AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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One drik, one punch! - Jace Ford.
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One drik, one punch! - Jace Ford.
Taberna, 00:10am-
Habia seguido a un sospechoso de haber asesinado a un par de jóvenes en el bosque. Por lo que había escuchado, el hombre era cambia forma, habría que sacarlo del lugar sin llamar la atención; nadie sabía que ella era cazadora –se había encargado de no dejar ver su rostro por medio de una máscara- asi que estaba segura al entrar en la taberna, que nadie saldría corriendo por pánico de un cazador.
Esa noche había salido sin su maestro, algo que seguro despertaría el enojo del mismo, pero ante la oportunidad de escaparse de sus hermanos sin que estos la viesen era demasiado buena para desperdiciar. Así que entro con una capa de terciopelo que tomo de su hermana –las suyas eran casi todas oscuras perfectas para andar de caza- y con un vestido sencillo pero elegante, se sentó en una de las mesas traseras, buscando con la mirada al tipo. Como era obvio, atrajo miradas de algunos de los presentes y los comentarios obscenos de algunos.
No se dio cuenta de cuando fue que las cosas se habían tornado así, pero en un abrir y cerrar de ojos, no solo estaba bebiendo su cerveza de barril, si no que estaba rodeada de hombres que le decían cosas que poco le importaban y ciertamente, comenzaban a molestarle. Resoplo cansada, aun intentando ver donde se había metido el sujeto de la misión, cuando sintió una mano en su hombro que demandaba su atención. Era un tipo panzón, barbudo y que olía a cerveza y orina por igual…
-Escucha, no quiero tener que romper tu brazo, así que ¿podrías por favor apartar tu mano de mi hombro? ¿Acaso no has escuchado del espacio personal?- contesto, claramente molesta y tomando al sujeto por la muñeca, contorsionando se la en un ángulo doloroso que hizo que el mismo comenzara a gritarle de cosas –si si, pero apártate…- uno de los amigos del sujeto, la tomo con fuerza del brazo, su reacción inmediata fue meterle un buen golpe en la nariz a puño cerrado, haciendo que el hombre cayese de forma estrepitosa sobre otro sujeto y tirando la bebida del mismo. De ahí, todo se fue al demonio….
Rosemary Defort- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 27
Fecha de inscripción : 06/11/2016
Re: One drik, one punch! - Jace Ford.
Es cierto que su mirada se desvio unos segundos hacia la señorita que vio entrar por la puerta, pero después no presto mucha atencion a lo que hizo, estaba concentrado en el juego de apuestas que había empezado con otros dos hombres. Entre bebidas y apuestas que no podía pagar, estaba pasando el tiempo. Todo se complciaría cuando les dijera a aquellos hombres que no podía pagarles, porque sinceramente, no tenía la suerte de su lado. Y eso que había hecho trampas, aunque eso se lo reservaría para él. La cerveza bajo por su garganta, en un trago se había bebido media jarra. Ha decir verdad ya tenía ese punto que no te hace parecer un borracho total, pero que hace que todos rían con tus gracias.
— Y entonces cogí y le enseñe su propia moneda...Me lleve un buen puñetazo, pero mereció la pena —los dos hombres estallaron en carcajadas y continuaron con el juego.— ¿Porque no subimos la apuesta?...Tengo un caballo que le robe a un hombre que no sabía ni montar el otro día, ¿que me decis? —las mentiras salían tan faciles de su boca que los hombres solo tuvieron que dedicarse una mirada para aceptar.
Jugaban con dados y los vasos, un juego que Jace había jugado mucho en su tiempo como pirata y marinero, y que ahora lo trasladaba a las tabernas. — Tres cuatros... —sin embargo algo interrumpio su juego, unas voces atrás, la voz de la mujer. Jace se giro, esta había sido rodeada de hombres, más bien de pulpos acechandola. Paso una pierna al otro lado del banco en el que estaba sentado y observo la escena, pegaba buenos golpes. — ¡Menudo golpe! —cuando todo se puso feo noto que los dos gorilas con los que jugaba se levantaban, al parecer también eran amigos del que había pegado. Y por ese comentario tenían pinta de querer machacarle a él, y eso que no les había dicho que llevaba timandolos toda la noche. Se levanto veloz, era escurridizo y ágil. Fue hacia donde estaba la chica. La agarró del brazo. — Salgamos de aquí —miro a la chica con media sonrisa divertida en su rostro. Aquello empezaba a ponerse feo. Se dirigio con ella esquivando cuerpos y posibles golpes. Iban a llegar a la puerta del local cuando en frente se colocaron sus dos "amigos"
— Ei, compañeros...Mirar nosotros nos vamos sin complicaciones y vosotros podeis ir a pelear eh...¿trato hecho? —los hombres negaron con la cabeza, aun les debía lo que había perdido. Jace solto el brazo de la chica y retrocedio. Agarro una jarra que había alli y se la estampó en la cabeza a uno de ellos, con la distraccion se colo por debajo de sus piernas. — Ah y no hay caballo...Ni nada de nada en realidad, ¡gracias por la cerveza gratis! —camino tomando a la chica de nuevo hacia la puerta y corrio para distanciarse de la taberna.
— Madre mía, la que has armado ahí dentro, ¿eh?
— Y entonces cogí y le enseñe su propia moneda...Me lleve un buen puñetazo, pero mereció la pena —los dos hombres estallaron en carcajadas y continuaron con el juego.— ¿Porque no subimos la apuesta?...Tengo un caballo que le robe a un hombre que no sabía ni montar el otro día, ¿que me decis? —las mentiras salían tan faciles de su boca que los hombres solo tuvieron que dedicarse una mirada para aceptar.
Jugaban con dados y los vasos, un juego que Jace había jugado mucho en su tiempo como pirata y marinero, y que ahora lo trasladaba a las tabernas. — Tres cuatros... —sin embargo algo interrumpio su juego, unas voces atrás, la voz de la mujer. Jace se giro, esta había sido rodeada de hombres, más bien de pulpos acechandola. Paso una pierna al otro lado del banco en el que estaba sentado y observo la escena, pegaba buenos golpes. — ¡Menudo golpe! —cuando todo se puso feo noto que los dos gorilas con los que jugaba se levantaban, al parecer también eran amigos del que había pegado. Y por ese comentario tenían pinta de querer machacarle a él, y eso que no les había dicho que llevaba timandolos toda la noche. Se levanto veloz, era escurridizo y ágil. Fue hacia donde estaba la chica. La agarró del brazo. — Salgamos de aquí —miro a la chica con media sonrisa divertida en su rostro. Aquello empezaba a ponerse feo. Se dirigio con ella esquivando cuerpos y posibles golpes. Iban a llegar a la puerta del local cuando en frente se colocaron sus dos "amigos"
— Ei, compañeros...Mirar nosotros nos vamos sin complicaciones y vosotros podeis ir a pelear eh...¿trato hecho? —los hombres negaron con la cabeza, aun les debía lo que había perdido. Jace solto el brazo de la chica y retrocedio. Agarro una jarra que había alli y se la estampó en la cabeza a uno de ellos, con la distraccion se colo por debajo de sus piernas. — Ah y no hay caballo...Ni nada de nada en realidad, ¡gracias por la cerveza gratis! —camino tomando a la chica de nuevo hacia la puerta y corrio para distanciarse de la taberna.
— Madre mía, la que has armado ahí dentro, ¿eh?
Jace Ford- Hechicero Clase Baja
- Mensajes : 22
Fecha de inscripción : 07/11/2016
Re: One drik, one punch! - Jace Ford.
Tiraba golpes a los que se le acercaban, esquivando sin problemas a los borrachos que intentaban tener una oportunidad entre la confusión, incluso limitándose a meterles el pie para hacerlos caer sobre algún otro y así crear mas caos entre ellos. Sin aviso alguno sintió de nuevo una mano en su brazo, pero este tenía un agarre distinto que la hizo volverse de inmediato, al ver aquella sonrisa pícara y los ojos juguetones y llenos de éxtasis, la dejo atónita y sin defensas por un momento, antes de seguir al extraño a través de la masa de puños y carne humana que se estaba desatando. Entre el camino a la puerta, se vio obligada a esquivar sillas, botellas y demasíes agachándose de vez en cuando.. en algún punto del camino perdió la capa de su hermana –tendría que vérselas con ella después y eso era más aterrador que pelear contra cualquiera de aquellos borrachos-.
Cuando su camino fue bloqueado por dos masas enormes, ella ya se estaba preparando para terminar con el problema, más se contuvo al ver que aquellos hombres en verdad buscaban al extraño hombre con una cara que indicaba que o bien, les debía dinero o bien, se había acostado con la hermana de alguien Vaya mi suerte… pensó suspirando un poco, hasta ver como el pelinegro estrellaba una jarra en la cabeza de uno de los grandulones, haciéndola alzar ambas cejas en sorpresa y dejando ser guiada hacia afuera del caos y la taberna, mientras escuchaba las maldiciones del agredido y del que sin duda los iba a seguir.
-¿Apostaste con esos hombres y no tenías con que pagar?!- dijo, evadiendo en principio lo que el chico le había dicho, mirando sobre su hombro para notar que en efecto los venían siguiendo, uno con un chorro de sangre corriendo por su frente y el otro con lo que parecía un palo de dios sabrá qué –sí, bueno, ese no era el plan y no es mi culpa si los hombres que van ahí son idiotas…- comento, corriendo sin descanso a su lado –sin ofender…- comenzó a dibujar el mapa de las calles y callejones de esa zona en su mente, hasta encontrar el escondite perfecto -sigue me!- demando, tomando la mano del hombre y jalando hacia una de las callejuelas.
