Mundo de Quimeras // Eleonor

por **Aleksei S. Alexándrovich** Dom Mar 27, 2016 7:43 pm

La advertencia a sido hecha, y una advertencia de la gran roja hacia mi es todo lo que necesito para hacer todo aquello que me esta siendo prohibido, impedido hacer o advertido que ni siquiera se me pase por la cabeza hacerlo, para que yo tan obediente vaya en pose gallarda y lo haga, solo por el simple hecho de satisfacer mi necedad y los necesarios enfados que necesita mi supuesta tía, protectora y numero uno en jalarme las orejas a cada mala decisión que tomo. Suspiro. Si estuviera mi buen amigo Azazel, ese si me seria alcahuete de fechorías.

Jugo con las llaves del auto en la mano, haciéndolas tintinear al girarlas y sacudiéndolas entre los dedos de la diestra caminando pausado sin prisa alguna en dirección a la salida del campus hasta que Ivanov choca con fuerza de forma amistosa el hombro conmigo -Mira la mierda que tenemos que tomar- me muestra un volante que dice

CLASES DE ORIENTACIÓN SEXUAL
Facultad de Medicina
Aula 1313

-¡Están de joda! Tu y yo podemos dar la clase, no necesito de un anciano que me explique que no tengo que hacer para que se me caiga la verga o como usar un condón y que pasa si no lo uso- Ivanov ríe a carcajadas. Extraño que un demonio sea uno de mis mejores amigos. Es como verme relajado en aquello que se supone debo odiar con todo mi ser. -No es de que quieras, es obligatorio, lo ah dicho el puto del profesor, todas las carreras irán. Nos toca con las de Artes- alza las cejas sugerente, le trae ganas a cierta pelinegra despampanante que se comió hace una semanas. Palmea mi espalda con mas fuerza de la necesaria y se larga por donde llego. Joder, yo no quiero ir, es una perdida de tiempo, aunque no es que tenga algo mejor que hacer. Y enfilo para el lado contrario saliendo por detrás del edificio. Saludo a una chicas de derecho, a otras de a las ricas de Periodismo, incluso a unas ratonas de Literatura, no son las mejores para llevarte a la cama, pero son simpáticas, aunque alguna que otra si que es ingeniosa. Llego a la dicha aula y miro que Ivanov, no ha perdido el tiempo con su pelinegra. Busco asiento con la mirada, al fondo hasta arriba, así cuando me aburra podre dormir un rato.

Ignorando a las zorras que no deseo follarme mas, esas estiradas que no paran de joder al llamarme, paso derecho subiendo las escaleras hasta sentarme lo mas lejos que puedo, junto a una pequeñita de cabellos castaños que parece estar en la luna, lleva los audífonos puestos, las mejillas rojas, la ropa un par de tallas mas grande para lo que alcanzo a ver es un delgado y proporcionado cuerpo, se nota en la ajustada camiseta de sus pequeños pechos y parece buscar con algo en su bolso, algo que seguro no encontrara. El profesor que termina siendo joven y no el anciano que creí. –Buenas tardes... pero llámenme Stan– A este ni le conozco y eso que e pasado por varias carreras en los últimos años. Todos mantuvieron el silencio y yo mantuve mi atención en la rubia –Sé que se preguntan porque una persona tan solo un par de años mayor que ustedes está haciendo esta charla... – el cabron ese continua su bla, bla, bla, bla -Te presto mi pluma si eso es lo que buscas- Ofrezco el objeto sonriendole. –... ... Eleonor, la clase está adelante– El cabello se le viene al frente y solo paso de la cien hasta colocarlo detrás de su oreja -Soy Aleksei… Alek- sonrió sin prestar atención al hombre que parece conocerla.

por **Eleonor Divella** Lun Abr 04, 2016 11:54 pm

Con los claros rayos del astro sol los estudiantes con el sonar de una campana estruendosa salían para cambios de horas y recesos lo que hacía que varios de ellos recorran el campus y sus alrededores, los jardines se llenaban de grupos de personas en busca de un momento intimo para olvidar las pesadas clases, pero había un jovencita que solo buscó un espacio personal, un solo lugar, aquel árbol al cual trepo y se dejó colgar de cabeza con libro en mano estudiando cual murciélago con aquellos cabellos castaños cayendo enajenándose tanto en su estudio y lectura que no se percató de la presencia de alguien hasta que el mismo le retiró aquel libro con una risa de ver a la “adolescente” en esa pose y tan dispersa de todos los jóvenes de su edad.

