[Libre]Noche de sorpresa y terror [Libre]

Hoy había sido un día de lo más normal y tranquilo, encerrada en la casa con el amo, este parecía tranquilo y de buen humor. Esto siempre era una buena señal para mí. Si bien en el último tiempo una llamada había quebrado sus nervios, había logrado salir nada más que con un pequeño arañazo en la cara que se estaba en proceso de curación y que desaparecería sin dejar marcas. Ventajas de ser esto.

Ahora había anochecido y la hermosa noche había tendido su negro manto sobre la expectante ciudad de París. Una ciudad llena de humanos inocentes y sin saber que la ciudad estaba completamente plagada de seres...de seres como yo. Seres despreciables y otros que no teníamos más remedio que obedecer matar, asesinar. No estaba tan mal al final. Pero nuestro yo interior intentaba escapar. El mio hacía milenios que no escapaba y ahora tampoco iba a escapar. Eso lo tenía seguro. El amo se había encargado de que eso no pasase.

Ahora que al fin era de noche el amo había partido a terminar con la vida de aquel que le molesto la tarde tranquila que tenía. Esto había sido una suerte, pues había marchado sin darme ninguna orden, y sin ordenarme ir al burdel. Algo muy ventajoso pues significaba una noche libre para mi. Para poder alimentarme con tranquilidad o pasear o incluso leer. Si algunos hobby seguían permaneciendo a pesar del paso de los años.

Salí de la casa vestida con uno de mis escotados vestidos. No tenía otro tipo de ellos. El amo me lo tenía prohibidos. Pero no era esto una molestia pues mi condición me permitía defenderme de cualquiera que intentase atacarme o molestarme. El paso de los años había desarrollado en mi mente unos poderes asombrosos que por desgracia no eran suficientes para librarme de mi amo. Continué caminando, estaba tranquila la noche y apenas se veía gente por las calles, aún así decidí ir por callejones más solitarios. No me apetecía encontrarme con nadie. Hoy no iba a trabajar, solo iba a disfrutar. Bueno dentro de lo que yo puedo disfrutar. Más bien iba a aumentar mi sed de conocimiento. Una de las pocas cosas que permanecía en mí.

Un fragmento de tiempo después cuando quedaba poco para que llegase a mi destino me vi interrumpida por un corpulento hombre que se paró frente a mi. Intenté esquivarlo pero este se me puso por delante impidiéndome continuar. Elevé en ese momento la mirada para encontrarme cara a cara con unos ojos iguales a los mios. Si bien eran incluso más antiguo el destello que estos trasmitían. Y eso significaba que era superior. Pero no iba a dejarme amedrentar por él. Me enderecé y le intenté empujar ligeramente. Pero él hombre no se movió.

-¿Me permite caballero? Llevo algo de prisa.

Intenté introducirme en su mente, pero este contraatacó entrando en la mia. La cual intenté bloquear o dejar en blanco, pero a decir verdad creo que reaccioné demasiado tarde.

-Shhh. Relajate bella dama. "Eres Libre de Compromiso" por lo que puedes pasar tiempo conmigo.

Me cogio de un brazo e intenté zafarme hasta que aquellas cuatro palabras "Eres libre de compromiso" llegaron a mi mente. Haciendome revivir unas escenas que creí olvidas y terminadas para siempre. Haciendo que sentimientos ocultos intentasen aflorar. Era incrible los estragos que causaban unas palabras. Tragué saliva algo tocada por ello pero aún así tiré del brazo para soltarme de su agarre.

-¿No me escuchó? Dije que me soltase. Tengo cosas que hacer. Suelteme de inmediato.

Miré sería intentando mantener la calma y dejar la mascara de crueldad y neutralidad. Sin embargo en el hombre se dibujó una sonrisa cruel demasiado incluso para un vampiro. Estaba claro que no había logrado bloquear mi mente a tiempo y estaba claro que este vampiro había encontrado mi punto débil y usaría eso a su favor.