En el camino fue arrancando la “falda” de su vestido, para revelar que bajo esta llevaba ropa más adecuada para cazar a la par de unas botas con navajas pequeñas pero con aspecto afilado a los costados. Corrieron entre callejones donde solo se veían las manchas de suciedad o había gatos por todos lados, teniendo que esquivar basura y demás, hasta llegar a un punto donde se habrían dos caminos, uno daba de nuevo a la calle y el otro era un callejón sin salida.
-Espero que sepas escalar- dijo, soltando la mano ajena y subiendo con saltos agiles por cajas y barriles viejos, hasta poder saltar al otro lado de la pared de madera y caer para rodar una vez y no lastimarse los talones ni nada crucial.
Cuando su camino fue bloqueado por dos masas enormes, ella ya se estaba preparando para terminar con el problema, más se contuvo al ver que aquellos hombres en verdad buscaban al extraño hombre con una cara que indicaba que o bien, les debía dinero o bien, se había acostado con la hermana de alguien Vaya mi suerte… pensó suspirando un poco, hasta ver como el pelinegro estrellaba una jarra en la cabeza de uno de los grandulones, haciéndola alzar ambas cejas en sorpresa y dejando ser guiada hacia afuera del caos y la taberna, mientras escuchaba las maldiciones del agredido y del que sin duda los iba a seguir.
-¿Apostaste con esos hombres y no tenías con que pagar?!- dijo, evadiendo en principio lo que el chico le había dicho, mirando sobre su hombro para notar que en efecto los venían siguiendo, uno con un chorro de sangre corriendo por su frente y el otro con lo que parecía un palo de dios sabrá qué –sí, bueno, ese no era el plan y no es mi culpa si los hombres que van ahí son idiotas…- comento, corriendo sin descanso a su lado –sin ofender…- comenzó a dibujar el mapa de las calles y callejones de esa zona en su mente, hasta encontrar el escondite perfecto -sigue me!- demando, tomando la mano del hombre y jalando hacia una de las callejuelas.
En el camino fue arrancando la “falda” de su vestido, para revelar que bajo esta llevaba ropa más adecuada para cazar a la par de unas botas con navajas pequeñas pero con aspecto afilado a los costados. Corrieron entre callejones donde solo se veían las manchas de suciedad o había gatos por todos lados, teniendo que esquivar basura y demás, hasta llegar a un punto donde se habrían dos caminos, uno daba de nuevo a la calle y el otro era un callejón sin salida.
-Espero que sepas escalar- dijo, soltando la mano ajena y subiendo con saltos agiles por cajas y barriles viejos, hasta poder saltar al otro lado de la pared de madera y caer para rodar una vez y no lastimarse los talones ni nada crucial.
Rosemary Defort- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 27
Fecha de inscripción : 06/11/2016
Re: One drik, one punch! - Jace Ford.
Su pícara sonrisa no dejaba lugar a dudas, claro que había apostado sin tener nada con que pagarles, basicamente porque jugando había podido beber de todo lo que los hombres pedían, eso y que le divertía sumamente engañar a tipos como aquellos, era tan fácil, en cuanto les ofrecias algo de valor olvidaban cualquier cosa y se dedicaban a mantenerte borracho con tal de ganar más. Y lo único que hacian era perder. Él también vio que los hombres los perseguían, y no parecían muy contentos, lo cual por alguna razon le hizo reir en vez de preocuparse. Era curioso porque normalmente él empezaba la raíz de todos los problemas, pero en aquella ocasion era el problema que su acompañante había causado lo que había desencadenado todo. Aunque su situacion seguro que habría acabado así de todas a todas.
Solto una carcajada con sus palabras. — No me ofendes chica dura...Probablemente sea un idiota, pero al menos no más que esos tipos... —seguían corriendo, tratando de escapar de lo que se les venía encima, y sinceramente no sabía muy bien donde se dirigía, no tenía para nada dominadas esas calles. — Por suerte he sacado de ese antro a una chica inteligente que va a salvar mi trasero —no pudo evitar guiñarla un ojo. Se dejo guiar por ella, sorprendido que le tomase de la mano, pero no le importo. Al ser él quien la seguía a ella tenía una buena vista de su figura, lo cual no había podido hacer hasta ahora, Jace no era grosero con las mujeres, aun así admiraba la belleza femenina como el que más. Había algo en su presencia que le impactaba, era quizás la fuerza con la que actuaba, o su mirada de determinacion quizás.
Al ver que se rasgaba el vestido se quedo sorprendido, casi se para ahí mismo, esperaba ver unas pernas desnudas y al final el calzado femenino, pero vio que llevaba otra ropa debajo, y unas botas con chuchillos. Lo cual le hizo alzar la ceja. — Vienes bien preparada, ¿eh? —y tanto que lo estaba, debería él ser tan prevenido como ella, después de todos los líos en los que se metía más le convenía. Llegaron a un punto clave, la observó, era como si llevase haciendo eso toda su vida. Jace por suerte también escalaba, había pasado la mitad de su vida escapando y huyendo, era ágil sin duda, pero seguro que no tenía tanta gracia haciendo las cosas como ella.
— ¡Quieres que arriesge mi vida y ni siquiera se tu nombre! —comenzó a escalar fijandose en a cuanta distancia estaban sus enemigos, no a mucha la verdad, así que se dio prisa mientras seguía gritandole cosas a la chica desconocida. — ¡Yo soy Jace!...Por cierto, bonitas piernas —situado justo para saltar la pared de madera, su voltereta fue descordinada y acabo tirado en el suelo y riendo mientras jadeaba un poco, intentando recuperar el aire. Entre risas intento levantarse. — Llevo unas copas de más en el cuerpo, creo que... —en cuanto se levanto todas esas copas de más quisieron salir, le alcanzo para acercarse hasta la pared y apoyando su mano ahí vomito todo, eso y lo poco de cena que había consumido hace unas horas. — Joder... —se apartó tras unos segundos, bueno ya se había vaciado. Escucho voces y sonidos al otro lado de la pared. — Vamos, dudo que consigan pasar, pero no es buena idea arriesgarse —no sabía si echar todo le había sentado peor o mejor, el caso es que le quedaban las fuerzas suficientes para terminar de alejarse del todo.
Solto una carcajada con sus palabras. — No me ofendes chica dura...Probablemente sea un idiota, pero al menos no más que esos tipos... —seguían corriendo, tratando de escapar de lo que se les venía encima, y sinceramente no sabía muy bien donde se dirigía, no tenía para nada dominadas esas calles. — Por suerte he sacado de ese antro a una chica inteligente que va a salvar mi trasero —no pudo evitar guiñarla un ojo. Se dejo guiar por ella, sorprendido que le tomase de la mano, pero no le importo. Al ser él quien la seguía a ella tenía una buena vista de su figura, lo cual no había podido hacer hasta ahora, Jace no era grosero con las mujeres, aun así admiraba la belleza femenina como el que más. Había algo en su presencia que le impactaba, era quizás la fuerza con la que actuaba, o su mirada de determinacion quizás.
Al ver que se rasgaba el vestido se quedo sorprendido, casi se para ahí mismo, esperaba ver unas pernas desnudas y al final el calzado femenino, pero vio que llevaba otra ropa debajo, y unas botas con chuchillos. Lo cual le hizo alzar la ceja. — Vienes bien preparada, ¿eh? —y tanto que lo estaba, debería él ser tan prevenido como ella, después de todos los líos en los que se metía más le convenía. Llegaron a un punto clave, la observó, era como si llevase haciendo eso toda su vida. Jace por suerte también escalaba, había pasado la mitad de su vida escapando y huyendo, era ágil sin duda, pero seguro que no tenía tanta gracia haciendo las cosas como ella.
— ¡Quieres que arriesge mi vida y ni siquiera se tu nombre! —comenzó a escalar fijandose en a cuanta distancia estaban sus enemigos, no a mucha la verdad, así que se dio prisa mientras seguía gritandole cosas a la chica desconocida. — ¡Yo soy Jace!...Por cierto, bonitas piernas —situado justo para saltar la pared de madera, su voltereta fue descordinada y acabo tirado en el suelo y riendo mientras jadeaba un poco, intentando recuperar el aire. Entre risas intento levantarse. — Llevo unas copas de más en el cuerpo, creo que... —en cuanto se levanto todas esas copas de más quisieron salir, le alcanzo para acercarse hasta la pared y apoyando su mano ahí vomito todo, eso y lo poco de cena que había consumido hace unas horas. — Joder... —se apartó tras unos segundos, bueno ya se había vaciado. Escucho voces y sonidos al otro lado de la pared. — Vamos, dudo que consigan pasar, pero no es buena idea arriesgarse —no sabía si echar todo le había sentado peor o mejor, el caso es que le quedaban las fuerzas suficientes para terminar de alejarse del todo.
Jace Ford- Hechicero Clase Baja
- Mensajes : 22
Fecha de inscripción : 07/11/2016
Re: One drik, one punch! - Jace Ford.
Rueda los ojos al escuchar su pobre intento de alago, sabía que tenía pinta de pillo y eso cualquiera lo podría ver, incluso ladrón tal vez, pero eso sería irse muy por las ramas; tenía esa especie de rostro, la que te dice que va a hacer una travesura y que si le sigues el juego probablemente termines en problemas, pero que te gustará. Era extraño para la cazadora encontrar a alguien lo suficientemente interesante para ofrecer tomar su mano… podría decir sin duda que …es…encantador pensó muy a su pesar, agradeciendo que este no podía verle el rostro.
Niega un poco al ver como el pelinegro cae de forma poco grácil a su lado. Se había tomado la libertad de ignorar la mayoría de lo que le había dicho cuando escalaron aquella montaña de basura, pero ahora se limitó a sonreír ladina. Esto hasta notar como se levantaba y se encargaba de descargar cualquier cosa que su estómago estuviese guardando, lo que la hizo hacer una mueca de asco -…encantador- murmuro desviando el rostro a otra parte para ya no verle vomitar. Incluso pensó en tirar algo por ahí para que no oliese a lo que sea que haya comido, era de suponer que él también estaría ebrio como la mayoría de hombres que entran en ese lugar.
