What we lost they forgot, but we never forgive what they done

por **Bran & Ben Chevalier** Vie Oct 21, 2016 6:09 pm

América — New Hampshire 1780

Con el amanecer los demonios no se van, aparecen.

La lluvia que caía torrencialmente inundando todo a su paso, las personas corrían a refugiarse en la iglesia de aquella población; pocas almas residían ahí aquella tarde que se iba volviendo noche en donde solo se podía oír las gotas que caen contra el suelo así como los bramidos de los cielos que retumbaban con fuerza. El miedo se iba apoderando de los habitantes de aquella colonia que solo rezaba a un Dios por ayuda y salvación de que pare la torrencial lluvia y se apiade sus almas pecadoras.

Más el pecado se lava solo con pecado de muerte

Entre las sombras el galope de un carruaje se acerca a la iglesia irrumpiendo en el lugar mostrándose con una sonrisa lobuna con la maldad grabada en su rostro; un grito aterrador se oye y en la mano de aquel extraño yace los cabellos de una jovencita que ahora es su prisionera, el miedo se apodera de todos hasta el punto de romperse, pero de la nada, un tigre fornido ingresa por las ventanas atacando a aquel que ha ingresado con violencia a su tierra, lo lleva arrastrándolo hasta el bosque adentrándose a lo más profundo donde aquel animal toma la forma de una bestia humana, un hombre por el que venían aquel que ahora yace bajo tierra.

A la mañana siguiente las personas comentan lo ocurrido en la iglesia, mientras el sacerdote intenta continuar con la misa habitual; aquel hombre de sonrisa agradable calma a las personas junto a sus dos pequeños que se quedan de pie junto a él, llamando la atención de las damas y niñas, así como de hombre que ven en ellos un futuro como líderes, como protectores de aquella colonia, junto a su madre que sonreía abrazando al menor de los pequeños dejando al mayor que este a lado de su padre. Una completa familia feliz.

Las explicaciones de lo ocurrido calman, en parte, a la población, pero también llena de especulaciones pero sobre todo va fomentando los rumores que más adelante serían la pieza clava para la caída y destrucción de todo.

Aquella noche, aquella sangre fue el inicio para que se desate el infierno.

por **Bran & Ben Chevalier** Miér Dic 21, 2016 5:43 pm

América — New Hampshire 1780

Grandes y pesadas zancadas que se oyen en torno en el profundo bosque acompañado de rugidos y aullidos ensordecedores que solo alimentan el miedo del pequeño poblado que linda con aquel lugar místico y tenebroso, los residentes rezan al señor de los cielos, al todo poderoso para que les brinde seguridad en aquella tormentosa noche.

Truenos, rayos pero no hay gota de lluvia alguna que toque la tierra solo el bramido de aquellas que en la oscura y densa noche se mantienen en pie de lucha, ninguna de las dos bestias retrocede y nadie sabe aquello que está ocurriendo ahí dentro del bosque más los rumores siguen en torno a la familia recién llegada, algunos le atribuyen la tranquilidad y otros el miedo, pero aun así siguen confiando en ellos que viven en la villa más cercana al bosque residencia del ministro de la colonia. El silencio irrumpió todo el lugar, los truenos cesaron en un instante y la calma apareció Silencio es lo que correen aquel preciso momento, todos tratan de ver por sus ventanas algo lo que sea pero solo ven oscuridad.

Pero aquellos ojos felinos observan muy de cerca a cada uno de los pobladores en silencio sin inmutarse o hacer un movimiento en falso; el cuerpo de animal toma el de un humano fornido que camina hasta el cuerpo del otro que ha terminado con la garganta cercenada, la sangre corre por toda la tierra y es aquel que tira del brazo del muerto hasta adentrarse más a los bosques dejando el cadáver enterrado.

