Kyros Kierkegaard

por **Kyros Kierkegaard** Lun Mayo 30, 2016 3:26 am

DATOS BÁSICOS

▲NOMBRE DEL PERSONAJE▲

Kyros Judikael Kierkegaard

▲EDAD▲

267 años auténticos // 25 aparentes

▲ESPECIE▲

Vampiro

▲FACCIÓN A LA QUE PERTENECE▲

(x)

▲TIPO, CLASE SOCIAL O CARGO▲

Clase alta

▲ORIENTACIÓN SEXUAL▲

Heterosexual

▲LUGAR DE ORIGEN▲

Greenwich, Inglaterra

▲HABILIDADES/PODERES▲

Habilidades:

Poderes innatos:

Poderes seleccionados:

DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA

Es usual que como toda criatura que ha perdido su fragmento de humanidad, al convertirse en esa bestia que subsiste a base del líquido vital de algunas infortunadas personas, abandone—a su vez— cualquier rasgo de benevolencia y misericordia alguna. De ser de ese modo, si te llegas a topar con este vampiro, pediré el favor de que saques a pasear tus prejuicios e intentes averiguar por qué una clase de bestia como aquella es capaz de ser compasiva. Te preguntarás por qué posee ademanes amigables y dotado de increíble altruismo. Será visible su increíble paciencia así como su afán de mantener un porte diplomático, además de acciones como tal. Te sorprenderás cuando revele que le disgustan los conflictos infructíferos y tiende a adoptar una pose de neutralidad envidiable. Negarás que existe una persona con tamaña capacidad de receptividad, pero Kyros sólo te atajará gentilmente que aprovecha su condición inhumana al máximo—claro, si eres quien sabe cómo averiguar esa condición. Pasemos a su vida en sociedad: afable y comunicativo. Evita la soledad—le teme— y le complace tener siempre compañía. Así es como se convierte en el ser inhumano más leal y servicial que puedas conocer; apelará a su valentía para mantener bajo cuidado a las personas quienes conquistan su afecto.

Dentro de los semitonos de su personalidad, a simple vista demasiado indulgente para ser creíble, se encuentran las facciones que no dejó atrás cuando abandonó la mortalidad: el alto nivel de condescendencia. Es increíble cómo puede otorgar la razón y colocarse en una posición irritablemente neutral. Incluso cuando se necesite crítica y juicio, se hará a un lado y expondrá sus puntos de forma sutil para no desagradar a su interlocutor. Esto causará la represión de sus propios sentimientos, difícilmente pensamientos, porque sabrá exponerlos; no obstante, sus emociones serán sofocadas por su afán de controlar a la bestia. No obstante, esto genera en él fases de depresión debido a aquellos impulsos contradictorios: rapidez de sensaciones y lentitud de reflejos, intuición-indecisión y voluntad-pereza. Además, se aceptará que monsieur Kyros es terco hasta la médula y, aunque haga lo posible para evitar una confrontación de ideas y así ceda la razón, verá la forma de dejar en claro su punto de vista, siempre con gentileza y acordando desacordar sin imponer su punto de vista, respetando siempre el ajeno.

Los oscuros de su naturaleza se deben a su personalidad después de haber sido acariciado por la inmortalidad: aquel ser sin alma que se supone ser vengativo, resentido y rencoroso. Hay un punto de ebullición que libera a aquel ser y su carácter benevolente desaparece completamente. Su sagacidad y astucia se agudizan a niveles increíbles y maquinan un bosquejo de cómo, dónde, cuándo y por cuánto tiempo te infligirá dolor. Curiosamente, le agrada causar daño emocional en cantidades crueles y, de esta forma, provocar una lesión cerebral o trauma. No obstante, Kyros repudia esta parte de él porque fue lo que atrajo el perder su alma. Al llegar a ese punto puede ser extremadamente vengativo y cruel.

Incluso cuando la gentileza desborda de él, no puede evitar tener una pincelada hipócrita en su actitud. Y cómo no, si pretende evitar cualquier tipo de enfrentamiento. Puede intercambiar palabras decorosas, pero en su mansión se encarga de develar sus verdaderos pensamientos repulsivos si algo le ha desagradado. No obstante, es sumamente reservado con su propia vida, siendo sus temas de conversación en sociedad muy superficiales y poco trascendentales; se encarga de mantener su status y elegancia siempre, aunque se ha ganado muchísimos corazones debido a su esencia y temperamento serenos.

Por último, Kyros es increíblemente lujurioso. No puede evitar sentirse atraído por un hermoso rostro o un voluptuoso cuerpo. De hecho, de vez en cuando destruye una cama o dos debido a su vigorosidad y energía. Lo mejor de todo aquello que se disfruta de todo ello debido a sus formas y ademanes, es casi innecesaria la manipulación. Es como si esos ofrecimientos fueran una simple muestra de agradecimiento por su forma de ser. Obviamente, monsieur sabe cuáles ofertas declinar y, por supuesto, cuáles aceptar sin chistar.