Se puso de pie, limpiando el costado de sus ajustados pantalones de cuero negro y ajustó el seguro de sus navajas en las botas, asegurándose que nada saliera de su lugar. No pudo evitar pensar si en verdad sería buena idea llevar a un completo extraño con ella corriendo por ahí ¿Qué tal si alguien los ve y pensaba mal? Su hermana tenía muchos ojos por la ciudad y no solo los que pueden salir en las noches. Ante esto hizo una pequeña mueca pensativa, hasta escuchar las voces de los persecutores del otro lado, después miro al que ahora tenía cara pálida y moribunda y suspiro de forma pesada y exasperada.
-Bien!- dijo, más para convencerse que para nadie más –Tengo un lugar por aquí, no será lujoso pero servirá… vamos- comenzó a trotar esperando que el chico la siguiera sin perderse entre la multitud al salir de los callejones. Hizo una parada entre una de las calles y volvió su rostro hacia él –Rosemary… ¿lo querías saber no?- pregunto lo obvio referente a su nombre y sin saber muy bien porqué, le dedico una de sus sonrisas que ha más de uno a dejado anonadado.
Niega un poco al ver como el pelinegro cae de forma poco grácil a su lado. Se había tomado la libertad de ignorar la mayoría de lo que le había dicho cuando escalaron aquella montaña de basura, pero ahora se limitó a sonreír ladina. Esto hasta notar como se levantaba y se encargaba de descargar cualquier cosa que su estómago estuviese guardando, lo que la hizo hacer una mueca de asco -…encantador- murmuro desviando el rostro a otra parte para ya no verle vomitar. Incluso pensó en tirar algo por ahí para que no oliese a lo que sea que haya comido, era de suponer que él también estaría ebrio como la mayoría de hombres que entran en ese lugar.
Se puso de pie, limpiando el costado de sus ajustados pantalones de cuero negro y ajustó el seguro de sus navajas en las botas, asegurándose que nada saliera de su lugar. No pudo evitar pensar si en verdad sería buena idea llevar a un completo extraño con ella corriendo por ahí ¿Qué tal si alguien los ve y pensaba mal? Su hermana tenía muchos ojos por la ciudad y no solo los que pueden salir en las noches. Ante esto hizo una pequeña mueca pensativa, hasta escuchar las voces de los persecutores del otro lado, después miro al que ahora tenía cara pálida y moribunda y suspiro de forma pesada y exasperada.
-Bien!- dijo, más para convencerse que para nadie más –Tengo un lugar por aquí, no será lujoso pero servirá… vamos- comenzó a trotar esperando que el chico la siguiera sin perderse entre la multitud al salir de los callejones. Hizo una parada entre una de las calles y volvió su rostro hacia él –Rosemary… ¿lo querías saber no?- pregunto lo obvio referente a su nombre y sin saber muy bien porqué, le dedico una de sus sonrisas que ha más de uno a dejado anonadado.
Rosemary Defort- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 27
Fecha de inscripción : 06/11/2016
Re: One drik, one punch! - Jace Ford.
De encantador tenía poco Jace, aunque había tenido suerte de no encontrarselo realmente borracho, el problema había sido la carrera, la voltereta y los dichosos saltos. Le habían revuelto el estómago. No obstante, no sería ni la primera ni la última vez que vomitase, lo cual daba para pensar. Pero eso no iba a comentarselo a su nueva conocida, ya suficiente mala impresion había causado.
Si claro, lo que sea...Ni siquiera tenía aun fuerzas para decirlo en voz alta, espera, un momento, ¿se estaba disculpando porque no le iba a llevar a un lugar lujoso?...Le entraron ganas de reir, pero la risa se quedó en una tos, que ni siquiera llegaba a ser tos. Intentaba seguir el ritmo de la chica. Por suerte ella se paro y la dio alcance, esquivando a un par de personas.
— Así que Rose de clase alta... —iba a explicar porque decía aquello, pero empezo de nuevo la marcha a paso rápido. — Oh vamos, dame un poco de tregua, si no vas a tener que explicar porque un joven atractivo murió ahogado en mitad de la calle mientras iba contigo —y otra vez esa medio risa, medio tos. — A mi me basta con un buen trago de agua y una superficie lisa para tumbarme —lo que en verdad quería decir era "un buen trago de alcohol", pero eso también daría mala imagen.
Lo cierto es que durante el resto del camino estuvo pensando en la sonrisa de la chica y en sus ojos. No entendía porque, normalmente no se quedaba con esas cosas, pagaba el poco dinero que tenía a alguna prostituta y después de unas horas si te he visto no me acuerdo. No se daba cuenta ni por donde estaban llendo. Apenas había gente ya por la parte que transitaban ahora, pero cuando alzó la vista para localizar a Rose, no estaba. Miro a su alrededor, hacia atrás.
— ¡ROSE! ¡ROSE! —ya estaba empezando a repasar algun hechizo, incluso pensando en adquirir otra apariencia para salir de allí. Por un momento penso que la mujer le había engañado, pero entonces vio una cabellera asomar en un callejon a la derecha, le dijo algo que no llego a entender muy bien, y se apresuro a ir hacia allí.
— ¿Pero donde te habías metido?...Ni que fuese un gato... —pensó unos segundos y la miro. — No lo eres, ¿no? —peores cosas había visto.
Si claro, lo que sea...Ni siquiera tenía aun fuerzas para decirlo en voz alta, espera, un momento, ¿se estaba disculpando porque no le iba a llevar a un lugar lujoso?...Le entraron ganas de reir, pero la risa se quedó en una tos, que ni siquiera llegaba a ser tos. Intentaba seguir el ritmo de la chica. Por suerte ella se paro y la dio alcance, esquivando a un par de personas.
— Así que Rose de clase alta... —iba a explicar porque decía aquello, pero empezo de nuevo la marcha a paso rápido. — Oh vamos, dame un poco de tregua, si no vas a tener que explicar porque un joven atractivo murió ahogado en mitad de la calle mientras iba contigo —y otra vez esa medio risa, medio tos. — A mi me basta con un buen trago de agua y una superficie lisa para tumbarme —lo que en verdad quería decir era "un buen trago de alcohol", pero eso también daría mala imagen.
Lo cierto es que durante el resto del camino estuvo pensando en la sonrisa de la chica y en sus ojos. No entendía porque, normalmente no se quedaba con esas cosas, pagaba el poco dinero que tenía a alguna prostituta y después de unas horas si te he visto no me acuerdo. No se daba cuenta ni por donde estaban llendo. Apenas había gente ya por la parte que transitaban ahora, pero cuando alzó la vista para localizar a Rose, no estaba. Miro a su alrededor, hacia atrás.
— ¡ROSE! ¡ROSE! —ya estaba empezando a repasar algun hechizo, incluso pensando en adquirir otra apariencia para salir de allí. Por un momento penso que la mujer le había engañado, pero entonces vio una cabellera asomar en un callejon a la derecha, le dijo algo que no llego a entender muy bien, y se apresuro a ir hacia allí.
— ¿Pero donde te habías metido?...Ni que fuese un gato... —pensó unos segundos y la miro. — No lo eres, ¿no? —peores cosas había visto.
Jace Ford- Hechicero Clase Baja
- Mensajes : 22
Fecha de inscripción : 07/11/2016
Re: One drik, one punch! - Jace Ford.
Rodó los ojos ante sus palabras, sonando como un típico chico listo y casanova de los que, usualmente, huía e intentaba alejar. Y aun así, ahí estaba esa tonta sonrisa queriendo escapar de una esquina de sus labios, ante la confianza que este tenía aun cuando estaba muriendo de cansancio de forma patética intentando seguirla por entre la gente. Jace había resultado ser alguien que por más molesto que podría ser, ese rostro suyo lo hacía… tal vez.. ¿Tierno? No, los perros son tiernos.. los mapaches son tiernos, no los hombres, nunca los hombres pensó, negando un poco y siguiendo su marcha sin descanso.
Después de un tiempo, noto como frente a ellos estaban las pesadas figuras de los gorilas que los seguían y mas atrás, en uno de los oscuros rincones de entre las casa, estaba cierto esclavo que vivía en su mansión -tch…mierda- chasqueo la lengua, buscando en el momento una forma de escapar y al encontrar uno de los callejones bajo su “escondite” corrió hacia él, esperando que ninguno de aquellos tres la hubiesen visto. Y para aumentar al “encanto” del chico, este comenzó a gritar su nombre con desesperación mirando en todas direcciones y con la vista perdida; ¿Qué estaba haciendo? Debía de estar hablándole, mas… ahí estaba, mirándolo entre incrédula y divertida en cierta forma ¿Era extraño si decía que le gustaba aquella escena? Divertida como estaba, noto que los gorilas se acercaban cada vez más, asi que hizo señas al pelinegro –Ca- lla-te! Ven!- dijo moviendo los labios y haciéndole señas parea que corriese ha esconderse, siempre mirando a un costado para cerciorarse que no lo escucharan.
Cuando este se encontró con ella de nuevo, noto el leve sudor en su frente y escucho sus palabras un poco cansada -¿te parezco un gato?- pregunto con cierto tono en la voz. Cuando escucho la voz de uno de los gorilas, lo jalo aun más al fondo del callejón, pegándolo contra la pared y cubriendo la boca del mayor con su mano –shhh.. nos van a escuchar si hablas- susurro, poniendo su dedo índice sobre sus labios a forma de silencio y después apuntando a la calle, para que viese a los tipos que los seguían, pasar. Aguardo unos segundos esperando que no los encontraran, teniendo su mano cubriendo la boca ajena durante todo este tiempo y mirando hacia la calle. No debía pasar mucho antes que estos dieran con el pasillo del que habían salido, así que tenían que llegar a su escondite cuanto antes. Suspiro al notar que no venían y relajo un poco su mano, mas no fue hasta que percibió el olor a vomito en el aliento del contrario, que retiro la mano por completo, limpiándola en su ropa. No era tan delicada como las de la clase alta, pero vamos que a nadie le gusta tener vomito en ninguna parte de su cuerpo y menos buscar embarrarse a propósito.