-¿Y si no que ocurrirá bella dama? ¿Me atacará? -hizo más presión en el agarre acercandome a él.- No puedes, no puedes decidir por ti...¿lo olvidaste? "Ahora eres libre de matrimonio. Pero no te perteneces".-Esas palabras taladraron mi mente llevando horribles recuerdos de aquella noche a ella.-"Harás lo que yo te diga y cuando yo te diga. No amaras a nadie. Por que no eres tuya. No decidirás por ti. Nunca más. Ahora no eres tuya." Por eso no puedes huir bella dama y harás lo que te diga.

Me quedé helada, más pálida de lo que ya estaba y mis músculos cedieron cayendo al suelo. No podía ser esas palabras. Esas malditas palabras....otra vez no...no...no...iba a estallar. La Catelyn que llevaba milenios encerrada oculta estaba saliendo. Esas palabras habían dado marcha atrás en el tiempo. Ya no podría hacer nada con ello. solo tres palabras salían a su mente: Si amo.... Ahora la mascara se había roto en trozos. Por una vez tenía miedo al hombre y a lo que este le hiciese. Tenía miedo. quería ser libre. Aprender...tenía miedo tenía miedo. El hombre se acercaba más la cogía. Sabía que había vencido y Catelyn había perdido...Notaba algo líquido caer por sus mejillas. Estaba llorando por primera vez desde que fue convertida. Estaba llorando de verdad lagrimas....no podía ser. Pero era así, la Catelyn antigua, la debil había aflorado debilmente. Pero debia intentar redimirla defenderme...necesitaba ayuda...

La noche de París se abría ante mí un día mas y con ella la oportunidad de limpiar el mundo de los abominables siervos de Satanás. La cacería comenzaba y por una vez en las ultimas semanas esta vez el objetivo si estaba claro.

Había estado investigando a un hombre que debido a su comportamiento, sus apariciones en lugares donde la muerte se llevaba sin permiso del Señor a almas inocentes y su completo desprecio por la Fé daba el perfíl idóneo de tratarse de una de las criaturas del Mal, una de las criaturas que me habían enseñado a matar, un vampiro. Repugnantes criaturas con la maldición de la inmortalidad, desafiando las leyes de la creación y con la obligación de tener que matar gente y beber su sangre para subsistir, se comportan pues, como parásitos que se alimentan de todo lo bueno creado por Dios.

Me había preparado a conciencia para matar a tal criatura y bajo la larga gabardina que cubría mi cuerpo llevaba equipamiento básico para matar vampiros, agua bendita, estaca y martillo y una ballesta, además de un siempre útil revolver. Tras aproximadamente media hora de rezar a Dios para que me diese éxito la preparación estaba terminada.

Salí a las calles de París y deambulé hasta poder dar con él, comenzando entonces a seguirlo desde una distancia prudente, buscando un momento, un lugar, en el que no tuviese que involucrar a parisinos corrientes o hasta que no tuviese mas remedio que actuar. Su paso me adentró tras él por los callejones de la ciudad, un lugar en el que bajo el amparo de la noche un vampiro podría buscar sin consecuencias una víctima. Ahora no cabía duda, ese hombre era culpable de herejía y yo ya le había sentenciado en un breve pero justo juicio a morir.

Cargué la ballesta y continué siguiéndole desde la distancia esperando un momento de indecisión, de duda, en el que se quedase quito y pudiese hacer blanco contra él, y la verdad es que cada vez tenía mas ganas de disparar el arma, la adrenalina me provocaba una placentera sensación solo superada por el deber con Dios cumplido. Pasados unos minutos comenzaba a desesperarme, el hombre no paraba de recorrer los callejones, parecía burlarse de mi y escuchaba su risa rondandome la cabeza, daba igual si el blanco era claro o no, dispararía y confiaría en que el Señor guiase mi disparo.

Justo entonces, antes de disparar el hombre se detuvo, junto a una mujer, ahora la situación se volvía mas complicada y eso evitó que lanzase el proyectil, no deseaba matar a una inocente y que el vampiro huyese. Un cumulo de rabia comenzaba a inundarme mientras repetía en voz baja a ritmo frenético una leve oración para poder controlarme. Parecían haber iniciado una conversación, y aquella joven se mostraba cada vez mas incomoda, llegando a mostrar incluso el miedo en su rostro.

