Davina Camille Moulian || I.D.

por **Davina C. Moulian** Sáb Abr 23, 2016 7:22 pm

DATOS BÁSICOS

▲NOMBRE DEL PERSONAJE▲

Davina Camille Moulian

▲EDAD▲

21 años

▲ESPECIE▲

Humana

▲FACCIÓN A LA QUE PERTENECE▲

-

▲TIPO, CLASE SOCIAL O CARGO▲

Clase alta

▲ORIENTACIÓN SEXUAL▲

Heterosexual

▲LUGAR DE ORIGEN▲

Toulusse

▲HABILIDADES/PODERES▲

Ninguno

DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA

Educada en la exquisite de las familias pudientes, Davina es el vivo ejemplo de lo que debe hacerse, aunque no lo desee. De sus labios suelen escaoar sonrisas complacientes y gestos refinados, pero vive cansada de tener que mostrar su mejor cara a todo el mundo.

Es inteligente y habilidosa con la escritura lo que, sumado a su gran y potente imaginación, hace que pase las horas muertas delante de la luz de una vela, rasgando la pluma y la tinta contra el papel. Ama la música, sobre todo el relajante sonido del arpa, que siempre quiso aprender a tocar, pero su falta de paciencia lo hizo tarea imposible.

Impaciente y caprichosa en grado máximo, está acostumbrada a que nunca le sean negados los pequeños placeres de la vida. No sabe esperar ni posponer sus caprichos, lo que hace que en ocasiones se enfade como si se tratase de una niña de cinco años.

Clasista y con tendencia a excluir a todos aquellos que no son como ella o, al menos, no tienen nada que ofrecerle. A pesar de los intentos de sus padres por inculcar en ella la austeridad, la vida de opulencia que vivió desde los 16 hasta los 20 años, ha hecho que Davina se convierta en una mujer un tanto caprichosa y estratega en cuanto a sus relaciones sociales.

Nunca lo admitirá delante de nadie con quien no tenga extrema confianza, cosa que es raro conseguir, pero su mayor anhelo es convertirse por fin en vampiresa, antes de que su cuerpo se estropee por el paso de los años.

HISTORIA

Nació hace ya 21 años en el seno de una de las más pudientes familias de Toulusse. Sus padres dedicaron su tiempo y sus esfuerzos en hacer de Davina un ejemplo de lo que una señorita de la alta sociedad francesa debía ser: educada, con modales, austera, interesada en las artes y, casi lo más importante, apalabrada en matrimonio con su propio primo casi antes de nacer.

Creció aprendiendo a sonreir y complacer, aprendió varios idiomas, como el inglés y el español, y dedicó gran parte de su adolesencia a prepararse para ese importante día en el que contraería matrimonio a los 19 años. No es que la joven estuviese interesada en aquel matrimonio de conveniencia pero al menos su primo era sólo 7 años mayor que ella y, en el fondo, le tenía cierto aprecio y el elace le aseguraba una vida digna, así que se dedicó a complacer la decisión de sus padres.

O ese era el plan hasta que su vida dio un vuelvo de ciento ochenta grados al conocer, con 16 años, a Emile DuChantalle, un apuesto hombre que rondaba la treintena y acababa de llegar a la ciudad de Toulusse. Su aspecto era casi hipnótico y su conversación y modales de lo más exquisito que podía ofrecerse, a pesar de poseer cierto aura oscura y misteriosa a su alrededor. Poco a poco y en ciertos encuentros fortuitos, la joven Davina comenzó a sentir una fuerte atracción por el hombre, se llegó a pensar incluso enamorada y, cuando él decidió robar un beso a la joven, esta gustó de finjir no quererlo para terminar pidiendo más.

Iba a irse con Emile, estaba segura de que quería una vida completa con aquel apuesto hombre que tanto mundo conocía y tan espléndidas aventuras contaba, pero sus ideas se vieron truncadas cuando, una noche antes de abandonar furtivamente el hogar, sus padres fueron asaltados, robados y asesinados por una decena de maleantes mientras volvían de una de sus muchas reuniones sociales.

Cualquiera hubiese dicho que aquello solo ponía más fácil su huída, pero la joven cayó en un extraño ánimo caído del que se veía incapaz de salir por sí misma sin la presencia de sus adorados padres. Se encerró en la mansión de su familia y dedicó todo su tiempo a llorar a y escrbir. Y el único que lograba, de una manera que ella no conocía, sacarle alguna sonrisa a la chica, era el furtivo Emile entrando a escondidas cada noche en su salón.

No había ya más dudas en la joven, estaba enamorada de Emile y Emile estaba enamorado de ella. Y, ocho meses después del fatídico ataque, el hombre decidió mostrar su verdadera naturaleza. Y Davina no se asustó al ver sus colmillos, tampoco al conocer que su amado estaba ya tan muerto como sus padres, tampoco le dolió darle de beber su propia sangre. Nada importaba porque estaba enamorada y, todo el misterio y la sensación de fuerza que Emile transmitía, hizo que se armase de valor, vendiese las posesiones de sus padres y se fuera con el vampiro a Marsella.

Emile colmó a la joven de opulencias y facilitó todos y cada uno de sus caprichos, estaba completamente loco por ella, por sus modales y su saber estar. Y algún día la convertiría para hacerla una igual. Y ella lo anhelaba. Era tan adicta a su amante como lo era a la sangre de este; empezó con una gota y terminó por una abrasadora sed, una necesidad de la que sentía que depedía su cuerpo y su propia vida. Y anhelaba una vida eterna con su amor.

Y así hubiese sido si Emile no hubiese muerto a manos de cazadores una noche oscura y tormentosa.

De eso hace ya un año y, aunque Davina sigue amando a su difunto, la necesidad de recuperar aquello que un día tuvo es mayor que el respeto a guardarle su memoria: necesiaba, deseaba la sangre de un vampiro corriendo por sus entrañas. Sabía y conocía en primera persona los beneficios de aquel elixir, conocía los placeres de la vida inmortal que Emile le habia mostrado. Y lo quería, lo necesitaba tanto como el aire que respiraba, pero no podría seguir viviendo en el hogar y el lecho que compartía con él, así que de nuevo se largó.

Cogió todas sus pertenencias, vendió el hogar de Emile y cogió todo lo que le pertenecía: lo que un día fue de Emile y lo que un día fue de sus padres. Se instaló en la capital, en Paris, movida por los rumoreos de vida nocturna y extraños plaeres del lugar; compró una nueva mansión a las afueras y decidió empezar de nuevo. Y esta vez no tiene intención de que algo salga como no espera.

DATOS EXTRA

~Su mayor propósito y meta en la vida es convertirse en vampiresa.
~Guarda un anillo que, tiempo atrás, pertenció a Emile y jamás se lo quita del pulgar izquierdo. Es de oro blanco con una extraña y brillante piedra negra.
~No gusta de mantener relaciones con hombres a los que no ama, lo que reduce su vida a la casi abstinencia.
~No tolera la mentra, aunque ella es capaz de mentir si lo ve necesario.
~Gusta de beber vino tinto cada noche frente a la chimenea.
~Tiene alergia a las fresas.
~Conoce las ventajas del vampirismo, pero no las desventajas, pues Emile nunca quiso aterrorizarla o hacer que le abandonase.
~Vive con la esperanza de que nadie la reconozca como la chica que un día abandonó Toulusse, sobre todo teme encontrarase con sus tíos o primo.

por Invitado Dom Abr 24, 2016 2:30 pm

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