–oye eso no es muy educado. Me das mi libro por favor– ojos cual perro degollado pidiendo lastimeramente.

–Lo mismo digo de ti, te mande a llamar al salón porque tenía que hablar contigo pero en vez de eso te veo aquí. Que fastidio, no eres buena relacionándote con la gente pero eres buena en el chantaje, y el ser así de borde y molestia y eso que antes cuando te conocí era de otra manera– sonrisita malvada y lujuriosa

Aquella joven baja dejándose caer como un hada; miró a aquel familiar con una sonrisa, al menos hasta que la tormenta llegara. –EEEEEEH y por qué tengo que ir, ¿yo por qué?, esa clase no es para mí, es más dirigida a las zorras esas que no se cuidan. A mi dame otra tarea que se yo, trabajo comunitario, trabajo social, dame otra cosa para mis créditos no esa basura– con un tirón de oreja se calmó aunque su actitud rebelde estaba más que presente cuando cruzó sus brazos y puso aquel rostro con un puchero de molestia –Bueno Ele, digamos que no tienes créditos de charlas y conferencias, además te pido que modules tu vocabulario, enserio aveces no me creo lo diferente que eres a como te conocí. Aunque creo que solo es por el exterior, seguro en el fondo sigues poniendo ese rostro de actriz porno cuando te sonrojas, solo que tu eres realmente el hijo del diablo, ojala no te encuentres con la horma de tu zapato, aunque pago por ver– con un golpe en el estómago y la joven saliendo furiosa de ahí era todo lo que se necesitó para terminar con la conversación

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La peor de las ropas, camiseta muy holgada, pantalones igual de flojos, un abrigo con capucha y el bolso lleno de dulces y mi querido i-pod para poder oír la música mientras hablan de esas cosas inservibles, aunque también llevaba mi cámara para hacer algunas fotos y saber luego en podría usarlas. Al llegar vi a las mismas de siempre buscando números de hombres, tan patéticas y necesitas; me retiré lo más que pude hasta la parte de atrás donde nadie me reconocería, al menos ahí podría o dormir o comenzar a dibujar mientras oigo buena música clásica. Al menos hasta que le profesor se presentó –Maldita sea– maldigo por lo bajo ocultándome con el cabello, espero que no me reconozca aquel tipo y por eso hago que busco algún bolígrafo para pasar desapercibida pero no hay porque está lleno de dulces, aunque el salto que di por oír una voz de mi consciencia que me reclamaba de que no encontraría realmente nada en ese bolsito hace que gire la cabeza a un lado viendo entre mis cabellos a aquel otro nuevo integrante de mi fila, con la mirada vacía como si realmente no entendiera porque me habla le quedé viendo unos instantes hasta que mi nombre sonó como eco –bastardo– me sonrojé casi con deseos de golpearme contra la mesa hasta sangrar y salir de ahí al hospital.

Pero al parecer no se podría porque unas manos alejaron mi cabello y el susurro de un nombre me puso más que nerviosa como para dar tremendo salto y ser la risa de todos –Q..que…que crees que haces, no me toques así tan a la ligera y arbitrariamente– agito la mano para alejarle –aunque te llames Alek o seas el mismo rey midas no…no te me acerques tanto–las palabras del maldito de Gustav estaban haciendo eco en mi cabeza –muévete y siéntate a dos asientos de mí, porque tienes la pinta de una acosador sexual– me sonrojé con el hecho de decir esa simples palabritas, pero no podía dar mi brazo a torcer tenía una actitud que defender.

