Beware of the dog || libre

por **Bambi D'Gioge** Vie Oct 28, 2016 7:19 pm

El bosque fue interrumpido por cazadores furtivos sus pisadas y el olor de la pólvora que dejaban por su paso eran tan fuerte que los animales sabían del peligro que estaban corriendo buscando refugio que los oculte de aquel peligro inminente como es el ser humano.

La nariz comienza a percibir el aroma extraño mientras aquellas enormes patas corren por el lugar buscando de dónde provenía aquel aroma misterioso y que le llamaba la atención de sobremanera; llegó hasta lo más profundo del bosque observando desde arbustos o ramas en lo alto de los árboles viendo al grupo de personas que rondaban con sus armas apuntando a todo lado como si se resguardara de algo o alguien; ladeaba su cabeza moviendo su nariz olfateando a cada uno de ellos

Un grito y una bala que atraviesa la rama donde estaba aquel animal salvaje le obliga a bajar lo más rápido moviéndose por entre los árboles hasta llegar a la ciudad, sabe que no debe entrar ahí, su madre loba le ha dicho que nunca, nunca ponga un pie en ese mundo, pero el aroma de la pólvora y las explosiones la obligan a adentrase a ese mundo extraño y salvaje. Entra por una de las ventanas rotas a una cada olfateando todo sube por unas escaleras hasta el segundo piso quedándose sobre unas telas viejas, rasgadas y polvorientas olisqueándolas completamente

Los cazadores en aquellas pequeñas casas, mientras ella comienza con su exploración por el lugar agarrando objetos para lamerlos incluso a algunos llegarlos a ponerse sobre ella, como una cacerola sobre su cabeza y una cortina como manta siguiendo todos aquellos aromas nuevos para ella y que le daban algo de curiosidad, sin saber que allí ya había alguien más, oculto.

por **Euphemia Young** Miér Nov 02, 2016 6:12 pm

-Es una estupidez que decidas cortar camino por ahí, Euphemia- Las maltratadas manos de su hermano mayor interrumpieron el andar de la joven de ojos rasgados y le jalo un poco para poder capturar su atención, pues era evidente que la joven no lo estaba escuchando.- Escucha, ¿Desde cuando es buena idea tomar otros caminos?, ¿Acaso no has prestado atención a lo que dice nuestro padre cada vez que salimos a vender el pan?, "Vayan por el lugar seguro"- La joven, aunque era de cuerpo mas pequeño que su hermano, se soltó con un poco de violencia y luego con su mano desocupada le empujó para que se hiciera hacia atrás, gruñendo como reflejo al acto que tenía su mayor- Basta, gallina.-Dijo sin detener su boca- ¿Crees que no se que no quieres ir por ahí porque eres un miedoso? ¡Que va! Mejor hagamos una apuesta, ya que eres increíblemente bueno para ello. Yo me iré por esta zona y tu por la normal, quien llegue primero a la zona de venta se queda con las propinas del otro, ¿Que dices? -Y aunque el era el mayor y se suponía que el debía ser el mas listo de entre los dos, Euphemia siempre salía ganando.

Los caminos fueron separados y con toda confianza de que ella iba a ganar, empezó su camino por el que ella se había decidido. No culpaba a su hermano de tener miedo en ir por ese lugar, el ambiente era increíblemente pesado y conforme uno se iba adentrando a la zona podía sentir que el frío en si, iba en aumento. Mientras sus gastados zapatos pisaban el camino, ella cuidaba que la canasta que llevaba entre su brazo izquierdo estuviera bien cubierta, porque de no ser así, podría ser que el pan que llevaba se secara. Fue al rededor de unos minutos que escuchó unos ruidos extraños, eran lejanos, pero acompañados de estos, como entrada secundaria a un evento al que ella jamás había sido invitada, escuchó disparos. Posiblemente lo más lógico en todo caso era regresar por el camino por el que iba, pero sus pies hicieron todo lo contrarió y aceleró el ritmo hasta encontrarse con unas zonas abandonadas.

Su padre le había contado tantas cosas sobre seres sobrenaturales, especialmente de vampiros que en su cabeza se dibujaba la persecución de unos hombres siguiendo a un cara blanca. Con ese impulso estúpido que ella posee, se levantó la falda y sacó de entre el ligero que su mamá le dio un arma y se adentró a una de las zonas apenas escuchó que todo el barullo se iba acercando justo a donde ella estaba. Dejó la canasta en el suelo, se escondió en lo que parecía ser un viejo armario de gran tamaño y apunto con el arma a las puertas. Si alguien o algo se acercaba a ella con intenciones de dañarla, se aseguraría de ser ella quien diese el primer acto.

por **Bambi D'Gioge** Lun Nov 28, 2016 8:07 pm

La presencia de aquella bestia que en dos patas figuraba mientras recorría aquella casa o lo que fue de ello, su apariencia sucia y salvaje que se contrastaba con aquella tela roída y la cacerola cual sombrero que le cubría, según su idiosincrasia de los estallidos del fuego que escupían aquellas monstruos gigantes cuyo aroma era tan nauseabundo con el estiércol.

Un ruido percibieron sus agudos sentidos de loba, en sigilo anduvo por la casa pegada contra las paredes destruidas por el tiempo, su nariz se arrugaba olfateando el lugar, había peligro y por ello tan rápido como pudo se puso agacho en la postura animal gruñendo levemente mientras se acercaba a una de las ventanas donde pudo divisar a lo lejos a aquellos hombres que no dejaban de pegar disparos a cada cosa que se movía, incluso a ratas. Su gruñido comenzó a hacerse más fuerte hasta que un aroma nuevo le inundó las fosas nasales, rápido se ocultó unos instantes para luego con calma comenzar a seguir aquel aroma, olía a pan, algo dulce que se mezclaba con ese aroma pestilente de los monstruos.

Olfateaba un armario de lado a lado sentada luego frente a la puerta con la cabeza que se ladeaba de lado a lado hasta quedar mirando un poco inclinada su cabeza a la puerta y de un sonido gutural parecido a un ladrido dejó escapar la cachorra de lobo a aquella puerta a la que levantó la mano y comenzó a rasquetear insistentemente mientras más acercaba su nariz más le venía el aroma de la pólvora apestosa y eso más la enfurecía logrando que sus uñas, ya sucias, se clavaran con más fuerza contra esa madera, quería aquello que olía diferente pero antes tendría que deshacerse el horrible aroma a como diera lugar sin importarle a que se enfrentaba.

Más podía su curiosidad por aquel aroma delicioso que se ocultaba ahí que la razón del peligro que podría correr.

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