Navidad [Grupal]

por **A. Siren Skjaldmö** Vie Dic 02, 2016 10:09 pm

La habitación esta completamente a obscuras impidiendo el paso de la luz del sol por aquellas gruesas cortinas, las cobijas de la cama están perfectamente estiradas como si nadie hubiera pasado ahí la noche, muestra una extraña mescla entre una adolecente, con comics, mangas, ropa llena de estoperoles, por lo menos una docena de distintos tipos de calzado deportivo pero el contraste es absoluto al tener un par de libreros repletos de viejos y curiosos títulos, pintura y bocetos, partituras de piano y a su ves notas que pertenecen al acorde de un bajo. Un cover de Inmmigrant song comienza a escucharse mientras aumenta de volumen y por unos segundos se detiene antes de retomar nuevamente con más fuerza. Una delicada mano se asoma debajo del rodapié de la cama buscando el último modelo de iPhone que le acaba de regalar Stanislav. Realmente no lo usa para lo que fue primordialmente diseñado, hablar con personas o mensajes, no ella lo usa principalmente para escuchar música y buscar información. Sin embargo esta ves es su primo, creador y aquel que le obsequio el Smartphone.

Despierta dormilona. Hay cena familiar

Suspiró al ver el msj. Se tallo los ojos y quedando quieta como una estatua por solo unos segundos, disidió salir de su escondite con el cabello enmarañado, vistiendo solamente un diminuto short negro y una blusa de tirantes gris sin sostén con una mueca en los labios.

por **Honey** Vie Dic 02, 2016 10:18 pm

Camino despacio, me tiemblas las piernas, mi respiración es pesada, caso imposible, continuo, uno, dos, tres, y comienzo de nuevo. Es algo que después de estar casi ausente un siglo no puedo creer. Uno, dos, tres pasos y continuo dejando atrás el pueblo y adentrándome en aquel paramo en el que en solo unos minutos estaré frente al bosque que me vio nacer. Comienzo a quitarme la ropa, mi piel cambia ligeramente, mis orejas se vuelven ligeramente puntiagudas, mis colmillos se ven mas pronunciado, no tanto como los de un vampiro. En nada de tiempo quedo desnuda y la hiedra nace por obra de mi madre, la madre naturaleza que siempre nos ha vestido, mi cabello crece y me siento feliz. E regresado a casa.

Cada paso que doy la nieve se derrite permitiéndome acariciar con mis pies la hierva fina y las hojas que han caído. Mis alas se abren como un capullo de flor. Me siento viva, puedo sentir a mis demás hermanas, siento su fuerza y calidez, la alegría que las embriaga, están danzando y cantando alrededor del fuego místico de la luna. –Te estábamos esperando hermanita– susurra una Vaike que a crecido mucho en espíritu y sabiduría pero conserva su frágil apariencia de una niña de no más de cuatro años. Su sonrisa me tranquiliza aunque mi pobre corazón lata descontroladamente el contacto de su delicada mano me permite una paz que no he tenido en muchos años. Me guía contándome todo aquello que le pasa por la mente hasta llegar y ver a todas mis hermanas vestidas de naturaleza, enjoyadas con rallos de sol y luna y piedras preciosas. Estoy en casa.

por **Bambi D'Gioge** Sáb Ene 28, 2017 9:26 pm

El atardecer era la parte del día que más le agradaba, por qué podía disfrutar de los últimos rayos del sol. Aunque se lo prohibieran por su supuesta enfermedad eso era siempre lo que decía a las personas que le preguntaba la razón por la qué no asistía a las comidas o eventos de días, además de siempre encontrar a un doctor que repitieras esas palabras, que les hiciera creer eso a las personas de la comunidad donde vivía, aunque era una pena que tuviera que moverse continuamente, no eso era mentira le gustaba la aventura, tenía un espíritu aventurero que se tuvo que templar a causa de que su “querido Alaiya” el ser quien le había hecho que ella dejará la vida como tal y se convirtiera en lo que es un ser de ese mundo extraño
por primera vez tenía la capacidad de hacer lo que se le viniera en gana. Por eso caminar por las calles de esa ciudad era la que primero ha disfrutado, poderse mezclar entre las personas aun con el frio invernal de la estación y con las festividades, que no sabrían decir si ella era uno de ellos o un ser sobre natural. Un guiño coqueto les da los caballeros que se queda viendo más de diez segundo su rostro, se quedan embelesado con su belleza. Las vendedoras se acercan a ella para mostrará algunos listones, comprar un par que le gustan para adornar sus vestidos y más que nada para la reunión que iba a darse ese día.