-Bueno… esto ha sido suficiente aventura para mi por hoy- murmuro mirando por el callejón –y tu necesitas un descanso…y agua…y jabón- se estremeció un poco al recordar el vómito –vamos, ya estamos cerca- había comenzado a caminar, más se detuvo y tomo por la muñeca al mago- por si..Acaso.. no queremos que vayas por ahí gritando mi nombre de nuevo ¿no?- dijo riendo solo un poco y asi continuar su camino por entre callejones.
Al cabo de unos 10 minutos más de vueltas, terminaron al pie de unas viejas escaleras que estaban a un costado de lo que parecía ser un almacén de telas, sin más, ella comenzó a subirlas, mirando hacia abajo para cerciorarse que el mayor la seguía, y así continuar hasta llegar al piso donde terminaban y abrir la chirriante puerta de madera. El lugar era espacioso mas no tenía división alguna, solo era un enorme cuadro con ventanas en todas direcciones de las calles, el olor a madera y polvo estaba por el aire, mas todo estaba relativamente limpio. Una enorme mesa tenía una ballesta, algunos cuchillos, balas de plata y una enorme y pesada cruz en su respectivo estuche, la vista de lo que una guarida de cazador debía verse. Al fondo, donde no había ventanas, había un separador que escondía detrás una tina fina y un perchero del cual colgaba el vestido con el que había salido aquella tarde.
-Adelante..- le dijo cuando este al fin había subido por la escalera –por allá esta un sillón…es el único asi que te aconsejo lo encuentres cómodo- mencionó, mientras cerraba la puerta con seguro y comenzaba a quitarse los cuchillos y demás –hay agua y creo que por ahí tengo pan- movió los dedos apuntando a la mesa –no suelo pasar mucho tiempo aquí, tendrás que disculpar mi falta de… propia hospitalidad- comentó poniéndose al otro lado de la “cortina” y comenzando a cambiarse.
Después de un tiempo, noto como frente a ellos estaban las pesadas figuras de los gorilas que los seguían y mas atrás, en uno de los oscuros rincones de entre las casa, estaba cierto esclavo que vivía en su mansión -tch…mierda- chasqueo la lengua, buscando en el momento una forma de escapar y al encontrar uno de los callejones bajo su “escondite” corrió hacia él, esperando que ninguno de aquellos tres la hubiesen visto. Y para aumentar al “encanto” del chico, este comenzó a gritar su nombre con desesperación mirando en todas direcciones y con la vista perdida; ¿Qué estaba haciendo? Debía de estar hablándole, mas… ahí estaba, mirándolo entre incrédula y divertida en cierta forma ¿Era extraño si decía que le gustaba aquella escena? Divertida como estaba, noto que los gorilas se acercaban cada vez más, asi que hizo señas al pelinegro –Ca- lla-te! Ven!- dijo moviendo los labios y haciéndole señas parea que corriese ha esconderse, siempre mirando a un costado para cerciorarse que no lo escucharan.
Cuando este se encontró con ella de nuevo, noto el leve sudor en su frente y escucho sus palabras un poco cansada -¿te parezco un gato?- pregunto con cierto tono en la voz. Cuando escucho la voz de uno de los gorilas, lo jalo aun más al fondo del callejón, pegándolo contra la pared y cubriendo la boca del mayor con su mano –shhh.. nos van a escuchar si hablas- susurro, poniendo su dedo índice sobre sus labios a forma de silencio y después apuntando a la calle, para que viese a los tipos que los seguían, pasar. Aguardo unos segundos esperando que no los encontraran, teniendo su mano cubriendo la boca ajena durante todo este tiempo y mirando hacia la calle. No debía pasar mucho antes que estos dieran con el pasillo del que habían salido, así que tenían que llegar a su escondite cuanto antes. Suspiro al notar que no venían y relajo un poco su mano, mas no fue hasta que percibió el olor a vomito en el aliento del contrario, que retiro la mano por completo, limpiándola en su ropa. No era tan delicada como las de la clase alta, pero vamos que a nadie le gusta tener vomito en ninguna parte de su cuerpo y menos buscar embarrarse a propósito.
-Bueno… esto ha sido suficiente aventura para mi por hoy- murmuro mirando por el callejón –y tu necesitas un descanso…y agua…y jabón- se estremeció un poco al recordar el vómito –vamos, ya estamos cerca- había comenzado a caminar, más se detuvo y tomo por la muñeca al mago- por si..Acaso.. no queremos que vayas por ahí gritando mi nombre de nuevo ¿no?- dijo riendo solo un poco y asi continuar su camino por entre callejones.
Al cabo de unos 10 minutos más de vueltas, terminaron al pie de unas viejas escaleras que estaban a un costado de lo que parecía ser un almacén de telas, sin más, ella comenzó a subirlas, mirando hacia abajo para cerciorarse que el mayor la seguía, y así continuar hasta llegar al piso donde terminaban y abrir la chirriante puerta de madera. El lugar era espacioso mas no tenía división alguna, solo era un enorme cuadro con ventanas en todas direcciones de las calles, el olor a madera y polvo estaba por el aire, mas todo estaba relativamente limpio. Una enorme mesa tenía una ballesta, algunos cuchillos, balas de plata y una enorme y pesada cruz en su respectivo estuche, la vista de lo que una guarida de cazador debía verse. Al fondo, donde no había ventanas, había un separador que escondía detrás una tina fina y un perchero del cual colgaba el vestido con el que había salido aquella tarde.
-Adelante..- le dijo cuando este al fin había subido por la escalera –por allá esta un sillón…es el único asi que te aconsejo lo encuentres cómodo- mencionó, mientras cerraba la puerta con seguro y comenzaba a quitarse los cuchillos y demás –hay agua y creo que por ahí tengo pan- movió los dedos apuntando a la mesa –no suelo pasar mucho tiempo aquí, tendrás que disculpar mi falta de… propia hospitalidad- comentó poniéndose al otro lado de la “cortina” y comenzando a cambiarse.
Rosemary Defort- Cazador Clase Alta
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Fecha de inscripción : 06/11/2016
Re: One drik, one punch! - Jace Ford.
Se apresuró todo lo que pudo para esconderse con ella en el callejon, la verdad que la suerte que solía tener Jace era quiparable a su torpeza habitual, no lo hacia a proposito, de verdad que no, pero se metía demasiado en líos, y habitualmente mezclaba a otra gente en ellos, gente que solía querer matarle después, no como aquella chica. Rió observandola, hizo un gesto con su cabeza y sus manos, desde luego que lo parecia.
— Si, un felino m... —se sintió jalado hacia ella inmediatamente y arrinconado en la pared, por un momento su sonrisa bajo la mano de Rose se volvió pícara y divertida, dispuesto a soltar un monton de comentarios acerca de aquella situacion. Pero lo cierto es que empezo a distraerse, el olor de la chica y su cercanía le hicieron entrar en trance, el corazon empezó a latirle algo más rápido y el silencion se hizo presente por completo. El tacto de su piel y el roce de su cuerpo era cálido, demasiado. Cerró los ojos, esperando que esa sensacion que le recorría el cuerpo desapareciera. Pero no lo hizo, y la mente de Jace empezó a alejarse, toda su realidad empezo a difuminarse, hasta que Jace dejo aquella escena por completo.
Abrió los ojos, aunque con un cambio imperceptible en su mirada. Un cambio irrelevante pero que sin embargo iba a traer consecuencias. Miró de arriba abajo a la morena, la sonrisa pícara volvió a asomar en su rostro, como si fuera la primera vez que veía su figura.
Y yo creía que Jace no sabía elegir...
El extraño decidió no revelar nada aun, observando como la chica se limpiaba en su ropa, y actuó, actuó como solo el sabía, dejando que la chica pensase que aun estaba con Jace, con el estúpido y torpe Jace. — Oh muy bonito... —su voz no había cambiado nada, ni siquiera su tono. Por ahora. Le resultaba dificil contener sus impulsos, así que trato de no hablar mucho, y rió igual de tontamente que lo hacia el estúpido de Jace.
La miró sorprendida cuando le tomo de la muñeca. — Me dejo guíar... —la guiño un ojo con complicidad, pero en cuanto ella estuvo mirando al frente su expresion cambio, rodó los ojos. Lo que debía hacer por un poco de diversión extra. Si ahora mostraba su verdadera cara destruiría el momento, y algo debía reconocer a Jace, y es que de lo tonto que era hacia que los demas confiasen rapidamente en él.
¿Gritar tu nombre?...Oh gatita, yo haría que tu gritases el mío...
Y siguieron su camino, el aparentando ser algo que no era, y deborandola con la mirada cada vez que se giraba. Observó desde abajo las escaleras y como las subía, interiormente no pudo evitar reir. Todo estaba resultando extremadamente fácil. Jace había hecho la mitad del trabajo. Se adentro en el lugar en silencio y con algo de precaucion, lo primero que observó fue la mesa. Cazadora. Nunca había cazado a una cazadora, aquello iba a resultar interesante.
— Vaya, si esto es mejor que mi casa... —rió y la dio un codazo amistoso. En realidad Jace no tenía casa, pero eso daba exactamente igual, porque si la tuviera sería peor que ese lugar. Desde luego que primero se quitaría ese sabor a vómito de la boca. Se enjuago la boca con el agua arrojandolo a un cuenco que había allí, luego bebió un buen trago. Se retiro la camiseta manchada, arrojandola al sofa y se quedo solo con la chaqueta. Alzó la mirada al ver a la chica meterse tras la cortina, y sonrió de lado.