Me arrodillé tomando una posición de tirador y sacando el bote de agua bendita impregné la punta del proyectil de la ballesta para luego apuntar mientras rezaba:.



Un solo disparo, tenía que matar a ese demonio de un solo disparo, debía atravesar el gélido corazón de la criatura y salvar a la chica. El Señor estaba de mi lado y la chica, agarrada por el vampiro, calló al suelo entre el panico y el miedo, ahora ya no había peligro de dañar a la civil y era el momento de actuar.



Terminada la oración disparé. El proyectíl voló en linea recta guiado por la intervención divina, siempre ayudando a los verdaderos siervos del señor a cumplir la voluntad del Rey de los Cielos. A tal velocidad y distraido por lo que hubiese deseado que fuese su cena, el engendro no pudo advertir la llegada de su final, de su fin en un mundo que no le pertenecía, que no le quería con vida.

La flecha impactó por su espalda, atravesando la carne hasta llegar al corazón y asomando levemente por la parte delantera de su torso, bastando tan solo unos segundos de insufrible dolor y convulsiones para que aquel ser que moría, terminase en el suelo. Me santigué y comencé a acercarme a la chica, sin perder de vista el cuerpo frió y muerto que yace a su lado. Yo había juzgado su cuerpo, ahora era la labor de Dios Todopoderoso el hacer lo propio con su Alma.

-¿ Te encuentras bien ? - preguntaba a la mujer mientras le tendía la mano para levantarse, mirándola de arriba a abajo, viendo que clase de mujer, de que clase social, de que trabajo podía ser, y no era muy agradable lo que observaba.

No podía controlarme, no lograba volver a esconder mi parte temerosa, mi parte debil, mi yo humano. Estaba asustada..la prueba las lágrimas que caían por mi cara. Agaché la cabeza en una muestra de resistencia, pero a la vez sumisión mientras apretaba los dientes con fuerza. Deseaba gritar, deseaba luchar, deseaba matar a este hombre con mis manos por lo que habia logrado. Por lo que habia conseguido..Si el amo me viese así...no queria ni imaginarmelo. De una forma humana como hubiese echo siglos atrás dejé escapar el aire y me preparé, no podía reaccionar no podía contrarme, tenía miedo, solo me quedaba resistir la humillación como hacía cada noche y rezar...si rezar por mi vida...aquellos rezos que me enseñaron hace tantos años mis padres...definitivamente estaba asustada.

Sentí un tirón del brazo y como aumentaba la fuerza de la presión, algo sin embargo me hizo elevar la vista y entonces lo ví. Vi la punta plateada de la flecha asomar por el pecho del hombre. Vi la expresión de dolor y desesperación de este. Observé como la presión en mi muñeca cedía y caí completamente al suelo, mientras continué observando. El ser se llevó ambar manos al pecho le vi convulsionarse. Vi como las fuerzas le abandonaban y como cayó a pocos centimetros de mi. Habia muerto. Lo habian matado. Estaba salvada.

Una sonrisa acabó en llantos de nuevo. ¿por que lloraba? Claro, yo sentía alivio. Hacía tanto que no sentía esto. Agaché de nuevo la cabeza mirando al cuerpo sin vida. ¿Por que aquella noche no apareció una flecha tambien? Mi cuerpo temblaba al compás de mis sollozos. Sentía miedo, alivio...algo se había roto en las ordenes del amo, pero eran sentimientos vacios...provocados por el momento. Pero ante todo esto intentaba controlarme, intentaba pensar que esa flecha habia salido de algún lado. Y me temía que esto no habia acabado.

Escuché pasos, que se acercaban, pesados pero veloces pasos de una mujer...cerré los ojos, volvía a sentir miedo...¿por que? ¿porque no era capaz de librarme de estos sentimiendo tan humanos? ¿por que ahora? Me mataría...Vería lo que era y lo haría y yo...en estas condiciones no podría defenderme..aunque lucharía. Llevo soportando muchos años, para poder saciar mi sed de conocimiento. No dejaría que todo acabase tan rápido...no lo permitiría...

