Un curioso paseo. [Eleonor]

por **Ragna Hansen** Mar Mar 11, 2014 9:42 pm

-Auch...

Tuve que agacharme un poco para alejar con ambas manos la madera seca que perforaba mi vestido azul celeste. Hacía bastante calor y comenzaba a sofocarme, por lo que busqué un lugar bueno para sentarme; con la mala suerte de que la roca escogida tenía por vecino un gran abeto de raíces sobresalientes, las cuales sin dudar se aferraron a mis faldas lastimando levemente mi talón.

Al apenas verme libre de aquella pequeña pero molesta trampa, suspiré largamente y recosté mi cuerpo del tronco de mi agresor, cerrando los ojos para relajarme. Había llegado a aquel bosque cerca de las nueve de la mañana con el fin de recolectar hierbas necesarias para mis pociones, mas la búsqueda fue infructuosa y ahora, a las tres de la tarde, apenas había logrado cubrir el fondo de mi canasta a pesar de la dura caminata. Qué terrible ha sido la idea de venir yo misma a recogerlas, todo por tacaña, por no pagar a alguien y librarme de la obligación; la próxima vez no me lo pensaría dos veces antes de quedarme tranquila en mi habitación.

El hambre arreciaba y saqué de la misma canasta algunos frutos envueltos en un pañuelo blanco que disponía a transformar en mi almuerzo-merienda. Tomé una roja manzana y la acerqué a mis labios, mas por el cansancio que ya experimentaba escapó de mis temblorosas manos y fue rodando por el suelo hasta desaparecer de mi vista. Enojada y a la vez sorprendida, lancé una exclamación algo violenta, arrepintiéndome luego por si alguien me llegase a oir.
-Pero si aquí no hay nadie más que yo, puedo hablar y quejarme a mi antojo.

De igual me avergonzaba la posibilidad de ser descubierta gritando con enojo por todo el lugar por la simple razón de considerarme apartada de la ciudad. Volví a guardar el pañuelo con el resto de las frutas en mi canasta y asegurándola en mi brazo, me dirigí a la dirección por la que había visto rodar a mi preciado bocadillo. Mientras, seguía pensando acerca de las ventajas y desventajas de desahogarme en un sitio solitario, cosa que nunca antes se me había ocurrido.

A medida que caminaba me adentraba más y más en la espesura. Pronto descubrí que se trataba de una zona del bosque por la que nunca antes había recorrido y que se hallaba levemente más iluminada y fresca que el resto. Sonreí para mis adentros a la vez que apreciaba la belleza de la vegetación y los sonidos de los animales, sin detenerme a pensar en mi alimento extraviado. Pronto descubrí que si me adentraba más, luego me costaría regresar por lo que volví sobre mis pasos.
Pero todo se veía igual...
-Maldición.

Me había perdido.

por **Eleonor Divella** Sáb Mar 22, 2014 9:00 pm

Oh misty eye of the Mountain below,
Keep careful watch of my brothers’ souls,
And should the sky be filled with fire and smoke,
Keep watching over Durin’s sons.

Un día igual como todas, solo que esta vez la luz del sol iluminaba haciendo casi dificil la tarea de ganarse dinerito fácil...que de costumbre, una que otra nube en el cielo anunciando quizás algo de lluvia en la tarde pero no, no hubo el caer de las gotas de agua del cielo, al contrario solo se mostraba un camino para los seres ocultos de las sombras...no los mosquitos que se alimentan de sangre si no a los pulgosos de cuatro patas...y algunos que otros ladronzuelos, al menos animales que suelen robar a las personas incautas.

