Land of the Dead {Maika}

España, 1800

Grandes se abren los ojos de la joven al ver el enfado atroz del hombre que le toma de la muñeca y han estado a punto arrancarle el brazo, la toma del mentón lastimándola - Yo no le conozco, no se quién es usted ya se lo dije!! Suélteme se lo ruego - pide sin miedo en la mirada ni la voz. Un dejo de memoria se desliza en su mente recordándole. Si es verdad le ha visto y todo aquello que ha pasado desde hace minutos convirtiéndose en horas, todo llega como un golpe sobrecogedor demasiado difícil de comprender. Todo su cuerpo se marea, llegando a dejar de tener conciencia propia - Eres Jose Alfonso de Castilla, rey de España, aquel que dicen que perdió todo y volvió su reino un país empobrecido lleno de muerte. ¿Qué he hecho majestad? Porque cree que soy aquella mujer… hay dolor en sus ojos cuando la a nombrado, lo e visto… hay muchas facetas de mi pero no creo ser lo que usted busca.- de alguna forma él la suelta o ella logra zafarse rompiendo aquella ropa vieja dejando caer su bolso y comenzando a correr lejos.

¿Le servirá de algo aquella acción? ¿Servirá de algo huir de un ser que sabe es imposible? Les conoce, cree que es un inmortal, y un inmortal tan poderosos como es aquel rey… es demasiado para ella. Corre, corre tan rápido como puede alejándose de todo, absolutamente todo. Los recuerdos llegan a su cabeza como balazos, casi puede escuchar el BUM BUM, pero solo es su corazón.

Dobla la esquina y se mete entre callejones, ¿Cuánto tardara en encontrarla, en sorprenderla, en atraparla?... se detiene recargándose en una de las paredes de las empobrecidas casas, la lluvia emerge como la violenta ira del gobernante. Se deja caer llorando, pegándose en la cabeza. Detesta esto, detesta esta memoria y estas atolondradas reacciones...

… ¿Qué es lo que la espera en un futuro próximo? Teme… teme mucho su futuro.

Grandes se abren los ojos de la joven al ver el enfado atroz del hombre que le toma del hombro enterrandole los dedos antes de ser azotada contra la pared violentamente. Le mira atenta intentando con todas sus fuerzas recordar si le ha visto en alguna otra parte -Oiga, oiga, ya cálmese- pide reflejándose en su rostro el dolor por la fuerza aplicada -¡Suélteme! Me esta lastimando- intenta meter sus dedos entre el fuerte agarre y su cuello. La esta asfixiando, e intenta tragar sin lograrlo.

Es una bestia en el cuerpo de hombre que de no ser por tal semblante podría creerse que es incluso, bueno, bondoso y piadoso, tanto así que Maika puede reflejar miedo en sus ojos pero su sensatez no le da tregua a comprender la verdadera situación en la que realmente se encuentra, sin poder ver el verdadero monstruo que se impone a ella como un demonio enfurecido. Forcejea para que le suelte de una buena vez sin lograrlo-Maiiiigghh....ka... Ta.. Tamina no... -susurra sin entender que esta a punto de desmayarse- Me... me... llamo Mai... ... ka... -repite ahogada sin entender a que se refiere el que le llama con otro nombre que el no a parado de nombrar. Manotea pegándole en el pecho con la poca fuerza que le queda -¡¡Ya suélteme!!-grita al dubitativa ante el afloje que los dedos del hombre le permiten por segundos, sin importarle que les miren o llamen la atención, todo lo contrario rogando ello. Ni una gota de paciencia o piedad posee el hombre, solo fría e ira liberada a cada ademan y palabra, cada expresión mientras ella se mantiene callada, solitaria dejando que su cabeza termine de girar los engrandes necesarios -Esclava pero no de usted- rechina los dientes enterrando aun mas las garras por uñas. En su rostro no hay ni pizca del miedo, ni de la confusión que expresaba hace unos minutos.

Los labios del hombre tocan el oído de ella susurrando cosas que la hacen despertar, rie peligrosamente acariciando la pálida piel del cuello con los colmillos y sucede… … los colmillos se encajan en su carne, en su cuerpo, y ella gime aferrándose al cuerpo masculino, absorbe con fuerza, el muerde aferrándose sin piedad al cuerpo –Alfon… ah ah… majestad –susurra en un agónico gemido. El chal a desaparecido y el viejo y desgastado vestido se ha roto por enfrente dejando mostrar su piel, sus pechos mientras la lluvia erizan su piel. Sus labios gimen mientras el regente de aquel país bebe, bebe su sangre, apretándose a ella, tocándola por todo el cuerpo y ella se frota contra él. No sabe que sucede lo único que entiende es que esta junto a un hombre que no conoce, que la esta matando y ella se siente exitada ante la peligrosa naturaleza que se impone arrebatándole la vida.

Dedos rosan la pálida piel manchada de lodo, creando con esa “sutil” caricia que la mente de la joven toma mal, muy mal dando otro giro inesperado a su conciencia y percepción recordando unos cálidos labios ansiosos que se abren paso en busca de la lengua fémina  -¿Por qué tanto odia hacia mi?- le cuestiona en tono de voz bajo, condescendiente y aristocrático ante de El sentir la húmeda caricia que recorre su cuellos y rosa aquellos afilados colmillos por su piel. No comprende ni una minima parte de lo sucedido, lo que sucede y lo que sucederá, esta tan acostumbrada a perderse en los hilos del tiempo, en los segundo y días que no hace mas que responder el beso de aquel demonio encarnado con avidez, locura apresurada al suspirar en busca de oxigeno cuando le es posible sin separarse de esos labios que la arrojan a pedir y exigir mas… al ser mordida rasgando la palida piel de la joven, esta siente el éxtasis recorrer su voluptuoso cuerpo escondido debajo de los pocos metros de tela que cubren su cuerpo.

Se pierde en humo que cubre sus ojos dejándola perdida entre el mundo que pisan sus pies y aquel que el hombre frente a ella le muestra.
La condición es cada ves mas profunda hasta que -¿Eres un Rey? –pregunta mirándolo perdida entre sombras y la húmeda y ardua lengua que se cuela en su boca, traga algo, algo con sabor salado y metálico que la despierta en un enfrenéis. Por decisión propia besa los labios del león de España, lo besa con arduas ansias y necesidad –Mas –pide enfebrecida por lo que aquel liquido vitae le hace sentir, continua, frotándose contra el hombre que la mantiene prisionera entre los fuertes brazos mientras sus lenguas danzan en un escalofriante beso marcado con sangre. Siente que algo se quiebra y cae.

Maika cae, mas y mas por aquel profundo abismo hasta encontrar un poco de cordura.