Continue con la cabeza gacha sintienod las lagrimas correr por mi mejilla..Miré al hombre que yacia en el suelo. Debia mantener la compostura...acabar de recuperarme poder recuperar la situación. Debia dejar de temer. Los pasos se habían detenido sin embargo no sentí ningun objeto puntiagudo...no sentí...sentir se me hacía tan rara esa palabra, yo asuente de sentimientos ausente de amor...

Elevé la mirada a la par que escuchaba la voz de la mujer. No me había reconocido...tan mal aspecto tenía. ¿Tan humana parecia en este momento que ni una cazadora que habia logrado evadir su presnecia a un vampiro oscuro era capaz de reconocerme a primera vista? Al parecer si. Debia seguir el juego, e intentar salvarme.

Observé la mano que me tendía y con ligera torpeza y miedo alargué mi mano enguantada. Una suerte. Mi tacto frio me hubiese decubierto si no. Cogí su mano con fuerza y dejé que tirase para ponerme en pie. Me sorprendió el trabajo que me costó que mis piernas se mantuviesen rectas, esas palabras habían hecho mucho daño en mi...pues aun podía oirlas resonar en mi cabeza.

-Si...Madame..

Intenté decir un gracia sin embargo este quedo ahogado en mi garganta. Levanté mi mano libre y limpié ligeramente las lagrimas que bañaban mis mejillas. Notaba los ojos de ella clavados en mi, por ello mi vista continuaba baja, vacía,...seguía sintiendo miedo, pánico...y odiaba volver a sentir eso... Y me sentía débil, mal, a pesar de ser vampiro, no sabia cuanto aguantaria...Este encuentro había hecho una gran mella psicologica en mi...por una vez debia agradecer esto a una asesina de vampiros..a pesar de ser por desgracia uno de ellos

La mujer ahora se encontraba de pie frente a mi, pero lejos de decir nada me acerqué al cadáver que yo misma había ajusticiado y le extraje la flecha, guardándola bajo mi gabardina junto a las otras que llevaba conmigo, seguidamente, me giré volviendo a observar a la mujer que había salvado.

Mejillas manchadas por el llanto, falta de fuerzas, sin duda parecía haber pasado un mal trago, parecía la típica escena de un vampiro que buscaba alimento, pero había algo que no me encajaba.

- Eres una..... - puta, ramera, buscona...buscaba en mi mente un termino tratando de ser educada a pesar de que tuviese pinta de dedicarse a una profesión pecaminosa - meretriz, ¿cierto? - pregunté con una falsa sonrisa de amabilidad. - Este....hombre - comenté con asco en mi rostro - ¿era cliente tuyo?, ¿sabes lo que estaba a punto de hacer?.

Buscaba una respuesta rondando a la chica, andando de un lado para otro, acechandola, podía parecer un poco intimidatorio, pero cualquier ronda de preguntas había un vampiro muerto a mi lado me lo tomaba como si estuviese interrogando a alguien, y no hacía falta ser de la inquisición para saber como terminan sus interrogatorios si el interrogador perdía la paciencia, y para desgracia de la chica que no tenía culpa frente a mi yo ya me encontraba bastante incomoda con la situación y eso se reflejaba tanto en la profundidad con la que hincaba mis ojos contra ella como en la agresividad que denotaba mi tono de voz.Recogí la ballesta sobre mi espalda para no aumentar la tensión y no intimidar tanto.

- Estas en una zona muy alejada y solitaria, el podría no haber sido el único con intención de atacarte aquí, ¿ no deberías estar....donde trabajas? -pregunté poniéndome de espaldas a la joven, observando el rostro del vampiro, que en mi mente esgrimía una sonrisa burlona que casi podía escuchar. Cada vez me sentía mas agobiada, asfixiada por los estrechos callejones que me recordaban un lugar que no quería volver a ver nunca pero que no podría olvidar.

Se hizo entonces un breve silencio incomodo, un silencio que no alcanzaba a escuchar debido al griterío que envolvía mi mente, risas, insultos, pecado...me era imposible apartar la vista del vampiro hasta que mis nervios terminaron por crispar.

