Noche de luna llena, la noche de los dos estrellas gemelas; mirandonos al espejo encontramos un reflejo similar [libre]

por **Nicodemus A. Blake** Mar Jun 05, 2012 11:52 pm

Las noches en el palacio Royale parecían siempre las mismas, como si el tiempo se detuviera dentro de ese lujoso mundo de máscaras y antifaces cada sabado y domingo a la media noche.

¿Y por que lo decía?, porque cada fin de semana era visitar el mismo mundo lleno de maravillas. Nada más que sin Alicia.

Aunque esa noche así me sentía, precisamente como si estuviera buscando al conejo blanco con su enorme reloj de oro. ¿Y quien era ese dichoso conejo?, el mismo de siempre: Mi hermano mayor.

Desde hacía un año aproximadamente, justo la última vez que le di una visita a la residencia familiar, encontré de manera curiosa, al lado de una hermosa flor de loto blanca, la foto de un chico que tenía semejanza a mi. ¡Obvio no era yo, porque se veía que tenía más edad que la mía, a parte de que tenía años y estaba rota, el agua al parecer se encontraba paseandola como si de una hoja de árbol se tratase.

Cuando me fijé en sus ojos, y en los míos reflejados en aquella pequeña laguna, me sorprendió mucho el color que tenían y la expresión que daban. Tan serenos, tan misteriosos, justamente como los míos.

¿Quien era este chico para parecerse tanto a mi?, que yo sepa no recuerdo que mi madre haya tenido a alguien más que a mi, eso me hacía ser hijo unico ¿o no?, ¡Además de que me empezaba a poner, por una extraña y desconocida razón, celoso de la belleza de esta persona!

Seguía sin adivinar de quien se trataba, aunque para cuando subí las escaleras hacia el segundo piso, pude encontrar una puerta muy a lo lejos que tenía aires de querer que la descubriera. Así entonces mi curiosidad me venció, y opté por abrirla, encontrando que en dicha habitación había un aire de nostalgia que me había sacado sin pensar unas cuantas lágrimas.
Una sorpresa aún más grande invadió mi rostro, y me cayó como balde de agua fría, cuando sobre la pared donde se encontraba la cabecera de la cama que ahí había, se encontraba colgada una foto grande en tono sepia, donde aparecía mi amada madre con su tan peculiar vestido de encajes blanco, y dos niños muy parecidos a cada uno de sus lados. Con la misma sonrisa, los mismos ojos, el mismo color de cabello. Solo que uno de ellos era más alto que el otro.

Al instante supe que uno de ellos era yo, por el rosario, regalo de mi madre, que llevaba siempre en mi cuello (desde entonces sigue ahí, colgado a mi cuello), pero el otro me ponía celoso nuevamente y de mal humor con tan solo verle aquella sonrisa.

¿Un hermano?

¿Acaso tenía yo un hermano gemelo mayor? (¡obvio no identico, porque era mas alto que yo!), ¿Pero donde estaba todo el tiempo?, en casa nunca lo veía, y mi madre nunca me había comentado de él. Eso si que era extraño, sobre todo porque jamás veía a mamá llorar o rezar por alguien más que no fuera yo, su "único" tesoro.

Quizás después de todo este tiempo, ella me había mentido, y eso aunque no quisiera, no se lo podía perdonar, ni siquiera aunque ya no estuviera en este mundo.

Precisamente esa noche, en el palacio, como cada fin de semana, y con la ayuda de mi amado Nosferatu (a pesar de que pudimos ser algo más, nuestro amor se quedó fraterno por siempre), me vestía para el baile de disfraces como solo yo sabía, como el ángel negro que era yo, y con una máscara a la mitad como la de aquél tan famoso fantasma de ópera. Mis incisivos eran un "accesorio" extra, sobre todo porque esa noche era luna llena, mis noches favoritas, en las que tenía la oportunidad de casar a cuanta chica se me acercaba. A la mañana siguiente despertaba satisfecho relamiendo mis labios, y con unos cuantos cuerpos regados por la cocina, lo que me daba a entender que la noche anterior la había pasado en éxtasis.

El solo hecho de intentar despertar a las señoritas, que parecían "dormidas" en aquella mesa, me daba risa, porque me hacía recordar que ya las había mandado al mundo de las tinieblas.