por **Aleksei S. Alexándrovich** Miér Mayo 25, 2016 1:19 pm

El “bastardo” que sale de sus pequeños y sonrojados labios me agrada y el sonrojo en sus pálidas mejillas me agrada mas mirando que debajo de tanta ropa y aquellos enmarañados cabellos hay una linda y jugosa inmortal. Su aroma es muy distinto al de las humanas delatándola por completo. Así que la pequeñeja si conoce al bastardo este que se las da de gran verga por impartir una simple clase de sexualidad a un montón de mortales que cogerán si bien les va de 30 a 35 años. La carcajada que suelto se suma a la de varios en las filas de hasta atrás por el brinco tan gracioso que acaba de meter la enana esta. –Cálmate niña, solo intento ser amable, parece que aquel –señalo al “profesor” que nos mira con el ceño fruncido –Quiere darte una clase particular de sexualidad –le susurro lo suficiente bajo para que solo ella escuche y le vuelve a llamar la atención –Eleonor, cállate ¿O prefieres pasar y ayudar a darme la clase? –tomo la mano de la niña a mi lado haciendo caso omiso a su comentario de ser un acosador sexual y sin esfuerzo hago que se ponga de pie sacándola a el pasillo de las escaleras –Podemos ayudar con todo gusto –me pongo a su lado y le miro sonriendo –Permítame señorita Eleonor –y sin dejarla en paz le safo sin esfuerzo la sudadera que parece una carpa de circo dejando sus brazos descubiertos y su blusa pegada dejando ver las finas pero tajantes curvas escondidas. Silvo admirando a mi compañera –Tenemos que dejar que los compañeros admirar la buena compañía que me ayudara –ella protesta y yo me enfilo hacia abajo frente a todos tomándola de la cadera mirando que el sonrojo no se le baja, puede que haga que se le baje otra cosa los sonrojos en esta chica me agradan –Ahora si dígame profesor Stan, ¿En qué podemos ayudar? –soporto las carcajadas que estoy a punto de soltar escuchando como Ivanov Ayuda a la causa –Cortéjala cabron, ni un café ni un te quiero y ya te la quieres coger.

El salón entero estalla en carcajadas, mientras que alguna que otra chica mira a Eleonor con desden. Será la envidia durante las próximas semanas.

-Ah! Permítame profesor –agrego desdeñoso interrumpiendo al hombre. Tomo de la cintura a la pequeña y comienzo a bailar muy pegado a ella pero siendo respetuoso, la música seguramente es cortesía de la pequeña amiguita de Emil. Doy una vuelta y permito que se separe de mi, beso el dorso de su mano y antes de que reaccione la jalo a la pequeña rosando los labios que tanto se me antojan, me separo de ella adoptando una pose mucho mas profesional –Pero compañeros, no parezcan desesperado, urgidos, aun no es momento de cogérselas- me giro a la pequeña guiñándole un ojo –ahora, no hay que indagar mucho en los métodos anticonceptivos, la mayoría de las señoritas presentes toman como buenas universitarias la píldora porque han visualizado un futuro prometedor –el cincuenta porciento de las jóvenes se sonrojaron otro treinta se sintieron alagada y pomposa sonriendo engreídamente y el resto del veinte porciento lo tomaron como algo natural –Mientras que todos como buenos hombres precavidos llevamos al menos un condón encima... El siguiente paso compañeros es dejar a nuestra pareja tan deseosa que ellas mismas pidan un poco de acción –el desmadre se volvió impotable así que el profesorcillo con cara de no creerse lo que estaba pasando bramo enfurecido –CALLAOS!!! –grito a todos haciéndolos callar –Esto es una clase de sexualidad no de … -interrumpo –Por supuesto profesor ¿Quiere ver como hago que se corra sin meterle la verga? –sonreí mirándole dándole la cara retándolo al sonreír, giro a mis compañeros –No olviden, primero ellas, que se diga que hacemos buenas chambas eso nos asegura que ellas nos retribuirán de buena manera y en dado caso que sean no muy experimentadas –mira a Eleonor –Podemos enseñarles. –Ahora si que brame y grite y se aloque, que lo que quiero es que acabe la maldita clase para follarme a la castaña.

por **Eleonor Divella** Sáb Jun 04, 2016 11:34 pm

La tranquilidad de un hermoso jardín donde las hojas son acariciadas con la suavidad de un brisa relajante mientras las melodías en coros angelicales solo trata de tranquilizar a todos lo que buscan aquella paz y control alejándose de la mundanidad de los pecados y de gente molesta, solo hay silencio un gran silencio donde una pequeña mestiza como hada está sentada en aquel césped verdoso con ojos cerrados y siendo acariciada por la bella naturaleza, con hojas que vuelan cerca de ella, los árboles que la cubren con sombra y las flores que la inundan de un aroma apetecible y fragante. Su cabello es arreglado por las manos invisibles del viento que peina sus castañas hebras, todo en un silencio que solo es seguido por la melodía cálida y suave, un silencio que ahora se ve roto por la presencia del diablo.

