerle y por mucho que le doliera, una bruja que era una de sus sirvientes que torturaba a sus criminales, hizo que la celda en que estaba Arianne no fuera localizable, dejando así una capacidad nula a la celda para abrirse, dejando a Arianne encerrada – Te quedarás aquí, desintoxicándote para poder pensar en lo que has hecho y casi haces a mi pueblo –Murmuro lo último que iba a decir hasta que Arianne estuviera dispuesta para poder ser ella misma de nuevo.

Habían pasado casi tres semanas desde que la encerró, dándole a Arianne una pequeña dosis de sangre en la que le permitía sobrevivir y él vigilarla detenidamente a ver cómo iba su progreso. Le hacía preguntas que ella no respondía a no ser que se volviera violenta por falta de sangre. La desintoxicación llevaría aún más tiempo, pero ella misma tendría que tener en cuenta el daño que había hecho a su pueblo. Aparte de que era algo que su hermana y sus difuntos hermanos no podían hacer, ese pueblo le daba una familia que no tenía o que jamás tuvo realmente, pero también era un medio para un fin. Sabia por los recuerdos extraídos por su bruja de Arianne, sabía que su tío estaba vivo. Había ido personalmente a ver a Bérénice pero estaba cerca de un inquisidor así que prefirió mantener las distancias.

Ahora mismo era de noche y estaba frente a la celda de Arianne. Se veía más pálida de lo normal y así también podría eliminar su vínculo con aquel que la estuviera controlando.

por **Arianne Vermelle** Vie Jun 19, 2015 11:20 pm

El eco del golpe seco que recibí no se comparaba con el dolor que estaba sintiendo en mi garganta por no beber más sangre, los colmillos mostré sin miedo alguno a aquel desconocido que se atrevió a quitarme la cena. Percibo su aroma y sé que no es un completo desconocido como pensaba, era alguien muy cercano, hasta que me acerca a su cuello y puedo al fin percibir más de cerca su esencia, es…es -Frey…-

No supe que más ocurrió hasta que pude abrir los ojos y vi, vi el horror de las paredes de piedra, era una celda, comencé a patear y tironear de la puerta gritando insultando a quien fuera que este ahí y ahí mismo en las sombras apareció aquel que me encerraba nuevamente, con su palabras de furia, escupí al suelo hablando en otro idioma riéndome de como él esperaba desintoxicarme, pero no quería pues había probado el mayor elixir y quería seguir sin parar -Que venganza más estúpida es esta, estas así porque te rechacé y me casé con otro hombre, uno que si es hombre para aceptar su amor por una furcia, espero que oigas muy bien, estoy casada- entre los gritos y los insultos que le propino suelto algunas mentirillas que no son del todo falsas. Verdad es que estoy comprometida con un amigo de mi creador, falso que ya este casada.

Los días van pasando y me dejan sangre de animal, pero la arrojo a la puerta y paredes riéndome -Si tienes los cojones para encerrarme al menos tenlos para enfrentarme- me rio porque lo desafiaré, si él cree que me tendrá como su diversión se equivoca y además le crearé cargo de consciencia cuando esté tan mal hasta el punto de desfallecer -Crees que esta sangre me ayudará, patético iluso eres, no la tomaré hasta que me des la cara y me saques de aquí ahora- la risa de la locura me ataca -o es que esperas a mi sire, el estará como loco buscándome porque su hija no ha llegado y no solo él, mi esposo también ya que no ha compartido el lecho en días como su ardiente esposa- sé que lo voy a herir con esas últimas palabras, pero ya no me importa, la sangre nubla todo mi sentido racional.

Los días se hicieron semanas y ya estaba más pálida, delgada y me he refugiado en la oscuridad de aquella celda, perdí toda noción de tiempo, lugar pero aun sentía en mi cuerpo la sangre humana correr hasta que la voz de mi creador, padre y verdugo como un rayo cayó a mi mente “Arianne querida, donde estás mi pequeña perra” no podía ni contestar solo murmuraba palabras sin sentido, los labios los tenía agrietados y muy pálidos, estaba cansada pero aun podía sentir todo “Vaya, has salido todo mal mi pequeña perra, creo que tendré que eliminar el mal”.