— Así que eres cazadora...Por eso eres con una pantera... —rio observando la figura de la muchacha a traves de la cortina, se relamio los labios sin poder evitarlo mientras avanzaba hacia la mesa de las armas. El estúpido de Jace había vuelto a perder el cuchillo que siempre llevaba. Acarició el filo de los cuchillos y de forma sutil cogio uno. — No te he dado las gracias por ayudarme —sus pasos eran sigilosos, medidos, nada comparado con la torpeza habitual de Jace. Pero es que tanto uno como otro habían sido ladrones y delicuentes desde niños. Sus brazos atravesaron la cortina, sujetando de forma inesperada a la chica, colocando el filo del cuchillo en su cuello, con el otro brazo la agarra con fuerza de la cintura. — Hola preciosa, es un placer conocerte —soltó una carcajada — Un error invitar a un desconocido a esta cueva secreta, ¿no crees? —hizó un pequeño corte en el cuello de ella, dejando que un hilo de sangre saliera. La giró con brusquedad y lamio con descaro ese corte.
— Soy Hayden, lamento que hayas tenido que conocer al estúpido de Jace...Seguro que te ha aburrido con sus estúpidos comentarios...Todo un lastre —la empujo contra la pared y se alejo un poco jugando con el cuchillo en la mano. — Gracias por esto por cierto, no hubiera podido divertirme de la misma forma —observó a la morena, en otras ocasiones ya hubiera terminado con aquello, matandola quizás. Pero en cierta forma aquella chica le resultaba atractiva y excitante.
— Si, un felino m... —se sintió jalado hacia ella inmediatamente y arrinconado en la pared, por un momento su sonrisa bajo la mano de Rose se volvió pícara y divertida, dispuesto a soltar un monton de comentarios acerca de aquella situacion. Pero lo cierto es que empezo a distraerse, el olor de la chica y su cercanía le hicieron entrar en trance, el corazon empezó a latirle algo más rápido y el silencion se hizo presente por completo. El tacto de su piel y el roce de su cuerpo era cálido, demasiado. Cerró los ojos, esperando que esa sensacion que le recorría el cuerpo desapareciera. Pero no lo hizo, y la mente de Jace empezó a alejarse, toda su realidad empezo a difuminarse, hasta que Jace dejo aquella escena por completo.
Abrió los ojos, aunque con un cambio imperceptible en su mirada. Un cambio irrelevante pero que sin embargo iba a traer consecuencias. Miró de arriba abajo a la morena, la sonrisa pícara volvió a asomar en su rostro, como si fuera la primera vez que veía su figura.
Y yo creía que Jace no sabía elegir...
El extraño decidió no revelar nada aun, observando como la chica se limpiaba en su ropa, y actuó, actuó como solo el sabía, dejando que la chica pensase que aun estaba con Jace, con el estúpido y torpe Jace. — Oh muy bonito... —su voz no había cambiado nada, ni siquiera su tono. Por ahora. Le resultaba dificil contener sus impulsos, así que trato de no hablar mucho, y rió igual de tontamente que lo hacia el estúpido de Jace.
La miró sorprendida cuando le tomo de la muñeca. — Me dejo guíar... —la guiño un ojo con complicidad, pero en cuanto ella estuvo mirando al frente su expresion cambio, rodó los ojos. Lo que debía hacer por un poco de diversión extra. Si ahora mostraba su verdadera cara destruiría el momento, y algo debía reconocer a Jace, y es que de lo tonto que era hacia que los demas confiasen rapidamente en él.
¿Gritar tu nombre?...Oh gatita, yo haría que tu gritases el mío...
Y siguieron su camino, el aparentando ser algo que no era, y deborandola con la mirada cada vez que se giraba. Observó desde abajo las escaleras y como las subía, interiormente no pudo evitar reir. Todo estaba resultando extremadamente fácil. Jace había hecho la mitad del trabajo. Se adentro en el lugar en silencio y con algo de precaucion, lo primero que observó fue la mesa. Cazadora. Nunca había cazado a una cazadora, aquello iba a resultar interesante.
— Vaya, si esto es mejor que mi casa... —rió y la dio un codazo amistoso. En realidad Jace no tenía casa, pero eso daba exactamente igual, porque si la tuviera sería peor que ese lugar. Desde luego que primero se quitaría ese sabor a vómito de la boca. Se enjuago la boca con el agua arrojandolo a un cuenco que había allí, luego bebió un buen trago. Se retiro la camiseta manchada, arrojandola al sofa y se quedo solo con la chaqueta. Alzó la mirada al ver a la chica meterse tras la cortina, y sonrió de lado.
— Así que eres cazadora...Por eso eres con una pantera... —rio observando la figura de la muchacha a traves de la cortina, se relamio los labios sin poder evitarlo mientras avanzaba hacia la mesa de las armas. El estúpido de Jace había vuelto a perder el cuchillo que siempre llevaba. Acarició el filo de los cuchillos y de forma sutil cogio uno. — No te he dado las gracias por ayudarme —sus pasos eran sigilosos, medidos, nada comparado con la torpeza habitual de Jace. Pero es que tanto uno como otro habían sido ladrones y delicuentes desde niños. Sus brazos atravesaron la cortina, sujetando de forma inesperada a la chica, colocando el filo del cuchillo en su cuello, con el otro brazo la agarra con fuerza de la cintura. — Hola preciosa, es un placer conocerte —soltó una carcajada — Un error invitar a un desconocido a esta cueva secreta, ¿no crees? —hizó un pequeño corte en el cuello de ella, dejando que un hilo de sangre saliera. La giró con brusquedad y lamio con descaro ese corte.
— Soy Hayden, lamento que hayas tenido que conocer al estúpido de Jace...Seguro que te ha aburrido con sus estúpidos comentarios...Todo un lastre —la empujo contra la pared y se alejo un poco jugando con el cuchillo en la mano. — Gracias por esto por cierto, no hubiera podido divertirme de la misma forma —observó a la morena, en otras ocasiones ya hubiera terminado con aquello, matandola quizás. Pero en cierta forma aquella chica le resultaba atractiva y excitante.
Jace Ford- Hechicero Clase Baja
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Fecha de inscripción : 07/11/2016
Re: One drik, one punch! - Jace Ford.
Su hermana siempre estaba preocupada por su seguridad, claro que ella no sabía que era una cazadora ni que sabía partir cráneos como cualquier hombre, más el lado caritativo de la humana la hacía muchas veces ver más allá de la naturaleza de las personas y terminaba por meterse en aprietos por su buen corazón. ¿Qué diría Alice ahora si la viese ser atacada por un extraño al que llevo a un lugar solo y sin alma alguna?
Cuando se sintió aprisionada por los brazos del contrario, estaba a punto de intentar una de las maniobras para derribarlo, cuando escuchó el cambio en la gravedad de la voz, lo que la hizo detenerse a analizarlo. Su respiración era algo agitada por los acontecimientos, más se mantuvo estable y firme, con el ceño fruncido mientras sintió como la cuchilla le cortaba la fina piel, dejando que el vital líquido saliera a gota por aquella mísera herida; al encararlo, sintió la lamida en su cuello, lo que la hizo estremecer e incluso jadear solo levemente –siendo una zona muy sensible en ella- y apretar la mandíbula en enojó por provocar que aquello saliera de sus labios. Ya contra la pared se dignó a analizar el semblante del que ahora se identificaba como “Hayden”, notando desde como la mandíbula parecía más apretada hasta como las pupilas del pelinegro parecían más retraídas que antes, la sonrisa descarada y la carcajada de alguien que se siente el rey, se hacía presente también.
-Así que…¿Hayden?- dijo después de unos segundos, pegando sus manos a la pared que, de un momento a otro, se había vuelto más fría -¿de qué va esto? ¿eres parte de Jace o eres algo que vive dentro de él?- pregunto serena, mas con un semblante serio en advertencia.
Había escuchado antes sobre casos así, donde parecía que dentro de un sujeto se podían encontrar más de tres personas, la iglesia te diría que esta poseído por un demonio, mas ella no creía en tales disparates, creía que era más las personas… como si estas estuviesen partidas en muchos pedacitos que por alguna razón no podrían unirse. Ahora muy a su pesar, tenía la oportunidad de sacar algo de información –vamos que no era normal toparse con alguien así todos los días- así que jugaría un poco su juego, no lo lastimaría de verdad, después de todo cabía la posibilidad que el Jace que había conocido siguiera por ahí –o eso le dio a entender-. Apenas había conseguido estar en su camisón ligero, aquel que se usaba debajo de los vestidos como el que ella había elegido, no tan pesado, asi que la situación la incomodaba un poco, esperando que nada se transparentase.
-¿Las gracias?¿en verdad crees que podrás conmigo?- murmuró, despegándose de la pared autoritaria y acercándose ese último paso hacia el hombre, quedando casi rosando la nariz ajena, mirándolo de forma penetrante –No sé por qué estás aquí, pero cometiste un grave error… Hayden-
De acuerdo, tal vez él era más alto que ella, pero vamos, no era tanta la diferencia. Sin querer notó como este ya no tenía camisa alguna más que una chaqueta y su piel con un exquisito bronceado natural en ella, la hicieron desviar un poco la mirada, mas volvió a posarla sobre este, analizando sus opciones si las cosas se ponían feas. No quería matarlo, pero tampoco caería sin una pelea, eso se le veía por todas luces. Notó como afuera estaba aún más oscuro de lo que recordaba y pensó en que aún tenía que volver a casa antes del amanecer… tantas cosas por un simple tipo.