El día comienza con una huroncita con un pedazo de tela a sus patitas y unas pelotas en sus manitas haciendo malabares, unas que otras monedas en su pañuelo mientras el animalito hacía de todo para llamar la atención de los que pasaban por ahí, ya sea bailando, moviéndose raro, imitando a alguien o parándose de patitas delanteras no le bastó para tener algo de dinero decente para buscar comida…así que patas a la obra y ajuntar el negocio se ha dicho…pues ahora venía el plan B…tuturu…robar…si, ya lo había planeado desde que hizo maromas como loca o rabiosa, analizando meticulosamente a sus posibles víctimas…oh si, destinos crueles que ponen a una inocente animalito a robar…bah pamplinas la chicuela era una pillina y se acercaba lento a los árboles para sacar de su bolsa (que estaba cubierta en su panza con su propio pelaje, imitación de los canguros) los instrumentos para su arte más ligero de patas…Un hombre con un reloj de oro puro se paró bajo aquel árbol, más para desgracias de la huroncita tenía un perro…pero nah...no la detuvo...sobre el árbol se transformó en una comadreja de campo la cual era más delgada y de patitas suaves y ligeras...claro bajó del árbol con una cuerda atada a sus patas traseras y así descendió como serpiente y tomó el reloj más el chucho feo la olfateo y dio los primeros ladridos… -GUAU GUAU WRRAAAF- haciendo que el animalito se trepe al árbol rauda y veloz sacando la lengua al hombre que gritaba y pedía con alaridos que la atrapen…cambio en hurona para que no la reconozcan y salió corriendo por las ramas de los arbolitos resbalándose con sus patas moviendo su cuerpo como si fuera un arte aquello adentrándose al bosque oscuro y tenebroso, mentira era un bosque como todos …cuando no vio una rama mientras se bufaba del perro que la seguía haciéndola caer hacia un lado entre matorrales y raíces quedando oculta ahí mirando tras las hojas con sus ojazos a ver si estaba alguien…pero solo se escuchó un ruido

-Ay mi santa madre hurona sácame de este lio y te prometo darme más baños- los rezos para no ser encontrada con la joya en la mano al no percibir al canino ni al gordo ese que la perseguía más –Vámonos lazy, no entraré al bosque maldito por un animalejo como ese, solo un idiota entraría para perderse- suspiré aliviada y traté de levantarme pero me dolía el cuerpito eso pasa cuando pisas en falso y ruedas de dos metros del árbol...y el pequeño cuerpo se da contra la tierra dura con raíces de árboles viejos y antiguos...y que puede pasar con eso...pues si...una pata rota...y con el ruido acercándose solo se quedó quieta...sin hacer ruido pues ya no podría correr hasta un árbol cercano...así que solo salí sigilosa echadita de panza a tierra mugreandomela más y acechando lentamente hasta que se quedé frente a una raíz de un abeto, olí a beto, quedé tras ese troncó caído y comencé a echare tierra al cuerpito para camuflarme como los camaleones, parecía un soldado en pleno ejército y comencé a a orar "Santo padre de los hurones sácame limpia de esta y te prometo que me daré aunque sea un baño al mes o dejaré de robar pasteles..." pero luego de terminar de pintarme de tierra oigo al voz de una niña que maldecía, así que como me enseñó Gia a no maldecir por las cosas busque una piña de un pino y la lancé contra la cabeza de la niña

-Y LA MULTITUD ENLOQUE POR LA ANOTACIÓN DE LA JUGADORA ESTRELLA ELE- grito de la multitud y la hurona haciendo reverencia a su público, la piña golpeo justo la cabeza de la muchacha haciendo que me riera porque parecía más perdida que los calzones de la novia en la noche de bodas.

por **Ragna Hansen** Vie Mar 28, 2014 12:34 am

Una y otra vuelta, no importa cuánto andaba, todo el tiempo regresaba al mismo árbol. Sentía que ése gran tronco me veía y sonreía con sorna, burlándose de mi situación. Imaginaba que la naturaleza cobraba vida y se burlaba del miedo que comenzaba a sentir, mas, aún vanidosa, no permití que mi rostro mostrara signos de pánico o preocupación. Me mantuve altiva y serena, con un paso aparentemente seguro.

Sujetaba mi cesta con firmeza, por miedo a perderle también. El hambre regresaba y mi estómago gritaba por algo de alimento. Busqué algunos frutos secos y los llevé a mi boca uno por uno, más por ansiedad que por la necesidad misma de saciarme.

