Marionetas (privado)

por **Sandra Liebharts-Koth** Jue Jun 30, 2016 9:50 pm

Mentiría si dijera que no extrañaba salir de compras. Pero la verdad era que también mentiría si dijera que le gustaba mantener un bajo perfil.

Habían terminado de re-decorar la casa comprando algunos muebles de medio uso, adornos y pinturas para que el toque de su familia . como si estuvieran en ella nuevamente. No es que lo necesitara mucho pero comenzaba a ser maniática del orden, la prolijidad y el buen gusto, por lo tanto y como siempre, ella misma se había ocupado de todos los detalles. Tenía demasiado tiempo libre, había que entretenerse en algo dentro de esas frías y oscuras paredes.

Así fue como se vio en la tarea de buscar algo interesante para matar el tiempo. Caminaba a paso firme como siempre lo hacía, y la luz del día era cada vez más débil. Así que debía darse prisa.

En fin, rememorando una de aquellas ocasiones, fue que tuvo una idea para un regalo: ¡un reloj antiguo! Si, sería una antigüedad muy elegante que seguramente encontraría a la brevedad, porque en cualquier lugar podría conseguir uno ¿verdad?. Así fue como su primer destino serían las mejores tiendas de antigüedades de la ciudad aunque sólo las viera por fuera, ya que su destino final, era un mercado ambulante, o mercado de "pulgas" vulgarmente llamados así.

Tenía algo de reticencia a ir sola, pero no tenía otra alternativa. Tenía muchas ganas de comprarse algo bonito para adornar en la pared de su habitación y le recordara que aún seguía viva y debía seguir adelante a costa de todo. Si bien, tenía todo el dinero que pudiera imaginar, debía irse con cuidado. Una dama comprando cosas en un sitio como aquel era peligroso, pero la verdad sea dicha de paso, es que comenzaba a cansarse de tener miedo. Estaba asfixiándose, necesitaba respirar aire puro, distraerse, ver personas caminar de un lado hacia a otro, ver a los niños jugar y comer dulces o volando cometas. En fin, tratar de disfrutar aunque fuera unos instantes de su vida. Así que con todas las ganas e ilusión del mundo se dedicó a recorrer los puestos, sonriendo de vez en cuando.