-¡ Maldito engendro del demonio, muere ! - grité con ira desenfundando mi revolver a gran velocidad y disparando contra la cabeza del cadáver recorriendo el estruendo las calles cercanas de la ciudad, como el trueno que indica la tormenta, pero las únicas nubes se encontraban en mi cabeza.

Tratando de calmarme y respirando hondamente tras aquel ataque de fogosidad me giré hacía la chica -Responde y dime tu nombre - exigí con un tono de voz agresivo y sin llegar a volver a enfundar el revolver.

Me quedé en silencio observando como la mujer se acercaba a aquel que fue poderoso durante milenios y que ahora no era más que una masa despreciable indefensa..Cogí aire....poco a poco intentaba recuperar la compostura intentaba negar aquellas palabras, intentaba volver a ser insensible. Pero sentía miedo....miedo ante ella. Miedo ante el amo. Miedo ante mi. Observé como guardaba la flecha y con mi aguda mirada pude ver el brillo de otras muchas iguales...Este ser había salvado mi vida..por ello perdonaría la suya. Pero debia estar dipuesta a usar mis poderes de ser necesario y para ello debia volver a ser la fria. insenible y eficaz mujer que era hace tan solo unos minutos atrás...Respira Catelyn..Bien ahora debemos seguir el papel...

No pude evitar elevar la barbilla al escuchar las palabras de la mujer y sus pensamientos...Era obvio que a eso me dedicaba, cualquier persona podria averiguarlo con dos dedos de frente. Sin embargo antes de poder contestarle me adelantó con otra pregunta....Vi su expresión de asco sin embargo en mi rostro también se pudo ver el desprecio hacia ese hombre y lo que representaba.

Asentí sin embargo a sus preguntas entendiendo el mecanismo que estaba llevando esta conversación. Ella preguntaba yo respondería luego...Me mantuve en silencio con el rostro aún roto por el susto si bien algo menos compunjido. Dejaba que ella me observaba pero yo bajaba la mirada al suelo escondiendo mis ojos, mis rasgos en la oscura noche...Debia parecer asustada, dolida, confusa, en resumen un punto intermedio entre como era y como habia sido...

Sin embargo la...mujer...parecía verdaderamente enfadada y eso no lograba entenderlo...había matado al vampiro...habia salvado a una inocente...no debería pues sentirse agusto con ella misma? Estos humanos eran realmente curiosos a pesar de tener casi todas en su contra luchaban con estrategia para derrotar a seres mucho más poderosos y peligrosos que ellos. Cerré los ojos un segundo...ahora me daba cuenta algo había cambiado...me snetía más humana menos insensible...menos objeto..pero esto no dudaria mucho me temo...

Unas palabras interrumpieron mis pensamientos...las palabras de la inquisidora denotaban cierto desprecio...la iglesia...un fraude como tantos de parís...eso lo sabía yo bien..Ahora así de espaldas a mi me bastaría un veloz movimiento y le partiría el cuello...sin embargo...no lo haría...el amo no me había ordenado matarla...y por una vez podía elegir..

El silencio se había prolongado más de lo normal podía sentir una ola de pensamientos que deseaban explotar saliendo de la mete de la mujer y yo no pude por menos que cerrar los ojos y encogerme ligeramente como si de una humana asustada me tratase al escuchar su grito y el posterior disparo a la cabeza del cuerpo. Abrí despacio los ojos pero me negué a mirar a aquel lugar...No entendía demasiado esto...pero algo me decía que su odio era aun mayor que el de otros de su clase ante seres como nosotros...

Ella se giró y yo elevé ligeramente mi mirada, al parecer por el tono agresivo y autoritario de la chica había llegado mi momento de hablar...Adelante Catelyn...demuestra...finjir tanto tiempo sentir sensaciones y sentimientos a servido para algo...

Dejé escapar el aire de mis pulmones y con voz suave y con un toque agudo me presneté.

