AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Franz Von Auffenberg
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Franz Von Auffenberg
por Franz Von Auffenberg Miér Oct 05, 2016 4:35 am
▲NOMBRE DEL PERSONAJE▲
Franz Immanuel Von Auffenberg▲EDAD▲
30▲ESPECIE▲
Humano▲FACCIÓN A LA QUE PERTENECE▲
-▲TIPO, CLASE SOCIAL O CARGO▲
Clase alta▲ORIENTACIÓN SEXUAL▲
Heterosexual▲LUGAR DE ORIGEN▲
Imperio austríaco▲HABILIDADES/PODERES▲
-Atravesado por la idea de que «no tiene corazón», actúa un poco como si no lo tuviera. Pocas cosas lo mueven emocionalmente, no se entusiasma o alegra fácilmente, tampoco cree sentir piedad ni nada similar, salvo, tal vez, por los animales.
¿Misántropo? Tal vez, un poco. Solitario, asiduo a las relaciones superficiales, efímeras, en todo sentido. Su resistencia al compromiso le ha valido varios reclamos por parte de sus padres, quienes insisten en que necesita “herederos”. A él, francamente, no le interesa lo que ocurra después de que él muera: le preocupa más el presente, aunque a veces no puede evitar quedar prendado del pasado.
Es poco espiritual. Apático, excepto cuando se trata de sus hermanas, con quienes es protector. Es respetuoso con quien considera que debe serlo, pudiendo ser todo un caballero de la corte o un completo patán, altivo e impertinente, dependiendo del caso. Puede, incluso, llegar a ser cruel. Vengativo.
¿Misántropo? Tal vez, un poco. Solitario, asiduo a las relaciones superficiales, efímeras, en todo sentido. Su resistencia al compromiso le ha valido varios reclamos por parte de sus padres, quienes insisten en que necesita “herederos”. A él, francamente, no le interesa lo que ocurra después de que él muera: le preocupa más el presente, aunque a veces no puede evitar quedar prendado del pasado.
Es poco espiritual. Apático, excepto cuando se trata de sus hermanas, con quienes es protector. Es respetuoso con quien considera que debe serlo, pudiendo ser todo un caballero de la corte o un completo patán, altivo e impertinente, dependiendo del caso. Puede, incluso, llegar a ser cruel. Vengativo.
Franz Immanuel Von Auffenberg nació del matrimonio tranquilamente arreglado de un noble austríaco con una importante aristócrata francesa, dejando atrás un compromiso anterior por el «bien común».
¿Por qué «tranquilamente»? Porque no fue sólo una decisión de las familias; ellos, los padres de Franz, también estuvieron de acuerdo en afianzar la unión, aunque no precisamente por amor. Simplemente, no se resistieron. Entendían que era lo que había que hacer: casarse, tener hijos… Muchos. Algo que les costó, hasta el punto de generar fuertes disputas en la pareja. Antes de Franz, luego de varios intentos fallidos de lograr la concepción, hubo dos embarazos que no llegaron a término. Luego, en el próximo, el «verdadero» primogénito de los Von Auffenberg nació muerto. Es decir que Franz no es el mayor porque vino al mundo primero, sino porque fue el primero que sobrevivió, a pesar de que el temor de que no lo hiciera no faltaba, no sólo por el recuerdo siempre presente de las experiencias anteriores, sino también porque el pequeño Franz contaba con un leve hundimiento en el pecho que no sabían si afectaba a su salud o no.
El tiempo dio la respuesta: no. Franz creció como un niño normal, saludable, de la clase alta, aunque siempre se le enseñó a ocultar ese defecto del que los esclavos inventaban múltiples historias que, eventualmente, llegaron a oídos de los niños ricos de las familias amigas con los que Franz jugaba. Fue un escándalo cuando le contó a su madre que uno de ellos le preguntó si era cierto que «no tenía corazón». Varios esclavos fueron castigados a partir de ello, y una de las más supersticiosas criadas acusó a Franz de haberse cobrado sus «primeras víctimas», como el ser demoníaco que era; una idea que lo marcaría.