A la mañana siguiente los niños juegan con aquel hombre, el nuevo ministro de la colonia, los pobladores observan y solo murmura por las heridas que presenta el hombre, heridas que son ocultas por vendajes haciendo que las especulaciones corran aún más; la mujer que le acompaña al hombre es su esposa, una mujer de belleza inigualable, ella es quien toma el brazo de su marido acompañándolo como si nada malo ocurriera.

Las preguntas e comienza a hacer a viva voz y la respuestas es única que convence no del todo, a los hombres de fé, una excusa de estar de cacería hasta que dos bestias se encontraron a pelear y unad e ellas le salvó, había dado las características de aquel animal que lo protegió del otro que buscaba devorarlo y era por ello que tenía semejantes heridas; ante los ojos de sus pequeños era todo un héroe así como el de otras personas, pero habían escépticos que no creían ello y por lo que tenían los ojos sobre él, aunque sus heridas eran mucho más profundas de lo que él contaba ser.

por **Bran & Ben Chevalier** Mar Mar 21, 2017 6:54 pm

América — New Hampshire 1780

La época de lluvias llegaron, los campos crecían alimentando al pueblo, que iba creciendo lentamente en completa armonía y paz; los ataques de animales se redujeron tanto que todos adjudicaron ello a un milagro divino por la llegada del jefe, de aquel hombre noble que ayudaba a todos. Pero la realidad era contraria, el mantenía a los animales lo más alejado posible del asentamiento humano así como a los propios humanos de los bosques, cuando uno entraba en aquellos dominios ser perdía por días y cuando regresaba la demencia era lo que lo asolaba.

Historias nuevas comenzaron a correr por el pueblo, con las mismas épocas de las lluvias, todos esos rumores aunque muy oníricos siempre tenían algo en común, un gran, enorme bestia furiosa con unos ojos que traspasan el alma internándose en la mente hablándoles y castigándoles con males por haberse inmiscuido en su territorio.

Tantos audaces e intrépidos hombres fueron los que se atrevieron a ingresar cada noche al bosque llevándose los mismos relatos sin fin; tantos de esos creo el caos y por tanto nuevos grupos de expedición tuvieron que hacerse, nuevas cacerías que terminaron en fallas, letales errores humanos y vidas que se perdieron en los confines de los bosques.

Una torrencial lluvia que azotó el lugar tan fuerte que se pensó inundaría el poblado, durante la tormenta, aquel hombre había estado encerrado en su estudio ideando una forma de evitar que más vidas se pierdan; aunque la realidad el está afuera en el bosque; de la nada, un tremendo rugido azotó todo los bosques logrando que las personas que lo escucharon temblaran, dos rugidos más feroces siguieron, toda la noche los rugidos se escuchaban como lamentos, a la mañana siguiente grandes huellas en la entrada del bosque fueron halladas, todos querían que eso lo viera el jefe. Al llegar, el hombre comprendió y comunicó lo que pensaba.

Todos comenzaron a entender la razón de los rugidos, aun así había algunos cazadores que trataban de encontrar a ese animal, solo que ahora nadie iba a protegerlos y menos hacer algo, todos estaban advertidos de los peligros del bosque. Los pequeños ya no eran tan chicos, iban creciendo y con ello el peligro para aquel hombre comenzaba a crecer, no solo por sus hijos, si no por su familia, su pueblo y lo que podría todo eso conllevar, catástrofes o buenaventuras, pero el clima anunciaba que todo sería para peor.

por **Bran & Ben Chevalier** Dom Mayo 21, 2017 10:18 pm

América — New Hampshire 1781

La lluvia siempre trae consigo cosas buenas, aunque la mayoría de personas lo vean como algo dañino pero para aquellos conocen la verdad de la llamada madre naturaleza saben que aquel rocío no es más que la calma para la tierra. Algo que a los animales que en el bosque se ocultan anhelan por el verdor y crecimiento de sus alimentos. Aunque también el cambio de las estaciones trae consigo una plaga, un enemigo en común, aquellas noches de luna donde hombres se transforman en bestias y para un pequeño poblado donde los rumores crecen rápidos tener algo que ha afectado a otros es más rápido que la realidad.

