Sylvanas, la nigromante

Su nombre es Sylvanas y es una hechicera de 21 años. Como en toda su vida, tiene una posición de clase media, su lugar de origen es Finlandia, y es heterosexual

Entre sus habilidades se encuentran:

→ Nigromancia: Habilidad que consiste en la adivinación mediante la consulta a los muertos y sus espíritus o cadáveres. Permite controlar temporalmente a alimañas y criaturas muertas para sus propósitos. (No controla a Vampiros).

→ Dominación: Capacidad para controlar la voluntad de otro mortal, obligándolo a hacer cosas sin que pueda evitarlo a pesar de resistirse.

→ Titiritero: Capacidad para adherir un alma errante a un objeto inanimado y controlarlo a voluntad.



Sylvanas es metódica, meticulosa y extremadamente organizada. Jamás se le pierde algún objeto. Siempre cuida mucho cada detalle de todo lo que hace; y todo lo que hace tiene un propósito mayor en el gran lienzo en el que ella siempre está pensando completar. Todo tiene un fin y todo pasa por algo; cree que el destino no juega con las personas y que todos tienen un propósito en la vida, incluyéndola. Siempre tiene un plan que seguir, para ella vivir es como jugar ajedrez, siempre pensando incluso la sexta jugada siguiente y todo lo que pueda pasar entre medio. Por esto, no es muy alegre que digamos, tampoco muy seria, sino que está en el limbo medio de la simpatía y el interés hacia los otros. Con esto de que crea que todos tienen un propósito, suele buscar de qué le pueden servir a ella los otros; por esto es que siempre anda en busca del mejor postor. Aunque, de presentarse la oportunidad, sí es capaz de desarrollar lealtad por alguien.

Es apasionada con lo que hace, sus intereses están siempre muy marcados y es capaz de hacer lo que sea por conseguir lo que busca y cumplir con sus metas personales. No es buena trabajando en equipo y muchas veces prefiere trabajar sola. A pesar de eso, es muy conversadora, al punto que a veces habla sola (o eso creen los que la escuchan hablar con su peluche). Es trabajadora y estudiosa, jamás se da por vencida y nunca permite que se le escape nada, cueste lo que le cueste. ¿En el amor? Es una romántica, muy dulce y encantadora, pero cuesta mucho sacar esta parte de ella. Aunque, cuando se propone ser seductora y provocativa, sabe hacerlo a la perfección. En general, es delicada de sentimientos y suele ser algo melancólica. Al mismo tiempo es ingenua, suele creerse casi todo lo que escucha y solo se da cuenta de que las cosas no son así cuando lo experimenta. Además, lo que más odia en el planeta, es que la traten de menospreciar por ser mujer o por ser muy joven. Allí es cuando las personas caen en el juego de la magia de esta nigromante.


Sylvanas creció dentro de una pequeña comunidad en uno de los rincones más aislados de Finlandia. Allí creció en el centro de una gran familia de brujos y hechiceras, entre los cuales se practicaba todo tipo de magias ancestrales, ya sea blanca o negra. Desde pequeña se le creyó una prodigio; su primer hechizo lo efectuó a los tres años y lo hizo completamente por sí sola apenas se lo enseñaron. Gran parte de lo que le enseñaron fue primordialmente con motivos medicinales, por lo que podría decirse que desde pequeña, Sylvanas era una curandera miniatura y sabionda, a pesar de que desde temprana edad demostró talento por la nigromancia. Cuando cumplió diez años, la comprometieron con otro de los brujos prodigios de la aldea, un muchacho que tenía en esos momentos unos quince años. Aquel chico se llamaba Keleseth y Sylvanas pronto desarrolló cercana amistad con él, por lo que ambos estaban tranquilos y dispuestos a cumplir el compromiso de la boda, pues sus familias buscaban pactar alianza y ellos se llevaban bien. Los años pasaron de esta forma, en paz y con mucha dicha, durante los cuales Sylvanas fue cayendo enamorada del muchacho al que estaba comprometida. La noche de bodas llegó cuando la bruja cumplió sus quince años y, literalmente, duró no más de una semana como mujer casada.

