Soul's harmony [Aleeah]

por **Isaura Blackraven** Mar Oct 26, 2010 11:00 am

Continuaba juzgando apropiada mi huida de Inglaterra. Aunque todos creyeran que había partido en busca de tranquilidad por la muerte del abuelo, lo único que realmente deseaba, es que en mi ciudad natal, se olvidaran de mi existencia, que me desterraran de sus memorias y que no quedaran rastros de Isaura Blackraven ni en mi prometido, ni en su familia, ni en ningún conocido. Pero me había resignado a que sería imposible que tal milagro sucediera, por lo tanto, me limitaba a disfrutar del tiempo indefinido que me quedaba de soledad y armonía, disfrutando de los silencios inquebrantables que bajo ningún punto de vista rozaban lo incómodo, si no, que se transformaban en la tranquilidad que tanto estaba buscando.

Era difícil para una señorita de sociedad el poder estar sola, y la condición de duquesa que me habían conferido, había limitado aún más las escasas probabilidades que poseía, sin embargo, había trazado planes junto a mis empleados, para poder escabullirme a algún sector alejado y desprovisto de aglomerados, donde me relajase y tuviese la oportunidad de tomar aire fresco, y no escuchar el constante cotilleo en los salones, donde el humo del tabaco se concentraba y se entremezclaba con los diversos perfumes -algunos, de muy baja calidad, a juzgar por mi entrenado olfato- y olores de comidas y flores, que con el pasar del tiempo, se convertían en tediosos compañeros; sin contar las charlas incómodas y constantes simulaciones de felicidad que, al fin y al cabo, no conducían a ninguna parte.

Esa tarde opté por no dirigirme a una de las tantas tertulias a las cuales estaba invitada a diario. Se tomaría como un desaire, pero mi apellido me protegía de los castigos sociales, lo que me mantenía tranquila, no por mi, ya que poco me interesaba lo que tuviera que decir, pero por el honor de los Blackraven debía mantener la compostura y aparentar ser una joven dulce y boba como todas las demás muchachas, que, a mi parecer, no eran ni inocentes ni angelicales como sus padres se entrenaban en venderlas para que consiguiesen un marido "decente", pero su concepto de decencia, era muy alejado al mío, ya que consideraban "decente" a todo aquel que tuviese gran caudal económico y nombre respetable, y, que, según mis valores y creencias, el dinero y la condición social, nada tenían que ver para ganarse el respeto de las personas.

Todas aquellas elaboraciones y demás pensamientos sin sentido, que sólo lograban envenenarme, fueron los que me arrastraron hacia una zona aparentemente tranquila y solitaria de la laguna, un lugar, que en mi opinión, era exquisito si quería no ser encontrada. Llevaba puesto un típico vestido, con las enaguas correspondientes, el corset que comprimía mi delgado abdomen y enmarcaba aún más mi diminuta cintura. El escote no era pronunciado, aunque dejaba entre ver parte de mis atributos, los cuales, me dedicaba a cubrir con la mantilla color blanca, que contrastaba con el verde esmeralda del atuendo. Como sería un encuentro conmigo misma, tenía el cabello suelto sobre los hombros, sin peineta ni incómodos y tirantes peinados. Unos guantes a juego con la mantilla, completaban el atuendo, que se me hizo muy incómodo a la hora de sentarme a observar la caída del Sol.

El horario era, por demás, inapropiado para estar sola en ese sector o en cualquier otro, y mucho menos, cuando no era, ni siquiera, acompañada por acompañada por algún sirviente o cuidador. Un par de ruidos de pájaros acomodándose en sus nidos, llamaron mi atención y erizaron mi piel. Chasqueé la lengua por lo cobarde que podía llegar a ser, y me despojé de todo temor. ¿Había algo que pudiese dañarme? No, esas eran puras locuras y creencias sociales que había fomentado la imaginación popular. La lectura me había hecho imaginar seres de miles de formas y cualidades diferentes, pero tenía muy en claro, que esa clase de especies, sólo se limitaban a las páginas de las novelas, y no a una realidad, que para mi, era mucho más cruel de lo que podían llegar a ser ciertas criaturas de orígenes y formas inciertas.

por **Aleeah Cappelletti** Dom Oct 31, 2010 8:07 pm

El sol terminaba su jornada dandole entrada al atardecer, que mejor momento para emprender una caminata, su garganta clamaba ser saciada con aquel líquido rojo escarlata que mantenía vivos a los humanos.