por **Ulysses Von Harnett** Mar Feb 14, 2017 7:17 pm

Ni estar colgado de una cornisa, ni ver el vacío antes mis ojos, ni la propia piel mancillada, me producían el terror que ella me obligaba a sentir con sus pausas meditadas, con la pasión de sus palabras, con su mano sobre mi pecho. Por favor, mi corazón quería salir de su madriguera y rogarle personalmente que acabase con su tortura. ¿Quería oír su respuesta? No, quería sentirla, quería hacer mía cada una de sus palabras. Tampoco. Quería hacerla mía a ella. Tenerla entre mis brazos, acariciar su cuerpo con mis manos, deslizar mis labios por su piel y poseer su alma, su fe, adoptar su creencia y morir en sus pensamientos más secretos. Quería amarla como a nadie más. Ver su sonrisa en cada despertar, percibir su aroma al anochecer, enredarme en sus cabellos… ¿Sí? No os volváis dependiente u os destruirá… No me importa, si es ella quien lo hace, bienvenida sea. Estáis abusando de la poca razón que os queda. ¿Y? Nos pasamos la vida privándonos de impulsos, vivencias y emociones. ¿Por qué? Si tarde o temprano, todos nos reuniremos en el mismo sitio, a la misma hora… Sois un pájaro libre y… ¡Olvidad esa tontería! Por una vez, por una sola, quiero tener algo estable en mi vida. Algo… Entiendo, entiendo. Pero como bien sabéis… Hay personas y personas…

Suspiré cuando me soltó, pues, bien que la hubiese dejado aferrarse cuanto me hubiese requerido, sin objetar, sin protestar. Pero, viéndolo desde mi situación, la causa de su “alejamiento” mereció la pena. Y aunque, mi mente seguía abstraída por el torbellino de expresiones que aquella joven emitía bajo el abrigo de la lluvia, mis ojos, mis pequeñas pupilas traviesas, lograron posarse sobre aquel objeto añorado.

por **Maika Morozkova** Miér Mar 29, 2017 4:50 pm

Paseaba a altas horas de la noche puesto que no sabía que hacer dado que por la tarde estuve de un lugar en otro pues como no tenía un techo en donde viir no tenía un lugar fijo .Mientras caminaba con mis zapatos viejos y sucios y con mi vestido rajado sucio y feo ví a un chico que parecía estar viendo los barcos y yo hize lo mismo pero desde la lejançia ya que no me gustaba que me viera la gente o que me conociera porque era una chica de calle la cual no servia para nada y a la cual la gente no quería ver ni en pintura cosa que me molestaba puesto que no era mala persona , pero bueno la ideologia de la gente es extraña

.Me quedé observando sin decir nada hasta que si darme cuenta algo se metió en mi nariz y me hizo estornudar no se si el chico se había dando cuenta aunque suponía que si , me quedé en un lado alejadita de los barcos para verlos pasar desde donde estaba porque si alguien me vier no me dejaban entrar allí y ya me estarían tirando a las pirañas y más con los raritos que había ahora en estas largas y favorables noches creo que sera mejor que me valla, hay mucho rarito suelto -Dije en voz bajita , mientras caminaba a pso despacio , sin embargo una pequeña rama crujió haciendome quedar mal y haciendo que saliera de mi escondite , cuando empeze a correr no mire hacía adelante y atropeye a un chico el cual parecia muy mono vista desde encima de el puesto que al caerme co el quede encima suya
lo siento ...-Dije avergonzada de mi misma , pues nunca me había pasado eso y menos con un chico tan guapo y co una sonrisa tan llena de vida tan alegre como la suya
no estaba mirando por donde debía lo siento -Dije agachandome como si le hiciera una pequeña revencia

por **Tarja & Stephen Hauks** Mar Mayo 02, 2017 10:48 pm

Tenía un encargo. Hacia un par de días alguien habia tocado a su puerta, le hablaban de un encargo "especial" requerían los servicios de aquella otra que habitaba la casa. La bruja, Doux invito pasar a su cliente, pero este se negó y de inmediato supo, que en realidad, no podía, demasiada protección en su casa-despacho para que sucediera, por lo que Doux le atendió desde la puerta. Quería vengarse de alguien, hacerle sufrir, la descripción y el nombre fue dado, ninguna indicación en especifico, al parecer el cliente no sabía mucho de magia mas allá de lo que podía ser capaz de lograr, lo cual afortunadamente le daba más libertad a Doux. Las instrucciones fueron dadas, Doux no pregunto nada, no le interesaba, el precio fue fijado y la mitad pagada por adelantado, eso le bastaba para hacer su trabajo.