No sentí más, solo el dolor agudo en mi mente y cuerpo el cual fue anunciado por mis gritos de dolor, no paraba de gritar y maldecir -ES TU CULPA FREYBACK, ES TODO TU CULPA,TE ODIO- no sabía si él estaba ahí, solo quería que todo eso se acabara ya.

por **Freyback Moriarty** Miér Jul 08, 2015 8:19 pm

Para quienes no ansían sino ver, hay luz bastante; más para quienes tienen opuesta disposición, siempre hay bastante oscuridad. Dios a diferencia de lo que todos dicen, es frío y oscuro. Pues la física lo demuestra por que la oscuridad y el frío no necesitan de nada para existir y son eternos e infinitos. Nuestros logros pueden hacernos interesantes, pero es nuestra oscuridad la que nos hace dignos de ser queridos. Recordad que el hombre permanece en el rincón de la oscuridad por temor a que la luz de la verdad le deje ver cosas que derrumbarían sus conjeturas.

El Sol busca a la Luna iluminando la Tierra entera, pero jamás la encuentra porque ésta sólo aparece en la oscuridad. Y cuando se encuentran…¡ay cuando se encuentran…! La inteligencia se asocia con la razón de la misma manera que la ignorancia a la superstición; Ambas parejas buscan en hosca contienda, indultar la mente… la primera de la lepra de la oscuridad, la segunda de la responsabilidad de pensar. Aunque nos sintamos solos, siempre caminamos en compañía; pues si en la luz del día nuestra sombra nos custodia, en la oscuridad de la noche nuestra conciencia nos acompaña.

Ahora la mira desde las sombras, oculto en una oscuridad que él solamente conoce y que no las íntima con nadie. Supuestamente está protegido por sí mismo mientras escucha los alaridos de su amada. Sabía que lo hacía para herirle, sabía que no le decía nada de verdad. Sentía el apego de la muerte en los ojos de su amada que ahora estaba débil completamente. Se dirigió para meterse con ella en el interior de aquella celda y silencioso como una tumba se acerca para cortarse un poco la muñeca, postrar las gotas de la vida en los labios ajenos. La acerco, la dejo beber de su cáliz a la vez que usaba la persuasión – Bebe y séame sumisa – murmuro hastiado por la poca paciencia que tenía en esos instantes.

por **Arianne Vermelle** Dom Jul 19, 2015 3:02 pm

El dolor punzante que sentí fue de tan magnitud que no podía pensar en nada ni en nadie más, solo rogaba que todo parase que se acabar mi maldición de servir a aquel hombre, pero no, sabía que eso no terminaría si no fuera con la muerte de él, estábamos unidos con sangre y encadenados con el pasado. Triste historia de una mujer que solo buscaba el amor, de una mujer que encontró la muerte en el amor de un hombre cuyo destino era la destrucción

Escuché sus palabras, su petición como si fuera una orden, no, no es como si fuera, era una orden que me estaba dando pero mi debilidad no me permitía ejecutarla con tal avidez, estaba pesada y más aún comencé a sangrar lo poco de vitae que tenía en el cuerpo, mi padre y creador estaba matándome de dolor. Lágrimas corrían por mi rostro, lágrimas rojas que se mezclaban con los de la nariz. No podía más tenía que acabar con todo eso. Empujé la mano de él lejos de mis labios de muerta, miré a sus ojos y fue ahí que entendí lo que necesitaba -MÁTAME, Frey mátame si me amas clava una estaca o bala en mi corazón, haz que este dolor desaparezca, haz que deje de estar unida a él, a mi creador, a tu enemigo-

Jamás había suplicado algo con tanta devoción como lo estaba haciendo en ese momento, jamás había deseado la muerte con tanto fervor como lo pedía en aquel lugar, a aquel sujeto que me miraba impasible y furioso -Tu sangre no me liberará de su yugo, tu sangre solo me alimentará pero él tiene control sobre mí, es mi creador Freyback, entiendes SOY SU HIJA y tu perdición- no puedo más, el dolor es tan fuerte que siento que las extremidades son partidas en tres partes, el ardor de la piel como si fuera expuesta al sol. Grito y más lamentos pidiendo que se acabe ese agonía, y entonces solo puedo rogar -LO HARÉ, LO HARÉ PADRE- ejecuto un segundo movimiento para evitar esa tortura, solo espero que él lo acepte y que Freyback me perdone.

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