Llevaba su rizada cabellera suelta, permitiendo que la fría brisa otoñal se revolcara entre el fuego de su cabello, un entallado corset negro marcaba su esbelta figura y resaltaba su bien formado busto, la falda larga negra del vestido tenia una apertura del lado derecho que dejaba entre ver su larga y torneada pierna.

Enredar, seducir, engañar, poseer, usar y desechar, eran su habitual juego, no habpia cosa que no obtuviera su rostro de porcelana, sus seductores ojos celestes, sus labios carmesí, su cuerpo de diosa... todo el conjunto le permitía no pasar desapercibida ni que ningun hombre o mujer se le negara, y si intentaban hacerlo, podía inmiscuirse en su pequeña mente y manipularla para obtener lo que ella quería, fiera diosa de la muerte, seductor angel de lujuría.

Caminó por las calles parisinas sin rumbo, buscando a alguna víctima, hasta que el viento llevo un dulce aroma de inocencia y perfección, lo siguió y encontró a una joven sentada cerca de la laguna; ¡oh pero que dulce criatura!, sus perfectas facciones, su seductora figura, tan absorta en sus pensamientos.

Decidió acercarse a ella, sigilosa y silenciosamente, sus movimientos eran tan graciles que pareciera que sus pies apenas rozaban el piso.

-¡oh dulzura! ¿porque tan sola en esta noche?-
Inició esta conversación en la mente de la joven, sin emitir palabra alguna, haciendola creer que la que hablaba era su conciencia

por **Isaura Blackraven** Lun Nov 01, 2010 7:05 am

Los dedos de una de mis manos se dedicaban a jugar con uno de los bucles que tenía sobre mi pecho. Me habían enseñado que esa era una actitud inapropiada en los salones y reuniones sociales, que podía tomarse como un coqueteo y que en mi, era un vicio que debía extirpar. Si, cada vez que sentía melancolía, inconscientemente, mis dedos se deslizaban hacia mi cabello, como si allí encontrara un refugio o un instante conmigo misma. Era extraña, ya me lo habían dicho. Pero en ese momento, no había por qué preocuparse, en esa soledad no tendría que dar cuentas a nadie de lo que estaba haciendo.

Una voz diferente a la que yo creía era la mía, sonó en mi mente. Era extraño, no solía utilizar términos como "dulzura" y de pronto, eso había sido lo que yo creí haber...¿pensado? Me pregunté si estaría comenzando a perder la cordura, no había motivos para creer que alguien más estaría interrogándome, cuando me encontraba en completa soledad. Suspiré profundo y miré de reojo a ambos lados. Nadie. Absolutamente nadie.

Me respondí un simple "Porque estoy sola en el mundo", como si eso aliviara mis penas. Yo había optado por esa soledad, había tenido la opción de ir a vivir con mi hermano o casarme con aquel que no valía la pena nombrar, sin embargo, ninguna de las dos posibilidades me hubiesen permitido crecer, por lo que me aventuré en un viaje que estaría pronto a su final, en cuando a mi prometido se le ocurriese acabar con mis días de armonía.

Solté el mechón y cerré los ojos, haciendo mi cabeza hacia atrás, dejando que la suave brisa que en ese momento había comenzado a soplar, diera de lleno en mi pecho, en mi garganta, abarcando mi espacio, trayendo aromas que me tranquilizaban. El olor a tierra mojada, a flores y el de mi propio perfume me hacían sentir renovada y más libre que nunca. Levanté mis párpados lentamente, fijando mi vista en los últimos vestigios que el Sol dejaba, ya escondido en las profundidades del horizonte, dándole lugar a una nueva noche.

por **Aleeah Cappelletti** Lun Nov 01, 2010 5:14 pm

La reacción de aquella joven le divirtió, una mezcla entre miedo, nerviosismo, confusión... Profirió una suave risa que retumbó en la mente de aquella solitaria joven, observó como dejaba su garganta al descubierto, escuchó el latido de su corazón, sintió como su sangre corría por sus venas... y sintió como la sed de su propia garganta se acrecentaba, tomar el control sobre sus instintos le era muy facil, así que solo cerró los ojos y continuó con la pequeña pantomima

-¿Porque dices que estas sola en el mundo?, todos tenemos personas en nuestra historia, provenimos de alguien-Profirió para indagar mas en la mente de aquella señorita, para obtener piezas de su pasado, para armar su juego.

