Nuestras miradas... Frágiles como alas de mariposa (Priv

por **Paul Brel** Dom Sep 25, 2016 10:09 am

Nuestras Miradas... Frágiles como alas de mariposa

Desde el amplio parque que se extendía por delante del Hotel, un caballero caminaba meditabundo por la soledad de aquel lugar. Con su traje de corte impecable, su bastón de puño de plata, el reloj de cadena en el bolsillo, y una expresión de indiferencia en el rostro, se dedicaba a pasear por las bien diseñadas aceras del lugar. Las bancas en su mayoría vacías, parecían no lograr convencer al extraño caballero, como si no encontrara un lugar adecuado en el que esperar. La verdad era que en parte, ésa era la realidad, Erhard, había quedado con una mujer, una inmortal como él, para tratar temas que le eran muy importantes. Luego de sesenta y dos años, se sentía en condiciones de volver, por vez primera, a la que había sido su tierra. Pues calculaba que ninguno de los hombres, ni mujeres que había conocido, se encontraría con vida, y de ser así, ya estarían muy envejecidos como para hacerle daño, o defenderse de su venganza. Necesitaba dar por finalizado esa etapa de su vida, y no lo haría hasta que cada uno de los responsables de su actual condición vampírica, estuvieran bajo una fría lapida, tan fría, como el propio corazón de Erhard.

Continuó, moviéndose por el lugar, contemplando por el rabillo delo ojo si alguna de las mujeres que allí se presentaban, era la indicada, mas ninguna llegaba a serlo. Pasaron otras dos horas, el restaurante del hotel estaría por cerrar, y aunque no le importaba quedarse toda la noche en un banco de la plaza, sabía que su actitud podía ser muy sospechosa,llamando así la atención de los inquisidores, ese grupo de revoltosos, que no dejaban de recorrer las calles de París, en busca de posibles amenazas, para los humanos, como para la fe de Dios, claro, un dios, que se acomodaba a los que ellos creían, lejano a la compasión. Resopló al comprender que por el momento, aquel contacto le había fallado, por lo que decidió, pedir una habitación en el hotel, en vez de dirigirse a su mansión, allí podría pasar todo el día y recién retirarse a la noche del día siguiente.

Cruzó la calle, se dirigió hacia recepción, y pidió una de las habitaciones mas lujosas, cuando parecía que la empleada le diría que no contaban con una de esas habitaciones vacías, el vampiro dejó que su seducción, envolviera como la fragancia de una flor, a la joven, quien tras ligeros cambios de comportamiento, la dilatación de sus pupilas, el modo acelerado en que su corazón bombeaba, le indicó que era el momento especifico para ordenar que le prepararan el mejor lugar y que nadie entrara a interrumpirle, hasta que él decidiera aparecer nuevamente, o dejar el hotel.

Tras acomodarse en la mejor suite, decidió bajar a mezclarse con los últimos comensales del restaurante, posiblemente, buscaría una joven dama, la haría subir a su habitación, y tras mantener un encuentro sexual, bebería de ella, para dejarla luego, dormida en alguno de los cómodos sillones de las salas de lectura, con que contaba el imperial hotel. Sonrió conforme con sus planes para esa noche, debería aguantar un poco para alimentarse, pero sabía que de esa noche no debía pasar, pues hacía mas de dos noches que no probaba sangre y su cuerpo ya se lo estaba exigiendo.

Descendió por las escaleras, hasta que tras sonreír seductor a la empleada de administración, se dispuso a disfrutar de una tranquila velada.

BY ORIANI~© SAVAGE-THEMES & THE CLOSETTO