Aquella calma y tranquilidad se estaba rompiendo a pedazos como cuando rompes un espejo, pero en esta ocasión no era inintecionalmente sino todo lo contrario al parecer aquel estaba disfrutando mucho lo que hacía, claro solo él porque yo realmente estaba tan blanca que no podía pensar ni formular palabra alguna en protesta, y no era por shock, si no por miedo a la mirada de aquel profesor que me veía con una ceja enarcada y su pie que no paraba de golpearse contra el suelo, estaba furioso y eso significaba que terminaría con un buen golpe al final –No se qué planeas pero te va a costar maldito pervertido– susurro por lo bajo sin darme cuenta, o mejor dicho al haber dejado mis flancos desprevenidos.

En qué momento todo se volvió así, mi boca se desencajó en el instante que sus manos quitaron mi abrigo –Pero qué demonios te…– un tirón y las miradas de todos estaban sobre nosotros, miradas de odio con silbidos y palabras soeces, ahí al frente de todo el auditorio, junto a la mirada de ÉL. Se acabó eso fue todo, había desatado todo mi estrés y buena conducta por un tubo Voy a matarlo, juro que lo mataré. Hare que se vea como un accidente seguro me dan créditos por ello como planeación y estrategia alzo mi puño frente a él planeando la mejor manera de asesinarlo Si le pateo los bajos seguro ganaré cien puntos, pero también terminaré con tres chichones en la cabeza, uno de parte de Stan, dos por parte de mi primo y mi tía seguro que me mandará a arreglarle las partes dañadas a ese pervertido acosador sexual Realmente perdí la concentración en lo que el idiota parloteaba, estaba más concentrada en cómo acabar con él Ya sé, le daré una bebida y ahí pondré un somnífero y luego lo colgaré de cabeza de un árbol, me vendaré los ojos y le daré como piñata en cumpleaños no tenía caso, cada plan maquinado terminaba con una regañada Este sobrevivirá y le dirá a mi primo y ese desgraciado seguro me viola de aquí hasta año nuevo. Definitivo debe ser una bomba

Relamente abstraerme y pensar en matarlo no fue buena idea, sus manos comenzaron a llevarme por un baile con una música ¿Dónde salió la música? Estaba todo mal, sus palabras solo me hacían sonrojar más que nada por la mirada de las chicas y la cercanía de aquel extraño Cerca, está muy, muy cerca. Está muy cerca no podía ocultar mi vergüenza quería golpearlo, correr y luego meterme bajo tierra por una semana siquiera. Sobre todo con tener su aliento tan pegado al mio, podía respirar el mismo aire y eso era PELIGRO, PELIGRO INVANDIENDO ESPACIO PERSONAL. ALERTA DE PELIGRO. No podía pensar claramente, quedé en blanco y callada dejándome llevar por su mirada intensa.

Es hora de regresar todo. Mientras discutía con Stan sobre la clase y como trata de avergonzarme se me ocurrió algo, de algo debía servir el vivir con mi tía. Alce el rostro con una sonrisa de esas que pongo cuando voy a hacer alguna maldad o travesurilla, tomé su mano llevando sus dedos a mis labios lamiendo un poco el dedo del medio Este fue le que escuché a mi primo y tía decir que activaba todo en los hombres una pequeña mordida y luego lamí mis labios –Pero eso visto desde el lado de los hombres, y ¿Qué hay de las mujeres? Lo que queremos– un guiño de ojo y ví a Lizzy asentir y chiflar junto a su “amigo o primo”. Camine seguida de la música que aun seguía hasta quedar frente a aquel extraño, la diestra fue a su nuca sujetándole fuerte clavando las uñas en su piel, tenía pocas uñas porque siempre me las como; la zurda bajó por su rostro arrastrando la piel hasta su cuello, con fuerza, esta era mi venganza por ello y por hacer que haga lo que estaba haciendo. Subí la pierna derecha a su cadera y con fuerza me sostuve de él para arquear mi espalda lo suficiente como para ver de cabezas al público que quedó boca abierta –Como saben hay todo tipo de hombres chicas y deben ser cuidadosas a quien seducen con sus trucos feminos, puede ser un acosador sexual y violador. No sabemos con qué pervertido nos encontremos, así que para probar que clase de hombre son, hay que tentarlos y no dejarlos probar– las piernas me estaban temblando.

