And the path goes on... | Diario

por **Thackery Laine** Dom Ago 28, 2016 2:26 am

Leading me into solitude's arms

Otoño | 7:30 p.m. | Playa

A veces me pregunto dónde están realmente. El océano, abismo insondable y luctuoso; sus ánimas no son sino dos más de aquel montón de la Zona Hadal, al menos parte de ellas, no estoy seguro. Sabio fue el destino, no obstante, en elegir su última morada. ¿Dónde más sus restos descansarían? No sería digno inhumarlos en esta tierra, tan avara como obscena. ¡Aquí no hay más que codicia, padre! A ti te hablo. Aunque acongoje su pérdida el resto de mis días, no te hubieras sino decepcionado. Francia, Finlandia, no hay escape del malestar humano. Tengo miedo, pues hemos revelado tan sólo las páginas más horridas y asquerosas de los libros en los cuales vivo escudriñando, de aquellos pasajes que me has enseñado a valorar y a estudiar. ¿Es que cambiará algún día? Porque afirmaría que no es más que una constante, una mancha imborrable en nuestra especie.
Deben de saber que he tomado tu trabajo padre, no te decepciones, quizás y con el tiempo Anneli supere mi futuro; y madre, deberías verla, ¡es tan parecida a ti! Tu memoria estará a salvo en su rostro, aunque a veces produzca melancolía en mis tíos. Mientras ella descansa por las mañanas, voy al entierro de algún desdichado, a sepultar sus restos. Me he vuelto, sin embargo, tan ajeno a las emociones que produce una pérdida, que en parte temo. Pero creo, sin duda alguna, que mi empatía hace acto de presencia más allá del cementerio de Montmartre, donde se ubica la fosa común. Allí, y tan sólo allí, es imposible no ser invadido por el vacío que produce la invisibilidad del lugar; he perdido la cuenta de cuántos cadáveres han sido arrojados a un mismo pozo. Tantos rostros sin nombre, tanta es la miseria del olvido. Me insisto a escribir al menos un obituario al día, para poder crear una historia que les devuelva la dignidad profanada. Espero realmente que alguien se detenga a leerlos, aunque eso signifique exponerse a la ridiculización de mis escritos, y tal vez a su posterior desecho. En muchas ocasiones he venido aquí a inspirarme, a la majestuosidad calma del mar abierto, para relatar dichas vidas, tan aventureras como falsas. Me he preguntado también si alguna de estas personas no era merecedor de un obituario, si en vida han sido tan despreciables que mis relatos connotaría una pequeña porción de injusticia. Aunque he pensado, debo admitir, que quien es arrastrado a cometer injurias es porque ha sufrido el abandono del cuerpo y del alma, siendo la muerte un bálsamo.
Aquí termino, sin mucho más que añadir a la fecha. La negrura del abismo comienza a emerger con la luna, y no quisiera ser devorado aún. Anelli me espera.

By ®Jamie T.