Claro, esa tenía que ser mi suerte…
Cuando se sintió aprisionada por los brazos del contrario, estaba a punto de intentar una de las maniobras para derribarlo, cuando escuchó el cambio en la gravedad de la voz, lo que la hizo detenerse a analizarlo. Su respiración era algo agitada por los acontecimientos, más se mantuvo estable y firme, con el ceño fruncido mientras sintió como la cuchilla le cortaba la fina piel, dejando que el vital líquido saliera a gota por aquella mísera herida; al encararlo, sintió la lamida en su cuello, lo que la hizo estremecer e incluso jadear solo levemente –siendo una zona muy sensible en ella- y apretar la mandíbula en enojó por provocar que aquello saliera de sus labios. Ya contra la pared se dignó a analizar el semblante del que ahora se identificaba como “Hayden”, notando desde como la mandíbula parecía más apretada hasta como las pupilas del pelinegro parecían más retraídas que antes, la sonrisa descarada y la carcajada de alguien que se siente el rey, se hacía presente también.
-Así que…¿Hayden?- dijo después de unos segundos, pegando sus manos a la pared que, de un momento a otro, se había vuelto más fría -¿de qué va esto? ¿eres parte de Jace o eres algo que vive dentro de él?- pregunto serena, mas con un semblante serio en advertencia.
Había escuchado antes sobre casos así, donde parecía que dentro de un sujeto se podían encontrar más de tres personas, la iglesia te diría que esta poseído por un demonio, mas ella no creía en tales disparates, creía que era más las personas… como si estas estuviesen partidas en muchos pedacitos que por alguna razón no podrían unirse. Ahora muy a su pesar, tenía la oportunidad de sacar algo de información –vamos que no era normal toparse con alguien así todos los días- así que jugaría un poco su juego, no lo lastimaría de verdad, después de todo cabía la posibilidad que el Jace que había conocido siguiera por ahí –o eso le dio a entender-. Apenas había conseguido estar en su camisón ligero, aquel que se usaba debajo de los vestidos como el que ella había elegido, no tan pesado, asi que la situación la incomodaba un poco, esperando que nada se transparentase.
-¿Las gracias?¿en verdad crees que podrás conmigo?- murmuró, despegándose de la pared autoritaria y acercándose ese último paso hacia el hombre, quedando casi rosando la nariz ajena, mirándolo de forma penetrante –No sé por qué estás aquí, pero cometiste un grave error… Hayden-
De acuerdo, tal vez él era más alto que ella, pero vamos, no era tanta la diferencia. Sin querer notó como este ya no tenía camisa alguna más que una chaqueta y su piel con un exquisito bronceado natural en ella, la hicieron desviar un poco la mirada, mas volvió a posarla sobre este, analizando sus opciones si las cosas se ponían feas. No quería matarlo, pero tampoco caería sin una pelea, eso se le veía por todas luces. Notó como afuera estaba aún más oscuro de lo que recordaba y pensó en que aún tenía que volver a casa antes del amanecer… tantas cosas por un simple tipo.
Claro, esa tenía que ser mi suerte…
Rosemary Defort- Cazador Clase Alta
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Fecha de inscripción : 06/11/2016
Re: One drik, one punch! - Jace Ford.
Sus ojos marrones no dejaron tramo sin recorrer del cuerpo de la chica, poco le importaba a él que estuviese medio desnuda, más excitante aun el juego que tenía entre manos. Le llamaba la atencion lo blanca y tersa que era su piel sin ser uno de esos vampiros. Inevitablemente se mordió el labio contemplandola. Normalmente cuando jugaba con mujeres o chicas apenas se fijaba o etraba en detalles, hacia lo que tenía que hacer y listo. Era como si Jace aun no se hubiera ido del todo y le estuviese obligando a contemplarla de aquella forma. Pero bien sabía Hayden que Jace no era más que una mota de polvo ya, en aquel instante.
Sonrisa ladina y mirada oscura. Sus pupilas se expandieron ante la adrenalina que recorría su cuerpo en ese momento. Le encataba que le llamasen Hayden, porque ese era el nombre que había elegido, y no el patético con el que su otra mitad se había quedado. Se relamió en un gesto muy peculiar en él. — Bueno pichoncito...Te dejo elegir lo que soy...Por ser tu... —solía poner a las mujeres apodos del tipo, nunca las llamaba por su nombre, jamás. Ladeo la cabeza y sonrio de nuevo, esta vez mostrando algo su dentadura, y camino un poco frente a ella, aun jugando con el cuchillo.
No iba a revelar verdaderamente mucha informacion, nunca lo hacia, pero si la suficiente para que ella supiera quién estaba al mando en todo aquello. O eso decía él. — Verás....soy algo...travieso —ensancho su sonrisa. — Digamos que permito a Jace compartir cuerpo conmigo, ya sabes, para utilizarlo, hago que personas como tú —la señalo con el cuchillo— Confien en alguien como yo... —abrio los brazos y dio una vuelta sobre si mismo. — ¿Y adivina que?...¡Funciona! —estalló en una carcajada.
Alzó la ceja cuando la mujer se acercó hasta él con tal descaro y aires de prepotencia, normalmente no solía ocurrir eso, pero tampoco iba a dejar que fuese más alla. Soltó una risilla algo maniaca y preocupante. — Ssh ssh...Fierecilla, controla ese caracter —colocó su cuchillo en sus labios, con los cuales se deleito mirando con el objeto se deslizaba por ellos con suavidad. Volvió a morderse el labio. — Sería una lástima tener que destrozar esos bonitos y carnosos labios —se aparto con el cuchillo y camino por el lugar.
— Veras querida, me gustan demasiado los retos, y tu esta claro que eres uno, así que estas de suerte. Te voy a dar la oportunidad de salir viva...Pero no creas que porque te deje viva te vas a librar de mi... —nego con la mano del cuchillo girandose hacia ella. —Esto solo es el principio...Al parecer el estúpido de Jace ha hecho que despiertes alguna clase de estúpido sentimiento en él y me voy a divertir infinitamente torturandos a ambos...Voy a destrozar literalmente su mente —como si acaso tuvieran dos mentes separadas, aunque compartiesen la misma. Pero a Hayden le daba igual. A estas alturas estaba bien claro que Hayden presentaba una personalidad sociopataba y bastante enferma, sin ningun respeto por las normas, reglas y convencciones sociales.
— ¿Emocionada? —otra carcajada seguida de un acercamiento hacia ella. — El juego al que vamos a jugar es muy sencillo — Arremango su brazo derecho y tomó su brazo izquierdo sin contemplaciones, agarrando su antebrazo con su mano, dejando que ella pudiera hacer lo mismo al respecto con el suyo. — A ver quien aguanta más dolor...Es más querida, te dejo empezar. —la tendio el cuchillo con una sonrisa ladina — Si retiras el brazo, si gritas o si me quitas la mirada mientras te hago pasarlo mal...Bueno entonces pierdes, las reglas son las mismas para los dos —espero que tomase el cuchillo mientras la acercó aun más a él, rozando su cuerpo. Acaricio con su pierna la de ella de forma descarada y lamio su mejilla. — Uy querida, tienes suerte de que no sea uno de esos deboradores de la noche, hubiera disfrutado de ti —rio y dejo que el juego empezase.
Sonrisa ladina y mirada oscura. Sus pupilas se expandieron ante la adrenalina que recorría su cuerpo en ese momento. Le encataba que le llamasen Hayden, porque ese era el nombre que había elegido, y no el patético con el que su otra mitad se había quedado. Se relamió en un gesto muy peculiar en él. — Bueno pichoncito...Te dejo elegir lo que soy...Por ser tu... —solía poner a las mujeres apodos del tipo, nunca las llamaba por su nombre, jamás. Ladeo la cabeza y sonrio de nuevo, esta vez mostrando algo su dentadura, y camino un poco frente a ella, aun jugando con el cuchillo.
No iba a revelar verdaderamente mucha informacion, nunca lo hacia, pero si la suficiente para que ella supiera quién estaba al mando en todo aquello. O eso decía él. — Verás....soy algo...travieso —ensancho su sonrisa. — Digamos que permito a Jace compartir cuerpo conmigo, ya sabes, para utilizarlo, hago que personas como tú —la señalo con el cuchillo— Confien en alguien como yo... —abrio los brazos y dio una vuelta sobre si mismo. — ¿Y adivina que?...¡Funciona! —estalló en una carcajada.
Alzó la ceja cuando la mujer se acercó hasta él con tal descaro y aires de prepotencia, normalmente no solía ocurrir eso, pero tampoco iba a dejar que fuese más alla. Soltó una risilla algo maniaca y preocupante. — Ssh ssh...Fierecilla, controla ese caracter —colocó su cuchillo en sus labios, con los cuales se deleito mirando con el objeto se deslizaba por ellos con suavidad. Volvió a morderse el labio. — Sería una lástima tener que destrozar esos bonitos y carnosos labios —se aparto con el cuchillo y camino por el lugar.
— Veras querida, me gustan demasiado los retos, y tu esta claro que eres uno, así que estas de suerte. Te voy a dar la oportunidad de salir viva...Pero no creas que porque te deje viva te vas a librar de mi... —nego con la mano del cuchillo girandose hacia ella. —Esto solo es el principio...Al parecer el estúpido de Jace ha hecho que despiertes alguna clase de estúpido sentimiento en él y me voy a divertir infinitamente torturandos a ambos...Voy a destrozar literalmente su mente —como si acaso tuvieran dos mentes separadas, aunque compartiesen la misma. Pero a Hayden le daba igual. A estas alturas estaba bien claro que Hayden presentaba una personalidad sociopataba y bastante enferma, sin ningun respeto por las normas, reglas y convencciones sociales.