Le fascinaba la facilidad con la que podía romper la cerradura de los pequeños cofres que eran las mentes humanas, era profanadora de los secretos mas íntimos y profundos, ladrona de recuerdos, allanadora del templo "sagrado" de aquellos mortales; no sentía remordimiento alguno al violar de esa manera la privacidad de sus víctimas.

Observó con detenimiento a la criatura frente a ella, olfateó el aroma que la brisa le hacia llegar, dulce y melancólico; observó en silencio y desde la sombra protectora de un árbol tan cerca de la jovan que los mechones de cabellos de aquella joven rozaban su gélida piel, ¿lo haría? ¿optaría por confundir a la joven para que renegara hasta de su popia existencia?.

-¿O es que tu capricho por ser el centro de toda atención es mas grande?, noble es tu cuna, grande es tu andar, ¿que es lo que te falta?... ¿no te dieron mas de lo necesario?¿no te abrieron mas puertas de las que podías observar su interior?
Espero a mirar como se quebrantaba aquella figura de crital ante sus ojos

por **Isaura Blackraven** Mar Nov 02, 2010 7:34 pm

Cuando esa risa retumbó en mi cabeza hubiese jurado que no era yo misma. Era increíble la confusión que el silencio generaba, me negaba a aceptar que esa fue una obra de mi imaginación. Que frustrante era el saber que no me encontraba en todos mis cabales, porque no había otra explicación a tan incomprensible situación. La cordura me había abandonado y los delirios ya se hacían parte de mi.

Pensé que esa absurda conversación que mantenía conmigo misma, había llegado a su fin. Sin embargo, el incomprensible cuestionario formulado por mi consciencia, seguía aflorando, abriendo heridas inexistentes. ¿Caprichos? ¡Por Dios!, no podía ser yo misma la que preguntase tal barbaridad. Bien sabía que lo último que deseaba era que mis deseos se cumplieran. Sólo anhelaba estar sola y ser feliz, ¿era demasiado pedir?

Miré hacia arriba, intentando ordenar las respuestas que se agolpaban en mis sienes, generando un latido, un dolor, una sensación nunca antes sentida, como si no fuese yo la dueña de mi, como si no tuviese el control – “Basta…” – atiné a repetir en medio de la proyección de imágenes que mi imaginación se empecinaba en mostrarme, por algún motivo indescifrable, como si aquel suceso nefasto volviera una y otra vez.

Me incorporé, alisando parte del atuendo que se veía bastante deplorable gracias a la posición en la que me encontraba. Si continuaba escuchando lo que mi ingrata y retorcida consciencia tenían para decirme, terminaría llorando, como si no fuesen suficientes las lágrimas que me asaltaban en plena madrugada, rememorando un pasado que no tenía argumentos para atosigarme nuevamente.

Off: Señorita Aleeah, disculpe si el rol no es de mucha calidad, estoy con exámenes, y podrá comprender que mi cabeza no da para mucho, pero prometo que el sábado, que me liberaré por un tiempo de los estudios, comenzaré a pulir mi redacción. Si desea, puedo eliminar éste post en caso que no la convenza, y reelaborarlo, no me molestaría para nada. Cariños.

por **Aleeah Cappelletti** Mar Nov 02, 2010 8:03 pm

Faltaba poco para que ese angelical rostro se llenara de lágrimas, le resultaba sencillo quebrantar ese espíritu que trataba de ser libre, de soltarse de las cadenas de su pasado; no dudo en continuar, quería llegar al punto en donde esa delicada criatura necesitara de alguien... necesitara de ella.

Siguó entrometiendose en su mente, obteniendo imagenes de su pasado, revolviendo mas cada pensamiento de esa joven, confundiendola al borde de la locura
-¿Por que actúas de esa forma?, ¿es la verdad la que hiere?... ¿realmente deseas estar sola?, ¿no te basta la compañia del único ser que te comprende mas que nadie en este mundo?-

Siguió aglomerando las ideas en la mente de la joven sin hilo, revueltas, empalmando imagenes con palabras... quería quebrantar a esa dulce criatura, hizo caso omiso al grito desesperado de la mente de la joven por querer retomar el control de lo que en un principio era suyo, su mente.