Todo había llegado a su fin cuando en la sexta noche que llevaban de casados, un licántropo atacó a su amado Keleseth y, a pesar de los esfuerzos de Sylvanas de salvarlo y curar sus heridas, el hombre murió sin remedios. Destruida por sentir que le arrebataban su final feliz para siempre, Sylvanas hizo un último esfuerzo en extraer el alma de su amado de su cuerpo, convirtiéndolo así en un fantasma y, en seguida, utilizó sus habilidades para atraparla en un peluche de felpa. Sin embargo, sus habilidades no eran lo suficientemente poderosas, por lo que ante la desesperación de perder a Keleseth, pidió ayuda a un titiritero mucho más experimentado para que este le ayudara a atrapar bien el alma de su amante. Desde entonces que Sylvanas le viene prometiendo a su marido que encontrará la manera de traerlo nuevamente a la vida, cosa que se ha vuelto ahora su único propósito de vida, a pesar de que cada nigromante o curandero que ha conocido le ha dicho de que aquello no es posible.

Como en su pueblo natal sus planes no fueron bien recibidos, emprendió un viaje a través del mundo en busca del conocimiento y el entrenamiento que cree que necesita para poder lograr sus objetivos. Pero, ¿qué conocimientos buscaba? Supuso que el campo de la medicina en paralelo a la hechicería le iba a ser de gran ayuda, pues si planeaba darle vida nuevamente a Keleseth, necesitaba darle un cuerpo nuevo. O eso suponía. Desde Finlandia entonces pasó por Suecia y el Sacro Imperio Romano, donde aprendió algo de medicina moderna, lo más básico, mas continuó su camino hacia la India. Allí se mantuvo dos años en los que no solo aprendió el idioma local sino también aprendió aún más sobre medicina, habiendo logrado convertirse en pupila y asistente de un reconocido cirujano. Sin embargo, al haber aprendido medicina moderna hasta el cansancio, Sylvanas se dio cuenta de que aunque le gustase ayudar a los otros, aquello no le servía de mucho para lo que en realidad se llevaba entre manos, por lo que nuevamente decidió seguir su búsqueda. Se dio un par de vueltas por el oriente medio, pero se devolvió a África, donde viajó por distintos países y aprendió inglés pero al mismo tiempo sobre el voodoo y la mitología de los zombis, junto con un poco de medicina alternativa local. Obviamente, lo de la mitología de los zombis le llamó mucho la atención pues estaba fuertemente conectado con la nigromancia. Le intrigó igualmente la creencia de los Africanos de que una bruja podía "zombificar" a una persona al matar, poseer y controlar su voluntad, pero su curiosidad por poder hacer aquello con seres vivientes hizo que se dedicara a investigar todo lo que pudo al respecto y así aprendió sobre la dominación, la cual descubriría sería su tercera habilidad más fuerte.  

Con 18 años ahora, Sylvanas se propuso volver a tomar largos viajes en busca de más conocimiento, haciendo que sus rumbos pasaran raudamente por París y otros lugares icónicos de Europa, pero haciendo que sus pasos se detuviesen solo en Luisiana, en América. Allí continuó estudiando medicina, tanto normativa como la alternativa, pero al mismo tiempo aprendió inglés al revés y al derecho. En américa también aprovechó la oportunidad de aprender a realizar cirugías y a aplicar los distintos tipos de anestesias disponibles de la época, donde aprovechó de igual forma adentrarse a aprender a tratar con los cuerpos de los fallecidos en una autopsia y, luego, en la morgue, donde aprovechaba de practicar la nigromancia a escondidas para poder perfeccionarla, al mismo tiempo que intentaba practicar el titiriteo. Aunque, por más que lo practicara, no lograba llegar a aquel objetivo que tanto buscaba: el de revivir por completo a alguien. Frustrada, decidió que era tiempo de volver a Europa a intentar su suerte buscando a otros nigromantes y volteando sus ojos a culturas más ancestrales, por lo que ahora, a la edad de 21 años, se encuentra en París, acompañada únicamente de un conejo de felpa con quien habla regularmente y donde contiene atrapado el fantasma de Keleseth.  ¿Cómo se mantiene económicamente? Pues ejerce como médico sin licencia, aunque, también hace de intérprete y traductora cuando le es posible, puesto que durante sus viajes aprendió varios idiomas.  


➝ Es una prodigio. Lo que se decide en aprender, lo hace con facilidad.
➝ Siempre ha querido aprender a bailar ballet, pero nunca se ha decidido por hacerlo.
➝ Habla Finlandés, Hindi, Inglés, Árabe y Francés.
Cada cierto tiempo cambia el peluche donde tiene atrapado a Keleseth, para que no ande haraposo.