Ryan Scofield ID

Datos personales:

NOMBRE COMPLETO: Ryan Scofield
Edad:25 años
Especie:Hechicero
Clase social: Alta
Orientación sexual: Asexual por espiritualidad. Humanamente homosexual.
Origen:Inglaterra.
Ocupación: ¿Sacerdote?

HABILIDADES:

.- Premonición.
.- Polimorfismo (Alteración de apariencia).
.- Posesión.



Descripción Psicológica:

- “Cual volcán durmiente en el mar” - escribió en el pergamino amarillento que le servía de papel. - “Aguardando el preciso momento de florecer, este capullo de belladona, deja entrever la hermosura de su alma en el físico de su sonrisa, y al mismo tiempo, la toxicidad de su corazón. Especialmente intrépido a la hora de cumplir una misión, evoca la presencia de un sofisticado caballero que cuida y protege con celo potente la creación de nuestro Señor. Destacado siervo de Dios, con valores primordiales, como el amor, la cordialidad, extensa y fina educación, respeto, y hermandad. Un joven que no se niega a proteger a un ser en peligro, arriesgando su propia vida, siguiendo los pasos de nuestro señor Jesucristo del calvario a la cruz. Un muchacho de oración constante, ayuno, y sacrificio. Viviendo cada tiempo de la iglesia con su corazón en mano, manteniendo viva la eucaristía a través de su don al canto litúrgico, tanto gregoriano, como en otros idiomas. Salatiel es un vivo ejemplo de cristiandad católica y por ende lo recomiendo ampliamente para nuestra diócesis y organización.”

Su mano recargó la punta de aquella pluma en el pequeño frasco de tinta, y volvería al pergamino a redactar. - “Tiene altos conocimientos en medicina oriental, herbolaria y del cuerpo humano, lo hacen un personaje de estudios profundos y asiduos. Ha estudiado desde muy pequeño la palabra de Dios, podría considerarse un candidato a la defensa apologética de nuestra fe católica, y es tanto su amor a nuestra iglesia, que abandona su puesto de sacerdote presbiteriano, para volverse un misionero perenne, dispuesto a erradicar con mano firme la creación del demonio en nuestra bendita humanidad.” - Dio un punto y aparte, un suspiro y se dispuso nuevamente, sabía que no todo era color de rosa. - “A pesar de su afección psicológica hacia el desorden, el joven se ha mostrado bastante calmo y con disposición a la ayuda y control de su enfermedad. Esta se basa prácticamente en un rencor profundo al desorden, busca siempre mantener sus cosas personales en extremo orden. Intuimos nosotros, que esa capacidad suya de odiar el desorden, le hace querer volverse un completo Inquisidor y ganarse el puesto al que remito la presente. Porque efectivamente para eso funciona esta organización: erradicar el desorden que la humanidad pecadora ha producido.”

Atentamente:
Arzobispo de París.
Presbítero Daniel Antoine D’Lagart.

Historia:

- “¿Cómo podría definir la vida?” - Escribió con una fina pluma directo en el blancuzco papel, enlazando su mano, su boca y su pensamiento en una sola acción al mismo compás. - “La vida puede definirse como un don otorgado por Dios, nacimos del polvo, como Adán, del polvo de un ser terrenal, un hombre, y engendrado con una mujer, podemos decir que tenemos algo llamado vida, expresado en la forma más sumisa de la humanidad: un bebé. Pero, ¿Qué es en si la vida?” - Detiene un momento su pensar, escribir y hablar, y con la punta de la pluma, ya seca, afirma sobre su labio inferior para encontrar las palabras y continuar. - “La vida es una existencia misma permitida por nuestro Señor, solo por Él tenemos todo lo que podemos tener, gracias su infinita misericordia, gracias a su paciencia y al sacrificio de la cruz, podemos decir que estamos vivos, libres y salvos. Y es por Él que hago lo que hago.” - ¿Fue una lagrima la que caía sobre el papel, o fue una gota de sudor producto del calor que daba aquella vela a su lado? - “Amo con profundo sentir todo lo que me ha dado mi Señor. Amo a mi familia, mis amigos, mis hermanos en Cristo, hasta a los enemigos que pude ganarme con mis defectos humanos, los amo. Y debo decir que hasta hoy, amé mi vida sin mirar atrás.” - Si, era una lagrima furtiva, que ahora se armaba de más acompañantes como ella. - “No puedo continuar, no puedo seguir en este mundo lleno de pecados, no puedo cargar más mi alma en este cuerpo manchado por Satanás, no puedo ver a la cara de aquel Jesús en la cruz, que me amó hasta el fin, y no sentir asco hacia mí, que solo soy un vil pecador. ¡El infierno debería merecerme! Sé que me aceptara en medio de sus castigos eternos, porque no merezco más que eso, el sufrimiento eterno. Caer de un acantilado, una y otra vez, hasta pudrirme en el fuego del inframundo.” - Se detuvo un segundo, porque el papel se estaba humedeciendo más de la cuenta, un fuerte respiro entro a sus pulmones y volvió su mirar al papel. - “He pecado contra el cielo y contra ti, dice el evangelio del hijo prodigo, ¡y vaya ironía!, soy el hijo prodigo que no quiere volver a los brazos de su padre amado. Escribo esta carta con inmenso dolor, y con el corazón roto y quebrantado, espero no oren por mi alma, porque mi salvación fue descartada justo en el momento en que decidí plasmar mi dolencia en este papel. Perdonen despedirme de esta forma, pero no tengo más por hacer, pues ya perdí la valía por vivir y mi infinito amor a servir. Gracias a todos, y al que encuentre esta carta, espero sepa llegar a los demás. Les deseo lo mejor del mundo. Espero me perdonen, porque he sido el más cobarde, al engañarlos a todos con una sonrisa pulcra, cuando estaba podrido por dentro mi nefasto ser.” - Por ultimo colocó abajo del texto. - “Padre, Cristiano Armeira” Listo.- Dijo terminando con aquella excelsa caligrafía. - Te amo Cris... - Y Salatiel jaló del gatillo de su arma, para así volarle la cabeza al que fue su amado Cristiano.