Una noche más de fin de semana no me impediría cumplir mi sueño de conocer a quien era mi hermano gemelo. Tenía que encontrarlo a como diera lugar, porque tenía muchas cosas que preguntarle, sobre todo le reprocharía el no estar ahí cuando más lo necesitaba.

Con un pequeño puchero, inflando mis mejillas, me dirigía a la pista de baile, colocandome mi máscara, y listo para empezar con la búsqueda, ¿de que modo?, tomando pareja por pareja que se entrelazaba a mi antebrazo, llevandolas hasta el suelo en un profundo éxtasis con mi mirada, que derretía principalmente a aquellas hermosas niñas. Los chicos en cambio se saboreaban, esperando algo más que solo una pieza, ¿una noche de pasión tal ves?, podría ser, pero esa noche no me apetecía nada más que tener un poco de éxito en mi búsqueda familiar, y Nosferatu estaba siempre cerca de mi para ver los movimientos que hacía, y yo con la mirada seguía sus ademanes, aquellos que me indicarian si mi hermano se encontraba en ese lugar.

-Me han dicho que una persona de un porte muy parecido al tuyo se divierte todos los fines de semana en este palacio de ensueño. Tiene tus mismos ojos, y esa mirada tan traviesamente misteriosa que te llevas cargando desde tu inmortal existencia. También me han dicho que esa persona es igual de inmortal que vos, Aion. -era lo que me decía Nosferatu, cruzado de brazos, mientras deducía que mis esperanzas no eran en vano, y que aquella foto no era del todo incierta.

A medio camino, mis instintos me decían que lo que estaba buscando estaba muy cerca, pues cuando volteé mi mirada hacia el frente, por ordenes de mi amigo, descubrí a un muchacho de cortos cabellos dorados, con la mirada azulada como la mía, y esa sonrisa que parecía tener embobado al chico que en esos instantes yacía coqueteandole.

¿Acaso él era...mi hermano?

por **Alain Nikolaevich** Miér Jun 06, 2012 11:51 pm

Una extraña sensación de nostalgia y ansiedad parecía haber invadido de repente mi "mundo", ¿Quién era el responsable del descontrol repentino de mis emociones?
De todos los ahí presentes, a parte del dueño de mi atención en esos momentos, no parecía que nadie me estuviera provocando tal magnetismo de semejante distancia.

Una noche de luna llena, ¿desde cuando no había presenciado una así?, donde nuestra dama principal parecía vestida de gala, tan enorme como solo ella, como si estuviera a punto de ¿dar a luz? de tan redonda y grande que estaba.

Señora mía, era la única que me comprendía, y me daban celos imaginar que siquiera alguien se había atrevido a preñiarla.

Pero que locuras se pasaban por mi cabeza, ¿me habrá hecho daño la última copa de vodka que este jovencito me había ofrecido?, no quiero pensar que terminaría por caer en sus redes esta noche, al menos no deseaba ir al mundo de los deseos más oscuros de mi corazón, no cuando le temía hasta a mi sombra. Sobre todo porque nadie había sido capaz siquiera de robarme, después de tantos años, la virginidad de la que mi cuerpo se llenaba.

Los ojos parecían brillarme cual si fuera un chiquillo inexperto en el arte de la bebida, ¿acaso le había puesto algo a la bebida?, ¿Cómo no pude haberme dado cuenta de ello?, pero que torpeza la mía, la primera vez por cierto que me pasaba algo así.

De pronto, de entre tanto ruido que las voces y cuchicheos de los ahí presentes en el palacio inundaban mis oídos, pude oler a lo lejos un aroma muy familiar como hace tiempo no lo había tenido en mis narices...desde la muerte de aquél mi ángel favorito.

Era precisamente su aroma, ¿Pero como era eso posible?, por cuanto tiempo entonces había estado aqui en este mundo que nisiquiera mis instintos la podían haber visto.
No, definitivamente no podía ser ella...porque...este aroma era más ligero...¿de quién era entonces?

¿Quién osaba entrar a mis territorios de semejante manera?, algo sin duda me empezaba a cabrear, y si no descubría pronto al dueño de aquél aroma a flor de loto recién regada, juraría que armaría un escandalo.

Noche de luna llena, la noche de los dos estrellas gemelas; mirandonos al espejo encontramos un reflejo similar [libre]

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Re: Noche de luna llena, la noche de los dos estrellas gemelas; mirandonos al espejo encontramos un reflejo similar [libre]