-Asomate al lago, dime ¿que ves?-
Esta última idea llego sola, sin imagenes, sin palabras... se acercó sigilosamente a la joven, sin que su presencia fuera notada, sería el fantasma de su imaginación, sería la imagen que su mente formaría para desahogar sus penas

por **Isaura Blackraven** Miér Nov 10, 2010 6:30 pm

Una verdad que hiere. Eso era mi vida. Un cúmulo de realidades que odiaba, que no soportaba, que me atosigaban hasta el asfixie, hasta obligarme a retroceder, o a huir, como si esto último fuese una solución. Lo había creído así, hasta ese último minuto, en que esa voz interna socavaba mi interior, aflorando sentimientos escondido, encontrando ese punto de quiebre que me haría llorar… No, no, no lloraría, no exteriorizaría tanta soledad, no le daría el gusto a los astros de verme vulnerable, de festejar y de burlarse de mi padecimiento.

Negué con mi cabeza, una y otra vez, hasta que el cuello se me entumeció por el esfuerzo. Pensé que si hubiese un ser que me comprendiera, no estaría enfrentándome a una consciencia retorcida, que se esmeraba en enroscarme las ideas, en aplastar una armonía que intentaba encontrar en ese profundo silencio, sólo acompañado por el viento y algunos pájaros.

Una orden poco comprensible y difícil de descifrar, me incitó a acercarme a la orilla de la laguna y observarla. Las aguas estaban tranquilas, sólo un oleaje divertido le daba movimiento a esa transparencia de la cual se desprendían algunas piedras y plantas acuáticas que se balanceaban sobre el líquido dulce. Tomé la falda y la subí, dejando al descubierto los pies, y acomodé el miriñaque para que me facilitara el arrodillarme, y vi mi reflejo en ese espejo cristalino - A mi misma… – respondí en voz alta, como si hubiese un interlocutor junto a mi.

Off: Perdón por la tardanza!! Época de exámenes...

por **Aleeah Cappelletti** Sáb Nov 13, 2010 4:27 pm

No podía resistirse ante tan vulnerabilidad, el escuchar como la fortaleza de aquella delicada criatura se resquebrajaba como rama bajo sus pies le era irresistible; sin duda deseaba manejar las cosas a su antojo para poder conocer mas sobre ella.

Se dibujó una sonrisa en su cara al oír el cambio de respiración de la joven, sofocando el llanto en su garganta y la fortaleza que intentaba retomar al aplacar sus pensamientos y disminuir las sensaciónes de derrota que hacian que su cuerpo temblara no sabía si por miedo o por desepción.

Observó como la joven se acercaba a orillas de aquel lago de cristalinas y apacibles aguas alumbradas solo por la luz centelleante de la luna que se encontraba sobre nustras cabezas, miró cada movimiento y sintió cada reacción

-A mi misma...
Fue lo que la pequeña jovencita atinó a gritar, ¿era su manera de apagar los pensamientos de aquel intruso en su mente?... Caminó hasta llegar a espaldas de la joven para apaciguar aulla mente tan enredada y transtornada, se arrodilló junto a ella delicadamente y sin hacer ruido, con actitud de angel misericordioso que llega después de oir las plegarias de un creyente pecador.

Acerco sus finas y pálidas manos al agua distorcionando la imagen que en ella se reflejaba para que cuando el agua se tranquilizara mostrara no solo el reflejo de la joven sino también el suyo, tomó un poco de agua entre sus manos y se la acercó a los labios, humedeciendolos con ella.

-Así es, la única persona en este mundo que siempre encontraras, prueba de ello es tu reflejo.
Dijo en tono suave con melodiosa voz

por **Isaura Blackraven** Dom Nov 14, 2010 10:40 pm

Nefasta sensación de invasión se generó en mi cuando descubrí una figura acompañando la mía en el reflejo cristalino de la laguna, que en su espejo etéreo se deformaban mi rostro y el de ésta muchacha, que parecía haber llegado en el momento más inoportuno, y que con su tacto, desfiguró la imagen que había logrado construir. Acto seguido, la miré de reojo llevarse el agua a los labios, y pude detallar sus facciones, finas y elegantes, me llamó la atención su cabellera rojiza, y me recordó a la de mi madre, la mujer más hermosa que ha existido. Nunca nadie podrá superarla en ningún aspecto, y desde pequeña mi deseo de ser como ella se acrecentó, pero la muerte la encontró muy joven y con los años, su rostro, el sonido de su voz, sus expresiones, se fueron tornando difusas, hasta casi convertirse en un olvido indeseado, no buscado, pero necesario. La última vez que la vi, tenía un cuchillo hundido en su delicado pecho, una mueca de horror y temor, su cabellera despeinada y la ropa rasgada…definitivamente, el que esa escena se convirtiera en un fantasma, había sido un gran método de defensa de mi psiquis.