Fue educado en casa, una enorme mansión con vasto espacio verde en los alrededores, caballos, criados, todos los lujos… Y, ahora sí, hermanos. Todas niñas, para la desgracia de Herr Von Auffenberg, que buscaba un varón que pudiera suceder a Franz como heredero en caso de que ese corazón que latía raro detrás del pozo de su pecho dejara de funcionar. Sobrevivieron tres de esas niñas: Katja, Alissa y Ada. Katja, con el mismo defecto en el esternón que Franz (razón por la cual ella siempre sintió una conexión especial con él). La diferencia era que a ella, tal vez por el hecho de ser mujer, el hueco que, en su caso, deformaba su busto, la afectó mucho más, hasta el punto en que nunca tuvo un prometido por temor a la intimidad.
Franz, en cambio, tuvo varias mujeres conforme fue creciendo. Esclavas, prostitutas… Ewelina, una joven blanca «de buena familia» que le entregó su virginidad a orillas del río con la idea de casarse con él después. Pero Franz no tenía interés: no estaba enamorado. Nunca lo había estado, ni de ella ni de nadie. Tal vez era cierto: no tenía corazón. No le importó mucho romper el de Ewelina; el problema fue que ella, despechada, amenazó con contarle a todo el mundo que Von Auffenberg hijo la había deshonrado. Él no aceptó la extorsión y se desarrolló una discusión cada vez más acalorada y física, que culminó con la muerte accidental de Ewelina… en el mismo lugar en el que habían pecado. Y fue el mismo río el que se llevó el cuerpo inerte de la chica, mientras Franz aceptaba una propuesta de sus padres de viajar a Francia que en un principio había rechazado, buscando escapar de la situación. Ellos, que no querían a Ewelina de todos modos, tenían otros planes para él en términos de casamiento.
En París, Franz fue presentado con una aristócrata de ascendencia italiana, Bianca Aurore Mignola, en lo que aparentaba un futuro matrimonio convenido también tranquilo, como fue el de sus propios padres (quienes con el tiempo aprendieron a quererse, aunque más no fuera como amigos), pero incluso feliz, puesto que Bianca y Franz tuvieron la suerte de gustarse mutuamente en el tiempo que pasaron juntos. ¿Quién sabe adónde hubieran llegado si no hubiesen tenido una historia tan injustamente corta? Ella, pues, falleció en plena fiesta de compromiso, en lo que fue un atentado contra la familia Mignola.
Sintiendo que era un castigo por lo que le había hecho a Ewelina, Franz decidió marcharse lejos de allí, emprendiendo diversos viajes alrededor del mundo, como buscando un lugar en él. Durante años conoció a muchas personas, aprendió muchas cosas, tuvo experiencias variadas (incluso con seres sobrenaturales), adquirió el vicio del alcohol.
Recientemente retornó a Francia (donde su familia está instalada), tras haber recibido la noticia de que su hermana Alissa está enferma.
¿Por qué «tranquilamente»? Porque no fue sólo una decisión de las familias; ellos, los padres de Franz, también estuvieron de acuerdo en afianzar la unión, aunque no precisamente por amor. Simplemente, no se resistieron. Entendían que era lo que había que hacer: casarse, tener hijos… Muchos. Algo que les costó, hasta el punto de generar fuertes disputas en la pareja. Antes de Franz, luego de varios intentos fallidos de lograr la concepción, hubo dos embarazos que no llegaron a término. Luego, en el próximo, el «verdadero» primogénito de los Von Auffenberg nació muerto. Es decir que Franz no es el mayor porque vino al mundo primero, sino porque fue el primero que sobrevivió, a pesar de que el temor de que no lo hiciera no faltaba, no sólo por el recuerdo siempre presente de las experiencias anteriores, sino también porque el pequeño Franz contaba con un leve hundimiento en el pecho que no sabían si afectaba a su salud o no.
El tiempo dio la respuesta: no. Franz creció como un niño normal, saludable, de la clase alta, aunque siempre se le enseñó a ocultar ese defecto del que los esclavos inventaban múltiples historias que, eventualmente, llegaron a oídos de los niños ricos de las familias amigas con los que Franz jugaba. Fue un escándalo cuando le contó a su madre que uno de ellos le preguntó si era cierto que «no tenía corazón». Varios esclavos fueron castigados a partir de ello, y una de las más supersticiosas criadas acusó a Franz de haberse cobrado sus «primeras víctimas», como el ser demoníaco que era; una idea que lo marcaría.