-Catelyn es mi nombre madame....Podeís considerarme meretriz si lo deseais...pues...ese es mi sino..-No le interesaba lo más mínimo que me obligasen a ello que fuese mi amo quien me hiciese tener este "trabajo" Si podía considerarme Meretriz...pero no una cualquiera...una de altos horizontes...no en vano mis clientes eran poderosos y ricos...Si por mi fuese...nada de esto hubiese ocurrido...yo solo busqué libertad..-Era la primera vez que veía a ese hombre madame...me sorprendió en la noche...pero creo que es claro que intentaba satisfacer sus necesidades...-se me quebró la voz unos segundos mienttras tocaba con cuidado una y otra vez el lugar donde había ejercicdo el agarre el hombre en mi muñeca...-vos me entendeis..

Era cierto que esa pregunta podría tomar más de un matiz...por ello mismo mi respuesta podía tomar más de un matiz tambien...Intentaba parecer la Catelyn que segundos antes había florecido...pero son tantos los años que llevo con la mascara puesta que ya no puedo quitarmela.

Hice memoria a las preguntas que había hecho la mujer y continnué hablando mientras tragaba saliva ahora debería decir algo más....por mucho que no desease...

-Solo iba de camino a crecer en conocimiento...solo paseaba...-bajé la mirada como si estuviese asustada y sobrecogida. Arrepentida de haber tomado este camino...Si no me hubiesen leido la mente...yo misma habría podido acabar con aquel ser... Conforme iba acabando de hablar fuis bajando la mirada sin embargo...poco a poco iba recuperando la compostura y con ello mis poderes vampiricos...esperaba que este encuentro saliese bien y ella se fuese...la Catelyn antigua...no deseaba matarla...a mi me era indiferente...

Suspiré relajandome poco a poco mientras la chica....Catelyn, respondía a mis preguntas, si bien era cierto que no daba demasiada explicación de lo ocurrido no podía esperar menos de ese tipo de persona.

- Perdona mi pérdida de nervios -comenté al aire, lo difícil sería saber si la disculpa era ante la joven o ante Dios.

Guardé el revolver, no quería mas tensión, todo parecía haber acabado, aunque en el fondo de mi alma había algo que me escamaba, algo que me decía que no todo estaba resuelto, que quedaba trabajo por hacer, si bien es cierto que es la misma sensación que me ha embriagado después de matar a cada criatura.

-Ese...hombre, sin duda intentaba violarte...y es normal que lo intentase, ¿ a que clase de pu..meretriz se le ocurre salir así vestida, sola, a estas horas de la noche a una zona tan peligrosa ?, lo único que consigues es incitar al pecado mas de lo que lo haces a diario- le dí el sermón para terminarlo con una frase de esperanza- Deberías dejar tu profesión, casi todo el mundo puede redimirse.

Hablaba rápido por la seriedad del problema y la estupidez que a mis ojos había cometido la ramera, si no fuese buena en mi trabajo ella ahora estaría muerta.

- Y podrías mostrarte agradecida, aunque trabajes como lo haces debo entender por tu forma de hablar que tienes un mínimo de educación, así que agradece a Dios que me haya guiado hasta aquí justo a tiempo...por que...¿crees en Dios verdad?- pregunté clavando mi mirada contra la suya, sería irónico que el Señor hubiese salvado a tal impía persona para que luego esta no siguiese sus caminos.

Catelyn me daba mala espina, no solo el hecho de su vida de pecado me alarmaba, una extraña sensación me inundaba diciendo que no debía fiarme de ella, pero no tal y como no me fío del resto de personas de este herético mundo, si no como si ocultase un pecado mucho mayor que la lascivia y lujuria oculta en el alma de una cortesana.

Antes de que empezase a responder hice una seña con la mano, interrumpiendo el inicio de su respuesta para añadir algo más que no me gustaba respecto a su respuesta. - Y estaría bien si me explicas que quieres decir con lo de crecer en conocimiento, ¿que conocimiento esperabas encontrar en un sitio como este a estas horas ? - pregunté y me cruce de brazos, ahora si podía responderme...maldita sea, solo sabía preguntar como si fuese un interrogatorio, aunque en cierta medida, esto lo era.

Elevé ligeramente la mirada ante sus palabras y asentí ligeramente a su pregunta. Pero...no me miraba mientras lo hacia y eso me hacía pensar si verdaderamente me lo decía a mi. Quizás debiese dejar ya de pasar el tiempo y matarla. Por que algo me dice que no es normal ni para ser una .....exterminadora de seres sobrenaturales...miré atenta su mano cuandola movió sin emabrgo no hizo otra cosa que guardar el revolver que sostenia y eso me hizo que relajase la tensión.