Así pues caminaba en la noche con pasos tranquilos, con el taconeo de sus plataformas como único compañero, el viento alzando su cabello y agitando un poco la falda de su vestido de terciopelo, acercándose pues hasta la entrada de un callejón. Paris era famoso por sus callejones, tan estrechos, como un laberinto que invitaba al peligro, a la oscuridad, un lugar donde las luces de las lámparas no alcanzaban a iluminar tu camino, pero Doux no le temía a la oscuridad, y la luna le iluminaria esa noche. Tras dar un par de pasos dentro saco del bolso un péndulo, una pequeña cadena de plata con la punta apuntando al suelo, acomodo la cadena pasando su pulgar y su índice por esta hasta dejarla quita y entonces comenzó el trabajo.

-Ludwig Schütz-

por **Irín Koniétzkø** Sáb Mayo 20, 2017 5:40 pm

La tía no para de parlotear. Sus modos y etiqueta, sus *Esto Si, esto No* *Compórtate como la dama que te he enseñado a ser* -rola los ojos incomoda- *Algún día si tenemos la suficiente suerte te casaras y dejaras de ser una carga –la mujer se persina –Dios me permita esa suplica*-la chica suspira ante sus recuerdos mirando por una ligera abertura de la cortina que cubre la ventana –No hagas eso Iren, el sol puede lastimarte. Recuerda la ultima vez– el regaño es palpable en la voz de la mujer mayor que le acompaña. Rola los ojos, fastidiada de que siempre haya una prohibición en su léxico. Siempre y siempre es siempre. Refunfuña lo mas ajo que puede haciéndose un ovillo en el asiento del carruaje –Solo fue una miradita… y hoy no hay sol –exclama sin mirarla torciendo la boca –¡Incluso esta por anochecer! –afirma apartando un poco la cortina nuevamente admirando el día nublado y frio de otoño.

La mujer no se inmuta, simplemente la ignora, ella se cruza de brazos apachurrándose desganada nuevamente sobre el asiento.

-Compórtate ¿Quieres? … iremos a cenar en breve.
-Detenga el carro –pega con el puño serrado haciendo escuchar al cochero que se detiene al instante. –Aquí me bajo… -sonríe burlona tomando su sombrilla negra y bajándose de golpe dejando a la mujer con la boca abierta pegando de gritos. –Libertad, amada libertad- corre a modo tranquilo a comparación de lo quede llegara a correr hasta que choca con alguien –Ups… lo siento señor –se disculpa mirándolo, olfatea un instante, huele como un perro.. un lobo... algo salvaje –Iba distraída –mira a sus espaldas sonriendo un momento al no ver a su tía por ningún lado.

por **Thanatos & Ariadne** Sáb Mayo 20, 2017 5:48 pm

Abrir los ojos y mirar el horrible techo de la habitación de la universidad no era la mejor manera de empezar el día, las manchas de humedad se extendía por todos lados, juraba que en cualquier noche o momento se caería sobre todo después de que los últimos días parecía que se caería el cielo con tanta lluvia. Se tapo con las cobijas una vez mas. Bien, admitía que cuando tenia compañera el deprimente lugar estaba demasiado bien pero se había vuelto mas deprimente cuando ella se había ido. No tenia muchas cosas, que ni falta hacia ya que pasaba muy pocas horas en el lugar. Con una patada hecho las cobijas y se dispuso perezosamente a vagar por un momento en el piso que no tenía mas de 3 metros cuadrados. Del mini frigorífico saco descuidadamente un bote de leche y al dar un sorbo escupió sin modales algunos y limpiándose con la manga de la enorme playera que usaba de camino, miro la caducidad. Sus ojos se volvieron pequeños y en su cara se plasmó la ironía pura y dura –Mierda –Asqueada miro lo que había y evitando mas sorpresas desagradables tomo una bolsa negra y tiro todo lo que había dentro, junto con las envolturas de dulces, comida rápida, un plato desechable con cereal de hace días en la mesa y toda la basura que se encontró. Si vida era un caos, y comenzaba a comprender porque nadie quería ser su compañera de habitación.