Fue educado en casa, una enorme mansión con vasto espacio verde en los alrededores, caballos, criados, todos los lujos… Y, ahora sí, hermanos. Todas niñas, para la desgracia de Herr Von Auffenberg, que buscaba un varón que pudiera suceder a Franz como heredero en caso de que ese corazón que latía raro detrás del pozo de su pecho dejara de funcionar. Sobrevivieron tres de esas niñas: Katja, Alissa y Ada. Katja, con el mismo defecto en el esternón que Franz (razón por la cual ella siempre sintió una conexión especial con él). La diferencia era que a ella, tal vez por el hecho de ser mujer, el hueco que, en su caso, deformaba su busto, la afectó mucho más, hasta el punto en que nunca tuvo un prometido por temor a la intimidad.
Franz, en cambio, tuvo varias mujeres conforme fue creciendo. Esclavas, prostitutas… Ewelina, una joven blanca «de buena familia» que le entregó su virginidad a orillas del río con la idea de casarse con él después. Pero Franz no tenía interés: no estaba enamorado. Nunca lo había estado, ni de ella ni de nadie. Tal vez era cierto: no tenía corazón. No le importó mucho romper el de Ewelina; el problema fue que ella, despechada, amenazó con contarle a todo el mundo que Von Auffenberg hijo la había deshonrado. Él no aceptó la extorsión y se desarrolló una discusión cada vez más acalorada y física, que culminó con la muerte accidental de Ewelina… en el mismo lugar en el que habían pecado. Y fue el mismo río el que se llevó el cuerpo inerte de la chica, mientras Franz aceptaba una propuesta de sus padres de viajar a Francia que en un principio había rechazado, buscando escapar de la situación. Ellos, que no querían a Ewelina de todos modos, tenían otros planes para él en términos de casamiento.
En París, Franz fue presentado con una aristócrata de ascendencia italiana, Bianca Aurore Mignola, en lo que aparentaba un futuro matrimonio convenido también tranquilo, como fue el de sus propios padres (quienes con el tiempo aprendieron a quererse, aunque más no fuera como amigos), pero incluso feliz, puesto que Bianca y Franz tuvieron la suerte de gustarse mutuamente en el tiempo que pasaron juntos. ¿Quién sabe adónde hubieran llegado si no hubiesen tenido una historia tan injustamente corta? Ella, pues, falleció en plena fiesta de compromiso, en lo que fue un atentado contra la familia Mignola.
Sintiendo que era un castigo por lo que le había hecho a Ewelina, Franz decidió marcharse lejos de allí, emprendiendo diversos viajes alrededor del mundo, como buscando un lugar en él. Durante años conoció a muchas personas, aprendió muchas cosas, tuvo experiencias variadas (incluso con seres sobrenaturales), adquirió el vicio del alcohol.
Recientemente retornó a Francia (donde su familia está instalada), tras haber recibido la noticia de que su hermana Alissa está enferma.
Habla alemán, francés e inglés.
Franz Von Auffenberg- Humano Clase Alta
- Mensajes : 16
Fecha de inscripción : 02/08/2016
Re: Franz Von Auffenberg
por Invitado Jue Oct 06, 2016 11:37 am
FICHA APROBADA
bienvenido/a a victorian vampires
¡ENHORABUENA! YA ERES PARTE DE VICTORIAN VAMPIRES Y TE DAMOS LA MÁS CORDIAL BIENVENIDA.
ANTES DE HACER CUALQUIER OTRA COSA, TE INVITO A LEER LAS NORMAS QUE TENEMOS EN EL FORO PARA QUE ESTÉS BIEN ENTERADO/A DE CÓMO MANEJAMOS TODO EN ESTE SITIO Y ASÍ EVITARTE FUTUROS MALOS ENTENDIDOS. A CONTINUACIÓN TE DEJO LOS LINKS MÁS IMPORTANTES PARA QUE PUEDAS CONOCER LA INFORMACIÓN, Y SI DESPUÉS DE LEER SIGUES TENIENDO ALGUNA DUDA, PUEDES CONTACTARME A MÍ O A OTRO DE LOS ADMINISTRADORES; ESTAMOS PARA SERVIRTE.
¡QUE TE DIVIERTAS!
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