Esas palabras y el tono que empleó para pronunciarlas, se parecían mucho a las que mi consciencia había utilizado para atormentarme. Fatídica coincidencia si remarcaba el hecho de que no había nadie a mi alrededor cuando mantenía ese diálogo desdichado y mudo. Giré mi cabeza para apreciarla bien, además de que parecía ser una joven educada y de buena familia. Una sonrisa resignada se dibujó en mis labios antes de contestarle - El reflejo desaparece, en cambio, las personas perduran en el recuerdo… – no entendí qué quise decir con esa frase, pero mi mente agregó un simple Quizá no estoy tan sola… y claro que no lo estaba, en Cornwall estaba mi hermano, y allí, en París, tenía a la señora Lemacks, que había velado por mi desde que llegué al mundo, y más cuando la orfandad había tocado la puerta de mi realidad. Mi existencia no era color de rosa, pero podría haber sido peor…y también mejor.

- Isaura Blackraven – me apresuré a presentarme y extendí mi mano, esperando su presentación. La señorita era joven y no la conocía, no había motivo para cargarla con mis ideas algo confusas y carentes de argumento, y a las cuales me costaba bastante llegar, no sin antes pasar por una crisis emocional extensa e infundada, alimentada de vanas fantasías y románticos ideales que no me conducirían lejos, y que estaban destinados a chocar con una sociedad que se encargaría de destrozarlos hasta convertirlos en polvo, y luego, lanzados a un profundo océanos de juicios de valor y percepciones morales y éticas que sólo serían una pantalla en esos hombres de sentimientos oscuros y aberrantes, que creían tener el suficiente poder para representar o sentenciar tales o cuales personalidades.

por **Aleeah Cappelletti** Vie Nov 26, 2010 1:25 am

Miró con seriedad a la joven, sus facciones no demostraban sentimiento alguno, escuchó como su ritmo cardiaco cambiaba y el nerviosismo se apoderaba de su diminuto cuerpo, no correspondió el saludo simplemente regreso la mirada al lago.

-¿Crees que presentarte con un espejismo sea lo mejor?
Así como llegó se separó de ella no pronunció mas palabras, sería la imagen fantasmal de algún recuerdo en la memoria de la joven, regreso a su lugar en las tinieblas y volvió a adentrarse en la mente de la joven, jugaba con su inocente pensamiento, le revolvía las creencias e ideas.

-No hay nadie más en la imagen del lago, tu misma lo has dicho
¿Lograría quebrarla?,¿lograría confundirla?, sería solo un espejismo que después tomaría forma sólida.

(off: perdón la tardanza, si deseas que cambie algo me dices)

por **Isaura Blackraven** Sáb Nov 27, 2010 10:55 pm

La confusión se transfiguró en mi expresión al quedar con mi mano extendida mientras esa figura femenina desaparecía frente a mis ojos. Se había levantado con tranquilidad, no había reparado si quiera en un saludo. ¿Qué clase de modales eran esos? Me había parecido escuchar una frase antes de que emprendiera la retirada, pero su actitud me había descolocado lo suficiente como para no prestarle atención a las voces internas que bastantes estragos estaban provocando. Definitivamente, ella no era producto de mi imaginación, mis fantasías, por momentos, si rozaban la irracionalidad, pero jamás se habían materializado de esa manera. Simplemente, no era posible. La Señora Lemacks estaba en lo cierto y la cordura me había abandonado por completo. Porque preferir la soledad a las fiestas, era relativamente normal, pero montar castillos en el aire, conversar con seres inexistentes y ser ataviada por mi propia consciencia, eso era nada normal.