Cuando más angustiada me sentía, me detuve y miré en derredor, a punto de soltar lágrimas pues creí que llegaría la noche y tendría que pasarla en aquel sitio, lejos de mi cuartito alquilado, el cual ahora me parecía cómodo y perfecto a comparación. Volví a chillar como idiota sin poder evitarlo; enloquecía aterrorizándome a mi misma con la idea de feroces monstruos y criaturas extrañas acechando desde la oscuridad, maldecía y peleaba contra un enemigo imaginario...

...Hasta que dio justo en mi nuca. Me hizo brincar y girarme con brusquedad, conteniendo un grito con una mano sobre mis labios. Los nervios anteriores provocaron que exagerara mi reacción ante lo que parecía ser un "ataque" con un simple piñón. Cuando me calmé por fin, supuse que alguien se escondía entre la maleza y tenía la intención de molestarme, por lo que me enfurecí y corrí en la dirección que supuse se encontraba el bandido.
-¡Sal, y atrévete a lanzar de nuevo!

Lamentablemente, soy una chica torpe. Podría haber llegado hasta el sujeto, acorralándolo, pateándolo y luego, haberle lanzado una maldición como cualquier bruja respetable. Pero no, me llamaba Ragna y era una torpe de primera.
Una simple piedrecilla bastó para que cayese de cara contra la dura tierra y rodara un par de veces hasta quedar hecha un desastre de tela y ramas. No pude contenerme y sin moverme ni importarme cómo quedé tirada o si me encontraba lastimada, rompí en llanto.

por **Eleonor Divella** Dom Abr 27, 2014 7:47 pm

Sus palabras hicieron que no pudiera más realmente estalle en una risotada que me tumbo al piso para sostenerme la pancita pelua, quien no diera ni un céntimo por ver a una humana bueno, a una bruja tan histérica jalándose los pelos porque alguien la estaba timando, tome un respiro cogiendo otra piña para lanzarla a su brazo derecho, ver a los humanos molestos pensando que los atacan fantasmas es tan cómico porque sus ojos van y vienen a cada lodo tan temerosos y asustadizos de que Dios los castigue.

Salí del escondite cojeando con una piedrita en la mano haciéndola rebotar, mi risa no paraba pero sabía que ella no me vería era demasiado pequeña y hablarles a los brujos es pérdida de tiempo son humanos iguales y no entienden a los animales así que la única forma de parlar con ellos es con letras o con dibujos o también mordiéndoles, eh ahí está la clave, MORDER.

Lance la pequeña piedrita a sus pies corriendo a medio aun con la pata lastimada y el bracito raspado pero asi corri aun contra el dolor y en eso sus pies fueron el objetio y mis dientecitos y el hociquito abierto…3…2…1. ÑAM clavé los dientitos en su piel pero no fue una mordida tan fuerte era apenas y entonces quedé sentadita riéndome al verle, limpiándome el hocico de haber tocado su piel y sus pelos –PUAJ GUACALA porque no se quitan esos pelos y esas ropas y andan all natural- raspe la lenguita con mis garritas para sacar aquel sabor de la piel humana, puchila que feo es la carne humana y salada…mi cuerpito vibró por completo mirando al a humana.

-Oye niña sabes bien feo- traté de ponerme a dos patas para enfrentarla pero la patita lastimada fallo en ese momento lo que hizo que el cuerpo se tumbara el piso, mis manitas fueron a mi patita derecha a acariciarla y vie que tenía el talón torcido –Maldita sea que me lleva la mamá hurona, tendré que andar de humana pero eso significa estar desnuda y no quiero- hablaba haciendo sonidos de hurón, y entonces otra idea fabulosa se me ocurrió ¿por qué ir sola si se puede ir en un coche de dos patas? Los ojitos los tenía que preparar, miré a la tierra y luego a la joven con las pupilas bien abiertas arqueando las cejas y de paso con un medio puchero.

Hice que temblara mi labio un poquitín tenía que parecer un indefenso animalito maltratado por la vida, y no la hurona ladronzuela que era, además si ella veía que era una cambiante tendría que buscar una forma de engañarla como de “una bruja malvada me hechizo” pero lo haría más adelante, según como se comportara la brujita además aun no sabía si era una bruja buena o mala así que era mejor andarse con cuidado y que mejor que mostrarse luego de verse a salvo.

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