— ¿Emocionada? —otra carcajada seguida de un acercamiento hacia ella. — El juego al que vamos a jugar es muy sencillo — Arremango su brazo derecho y tomó su brazo izquierdo sin contemplaciones, agarrando su antebrazo con su mano, dejando que ella pudiera hacer lo mismo al respecto con el suyo. — A ver quien aguanta más dolor...Es más querida, te dejo empezar. —la tendio el cuchillo con una sonrisa ladina — Si retiras el brazo, si gritas o si me quitas la mirada mientras te hago pasarlo mal...Bueno entonces pierdes, las reglas son las mismas para los dos —espero que tomase el cuchillo mientras la acercó aun más a él, rozando su cuerpo. Acaricio con su pierna la de ella de forma descarada y lamio su mejilla. — Uy querida, tienes suerte de que no sea uno de esos deboradores de la noche, hubiera disfrutado de ti —rio y dejo que el juego empezase.
Jace Ford- Hechicero Clase Baja
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Fecha de inscripción : 07/11/2016
Re: One drik, one punch! - Jace Ford.
Sabía que no era un ser sobrenatural, pero su forma de actuar le daba todas las señales de un depredador en potencia. Hayden había resultado ser algo que claramente resaltaba en el comportamiento del ahora ausente Jace, no se explicó cómo fue que se dio ese cambio, tal vez el tipo solo la engañaba aparentando ser dulce y simpático para después revelarse, más la persona que estaba frente a ella se decía ser otra, como si fuesen entes completamente distintos… ¿qué era entonces? Sabía que los seres más oscuros se podían encontrar en todos lados, pero la mirada altanera y la voz arrogante del que se posaba frente a ella, le enviaba un escalofrió en la columna y le hacía querer golpear su atractivo rostro para acabar con ello de una vez… seguro que si sus hermanos supieran de esto, sería un largo sermón el que recibiría.
Al sentir el frio metal de la cuchilla contra sus labios, decidió centrarse en lo que el sujeto podría darle de información para saber si sería adecuado intentar regresar al “original” –o al que ella conoció- en poder o si simplemente quitárselo del camino. Lo dejo alejarse dando su espalda a ella novato… mientras miraba la mesa repleta de sus armas, la tubería que subía por las paredes y el sillón que estaba ahora frente al pelinegro; con algo de cuidado podría tomar la soga o noquearlo para ello..o algo… lo que fuera. El brillo del cuchillo la hizo regresar su mirada al hombre, justo cuando este se daba la vuelta y terminaba su sermón.
Lo siguiente la tomó por sorpresa, haciéndola alzar ambas cejas e incluso sentir algo extraño en el pecho ¿Cómo es posible que Jace sintiera algo? Se acababan de conocer! Pero… no le molestaba saberlo, le producía algo que nunca había sentido y eso le daba aún más peso a la situación: ahora quería que Jace regresara, para ver si era cierto que ella pudiese comprobarlo de alguna forma. Pensando de forma objetiva, si él sentía la mínima atracción por ella eso sería la kriptonita del sociópata que tenía frente a ella, o por lo menos sería una leve ventaja ¿o no? Más rápido de lo que cree vio la respuesta, al verse agarrada del brazo por el contrario mientras con mirada asesina, acercaba el cuchillo hacia ella; Debes estar bromeando.. pensó al escuchar sus explicaciones y tomar de forma lenta el mango del cuchillo. Y entonces, Hayden selló su sentencia, acercándola a él a tal punto que podía sentir el calor de su cuerpo mezclarse contra el masculino, oliendo aun en él lo que había sido antes humo de tabaco y cerveza, mas sin la camisa solo el olor masculino penetraba las fosas nasales de la cazadora.
Sentir aquella lamida termino de hacerla perder el control de sus acciones, tomó con su mano libre el cuello de la chaqueta del hombre y con algo de impulso propino un fuerte cabezazo al mismo; aprovechando que aun sujetaba su antebrazo, jaló de el de tal forma que logro des balancearlo y lanzar lo contra la pared de madera, tomó uno de los látigos de cuero con plata que utilizaba para hombres lobo y sin pensarlo demasiado, propinó un latigazo a la pierna izquierda del hechicero, en un intento por hacerlo caer en una rodilla. Si hay algo que jamás debes hacerle a una Defort, es pasarse de listo sin que ella esté de acuerdo.
-Muy bien… cariño las cosas van a cambiar y me temo que no va a ser lindo para ti- mencionó autoritaria y fría –vas a dejar que regrese Jace o tendré que sacarlo de ti a la fuerza y NO te va a gustar- acercó una silla vieja a un lado e hizo sonar un poco el látigo en el aire –y no vayas a salir con chistes malos de dominación que no estoy de humor para ello- el anochecer iba siendo cada vez menos y temía por su propio bien… si su hermana se daba cuenta que no había llegado, seguro no iba a ser la mejor de sus noches –ahora, siéntate ahí y no te muevas, a diferencia de ti, no quiero hacerte daño, pero no dudes que no puedo hacerlo-
Al sentir el frio metal de la cuchilla contra sus labios, decidió centrarse en lo que el sujeto podría darle de información para saber si sería adecuado intentar regresar al “original” –o al que ella conoció- en poder o si simplemente quitárselo del camino. Lo dejo alejarse dando su espalda a ella novato… mientras miraba la mesa repleta de sus armas, la tubería que subía por las paredes y el sillón que estaba ahora frente al pelinegro; con algo de cuidado podría tomar la soga o noquearlo para ello..o algo… lo que fuera. El brillo del cuchillo la hizo regresar su mirada al hombre, justo cuando este se daba la vuelta y terminaba su sermón.
Lo siguiente la tomó por sorpresa, haciéndola alzar ambas cejas e incluso sentir algo extraño en el pecho ¿Cómo es posible que Jace sintiera algo? Se acababan de conocer! Pero… no le molestaba saberlo, le producía algo que nunca había sentido y eso le daba aún más peso a la situación: ahora quería que Jace regresara, para ver si era cierto que ella pudiese comprobarlo de alguna forma. Pensando de forma objetiva, si él sentía la mínima atracción por ella eso sería la kriptonita del sociópata que tenía frente a ella, o por lo menos sería una leve ventaja ¿o no? Más rápido de lo que cree vio la respuesta, al verse agarrada del brazo por el contrario mientras con mirada asesina, acercaba el cuchillo hacia ella; Debes estar bromeando.. pensó al escuchar sus explicaciones y tomar de forma lenta el mango del cuchillo. Y entonces, Hayden selló su sentencia, acercándola a él a tal punto que podía sentir el calor de su cuerpo mezclarse contra el masculino, oliendo aun en él lo que había sido antes humo de tabaco y cerveza, mas sin la camisa solo el olor masculino penetraba las fosas nasales de la cazadora.
Sentir aquella lamida termino de hacerla perder el control de sus acciones, tomó con su mano libre el cuello de la chaqueta del hombre y con algo de impulso propino un fuerte cabezazo al mismo; aprovechando que aun sujetaba su antebrazo, jaló de el de tal forma que logro des balancearlo y lanzar lo contra la pared de madera, tomó uno de los látigos de cuero con plata que utilizaba para hombres lobo y sin pensarlo demasiado, propinó un latigazo a la pierna izquierda del hechicero, en un intento por hacerlo caer en una rodilla. Si hay algo que jamás debes hacerle a una Defort, es pasarse de listo sin que ella esté de acuerdo.
-Muy bien… cariño las cosas van a cambiar y me temo que no va a ser lindo para ti- mencionó autoritaria y fría –vas a dejar que regrese Jace o tendré que sacarlo de ti a la fuerza y NO te va a gustar- acercó una silla vieja a un lado e hizo sonar un poco el látigo en el aire –y no vayas a salir con chistes malos de dominación que no estoy de humor para ello- el anochecer iba siendo cada vez menos y temía por su propio bien… si su hermana se daba cuenta que no había llegado, seguro no iba a ser la mejor de sus noches –ahora, siéntate ahí y no te muevas, a diferencia de ti, no quiero hacerte daño, pero no dudes que no puedo hacerlo-
Rosemary Defort- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 27
Fecha de inscripción : 06/11/2016
Re: One drik, one punch! - Jace Ford.
Teniendo la situacion bien dominada era muy extraño en alguien como Hayden que dejase que otra persona tomase ventaja, era astuto, y sus movimientos no eran al azar. Su mente sociopata pensaba más alla, pensaba en el caso, en colocar a las personas más alla de sus límites, en la diversion que le producia verles sufrir. Así que el momento en el que la dejo tomar el control le supo exquisito. Sabía que iba a recibir unos cuantos golpes, nada que no pudiese soportar.
El cabezazo fue fuerte, lo suficiente para hacerle escupir sangre, sin duda había sido entrenada, pero eso no evito que la sonrisa desapareciese. Viendose atraído de nuevo hacia ella. — Oh ya veo, te encanta que mi cuerpo se pegue al suyo... —a pesar de la situacion aun le dio tiempo a hacer aquel comentario lascivo e intencionado, no supo si fue la causa por la que le arrojo a la pared, pero no importaba porque aquello incluso empezaba a excitarle. Su espalda y su cuerpo se estaba resisntiendo por el golpe, y el látigazo le hizo finalmente ponerse de rodillas. — Vaya, veo que tienes bonitos juguetes...No esperaba que utilizaras tan pronto eso —tosio y soltó una carcajada. Apoyo una mano en el suelo delante de él, encogiendose un poco para terminar de asimilar los golpes.
Las palabras de la dulce cazadora le hicieron tremenda gracia, tanto que termino por quedar sentado en el suelo. Busco en el bolsillo interiro de su chaqueta una cajetilla de tabaco, se puso uno de lso cigarros en la boca y le dio fuego con una de las cerillas que tenía en esa misma caja. Volvió a guardarlo y miró divertido a la mujer mientras fumaba, como si le importase bien poco lo que la acababa de decir, y es que, así era.