Dos horas después, había barrido y recoger el lugar dejando las pocas cosas que tenía más ordenadas. Estaba lista su mochila llena de uniformes y batas de medico junto a la poca ropa casual que usaba los fines de semana listas para llevar a la lavandería, se encontraba junto a las dos bolsas negras bien cerradas que debía bajar. Bañada y vestida con un short, una blusa sin mangas y con el cabello suelto tomo la mochila y las bolsas abriendo la puerta –Que comience el sufrimiento –suspiro saliendo de su piso.

Dejo la basura en el contendedor y mientras se dirigía a la lavandería pensó que aquel día se merecía algo digno de comer, variar a su acostumbrada dieta de comida rápida, golosinas de la maquina expendedora, comida congelada o cuando le iba mejor la comida de la cafetería. Tal vez iría a ese restaurante de comida italiana, podría llamar a Sin, o Gigi o simplemente conocer a alguien nuevo. Aun era temprano y aquel sábado prometía para mucho.

por **Honey** Sáb Mayo 20, 2017 6:06 pm

El dulce y amargo liquido cálido toca sus labios deslizándose dentro de su tracto gástrico, disfrutando como el café caliente hace su efecto cada que va tocando su cuerpo mientras hace su recorrido hacia el interior de su estomago. Mientras hace esto le gusta pensar que es una droga mágica, cosa que no es muy alejada de la realidad, que la hace despertar sea cual sea la hora del dia. Aun con la taza entre ambas manos una joven de cabellera rubia se sienta frente a ella. No le extraña, no le espanta y mucho menos se siente amenazada, por el contrario parece curiosa de que la joven de amable aspecto se le acerque con tanta confianza.

La futura medico no puede evitar soltar una carcajada al escucha lo último de la frase de su inesperada acompañante –Aunque me drogaras y llevaras a tu cama –exclama tomando las vitaminas y aspirinas ofrecidas –Créeme no me resistiría mucho, me hace falta dormir –sonríe la rubia metiéndose las pastillas a la boca y pasándoselas con un trago de café. Una vez hecho esto ofrece su mano a modo de saludo –Soy Margot, estudio medicina y se que me veo fatal y tu ¿Qué tal? –finaliza llevándose su taza con café a los labios una vez mas después de saludar a la linda extraña que a salido al rescate.

Si, es verdad, se ve falta. En dos días tiene un examen muy importante y se ha estado sobrelimitandose de forma espantosa, sumando la fiesta de hace dos noches y la cruda. Estaba empezando a descarrilarse un poco, solo un poco, pero pasando el examen juraba que dejaría de andar haciendo tonterías –Me agrada tu blusa –afirma comprobando el error de que no todas andar perfectamente cual muñecas Barbies.

por **Renata O. D´Souza** Sáb Mayo 20, 2017 7:05 pm

.La carta llego como una tormenta que fastidiaría mi increíble agenda social, como osaba y realmente me pregunte sarcástica a mi misma que podía esperar de ese hijo de puta -si, aunque fuese mi propio hermano, de sangre y todo ello- si es una escoria andante. Todo le molesta, esta tan amargado, y no solo eso. Mi madre y yo, notese que sobretodo yo, era feliz viviendo en la caótica y mal lograda España. Tan cerca de mi amada París en la que podías encontrar desde la mas exquisita joya hasta el hombre mas delicioso que te...

Miro a mi madre, que palabrea cosas que no me digno a escuchar, por el simple hecho de que sea tan débil ante los deseos de mi padre. Tan fácil que era responder la carta indicando mis ya confirmados compromisos con la realeza ¿A quien con un sano juicio se le ocurre cancelar a la realeza?

¿Renata, me estas escuchando?

Obvio que no, para que pregunta

Doy por terminado el tema. El carro se detiene y en dos minutos después camino en dirección a la puerta principal mirando la insignificante mansión comparada con a lo que estoy, siendo recibidas por el amo y señor de estas tierras, acompañado de mi padre el cual de solo verlo, abrazo y beso sus mejillas... y claro un docena de asquerosa servidumbre.

La sangre barbotea como agua en un caldero, siento el calor recorrerme el cuerpo, la ira invadirme tal cual como se movería el líquido entre burbujas y por supuesto no tiene absolutamente nada que ver con el hecho del caluroso día de verano, o no, por supuesto que no tiene absolutamente nada que ver; todo esto tiene que ver con las estupideces, malditas e incoherentes decisiones que mis progenitores se les pasa por la descerebrada cabeza que llevan en el cuello.

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