Arqueé una ceja y volteé, y pude ver como el cuerpo etéreo desaparecía entre la oscuridad ya reinante. Sacudí cabeza, la intriga podía más que cualquiera temor, y me puse de pie lentamente. Hice un par de pasos hacia delante, y nuevamente, escuché el retumbar de las cuerdas vocales del fantasma que me perseguía. Sacudí mi cabeza con el único objetivo de despejar aquellos malos pensamientos — Miss, miss —le hablé en inglés, todavía no me acostumbraba a hablar en francés en todas las situaciones, y a pesar de ser un idioma que manejaba con facilidad y que utilizaba en todos los ámbitos sociales, dentro del hogar, reinaba la lengua madre — Disculpe, señorita… —hice un par de pasos más y me detuve. Algo me decía que no debía continuar, sin embargo, la curiosidad, característica que siempre se me criticó, estaba reinando muy por encima de la cautela o de las reglas morales, éticas y sociales.

Tomé el vestido con ambas manos. ¡Pésima elección de vestimenta! Las ornamentes insoportables no me permitían moverme con facilidad. Hubiese arrancado tantas puntillas, enaguas y calzones de un solo tirón, pero no habría manera de justificar tal acto de salvajismo. Debía rendirme y esperar allí, volvería, estaba segura, algo me indicaba que no estaba tan mal. “Isaura, Isaura, la demencia no te permite ver lo que realmente eres” solía decir mi institutriz, ¡y cuánta razón tenía! Estaba totalmente perturbada, y se notaba mi alteración en la transpiración de mis manos, y en la acelerada respiración, que provocaba que mi pecho subiera y bajara como si de haber corrido una carrera se tratase.

Off: No te preocupes. Está todo más que bien (:

por **Aleeah Cappelletti** Lun Dic 06, 2010 8:57 pm

Le divertía ver la desesperación con que la llamaba, las osmbras evitaban que esa pequeña la viera por lo que podía admirarla sin problema alguno, ver su pequeño rostroleno de confusión y prisa por alcanzarla, por obtener su atención. Quizás si continuaba el juego lograría desestabilizarla lo suficiente, o podría sacar la fortaleza que sabía se encontraba muy dentro de su alma clamando por ser libre... optaba por la primera para así ser indispensable para la pequeña y fragil muñequita de porcelana delante de ella.

Se acercó un poco, y de las sombras salió su pálida mano hecha de porcelana, extendida hacia ella, brindandole su apoyo y confort una pequeña ayuda para que lograse ponerse de pie y pudiera encararla, mirarla fijamente y no olvidar su rostro jamás.

-Señorita Blackraven, creo que debería evitar ese tipo de atuendo tan elaborado cuando tenga en mente descansar junto a la laguna.
Sonrió con una mezcla de seducción y ternura, quería hacerla sentir en confianza apesar de haber revueltop su mente hacía unos instantes.

por **Aleeah Cappelletti** Dom Dic 19, 2010 8:15 pm

Este tema sigue activo

Gracias

por **Isaura Blackraven** Sáb Dic 25, 2010 11:04 pm

La penumbra en la que la figura de aquella misteriosa joven había desaparecido, parecía adquirir vida a medida que los segundos pasaban y yo fijaba mi vista más y más en ella con el único objetivo de intentar descubrir algún indicio de que no estaba perdiendo la razón y que la muchacha realmente existía. Por un instante, mi alma se separó de mi cuerpo y la respiración se me cortó cuando de esa profunda oscuridad surgió una empalidecida mano que se acercó a mí, obligándome a retroceder escasos milímetros, la ropa seguía siendo incómoda. Sentí temor, pero luego, su voz tan serena y el tono que empleo, tan armonioso, me relajaron y le sonreí. Al fin y al cabo, ella no era obra de mi amplia imaginación, si no, una persona real, de carne y hueso. Sus cabellos me llamaron la atención nuevamente, y su piel extremadamente blanca me provocó escalofríos, como si detrás de esa apariencia tan etérea, se ocultara algo más. ¿Y qué más iba a ocultarse? Una mujer con defectos y virtudes. Me recriminé el prejuzgarla y le sonreí, disipando cualquier pensamiento incorrecto.

