Mundo de Quimeras // Eleonor // +18

por **Aleksei S. Alexándrovich** Sáb Abr 15, 2017 4:01 pm

Previamente...

Silbo por lo bajo de forma sarcástica por la salvaje forma en que ha resultado defenderse la hurona. Asi que si tienen algo que ver. Bien pues eso está por acabarse porque esta no se me va viva… hoy.

Alzo las manos en son de paz, nada q temer, nada q ocultar –Y como no me gusta inmiscuirme en asuntos de pareja, yo me retiro –hago una seña del ejercito al tipo y a la hurona la tomo de la cintura acercándola a mi, besando la comisura de sus labios –Puede que nos vemos pronto huroncita –y me alejo sin mas. El tipo grita algo a lo que no pongo atención, simplemente salgo de la aula silbando “Dominique”

La tarde hace de las suyas al igual que el horario dejándonos en la penumbra de la tarde-noche, memito a una de las aulas bacías, enciendo un cigarrillo y espero paciente a que la pequeñita pase, unos quince minutos después escucho sus pasos, abro un poco la puerta y fijándome que es a quien espero le tomo de la muñeca y tapándole la boca la meto con un jalón cerrando el aula con seguro –Asi que si tienes algo que ver con el vampiro ¿eh? –le quito la mochila y junto con esta el enorme suéter acorralándola contra la pared - No me respondiste ¿solo follan?– lo digo despacio, bajo y casi casual subiendo la falda en sus caderas –¿O eres virgen pequeña huroncita? – sonrío delineando con mi dedo el contorno de sus muslos acariciando el elástico de sus bragas –AH, ah, ah, yo que tu no me pondría en plan histerismo o podría venir algo– ella se mueve y en el instante en que esta a punto de hacer lo que vaya a hacer le aprieto el trasero aprovechando a que abierto los labios la beso, metiendo la lengus en busca de la suya, acariciando de forma suave y sensual, le tomo de la cintura con una mano y con la otra continuo metiendo los dedos por debajo de sus bragitas –¿Quieres conocer las manos de un verdadero hombre? – con la izquiera que es la que esta en su cadera subo la falda y meto la mano acariciando sus nalgas–Anda, grita, quéjate y todos nos vera ¿Te gustaría ver que todos nos miran mientras te toco? – muerdo sus labios lamiendo ahí donde mis dientes han presionado con fuerza mientras me sumerjo entre las carisias de aquellas largas y torneadas piernas, deliciosa y entre mas subo hasta sus muslos el calor se hace presente –¿Mientras te follo?... Dime pequeñita – susurro muy cerca de su oído –¿Quieres sentir? – el cuerpo femenino se estremece –Tócame pequeña –susurro frotándome contra el cuerpo delicado y bien formado de la niña que no tiene nada de niña, tomo la mano de ella incitándola –¿Quieres que este dentro de ti? –susurro a su oído antes de mirar hacia la puerta. Se que el vas tardo ese nos ha escuchado

por **Eleonor Divella** Mar Mayo 23, 2017 10:50 pm

Y la discusión continuó por largos minutos en donde ninguno de los dos cedíamos terreno, pero que se creía él al hacerme tales cuestionamientos, no era ni mi tutor y menos algún familiar mío el que antes...Tensé la mandíbula molesta optando por lo sano darle la espalda y continuar por mi camino, pero no sería fácil, el me detuvo de la cadera besando mi nuca algo que sentía asco de su presencia, lo empuje mirándole de frente furiosa pero en mi mente estaba aquel bastardo animal que me había tocado. Los dedos de Stan solo me recuerdan al del otro y mi cuerpo reacciona. Lo aparto enseguida furiosa.

Estoy más que furiosa, camino pasillo tratando de encontrar alguna forma de quitarme esa frustración…¿Cuál frustración? ¡MALDITO INELIZ BASTARDO! lo maldito mil y un veces en mi mente. Mis manos me arropan, me abrazo completamente para quitarme esa asquerosa sensación y de la nada…ZAS –Que demo…— su mano me tapa pero pataleo golpeando la puerta, sus manos suben por mis piernas ACASO ESTÁ LOCO, siento su aliento caliente contra mi piel erizándome por completo, algo duro golpeando contra mí, así como sus frías manos que van calentando mi piel y…dios estoy a punto de soltar un sonido muy extraño de entre mi garganta pero agradezco que la tenga tapada unos momentos. Me concentro, no debo perder mi concentración y deseo de, de…de…DIOS, ya lo olvidé.

Desvio la cabeza empujándole para apartarle pero es el doble de mi peso normal, intento nuevamente y mi espalda golpea la puerta lo que hace que arquea la espalda y suelte un suspiro, su boca atrapa la mía…DEMONIOS, su lengua es tan húmeda, tan babosa y no deja de jugar con la mía ¿por qué lo sigo? Mi respiración está alterada y estoy más que roja mi cara me arde completamente hasta que siento sus dedos en mi…AHÍ –Estás demente jamás querría esto y menos que me estés metiendo las manos…oye sácalas de ahí…Espera por favor…— susurro muy agitada –Yo no tengo nada con él ok, y te diré lo mismo que le dije a él, no sé porque tienen los dos que preguntarme por cada uno, él por ti y tu por él cuál es su maldito problema si me follo al uno o al otro si quieren averiguarlo porque no se follan los dos— le tomé de la camiseta, estaba más que furiosa recordando la pelea que tuve con Stan y ahora con este cabrón malnacido y solo tengo una cosa, el escozor en mis labios por sus besos.

Lo atraigo a mi besándolo tontamente, bien torpemente, bueno no es que fuera una súper estrella besando aunque si contara besar osos de felpa si lo sería pero otro ser, un hombre, error. Con Stan solo juntaba los labios y cuando le quería más temblaba de miedo. Ahora a este estaba besándolo de manera muy infantil, lo alejé con un empujón dándole la espalda unos momentos –Con ese beso tienes la respuestas, eso querías saber, ya estas feliz, Si soy virgen anda ríete como todos lo hacen solo porque no he visto, tocado o permitido que algún imbécil bueno para nada me folle y desflore, ahora déjame en paz o voy a morderte tan fuerte que te dará rabia— patee la puerta y un sonido de alguien tras ella se escuchó. Ay no, era él –¿Acaso están en una maldita apuesta por mi tan anticuada virginidad? ¿Quieren ver con cuál de los dos me acuesto?— entrecerré los ojos, mi pecho subía y bajaba y no podía negar que estaba algo extraño mis pequeños senos así como esa zona que me obligaba a apretar duro las piernas, maldito cabrón él había estropeado mi cuerpo huronil, lo voy a arañar y pasar la rabia cuando duerma. Pensamientos raros pasaron por mi mente lo que me obligó a darle la espalda mejor, porque si lo veía a la cara otra vez esos pensamientos vendría y otra vez sentiría calor, mucho calor.

–Hace calor no crees, como que ya nos vamos no—.

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