De esta forma culminamos, un vampiro muy inusual— risueño e inocente en su anterior vida—que quiso conservar su parte humana, pero no pudo evitar eliminar lo que la inmortalidad le trajo.

HISTORIA

Inglaterra, 1533

A las orillas del río Támesis, en el Palacio Greenwich, la noche estrellada fue testigo del alumbramiento que dio La Gacela Escarlata. Nadie sabe muy bien que rango o posición disfrutaba en sociedad, pero todos conocían bien su belleza singular. Su mirada esmeralda y la opulencia de su cabellera rojiza le daban ese aire de rosa inocente que tanto atraía a los hombres; además de no ser sólo su rostro agraciado que la caracterizaba sino también los contornos de su cuerpo exquisitamente precisos y bien proporcionados. Todo en ella era envidiable, pero también, todo en ella era un misterio: astuta, hábil y ágil como una gacela. No obstante, la identidad del progenitor era claramente conocida: Sir Francis Bryan, caballero principal de la Cámara Privada y Justicia Mayor de Irlanda. Algunos dicen que La Gacela Escarlata sólo quería obtener influencia dentro de la realeza, otros que simplemente estaba cumpliendo con un trato inmoral y algunas bocas susurraban que se había enamorado del Vicario del Infierno, como llamaban a Sir Francis. Cualquiera que fuera la verdad, el embarazo no fue deseado por la pelirroja, sin embargo, Sir Francis le proporcionó todo lo necesario para que no le faltara nada durante la gestación. De esta forma, el fruto de este amorío casual fue encubierto y secreto; nunca nadie supo que el primogénito del Vicario del Infierno fue Kyros. No obstante, La Gacela Escarlata no sobrevivió al parto y murió luego de elegir el nombre de su hijo. De esta forma, tuvo que ocultarse, así que en la misma habitación del Palacio—secreta y aislada de las recámaras reales—, fue criado e instruido como cualquier niño de alta cuna, siendo siempre protegido por su padre.

Kyros creció al cuidado de su abuela— aunque esta ignoraba que era su nieto debido a la increíble historia respecto a su origen que se inventó Sir Francis—,Lady Margaret Bryan, la cual a su vez cuidaba de la próxima heredera al trono de Inglaterra: María I.

El primogénito del Vicario del Infierno creció lleno de vitalidad, aprendiendo de cortesía y destilando gentileza por los poros. Su niñez, si bien no pudo relacionarse en demasía, fue inexplicablemente feliz. En esa habitación secreta se forjó en valores muy nobles. Su corazón siempre fue puro y su sonrisa nunca dejaba de iluminar un día de Lady Margaret. Desde pequeño tuvo un alma altruista y generosa, inocente en su medida exacta.

En el Palacio de Pacentia, fue Isabel—hermana de María y princesa— quien lo encontró un día. No obstante, debido al nacimiento de Eduardo VI, Lady Margaret tuvo que trasladarse a Hampton Court, donde residía el príncipe. Así, igualmente de forma secreta, Kyros se desplazó hasta allí y vivió escondido hasta cumplir los 16 años. De alguna forma inexplicable, a esa edad volvió a encontrarse con Isabel. Esta vez creó con ella un lazo fuerte que toda Inglaterra desconocía, debido a que—después de todo— era su prima segunda. No obstante, por parte de Isabel había más que un afecto fraternal. Se notaba una clara inclinación e incluso, se pensó que ella cayó terriblemente enamorada de Kyros—es así que, después de no poder consumar su amor por él, se declaró incapaz de tener relación alguna con nadie, siendo conocida después por ser la Reina Virgen—.

Sir Francis murió en 1550, siendo a partir de ese año cuando los problemas de Kyros empezaron a aflorar. Aunque su identidad y origen permanecían ocultos ante la sociedad, es imposible guardar un secreto por tanto tiempo, y fue por esas épocas donde comenzó a huir. Grande fue su habilidad para evadir a los sicarios mandados por quien sabe qué escoria de la vida. Aun así, él se quedó con mentira de su origen: hijo de un noble que traicionó a su rey y fue condenado a muerte, pero se salvó del mismo destino debido a la benevolencia de Sir Francis, amigo cercano del noble, que convenció al rey de criar a Kyros para servir a Inglaterra. Obviamente, esto le había contado Lady Margaret llegada una edad madura, aunque nadie sabe qué fue lo que le contó Sir Francis a ella para convencerla de cuidarlo. Consiguió un barco, dado que el Vicario del Infierno había dejado tras su muerte una flota a su mando, y huyó del país. Se estableció en Béthurne, Artois.

La Odisea de Kyros, 1558

Establecido al norte de Francia, Kyros logró encontrarse con un refugiado inglés quien le proporcionó una vivienda decente acorde a su alcurnia. Allí adoptó el apellido Kierkegaard y el Conde Carlos V le otorgó un título nobiliario, siendo ya un hombre influyente y reconocido por su diplomacia, ganándose así su favor.

Kierkegaard había cosechado riquezas y hecho justicia a su anterior vida en palacio; viviendo plenamente un cálido verano en su lujosa vivienda en el campo. Todo parecía ir viento en popa, hasta un día, no se sabe si terrible o no, que conoció al que sería su creador.

