Sibila D. Salerni.

26 años ✘ Esclava de sangre ✘ Clase media ✘ Heterosexual ✘ Italiana
Poderes
✘ Sentidos aumentados.
✘ Fortaleza.
✘ Longevidad.
✘ Sanación más acelerada.

Personalidad
Por el tipo que vida que ha llevado desde el momento en que nació, Sibila ha aprendido a valorar cada detalle de lo que la rodea. No se siente atada a ningún lugar pero de alguna manera sabe que pertenece a Italia. La percepción que tiene del mundo dista mucho al del resto de mujeres, no aspira a contraer matrimonio ni a dedicar su vida a un hombre, tan solo tiene unas ansias terribles por conocer; conocer gente, museos, bibliotecas… Conocerlo todo. No hace mucho tiempo que ha perdido a su madre y esta era terriblemente estricta en cuanto a relacionarse con otra gente, ahora que está sola en el mundo las reglas cambiarán y se dedicará a aprender todo lo que pueda de la sociedad; siempre teniendo cuidado con el aquelarre y su maldición.

Sibila es curiosa y madura, cuidadosa con los demás y siempre sigue la norma “no hagas lo que no quieras que te hagan”. Disfruta de la lectura, de los paseos por los sembrados y le apasiona observar extraños y dibujar bocetos furtivos de escenas diarias que después guarda para si misma en una carpeta que lleva consigo como su mayor tesoro. Sabe que el amor no esta hecho para una mujer de su estirpe y tampoco lo busca, se limita a observar a todo aquel que se cruza en su camino y su prodigiosa memoria no pasa por alto detalle alguno.


Historia
Tu sangre es lo más valioso que posees.

Esa era la frase que la había perseguido desde su nacimiento. Las mujeres con el apellido Duncan estaban malditas y por ello se había recurrido -a lo largo de los siglos- a múltiples triquiñuelas para ocultarlas. Todo se remontaba a hacía unos 2.000 años, época en la que nació el culpable de toda aquella persecución para sus descendientes, comenzó de una manera y con unos motivos que mucho distan de los actuales. Por aquel entonces, en Roma, ser descendiente de alguien con buen prestigio –ya fuera militar, político o filosófico- era fundamental y Ares Markov Duncan tenía lo primero. Aquel hombre o bestia, como muchos le apodaron, se ganó siempre la vida luchando, eliminando a todo aquel que le pusieran delante. Para su desgracia, parte de su vida la tuvo que dedicar a la servidumbre, a las peleas para ganarse la libertad que antaño poseyó y disfrutó; y fue en esa época en que su nombre comenzó a sonar entre las oscuras callejuelas como el mejor de los combatientes. Muchas fueron las mujeres que se acercaron a él en busca de noches de pasión pero tan sólo una consiguió quedar en cinta en aquel encuentro. Su nombre Artemisa, su don ser bruja. Esta pertenecía a un aquelarre que perseguía engendrar a los hijos más poderosos que Roma hubiera visto jamás. La belleza, la inteligencia, la fuerza… Todos los dones eran pocos para lo que necesitaban, mas por alguna razón tan solo una niña sobrevivió  de todos los embarazos cuidadosamente seleccionados; la hija de Markov.

Como era de esperar el resto de brujas del aquelarre se volvió en contra de Artemisa y esta huyó para lograr esconder a esa pequeña recién nacida. Lo logró y así consiguió salvar la estirpe de aquel hombre -ajeno a todo lo que estaba ocurriendo, por supuesto-. Pero lo que comenzó como un conjunto unido de brujas buscando crear unos humanos poderosos se convirtió  en una caza de la única estirpe superviviente. Década tras década Artemisa y su hija viajaban de un lugar a otro cuando la mayor sentía el poder del aquelarre rondarlas, jamás las dejarían tranquilas y ni siquiera en su lecho de muerte dejó de repetir a su hija aquella frase: Tu sangre es lo más valioso que posees. Así, generación tras generación, todas las mujeres Duncan fueron perseguidas y obligadas a ser nómadas. Jamás hubo un varón, todo niñas. Alguna vez la propia Artemisa le confesó a su hija que habían sido malditas, que la única forma de salvarse y vivir una vida normal sería dar a luz a un niño… Ninguna de las descendientes de Duncan se casó, todas tuvieron una noche íntima con algún hombre a quien consideraban digno de ellas y se alejaban nuevamente a continuar su vida en soledad o con la única compañía de su hija.

En la actualidad la única descendiente de aquel combatiente y la bruja es Sibila y los viajes la han llevado hasta París, tierra que promete oportunidades y descanso durante un tiempo. Ahora está sola por lo que no tardará en buscar un hombre, tal y como todas su antecesoras hicieron, ¿o no?...


Más
✘ Todas sus antecesoras son brujas.
✘ Única descendiente de Ares Markov Duncan.
✘ Nunca pasa más de diez años en el mismo lugar.
✘ Todas las mujeres de su estirpe están malditas.
✘ Cree que tiene poderes pero aún no les ha descubierto.