The Blood Moon [Koray Relations]

No se puede describir lo que no existe. Cada vez que ha halado con alguna persona su carácter ha parecido algo completamente distinto. ¿Coincidencia? Para nada. Siempre ha sido consciente de que todo el mundo tiene necesidades y deseos, y no ha dudado en presentarse a sí mismo como aquel que puede hacerlos realidad. ¿Quieres reconocimiento? ¿Fortuna? ¿Amor? No importa, Koray es el hombre que buscas, porque se a lo que sea: él puede conseguirlo. Lleva cuarenta años en un negocio que no perdona el mas mínimo error y que únicamente pide soluciones. Esto ha hecho que su carácter mute en función de la necesidad, cambiando su apariencia desde un reputado hombre de negocios europeo, hasta un traficante de humanos en Marruecos. Su habilidad para la mentira es soberbia, pues debe serlo para reconocer a lo que le mienten. Esto ha hecho que su moral este un tanto torcida, o mejor dicho: es inexistente. No le importa lo que sus acciones produzcan a otros ni porque motivos, él solo se preocupa de conseguir sus metas.

Desde el primer momento en que habla con alguien orienta toda la conversación a hacerles creer que le necesitan para conseguir lo que quieren, aunque ni  ellos mismos sepan que es lo que quieren, les convence de que tienen que tenerlo porque, obviamente, ellos lo merecen, y el resto del mundo no tiene ni voz ni voto en ello. Algo como esto es el día a día de Koray, y se esmera por conseguir la confianza de sus clientes contando historias. En una narración prodigiosa, llena de pasión y convicción, en la que cada palabra que sale de su boca es una incitación a obtener una experiencia similar y sentir esos mismos placeres y poderes en su propia piel, la gente está dispuesta a hacer lo que sea; aunque nunca sepan si esa historia es verdad. Lo cierto, es que nunca quieren saber la verdad, el truco. Desgraciadamente, como ocurre con cualquier espectáculo de ilusionismo, en el momento en que el velo cae y la verdad se revela, todos nos sentimos decepcionados. Por eso mismo, todos queremos ser engañados. La verdad no sirve para nada a menos que nos convenga, todo lo demás es pura propaganda política de cara a las masas anónimas e ignorantes que nunca entenderán. Nunca entenderán lo que es tener el mundo a tus pies.

Koray nunca revela su personalidad del todo. Se ha pasado tanto tiempo guardando y cumpliendo los secretos y deseos de los demás que no tiene tiempo de preocuparse por los suyos. Sus amistades verdaderas son escasas, pero con todas ellas es absolutamente leal. Muchas de sus grandes experiencias las ha vivido con ellos, cosa que es como un requisito previo obligatorio para tener su amistad: compartir una historia original y única. Es una persona que jamás se ha conformado con lo que el mundo decida darle, todo lo contrario. Es ambicioso, egoísta y depravado, todo dentro del carcajeo sardónico, fetichista y cínico que puede ofrecer su mente. No se considera ni un monstruo ni un santo; ni bueno ni malo; solamente alguien que ve las cosas desde su propio punto de vista, y eso es lo único que le importa. Cree firmemente que el poder no es algo que proporcione una corona, el atuendo es lo de menos. Cientos de hombres han sido más poderosos que cualquier monarca sin necesidad de llevar corona, y él jamás a codiciado una, aunque si admite que tenerla resultaría muy útil, prefiere que el rey en cuestión sea el que le deba un favor.  

La religión es algo curioso, como alguien que creció en un lugar con varias creencias y etnias religiosas, las entiende perfectamente; precisamente por eso las desecha. Son historias, como las que el constantemente cuenta y, como siempre ha dicho: “Una vez que cruzas, hay cosas en la oscuridad que te hacen creer que tu corazón no volverá a sentir la luz nunca más.” Siempre ha estado al borde de la muerte y se lo ha tomado con humor, no como una necesidad imperiosa de encomendar su alma a alguna entidad superior, teniendo una visión del mundo y de la vida muy irreverente, casi hasta escandalosa.  Por otro lado, esa necesidad incesante de que las especies sobrenaturales se odien, en una especie de mantra injustificado aunque muy lucrativo, no le deja de parecer hasta chistosa. Ha compartico dama con mujeres de todas las especies, y una copa con hombres de todas las condiciones, y nunca ha visto diferencias evidentes de uno a otro.  

¿Cuáles son sus intenciones? Puede que ni el mismo lo sepa a veces, pues su cabeza se pierde tanto en ocasiones que cuando consigue lo que se propone, no está del todo satisfecho. Lo curioso es que si algo así ocurriese, se sentiría muy decepcionado, puesto que su vida no tendería objetivo, y eso solo llevaría al aburrimiento.