Nuevas historias crecen, ya no es la enorme bestia guardiana que protege los bosques, ya no hay nuevas epopeyas de elfos o hadas, o seres místicos que rondan por los verdes caminos. Seres buenos o malos. No, ahora hay otra clase de cuentos más sombríos de enormes colmillos, de garras que han marcado y arrancado árboles de las raíces, gente que desaparece hasta volverse alimento de dichas bestias. Nuevos terrores han aparecido en noches de luna llena y muchos los llaman Wargos.

Para el jefe de aquel poblado no es otra que un dolor de cabeza, sus niños siguen creciendo más rápido de lo habitual por lo que sus problemas aumentan por partida triple. Los constantes dolores lo atacan sobre todo en las noches donde debe mantenerse en vela para proteger el pueblo, nadie ha notado en su hogar sus desapariciones.

Lleva varias noches internándose en cada uno de los bosques, prados y campiñas en su enorme forma de tigre hasta que la mala fortuna le saludó aquella noche de luna llena cruzándose con aquella criatura, un lobo más grande de lo normal. Entre el entendimiento humano y la bestialidad, ganó lo que se esperaba. Grandes rugidos como aullidos se escuchaban entre los dos contrincantes así como las grandes zarpazos que se batían ambos hasta muy entrado el amanecer cuando la bestia tomó la figura de una mujer.

Una mujer oriunda del viejo continente, con relatos que dejarían a todos estupefactos, sobre todo a aquel hombre.

por **Bran & Ben Chevalier** Sáb Jun 24, 2017 6:48 pm

América — New Hampshire 1781

La mujer, una elegante inglesa venida por petición de la corona y por la intersección del hermano de aquel hombre que representaba los intereses de su majestad en tierras lejanas; la mirada entre ambos era de una hostilidad más que visible, el ambiente era tenso y al menor falso movimiento uno de los dos se atacaría directo a la yugular.

La mujer trajo consigo reportes sobre los de su raza que también proliferan en dicha zona, pero para el Hombre algo no iba bien, ella no era solo una simple enviada, algo se traía en manos.

La tardé cayó rauda y aun rondaba la duda sobre la identidad de la extranjera que consigo venía las dudas, sospechas y el miedo de los pobladores ante la mirada de la desconocida así como su sonrisa; pero fueron los dos pequeños, Bran, el mayor, quien se acercó a ella en silencio observándola todo el día levantando la molestia de la mujer.

La noche llegó, la luna no estaba y como buen anfitrión se le invitó a pasar la cena y noche en casa del hombre junto a su familia; la mujer acepto muy feliz la invitación pero nunca se esperó ser atendida por el hijo mayor con tal cordialidad así como silencio, encrespándose más. Transcurrió la cena tranquila pero la mujer no podía sacarse de encima al pequeño que como sombra la seguía por todo lado. Más tarde luego de tomar el te y estar los pequeños leyendo junto al fuego la madre de ellos llevó a acostar al menor dejando al mayor con la mujer quien aprovechó para interrogar al pobre pequeño con hostigamiento.

La manera calmada de ignorar del joven incluso con los arrebatos y golpes de la mujer solo hicieron enervarla más de lo que estaba, pero la sonrisa del joven la calmó así como sus palabras, quizás con él no podía descuidarse y andar con más cuidado porque él había sido el único que había descubierto sus verdaderas intenciones, y con esos secretos él se despidió de la mujer que apretaba los dedos con tanta furia.

Su padre lo escuchó y solo palmeó su cabeza dirigiéndose a aquel salón de té a hablar a solas con la intrusa.

por **Bran & Ben Chevalier** Jue Sep 21, 2017 11:31 pm

América — New Hampshire 1781

La mujer, no soportó tal ofensa y solo se escuchó el sonoro sonido de la mejilla de aquel hombre, del padre de los pequeños siendo golpeada. Ambos hermanos estaban afuera mirando a la mujer con ojos imperturbables. El menor se acercó cruzando junto a ella susurrando la palabra “desagradable” y el mayor sonrió cruzando por el otro lado chocándose contra ella que solo se enfurecía más.