—Seguiré su consejo, señorita… —hice una pausa ya que no conocía su identidad. Cuando se había presentado a mi lado mientras observaba la laguna, la dama había optado por jugar conmigo y hacerse pasar por un fantasma. Generalmente, caía en esa especie de bromas, no me costaba mucho el dejarme influenciar por los libros y aplicaba la fantasía a la realidad, dejando un límite casi inexistente entre lo que era verídico y lo que era producto de mi imaginación. Tomé su mano con delicadeza, sus dedos finos me hicieron pensar que quizá era pianista, pero no comenzaría a tejer una red de virtudes sobre alguien que acababa de conocer. Parecía muy amable, pero me había convencido de que las apariencias engañan y que debía dejar de idealizar a las personas, aunque era difícil, tratándose de alguien con un rostro tan angelical y de modales tan cuidados.

por **Aleeah Cappelletti** Mar Ene 18, 2011 10:11 pm

¿Ese es el juego que deseas llevar a cabo? sabete cierta que el que juega con fuego, por muy hábil que sea... terminará quemado. Inocente creatura que ante tus ojos ves desplazadas un sin fin de maravillas, unas por naturaleza bellas y otras por ilusión enmascaradas y aún así ¡No atinas a diferenciar entre realidad o fantasía!.

Miró de lleno a aquella angelical figura que frente a ella se erguía sintiendo el calor que todo su cuerpo despedía y que se colaba por entre sus dedos, ¿sería capaz de mantener esa aura encerrada en alguna jaula de cristal?.

-Seguirlo o dejarlo al aire... planteese mejor esa disyuntiva.
Barrió el silencio como el aire arrasaba con las palabras, nombres ¡bah! ¿que sentido tenía nombrar a lo que muchos llamaban muerte? simplemente alargaba la agonía de conocer que al final... serías su presa.

-Aleeah Cappelletti
Respondió ante el mero formalismo planteado, si quería perturbarla, pervertirla... poseerla tenía que mimetizarse, ser uno más pero de entre todos, ser la mejor opción; tomó su lugar justo al lado de Isaura para evitar que esta hiciera mayores movimientos y se enredara mas con su vestido.

-La luna encierra casi los mismos secretos que el agua... pero ninguna es lo suficientemente sincera como para decirlos.
Fijó su mirada en el lago que reflejaba las caricias de la luna que en un nulo intento por mantenerse segura y alejada de las negras aguas, le entregaba de lleno su luminosidad en su reflejo, así eran los seres humanos siempre preocupados por mostrarse fuertes e indestructibles y con solo una palabra... su mundo se venía abajo.

por **Isaura Blackraven** Vie Feb 11, 2011 11:23 pm

La piel impoluta, la voz melodiosa, la cabellera que era una increíble apología de un incendio, hacían de la joven una etérea visión. El misterio que se escondía detrás de sus pestañas era cautivante y al mismo tiempo, un escalofrío injustificado me erizaba la piel. Sus palabras carecían de sentido, tanto la Luna como el agua no tenían vida, ¿de qué sinceridad podían ser portadoras? La manera en que Aleeah, como había dicho que era su nombre, perdió su vista en lago, me dio un plano admirable de su perfil. La nariz pequeña y los labios rojizos como la sangre, llamaron poderosamente mi atención. Su belleza era tan particular que no parecía de éste mundo, me sentí diminuta, fea e inferior, además de que sus frases me habían dejado reflexionando y las respuestas inteligentes no venían a mi mente. El silencio reinó por pocos instantes, a los lejos se escuchaba el bullicio parisino y algunos aleteos en lo alto de los árboles quebrantaban con esa imaginaria armonía. ¿Qué estaría pensando la señorita?

— Todos somos sinceros dependiendo del cristal con el que nos miren —fue la poco sensata contestación que mis cuerdas vocales reprodujeron. La observé de soslayo, algo en ella me indicaba que me mantuviera distante, que la prudencia era la mayor virtud que debía sacar a relucir, sin embargo, una creciente curiosidad que rozaba el desatino, crecía conforme el tiempo se hilvanaba en la imaginaria línea espacial trazada por el incierto destino — Y ningún ser está excento de la mirada acusadora —repliqué rápidamente en un vano intento por querer parecer interesante. Entrelacé uno de los bucles entre el dedo índice de mi mano derecha y jugueteé con él, en un claro gesto de ansiedad que no se plasmaba en mi rostro, que se mantenía relajado, como si esa extraña y peculiar dama y yo, fuéramos buenas conocidas que se encontraban tras una larga separación de años. ¡Qué antagónicas emociones despertaba!

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