Cuando la escuché hablar de neuvo no hice por más que bajar la cabeza con sumisión y arrepentimiento...Finjido por supuesto....¿quien era ella para reñirme? Cierrtamente mi salvadora, pero obviando ese dato, esa mujer no era menos loca que cualquiere ser sobrenatural. Solo era otra asesina que arrevataba vidas sin pararse a pensar si estaría acabando con alquien inocente o verdaderamente se merecia la muerte. Algunos no habiamos tenido opcion de decisión, y deseariamos fervientemente matar a estos seres merecedores de ella. Sin embargo para ello deberiamos poder decidir, podriamos poder elegir. Y al menos en mi caso no tenía esa posibilidad...Una sonrisa curiosa y casi imperceptible pudo verse en mis labios ante la última frase de la mujer. ¿Deberias? Que es el deber si no un sueño divino oculto por el poder, la fuerza y la superiorirad. Donde hay deber cuando se merece silencio y obediencia...

La velocidad con la que esa inquisidora hablaba no dejaba tiempo a que yo pudiese contestarle o rebatirle por eso decidí mantener la boca cerrada hasta que ella acabase de desahogarse. Me sentía como un saco de boxeo ante sus palabras.

Sus siguientes palabras de no haberme encontrado sumida en una mascara debil y un aspecto destrozado por el cincidente hubiesen sacado en mi una sonrisa de lo más cínica. ¿Creer en dios? En un ser que solo castiga...¿que hizo ese ser por ayudarme? Nada. Entonces por que deberia creer yo en él? Un ser invisible que deja morir a sus fieles. Menuda tonteria. Tantas religiones, tantos caminos y tantas mentiras...No yo me mantenia aleja de ello. Mi amo no era religioso y yo habia dejado a atrás las enseñanzas de mis padres.

Se hizo nuevamente el silencio y elevé la mirada un poco evitando siempre sus ojos. Los ojos de un vampiro son como una hoguera que avisa de que se encuentra ante este ser sobrenatural. Por ello mientras evitasela mirada directa esta´ria a salvo de eso. Suspuse que habia acabado y me disponía a hablar cuando reciví una nueva señal para que me detuviese.

Escuché sus últimas palabras y no pude por menos que sonreir interiormente ahora me tocaba a mi sorprenderal. Seguro que no se espera de alguien como yo que tenga ansias de estudio y de adquirir conocimiento...Carraspee y esperé un momento más para asegurarme que habia termiando de hablar al fin. Ya habia recuperado toda mi compostura por suerte. Si no sería un blanco fácil para cualquier inquisidor u orto ser.

-En este lugar ninguno..-mi voz sonaba aun quebrada y suave, como si temiese aún al cadaver muerto. Y el daño causado por él aun atemorizase mi interior-Solo iba de paso... a la biblioteca madame...Creí que por aquí llegaría antes y habría menos gente..-Miré mi vestido unos segundos y encogí los hombros como en una especie de suspiro sollozo.-No tengo más ropa que de este tipo madame..Por lo tanto no tengo más remedio que salir así...

Evité hablar de la parte en que había salido a estar hroas de la noche. Como si no le diese importancia. Bien era sabido que los vampiros ardiamos con el sol...que nos calcinaba convirtiendonos en un recuerdo...y poco más que cenizas. Pero eso no le incumbia...No queria descubrirme aún.

-Puede redimirse todo el mundo que tenga ocasión de ello madame. Pero no todos contamos con esa opción por desgracia.

Salté por alto la parte en que me habia hablado de Dios como si eso no me importase. Verdaderamente solo quería evitar problemas...

-Perdone mi descortesía antes no le di las gracias por su ayuda...tiene razón fui una estupida...

Por mantener la mente abierta...pensé con enfado...un pequeño gesto que casi me cuesta la vida. Debía de tener más cuidado...Como ahora...el mínimo gesto sospechoso le costa´ria la vida a la inquisidora.