A la mañana siguiente la mujer apareció con una sonrisa tan grande como sus planes, luego del desayunó exigió hablar con el hombre de familia, pasaron horas encerrados en el estudio donde no se escuchaba nada hasta que luego de cuatro horas de plática un grito se escuchó, un fuerte NO, eso fue todo lo que oyeron por toda la casa. Al salir el hombre la mujer se quedó sonriendo ampliamente dejando una frase a oídos de los pequeños, su madre y padre que con la mirada le pedía que parase con todo lo que tenía en manos, pero su frase descolocó a toda la familia.

“En algún momento ellos despertarán, y no podrás hacer nada para detenerlo, ellos están cerca”

Con esa frase la mujer con un chasquido de sus dedos pidió que sus cosas fueran arregladas que ella saldría de la casa, igual su trabajo estaba hecho, aunque la mitad, anunció que se quedaría en el pueblo un poco más de tiempo porque tenía asuntos del Rey que tratar en la colonia, y su estancia sería muy larga y provechosa para todos, sobre todo a los pequeños a los que miraba con un deseo e iras.

Luego de que la mujer se marchó de la casa, el ambiente se tensó, se podía sentir pesado y poco agradable para todos, el hombre prohibió a sus hijos salir de los lindes de su jardín por la noche y en las mañanas tenían prohibido quedarse a solas con aquella mujer. Toda medida era innecesaria, a la mente de los pequeños que pensaban que podría contra la mujer.

Que error.

Los pequeños asintieron y ante la amenaza que no comprendía su madre, esta tomó la decisión de hablar con su esposo en aquel estudio, pasaron dos días encerrados y cuando el sol salió al tercer día la mujer salió llorando a encerrarse en la habitación. Los pequeños se quedaron a cuidado de las doncellas pero eran más a cuidarse mutuamente. Bran, muy temprano tomó el puesto de su padre cuando este corrió a socorrer las lágrimas de su esposa.

El plan de la mujer había funcionado, estaba desestabilizando a la familia Chevalier.

por **Bran & Ben Chevalier** Jue Abr 26, 2018 12:03 am

Los sonidos en las palabras, las personas que se mueven como si fuera un juego malo, las sonrisas falsas así como los engaños y emociones que solo se ocultan tras los rostros de aquellos que ven la inocencia en la maldad. El ave observa con sus ojos los acontecimientos entre aquellas dos personas pero se queda en silencio, para él resulta muy evidente que aquella mujer estaba mintiendo y tanto así que hasta cree que es muy inocente aquel joven. Rompe el silencio en su vuelo regresando a sus propios asuntos en el bosque.

El sonido de la noche que canta peculiarmente alzando su voz contra los cielos, los mismos que son surcados por la blanca ave que planea en un vuelo peligroso con movimientos bruscos y casi feroces, como si con ellos pudiera liberarse de una gran carga de stress; el bosque silencio se rompe para dejar que los animales hagan lo suyo, sus cantos que armonizan con aquel paisaje. Al pacer todo va tomando su propio curso, lástima que no sea así para las personas.

En su vuelo desciende hasta que sus garras se toman con fuerza de un viejo árbol caído en medio del bosque, despliegas su alas agitándolas, las limpia con el mayor cuidado posible, pero en su mente están aquellas palabras de su hermano que puede, aunque quiera, evitarlas. Mira las sombras y parece un pequeño ratón que acecha en aquella oscuridad, sus ojos lo visualizan y entonces prepara la cacería, vuelva en sigilo con ayuda del viento que lo mueve en silencio. Puede atraparlo llevándolo a aquel árbol, sus garras le tienen prisionero justo para ser su alimento.

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