— La dulce e ingenua cazadora...¿Quien dice que no me guste esto? — expulso el humo mientras se levantaba despacio, dio un paso medio cojeando por el golpe de su pierna. — Podría pasarme horas y horas jugando contigo...Y sabes que, en el fondo te encanta que yo este aquí, esa imagen de niña buena, que hace lo que tiene que hacer y mata a quien tiene que matar...No es verdad, disfrutas golpeando, disfrutas luchando —se iba acercando poco a poco y de forma sutil a ella mientras hablaba. — Ardes en deseos porque me quede y así poder torturarme, poniendo como excusa que quieres de vuelta al idiota de Jace, como si el fuese a proporcionarte algun tipo de diversion... —cuando estuvo lo suficientemente cerca la agarro con la mano libre de forma violenta tras la cabeza y la acerco para besarla de la misma forma violenta y posesiva, la soltó y volvió a reir, relamiendose sus labios.
— Chica mala...Jace se va a llevar una decepcion... —con una risotada dio otra calada al cigarro y lo dejo sujeto entre sus labios mientras se arrodillaba ante ella. — Vamos fierecilla, torturame, saca a Jace...Liberate —mostro su sonrisa más perversa, más oscura. Hacia tiempo que no se divertía de esa manera.
El cabezazo fue fuerte, lo suficiente para hacerle escupir sangre, sin duda había sido entrenada, pero eso no evito que la sonrisa desapareciese. Viendose atraído de nuevo hacia ella. — Oh ya veo, te encanta que mi cuerpo se pegue al suyo... —a pesar de la situacion aun le dio tiempo a hacer aquel comentario lascivo e intencionado, no supo si fue la causa por la que le arrojo a la pared, pero no importaba porque aquello incluso empezaba a excitarle. Su espalda y su cuerpo se estaba resisntiendo por el golpe, y el látigazo le hizo finalmente ponerse de rodillas. — Vaya, veo que tienes bonitos juguetes...No esperaba que utilizaras tan pronto eso —tosio y soltó una carcajada. Apoyo una mano en el suelo delante de él, encogiendose un poco para terminar de asimilar los golpes.
Las palabras de la dulce cazadora le hicieron tremenda gracia, tanto que termino por quedar sentado en el suelo. Busco en el bolsillo interiro de su chaqueta una cajetilla de tabaco, se puso uno de lso cigarros en la boca y le dio fuego con una de las cerillas que tenía en esa misma caja. Volvió a guardarlo y miró divertido a la mujer mientras fumaba, como si le importase bien poco lo que la acababa de decir, y es que, así era.
— La dulce e ingenua cazadora...¿Quien dice que no me guste esto? — expulso el humo mientras se levantaba despacio, dio un paso medio cojeando por el golpe de su pierna. — Podría pasarme horas y horas jugando contigo...Y sabes que, en el fondo te encanta que yo este aquí, esa imagen de niña buena, que hace lo que tiene que hacer y mata a quien tiene que matar...No es verdad, disfrutas golpeando, disfrutas luchando —se iba acercando poco a poco y de forma sutil a ella mientras hablaba. — Ardes en deseos porque me quede y así poder torturarme, poniendo como excusa que quieres de vuelta al idiota de Jace, como si el fuese a proporcionarte algun tipo de diversion... —cuando estuvo lo suficientemente cerca la agarro con la mano libre de forma violenta tras la cabeza y la acerco para besarla de la misma forma violenta y posesiva, la soltó y volvió a reir, relamiendose sus labios.
— Chica mala...Jace se va a llevar una decepcion... —con una risotada dio otra calada al cigarro y lo dejo sujeto entre sus labios mientras se arrodillaba ante ella. — Vamos fierecilla, torturame, saca a Jace...Liberate —mostro su sonrisa más perversa, más oscura. Hacia tiempo que no se divertía de esa manera.
Jace Ford- Hechicero Clase Baja
- Mensajes : 22
Fecha de inscripción : 07/11/2016
Re: One drik, one punch! - Jace Ford.
Las palabras ajenas la desconcertaron más que la sonrisa sádica y masoquistas del pelinegro. Nunca se había topado con ese tipo de hombre y este ya estaba dejando una fea cicatriz en su mente ¿disfrutar el dolor era sano? Ella jamás disfrutaba de algo así, nunca se vería tan deleitada por darlo a nadie como el sociópata pintaba y mucho menos se parecía remotamente a lo que este describía. Tal vez fuera la facilidad con que eso salía de su boca o el hecho de nunca ser descrita de esa manera lo que la desconcentraron he incluso, hicieron no notar del todo el acercamiento del tipo. En verdad eran matices distintos, el poco tiempo que estuvo en presencia de Jace, este se había portado casanova y alegre, Hayden por otra parte resultaba inquietante y egocéntrico dos cosas que no le gustaban en absoluto a la castaña y que ya la tenían al borde de su paciencia… debía recordarse que había una persona inocente dentro de esa cabeza cada dos minutos.
Lo que aconteció después no ayudo en nada a su estado, ya que sentir el forzado beso sobre sus labios y en su boca, le hicieron perder su semblante e incluso abrir la boca en sorpresa cuando Hayden se separó para limpiar el sabor de tabaco de sus labios y fruncir aún más el ceño. ¿Cómo se había atrevido?! No solo era un idiota de primera, pero encima se creía lo suficientemente bueno como para robarle un beso que mando todo en su interior al carajo. Sin poder creer que aún tenía el descaro de hacer ese desplaye de grandeza e incluso arrodillarse feliz por recibir unos golpes de su parte. Mas eso la puso a pensar en una forma de regresar a Jace que ni él se esperaría… Violencia genera más violencia analizó, mirando lo extasiado que el hombre estaba y recordando todo lo dicho anteriormente. Hayde esperaba violencia, pero Jace parecía más un poco torpe y buen tipo… además que al parecer ella le había gustado asi que, podría usar eso en su contra y controlar la situación así, ya había visto hombres en brazos de su hermana perder la razón con su sensualidad y aun que ella no tenía las prominentes curvas de la vampiresa, si que tenía sus propias gracias “seductoras”. Debía reclinarse en el lado más salvaje que todo hombre tiene y esperar que esto haga que Jace sienta tantas cosas que deba salir…o lo que sea que pasaba cuando una persona cambiaba de personalidad.
-Muy bien, veamos si es verdad que te gusto tanto…- dijo un poco avergonzada, tomando el cigarro del hombre y apagándolo contra la gruesa madera de la mesa. Tomo el rostro ajeno entre sus manos, mientras se inclinaba hacia él –incluso poniéndose un tato sobre él- y planto un beso sobre los sabios ajenos; sabía que eso no sería suficiente para descontrolar a la mente de un hombre, asi que abriendo de forma suave los labios, comenzó a besarlo con mas intensidad, alternando el lado al que se inclinaba su cabeza lo que hacia que su cabello cayese de forma suave por sus hombros y llenara de su fragancia el espacio apestoso a tabaco que Hayden había dejado. Y aun que al inicio fue desagradable el sabor, logró disiparlo con cada beso y juego de lenguas.
¿Alguna vez había besado de aquella forma? No podía recordarlo, pero estaba segura que en ningún momento había sentido tanta adrenalina en su sangre como esta vez y pese a ser solo para intentar traer al lado mas “cuerdo” del hombre de regreso, estaba en cierta forma disfrutando el beso y eso no podía estar bien. Esperaba que su plan diera resultados por que aun sin conocer a Hayden, sabia que él no era de andarse con juegos como esos.
Lo que aconteció después no ayudo en nada a su estado, ya que sentir el forzado beso sobre sus labios y en su boca, le hicieron perder su semblante e incluso abrir la boca en sorpresa cuando Hayden se separó para limpiar el sabor de tabaco de sus labios y fruncir aún más el ceño. ¿Cómo se había atrevido?! No solo era un idiota de primera, pero encima se creía lo suficientemente bueno como para robarle un beso que mando todo en su interior al carajo. Sin poder creer que aún tenía el descaro de hacer ese desplaye de grandeza e incluso arrodillarse feliz por recibir unos golpes de su parte. Mas eso la puso a pensar en una forma de regresar a Jace que ni él se esperaría… Violencia genera más violencia analizó, mirando lo extasiado que el hombre estaba y recordando todo lo dicho anteriormente. Hayde esperaba violencia, pero Jace parecía más un poco torpe y buen tipo… además que al parecer ella le había gustado asi que, podría usar eso en su contra y controlar la situación así, ya había visto hombres en brazos de su hermana perder la razón con su sensualidad y aun que ella no tenía las prominentes curvas de la vampiresa, si que tenía sus propias gracias “seductoras”. Debía reclinarse en el lado más salvaje que todo hombre tiene y esperar que esto haga que Jace sienta tantas cosas que deba salir…o lo que sea que pasaba cuando una persona cambiaba de personalidad.
-Muy bien, veamos si es verdad que te gusto tanto…- dijo un poco avergonzada, tomando el cigarro del hombre y apagándolo contra la gruesa madera de la mesa. Tomo el rostro ajeno entre sus manos, mientras se inclinaba hacia él –incluso poniéndose un tato sobre él- y planto un beso sobre los sabios ajenos; sabía que eso no sería suficiente para descontrolar a la mente de un hombre, asi que abriendo de forma suave los labios, comenzó a besarlo con mas intensidad, alternando el lado al que se inclinaba su cabeza lo que hacia que su cabello cayese de forma suave por sus hombros y llenara de su fragancia el espacio apestoso a tabaco que Hayden había dejado. Y aun que al inicio fue desagradable el sabor, logró disiparlo con cada beso y juego de lenguas.
¿Alguna vez había besado de aquella forma? No podía recordarlo, pero estaba segura que en ningún momento había sentido tanta adrenalina en su sangre como esta vez y pese a ser solo para intentar traer al lado mas “cuerdo” del hombre de regreso, estaba en cierta forma disfrutando el beso y eso no podía estar bien. Esperaba que su plan diera resultados por que aun sin conocer a Hayden, sabia que él no era de andarse con juegos como esos.
Rosemary Defort- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 27
Fecha de inscripción : 06/11/2016
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