Le di la espalda y comencé a mover mi pequeña cadera, realmente estaba rigida y antes que él me toque le dí una mirada fulminante que decía claramente Me tocas y dejarás de ser hombre para entrar al cuarteto de los castrati, una señorita de Memphis el profesor quedo con la boca abierta mientras le resto del auditorio solo gritaba y coreaban lo interesante de la clase, y yo, yo solo quería salir de ahí ya y golpear a mi primo y decirle a mi tía que me violaron (aunque solo sea con la ropa encima y mentalmente)

por **Aleksei S. Alexándrovich** Dom Jul 24, 2016 4:27 pm

Las caderas se mueven insinuantes, algo rígida por la pena o atención que estoy seguro no esta acostumbrada a recibir pero en definitiva esa niña esta haciendo que se me ponga dura la verga. –CALLAOS EH DICHO!!! – grital hombre que esta que se lo lleva la puta verga y no para coger precisamente. –Al próximo que comience con sus estupideces mandare a que lo reprueben en alguna de las materias! Esto es una clase no un espectáculo! – a lo lejos el eco de la última palabra, ofrecida por alguno de los presentes, hace estallar a todos en sonoras carcajadas, mientras la castaña y yo regresamos a nuestro lugar. El vampiro no soportara mas, a mi me da igual, esta pequeña muñeca penosa no se me va a escapar –Os advierto, una mas y a todos no nada mas a esos dos que se han hecho los graciosos! – señala a varios lugares. Miro de reojo al buen Matyas en la ultima fila muy pegado a su pelirroja que tiene las mejillas del mismo intenso tono rojo en las mejillas. Una de las piernas de ella está sobre una de el y la mano del puto esta entre los muslos de la chica. Muy buen ejemplo, eso me da la idea de hacer lo mismo con la pequeña temblorosa hurona que se acomoda en su asiento.

–¿Sales con el vampiro histérico? – pregunto, tomando mi asiento junto a la castaña –O solo follan – lo digo despacio, bajo y casi casual –O dime, eres virgen pequeña huroncita – sonrio delineando con mi dedo el contorno de su rostro –AH, ah, ah, yo que tu no me pondría en plan histerismo o ese de ahí abajo empezara a joder de nuevo – ella se mueve y en el instante en que esta a punto de ponere en pie para mover su silla le toco el tracero regresándola a su haciento al tomarle la cintura –¿Quieres conocer las manos de un verdadero hombre? – con la izquiera que es la que esta en su cadera subo la falda y meto la mano acarisiando la pierna –Anda, grita, quéjate y todos nos vera ¿Te gusta el voyerismo? ¿Te gustaría ver que todos nos miran mientras te toco? – la voz del hombre resuena entre información que estoy seguro la mayoría conoce y/o a llevado a la practica mientras yo me sumerjo entre las carisias de aquellas largas y torneadas piernas, deliciosa y entre mas subo hasta sus muslos el calor se hace presente –Dime pequeñita – susurro muy cerca de su oído –¿Quieres sentir? – el cuerpo femenino se estremece y la voz del vampiro ordena que no me le acerque tanto mientras tomo la mano de ella y la llevo a mi entre pierna dejando que sienta mi miembro –Lo pones inquieto –digo mirando hacia otro lado mientras fuerzo a que frote la mano de ella que esta atrapada entre mis pantalones y mi mano.