Kyros recuerda que se internó en una zona llena de vegetación, un bosque cerca de una de sus tantas viviendas. Ni siquiera era de noche; el sol aún alumbraba el día y besaba con su luz las hojas verdes de las copas de los árboles. Allí se encontró a una figura muy peculiar. Llevaba una andrajosa túnica azul oscuro y estaba recostado bajo un árbol, al parecer, delirando y en su lecho de muerte. Él se apuró en brindarle su ayuda, no obstante, con mucha cautela. Era un vampiro, él no lo supo al instante, por su puesto; tampoco lo supo cuando intentó clavarle los dientes desesperadamente por una gota de su sangre. Monsieur Kyros, hábil y rápido, sometió rápidamente al desgraciado. En un momento se sintió confuso e incluso, que su juicio se nublaba; y aunque las fuerzas del vampiro en cuestión eran nulas, logró controlar la voluntad de Kierkegaard. Lo drenó casi por completo, no obstante, no lo dejó morir. Le pagó con la misma moneda y le dio de beber un poco de su sangre para así convertirlo en uno de su especie.

Siendo Kyros neófito y aprendiz de Maestre Arzhael, tardó mucho tiempo en estabilizarse. A partir de ese día, perdió el alma alguna vez pura que tuvo y descendió al mundo de las sombras inmortales. Su personalidad no sufrió muchos cambios: intentó conservar la parte humana que se le había arrebatado, pero no bastó con las ansias de sangre que clamaban sus primeros días de “nacimiento”. Después de un tiempo logró controlarlo. No sabía si agradecer o aborrecer a su creador, si bendecir o insultar aquel destino; simplemente no entendía el nuevo mundo que estaba a sus pies.

La vida de Monsieur Kierkegaard cambió muchísimo: descubrió las faldas, el poder de la seducción y que se debe ser un poco inmoral en este mundo. La verdad es que en un principio lo disfrutó, tenía cierta debilidad por la consumación carnal, único delito del que no se siente culpable. Es realmente muy raro conocer a alguien correcto en todas sus maneras, pero extremadamente lujurioso ¿verdad? Aunque se supone que al acariciar la inmortalidad, hay algunos tabús que se disuelven y muchas cuestiones que se resuelven lógicamente, apelando a la sabiduría de los años vividos. Bueno, bon appetit ¿no?

Roma, 1700

Han pasado los años, Kyros es ya una criatura de la noche que sabe cómo moverse, cuándo moverse y por qué moverse. Además de por dónde, aunque hasta la fecha ya se ha recorrido toda Europa. Distinguido, sociable, respetable: todo lo que su status le exige. Pero su vida como inmortal le empezaba a desagradar: aun cuando estaba rodeado de personas, debido a su aire conservador, evitaba las relaciones profundas y duraderas—ya sea con un buen amigo o con una amante—. Era solitario y odiaba tener que serlo. Su ser gentil y compasivo no había desaparecido. Incluso esa noche en la fuente de Trevi. Socorrió a una hermosa damisela en apuros, la cual le hizo recordar su pasado de algún modo. Fue la primera vez que ejerció una conversión. Y desde ese día su vida quedó ligada a aquella muchacha: su carácter servicial y protector emergieron y fue como su bote salvavidas. Nunca lo admitirá, pero le dio lo que le faltaba: compañía. Incluso, algún otro sentimiento de cercanía.

Aunque Kyros sea aquel “buen tipo” que no se encuentra, lleva dentro de sí un profundo dolor, siendo proclive a la depresión. Ha tenido que rehacer su vida más de un par de veces y por aquello quiere mantener la que tiene ahora. Controlar los vaivenes del tiempo y las circunstancias. Y eligió Francia para ello.

DATOS EXTRA

♚Sus vícitimas usualmente son personas a punto de suicidarse, gente desdichada que ya no tiene una razón por la cuál vivir.
♚Posee una excelente memoria; no reteniendo datos, sino personas y detalles de su vida.
♚Tiene una especie de atracción como repulsión al color rojo, por eso prefiere los tonos más violetas o morados, ya que se parecen y captan instantáneamente su atención.
♚Le disgusta el alcohol.
♚Para conservar algún rastro de su verdadera nacionalidad, trata de preservar el acento, pero debido a su estadía en distintas partes del continete por largos períodos de tiempo, su forma de hablar se podria catalogar de rara. Su entonación es melódica y serena.
♚Su semblante es serio, pero carece de dureza: uno creería que contempla a un pensador optimista con mirada gentil.
♚Nunca en su vida ha perdido una partida de ajedrez. Que,a propósito, es su juego favorito.
♚Judikael fue el nombre que le puso La Gacela Escarlata, pero nadie vivo conoce de la existencia de este. Lady Margaret lo llamaba así cuando hacía una que otra travesura. Kyros es el nombre que le otorgó Sir Francis, y también el que utilizaban siempre.

por Invitado Lun Mayo 30, 2016 11:02 am

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