La clase acaba, o eso ha dicho el puto ese –Quietecita pequeña huroncita – la tomo de la cadera y la siento sobre mi mientras comienzan a salir de la enorme aula –Alexándrovich y Divella ustedes dos me esperan al final – grita Stan a lo que hago que se pare la castaña y pego su tracero a i entrepierna frotándola. ¿Quién diría que entre tanta tela esconde cositas tan ricas? La suelto. Recojo mis cosas al ver que casi no sobran estudiantes y la espero en el pasillo de las escaleras.

por **Eleonor Divella** Miér Ago 24, 2016 8:27 pm

Voy a matarlo, voy a matarlo juro que lo mataré completamente no dejaré ni sus huesos, haré algo que le haga sufrir hasta que llore sangre y me pida perdón de rodillas, si es que aun las conserva. Mi odio está creciendo cada vez más que comienzo a sentir mi rostro caliente por y las manos me duelen de tanto que hago puños, necesito realmente descargar esa furia de alguna manera, quizás le diga a mi primo que me lleve a algún lugar a batear o a golpear, no, seguro el se mete a mi habitación para hacer otras cosas, otro pervertido al que deberé castrar pero primero en la lista está este idiota

Cálmate Ele, o Stan no parará de joderte con preguntas, solo sonríe, sonríe y mantén la calma, luego te vengarás es mi mantra y realmente funciona porque la mirada de Stan es severa de aquellas que dicen “luego hablamos y será por horas”, ahora si aquel imbécil había conseguido mi odio total, aunque ayudaría para alejar a aquel bastardo de Stan, al menos para que deje de controlarme peor que un padre. Fui para mi asiento con la idea de morirme ahí, quería terminar tendida hasta que acabe esa maldita charla, lástima que ese infeliz de “Alek” no me dejaría.

El sonrojo que tomé cuando me preguntó aquello, quería despotricar, pero tenía algo de razón, si lo hacía el otro idiota fastidiaría, así que debía pensar claro antes de hacer un movimiento y dejar en claro mis deseos de asesinarlo –Eso no es de tu incumbencia, si me conozco o si…si…si fo…folla…follamos, a menos que quieras ser la sábana– reí algo nerviosa por ello, esos temas me ponen los pelos de punta, no me gustan para nada. Desvié la mirada para que aquel entrometido no se diera cuenta, quería que desapareciera –Piérdete imbécil, ve a pedirle eso a esas zorras desesperadas– sonrojada estaba, pero más que nada avergonzada por sus manos, traté de impedirle que suba, pero el roce de sus dedos con mi piel estaban calentándome, sentía como los lugares que estaba tocando estaban calientes, mi respiración se agitó así como mis manos al tratar de alejarlo más y más pero era imposible, podía sentir su sonrisa y eso me enojaba mucho, más que nada que el pudiera hacer que mi respiración se acelerara.

–Mal…Maldito pervertido…no, no, no me toques aaah– solté un pequeño gemido sonrojada, lo odiaba, lo odio. Su entrepierna estaba abultada, abrí la boca y solté un fuerte suspiro de asombro, jamás pensé que aquello estuviera así, incluso en mi vida imaginé el poder sentir; mis dedos tocaban buscando matar mi curiosidad y más que nada ya no podía dejar de moverlos de frotar la mano encima de aquel abultamiento, su pregunta estaba calentado mi mente perdiéndome lentamente, iba a caer, iba a decir si, pero…

GRACIAS A LOS DIOSES…la tortura terminó.

Maldito infeliz lo odio, el dejarme ahí con las piernas temblándome no podía mantenerme en pie, más que nada por sentir ese abultamiento contra mi cuerpo, era algo que jamás había sentido y quizás por ello mis mejillas y las orejas las tenía rojas como tomate, quiero irme de ahí, quiero salir corriendo pero se que no podre porque nos han llamado. Me pongo de pie pero me fallan las piernas y Stan me mira con enojo, odio, odio todo eso, tomo todo el acopio de mi para volver a ponerme de pie mirando a aquel sujeto, tenía ganas de llorar pero más que nada de saltar a él y arañarle la cara y matarlo, pero tenía que esperar. Camino bajando las escaleras ignorándolo para que no vea lo que él ha causado, llegué a donde Stan con las manos en la cadera le plante cara, estaba furiosa y no se por qué en si ya –¿Qué quieres Stan? Que yo sepa no somos nada y no quiero que des impresiones que no son, ya tengo suficientes problemas con este bastardo y los otros imbéciles como para tenerlos contigo, así que di claro que es lo que quieres y que no sea nada personal, porque no pienso responder NI UNA de ese tipo de preguntas y si lo hacen golpeare sus bajos– llevé la mirada tanto a Stan como al idiota de Alek, aunque con este estaba más furiosa.

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